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El encuentro con cristo en América latina

Profesor

Estudiante

Trabajo

2020
Índice
1. Introducción

El presente trabajo tiene como objetivo presentar la importancia de la cristología en los documentos
de Medellín, Puebla, Santo Domingo y Aparecida ya que estos documentos son netamente
pastorales, con acentos teológicos puntuales.

La visión cristológica intenta responder a las exigencias de la realidad, de acuerdo a los signos de
los tiempos, para una evangelización centrada en el mensaje de Jesús en la misión de la Iglesia.

Ciertamente la Iglesia Latinoamericana ha asumido progresivamente el giro antropológico y


hermenéutico que sé ha venido dando desde el Concilio Vaticano II. A partir de aquel momento la
reflexión cristológica ya no aborda el misterio de Cristo a partir de la dogmática, concebida como
una interpretación de lo revelado en la escritura y con un objetivo de hacerlo significativo al hombre
contemporáneo. Definitivamente la centralidad de la teología y cristología en los documentos del
CELAM se da a la historia humana de Jesús, el hijo de Dios, y al hombre latinoamericano en la
realidad concreta de cada momento histórico en la que ocurre cada uno de las conferencias
generales. Definitivamente el episcopado hace creíble el misterio de Cristo al hombre de este
continente. La realidad son fuentes de una iglesia que se mueve sin perder su esencia, tiene su base
las concepciones en Jesús histórico en la persona, doctrina y actividades. De esto depende gran
medida el trabajo de la Iglesia que se quiere construir. Porque este cambio permite entender que la
cristología no sea comprendida estéticamente sino en sintonía con el pueblo que vive su fe.

2.Contenido

La cristología en américa latina

La cristología desarrollada en América latina no busca continuar una propuesta doctrinaria que hace
el Concilio sobre el acontecimiento de Jesucristo, más bien su propuesta teológica, inspira a nuestro
juicio, la manera como se asume pensar a Jesús desde América latina, a la cual llamamos recepción
“derivada”. Sanhueza (2014) si embargo para considerar la recepción por parte de la cristología,
partimos teniendo en cuenta: la cristología y la fe en Jesucristo. Por lo tanto, toda cristología es
reconocerle como el que nos alcanza la salvación.

El valor de la nueva Iglesia se desarrolla en sí misma, que la lleva a entenderse


como la comunidad de creyentes que se experimenta llamada a participar de los gozos y esperanzas
y angustias de los hombres de nuestros tiempos sobre todo de los que sufren. Así, a partir del
Vaticano II, la Iglesia comienza a relacionar la fe y el seguimiento de Cristo y el mundo de la
sociedad.

Esto se entiende como que corresponde a los cristianos, como discípulos de


Cristo con el testimonio de su vida y de su fe muchas veces hasta con el martirio, “…día, día, poco
a poco, en una práctica cotidiana que promueva la vida allí donde ella surge o la defienda cuando es
amenazada. Esto se llama seguimiento de Jesús” (Gallego,2006, p,1). Es llevar la buena nueva de la
salvación a todos los hombres en este sentido, para los teólogos de América Latina, la fe y el
seguimiento a Jesucristo solo se puede dar de manera auténtica, cuando se aproxima a los cristianos
al Jesús histórico y llegan a comprender, que él lleva a cabo la salvación de la humanidad,
necesariamente, por medio de la mediación histórica, pues las mismas diversas cristologías del
Nuevo Testamento que se elaboraron desde la situación de vida concreta de las primeras
comunidades.

Características de cristo en américa latina y el caribe

 Jesús cercano. La cercanía es sin duda una categoría teológica y cristológica de


primera magnitud, el dogma de la encarnación nos muestra la absoluta cercanía de
Dios a los hombres por medio de Cristo. Pero una cosa es aceptar ese dogma de fe y
otra muy distinta es hacer de esa cercanía en la propia fe vivida. Muchos cristianos
han testimoniado esta forma de creer con la entrega de su vida, unas veces, con el
martirio, otros días a día, pero todo en el seguimiento de cristo. (Gallego, 2006).

Una cristología del Jesucristo histórico

La cristología latinoamericana se ubica en la cristología que parten del Jesús histórico para llegar al
Cristo de la fe, que se preocupan por volver a Jesús de Nazaret. Sin embargo, la cristología
Latinoamérica se interesa por Jesús histórico no solo para entender la identidad sobre ¿quién fue
Jesús?, ¿qué significa para mí Cristo? Para buscar el sentido de la fe en un continente marcado por
la opresión, exclusión y la muerte.

El punto de partida del seguimiento y de la cristología es el Jesús histórico, es


decir, la persona, doctrina y actitudes de Jesús de Nazaret. Se coloca así en la
perspectiva del Nuevo Testamento, de los evangelios, que confiesan la humanidad
de Cristo narrando la historia concreta de Jesús. Se evita así que el acceso a su
divinidad, al Cristo de la fe, sea ideologizado. La finalidad de comenzar con el
Jesús histórico es la de re-crear su práctica hoy y proseguir su causa seguimiento y
de la cristología. (Gallago, 2019).

Es decir, pone el acento en el Jesús histórico no tanto como objeto de investigación, como criterio de
seguimiento. De modo que la persona, la práctica y el espíritu de Jesús se constituyen en criterio de
toda vida cristiana en América Latina.

Desde el punto de vista del contexto de la cristología latinoamericana, como señala Álvaro Cadavid,
Medellín se ha convertido en el inicio del proceso en el cual la Iglesia de América Latina ha ido
propinándose, poco a poco del giro antropológico y hermenéutico dado a la teología por el Concilio
Vaticano II. La cristología se ha acercado al hecho Jesús, ya no desde el ámbito de la dogmática sino
a partir del dato revelado en la Escritura; por ello, el tema del Jesús histórico y su predicación del
Reino, la persona y contexto social actúa ocupan el lugar central de la reflexión cristológica .

Cristología de cristo crucificado

La cristología latinoamericana entiende la fe popular en el Cristo sufriente como lugar teológico.


No obstante, ha contribuido a reconstruir la imagen del Cristo sufriente en América Latina, en tanto
que la ha reinterpretado en clave liberadora. Esta cristología aborda la cruz de Jesús enfatizando la
estrecha relación entre la pregunta histórica por la causa de su muerte ¿por qué mataron a Jesús? y
la pregunta teológica por el sentido de su muerte ¿por qué murió? Por la salvación de toda la
humanidad. Jesús de Nazaret, se convierte por su muerte en Sacerdote, víctima e hijo y encarna ante
la justicia salvadora de Dios el clamor de liberación y redención de todos los hombres. Decimos se
hace Hijo, Víctima queriendo significar algo que está muy en el fondo de la cristología de hoy: el
Hijo de Dios tiene que hacer verdad lo que es, en su entrega total a Dios en favor del hombre.

La cruz se levanta como la máxima expresión del amor de Dios en esta cruz salvadora del
Dios crucificado
La cruz se levanta como la máxima expresión del amor de Dios. En la cruz salvadora se
revela el Dios crucificado; en la soledad, el abandono y el silencio de Jesús aparece el rostro
del Padre compasivo que está junto al Hijo que sufre. El sufrimiento como posible modo de
ser de Dios. La cristología latinoamericana lleva más lejos esta intuición cuando habla del
pueblo crucificado como presencia del Cristo sufriente en la historia, cual siervo doliente de
Yahvé. Se trata entonces de no olvidarse del escándalo de la cruz para no olvidarse de los
crucificados de hoy.

La cristología Latinoamérica es el Jesús histórico el cual tiene un significado liberador en la


historia de los pueblos del continente. Por lo tanto, busca articular desde la fe cristiana, la
tarea de pensar en el seguimiento de Jesucristo con la realidad social y eclesial de américa
latina esto prioriza el acercamiento a Jesús de Nazaret. Por otro lado, se recalca el
sufrimiento de Jesús en la cruz, con los pobres se ha identificado y se asociado su propio y
especifico sufrimiento masivo, cruel, impuesto e injusto que ha acompañado desde el
momento en que se les predicó a Cristo hasta el día de hoy.

Cristología en el documento Medellín

El documento como Medellín hasta hoy, la Iglesia latinoamericana ha sumido el giro


antroapológico y hermenéutico que se ha venido dando en la teología católica desde el
Concilio Vaticano II. Por eso el reto de la teología actual implica que Jesús no se
comprendido como hecho solo a partir de la dogmática, concebida esta como una
interpretación de lo revelado, como se había hecho por siglos en la teología, sino que se
aproxima directamente al dato revelado en la escritura con el objetivo de hacerlo
significativo al hombre contemporáneo.

En el discurso olvidado del Pablo VI se trata de la primera visita de un papa a América


Latina. En esta ocasión, el santo padre quiso dirigirse a los campesinos colombianos y de
toda América como si ellos fueran Cristo. En aquella oportunidad, comienza una revelación
directa entre la presencia de Cristo en la eucaristía y la presencia de Cristo en los pobres
que lo escuchaban. “Pablo dice a los mismo pobre que ellos son sacramento de Cristo como
lo es también la eucaristía, Cristo se nos ofrece de una manera “escondida” viva y real”
(Costadoat, 2016 ).

La cristología en Medellín se centra en el misterio de Cristo leído desde la dramática


situación de pobreza, resaltando el haberse hecho históricamente pobre que hace salir de él
toda su fuerza liberadora. “Cristo nuestro Salvador, no solo amó a los pobres, sino “siendo
rico se hizo pobre”, vivió en la pobreza, centró su misión en el anuncio a los pobres de su
liberación y fundó su Iglesia como signo de esa pobreza entre sus hombres” (Cadavid,
2007). Diría Medellín que solo a la luz de cristo se esclarece verdaderamente el misterio del
hombre. El hombre es “creado en cristo Jesús hecho en Él criatura nueva. La búsqueda de
Jesús histórico de lo más histórico de Jesús fue su preocupación fundamental. Pero de
Medellín la búsqueda no se dio desde lo intelectual sino con el deseo de reproducir su
praxis desde el hoy. Desde aquí que la teología latinoamericana haya cambiado hacia la
búsqueda de un Jesús histórico que se sumergió en una historia de justicia como la nuestra.
Un camino que hace cuando se lee el evangelio y la fe de la Iglesia que muestra la iglesia
de Cristo y que hoy se actualiza desde nosotros esta cristología en documento de Medellín
en estos pontos muy importantes.

 Tiene un apartado dominado la verdad sobre Cristo.


 La situación de pobreza a crecido a niveles escandalosos.
 Esta realidad de pobreza debe ser asumida por la Iglesia desde el anuncio de
Jesucristo.
 Una Iglesia cercana a los pobres, haciéndose pobre como ellos.
 Asume el titulo cristológico Jesucristo liberador.

Cristología en el documento de Puebla

El documento de Puebla va en la misma line que Medellín, proclama la fe en Dios, en los


hombres, en los valórese y en el futuro de américa latina. en puebla también se toma de
nuevo esta profesión de fe divina y humana, que proclamamos “Dios está presente, vivo,
por Jesucristo liberador en el corazón de américa latina” ( Puebla, 1979). La Iglesia
estructura los signos de los tiempos se da la opinión preferencial por los pobres, con
miradas a su liberación integral. Tiene como el anuncio de Cristo salvador que los ilumina
sobre su dignidad, los ayudara en sus fuerzas de liberación de todas sus carencias los
llevara a la comunión con el padre, mediante la vivencia de la pobreza evangélica. Pero no
todos en América latina nos hemos comprometido con los pobres, pues no siempre nos
preocupamos por ellos esto exige conversión y purificación constante en todos los
cristianos, para el logro de una identificación cada vez más plena con Cristo pobre y con los
pobres. Se entiende a un Jesús encarnado en la problemática de nuestro continente. Si en
Medellín se anunció a Jesús proféticamente, en Puebla se integra un anuncio doctrinal
según la tradición cuidando la fe del pueblo acorde con la tradición que lleva el mensaje de
Cristo que es liberador.

Cristología en santo domingo.

En este documento, presenta la verdad sobre Jesucristo él que es el mismo “ayer, hoy y


siempre” (Hb 13,8), así parte el mensaje del discurso inaugurado del papa, y así también
continúan los obispos convocados en su mensaje a la iglesia latinoamericana. Dice que
Cristo es proclamado como el “Evangelio del Padre”, en cuanto él es en persona síntesis y
encarnación permanente del mensaje. La situación social en los países de América y el
caribe no ha mejorado. Los obispos ratifican su opción por los pobres, reconociendo que
esa es la actitud de Cristo. Jesús opta por lo débil de desperdiciado del mundo, no para
mantenerlo en ese estado sino para dignificarlo como persona.  Esta conferencia vivió una
tensión en torno al título de Jesucristo Liberador, pues para algunos Obispos todo era
comunismo. Se trata de una confesión de fe vital que se traduce en el compromiso por la
promoción humana y por la inculturación del Evangelio.

Cristología en aparecida.

En este documento de parecida aplica la concepción de “encuentro ”con el cual quiere dar
respuesta, tanto al sujeto personal roto por el sinsentido , como al sujeto social
resquebrajado también por la pobreza y la exclusión, pues,el encuentro con jesus, van a
encontrar y otros , la vida que anhelan y buscan todas sus dimensiones .
La Conferencia de Aparecida se realiza en un contexto socio-histórico de globalización y
Postmodernidad; contexto que ha determinado un verdadero cambio epocal con todas las consecuencias
que ello comporta.
Fruto de este contexto, y haciendo parte de él, hoy se dan cita en el Continente
fenómenos muy complejos:
 Un sujeto personal que vive un sinsentido radical, pero que en el fondo de su ser busca con
ansia incesante el sentido y la felicidad.
 Un sujeto social cada vez más marginado, pobre y excluido, fruto de la globalización económica
imperante, que ha llegado a considerar a los pobres como “sobrantes” y “desechables” sociales.
 El deterioro de la naturaleza y del ecosistema que ha alcanzado niveles alarmantes, perjudicando
principalmente a los más pobres y excluidos.
 Un marcado pluralismo social, cultural y religioso que, junto a la pérdida de identidad del
cristiano y de su misión, cambian los “paradigmas” y puntos de referencia tradicionales en el
Continente.
 El fenómeno de una fe popular fuertemente arraigada que, de alguna manera, resiste los embates
de todos los fenómenos presentes en el Continente.
Como respuesta a estos desafíos, la V Conferencia General del Episcopado latinoamericano y caribeño
propone la recuperación de la identidad cristiana desde una experiencia profunda, vital, vivencial e
íntima –lo que no significa intimista, ni individualista o carente de toda expresión comunitaria y social-
con Jesús vivo y dador de vida, que el documento conclusivo expresa bajo la categoría “encuentro”.
Desde esta concepción cristológica pretende el documento dar respuesta, tanto al sujeto personal roto por
el sinsentido, como al sujeto social resquebrajado también por la pobreza y la exclusión, pues, en el
encuentro con Jesús, van a encontrar, unos y otros, la Vida que anhelan y buscan en todas sus
dimensiones.

Es tan radical Aparecida en estas afirmaciones, que llega a aseverar que la fidelidad de la Iglesia a
Jesucristo se juega, tanto por el reconocimiento de su presencia y cercanía en los pobres, como por la
defensa de los derechos de los mismos. Es esta la razón por la que el discípulo debe asumir,
evangélicamente y desde la perspectiva del Reino de vida, las tareas prioritarias que contribuyen a la
dignificación de todo ser humano, pues “no se puede concebir una oferta de vida en Cristo sin un
dinamismo de liberación integral, de humanización, de reconciliación y de inserción social” (DA 359).
En esta misma perspectiva, el documento afirma repetidamente, siguiendo al Papa Benedicto XVI en el
discurso Inaugural, que “la evangelización ha ido unida siempre a la promoción humana y a la auténtica
liberación cristiana”.
De todo lo anterior, se deriva, entonces, que la importancia única e insustituible de Cristo para nosotros
y para toda la humanidad, radica en que él es el Camino, la Verdad y la Vida. Y la explicación de esto,
según el documento, siguiendo al Papa Benedicto XVI, es que “si no conocemos a Dios en Cristo y con
Cristo, toda la realidad se convierte en un enigma indescifrable; no hay camino y, al no haber camino, no
hay vida ni verdad”. Y por esta misma razón Jesucristo se presenta como el único y verdadero liberador
y salvador, en cuanto él es la respuesta a las aspiraciones humanas más profundas, tanto personales
como sociales, sobre todo las de los más pobres.
Es éste un dato que, además, en el contexto de todo el documento, se obtiene no como una mera
adquisición intelectual, sino que es el fruto del encuentro vital con su persona.

