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formación on-line

Investigación Educativa

G
vol. 12 N.º 21, 45 - 65
Enero-Junio 2008,
ISSN 17285852

Gestión de emociones en espacios


virtuales de formación* 

Emotions management in virtual spaces of


formation

Ángel García del Dujo *


José Manuel Muñoz Rodríguez **
Cristóbal Suárez Guerrero ***

«Además, sobre la página de un libro se puede llorar, cosa que es imposi-


ble hacer sobre el disco duro de la computadora».

José Saramago

Resumen

El presente trabajo busca aproximarse al estudio sobre


qué son, en qué consisten y que función cumplen las
emociones en actividades formativas mediadas tecnológi-
camente. Como tal, nos detendremos en destacar la rele-
vancia de este punto por considerarlo «muy sensible» en la
construcción de una dimensión pedagógica de la virtuali-
dad puesto que, vista la exploración teórica como empírica
realizada, el ejercicio emocional no es un evento que se
excluya o inhiba en estas formas de interacción en esce-
narios virtuales, es más, la complicidad afectiva del «cara a

* Doctor en Educación. Profesor titular de la Universidad en el Departamento de Teoría e


Historia de la Educación de la Facultad de Educación de la Universidad de Salamanca. Ex
Decano de la facultad de Educación. E-mail: agd@usal.es
** Doctor en Educación. Profesor de la Universidad de Salamanca.
*** Doctor en Educación. Profesor de la Universidad Nacional Mayor de San Marcos. E-mail:
dvirteu22@usal.es
Ángel García del Dujo et al.

cara» es rescindida por la textualidad, el lenguaje emocional


en los contextos de virtualidad, visible en este caso a través
de las limitaciones y ventajas del texto, se manifiesta como
significativo al momento de interactuar educativamente.

Palabras clave: aprendizaje, cooperación, emociones y


virtualidad,

ABSTRACT

This investigation intends to analyze the emotions in for-


mative activities within a technological context, as well as
analyze what are this emotions, what do they consist in
and what function do they have.

Thus, we will emphasize the relevance of this subject be-


cause we consider it essential in the development of a new
pedagogical dimension of the virtuality; hence, consider-
ing the theoretical and empirical exploration, the emotional
exercise is not an event that can be excluded or inhibited in
the interaction of virtual scenarios; furthermore, the affec-
tive complicity of the “face to face” is rescinded through
the textuality; the emotional language in the virtuality con-
text, with the evident limitations and advantages of the text
in this case, is manifested as something meaningful at the
moment of educative interaction.

Key words: Learning, Cooperation, Emotions and virtuality.

Declaración de intenciones conceptuales y metodológicas

Nuestro interés en este tema es pedagógico y trata de responder a la si-


guiente pregunta: ¿cómo son y qué hacen las emociones en los llamados
entornos virtuales de formación?, ¿están presentes, cómo se aprecian,
cómo funcionan, qué papel cumplen?, ¿hay alguna particularidad digna
de ser resaltada respecto de los entornos tradicionales?

No es, pues, nuestra intención tratar este punto prioritariamente desde la


perspectiva técnica, ni psicológica ni, por supuesto, fisiológica; tampoco
lo es seguir simplemente la senda de la antropología cultural. Obviamente
no prescindiremos de narrativas y explicaciones sobre estos componen-
tes cuando sea necesario, pero queremos dejar claro desde el principio
que ninguna de esas perspectivas va a ser predominante en esta aporta-

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Gestión de emociones en espacios virtuales de formación

ción. De esta manera, no estamos obligados a revisar y hacer explícitos


los recurrentes debates que estas y otras disciplinas vienen manteniendo
a propósito de una de las experiencias más evidentes para el ser humano
de todos los tiempos y que la ciencia y la sociedad moderna se empeñó
en expulsar de su consideración, atribuyendo ahora tamaña responsabi-
lidad a una «prefiguración de la filosofía», a un simple error de Descartes
(Damasio 1994); dudoso, cuando menos, este planteamiento.

Dicho ya lo que pretendemos y lo que no pretendemos, procede mani-


festar también por qué hemos elegido esta cuestión para nuestra apor-
tación. La razón es muy clara; otra cosa diferente es que tengamos que
expresarla todavía a título de hipótesis o sospecha y que en los límites de
esta addenda no podamos o no seamos capaces más que de presentarla
con trazos gruesos, de manera que solo pueda ser intuida. Expresado de
forma sencilla, diremos que, probablemente, las emociones —como fac-
tor, vertiente, ingrediente o dimensión de los procesos formativos— sea
uno de los mejores para entender qué son y como funcionan las nuevas
tecnologías en cuanto tal y en perspectiva educativa y que las nuevas tec-
nologías —como herramientas y espacios que generan— sean un entor-
no idóneo para estudiar qué son, en qué consisten y que función cumplen
las emociones en actividades formativas mediadas por estos artefactos.
Nos detendremos un poco más en este punto por considerarle «muy sen-
sible» para nosotros y para nuestra disciplina.

