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DOLOR DE ESPALDA BAJA

EPIDEMIOLOGÍA:
La lumbalgia es una de las causas más frecuentes de incapacidad, es un problema que se
caracteriza por la alta prevalencia en la población y por sus repercusiones económicas y
sociales, convirtiéndose en una de las principales causas de ausentismo laboral
La prevalencia de ese síndrome es de un 60-85% durante la sobrevida de los individuos. Entre el
15 y 20% de los adultos sufren de lumbalgia; en el 90% de los casos es inespecífica y ocurre en
todas * Médico General, C.C.S.S. Area de Salud de Santa Bárbara de Heredia. Johan Chavarría
Solís* LUMBALGIA: CAUSAS, DIAGNOSTICO Y MANEJO 448 REVISTA MEDICA DE COSTA
RICA Y CENTROAMERICA las franjas etarias. Afecta tanto a hombres como a mujeres, y se da
más en edades entre los 30 y 50 años; aumentando la prevalencia con la edad.
DEFINICIÓN:
Se define como la sensación de dolor o molestia localizada entre el límite inferior de las costillas
y el límite inferior de los glúteos, con o sin irradiación a una o ambas piernas.
Existe una clasificación clínica del dolor lumbar, que puede presentar diferentes formas según la
evolución :
a) Lumbalgia aguda: dolor de menos de 6 semanas. Es la forma clínica de presentación más
frecuente y se define como un cuadro doloroso agudo de localización lumbar que cursa con
rigidez vertebral local. Se aprecia claramente una contractura de la musculatura vertebral.
b) Lumbalgia subaguda: dolor de 6-12 semanas.
c) Lumbalgia crónica: más de 12 semanas con dolor. Evolución crónica de un episodio agudo. El
cuadro suele ser recurrente, estacional, con dolor vago y difuso de localización toraco-lumbar o
lumbo-sacro y que aumenta con los esfuerzos y sedestación prolongada. Muchos de estos
enfermos muestran factores psicosociales sobreañadidos.
Clasificación según hallazgos clínicos: Dolor común. Es lo que se conoce por “lumbalgia aguda
inespecífica”. Sus características fundamentales son :
1) paciente de entre 20-55 años,
2) dolor en región lumbosacra, nalgas y muslos, el dolor tiene características mecánicas variando
con la actividad y en el tiempo buen estado general de la persona afectada.
Dolor radicular. Se sospecha si: 1) el dolor en una pierna es más intenso que el dolor en la
espalda, 2) el dolor se irradia generalmente por el pie o los dedos, 3) insensibilidad o parestesias
con la misma distribución que el dolor, 4) signos de irritación radicular Lasègue) y cambios
motores, sensoriales o en los reflejos, limitados al territorio de un nervio. Dolor sospechoso de
posible patología espinal grave: Incluye enfermedades como tumor o infección vertebral,
enfermedades inflamatorias como la espondilitis y las fracturas. Se valora la existencia de
“signos de alarma” para descartarlos.
ETIOPATOGENIA
Existen múltiples procesos que pueden producir lumbalgia y en muchos casos tiene un origen
multifactorial. La mayoría de las veces (90%) responde a causas vertebrales y paravertebrales,
siendo difícil identificar con exactitud la causa originaria. El 10% de ellos se cronifican y pueden
originar importantes repercusiones personales, familiares, laborales y económicas(3). En el 80%
de los casos los hallazgos son inespecíficos y sólo en el 20% de las ocasiones puede
determinarse la causa etiológica; de éstos entre un 3 y un 5% presentan una patología
subyacente grave. Las causas etiopatogénicas del dolor lumbar das por el grupo de Québec.
Estas se pueden resumir en tres conclusiones: 1) En la mayoría de los pacientes con lumbalgia
no se encuentra una alteración estructural que la justifique. 2) La mayoría son autolimitadas en el
tiempo y de curso benigno. 3) Las exploraciones diagnósticas producen escaso beneficio, siendo
la descripción del dolor relatada por el paciente y su localización, la aportación más valiosa para
el diagnóstico.

