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PENAL I
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En el preámbulo vemos como se enfatiza sobre: afianzar la justicia,
promover el bienestar general, asegurar la justicia.
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Del principio de legalidad surgen diversas garantías, las que también deben
exigirse respecto de la imposición de medidas de seguridad:
2 cuestiones: -
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Facultad reglamentaria del Poder Ejecutivo (art. 99 inc. 2° CN). –
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Tratándose de una garantía individual, debe estar claramente trazada. Esto se
logra, fundamentalmente, mediante la enumeración taxativa por la ley de los
hechos punibles y de las penas pertinentes.
A) La determinación legal de los hechos punibles: el hecho punible no se limita a
la definición formal de los hechos delictivos, sino que comprende todos los
presupuestos legales de la pena como son el disvalor jurídico del hecho definido
(su antijuridicidad), la reprochabilidad a su autor (su culpabilidad) y la posibilidad
de su castigo en el caso concreto (su punibilidad).
B) La determinación legal de las penas correspondientes: no se satisface con la
simple declaración de que el hecho debe ser castigado o que merece una pena,
sino que demanda la determinación concreta de la pena conminada para cada
delito. Esto requiere que la pena esté directamente referida al respectivo hecho
delictivo y que esté individualizada por su especie y medida. Tratándose de penas
medibles por razón del tiempo, basta que la ley señale si es temporal o perpetua.
Las penas medibles en razón de su cantidad deben estar siempre determinadas
en su monto. -
Este principio, por el que se prohíbe perseguir penalmente más de una vez por el mismo hecho,
tiene garantía de rango constitucional a partir de la Convención Americana sobre Derechos
Humanos (Art. 8. 4) y del Pacto de Derechos Civiles y Políticos (Art. 14.7), incorporados a la
Constitución Nacional (el artículo 75º inciso 22).
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Además de estos tratados, este principio, por el cual se prohíbe
perseguir penalmente a una persona más de una vez por el mismo
hecho, puede ser considerada una derivación del principio de
inviolabilidad de la defensa (art. 18 CN). Se prohíbe un nuevo
juzgamiento tanto, cuando en uno anterior, sobre los mismos hechos,
ha recaído absolución o condena.
Ello es así toda vez que las leyes penales solo alcanzan a los hechos cometidos
durante su vigencia, es decir durante el período comprendido desde su entrada en
vigencia hasta el momento de su derogación, no pudiendo aplicarse de manera
retroactiva.
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Sin embargo este principio general de aplicar la ley vigente al momento en que el
delincuente hizo la materialización de su voluntad delictiva, tiene excepciones de
raigambre constitucional fundadas en la aplicación de ley más benigna, esto es la
retroactividad y la ultraactividad.
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Código penal Alemán) sostienen que se aplica la ley vigente al tiempo de
terminación del hecho. En igual sentido se sostiene que debe aplicarse la nueva
ley más desfavorable al reo existente al momento de finalizar su actividad delictiva
si aquel continuó con la comisión del delito cuando ya estaba vigente la nueva ley
menos benigna. ـ
Otros (en posición mayoritaria) sostienen que debe aplicarse la ley más benigna
existente al comienzo de la actividad voluntaria por sobre la más gravosa vigente
al momento en que los actos delictivos dejan de cometerse. De modo que toman
en cuenta el comienzo de la actividad voluntaria. Postura compartida por Fontán
Balestra, De la Rua y Zaffaroni.
“…Si la ley vigente al tiempo de cometerse el delito fuera distinta de la que existía
al pronunciarse el fallo o en el tiempo intermedio, se aplicará siempre la más
benigna. Si durante la condena se dictare una ley más benigna, la pena se limitará
a la establecida por esa ley…”
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Fundamento de estas excepciones: tiene un “fundamento político social, dado que
carece de sentido dictar o mantener la ejecución de penas por hechos que ya no
se consideran delitos o cuando la gravedad de aquéllas aparece como
desproporcionada”. Los efectos de la ley más benigna, operan de pleno derecho.
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¿Para qué sirve la Teoría Del Delito? Es decir, ¿Cuál es el fin de la Teoría Del
Delito?
La Teoría Del Delito sirve para verificar si están dados los elementos del delito
para requerir a los tribunales o jueces penales una respuesta que habilite el
ejercicio de poder punitivo del Estado.
El Código Penal, asienta la responsabilidad delictiva en la posesión por parte del autor de la
conciencia de la criminalidad de su acto y en su posibilidad de dirigir su acción y de determinarse
con libertad.
Una de las principales funciones del concepto de acción es servir de límite o filtro para seleccionar
previamente las acciones que pueden ser relevantes para el Derecho penal. El concepto de acción
ha experimentado una evolución en la que se han entremezclado puntos de vista filosóficos,
político-criminales y dogmáticos.
Positivismo jurídico o sistema clásico: Von Liszt define por primera vez el concepto de
acción como “toda conducta humana voluntaria que causa un cambio en el mundo exterior”.
1) Manifestación de voluntad: Toda conducta del hombre comisiva u omisiva que, libre de
violencia física o psicológica, está determinada (motivada) por las representaciones.
Consiste en la intervención muscular proveniente de centros superiores del cerebro. No
debe confundirse esta manifestación de voluntad con su contenido, que pertenece al
campo de la culpabilidad. El causalismo generó una voluntad sin contenido.