Más adelante precisaremos algunas cuestiones teóricas sobre el comple-


jo emocional, precisamente aquellas que fundamentan y en las que nos
apoyamos en este trabajo, y concretaremos también las características
de los espacios virtuales de formación que hemos utilizado para desarro-
llar la parte empírica. Pero queremos hacer explícitas ya dos problemáti-
cas prefiguradas en el párrafo anterior.

Primero, como se puede entrever, la razón que acabamos de dar para pre-
sentar aquí algunos resultados de nuestra investigación está apuntando, a
su vez, en la doble lectura que hacemos, al reconocimiento de un campo de
acción y reflexión imprescindible para la teoría de la Educación, el desarrollo
de los procesos formativos en entornos mediados por estas tecnologías,
no tanto porque sea otro campo más que ninguna disciplina puede hoy
ignorar cuanto porque, en nuestro caso, quizás sea este un campo de cla-
rificación y/o corrección de algunos de los supuestos e imprecisiones que
en educación venimos arrastrando sin mayor consciencia o preocupación;

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Segundo, la razón antes referenciada está proponiendo y admitiendo tam-


bién lo que para nosotros es una cuestión metodológica importante: una
forma adecuada para analizar nuestro objeto de estudio es hacerlo «en
situación» (Bruner 1988), como de una manera más o menos explícita
está admitiendo la primera ponencia. En su momento veremos que la
parte empírica de nuestra investigación se sustenta en el análisis de la
narración que a propósito de su actividad formativa hacen los propios
participantes en la situación, deriva metodológica resaltada también por
la ponencia: «La emoción se sitúa precisamente en la frontera entre am-
bos ámbitos de actividad mental, resistente a ser analizada a la luz fría
de la razón y encontrando su espacio y su laboratorio en la analítica que
propician las practicas narrativas» (Asensio, Acarín y Romero 2006).

Dejamos aquí la primera problemática aludida, invitando al lector a que


prosiga su tarea tomando como lupa esta «ligera sospecha»; solo una
investigación abundante, constante y plural temáticamente terminará por
confirmarla o desmentirla. Nos quedamos con la segunda cuestión.

El aspecto metodológico en el estudio de las emociones en general,


también en contextos formativos y, por supuesto, en aquellos entornos
formativos generados por las tecnologías de nuestro tiempo, no es pro-
blema menor (Kappas y Descôteaux 2004). Por más que se da a entender
que parece como si, a medida que se amplía la tipología metodológica
utilizada, «se estuviese llegando a un consenso en torno a lo que son las
emociones y los mecanismos que las desencadenan», la investigación no
logra desembarazarse de lo que considera un riesgo interno permanen-
te, bien recogido en la siguiente expresión aparentemente paradójica:
estudiar las emociones «racionalmente», por ejemplo, aquellas que son
«generadas» mediante técnicas de inducción más o menos naturales o
artificiales o aquellas otras que son «congeladas, traducidas y tratadas»
mediante programas cibernéticos en tiempo más o menos real.

En el caso que nos ocupa, las emociones en espacios mediados por unas
tecnologías muy concretas, ambos modos de trabajo son perfectamente
compatibles y están abriendo un amplio campo de investigación, solo
limitado por falta de imaginación o de desarrollo técnico, que muy clarifi-
cadoramente se autodenomina inteligencia artificial.

 Queremos llamar la atención en sentido de que esta línea de investigación nos parece más
propia de una concepción de estas tecnologías como herramientas o instrumentos de
acción que como espacios de acción; decimos más propia, no exclusiva (García, 2004).

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Gestión de emociones en espacios virtuales de formación

Nuestra investigación no está en esta dirección. Toma como punto de


apoyo y unidad de análisis no la expresión automática, mecánica, inme-
diata, del estado emocional que presenta un sujeto, inducido y/o trans-
ducido convenientemente, sino la propia acción del sujeto en situación,
mejor dicho, la narración que el propio sujeto hace de su participación en
una actividad concreta y de la interpretación que hace de las acciones de
sus compañeros de actividad, y lo que buscamos es detectar ahí, en esa
situación concreta, que en este caso se desarrolla mediada por las nue-
vas tecnologías, cómo funciona el engranaje emoción-cognición-acción y
cómo son y actúan las emociones dentro de ese engranaje.

Para una mejor comprensión de lo que venimos comentando procede


que pasemos ya a presentar las características de esa situación y activi-
dad concreta así como aquellos supuestos teóricos a propósito del com-
plejo emocional en los que nos apoyamos. Lo haremos inmediatamente,
pero antes nos interesa cerrar bien este epígrafe inicial.

Diremos que en realidad nuestra tarea consiste en observar el compor-


tamiento descrito verbalmente por el propio sujeto a propósito de lo que
hace él y sus compañeros cuando tratan de afrontar una actividad cola-
borativa implementada con las nuevas tecnologías, para ver el papel que
juegan ahí las emociones.

