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Richard Santamaría Sanabria

Universidad del Rosario

La importancia del movimiento estudiantil en las transformaciones sociales y


constitucionales.

Los estudiantes han sido parte de capítulos importantes en la narración de la historia, es


pertinente utilizar las palabras pronunciadas por el ex decano de la facultad de Jurisprudencia,
ahora vicerrector de la Universidad del Rosario, en un acto de marzo de 2010, es el constante
“encuentro del movimiento estudiantil con la historia”1, ha sido y seguirá siendo de gran
valor la injerencia de los estudiantes en los cambios políticos y sociales internacionales y
nacionales. La pretensión de esta intervención es mostrar que la actividad de los estudiantes
es una pieza clave y decisiva en genuinos cambios nacionales, a partir del reconocimiento
del valor inmutable del estudiantado y su significancia dentro de la vida social bajo una
perspectiva histórica amplia, por un lado, y por otra parte, evidenciar que las grandes
reformas constitucionales que conllevan una real conmoción en el funcionamiento del estado
se han gestado con un papel protagónico y contundente del movimiento estudiantil
colombiano.

Las genuinas transformaciones políticas y sociales, gran parte de ellas materializadas en las
constituciones nacionales, han sido gestadas por la participación coherente y significativa de
los estudiantes, por ende los cambios decisivos en el rumbo de un país han estado soportados
por el avance en la comprensión del estudiantado de la realidad, ha sido en el movimiento
estudiantil donde se pueden ubicar distintas situaciones memorables para la historia. Esta
tesis será abordada básicamente en cuatro puntos: 1) la introducción al valor del estudiante
que se adhiere a las organizaciones sociales y los movimientos estudiantiles capaces de
producir cambios profundos en el sistema, 2) una pequeña referencia sobre algunos
elementos teóricos de la democracia, 3) ejemplos históricos del estudiantado colombiano y
4) reflexiones y conclusiones sobre el momento actual.

1
Palabras pronunciadas por Alejandro Venegas franco en el acto protocolario de instalación del foro con
ocasión de los 20 años del movimiento estudiantil…
En primer lugar, hay que subrayar el valor del estudiante en sí mismo como un estado
sustancial permanente, pues sin lugar a duda la sencilla denominación de estudiante o su
concepto, permite establecer una relación de la sociedad, su historia y evolución, con la
actividad intelectual. Los estudiantes como un componente esencial de la universidad o
cualquier institución educativa, son canales de comunicación entre los problemas sociales y
la deliberación académica, la cual convierte el debate, la discusión y la reflexión crítica en
mecanismos de funcionalidad política claramente afines a los intereses de un pueblo, por lo
cual la expresión de los estudiantes es trascendental en el funcionamiento de un país, es “la
universidad como un motor de cambios”, es allí donde se sitúa la imagen de un estudiante
incidente en las transformaciones históricas, a tal punto de convertirse en solución definitiva
a diferentes fenómenos políticos y económicos mundiales, “todo lo trascendental de la
humanidad ha sido obra de los estudiantes”2, menciona Ángela Rivas Gamboa sobre el papel
preponderante del estudiantado en una sociedad.

Es menester entonces, inscribir la participación de los estudiantes en un contexto histórico


internacional, porque ha sido en varios escenarios mundiales y durante distintos momentos,
donde se han materializado las propuestas, exigencias, rechazos y percepciones de las
organizaciones estudiantiles. Las escuelas, los liceos, los colegios, las universidades y
cualquier otra centro de pensamiento que se pueda recordar, han forjado espacios de
discusión, encargados en múltiples ocasiones de cimentar reformas y alteraciones en el orden
establecido, permitiendo localizar en varios lugares del mundo el llamado “poder
estudiantil”, ya que su incidencia en el marco gremial, bajo conductas propias y netamente
autónomas, y una dimensión más amplia, que se visibiliza con la intención constante del
movimiento estudiantil por participar de manera general en la conducción de la sociedad, lo
ha definido de esa manera. 3 Aun cuando no fomenten cambios constitucionales, los