2) Resultado: Cambio en el mundo exterior causado por la manifestación de voluntad o la no
mutación de ese mundo externo, por la acción esperada y que no se ejecuta.
Acción humana es ejercicio de actividad final (Wezel). La finalidad o el carácter final de la acción se
basa en que el hombre, gracias a su saber causal, puede prever, dentro de ciertos límites, las
consecuencias posibles de su actividad, ponerse fines diversos y dirigir su actividad, conforme a su
plan, a la consecución de estos fines; “actividad final es un obrar orientado conscientemente
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desde el fin”, mientras que el acontecer causal no está dirigido desde el fin, sino que es la
resultante causal de los componentes causales existentes en cada caso. Por eso la finalidad es
“vidente”, y la causalidad “ciega”.
1. La primera transcurre totalmente en la esfera del pensamiento. Empieza con la anticipación (el
proponerse) del fin, que el autor quiere realizar. De ello sigue la selección de los medios de la
acción para la consecución del fin. El autor determina los factores causales que son requeridos
para el logro del mismo.
2. De acuerdo con la anticipación mental del fin y la elección de los medios, el actor efectúa su
acción en el mundo real. Pone en movimiento, conforme a su plan, los medios de acción escogidos
con anterioridad, cuyo resultado es el fin. La segunda etapa de la dirección final se lleva a cabo en
el mundo real.
3-Forma de conducta:
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POSITIVISMO JURIDICO: LA ACCION ES TODO A CONDUCTA
HUMANA VOLUNTARIA QUE CAUSA UN CAMBIO EN EL MUNDO
EXTERIOR.
Factores externos:
Fuerza fisica irrestible: vis absoluta: fuerza tal que haga la sujeto incapaz de
dirigir sus movimientos, osea lo hace obrar mecánicamente.
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El sujeto es un instrumento, esa fuerza pude prevenir de una tercera
persona, que asume el carácter de autor del delito, también de la naturaleza
como un aluvión, caída de un árbol.
El sujeto realiza una conducta que podrá ser típica según las circuntancias.
Ej señalero ferrocarril que toma un narcotico parra no hacer las señales y
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provacar un desastre, en ese caso provoca el estado de inconciencia que es
causa directa del resultado.
LA TIPICIDAD
no debe confundirse el tipo con el art, inciso, parte o dispocion legal que
permite en todo caso estos determinar que la conducta objeto de
examen coincide con la descripción abtracta contenida en la ley penal.
Entonces queda claro que si realizo dicho análisis es que la conducta
descripta es de resultado negativo porque el comportamiento en
cuestión no se adecua al respectivo tipo delictivo entonces estamos en
presencia de la atipicidad.hot
La tipicidad es el resultado de un juicio mental llevado a cabo por el intérprete o juez que permite
determinar que la conducta objeto de examen coincide con la descripción abstracta contenida en
la ley penal. Por el contrario, si realizado dicho procedimiento surge que el resultado es negativo
porque el comportamiento en cuestión no se adecúa al respectivo tipo delictivo, se dirá que
estamos en presencia de atipicidad.
TIPO OBJETIVO.
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El tipo objetivo comprende el aspecto externo del comportamiento humano prohibido por la
norma, que abarca no sólo su descripción abstracta sino también valoraciones de distinta índole.
Se excluye lo que se encuentra situado dentro de la esfera anímica del autor, que corresponde al
tipo subjetivo.
Los tipos de lesión requieren la constatación de que la acción y el resultado se encuentran en una
relación que permita afirmar que el resultado es el producto de la acción. La problemática de la
causalidad plantea el interrogante sobre cuándo una modificación en el mundo exterior, relevante
desde el punto de vista penal, puede serle atribuida a una persona, endilgándole a su accionar el
“mote” de causa.
El punto de vista clásico afirmaba que un resultado era producto de una acción cuando ambos
estaban unidos por una relación de causalidad en sentido natural. En la actualidad tiende a
imponerse la imputación objetiva del resultado, pues lo decisivo no es ya la causalidad desde el
punto de vista natural, sino la relación causal que resulta relevante para lo ilícito de acuerdo con
criterios deducidos de la naturaleza de la norma y de su finalidad protectora de bienes jurídicos.
Se ejemplifica diciendo que conducir un automóvil constituye una conducta peligrosa, pero si el
autor produce lesiones corporales a otra sin haber infringido los reglamentos de tránsito,
manteniéndose dentro del riesgo permitido, el resultado no le será objetivamente imputable.
Tampoco será objetivamente imputable cuando se dé la acción de regreso, como en el caso de un
comerciante que, cumpliendo con los recaudos legales que lo autorizan, vende un rifle a un
comprador aparentemente normal; por ello no les imputable objetivamente el homicidio que el
comprador ejecuta usando el arma.
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adelanta su producción (Ejemplo: Si A dispara sobre B, que antes había ingerido una dosis
mortal de veneno, y le produce la muerte).
Las normas jurídicas no prohíben las lesiones de bienes respecto de los cuales el titular
tiene la posibilidad – jurídicamente admitidas- de consentirlas (Ejemplo: acompañante que
incita al conductor de un vehículo a que vaya a una velocidad excesiva porque quiere
llegar a tiempo a una cita; a consecuencia de la conducción imprudente se genera un
accidente, en el que resulta la muerte del acompañante).