En nuestra opinión, de acuerdo también con el planteamiento que hace


la ponencia, este es un marco adecuado para la comprensión de las emo-
ciones. La ponencia destaca el escenario relacional, cooperativo/defensi-
vo, de acción en situación, como rasgos propicios para su análisis, por ser
los más próximos a lo que se entiende que pudo ser el contexto originario
de un mecanismo adaptativo, y la narración/manifestación/comunicación
de la experiencia por los propios participantes como instrumento óptimo
de análisis. Lo que hacemos nosotros es trasladar este planteamiento a
los llamados espacios virtuales de formación porque, ya lo hemos dicho,
entendemos que pueden ser un buen laboratorio para el estudio del fun-
cionamiento de muchos aspectos y mecanismos de los procesos forma-
tivos. En esta ocasión nos permiten ver y analizar las emociones «more
ecológico», como algo más que un mero dispositivo dentro del sistema
de procesamiento de información (Channouf y Rouan 2002).

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Ángel García del Dujo et al.

Marco teórico, hipótesis y descripción del artificio meto-


dológico

Una lectura atenta de las distintas ponencias presentadas en este XXV Se-
minario, junto con los artículos que componen el monográfico de Teoría
de la Educación. Revista Interuniversitaria, hace poco menos que inevita-
ble las siguientes preguntas: ¿hay algo que se pueda dar por «suficiente-
mente sentado» a propósito de las emociones?, ¿y sobre las emociones
en educación? Del abundante cuerpo teórico de conocimiento que se ma-
neja en uno y otro caso, ¿hay algunos puntos de confluencia?, ¿podemos
extraer algún perfil teórico que nos sea útil para nuestro objetivo?

No hemos hecho un análisis comparado en sentido estricto de los distin-


tos vericuetos utilizados por los autores de los trabajos, pero podríamos
aceptar que buena parte de ellos comparten, de forma más o menos
explícita, una interpretación de la experiencia emocional como una es-
tructura en la que intervienen los siguientes componentes:
[…] une composante cognitive ayant pour finalité l’évaluation de
l’évenement-stimulus qui provoque l’émotion; une composante
d’activation phisiologique determinée principalement par l’inter-
vention du système neurovégétative; une composante constitué
par l’éxpresion non-verbale; une composante motivationnelle, rela-
tive aux intentions et à la tendance à agir/reagir; une composante
subjective consistant dans le sentiment éprouvé par l’individu
(Ricci 2004: pp 157).

Y la ven, por supuesto, como un complejo dinámico de componentes


interdependientes y sincronizados. Inmediatamente añade el autor citado
que el desacuerdo en el pensamiento contemporáneo empieza en lo que
se refiere a las funciones y significación de las emociones.

Pues bien, en esta investigación hemos colocado el foco de atención en


ese componente de exteriorización-manifestación del organismo, al pare-
cer inevitable e imprescindible, como también lo son, en consecuencia, las
preguntas que inmediatamente nos hacemos: ¿cómo es, en qué consiste,
cómo se hace presente ese componente en un entorno formativo apellida-
do precisamente de virtual?, ¿cómo son, cómo se comportan y actúan las
emociones, su manifestación, sus funciones, cuando están ausentes unas
coordenadas espacio-temporales concretas que definen la situación donde
se contextualiza su exteriorización? Estas dos preguntas pueden reducirse
a una muy sencilla: ¿qué pasa cuando, por la naturaleza del entorno de

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Gestión de emociones en espacios virtuales de formación

acción, está ausente «le composante constitué par l’éxpresion non-verba-


le»? ¿O es que todas estas preguntas están mal planteadas y no procede
siquiera su formulación puesto que los espacios virtuales, y el compor-
tamiento de los sujetos en ellos, no se ajustan a lo que dan a entender
estas preguntas? Y en este caso, ¿quiere ello decir que hemos encontra-
do muna situación en la que no intervienen las emociones? Ahora puede
entenderse la advertencia que hacíamos en uno de los primeros párrafos
al resaltar que emociones y nuevas tecnologías, en nuestro caso, se re-
quieren y clarifican mutuamente y que esa relación puede aportar nota-
bles conocimientos a nuestra disciplina.

Necesitamos dar todavía un paso más en concreción. Nuestro autor de


referencia distingue, dentro de este componente, rasgos múltiples y he-
terogéneos, por ejemplo, respuestas fisiológicas, expresiones faciales y
mensajes verbales y no verbales, que cumplen distinta función depen-
diendo de cuál sea el grado de intencionalidad, lo que le lleva a diferenciar
entre expresión y comunicación de emociones o, en terminología de otros
autores, entre comunicación espontánea y comunicación simbólica (Buck
1984), según el canal de exteriorización (no proposicional-proposicional),
código interpretativo (genético-cultural) y función prioritaria (adaptativa,
no intencional-comunicativa, intencional).

En el caso de nuestra investigación, dadas las características de la tecno-


logía utilizada para conformar el objeto de análisis, estamos hablando de
una exteriorización proposicional, codificada y decodificada en términos
culturales, sociales, aprendidos, y con una función explícitamente comu-
nicativa, simbólica; estos son, como comprobaremos inmediatamente,
los rasgos exactos con los que se presentan las emociones en la situa-
ción que ha sido objeto de nuestro estudio.