2
Tomado de: http://www.banrepcultural.org/blaavirtual/revistas/rhcritica/rivas3.htm. Rivas, Gamboa
Ángela. Monografía. Biblioteca Luis Ángel Arango- digital. Español
3
Tomado de:
http://www.jstor.org.ez.urosario.edu.co/stable/3539137?seq=2&Search=yes&searchText=los&searchTex
t=estudiantiles&searchText=movimientos&list=hide&searchUri=%2Faction%2FdoAdvancedSearch%3F%26
Search%3DSearch%26q0%3Dlos%2Bmovimientos%2Bestudiantiles%26f0%3Dall%26wc%3Don%26sd%3D%
26ed%3D%26la%3D%26jo%3D%26si%3D1%26hp%3D10&prevSearch=&item=4&ttl=221&returnArticleServ
ice=showFullText&resultsServiceName=null. Solari, Aldo. Revista Mexicana de Sociología. Universidad
Nacional Autónoma de Mexicana de sociología. Español.
estudiantes continuaran siendo ejemplo de perspicacia, gallardía, inquietud e imaginación,
como lo fue el mayo de 1968 francés, las manifestaciones mexicanas contra los
convencionalismos políticos y económicos de la época, el movimiento estadounidense con
el lema de amor y paz, las reivindicaciones juveniles de Berlín que repudiaban la guerra en
Vietnam, la moral sexual y la herencia nazi, y todas las expresiones estudiantiles en la
”primavera de Praga”, España con estudiantes desesperados por los agravios del régimen
franquista, las inundadas calles de Grecia e Inglaterra en el 2010-2011 con estudiantes
rehusándose a las reformas gubernamentales y al alza de las matriculas en las universidades,
los estudiantes de Chile, Argentina que han soportado la arremetida militar de las dictaduras
y que siempre han sido desde el cono sur un bastión de pragmatismo para los estudiantes del
resto del mundo, etc., se han constituido en modelos de participación y lucha por un
importante número de derechos, principios y valores claramente positivizados
posteriormente.

Los estudiantes en diferentes localizaciones geográficas han puesto en evidencia su


preocupación por una sociedad más democrática. La mayoría de los movimientos
estudiantiles ha tenido trascendencia junto al resto de expresiones sociales en el diseño
político y cultural de un Estado, es precisamente allí, donde se logra registrar la importancia
de la actividad del estudiante, que ha concluido en nuevas o diferentes consagraciones
constitucionales, ya que el contenido normativo de una carta política o de la norma
jerárquicamente superior de un estado han ido reconocido principios, derechos y puntos
programáticos que regulan la vida nacional. Por lo anterior la importancia de tener en cuenta,
que las decisiones tomadas por los tribunales sobre el entendimiento, la interpretación o la
simple aplicación de un principio, derecho u otro a un caso concreto, guarda una relación
directa con las sensaciones, la opinión y los rasgos políticos y económicos que configuran
una sociedad, razón por la cual, también la decisión de un caso concreto está cargada de la
expresión de los movimientos sociales, generándose una nueva incidencia de los estudiantes,
cuando este sector por medio de su organización manifiesta públicamente su percepción ante
lo decidido o lo que está por decidirse, como bien lo menciona Cesar Rodríguez al introducir
los postulados de Duncan Kennedy, “Por esta razón, las inteligencias ideológicas y los grupos
sociales que representan tiene un interés vital en la definición de las reglas jurídicas, tanto
cuando se trata de la expedición de una ley como de la solución judicial de un caso concreto”.4

Esta perceptible coherencia entre el texto normativo constitucional y la sociedad, coincide


perfectamente con lo ya tratado por Roscoe Pound sobre la semblanza política de un estado
y su influencia en la formación de las primeras constituciones.5 Es decir, la aparición, la
evolución y el funcionamiento de las constituciones en el mundo está sujeto a condiciones
políticas concretas, de allí, que la lectura que se haga de la constitución y su posibilidad de
cambio debe partir de los intereses nacionales que reflejan el contexto político y social en el
que la propia constitución fija su valor. La importancia de los movimientos sociales que
materializan sus intereses, se extiende claramente a lo dilucidado históricamente en las
expresiones estudiantiles.

