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financiero
Por Juan Pablo Calle, el 09 de febrero, 2018
El análisis del riesgo financiero es la evaluación de la probabilidad de que se
concrete una amenaza y de su posible impacto. Por eso es crucial en la gestión
de riesgos.
La administración de riesgos financieros consiste en calcular el efecto
potencial de un riesgo y su grado de exposición.
Este cálculo no es una tarea fácil, pues un determinado riesgo puede
desencadenar muchos efectos. Por ejemplo, una máquina que deja de
funcionar no solo genera un daño mecánico que debe repararse. También se
interrumpe la producción, se generan pérdidas, se retrasan las entregas y se
puede, incluso, llegar a afectar la imagen de la compañía.
¿Por dónde empezar?
El análisis del riesgo financiero de una empresa comienza después de
haber identificado todos los posibles eventos de riesgo. En este artículo le
explicamos cómo identificarlos.
El análisis tiene como objetivo no solo estimar posibles pérdidas, sino evitar
que ellas ocurran.
Por ejemplo, en un análisis de riesgo de crédito, uno de los principales tipos de
riesgos financieros, se evalúa la posibilidad de que un deudor no pueda
terminar de pagar sus obligaciones. Con esa información, el banco toma
medidas para evitar que esto suceda o mitigar en lo posible el impacto.
Es por esa razón que la gestión del riesgo financiero debe tener en cuenta
los factores internos y externos que originan las amenazas.
Los factores internos son aquellos que se producen por la propia actividad
comercial de la compañía. Una mala administración de caja o problemas en la
producción son riesgos que pueden impactar las cuentas y el valor de mercado
de una empresa.
Por su parte, los factores externos son las condiciones políticas, económicas o
sociales que afectan el desempeño de una empresa, como las crisis
económicas, la inestabilidad de las tasas de cambio, las variaciones de una
industria o las políticas estatales.
El método más fácil para realizar el análisis del riesgo financiero en una
empresa es combinar la probabilidad de que un riesgo ocurra y las posibles
pérdidas económicas que se puedan ocasionar.
Una vez identificados los riesgos y después de elegir la herramienta más
conveniente para controlar los eventos, la compañía puede decidir si evitar o
asumir los riesgos de acuerdo con el nivel de tolerancia y de apetito al
riesgo de la compañía.
El grado de exposición al riesgo se mide de manera cuantitativa. En caso de
que un evento impacte apenas en un área específica de la compañía, el efecto
potencial se puede estimar multiplicando la probabilidad de que suceda el
riesgo por el cálculo aproximado de pérdida financiera.
Con el resultado se puede generar un gráfico de funciones que señalaría cuáles
riesgos son tolerables y cuáles son potencialmente peligrosos. Así: