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Juan Martín Prada. Catedrático de la Universidad de Cádiz. Autor del libro "El ver y las
imágenes en el tiempo de Internet (Akal, 2018).
Indudablemente muchos artistas emplean Instagram como espacio para mostrar sus
creaciones y dar a conocerse. Y es cierto que muchas de esas imágenes seguramente
nunca lleguen a ser expuestas (quizá habría mejor que decir ya "presentadas") en otro
espacio más que el de la red. Pero no hay que olvidar que hoy las paredes de una
galería o de un museo no son necesariamente el mejor espacio para experimentar una
obra fotográfica. En ocasiones, la pantalla del ordenador puede ser un espacio idóneo
para su contemplación.
No obstante, y más que el empleo de las redes sociales como medio de difusión, en la
relación entre arte y redes sociales me interesa más la investigación desarrollada por
algunos artistas que, continuando con las directrices del llamado "Internet art" surgido
a mediados de los años 90, han optado por explorar las redes como nuevo espacio
"público", en cierta forma considerándolo como las "calles" de una ciudad digital, y en
las que intervenir, explorándolas de forma creativa y crítica. Algunas "performances"
realizadas en Instagram, como esta
https://www.newmuseum.org/exhibitions/view/amalia-ulman-excellences-perfections
de Amalia Ulman serían buenos ejemplos de esta interesante vía del "social media art".
-¿Qué pros y contras ves en Instagram para la difusión del arte respecto a otras redes
sociales?
Instagram es una red social vinculada a la portabilidad del smartphone. Un rasgo que
hace de esta plataforma la más adecuada, por ejemplo, para que los propios visitantes
de las instituciones artísticas tengan un papel activo en la difusión de sus colecciones y
exposiciones. Continuamente vemos en las salas de galerías y museos (sobre todo de
fuera del estado español) carteles de invitación a que los espectadores hagan
fotografías y las difundan en sus redes sociales. Con la consigna "please take photos"
se les pide que hagan fotografías y las difundan en sus redes sociales, a que compartan
fotográficamente la experiencia vivida en la exposición, sus impresiones y experiencias.
Incluso hay centros que convocan para ello en ciertas fechas a instagramers
especialmente activos para que visiten las salas de la exposición (las llamadas
reuniones “#instameet”). Una práctica de difusión muy eficaz para dar a conocer, sobre
todo, los contenidos de las exposiciones temporales. Estrategias que hacen del
instagramer o en general del aficionado a la fotografía, al arte y a las redes sociales
una especie de "comisario virtual" fotográfico. Actividades con las que museos y
galerías buscan aprovechar el hecho de que lo que la gente comparte en las redes
también se efectúa bajo ciertas condiciones que lo hacen comprensible para los
receptores (algo que no siempre el profesional del arte o de la comunicación sabe o
puede hacer). Además, esas impresiones fotográficas están en ocasiones llenas de
elementos de índole afectiva y personal, muchas veces muy inspiradores para otros
internautas.
Y en cuanto a los problemas que veo en Instagram como medio para la difusión del
arte, creo que destacaría el hecho de que en esta red social el diálogo en torno a las
imágenes compartidas suele ser muy escaso; el teclado del smartphone no invita a
entrar a debatir y los comentarios suelen ser meras respuestas admirativas o de
desagrado, escasamente elaboradas. Esto sin duda dificulta la aspiración (creo que
siempre deseable) de que la interpretación de las obras pueda llegar a producirse de
forma colectiva.
-¿Qué aspectos negativos comporta Instagram en relación con el mundo del arte?
¿Dirías que Instagram ha banalizado el arte? ¿Cuantos más likes, más buena es la
obra?
En muchos aspectos las redes sociales hacen que, en efecto, lo cualitativo se confunda
con lo cuantitativo. Pero no creo que en el mundo del arte contemporáneo esto sea un
verdadero problema. El campo del arte actual es un ámbito muy especializado, y poco
susceptible, creo, a dejarse condicionar excesivamente solo por el número de "likes"
recibidos por unas u otras obras en las redes sociales.
En términos generales diría que no. Hay aún muchas posibilidades que apenas se están
explorando. Lamentablemente los museos siguen siendo, en la mayor parte de los
casos (aunque con algunas notables excepciones) instituciones muy conservadoras.
-En los estudios relacionados con la creación artística, es necesario incluir alguna
asignatura que trate sobre la difusión artística en las redes sociales, y
concretamente, en Instagram? (no sé si esto ya existe o por el contrario no se está
haciendo)