Desde cualquier perspectiva que se mire, las intenciones de los estudiantes por conquistar o
exigir derechos gremiales y por fraguar cambios constitucionales capaces de generar
transformaciones nacionales, ha estado auspiciado por la decisión de las organizaciones
estudiantiles de realizar manifestaciones que permitan simbolizar la resistencia, el reclamo,
la construcción de nuevas alternativas de solución, y aun mas importante, sus expresiones
criticas y disimiles a quienes ejercen el poder. “Hay que proteger el derecho que está más
cerca al nervio democrático de la constitución”6, escribe Gargarella cuando ratifica que la
protesta como medio que permite mostrar el inconformismo de un sector social hacia el orden
de cosas existentes, normas establecidas y el aparato político-económico imperante, debe ser
respetado por su clara relación con la libertad de expresión, pues de lo contrario se estaría
cercenando uno de los derechos más cercanos al corazón de las constituciones modernas.7

Quiero señalar que el pluralismo mencionado por Gargarella, no ha de ser limitado por la
eficiencia económica o la buena operación de los circuitos comerciales de un Estado,

4
Kennedy, Duncan. Libertad y restricción en la decisión judicial: el debate con la teoría crítica del derecho.
Siglo del hombre Editores.1999.
5
Roscoe, Pound. Evolución de la libertad. El desarrollo de las garantías constitucionales de la libertad.
Comares. 2004
6
Gargarella, Roberto. Carta abierta sobre la intolerancia, apuntes sobre derecho y protestas. Siglo veintiuno
editores. 2006.

7
Gargarella, Roberto. Carta abierta sobre la intolerancia, apuntes sobre derecho y protestas. Siglo veintiuno
editores. 2006.
asimismo concluye su reflexión, afirmando que la movilización estudiantil sirve para exigir
la garantía de sus derechos o articularse con otras organizaciones y sectores sociales, que en
condiciones de vulnerabilidad propenden por alguna modificación normativa o por un
profundo cambio nacional en materia económica y política.8

Es necesario recordar algunas manifestaciones trascendentales del estudiantado colombiano


a través de la historia para fijar la legitimidad que posee el movimiento estudiantil para
generar cambios sociales y constitucionales, cumpliendo un papel protagónico en el
desarrollo nacional, resaltando la relevancia del contexto internacional y las situaciones
estudiantiles que han ejemplarizado el laborioso trasegar juvenil colombiano.

Un primer gran acercamiento del estudiante y la juventud con los grandes cambios de la
sociedad se encuentra en el proceso independentista de nuestro país, en el cual existió una
participación ejemplar de los estudiantes Rosaristas. La extensión de la imprenta, la puesta
en marcha del Plan Educativo de Moreno y Escandón y la realización de la expedición
botánica se convertirían en factores que facilitarían el encuentro de las nuevas generaciones
con los procesos nacionales. 9 En la época donde la universidad europea guardaba
considerables diferencias con la universidad americana, los estudiantes de la nueva granada
decidieron abrir las puertas de los colegios a los avances de la humanidad y a la injerencia de
los contenidos académicos en las discusiones políticas del momento, en ese sentido, José
Celestino Mutis y su selecto grupo de estudiantes, los grupos clandestinos formados en el
colegio mayor del rosario y en el seminario de San Bartolomé, el accionar tempestivo de
Antonio Nariño, José Ayala, Andrés Rosillo, Baltasar Riaño y de mucho otros, fueron piezas
claves para materializar posteriormente los anhelos del pueblo colonial.10 Los pasquines y
los constantes señalamientos de los estudiantes sirvieron para acercar al pueblo neogranadino
con los conocimientos más avanzados de la sociedad, evitar la permanencia del oscurantismo

8
Gargarella, Roberto. Carta abierta sobre la intolerancia, apuntes sobre derecho y protestas. Siglo veintiuno
editores. 2006.
9
Tomado de : http://www.colombiaaprende.edu.co/html/productos/1685/articles-
242872_proyecto_documento.pdf. Grupo quindiano memoria de la humanidad. Bicentenario de la
independencia de Colombia. Español
10
Tomado de: http://tribunaroja.moir.org.co/IMG/pdf/ART.ROBLEDO_JOVENES_TR110.pdf. Sarmiento,
Manuel. “La Juventud: Baluarte de la independencia”. Editorial Tribuna roja. Español
y utilizar el espíritu de la juventud para exaltar las necesidades de la comunidad,11 logrando
en palabras del profesor José Fernando Ocampo que “Las condiciones políticas recogieran la
revolución cultural que las precedieron. Mutis había sido su epicentro”12. Esto fue el inicio
de un estudiante político y altamente calificado e interesado por la construcción de un Estado
basado en la soberanía y la libertad.13