3.conclucion

Todo lo anterior ha mostrado que es la concepción de la revelación entendida como “encuentro” y


un encuentro que se traduce en Vida plena, y toda la rica cristología elaborada desde esta categoría,
la que se ha hecho presente en las reflexiones del episcopado latinoamericano y caribeño en
Aparecida. De esta manera, la cristología se aleja de todo ese abstraccionismo estático y de toda esa
envoltura greco-occidental de la que estuvo imbuida por siglos la reflexión en torno al misterio de
Jesús en nuestro Continente, para hacerse una reflexión más dinámica, existencial y funcional, en
cuanto mira a Jesús, no tanto en lo que él es en sí mismo, cristología que ciertamente los obispos
profesan y aprecian en sus documentos, sino en lo que él significa y hace a favor del hombre
latinoamericano y caribeño. Es éste el motivo por el que los énfasis cristológicos de los obispos en
sus Conferencias generales están dirigidos a responder a las necesidades más profundamente
históricas y existenciales, para tocar así las fibras más íntimas de la persona y de su experiencia de
fe tanto personal como comunitaria.

A lo largo de los documentos del magisterio pastoral de los obispos del Continente, y pretendiendo
sintetizar la cristología que de ellos se deriva, consideramos que se resalta en ellos la figura
histórica de un Jesús que se ha hecho pobre, asumiendo no sólo la condición humana, la de todos
los hombres, sino que lo ha hecho con una determinación muy concreta: la de los pobres. Y como
respuesta a esta condición, emerge en la reflexión un título propio para designar a Jesús: el
liberador. Se trata de una liberación integral que hace crecer al hombre latinoamericano y caribeño
en humanidad en todas las dimensiones, aspectos y sentidos de su existencia. La originalidad de
Aparecida, o mejor, su acento cristológico propio, radica en leer la figura de Jesús como el
Viviente, Señor de la vida, fuente de la vida y dador de vida, de tal manera que la liberación a la que
aspira el hombre latinoamericano queda enmarcada dentro de una realidad mucho más profunda,
pues ya este hombre no se encuentra únicamente ante unas situaciones que amenazan su existencia
en algunos de sus aspectos, sino que se encuentra, por una parte, roto, fragmentado y débil
personalmente por un sinsentido que amenaza a cada momento su existencia, y, por otra, como
pueblo, como sujeto social, ya que no es solamente explotado y oprimido, sino excluido política,
económica y culturalmente, al punto que se le considera “afuera” del sistema imperante, como un
sobrante” y un “desechable”. En definitiva, se le está negando el derecho a la vida, y a la vida plena,
tanto personal como colectivamente.

Cuando el documento indica los lugares de encuentro con Jesús, señala la piedad popular como uno
de ellos. Llama especialmente la atención la manera como se refiere a ella. Según el documento, “la
piedad popular es una manera legítima de vivir la fe, un modo de sentirse parte de la Iglesia y una
forma de ser misioneros, donde se recogen las más hondas vibraciones de la América profunda. Es
parte de una “originalidad histórica cultural” de los pobres de este continente, y fruto de “una
síntesis entre las culturas y la fe cristiana” (DA 264).

De esta manera, será posible articular la acción liberadora en favor de los pobres, con el Cristo
Viviente y Señor de la vida, que la Iglesia latinoamericana en Aparecida reconoce como dador de
Vida plena para todos, sobretodo para los más pobres y excluidos.

4. bibliografía

CADAVID, A (1988). Hacer Creíble el Anuncio Cristiano en América Latina, CELAM, Santafé de
Bogotá.

CADAVID, A (1988). Los Signos de los Tiempos una perspectiva latinoamericana, CELAM,
Santafé de Bogotá 1998.
http://www.scielo.org.co/pdf/thxa/v64n177/v64n177a07.pdf

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