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CENTRO DE INVESTIGACIONES PSIQUIATRICAS

PSICOLÓGICAS Y SEXOLÓGICAS DE VENEZUELA


INSTITUTO DE INVESTIGACIÓN Y POST GRADO
CIPPSV ON LINE
MAESTRÍA EN CIENCIAS, MENCIÓN ORIENTACIÓN
DE LA CONDUCTA
MATERIA: CONDUCTA IV
COHORTE 2018

ADULTEZ

Maestrantes:
Ingrid Delgado. C.I. 14132327.
Miguel Natera. C.I. 12793921.

Faciltadora:
Prof. Maylin Bello.
Venezuela, enero de 2020.
Definición de adultez con base en los enfoques de aprendizaje

La vida de la mayoría de las personas transita por una serie de etapas que
de manera general son el nacimiento, desarrollo, reproducción y muerte.
Biológica y psicológicamente se asocia cada una de esas fases con periodos
del desarrollo evolutivo. En este orden de ideas, luego del nacimiento, se
habla de infancia, niñez, pubertad, adolescencia, adultez y vejez. Cada una
con sus particularidades que permiten analizarlas de manera independiente
(aunque teniendo en cuenta que sistémicamente, que las primeras
repercuten sobre las sucesivas).

Con el mejoramiento de las condiciones materiales y el aumento de la


esperanza de vida, se ha prolongado en el tiempo la duración de la etapa
adulta y la vejez. De allí su importancia desde diversas perspectivas
(biológica, psicológica y social). Pero, ¿qué es la adultez? En una primera
aproximación puede afirmarse que un adulto es un ser humano que ha
alcanzado un cierto grado de desarrollo que permite diferenciarlo del niño, el
adolescente y el anciano. Una persona en esta etapa evolutiva, ha alcanzado
su plenitud biológica, debería tener madurez psicológica y emocional, tener
un carácter definido y haber alcanzado ciertos logros desde la norma
sociocultural (matrimonio, hijos, profesión, posesiones materiales, entre
estas: casa, vehículo, otras propiedades). Sin embargo, esto por si solo no
define la adultez.

De acuerdo con Adams (1977)

Etimológicamente la palabra adulto, de la voz latina “adultus”, significa


crecer. El crecimiento de la especie humana a diferencia de los demás
se manifiesta de manera ininterrumpida y permanente desde el punto
de vista psico-social y no biológico, que finaliza en un momento dado al
alcanzar el máximo desarrollo, definido como la plenitud vital al que
arriban los seres vivos en un momento dado de su existencia, siendo
variable según las especies biológicas. En muchas, este estado
aparece temprano y, en otras, más tarde. El período de crecimiento y

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desarrollo se prolonga considerablemente en la especie humana y, a
diferencia de los demás, se desenvuelve en etapas sucesivas, en
forma prelativa, hasta alcanzar progresivamente la adultez. El hombre
se hace adulto no por la yuxtaposición de un aspecto de su
personalidad sobre los otros, sino por un proceso de integración de sus
diferentes estados tanto biológicos, psicológicos y mentales, así como
ergológicos, sociales y jurídicos. (p. 1).

De acuerdo con Adams (referente en el campo de la andragogía) se es


adulto porque se alcanza un estado de desarrollo biológico, en el que hay
vitalidad, madurez e integración de diversos aspectos que permiten a una
persona tener una configuración única en términos psicológicos. No se es
adulto por tener una edad, sino por la integración e integralidad que logre un
ser humano. Tampoco por el cumplimiento de roles o etapas según la norma
sociocultural. En criollo se dice “llegaras a viejo, pero a hombre nunca”, en
referencia a que la edad solamente no es definitorio de la adultez, sino la
forma como se enfrenta la vida y las situaciones que se le presentan al
hombre y a la mujer.
Por su parte Uriarte (2005) afirma que “la adultez está caracterizada sobre
todo por factores sociales, y en consecuencia se considera maduro/adulto al
sujeto que es capaz de vivir independientemente, sin la necesidad de ser
tutelado emocional, social, afectiva y económicamente, aunque la
independencia es más una posibilidad que una realidad total” (p. 148).
Con base en lo anterior, se puede afirmar que un adulto es aquel ser
humano que ha alcanzado madurez biológica, psicológica y emocional. Que
deseablemente es una “persona operativa” y que se siente realizado en
muchos aspectos de la vida o está en camino a serlo. Es necesario estudiar
esta etapa desde la perspectiva de la psicología porque es una de las más
extensas y en la que se dan muchos cambios que marcan significativamente
a una persona.
Desde los enfoques del aprendizaje, es posible definir a una persona
adulta, ya que se consideran diversas áreas de su vida. Lo que permite
comprender la adultez desde lo conductual, lo cognitivo y lo humanista.