Y es en referencia a esta caracterización como podemos concretar aún


más las funciones que pueden cumplir las emociones en los espacios
virtuales de formación y cuyo análisis presentaremos en el epígrafe si-
guiente: de un lado, son ellas las que «tejen» las relaciones entre los

 Otra cosa diferente es que esa situación sea susceptible también de utilizar artificios, me-
jor dicho artefactos —por ejemplo, emoticones, avatares y mecanismos de control elec-
trotérmico de la reacción fisiológica— que simulen y controlen la función adaptativa, no
proposicional, expresiva o de comunicación espontánea de las emociones. Reiteramos que
nuestra investigación, no desconociendo esta deriva, se centra en la otra línea de investiga-
ción. Y, por supuesto, cabe una tercera línea de gran interés: cómo se pasa de una a otra,
cómo se traduce la esfera de la expresividad a la de la comunicación simbólica.

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Ángel García del Dujo et al.

miembros del grupo, no solo las relaciones socioafectivas sino también


las laborales, dicho de otra manera, actúan de catalizadoras de la dinámi-
ca de trabajo que el grupo pone en marcha; de otro, son ellas las que van
conformando progresivamente una dimensión común, compartida, del
espacio-tiempo y del medio, hasta crear a modo de un «entorno habita-
ble», transformando lenta pero constantemente ese espacio virtual en un
lugar donde se desarrolla esa situación. El catalizador de todo el proceso,
decimos, es el complejo emocional, transformado ahora en afecto grupal.
Estas son nuestras hipótesis, que comprobaremos en el epígrafe siguien-
te. Antes, describiremos brevemente el artificio metodológico utilizado
en esta investigación.

Nuestro campo de observación y análisis procede de las interacciones


textuales de un grupo de alumnos que, bajo condiciones de virtualidad,
desarrollaron actividades cooperativas de aprendizaje en una asignatura
(Nuevas Tecnologías Aplicadas a la Educación) perteneciente al plan de
estudios de la especialidad de Educación Infantil de la Escuela Universita-
ria de Magisterio de Zamora (Universidad de Salamanca).

Es preciso señalar que la asignatura que sirvió de marco para esta activi-
dad formativa es de régimen presencial, aunque se trasladó una parte de
las tareas a un entorno virtual de aprendizaje bajo la metodología coope-
rativa de interacción, aprovechando un período de actividad académica
no presencial; el ámbito de interacción seleccionado fue proporcionado
por la plataforma Blackboard, escenario virtual donde se desplegó toda
la actividad usando, exclusivamente, la comunicación asíncrona escrita a
través de los foros de discusión (Discussion Board) de la citada platafor-
ma de formación.

La actividad cooperativa analizada se organizó y desplegó en once equi-


pos que para tal efecto contaron con igual número de foros de discusión
diferenciados en la plataforma. Toda la interacción virtual, esto es, el vo-
lumen textual en que se manifestó la actividad cooperativa se generó
gracias a 652 mensajes escritos emitidos por 26 alumnos, que fueron es-
tudiados identificando dos unidades de análisis: las categorías temáticas
de registro y las categorías de enumeración física. Toda la interpretación
de los mensajes escritos se realizó atendiendo a las cinco categorías

 La interacción cooperativa asíncrona estaba definida por las siguientes cinco categorías de
registro: interdependencia positiva (1-1), responsabilidad individual y grupal (1-2), interacción
estimuladora (1-3), gestión interna de equipo (1-4) y evaluación interna de equipo (1-5).

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Gestión de emociones en espacios virtuales de formación

—y subcategorías— temáticas que definen la interacción cooperativa en


torno a una pieza documental de registro, delimitada por la línea textual,
unidad física con la que se registraron 4.871 líneas en toda la actividad,
que enumeramos a través del programa de análisis cualitativo NUD. IST
(Non-Numerical Unstructured Data, Indexing, Searching and Theorising).

Además de analizar, organizar y presentar los datos sobre la actividad


cooperativa mediada tecnológicamente en el informe de investigación
correspondiente (Suárez 2006), debemos señalar que en aquel estudio no
dejamos pasar por alto la evidencia y el registro de una dimensión afec-
tiva intergrupal —recogida principalmente bajo la subcategoría temática
de registro denominada «muestras de afecto» (1, 3, 2, 3)— que, en este
caso, presentamos organizados en los siguientes campos: alegría, triste-
za, placer, fastidio, amor, odio, entusiasmo y desaliento, como muestra o
ejemplo de la existencia de una dimensión emotiva en los contextos de
formación virtual, materia del presente análisis pedagógico.

Resultados

En la intención de no sobrepasar la extensión aconsejada para los adden-


dantes, sin que ello perjudique a su vez la presentación de resultados,
tomamos como coordenadas de nuestra exposición, de un lado, las dos
hipótesis reseñadas y, de otro, algunas emociones entre aquellas que
numerosos autores califican de básicas o fundamentales; este carácter
de ejemplificación nos exime de mayores precisiones en lo que se refiere
a identidad y definición nítidas de las emociones elegidas.

Hipótesis 1: En los espacios virtuales las emociones tejen las relaciones


entre los miembros del grupo, actuando como catalizadores de la dinámi-
ca socioafeciva y laboral que el grupo pone en marcha.

Emociones: alegría-tristeza, entusiasmo-pesar

* Alegría
+++ Retrieval for this document: 2 units out of 2, = 100%
++ Text units 1-2:

 «Muestras de afecto» es una subcategoría que define la categoría «confraternidad en tor-


no a la meta de trabajo» (1, 3, 2), que a su vez define la categoría temática cooperativa
identificada como «interacción estimulación» (1, 3). Otros ejemplos son tomados de la
subcategoría «habilidades de trabajo en equipo» (1, 4, 2), emitidos en diversos equipos
cooperativos.

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Ángel García del Dujo et al.

1 Hola soy Mª José de Alba Hernández y me encargaré de la segunda


lectura
2 Un saludo a todos :)
++ Text units 10-10:
10 Buen trabajo!!!!
++ Text units 3-3:
3 En primer lugar me alegro de que os guste lo que hice, y en segundo
que
++ Text units 6-6:
6 Bueno chicas a currar para sacar esto adelante.
++ Text units 3-3:
3 tenga el número 5 porque me lo ha dicho Luis. Bueno chicas a por
el toro.
++ Text units 10-10:
10 seguro que sale bien!!!

* Tristeza
++ Text units 2-2:
2 Ayer olvidé poner los datos y bibliografía de mi texto, lo siento. Son
++ Text units 2-2:
2 Siento haber tardado en volver a entrar en la plataforma pero he
tenido
++ Text units 1-3:
1 Siento mucho que haya pasado esto, Mº José. Es que Rosa se con-
fundió al
2 poner el número del punto que le tocaba y a lo mejor al decírselo
yo
3 preparé más jaleo. Pero no te preocupes, si quieres pon lo que ha-
yas
++ Text units 4-5:
4 ya has hecho mucho. ¿Quieres que cambie algo de mi parte?, la
verdad que
5 tengo que reconocer que no la he trabajado lo suficiente. Contesta

Se aprecia que, vía emocional, la pretensión de los participantes es la de


verse reconocidos en el grupo, como si fuera «la silla» que utilizan para
«sentarse» en torno a la mesa de trabajo. Funcionan, pues, como impul-
soras de la acción a desarrollar en el trabajo conjunto y distribuidoras de

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Gestión de emociones en espacios virtuales de formación

las respectivas funciones que los miembros del grupo han de desempe-
ñar. Esto mismo puede apreciarse con mayor nitidez cuando «incremen-
tamos» la intensidad de esas emociones:

* Entusiasmo
Me parece muy bien la introducción que has propuesto. Creo que
ayuda al lector a hacerse una idea del contenido del trabajo en unas
pocas líneas.
++ Text units 1-1:
1 Me parece que está bien elaborada la introducción que has realiza-
do, si
++ Text units 2-3:
2 He leído tu trabajo final y me gusta como ha quedado finalmente.
Queda
3 saber, al igual que con el mío, qué piensa el resto del grupo.
++ Text units 2-3:
2 Acabo de leer el mensaje de Eugenia y me parece bien que te encar-
gues de
3 imprimirlo y entregarlo. Creo que podemos dar por finalizado el tra-
bajo,
++ Text units 2-5:
2 Tengo que felicitarte por tu trabajo, te lo has currrado muchísimo,
has
3 aportado muchas cosas. La introducción me gusta, y aunque toda-
vía no
4 tengamos la conclusión de las cinco lecturas, yo las he mirado por
encima
5 y lo que tu has hecho se adapta a la visión general, encaja bien,
aunque

* Pesar
++ Text units 5-7:
5 No sé si te habrás fijado, pero no hay participación de las personas
de
6 nuestro grupo en la lectura 5, así que nuestro trabajo constará solo
de
7 las cuatro primeras lecturas.
++ Text units 9-10:

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Ángel García del Dujo et al.

9 Pero faltan 2 partes que no se a quien le toca. Como no las hagan,


nos
10 toca a nosotras porque no me apetece suspender.
++ Text units 6-8:
6 Has echado un vistazo al trabajo? Tú verás, yo no tengo tiempo para
7 leerme lo otro y a nuestra nota no le afecta, yo estoy de trabajos
hasta
8 arriba
++ Text units 2-4:
2 Tenemos la introducción, la parte 1 de Yolanda, la parte 2 que es la
mía
3 que mañana la cuelgo, la parte 4 que es la de Pilar y faltan la 3 y la 5.
4 Pero la 5 no se quien la tiene.
++ Text units 2-4:
2 Os escribo para deciros que tenéis que daros prisa al entregar vuestras
3 lecturas porque yo no se de qué se tratan. Así, difícilmente podemos
hacer
++ Text units 2-5:
2 Ya existen tres partes del trabajo y faltan dos (4 y 5). Pero lo más
3 importante no es solo pegar las partes del trabajo, sino buscar
4 coherencia en todo el documento, se repiten varias cosas y existen
5 aspectos que pueden salir.