Si el resultado queda fuera de la esfera de la protección de la norma. (Ejemplo: A, el
conductor del automóvil que imprudentemente atropelló a B, causándole la muerte, no
debe responder por la muerte de la madre de B producida por un síncope cardíaco sufrido
al enterarse de la mala noticia).
Clases:
Tipos de pura actividad: sólo requieren el comportamiento del autor, sin exigir un resultado
separable de aquél. Ej.: violación de domicilio, art. 150 C.P.
Tipos de resultado: aquellos en donde la modificación sensible del mundo exterior, está
separada espacial y temporalmente de la acción del sujeto. Ej.: para que se configure el
homicidio el tipo exige como resultado la muerte de la víctima. El resultado puede consistir: a)
lesión, ó b) puesta en peligro del bien jurídico. Conforme a ello se distingue:
Tipos de lesión: la conducta debe haber producido una lesión del bien jurídico
mediante el daño o la modificación del objeto material sobre el cual recae. Ej.: el aborto
requiere la muerte del feto.
Tipos de Peligro: resulta suficiente que el bien jurídicamente protegido haya sido
puesto en riesgo de sufrir la lesión que se quiere evitar. El Peligro puede ser: Concreto:
se produce la posibilidad real y efectiva de lesión al bien jurídico. (Ej.: disparo de arma de
fuego, art. 104 C.P.; incendio, art. 186 C.P). Abstracto: el tipo se limita a describir un
comportamiento que generalmente representa en sí mismo un peligro para el bien
jurídico (Ej.: envenenar o adulterar aguas potables, Art.104 C.P.).
TIPO SUBJETIVO
1- Dolo
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- Que realiza el hecho
Clases de DOLO
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Clases de Omisión
CULPA
Quien actúa culposamente causa una acción dañosa pero NO tiene intención de realizar el TIPO
penal. Es un comportamiento imprudente, negligente, imperito o inobservante de reglamentos o
deberes cuyo cumplimiento corresponde al autor en el caso concreto. La razón de ser de la culpa
reside en la voluntad contraria a la precaución que el autor está obligado a observar en
determinadas circunstancias para no dañar intereses ajenos.
FORMAS DE CULPA:
1) Por su Representación:
• CULPA CONSCIENTE: o con previsión. El sujeto con su acción no busca el resultado aunque
se lo representa como posible, pero confía en que no se dará el resultado. (Imprudencia) se
diferencia del dolo eventual, pues si bien en ambos hay representación, en el dolo eventual hay
asentimiento del resultado, en la culpa consciente no.
2) Por su modalidad:
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• IMPRUDENCIA: Comportamiento riesgoso, atrevido o peligroso para las personas o los
bienes ajenos.
LA ANTIJURICIDAD
Clases
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c-antij formal: según este criterio existe antijurídica cuando el hecho ha
sido cometido contrariando a la norma del tipo sin que concurra una
causa de justificación
CAUSAS DE JUSTIFICACIÓN
Las causas de justificación son “situaciones de hecho y de derecho cuyo efecto es excluir la
antijuridicidad” de un hecho típico (Núñez). También se ha considerado como “permisos
concedidos” por la ley “para cometer en determinadas circunstancias un hecho penalmente
típico” (Jakobs).
Sus fuentes son dos: la ley y la necesidad. La primera porque sólo ella puede declarar lícitas ciertas
acciones típicas, y la segunda porque es na determinada situación episódica – reconocida por el
derecho- la que hace obrar al agente. La necesidad en sí misma es el fundamento de la
justificación, pero debe nacer, reiteramos, de la ley – derecho de necesidad – sea que resulte de
una disposición expresa o de la valoración extraída de la totalidad del ordenamiento vigente.
o LA LEGÍTIMA DEFENSA
Clases
Defensa propia
Existe, entonces, legítima defensa, cuando “el que en defensa de su persona o sus derechos,
empleando un medio racionalmente necesario para impedirlo o repeler una agresión ilegítima y
sin que medie provocación suficiente de su parte, le ocasione un perjuicio a la persona o derechos
del agresor”.
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que llegue a la consumación de una lesión; si así fuere, impediría la defensa. Puede ser tanto una
comisión como una omisión.
Sólo una agresión antijurídica de una persona a los bienes de otra posibilita la legítima defensa, la
cual está excluida cuando la agresión se mantiene dentro del riesgo permitido. Esto equivale a una
agresión sin derecho que el agredido no está obligado a soportar, llevándolo a una defensa
necesaria. Se menciona como excepción cuando el ataque está justificado, sea que el autor se
encuentre en ejercicio de la responsabilidad parental, de un cargo público o de su derecho.
También falta la agresión jurídica cuando el que amenaza producir una lesión realiza un
comportamiento sin peligro en sí y es la víctima quien se sitúa en ese situación (Ej. Quien se arroja
a un vehículo en marcha, no es atacado por su conductor).
La calificación de ilegítima dada una agresión convierte en legítima la reacción del agredido. La
necesidad de defenderse aparece como consecuencia de un peligro concreto para la persona o sus
derechos y la ley la autoriza siempre que sea racional.
La legítima defensa privilegiada es aquella que la ley prevé cuando por razones de tiempo o lugar
existe una agresión ilegítima y la reacción de quien se defiende es considerada necesaria y
racional, cualquiera sea el daño ocasionado por el agresor. El privilegio existe si se produce el
escalamiento fractura del recinto habitado en horas nocturnas y si se encuentra a un extraño en el
hogar y éste opusiera resistencia.
