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#Social#
S. de 30 de Abril de 1999
Ponente: Sr. Lluch Corell
-MATERIAS-
* DESPIDO
- Procedente: Faltas de puntualidad o asistencia: abandono de puesto de trabajo:
ausencia prolongada con la simultánea prestación de servicios para un tercero.
-NORMAS-
* RDLtivo. 1/1995, que aprueba el TR del Estatuto Trabjadores: arts. 49.1, 54, 55, 56
@2000-5074
ANTECEDENTES DE HECHO
TERCERO.- Que contra dicha sentencia se interpuso recurso de suplicación por la parte
demandante. Recibidos los autos en esta Sala, se acordó la formación del rollo
correspondiente y su pase al Ponente.
FUNDAMENTOS DE DERECHO
SEGUNDO.- En segundo lugar y al amparo del apartado c) del art. 191 de la LPL,
pretende el recurrente la revisión del derecho aplicado alegando la infracción de los arts.
54 a 56 del Estatuto de los Trabajadores. En síntesis sostiene el recurrente que no se
produjo el abandono de su puesto de trabajo, sino que por el contrario hubo un despido
verbal motivado por el hecho de que la empresa no le dejara incorporarse a su puesto de
trabajo cuando lo intentó el día 25 de septiembre de 1997.
Planteada así la cuestión, hay que señalar como hechos determinantes para la resolución
del pleito los siguientes: 1º.- Que el actor que venía prestando servicios para la empresa
demandada desde el 13 de junio de 1997, se ausentó de su puesto de trabajo el día 25 de
agosto de 1997 sin realizar comunicación alguna a la empresa. 2º.- Que ese mismo día
comenzó a prestar servicios para una tercera persona que a su vez había ostentado la
condición de socio de la demandada, de la que se desvinculó el día 9 de septiembre de
1997. 3º.- Que la empresa cursó la baja laboral del actor el día 31 de agosto de 1997.
4º.- Y que el actor trató de reincorporarse de nuevo a su antiguo puesto de trabajo en la
empresa demandada el día 25 de septiembre, lo que le fue denegado por aquélla.
Pues bien, el art. 49.1.d) del Estatuto de los Trabajadores configura como causa de
extinción del contrato de trabajo la dimisión del trabajador. Respecto de tal causa, el
Tribunal Supremo en sentencia de 3 de junio de 1988 declaró que, “para que pueda
apreciarse la concurrencia de la causa extintiva prevista en el art. 49.4 ET, ya se trate de
dimisión en sentido estricto o de abandono, es preciso, según una reiterada doctrina de
la Sala, contenida entre otras en SS 6 febrero 1981, 27 junio 1983, 3 marzo y 7 octubre
1986, y 14 abril 1987, que se produzca una actuación del trabajador que, de manera
expresa o tácita, pero siempre clara y terminante, demuestre su deliberado propósito de
dar por terminado el contrato, lo que requiere una manifestación de voluntad en ese
sentido o una conducta que de modo concluyente revele el elemento intencional
decisivo de romper la relación laboral.”. Recogiendo tal doctrina, las distintas Salas de
lo Social de los Tribunales Superiores de Justicia han venido elaborando un cuerpo de
sentencias que tratan de establecer en cada supuesto si se dan o no los requisitos del
abandono. Así, se pueden citar la Sentencia de Cataluña de 23 de octubre de 1997, en la
que se dice que, “las ausencias al trabajo únicamente pueden ser valoradas como
dimisión cuando hayan tenido como finalidad el propósito del operario de extinguir el
vínculo con la empresa abandonando definitivamente el puesto desempeñando (STS 20
de noviembre de 1982). O la de Galicia de 25 de marzo de 1994, en la que consideró
como supuesto de abandono el hecho de que “por el actor no justificó su ausencia, ni
comparecido por la empresa desde el 18 octubre hasta que el 5 noviembre 1993”.
Aplicando tal doctrina al presente caso debe llegarse a la conclusión de que estamos
ante un supuesto de abandono del puesto de trabajo por el trabajador. En efecto, debe
recordarse que no estamos ante el caso de una ausencia pasajera de unos pocos días del
puesto de trabajo, que justificaría la imposición de la correspondiente sanción
disciplinaria, sino ante una ausencia de un mes de duración no comunicada a la empresa
ni antes de producirse, ni en el transcurso de todo el mes. Pero lo que es más
determinante es que tal ausencia, ya de por sí significativa, se acompañó de la
prestación por el trabajador demandante de los mismos servicios que venía realizando
para una tercera persona que, habiendo sido socio, se desvinculó de la empresa
demandada. En definitiva, es la ausencia prolongada con la simultánea prestación de
servicios para un tercero lo que puede considerarse como una conducta del trabajador
animada por una voluntad inequívoca e indiscutible de dar por terminada su relación
laboral con la demandada. De modo que luego ya no está en su mano retractarse de su
decisión, pues como afirmó el Tribunal Supremo en su sentencia de 26 de abril de 1991,
“la decisión extintiva por parte del trabajador determina la producción de un acto
vinculante e irrevocable, del que no cabe retractarse con posterioridad sin
consentimiento de la empresa”. Lo que resulta congruente con la naturaleza bilateral y
sinalagmática del contrato de trabajo.
FALLO