En este elenco de manifestaciones «se intuyen» las emociones como


punto de conexión de la tríada emoción-cognición-acción. En el primer
momento de cada intervención se deja constancia del entusiasmo o dis-
gusto que, inmediatamente, dan paso a una valoración cognitiva del tra-
bajo conjunto que están llevando a cabo. La comunicación de la emoción
teje aquí la estructura socioafectiva y laboral en la que descansa el desa-
rrollo de la acción.

Hipótesis 2. Las emociones van conformando una dinámica común,


compartida, del espacio-tiempo, transformando el espacio virtual en
un lugar, entorno habitable, donde se desarrolla la acción.
Emociones: alegría-tristeza, entusiasmo-pesar

* Alegría
++ Text units 1-2:
1 Hola chicas!

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Gestión de emociones en espacios virtuales de formación

2 ¿Cómo va todo?
++ Text units 37-37:
37 Un saludo para todas.
++ Text units 4-4:
4 muy bien chicas!!
++ Text units 4-5:
4 Intentaré conectarme desde Punta Cana (que ganicas tengo ya!!!) a
ver
5 como va.
++ Text units 6-6:
6 Espero que os animéis.
++ Text units 1-1:
1 Hola Patri!
++ Text units 11-11:
11 Ánimo y hasta pronto!!!

* Tristeza
++ Text units 2-3:
2 Siento no haberme podido conectar antes y no haber ido pero acabo
de ver
3 vuestros mensajes.
2 Perdonad por haberme comunicado tan tarde pero la verdad es que
he estado
3 liada y no dispongo de ordenador.
++ Text units 22-22:
22 Espero no os moleste.
++ Text units 6-6:
6 Perdona.

En esta ocasión, la manifestación emocional constituye el ingrediente


imprescindible para que el proceso comunicativo se inicie y desarrolle. Y
dentro de él, ante la no presencialidad, la exteriorización y manifestación
de la emoción funciona como nexo de unión, como motor que introduce
cercanía en la distancia, cumpliendo el papel de proximidad y conexión
espacio-temporal. Es decir, las emociones configuran el marco social
de la acción, interindividual y contextual, conformando así el lugar de la
acción.

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* Entusiasmo
++ Text units 4-6:
4 leído tú introducción y me parece bastante completa. Me imagino
que ya no
5 tendrás oportunidad de contestarme pero de todas formas gracias
por la
6 información.
++ Text units 1-1:
1 Tranquila, lo entiendo perfectamente
++ Text units 8-10:
8 Oye y a las que se van de excursión que disfrutéis mucho y que os
hagáis
9 Fotos para enseñarlas después!!
10 Besossssss
++ Text units 2-2:
2 Acabo de llegar ahora mismo del viaje y aquí estoy tal y como os
prometí.
++ Text units 5-5:
5 «las vacaciones». A partir de hoy me pondré manos a la obra.
 
* Pesar
++ Text units 3-4:
3 Me gustaría que me confirmarais esto, por que lo mismo después
de haber
4 hecho todo el trabajo nos quedamos sin entregarlo y la liamos!
++ Text units 5-5:
5 Lamento no haber podido participar más.
++ Text units 2-5:
2 En primer lugar, quiero pediros disculpas por no haber dado señales
de
3 vida desde la semana pasada, pero primero, las vacaciones de Se-
mana Santa
4 y, esta semana el trabajo y problemas de salud me han impedido dar
mi
5 opinión.
++ Text units 2-3:
2 lo siento por insistir tanto, pero es que hay gente que se va a ir al
3 viaje de fin de carrera y no hemos acabado el trabajo.

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Gestión de emociones en espacios virtuales de formación

++ Text units 1-2:


1 hola, Rosa no ha participado en sus foros, así que me da que tampo-
co lo
2 va a hacer en este.

En los textos anteriores puede observarse que el complejo emocional


activado por los alumnos va configurando progresivamente un sistema
convivencial. La individualidad y la socialidad se dan cita en el espacio
virtual como consecuencia, precisamente, de que el alumno se encuentra
en una conexión de constitución recíproca vía emocional. La aparente
inmovilidad del espacio tecnológico queda relegada por una palpable di-
namicidad física y social definida a partir de las relaciones emocionales
en que se apoya la acción.

Veamos ahora cómo ambas hipótesis quedan reflejadas conjuntamente


en las siguientes manifestaciones:

* Alegría
++ Text units 9-10:
9 No sé como veáis, bueno tened cuidado con los excesos esta Sema-
na Santa y
10 ánimo que ya lo tenemos chupao!
++ Text units 2-4:
2 allí, lo miro en cuanto venga para dar mi visto bueno (o malo jajaja) y
3 que lo podamos entregar a tiempo.
4 besos a todas y ahora si que si[…].
++ Text units 6-6:
6 saludos y ánimo, que nos tiene que quedar estupendo. :)
 
* Tristeza
++ Text units 1-5:
1 Perdona Raquel, pues el viernes fui pasando deprisa los mensajes y
con
2 las prisas se me pasó alguno tuyo y por eso te mandé un mensaje
donde te
3 decía que necesitábamos la introducción de tu parte que aún no
estaba, LO
4 SIENTO, supongo que lo entenderás.
5 Pilar

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Ángel García del Dujo et al.

