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1. El Cantar de los Cantares es “El cantar por excelencia”, “el más bello cantar”.

El
libro es una colección de cantos populares de amor.
Todo el libro habla de la belleza y dignidad del amor humano con un lenguaje erótico de
gran belleza poética. Habla de la mujer enamorada en busca de su amado hasta
encontrarlo. Habla de la belleza del cuerpo de la mujer y del cuerpo del hombre, habla
del amor humano, como búsqueda amorosa y entrega mutua.

En la experiencia de amor, el joven y la joven enamorados se relacionan como iguales.


La mujer tiene conciencia de su propia dignidad e igualdad con el hombre. Donde no
hay conciencia de igualdad y reciprocidad no puede darse un amor auténtico.

2. La lectura oficial del Cantar de los Cantares se hacía en pascua, el día más solemne
del año, asociándose así a la acción liberadora de Dios en el Exodo.
Este libro fue compuesto como una crítica al templo, a la ciudad de Jerusalén y al
machismo reinante, reafirmando la dignidad de la mujer, del sexo y del amor,
defendiendo la vida del pueblo y de los pobres.

3. Marginación progresiva de la mujer y valoración y resistencia creciente de la


propia mujer.
Lo que más contribuyó a la marginación de la mujer fue la ley de la pureza.
La mujer era declarada impura por ser madre, por ser esposa, por ser hija, por ser mujer.
Por ser madre: se hacía impura al dar a luz (Lev 12, 1-5).
Por ser hija: el hijo varón, al nacer la hacía impura 40 días (Lev 12, 2-4) y la hija
durante 80 (Lev 12, 5).
Por ser esposa: la relación sexual la hacía impura durante un día (Lev 15,18).
Por ser mujer: la menstruación la hacía impura durante siete días. Quien tocaba a la
mujer menstruada, debía purificarse (Lev 15, 19-30).
Esta legislación creó una mentalidad, según la cual, la mujer era inferior al hombre. La
mujer misma asimiló esta manera de pensar y creó en ella un complejo de inferioridad.

Pero desde los tiempos más remotos hubo siempre reacciones contrarias a la
marginación de la mujer.
La resistencia y el aprecio por la mujer crecieron en el período en que fue más fuerte su
marginación, después del destierro.
En el Cantar de los Cantares aparece la mujer como persona autónoma, independiente,
que, para poder encontrar a su amado, se enfrenta a los centinelas de la ciudad, al rival
que la persigue y a los hermanos que quieren protegerla. El Cantar de los Cantares
reafirma la dignidad de la mujer, hablando de ella como mujer, no como madre.
La mujer no aparece aquí como madre ni como esposa, sino como mujer que sabe usar
su belleza y sus encantos femeninos para luchar por los derechos de los pobres y
defender así la Alianza del pueblo.
La mujer no lucha a favor del Templo ni de leyes abstractas, sino en defensa de la vida
del pueblo.

El amor enfrenta y vence todo. Es como una “centella de Yavé” (Cant 8,6).
Algunas claves de lectura:
 El Cantar de los Cantares habla del amor entre el hombre y la mujer de una
manera muy humana. El amor es lo que más nos acerca al Misterio de Dios-
Amor.
 El amor entre hombre y mujer es don de Dios: es un lugar privilegiado de la
presencia de Dios.
 El Cantar de los Cantares es una serie de canciones que describen el amor de una
joven enamorada que busca a su amado. Reflejan la dimensión personal, afectiva
y sentimental del ser humano.
 El Cantar de los Cantares reafirma con valentía el valor y dignidad del sexo y
del amor, denunciando la prostitución y manipulación del sexo y del amor por
intereses políticos o intereses de producción y de mercado.
 El Cantar de los Cantares siempre ha sido interpretado como expresión del amor
apasionado de Dios a su pueblo: “te desposaré conmigo para siempre”. “Con
amor eterno te amo”. El amor entre el hombre y la mujer es una alegoría del
amor de Yavé a su pueblo. Un símbolo del amor entre Cristo y su Iglesia, entre
Cristo y el alma.
La primera lectura del Cantar de los Cantares 2,8-14 nos presenta en un lenguaje
poético y figurado el amor tierno y apasionado de dos enamorados: el amor apasionado
de Dios por su pueblo, que es la esposa: Yo seré tu Dios y tú serás mi pueblo.
En la primera estrofa del poema de amor habla la novia enamorada: miren a mi amado,
ya viene saltando por los montes, retozando por las colinas. Mi amado es como un
venadito, que se detiene detrás de nuestra tapia, espía por las ventanas y mira a través
de las rejas.
En la segunda estrofa escuchamos la voz del novio enamorado, que llama a su amada
con un precioso canto de amor: Levántate, amada mía, hermosa mía, ven a mí: el
invierno ya ha pasado, las lluvias han cesado. Es tiempo de primavera: ya brotan las
flores sobre la tierra; el arrullo de las tórtolas se escucha en el campo; ya apuntan los
frutos en la higuera y las viñas en flor exhalan su fragancia. La primavera, las flores, el
arrullo de la tórtola, las viñas en flor…todo invita a celebrar el desposorio.
Insiste el novio con la fuerza de su ternura y pasión: Levántate, amada mía, hermosa
mía, y ven. Paloma mía, déjame ver tu rostro y hazme oir tu voz, porque tu voz es dulce
y tu rostro encantador.
Dios nos revela su amor con palabras, figuras, imágenes, cantos y símbolos del amor
humano: como un Padre entrañable, como un Amigo cercano y fiel, como un novio
enamorado, como un esposo apasionado.

Historia de un gran amor: Ricardo Falla

Cántico Espiritual de San Juan de la Cruz


Canciones entre el alma y el Esposo

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