El desempleo en Honduras, según cifras manejadas por el Instituto Nacional de Estadísticas

(INE) es del 63% para mujeres y el 37% para hombres, dejando al género femenino como el
más vulnerable ante esta problemática.

Para el coordinador de la Facultad de Ciencias Económicas de la UNAH, José Menjívar,

considera que históricamente las mujeres tienen pocas oportunidades de trabajo y que
“siempre existe la mayor tendencia para el hombre”, al considerar el sector de la agricultura
como el que “más genera empleos”.

Menjívar añade que siempre ha “existido un comportamiento machista en cuestión de

géneros” a la hora de trabajar, afirmando que “la mujer ya está teniendo un papel importante”
en otros sectores, como ser el financiero o administrativo.

El profesional de la Economía menciona también que el empleo por hora resulta “más factible
en términos de costos para las empresas”, pero que, a pesar de existir, los índices de
desempleo “se mantienen”, afirmando que el empleo temporal resulta factible en “ciertas
épocas del año”.

Roberto Briceño, catedrático del Departamento de Sociología de la UNAH, manifestó que “la
población que no encuentra oportunidades laborales en el país está emigrando, dejando en
evidencia el problema de empleo”.

Briceño detalla la existencia de “discriminación en algunas profesiones” al haber ciertas

características de los puestos de trabajo y de género que se valoran “desigualmente a los
géneros”, dejando como resultado según el sociólogo “desigualdad de ingresos entre los
géneros y mayores tasas de desocupación”.

El sociólogo expresa también que “son los hombres los que más se ocupan en las actividades
primarias en comparación a las mujeres”, considerando a la economía hondureña como
“primaria”, aunque también indica que en los principales centros urbanos del país “se están
concentrando actividades terciarias que involucran más a la mujer”.

Jeny Flores, ciudadana desempleada desde hace más de dos años y graduada de Perito
Mercantil, lamenta que “ya no haya muchas oportunidades por el tema de la edad”, afirmando
que las empresas piden como requisito “tener entre 20 y 25 años”, dejando sin oportunidades
a personas de mayor edad.

Flores expresa también que considera “desigualdad para las mujeres” al mencionar una mayor
inclinación de las empresas por la contratación de hombres, lamentando al mismo tiempo la
falta de atención por parte del gobierno a todas las personas sin empleo.

El sociólogo Briseño manifestó que la solución a esta problemática seria “una revolución” al
considerar que la “inversión extranjera solo ha servido para enriquecer a los grupos de
mafiosos que nos han gobernado”, por otra parte Flores afirma que la solución sería una
mayor atención hacia todos los desempleados por parte de las autoridades.