MANIFESTACIONES CLÍNICAS
La inespecificidad de los síntomas hace necesaria una anamnesis cuidadosa y una exploración
física minuciosa que nos orienten hacia el diagnóstico, pues basándonos en estos datos
podemos clasificar al paciente en grandes grupos sindrómicos que nos orientarán hacia su
etiopatogenia(5). En función de los síntomas podemos clasificar a los pacientes en tres grupos,
pacientes con: 1) Síntomas lumbares no específicos. 2) Dolor irradiado. 3) Síntomas de alarma
(Tabla 2). Es importante valorar el tipo y características del dolor, en orden a poder clasificarlo
adecuadamente. Los tipos de dolor son:
Dolor mecánico
Es el más frecuente y se presenta en más del 90% de los casos; se define como el dolor a la
carga y al movimiento, que se exacerba con los esfuerzos y en determinadas posturas,
disminuye con la descarga y el reposo. Este tipo de dolor lo originan todos los trastornos
estructurales del raquis lumbar y la mayor parte de los casos se clasifican como Dolor lumbar
mecánico inespecífico.
Debemos tener presente que la falta de correlación clínico-radiológica entre los síntomas que
nos refiere el paciente y las alteraciones estructurales que encontramos en los estudios de
imagen, hace que el diagnóstico etiológico solamente se aclare definitivamente en un pequeño
porcentaje de casos(6). Algunos pacientes también refieren el dolor en la zona de las nalgas,
ingles y cara posterior de los muslos sin acompañarse de afectación neurológica; éste puede ser
secundario a la afectación de las facetas o del nervio sinuvertebral de Luschka.
Dolor irradiado
Se trata de un dolor localizado en el miembro inferior, de inicio habitualmente agudo y que suele
ir precedido de lumbalgias recidivantes. Aumenta con los movimientos del raquis y con las
maniobras que provocan incremento de la presión intratecal, tales como la tos, la defecación, la
risa o el hablar en voz alta. El dolor irradiado se acompaña de trastornos sensitivos (parestesias,
disestesias, acorchamiento) y en ocasiones de trastornos motores. Los trastornos sensitivos y
motores varían según la raíz afecta (Tabla 3). Estos cuadros suelen ser secundarios a hernia
discal y en ellos sí que se puede realizar un diagnóstico etiológico. Otro tipo de dolor irradiado es
el que presentan los pacientes con estenosis de canal lumbar central o lateral. En éstos, el dolor
lumbar es crónico y de características mecánicas, empeora con el decúbito prono, con la marcha
y con todos los movimientos de hiperextensión lumbar; por el contrario, mejora con el decúbito
supino y el lateral, así como con los movimientos que reduzcan la lordosis lumbar (aumenta el
calibre del canal vertebral), tales como la flexión ligera del tronco y la sedestación. También
aparece irradiación uni o bilateral a los miembros inferiores de forma difusa, con parestesias y
disestesias, pero sin seguir un dermatoma definido. En su evolución presentan una claudicación
intermitente con debilidad muscular, que llega a obligar al paciente a detenerse y a sentarse para
que desaparezcan los síntomas. La exploración física en reposo no suele aportar datos, si bien
al provocar los síntomas con la marcha o en casos muy evolucionados, puede existir pérdida de
reflejos y debilidad en los pies. Estos pacientes y otros, con compromisos discales masivos,
pueden presentar el síndrome de la cauda equina, que consiste en la aparición de dolor lumbar
irradiado a miembros inferiores, acompañado de acorchamiento en la zona del periné y de
trastornos esfinterianos, constituyendo en este caso una emergencia quirúrgica.
Dolor no mecánico
Se caracteriza por su aparición diurna y nocturna, suele ser persistente, muy molesto y se
incrementa a lo largo de la noche llegando a despertar al paciente e impidiéndole dormir. Este es
el cuadro clínico común, pero existen otras características diferentes según la etiología del
proceso. Así, en la lumbalgia inflamatoria de las espondiloartropatías, existe un síndrome de
dolor sacroilíaco, acompañado de rigidez matutina, en ocasiones de artritis periférica y, en su
caso, de otras manifestaciones extraarticulares. En los cuadros infecciosos suele existir fiebre y
mal estado general. En los cuadros de origen tumoral es importante el antecedente de una
neoplasia y debemos sospecharla ante episodios dolorosos muy intensos, de predominio
nocturno, en personas mayores de 60 años y con síntomas generales, tales como astenia,
anorexia y pérdida de peso. En la patología de origen visceral los pacientes presentan un dolor
lumbar referido y, generalmente, acompañado de síntomas de la víscera afectada, siendo
además la exploración vertebral normal. En todos estos casos el diagnóstico etiológico es
obligado y existen unos signos de alarma, ya mencionados, que tendremos presentes en la
valoración clínica inicial del paciente.
Dolor miofascial
lumbar Dolor lumbar de comienzo gradual después de sentarse o acostarse. Se agrava por el
frío y mejora con el calor y el movimiento, está asociado a menudo con rigidez y limitación de los
movimientos del raquis. Puede acompañarse de irradiación bilateral a los miembros inferiores,
sin afectación radicular ni de las articulaciones sacroilíacas. Aparecen puntos gatillo en músculos
erectores, fascias glútea y presacra. Algunos casos se asocian a Fibromialgia.
EXPLORACIÓN FÍSICA
El examen físico de los pacientes junto a la anamnesis, es lo que más nos orienta hacia el
diagnóstico y constituyen la base para solicitar las diferentes exploraciones complementarias(5).
Continúan siendo los pilares básicos fundamentales a la hora de evaluar a un paciente con
lumbalgia
Exploración de la columna lumbar Inspección Paciente en bipedestación, se valora:
• Estática de todo el raquis.
• Simetría de los hombros, crestas iliacas, glúteos y actitud de los miembros.
• Curvaturas fisiológicas o patológicas del raquis.
• Valoración de la marcha.
• Exploración de la movilidad lumbar: Flexión, Extensión, Inflexiones laterales.
• Distancia dedos-suelo.
• Test de Schober.