Defensa de terceros
Según el art. 34 inc. 7 del C.P., hay legítima defensa de la persona o derechos de otro (sea
parientes o extraños), si éste es objeto de una agresión ilegítima y el autor empleo un medio
racionalmente necesario para impedirlo repelerla, siempre que el agredido no haya provocado
suficientemente la agresión, o en caso contrario, que no haya participado en ella el tercero
defensor. Es una justificación para el actuar de una tercera persona que no haya sido agredido que
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interviene en defensa de otra, aunque ésta haya provocado suficientemente la exigencia es que el
defensor no haya intervenido en ella ni como autor, cómplice o instigador.
Este derecho de defensa de un tercero es aplicable en la medida de que el agredido quiera ser
defendido. Para enjuiciar el auxilio no solicitado debe analizarse: 1. Que el agredido no haya
consentido el acto (Ej. Mujer que no presta seria resistencia ante los ataque sexuales de un
hombre), 2. Que el agredido no acepte la forma de repulsa del defensor (ej. Que no quiera q se
utilicen armas de fuego), y 3. Que se considere irrelevante la voluntad del agredido en los casos en
que no se pueda disponer del bien jurídico amenazado. Si no hay datos para suponer una voluntad
contraria se supone que el agredido quiere ser defendido dentro de los límites de lo necesario.
La legítima defensa putativa se da cuando el sujeto cree erróneamente que concurren los
presupuestos de legítima defensa.
o EL ESTADO DE NECESIDAD
Clases:
Requisitos
3) el que causare un mal para evitar otro mayor inminente a que ha sido extraño”
a. Inminencia del mal para el que obra o para un tercero;
b. Imposibilidad de evitar el mal por otros medios;
c. Que el mal que causa sea menor que el que se trata de evitar;
d. Que el autor sea extraño al mal inminente;
e. Que el autor no esté obligado a soportarlo.
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un acto de disposición. El mal evitado debe ser mayor. La valoración debe provenir del derecho y
no de criterios individuales.
a. El mal debe ser inminente, es decir, actual, que esté próximo a suceder, que aparezca
como de realización inmediata y que se tema que si se espera, la ayuda llegará demasiado tarde.
b. La imposibilidad de evitar el mal por otros medios quiere decir que el utilizado es la única
forma para evitar el peligro. La Ley argentina no contiene este requisito en su articulado pero
surge del mismo sentido de necesidad. El sujeto debe haber tenido la posibilidad de elegir entre
dos o más medios para alejar el peligro y su decisión debe recaer sobre el menos gravoso, caso
contrario su conducta encuadraría un exceso.
c. El aspecto subjetivo de la justificante aparece en que el mal menor debe haber sido
causado para evitar otro mal mayor o inminente. Debe existir ese fin o ánimo de salvación; si el
beneficio resultare sin este componente subjetivo sería causal y ajeno a este instituto.
d. El sujeto que obra necesitado tiene que haber sido extraño a la amenaza de daño, es decir,
no lo debe haber provocado. Al respecto, encontramos dos postura en doctrina: una que excluye
el estado de necesidad en los casos que el sujeto provocó dolosamente y otra, que agrega la
situación originada a un actuar culposo.
e. Tampoco se encuentra en la ley la exigencia de que el que obra no debe estar legalmente
obligado a soportar el mal. El deber de afrontar el riesgo debe ser impuesto jurídicamente o nacer
de un contrato (Ej. Cuerpo de bomberos, policía, etc. O bañeros, tripulantes de aeronaves, etc.)
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Capacidad de culpabilidad: Imputabilidad.
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1) Ausencia de alguno de los elementos que componen el presupuesto
biológico:
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La culpabilidad es el fundamento y límite de la pena. Solo cuando una
conducta antijurídica es, además, culpable, puede plantearse la posibilidad
de acudir a la pena como reacción del OJ.
Así, utiliza una visión individualizante que tiene en cuenta al sujeto concreto;
es el lugar donde realizar la igualdad real, lo que implica tratar de modo
diferente lo que es distinto.
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la antijuridicidad de la conducta y, finalmente, la presencia de otros institutos
difícilmente explicables si no se admite la culpabilidad como elemento del
delito -estado de necesidad, miedo insuperable y el encubrimiento entre
parientes-. También se ha aludido a la existencia de determinadas
circunstancias atenuantes y agravantes, cuya correcta interpretación debe
llevarse a cabo como graduaciones de la culpabilidad.
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criterio general o normativo. En otros casos resultará inevitable tener en
cuenta criterios normativos, ahora bien, en estos casos conviene detallar lo
más posible los mismos, para evitar confusiones.
Ahora bien, ¿cuáles son los criterios que nos llevan a determinar
materialmente la reprochabilidad?. Parece evidente recurrir a la regulación, a
la sociedad y a sus pautas valorativas, contemplando el delito como un
fenómeno social que supera la mera relación entre sujeto y norma. Así, resulta
una cuestión fundamental en nuestras relaciones las razones por las que
alguien hace o deja de hacer algo. Las razones son fundamentales en la
calificación valorativa de las conductas.
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En conclusión, habrá que atender a la capacidad de obrar conforme a la
norma, a las circunstancias concretas del hecho y a las razones del
comportamiento, para comprender valorativamente la conducta.
