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PRINCIPIOS DEL RÉGIMEN DE LA CONTRATACIÓN PÚBLICA

Los procesos de contratación regulados por la Ley y su Reglamento se rigen por


los principios que a continuación se enumeran; sin perjuicio de la aplicación de
otros principios generales del derecho público. Estos principios están
contemplados en el artículo 4) de la Ley de Contrataciones del Estado, aprobado
por Decreto Supremo Nº 184‐2008‐EF. Estos principios son axiomas
fundamentales que rigen la actuación de los agentes públicos y privados que
intervienen en las contrataciones estatales. Buscan garantizar que las Entidades
obtengan bienes, servicios y obras de la calidad requerida, en forma oportuna y a
costos o precios adecuados. Tienen por finalidad servir de criterio interpretativo e
integrador para resolver las cuestiones que puedan suscitarse en la aplicación de
las normas y constituyen parámetros para la actuación de los funcionarios.
Asimismo, ayudan a suplir los vacíos que las normas puedan tener.

PRINCIPIO DE EQUIDAD

Este principio busca que tanto las prestaciones como los derechos de las
partes tengan que guardar una lógica relación de equivalencia y
proporcionalidad. Este principio hace referencia a criterios propios de carácter
conmutativo de todo contrato celebrado en el marco de la Ley de contrataciones
del Estado. Por este carácter las partes establecen una equivalencia entre las
obligaciones recíprocas y asumen que esta se mantenga hasta el término del
contrato.

Este carácter además, se evidencia cuando el pago del precio y la ejecución de la


prestación resultan equivalentes entre sí, y esta equivalencia la que finalmente
determina que se celebre el contrato.
Ahora bien, el principio de buna fe contractual que se vincula con el de equidad
impone la obligatoriedad de actuar con ética. Por ello, la ley otorga validez y
obligatoriedad a los contratos siempre que los acuerdos se basen en la buena fe
contractual.

De esta manera, en razón del principio de equidad – recogida en la Ley de


Contrataciones del Estado – se refleja el carácter conmutativo del contrato y del
principio de buena fe contractual. L a obligación del contratista debe guardar
plena equivalencia con la retribución que deberá abonarle la entidad.

PRINCIPIO DE INTEGRIDAD

De acuerdo con este principio, los actos de los sujetos que intervienen en
cualquier etapa del proceso de contratación estatal – tanto la administración como
los administrados - están guiados por la honradez y veracidad, evitando cualquier
práctica indebida.

La aplicación de este principio se verifica en el cumplimiento de impedimentos y


prohibiciones para ser postor o integrante del comité especial; las reglas de
conflictos de intereses o información privilegiada; la exigibilidad de
responsabilidad en el caso de infracción; la prohibición de enriquecimiento sin
causa; la prohibición de ir contra sus propios actos.

En conclusión este principio indica que las conductas de los partícipes deben
estar guiadas por la honestidad y probidad. Este es un mandato que alcanza tanto
a los Servidores de la Entidad como a los postores y contratistas, en todo el
Proceso de Contratación.

No habrá honestidad, cuando los Servidores busquen obtener alguna ventaja


personal a partir del Proceso, en desmedro del interés público. Tampoco la habrá
cuando la Entidad no actúe acorde a la Buena Fe; por ejemplo, cuando inserte
cláusulas en el Contrato que hagan depender el pago de la Recaudación Fiscal.

Bibliografía

Morón Urbina, Juan Carlos & Aguilera Becerril, Zita. (2018) Aspectos jurídicos de
la contratación estatal. Lima: Pontificia Universidad Católica del Perú, Fondo
Editorial

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