Como segundo gran ejemplo colombiano, aparece el movimiento estudiantil de 1971, el cual
generó una participación del estudiantado de tal magnitud que permitió la consecución de
cambios genuinos para el funcionamiento de las instituciones educativas y la conquista de
derechos que se mencionan en la constitución nacional y otras normas. Hay que empezar por
tener en cuenta que tratar de resumir esta experiencia colombiana o caracterizar el ambiente
y la coyuntura nacional de aquel momento no es la tarea de este texto, porque el movimiento
del 71 fue una generación que se dio a la tarea de discutir el modelo de nación, la incidencia
de agentes externos y otros países en las decisiones de la universidad y polemizar la
participación de los estudiantes, como sector social, en el rumbo de un Estado. Así, la
permanente coacción oficialista provoco la más fuerte unidad y organización estudiantil para
sostener innumerables movilizaciones que rechazaran la situación real de la universidad, las
intenciones reformistas del gobierno y que defendieran la construcción y puesta en marcha
del programa mínimo de los estudiantes.14

La vigorosidad del papel de los estudiantes colombianos del 70 se debe en parte al despliegue
internacional del mayo 68 francés, es la conocida afirmación que “el mayo francés derivo en
Colombia en el movimiento estudiantil de 1971”15, sin olvidar que en varias partes del mundo
los gobiernos antidemocráticos provocaban un estudiante activo y en aras de la movilización,
ligado a las expresiones latinoamericanas y las olas culturales vanguardistas

11
Tomado de: http://tribunaroja.moir.org.co/IMG/pdf/ART.ROBLEDO_JOVENES_TR110.pdf. Sarmiento,
Manuel. “La Juventud: Baluarte de la independencia”. Editorial Tribuna roja. Español.
12
Tomado de: http://www.moir.org.co/MUTIS-Y-LA-REVOLUCION-DE,3590.html. Ocampo, José Fernando.
Editorial Deslinde. Grupo de estudios sobre el trabajo. José Fernando Ocampo. Español.
13
Arciniega, Germán. “el estudiante de la mesa redonda”. Editorial Planeta. Bogotá, Colombia. Pág. 236.
14
Tomado de:http://www.renovacionmagisterial.org/boletin/boletin28/ponencia71.pdf. Pardo, Miguel
Ángel y Urrego, Miguel Ángel. “el movimiento estudiantil de 1971 en Colombia”. Renovación magisterial.
Español.
15
Tomado de: http://www.cambio.com.co/archivo/documento/CMS-4134516. Robledo, Jorge Enrique. “El
mayo francés derivo en Colombia en el movimiento estudiantil de 1971”. Editorial Revista Cambio. Español.
norteamericanas16, fue sin lugar a duda, un escenario nacional directamente conectado con
las condiciones políticas y económicas internacionales. Por otro lado, las consecuencias de
este contexto son concretas, empezando por subrayar que este movimiento manifestó su
inconformidad con una constitución tradicionalista, aislada de los intereses de toda la
sociedad y sin mecanismos o acciones que permitieran la participación y la exigibilidad de
los derechos ciudadanos17, asimismo, la fuerza del estudiantado se organizó y acopló a los
intereses nacionales, ratifico los criterios de dirección universitaria provenientes del llamado
“manifiesto de córdoba”18 y reclamó los puntos del programa mínimo, donde aspectos como
la autonomía universitaria, la educación pública, universal y gratuita y el nivel científico de
la enseñanza están vigentes en el marco de nuestra constitución actual,19pero muy distantes
de su aplicación real por las malintencionadas pretensiones de la reforma educativa discutida
actualmente.

A las expresiones de este sector se le pueden sumar: el pronunciamiento del movimiento


estudiantil en 1954 en contra el gobierno de Rojas Pinilla congruente posteriormente con el
apoyo a un reforma constitucional basada en la redefinición de la administración del estado,
las manifestaciones contra el gobierno conservador de turno por la responsabilidad en la
masacre de las bananeras ó la agitación académica por la venta de Panamá con un alto
componente antiestadounidense. 20 Son hechos de menor envergadura, pero donde los
estudiantes han comprendido su papel histórico y han decidido abandonar su indolencia y
apatía para producir alteraciones en el normal cause de las cosas. Los anteriores escenarios