Recordamos aquí la relación secuencial por la que cada elemento del delito
presupone al anterior y es parte del siguiente.
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Ese desistimiento no tiene que ser voluntario porque si desiste
voluntariamente no tiene pena ART 43.
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concomitantes al hecho. La ayuda posterior al delito sólo es
participación si se debe a su promesa anterior al mismo (C.P, 46). La
participación gira alrededor de un hecho común a todos los partícipes
en el delito. Por esto se dice que es accesoria. Esta accesoriedad es
real y no personal, pues se refiere al hecho ejecutado y no a la persona
de un ejecutor penalmente responsable. El hecho común puede ser un
delito consumado o tentado. Se puede participar en los delitos de
acción o en los de omisión, en los delitos dolosos y en los culposos
también es posible la participación en los delitos preterintencionales.
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imputa la totalidad del hecho con independencia del aporte que cada
uno ha realizado. AUTORIA MEDIATA. CONCEPTO. No debe
confundirse autoría mediata con coautoría. En la primera, hay un solo
autor, a pesar de que en la trama delictiva intervienen dos individuos.
Ello ocurre cuando un sujeto realiza el tipo utilizando a otro como
―instrumento‖ que será quién lo ejecutará. La persona se convierte en
un instrumento de esta clase cuando, por su incapacidad delictiva,
ignorancia o error no comprende la criminalidad del acto o si la
comprende, se encuentra dominada por fuerza física o moral. Si la
autoría mediata presupone que el tercero, por las razones expuestas,
obrando como instrumento del autor mediato, no puede darse cuenta de
lo que hace o, si lo hace, actúa dominado, bajo este aspecto, se puede
diferenciar /la autoría mediata de la instigación, que requiere que el
ejecutor del delito sea determinado a cometerlo, lo que supone su
decisión consciente y libre. La autoría mediata exige, por último, que en
el autor concurran las características personales típicas. Así, en él y no
en el tercero deben darse los elementos subjetivos o las calidades
especiales del autor. La autoría mediata no puede darse en los delitos
que sólo pueden perpetrarse personalmente por el autor (delitos de
propia mano).
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alcanza a los cómplices y al instigador porque sus acciones contribuyen
a la realización del delito por el autor pero no son acciones típicas en sí
mismas.
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correspondiente al delito, disminuida de un tercio a la mitad (art. 46,
primera disposición) si la pena establecida para el delito fuese de
reclusión perpetua, al cómplice se le aplicará reclusión de quince a
veinte años, y si fuere de prisión perpetua, la del cómplice será prisión
de diez a quince años (art. 46, segunda disposición); si el hecho sólo
se intentase, la pena del cómplice será la que le correspondería por el
delito con arreglo al artículo 46, disminuida en la forma determinada par
a la tentativa (art. 47).
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concurso ideal de delitos y el delito continuado. En tanto que el
concurso real configura una pluralidad delictiva.
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el concurso ideal es fácticamente única y legalmente plural, en el delito
continuado esa imputación es fácticamente plural pero legalmente
única. Elementos 1. pluralidad de hechos; 2. la dependencia de los
hechos entre sí, y 3. su sometimiento a una misma sanción legal. .
Pluralidad de hechos. Exige que la misma persona cometa dos o más
hechos discontinuos, incluso en tiempos y lugares distintos. La
prolongación discontinua de la conducta delictiva diferencia el delito
continuado del delito permanente, que consiste en una conducta
delictiva continua. Dependencia de los hechos entre sí. Que el agente
vincule subjetivamente los distintos hechos mediante la unidad de su
resolución, designio, propósito, intención, voluntad, ánimo o conciencia
delictivos formados de antemano o precedentemente. La unidad propia
del delito continuado reside en que el autor prosigue cometiendo el
mismo delito con cada uno de los hechos ejecutados. Esta identidad
comisiva sólo es compatible con hechos que por su homogeneidad
material no la desvirtúan o alteran de una manera esencial y que por su
conexidad aparecen vinculados como momentos de una misma
conducta comisiva. Ej., el ladrón que en una misma noche sustrae
varios objetos de un negocio penetrando una y otra vez al lugar que por
contar con un vehículo pequeño realiza varios viajes. Distinta es la
situación del ladrón que una misma noche sustrae objetos de distintos
domicilios en cuyo caso hay una pluralidad delictiva por concurso real.
Se requiere la homogeneidad material que consiste en la similitud del
modo de ejecuión de los hechos. Sometimiento a una misma sanción
legal. Esta es la condición que le confiere unidad legal a los hechos que
materialmente n de que, en el caso de pluralidad de ofendidos, la
naturaleza de los bienes lesionados admita esa unificación delictiva. El
delito continuado genera como principal consecuencia que los plurales
hechos dependientes son sancionados con una pena única. La
unificación de la calificación no varía en razón del grado de la comisión
delictiva (consumación y tentativa), ni del grado de la imputación
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delictiva (delito simple y delito calificado), siempre que la circunstancia
calificativa no implique una modalidad ejecutiva materialmente distinta
de la forma simple.
