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Las victimas que sufrieron se dividen en 4 grupos los cuales son

mujeres, hombres, niños y adolescentes y población lgtbi


Mujeres

Constantemente han sido víctimas de múltiples crímenes, muchos de ellos atroces


por la guerra en Colombia y sumado a esto en muchos casos han sido sobrevivientes
de masacres, violaciones y destrucción de sus familias; esto provoco que debiera
dejar sus territorios, sus costumbres, ser madres solteras y asumir el rol de madre y
padre a la vez, lo que obligo a que se viera afectado su proyecto de vida.

En muchos de los casos debieron presenciar la muerte de sus seres queridos lo cual
les dejo huellas imborrables, muchas de ellas también fueron amenazadas,
perseguidas o asesinadas por las diferentes ideologías de los grupos armados ya
que muchas también eran líderes sociales quienes se dedicaban a ayudar a sus
comunidades.

Muchas fueron violadas, agredidas, maltratadas, torturadas lo que les causó graves
daños en sus cuerpos lo que les afecto sus sentimientos y emociones, en muchos
casos surgieron embarazos a temprana edad, enfermedades de transmisión sexual.
Esto hizo que perdieran confianza en sí mismas, debieron dejar sus estudios o
quedaron con problemas psicológicos para establecer relaciones con alguna pareja.

Hombres

Niños, niñas y adolecentes

Población lgtbi

3.2. ¿Quiénes sufrieron?


3.2.1. Las mujeres

En Colombia las mujeres han sido víctimas de múltiples, atroces y sistemáticos


crímenes en el marco del conflicto armado, aunado a que son quienes padecen y
enfrentan los daños provocados por la violencia en su condición de sobrevivientes.
La violencia ha dejado huellas profundas en sus cuerpos y en su psiquis; ha
trastocado su cotidianidad y sus creencias, y ha alterado sus proyectos de vida al
desestructurar sus familias y desterrarlas de lugares donde proyectaban su futuro.

Las viudas, además de lidiar con los impactos causados por la violencia, deben
asumir de un día para otro todo la responsabilidad económica y afectiva de sus
hogares:
Salí con mis siete hijos y cargaba otro en la barriga… A mi esposo lo mataron
delante de nosotros. Salí sin mi esposo, sin tierra, sin ropa, sin dinero… ¡sin
nada!… Llegué a Montería a buscar cómo mantener estos niños, no podía
dejarlos morir de hambre. No había tiempo para la tristeza, no había tiempo
para nada. Tenía que buscar dónde dormir, qué hacer para darles un pan y
una agua de panela a los niños. (María Zabala, lideresa de Córdoba)

Algunas mujeres que ejercían un liderazgo social o político fueron asesinadas,


amenazadas, perseguidas y/o desterradas para impedir que desplegaran toda su
iniciativa social y comunitaria.

La mayoría de las mujeres que fueron violadas fueron además agredidas


verbalmente o fueron víctimas de torturas que les causaron graves daños en el
cuerpo. Los relatos recogidos por el GHM describen violaciones feroces, embarazos
no deseados a temprana edad y transmisión de enfermedades venéreas.

La violencia sexual afecta los sentimientos, las emociones y las percepciones de las
víctimas, lesiona sus creencias, su confianza en sí mismas y en los demás, además
de transformar profundamente sus vidas y proyectos. Estas secuelas han sido
mayores en las niñas más pequeñas por la fragilidad de sus cuerpos, que en muchos
casos tuvieron que dejar sus estudios y ejercer el rol de madres a temprana edad.
Después de las violaciones o para evitar que estas ocurrieran, varias familias tuvieron
que desplazarse. Tanto las mujeres como las niñas que han sido violadas tienen
dificultades para establecer en el futuro relaciones placenteras y de confianza con
los hombres.

3.2.2. Los hombres

Constátenme fueron víctimas de desplazamiento forzando lo cual los alejo de sus trabajos, sus familias,
amigos, vecinos, de sus costumbres. Muchos de ellos dejaron de ser sus propios jefes para ser
dependientes de otras personas o aceptar trabajos que

La violencia transformó abruptamente los roles asignados culturalmente a los


hombres. El desplazamiento forzado, por ejemplo, los alejó de sus trabajos, ligados
a sus saberes y habilidades; y de sus vecinos y amigos. La mayoría de ellos dejaron
de ser los proveedores económicos de su familia, lo que lesionó su autoestima y minó
sus relaciones con las familias y comunidades. Muchos han tenido que mendigar o
encerrarse, ser dependientes o aceptar trabajos que consideran denigrantes.

Algunos hombres presenciaron violaciones de las mujeres o el reclutamiento o


asesinato de sus hijos o familiares. En estos casos, los sentimientos de culpa y de
impotencia aumentaron su sufrimiento. En el caso de los viudos, a su dolor se sumó
el estrés de la crianza de los hijos y las labores del hogar.
Los desplazamientos forzados causaron fuertes rupturas familiares que impactaron
en especial a los hombres. Después de largas separaciones, muchas mujeres
emprendieron nuevas relaciones de pareja, y eso aumentó los conflictos. Los
retornos a su vez también evidenciaron los cambios de roles que produjo el
desplazamiento:

En contra de mi mujer me devolví, me vine con uno de mis hijos. Mi mujer me


rogaba, me decía que no me viniera. Yo no le hice caso, el desespero en la
ciudad era terrible. Me vine y para mi desgracia, al poco tiempo mi hijo cayó
en una de esas minas [antipersonal]… la mina lo mató… eso fue terrible, yo
no tenía palabras […]. Aun así aquí me quedé, acá solo, esperando a ver si
las cosas cambian y si mi mujer se vuelve conmigo. (Habitante de San Carlos,
Antioquia)

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