* Entusiasmo
++ Text units 11-15:
11 vistazo para poder imprimirlo. Ya me imagino que llegaréis muy
cansadas y
12 sufriendo el cambio de horario, pero sería una pena perder todo el
13 trabajo que hemos realizado hasta ahora.
14 Pues, nada más, ánimo que habéis hecho un buen trabajo. Deseo
que lo
15 paséis muy bien, y que disfrutéis mucho del viaje.
++ Text units 1-3:
1 Hola guapa, ya he hecho la bibliografía final. He incluido la de Laura,
2 la tuya, y la mía. Así que no te preocupes.
3 También he completado la introducción y voy a ver que mas puedo
hacer.
++ Text units 13-13:
13 Pues, ya me dirás como sale, ánimo y un beso.
 
* Pesar
++ Text units 6-8:
6 Has echado un vistazo al trabajo? Tú verás, yo no tengo tiempo para
7 leerme lo otro y a nuestra nota no le afecta, yo estoy de trabajos hasta
8 arriba
++ Text units 2-3:
2 lo siento por insistir tanto, pero es que hay gente que se va a ir al
3 viaje de fin de carrera y no hemos acabado el trabajo. Solo hemos
hecho
++ Text units 1-3:
1 Me puedes explicar como vamos a hacer el trabajo final si nos falta un
2 artículo, el de María, que se ha ido de excursión y no ha hecho su
3 parte.¿lo hacemos nosotras o que?
++ Text units 3-8:
3 Creo que estamos las dos solas para elaborar el informe final, he
leído
4 los mensajes y después de ver tu intervención ayer, he comprobado
que las
5 tres del grupo que se han ido de viaje son: Laura, María y Teresa, con lo
6 cual o mucho nos cargamos las pilas o intentaremos hacer lo que
podamos,

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Gestión de emociones en espacios virtuales de formación

7 pues como es lógico, no todas podemos coincidir en el mismo tiem-


po para
8 realizar el trabajo, más, si es a través del ordenador.

Obviamente, resulta complicado separar la acción cooperativa del entor-


no de la acción, el trabajo desarrollado del clima de convivencia y relación
en el que se lleva a cabo. En estas manifestaciones se aprecia cómo, a
la vez que los alumnos van dando respuesta a los problemas que van
surgiendo en el trabajo cooperativo, necesitan expresarlo desde un clima
emocional agradable, confortable, distendido. La vertiente emocional de
la narración funciona, pues, como punto de apoyo que ayuda a los alum-
nos a desenvolverse personal y socialmente en el grupo. Es decir, las
emociones introducen y activan a las personas en el grupo —lo que nos
permite a nosotros asegurarnos de que participan en el proceso formati-
vo— y, a su vez, organizan las conductas que los alumnos ponen «sobre
la mesa» codificando y configurando el desempeño global del alumno
y del grupo, en respuesta al ambiente situacional que se configura pro-
gresivamente en torno a la acción que se encuentran desarrollando. Por
todo ello, y también obviamente, la interacción en el espacio virtual que
describimos se caracteriza y puede calificarse, en general, de altamente
positiva y cordial.

4. Discusión

Llegados a este punto, y recuperando alguna reflexión que hacíamos en


el primer epígrafe, cabe introducir una pregunta para la discusión que
podría quedar formulada en los siguientes términos: ¿podemos, pues,
hablar de lugares en el caso de los espacios virtuales de formación? Este
interrogante plantea un debate en torno a la naturaleza de la Red, que
no es intrascendente para nuestra disciplina. A este respecto existen, al
menos, dos grandes posturas.

De un lado, se piensa que la aparición de Internet ha supuesto que los es-


pacios, los lugares, han perdido importancia, incluso han sido rebasados.
La sociedad de redes y el denominado espacio de flujos ha sustituido al
espacio de los lugares, y la extensión ha dejado de ser, en beneficio de
la compresión, la principal característica para estudiar científicamente el
espacio y definir así el comportamiento de los individuos y la sociedad
(Castells, 1998; Echeverría, 2003). La sociedad de redes y el espacio de

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Ángel García del Dujo et al.

flujos estarían planteando la aparición de un nuevo paradigma cultural,


donde la información actúa como materia prima y la tecnología hace las
veces de mediadora en el discurrir del sistema social, amoldándose a
una morfología social reticular, y superando así muchas dificultades y li-
mitaciones espaciales. Una nueva lógica espacial que lleva a hablar de
deslocalización —en alusión a una homogeneización del espacio y a una
«isoespacialización» de la economía— (Lash y Urry 1994) o, incluso, del
final de los territorios (Badie 1995) —desterritorialización— (Bervejillo
1996). El progreso implicaría una conquista del espacio y su aniquilación
por parte del tiempo (Harvey 1998):
De ahí que pueda hablarse de la globalización como una desterri-
torialización, como un paso de lo concreto (los territorios vividos,
apropiados por sociedades singulares) a lo abstracto (el espacio
global de los flujos, de la simultaneidad de lo discontinuo). A medi-
da que el capital y la cultura se globalizan, y se multiplica la movi-
lidad de la población, la propia sustancia de los territorios (su eco-
nomía, su identidad, su gente) parece volverse volátil, indefinida,
incierta (Bervejillo 1996: 10).