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un hecho que por ser típico, antijurídico y culpable ya es delito. La
doctrina mayoritaria ubica a la punibilidad dentro de la teoría de la
consecuencia del delito, y justifica la imposición de una pena a quién
cometió un delito. Las acciones penales son las formas jurídicas
mediante las cuales se excita el deber del estado de aplicar la sanción
establecida por la ley al partícipe (en sentido amplio) de un hecho típico
y antijurídico. Son los modos a través de los cuales se ejerce la
potestad-fuerza-represiva del Estado. La acción penal por su naturaleza
es siempre pública pues a través de ella el Estado, en caso de condena
estabiliza las expectativas sociales en relación con la validez del
derecho garantizando así a los demás ciudadanos que su confianza en
el sistema no ha sido en vano. No obstante se clasifican en públicas o
privadas, según sea público-Ministerio público fiscal- o privado-
ofendido- el titular de su ejercicio. La primera a su vez puede ser
promovible de oficio-art., 71- o dependiente de instancia privada-art.,
72- según no sea obligatorio o sí la provocación de la actividad
persecutoria por parte del ofendido. Acción pública Por regla, la acción
penal es pública y se ejerce de oficio (art., 71 CP). Excepcionalmente la
acción penal es pública pero de instancia privada, o es privada. El titular
del ejercicio es el órgano del Estado (Ministerio Público o Fiscal), el cual
debe iniciar su ejercicio de oficio (principio de la oficialidad de la
acción). Una consecuencia del ejercicio de oficio de la acción pública,
esto es, por propia iniciativa y obligatoriamente, es que su ejercicio está
regido por los principios de legalidad e indivisibilidad. El principio de
legalidad, en oposición al de oportunidad, que supedita el ejercicio de la
acción al examen de su conveniencia, le exige al órgano público que
inicie ese ejercicio si prima facie resulta que se ha cometido un delito
perseguible por acción pública, salvo que, en razón de la función
pública del autor, ese ejercicio esté constitucionalmente supeditado a la
resolución de un antejuicio. Éste puede consistir en un procedimiento
de desafuero, o de juicio político o de enjuiciamiento ante un jury. El
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ejercicio de la acción pública es indivisible, porque debe realizarse en
contra de todos los participantes en el delito y no sólo de algunos; y es
irretractable. Acción pública dependiente de instancia privada Es una
acción pública cuyo ejercicio corresponde al órgano público, pero no de
oficio, sino que sólo corresponde formar causa contra el imputado a
instancia (esto es, denuncia o acusación) del agraviado por el delito.
Siendo éste incapaz, la instancia corresponde a su tutor, guardador o
representante legal. La titularidad de la facultad de instar es
instranferible, pero el titular puede actuar por mandatario. El ofendido
en consecuencia no tiene el ejercicio de la acción penal, pero sí un
derecho preprocesal de provocar su ejercicio. Son acciones
dependientes de instancia privada las que nacen de los siguientes
delitos: Violación, estupro, rapto y abuso deshonesto, cuando no
resultare la muerte de la persona ofendida o lesiones de las
mencionadas en el artículo 91 CPlesiones gravísimimas-. Lesiones
leves, sean dolosas o culposas. Sin embargo, en los casos de este
inciso se procederá de oficio cuando mediaren razones de seguridad
pública o interés públicos; Concurren razones de interés público par a
ejercer de oficio la acción por lesiones leves, cuando su conocimiento y
juzgamiento resulta útil, conveniente o necesario para el orden o
bienestar de la comunidad. Por el contrario, median razones de
seguridad pública, si por su naturaleza o circunstancias el hecho resulta
sintomático de un peligro potencial para la incolumidad de las personas
o bienes de los terceros en general. Impedimento de contacto de los
hijos menores con sus padres no convivientes; La instancia, que es
irretractable, no tiene por objeto persona determinada, sino hechos
determinados y comprende, por lo tanto, a todos los partícipes en ellos.
La instancia es subjetivamente indivisible, pero es objetivamente
divisible. Acción Privada Aquellas que en atención a la preponderancia
del interés del ofendido o agraviado por el delito en el castigo o
impunidad del hecho, su ejercicio está reservado a él o, siendo incapaz,
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a sus guardadores o representantes; o tratándose de calumnias o
injurias, a los sucesores de aquél; o, si la ofendida es una persona
colectiva, a sus autoridades representativas.
calumnias e injurias,
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DE ELLAS. 3.1-PENAS. CONCEPTO. TEORÍAS ABSOLUTAS Y
RELATIVAS. CARACTERIZACIÓN Y ALCANCE. INDIVIDUALIZACIÓN
DE LA PENA. DISTINTAS ETAPAS O FASES. CLASES. CONCEPTO.
Se trata del instrumento más severo con que cuenta el Estado para
―asegurar la convivencia‖ y la ―sanción tradicional que caracteriza al
derecho penal‖, al punto tal que le debe su denominación (Derecho
Penal=Pena). En sentido formal, la pena es ―un mal con el que
amenaza el derecho penal para el caso de que se realice una conducta
considerada como delito‖. Y cuando se habla de MAL queremos decir
que con ella se restringen de manera coercitiva los derechos del autor
del delito, tal como sucede con la libertad si se trata de penas privativas
de libertad; o el patrimonio si se trata de la pena de multa.