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En una primera aproximación lo conductual hace referencia a todos
aquellos comportamientos que tiene una persona. En este sentido, desde
este enfoque una persona adulta debería ser aquella que se comporta con
madurez. Es decir, no es ruidoso, es ponderado en sus acciones, comedido,
La mayoría de sus conductas deberían ser operativas y no conductas
blanco. Sin embargo, la realidad es que muchos adultos poseen adicciones,
conductas adictivas, muchos actúan irreflexivamente y más aún desde lo
sociocultural puede desplegar acciones censurables tales como: mentir, ser
promiscuos, no asumir los roles de padre, madre o guía, no ser constantes y
responsables en su trabajo y obligaciones, entre estas la paternidad.
El otro enfoque del aprendizaje es el cognitivo. Desde esta perspectiva, se
asume que el adulto es una persona que ha alcanzado madurez psicológica
y emocional. Es una persona con capacidad de controlar sus impulsos y, en
consecuencia, la respuesta que emite. Que puede gestiona sus emociones y
que, desde lo cognitivo conductual, controla sus emociones, sus
pensamientos y la conducta que ejecuta.
Por último, desde el enfoque humanista del aprendizaje, un adulto es aquel
hombre o mujer que ha logrado satisfacer muchas de sus necesidades. Por
ejemplo, las de alimentación, abrigo y vivienda. También las relacionadas
con la formación, el tener un empleo, trabajar por el reconocimiento y la
autorrealización. Aunque en la práctica no existe una trayectoria lineal ni
existen plazos estrictos, por lo general una persona adulta ha cubierta
muchas de esas etapas o está en proceso de hacerlo.
Se pude concluir que ser adultos no es algo que se da de manera estricta
ni de la misma manera en todas las personas. Lo que si es cierto que desde
el punto de vista conductual y cognitivo implica procesos mentales y
comportamientos que permiten diferenciarlo de un niño, un adolescente y un
anciano. En cuanto a tener o no las necesidades cubiertas, esto no es un
indicativo estricto de adultez. ¿Por qué? Una persona puede no poseer casa

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propia o haber culminado una carrera universitaria y ser muy responsable
con sus obligaciones y actuar con madurez emocional.

El ciclo de la adultez

Figura 1: Ciclo de la adultez.


Fuente: Los Autores. (2019).

Un ciclo es una serie de etapas o fases sucesivas. La adultez


efectivamente es un ciclo que culmina en la vejez o adultez tardía, a partir de
acá se produce un desmejoramiento de las condiciones de existencia de una
persona, que eventualmente culmina con su fallecimiento.

El Ciclo de la Adultez, inicia una vez la persona ha transitado la


adolescencia. Alrededor de los 20 años inicia la adultez temprana la cual
culmina aproximadamente a los 40 años. Esta etapa es en la que los seres
humanos alcanzan su plenitud, su desarrollo físico y psicológico.

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Posteriormente, entre los 40 y los 60 años es la etapa de la adultez
intermedia. En estos años, hombres y mujeres su bien a nivel emocional y
psicológico pueden estar en plenitud de sus facultades, no sucede así en lo
físico. Acá, por lo general, se produce la menopausia en mujeres y
andropausia en hombres.

Luego entre los 60 y 80 años se da la adultez tardía, vejes o tercera edad.


En esta fase la condición física de la persona disminuye al igual que sus
facultades cognitivas. En muchos casos el desenlace es la muerte a
consecuencia de enfermedades o por el deterioro de las condiciones
biológicas.

Orientación de la conducta en los adultos desde la perspectiva de la


andragogía

Orientar implica guiar, ofrecer al consultante la posibilidad de considerar


otra perspectiva en una situación que le genera incomodidad, que le causa
problemas, o con la que se siente mal. Un orientador es un profesional que
cuenta con un conjunto de herramientas que le permiten realizar un
diagnóstico para trazar luego un plan de orientación que permita a la persona
que solicita sus servicios mejorar su condición. En el caso del Orientador de
la conducta egresado del CIPPSV, el paradigma que maneja es el cognitivo
conductual, el cual considera los pensamientos, las emociones y la conducta
que se genera.

Ahora bien, en ese trabajo de orientación el profesional en el caso de los


adultos debe apoyarse en la andragogía. ¿Qué es esta disciplina? De
acuerdo con Adams (1977) “hace referencia al adulto en situación de
aprendizaje y se basa en dos principios, horizontalidad y participación”. (p.
6). Al orientar a un adulto, es necesario que el profesional tome en cuenta los
diversos roles que ejerce y la forma como estos pueden afectarlo. En

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consecuencia, el trato y el plan de orientación debe ser adaptado a una
persona adulta, con todo lo que eso amerita.

En el caso de la horizontalidad, la idea es que el consultante se sienta en


condiciones de igual con el orientador, tratado con respeto, no
menospreciado. Al contrario que el profesional entiende los diversos roles
que ejerce y las demandas que eso pudiera estarle generando. En cuanto a
la participación, la idea es que la persona que consulta, sea sujeto activo en
el proceso de orientación y esto pasa por escucharlo de manera efectiva e
involucrarlo de manera permanente en el proceso.

En conclusión, un proceso de orientación de la conducta de una persona


adulta que no sea andragógico está destinado al fracaso, ¿por qué? Porque
un adulto requiere ser tratado como tal y ser participe activo en su proceso
de sanación. De lo contrario, todo el esfuerzo estará destinado al fracaso.

Referencias

Adams, F. (1977). Andragogía ciencia de la educación de adultos.


Documento en formato digital. Disponible en: http://
dip.una.edu.ve/mead/andragogia/paginas/adam1977.pdf. Consulta:
2020, enero.
Fernández, N. (S/f). La edad adulta. Documento en formato digital.
Disponible: https://clea.edu.mx/biblioteca/La%20edad%20adulta.pdf.
Consulta: 2020, enero.
Uriarte, J. (2005). En la transición a la edad adulta. Los adultos emergentes.
Documento en formato digital. Disponible: Disponible en:
http://www.redalyc.org/articulo.oa?id=349832310013. Consulta: 2020,
enero.

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