Palpación
• Apófisis espinosas
. • Masas musculares paravertebrales. Buscar puntos dolorosos.

Maniobras vertebrales
• Compresión axial.
• Maniobra de Soto Holl - Neri.
• Maniobra de Godhwait.
• Maniobras de Lewin.
La positividad de estas maniobras detecta patología lumbar o irritación radicular, pero son
totalmente inespecíficas.

Examen neuromuscular
• Maniobra de Naffzinger-Jones.
• Maniobra de Vasalva.
• Maniobra de Lasègue. Sensibilidad (S) 80% y Especificidad (E) 40%(8).
• Maniobra de Bragard.
• Maniobra de Lasègue contralateral. S 25% y E 90%(8).
• Maniobra de Lasègue posterior. La positividad de estas maniobras indica la presencia de una
radiculopatía, aunque de forma poco específica. Su negatividad indica que la existencia de
hernia discal es poco probable.
• Exploración de puntos dolorosos en el trayecto del dolor.
• Exploración motora: – Flexión dorsal del pié (L5). – Flexión plantar del pié. (S1). S 50% y E
70%(8)
. • Exploración sensorial. S 50% y E 50%.
• Exploración de los reflejos osteotendinosos: – Reflejo rotuliano (L4 y L5). – Reflejo Aquíleo
(S1). S 50% y E 60%(9).
Identificar los efectos de la facilitación neuromuscular propioceptiva
en pacientes con lumbalgia crónica.
Revisión sistemática de la literatura científica publicada en las bases
de datos PubMed, Cochrane Library y PEDro.
se observaron mejoras significativas en la movilidad lumbar sagital en
flexión, en la resistencia estática y dinámica del tronco en flexión y
extensión, en la discapacidad funcional, así como una disminución en
el dolor, y aumento de la actividad de la musculatura estabilizadora
lumbar, del equilibrio estático y de la calidad de vida en los grupos en
los que se aplicó la facilitación neuromuscular propioceptiva en
comparación con los grupos control.
La facilitación neuromuscular propioceptiva parece mejorar las
deficiencias y actividades limitadas generadas por la lumbalgia
crónica. Sería recomendable la realización de un mayor número de
ensayos clínicos aleatorizados que permitan evidenciar de manera
más contundente las mejoras observados en los estudios
existentes.cvcvcvcv

Objetivo: comprobar la efectividad del método Pilates Romana para


conseguir una mayor flexibilidad de la columna, junto con una mejora
en la movilidad de la misma, así como del dolor que presentan en su
vida diaria los pacientes. Metodología: ensayo clínico con intención de
tratar a treinta pacientes con dolor lumbar inespecífico. Asistieron a
15 sesiones, 2 veces a la semana, del Método Pilates Romana.. Se
evaluaron parámetros tales como dolor, test de Schöber, SRS-22 y
distancia dedos- suelo. Resultados. Se encontraron diferencias
estadísticamente significativas con respecto al dolor (escala EVA),
distancia dedos- suelo, test de Schöber (flexibilidad en plano sagital),
flexión lateral (flexibilidad en plano frontal) y en varios ítems de la
escala SRS-22, con valores de p<0,001. Por ello, este método puede
ser usado para mejorar el dolor, la flexibilidad axial, la función y los
aspectos relacionados con la calidad de vida