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para prevenir futuros delitos. Ahora bien ese objetivo puede lograrse
dirigiéndose a la comunidad toda como sostienen las concepciones de
prevención general; o solo al autor del delito como refieren las
concepciones de prevención especial. Prevención general: Su tarea
preventiva se dirige a la colectividad y no al autor del delito procurando
―evitar que surjan delincuentes de la sociedad‖. Pero tal cometido
puede procurarse positiva o negativamente. Prevención general
negativa: El delincuente sirve de intimidación social, es decir el sujeto
condenado es utilizado como objeto social, a los fines que la sociedad
no delinca al sentir el temor de que le ocurra lo mismo que a éste. Se
basa en la coacción que la ley provoca de modo general que se ve
individualizada en cada sujeto al momento en que se dicta sentencia,
que les puede ocurrir lo mismo que éste. El primer exponente fue
Feuerbach, el que sostenía que la pena tenía efecto intimidatorio hacia
la sociedad, que se hacía efectivo al aplicarse la pena en concreto a un
sujeto determinado. Las críticas de las que fueron susceptibles estas
teorías radican en el hecho que en primer lugar el efecto de coacción o
intimidación no está demostrado, si esto fuera así los sujetos que
observan la condena de diversos autores de delitos, no cometerían
ilícitos. Prevención general positiva (o integradora) Se denomina
positiva por oposición a la anterior, porque entiende que aunque la pena
se dirige a la colectividad para que no delinca, lo hace de manera
positiva. Ahora bien ¿cómo actúa positivamente la pena? Alentando la
inviolabilidad del ordenamiento jurídico ante la comunidad jurídica y así
reforzar la confianza jurídica del pueblo. Esta teoría busca reafirmar la
norma. El máximo exponente resulta Jakobs, el cual entiende que al
imponerse una pena al autor del delito, lo que se produce es la
reafirmación de la norma. La idea de la misma es que cuando el sujeto
delinque comunica socialmente que la norma no está vigente, al
aplicársele la sanción impuesta por la misma, el ordenamiento emite
como mensaje que al aplicar la pena, la norma si está vigente. A esta
46
teoría se le critica el hecho que utiliza al sujeto penado como medio
para reafirmar el sistema, se antepone claramente el sistema antes que
el sujeto, ve al sistema penal como medio de estabilización del
ordenamiento, dejando de lado la proporcionalidad de la pena. Ventajas
de la prevención general negativa radica en la dimensión comunicativa
representada por la concepción normativa, que exige disposiciones
precisas para que el ciudadano pueda motivarse debidamente cosa que
no sucede con los pronósticos de peligrosidad de la prevención
especial. En tanto en la prevención general positiva lo será la eficacia
de su incidencia en la sociedad. Ambas modalidades autorizan la
sanción aun cuando no haya peligro de repetición de hechos, como
sucede por ejemplo con el delincuente ocasional para evitar que ello
incite su imitación. En cuanto a las desventajas como toda teoría
preventiva la prevención puede llevar a una instrumentalización del
hombre atentando contra su dignidad al exigir sanciones que no tengan
ninguna proporción con la magnitud de lo injusto y la culpabilidad. Y en
relación a la prevención general positiva si bien es bueno que la
evitación de futuros delitos se intente por el ―miedo a la pena‖ debe
tenerse especial cuidado de que ello no lleve a excesivas injerencias
del derecho penal en el ámbito interno del ciudadano. Prevención
especial La intervención estatal no se dirige ya a la generalidad de las
personas, sino al delincuente, es decir busca prevenir futuros delitos por
parte de quién ha cometido el sancionado. Su tratamiento se desarrolla
en la etapa de ejecución de la pena idea que junto con el de
resocialización definen el medio y el objeto perseguido por esta
modalidad. La pena se entiende como educación del autor para lograr
su reinserción social y como seguridad social tendiente a lograr que el
penado no vuelva a delinquir. Algunas críticas que se le realizan a estas
teorías recaen en el hecho, en primer lugar no está demostrado que
quien sufrió el estigma del cumplimiento de una pena, no vuelva a
delinquir, de hecho la realidad demuestra que un alto porcentaje se
47
convierte en reincidente. Esta concepción reposa en la idea de un
estado social intervencionista que admitiendo una suerte de
―corresponsabilidad de la sociedad en el delito‖ se ―hace cargo del
delincuente‖. No se busca ―sustituir los valores del sujeto‖ sino
―ampliar las posibilidades de la participación en la vida social, una
oferta de alternativas al comportamiento criminal‖, pretendiendo que en
el futuro el sujeto lleve una vida sin cometer delitos. 3 Teorías mixtas o
de la unión. Combina las dos anteriores superando sus críticas y
desventajas. Entienden que son fin de la pena tanto la retribución,
prevención especial y prevención general. El fin esencial de toda pena
es la prevención. Ante un conflicto debería prevalecer el fin preventivo
especial sobre el preventivo general, modo contrario éste excluiría los
efectos preventivos especiales. Entiende que los fines de la pena
pueden verse reflejados del siguiente modo: -conminación penal:
preventivo general -determinación de la pena: tener en cuenta en la
misma medida el fin preventivo especial y general.(tiene que ser
proporcional al daño causado: retributiva) -ejecución de la pena:
preventivo especial tendiente a la resocialización del condenado.
Sostiene que en cada fase debe realizarse una ―ponderación
diferenciada‖ y que en la pena no puede jugar el concepto retributivo,
pero ello no puede llevar a dejar de lado el principio de culpabilidad, a
los fines de limitar la pena, le pena debe resultar proporcional a la
culpabilidad del sujeto.