16
Tomado de: http://www.temakel.com/histdecadasesenta.htm. Carballude, Mirilina. “Rebelión cultural y
política de los 60´s”. Ciencias de la comunicación, Universidad de Buenos Aires. 2005.
17
Torres Villarreal, María Lucia. “Séptima Papeleta: historia contada por algunos de sus protagonistas”.
Editorial Universidad del Rosario, Bogotá, Colombia.
18
Basado en: Carlos Tunnermann. “Historia de la universidad en América latina. Desde la época colonial a la
reforma de Córdoba”. Editorial IESALC, UNESCO. Caracas, Venezuela y
http://www.saber.ula.ve/bitstream/123456789/20262/2/articulo10.pdf Rodríguez, Eduardo Pastrana.
Universidad Santiago de Cali. Español.
19
Ver Artículos 67 y 69 de la constitución Política de Colombia.
20
Tomado de:
http://webcache.googleusercontent.com/search?q=cache:XPJtT2v8hCEJ:www.monografias.com/trabajos
27/frente-nacional/frente-
nacional.shtml+movimiento+estudiantil%2Breformas+constitucionales&cd=4&hl=es&ct=clnk&gl=co&sour
ce=www.google.com.co. Ortegón, Dora. Español
dotan de un componente altamente democrático y social a nuestro país, lo cual me permite
ahora indicar la importancia de la constitución de 1991 y su estado social de derecho.21

Anteriormente se habían mencionado algunos aspectos teóricos de las constituciones


modernas, que acentúan la participación y la libertad de expresión en los países, el tema en
la constitución colombiana de 1991, desde su creación, puede llegara a ser bien particular.
En la universidad del rosario, una vez más presente en la historia nacional, surgió la
preocupación de estudiantes, docentes y directivos por los temas nacionales y por tener un
papel más protagónico en la vida pública.22 Es en el claustro de esta universidad, donde los
estudiantes decidieron impulsar un cambio político desde la preocupación por el
funcionamiento de las instituciones existentes23, altamente permeadas y maltratadas por la
violencia y las mafias del narcotráfico, intención del estudiantado que comenzó por emular
con las universidades de Bogotá la llamada “marcha del silencio”, pero, hay que partir de lo
ya mencionado: las posibilidades que tiene, un estamento como el estudiantado, de provocar
debate y controversia, desde las aulas hasta con las formas más detalladas de organización y
movilización. Sin embargo, la participación en las calles no fue tan permanente por parte de
este movimiento, por ende su concentración en el hecho político concreto de impulsar la
séptima papeleta y abrir la posibilidad de un cambio constitucional trascendental, redujo el
nivel de coordinación del estudiantado en toda Colombia,24así lo ha indicado Julieta Lemaitre
en su libro “Derecho como conjuro”.

El movimiento estudiantil de 1990 que mantuvo un interés político inscrito al fortalecimiento


de las instituciones, las mismas que contribuyeron significativamente al financiamiento y
sostenimiento del objetivo estudiantil en Colombia, mermándole independencia y autonomía
al proyecto, para algunos ilustra la manera como un sector social encontraba respuestas

21
Ver: Preámbulo constitución política de Colombia. 1991
22
Torres Villarreal, María Lucia. “Séptima Papeleta: historia contada por algunos de sus protagonistas”.
Editorial Universidad del Rosario, Bogotá, Colombia.
23
Torres Villarreal, María Lucia. “Séptima Papeleta: historia contada por algunos de sus protagonistas”.
Editorial Universidad del Rosario, Bogotá, Colombia.
24
Lemaitre, Julieta. “El derecho como conjuro”. Siglo del hombre editores: Universidad de los Andes. Bogotá,
Colombia. Pág. 81
precisas a los problemas del país y se conectaba de nuevo con las intervenciones estudiantiles
de otras latitudes, como la de la plaza de Tian’anmen y el resto de Europa oriental.25

No obstante, la situación económica mundial también influyo en el contenido de la


constitución, ya que el auge del neoliberalismo y la apertura económica se evidenciarían en
las leyes expedidas antes y después bajo el marco de esta nueva carta.26 Los estudiantes allí,
catapultaron una reforma jurídica decisiva, pero se apartaron de un reto social de igual
relevancia, es decir, el movimiento estudiantil de aquella época pudo tener un mayor
despliegue contra el modelo económico imperante y su nueva forma, lo que le hubiera
permitido identificar una de las principales causas de la pobreza, la miseria y la desigualdad,
el gran desajuste en el funcionamiento del Estado y los gobiernos, 27 configurándose una
incompatibilidad de las instituciones democráticas y garantes con el carácter económico
nacional28; además de la deuda que dejo el estudiantado con la carencia de una plataforma o
una base organizativa, que le sirviera a futuro a este estamento colombiano.