La lumbalgia es un padecimiento que conlleva grandes repercusiones económicas, sociales y se ha convertido en


una de las primeras causas de incapacidad laboral a nivel global. Cuando ocurre el dolor en la parte baja de la
espalda se genera la incertidumbre sobre los factores de riesgo o causas que pueden desencadenar la lumbalgia, sin
embargo; su diagnóstico no es sencillo y cerca del 90 % de los casos generalmente no presentan algún tipo de lesión
demostrable, por lo que el problema se cataloga como una lumbalgia inespecífica. El tratamiento incluye
movimiento de la persona, ya que el reposo debilita y atrofia la musculatura de la espalda, además; dentro de los
métodos de ejercicios recomendados se encuentran los ejercicios localizados en musculatura del tronco y abdomen
principalmente, resistencia muscular, estabilidad espinal, Pilates, ejercicios de Williams y Mckenzie, técnicas de
Feldenkrais y Alexander, entre otros.

TRATAMIENTO

Antes de abordar los diferentes tratamientos, son necesarias unas consideraciones que ayuden
a situar las expectativas del personal clínico en cuanto al tratamiento de la lumbalgia en el
lugar adecuado. El dolor lumbar agudo es, habitualmente, de etiología benigna con tendencia
a la mejoría espontánea. No obstante, la persistencia de síntomas y las recurrencias son
frecuentes. Por lo tanto, en su manejo, lo fundamental no será un tratamiento curativo, sino
adoptar aquellas medidas que contribuyan a mejorar los síntomas más incapacitantes,
favoreciendo el mantenimiento de la actividad habitual. En las personas afectadas de
lumbalgia crónica es importante la comprensión de la naturaleza benigna de su proceso y la
utilización de las medidas más efectivas durante los periodos de mayor dolor. El periodo
subagudo (6-12 semanas) es el periodo idóneo para intervenir, intentado evitar su evolución a
una lumbalgia crónica. El conocimiento de la existencia de algunos factores que pueden
favorecer la cronificación puede orientarnos a tomar algunas opciones terapéuticas.

TRATAMIENTO FISIOTERAPEUTICO SEGÚN LA FASE EN QUE SE ENCUENTRE: ETAPA AGUDA: 


Educación, información de su padecimiento e higiene postural de columna  Evitar posiciones
que incrementen el dolor  Reposo en cama no recomendable al menos que el paciente
manifieste dolor intenso que limite sus actividades, se le indica de 1 a 2 días de reposo. 
Métodos físicos: auto-aplicación de calor superficial o frío.  Al disminuir el dolor dentro de las
dos primeras semanas iniciar ejercicios de condicionamiento físico, como caminata, bicicleta
fija, natación y trote ligero, durante 20 a 30 minutos.  Un reposo prolongado es perjudicial.
Produce desacondicionamiento físico (pérdida de fuerza muscular, resistencia, masa ósea,
efectos negativos sobre el aparato cardiovascular…) y psicosocial (sensación de malestar y
enfermedad grave, dependencia, depresión…).

ETAPA SUBAGUDA:
 Continuar con ejercicios de condicionamiento (aeróbicos)
incrementado la intensidad en forma progresiva
 Ejercicios de estiramiento y fortalecimiento de tronco y extremidades a
tolerancia
 Ejercicios subacuáticos en el Tanque terapéutico.

ETAPA CRÓNICA:
 Continuar con ejercicios de condicionamiento aeróbico
 Ejercicios de fortalecimiento del tronco
 Ejercicios específicos de columna ( Williams o curso Mackenzie)

TRATAMIENTO FISIOTERAPEUTICO EN GENERAL:


 Reposo: En los períodos de exacerbación se sigue la misma pauta
que en el dolor agudo. En el resto de los casos el reposo en cama y la
restricción de actividad están contraindicados.
 Termoterapia (aplicación de calor). Superficial: calor local en su
domicilio, infrarrojos.Profunda: microonda, ultrasonido, onda corta.
 Electroterapia: TENS y otras corrientes analgésicas.
 Tracción lumbar.
 Manipulaciones.
 Cinesiterapia: ejercicios de flexibilización de columna, fortalecimiento
muscular (abdominales, músculos paravertebrales, musculatura de
miembros inferiores) y corrección postural.
 Hidrocinesiterapia.
 Escuela de espalda: sesiones teórico-prácticas donde se enseñan los
cuidados y formas de protección ante el dolor lumbar con el fin de que
el paciente se reincorpore lo antes posible a su actividad normal y
prevenga futuros episodios.
 Ergonomía.
 La actividad física tiene un efecto beneficioso en el dolor subagudo y
crónico. No hay datos que sugieran que la actividad física o la
reincorporación precoz al trabajo tengan efectos negativos. Sólo es

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