De otro lado, se encuentra la tesis —en la que, entre otros argumentos,


apoyamos esta addenda— que reivindica la dimensión espacial, territorial,
lugareña, de los entornos virtuales. Más allá de una configuración «aespa-
cial» de la sociedad (Estébanez 1995), preferimos hablar de personalidad
en los espacios vividos y de lugares dentro de la red. Y este enfoque no
es solo el contrapunto localista a una perspectiva global de la sociedad,
sino también la creencia en que detrás de los espacios de redes existen
espacios de lugares. El espacio virtual, entendido como lugar preferido,
evitado, agradable o repugnado, no solo como contenedor de procesos y
conexiones informacionales a escala planetaria, actúa como mediador en
muchos de los procesos sociales y personales, emocionales, que acon-
tecen en el discurrir diario de una persona que ocupa parte de su tiempo
en la Red. La dimensión social, cultural, personal —afectiva y emotiva,
comunicativa y significativa—, se combina en el espacio transformándolo
en lugar, pues aporta el referente territorial y de pertenencia que todo
sujeto demanda de cara a la formación de su identidad:
[…] parece evidente que las redes informáticas permiten la crea-
ción de una serie de espacios sociales nuevos en los que la gente
puede reunirse e interactuar (Smith y Kollock 2003: 20).

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Gestión de emociones en espacios virtuales de formación

Por tanto, no se puede hablar propiamente de una pérdida de la noción


de lugar, sino de una reformulación de la idea clásica de lugar (Gutiérrez
Puebla 2000: 528-529).

Conclusión: ¿dónde esta la educación?

En entornos virtuales de interacción cooperativa, como es nuestro caso,


el punto de imbricación del trabajo en equipo –además de darse en ra-
zón de la meta común, como la dirección de la actividad compartida;
la división de tareas, para no descuidar la parte del todo; la gestión del
equipo, que articula y planifica el trabajo necesario para el éxito grupal y
la evaluación interna de la actividad y del desempeño de cada miembro,
como ejercicio de autorreflexión para corregir errores–, se funda en la in-
teracción estimuladora que, en estos casos donde la proximidad física no
es la constante, se manifiesta como el nexo psicológico necesario para
concertar y conducir la actividad.

Vista la experiencia, el ejercicio emocional no es un evento que se excluya


o inhiba en estas formas de interacción en escenarios virtuales, es más,
puesto que la complicidad afectiva del «cara a cara» es rescindida por la
textualidad, el lenguaje emocional en los contextos de virtualidad, visible
en este caso a través de las limitaciones y ventajas del texto, se manifies-
ta como significativo al momento de interactuar.

Como tal, en la construcción de la interacción social sobre soportes vir-


tuales, la necesidad de hacer evidente, por los medios que fueran nece-
sarios, el estado de satisfacción o desagrado con que se van tejiendo
las complicidades en la interacción, cimenta el trabajo de equipo. Conse-
cuentemente, los afectos no son solo parte de la interacción, es el len-
guaje propio con que se negocian los significados en las redes sociales
que, en el caso de la virtualidad, se hacen inexorables cuando los canales
para evidenciarlos son limitados.

No obstante, la vivencia emocional de un sujeto no es virtual —entendi-


da como ficción—, aunque resida textualmente en un entorno soportado
tecnológicamente; es tan real como la vida misma, ya que forma parte de
la circunstancia subjetiva de quien la vive y la experimenta. Lo nuevo es
que, al conformarse redes virtuales de interacción, la vida emocional que
comparte un sujeto que interactúa tecnológicamente con otros, se con-
vierte en un plano más de su despliegue social que, como revela nuestro

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Ángel García del Dujo et al.

estudio, además de compartir con los otros diversas actividades ligadas


a la interacción cooperativa, se ejercitan modos y posturas emocionales
propias de una transacción interpersonal en que se articularía un tejido
social. La red no solo «aloja» un mundo de interacciones afectivas, sino
que va creando un escenario distinto para su ejecución en las condicio-
nes que la distancia física, el control de la temporalidad y la textualidad
para la interacción le conceden. La tecnología, en este caso, otorga unos
condicionantes particulares a la forma secular de imbricación socio-afec-
tiva en que construimos nuestras redes de interacción social. Y la educa-
ción, en sentido formativo, tiene su sitio en la concienciación y gestión
de este proceso.

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