En este nuevo acercamiento de los estudiantes y de otros grupos sociales, sucedió lo llamado
por García Villegas como paso “del derecho como remedio a la rebeldía” al “derecho como
esperanza” 29 , fue una situación que reflejo la intención de estudiantes de universidades
privadas y públicas por esconder la apatía y enaltecer un llamamiento por un significativo
cambio nacional. 30 El 90 de los estudiantes tuvo un criterio de amplitud que arrojo una
conquista política determinante para la sociedad, sintetizado en la presencia del pueblo en las
urnas para la reforma constitucional, en ese orden de ideas, “fue una generación ilusionada
en una nueva constitución que reorganizara el estado, abriera la democracia, limitara el poder
de los militares y la iglesia, limpiara el congreso de la corrupción, eliminara el estado de sitio
y pregonara firmemente el respeto a los derechos humanos como medio para la consecución

25
Torres Villarreal, María Lucia. “Séptima Papeleta: historia contada por algunos de sus protagonistas”.
Editorial Universidad del Rosario, Bogotá, Colombia
26
Referencia a la Ley 30 de 1992 y ley 100 de 1993.
27
Carlos Gaviria
28
Tesis de Carlos Gaviria Díaz sobre el carácter de la constitución Colombiana de 1991.
29
García Villegas en:
30
Torres Villarreal, María Lucia. “Séptima Papeleta: historia contada por algunos de sus protagonistas”.
Editorial Universidad del Rosario, Bogotá, Colombia. Pág 79
de la paz.”31, como bien lo señala Julieta Lemaitre. Por supuesto, al margen que pueden tener
las criticas y los comentarios del movimiento estudiantil de la séptima papeleta, se debe
blindar a la constitución del 91 del ensanche desacertado del mercado financiero y el
autoritarismo, fenómenos en estos tiempos tan en boga.

Y, ¿qué pasa en la actualidad?, son los estudiantes en Francia, Reino unido, España, Grecia,
Italia, el norte de áfrica, Argentina, Venezuela, México, Puerto Rico, Chile, Colombia, etc.,
etc., resistiendo y enfrentándose a los embates de la crisis económica mundial y las reformas
en todo ámbito, producto del despliegue de la globalización y la homogenización humana,
que amenazan drásticamente los derechos fundamentales y los principios contenidos en las
constituciones nacionales. La arremetida ha sido contenida con la movilización estudiantil
de todo tipo, secundaria y educación superior, pública y privada y de firmeza en la defensa
de derechos gremiales, pero también cumpliendo el papel protagónico e histórico sostenido
en esta intervención, de adhesión al resto de movimientos y expresiones sociales bajo la
comprensión de las necesidades coyunturales y con el objetivo indeclinable por un mundo
cada vez mejor.

Por último, es un deber de los estudiantes, históricamente justificado en el Rosario, promover


la discusión sobre las perspectivas de la educación, la economía, la política y obviamente el
derecho en nuestro país. La activa participación de los estudiantes de derecho en el
cuestionamiento del orden existente debilitara la afirmación de Duncan Kennedy, “Legal
education as training for Hierarchy”32, es la complementariedad de la enseñanza técnica con
un sujeto aglutinado en la defensa social de una constitución que amplio el campo de acción
del ciudadano a las lides de una genuina transformación nacional.

La virtud del movimiento estudiantil hoy se concentra en las grandes citas puestos por Juan
Manuel Santos y su gobierno, es un momento que requiere de la importancia de los
estudiantes del Rosario, con la necesidad quizás de utilizar la bandera institucional por cuarta
vez por fuera del claustro, para frenar los impactos nocivos de la nueva ley de educación

31
Torres Villarreal, María Lucia. “Séptima Papeleta: historia contada por algunos de sus protagonistas”.
Editorial Universidad del Rosario, Bogotá, Colombia. Pág. 103.
32
Kennedy, Duncan. “Legal Education as training for hierarchy”. http://duncankennedy.net/home.html.
1994.
superior y defender una universidad científica, de calidad y ligada al desarrollo colombiano.
Sería un desmedro que los estudiantes colombianos en estos momentos a partir de su
organización no participaran en la movilización, cuyo ejercicio ha avanzado en los últimos
meses con la constitución y todo el andamiaje de las mesas amplias estudiantiles, con el
agregado del debate y la preparación auspiciada por cada una de las organizaciones y
procesos nacionales, regionales y locales para salvaguardar los derechos y los principios que
recogió la constitución de 1991 y cambiar los contenidos económicos constitucionales que
menoscaban las garantías sociales.

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