48
anterior, se tendrá en cuenta: 1º. La naturaleza de la acción y de los
medios empleados para ejecutarla y la extensión del daño y del peligro
causados; 2º. La edad, la educación, las costumbres y la conducta
precedente del sujeto, la calidad de los motivos que lo determinaron a
delinquir, especialmente la miseria o la dificultad de ganarse el sustento
propio necesario y el de los suyos, la participación que haya tomado en
el hecho, las reincidencias en que hubiera incurrido y los demás
antecedentes y condiciones personales, así como los vínculos
personales, la calidad de las personas y las circunstancias de tiempo,
lugar, modo y ocasión que demuestren su mayor o menor peligrosidad.
El juez deberá tomar conocimiento directo y de visu del sujeto, de la
víctima y de las circunstancias del hecho en la medida requerida para
cada caso. En nuestro ordenamiento jurídico, el acto judicial de fijar la
condena (individualización de la pena) es un procedimiento intelectual y
razonado del juez para adecuar la ley al caso concreto. 1. Primera
etapa. Individualización legal. El legislador cuando crea la ley, al tiempo
que define la conducta típica reprochable, deja establecida las
sanciones que a las mismas han de corresponderle. Éstas en algunos
países son fijas y en otros casos como en el nuestro están conminadas
entre un máximo y un mínimo-indeterminación legal relativa-. En esta
fase mediante la desaprobación legislativa de ciertas conductas se
busca alcanzar dos finalidades preventivas: ـPrevención general
mediante la amenaza explícita de la sanción ـPrevención especial de
manera accesoria, al disponer una exención de pena, como en el caso
de la tentativa desistida, por entenderse que el sujeto sintió los efectos
de la prevención general. 2. Segunda etapa. La individualización
judicial. Corresponde aquí al juez en función de las pautas establecidas
por los arts. 40/41 CP individualizar que pena será la que se le aplique
al reo en el caso concreto, tanto en su especie como en su cantidad. Si
la pena fuere de multa se tomarán en cuenta además las pautas del
art., 21/22 bis del CP. 3. Tercera etapa. Individualización ejecutiva de la
49
pena. En esta etapa, se ejecuta efectivamente la pena en la modalidad
prevista en la sentencia. Previsto por la ley 24.660 y sus
reglamentaciones. Judicialmente está a cargo de un juez de ejecución
penal, quien tiene a su cargo el control, autorización y toda resolución
que sea de su competencia desde el día que el condenado ingresa al
instituto carcelario hasta su egreso definitivo. Su principal función es
garantizar al interno el cumplimiento de normas constitucionales,
tratados internacionales con jerarquía constitucional y en general, los
derechos no afectados por la condena o por la ley. CLASES DE
PENAS. Según la naturaleza de los bienes que afecta: × Pena de
muerte: priva de la vida al condenado. Abolida en nuestro país. × Penas
corporales o aflictivas: causan dolor, aflicción o incomodidad al cuerpo
humano. Prohibidas en nuestro ordenamiento jurídico. × Penas
privativas de la libertad: privan de la libertad ambulatoria mediante
encierro (reclusión, prisión o arresto), obligación de residencia en un
lugar (deportación). × Penas pecuniarias que afectan el patrimonio del
condenado, ej., multa. × Penas impeditivas o privativas que incapacitan
para el ejercicio de derechos, empleo, cargo o profesión, ej.,
inhabilidad. × Penas humillantes que por su efecto degradante o
depresivo, afectan el honor de la persona que la padece, ej.,
retractación, sujeción a vigilancia de autoridad, etc. Clasificación de las
penas en el codigo penal argentino 1. Por su naturaleza o el bien
jurídico afectado: a) Penas restrictivas de la libertad: en donde el mal
consiste en una limitación de la libertad ambulatoria del condenado. Tal
el caso de la prisión, la reclusión y la expulsión del país. b) Penas
pecuniarias: la coerción penal recae sobre el patrimonio del condenado,
tal el caso de la multa y el decomiso. c) Penas impeditivas o privativas:
que importan la pérdida, la imposibilidad de ejercer o la suspensión de
empleo, cargo, derecho o profesión, tal el caso de la inhabilitación. d)
Penas humillantes: que afectan el honor del condenado, tal la
retractación en las calumnias e injurias. 2. Según la forma en que se
50
encuentran conminadas por la ley: a) Penas conjuntas: las sanciones
deben imponerse acumulativamente las que aparecen unidas en su
redacción legal con la conjunción ―y‖. b) Penas alternativas: en cuyo
caso la aplicación de una excluye a la otra y están separadas por la
conjunción ―o‖. 3. Por su divisibilidad: a) Penas divisibles: permiten al
juez seleccionar la que considere adecuada entre sus máximos y sus
mínimos fijados por la ley. b) Penas indivisibles: establecen una
magnitud única sin posibilidad de graduación como las penas
perpetuas. 4. Por su duración: a) Penas perpetuas: en principio se
aplica mientras viva en condenado, aunque en nuestro país por el
beneficio de la libertad condicional puede cesar. Tal el caso de la
reclusión o prisión perpetua y la inhabilitación absoluta. b) Penas
temporales: duran un tiempo 5. Penas principales y accesorias a) Pena
principal: se aplican por sí misma sin depender de la aplicación de otra
pena b) Pena accesoria: su aplicación esta subordinada a la imposición
de una pena principal. Ej inhabilitación accesoria. 6. Por su gravedad-
art., 5 CP. a) Reclusión b) Prisión c) Multa d) inhabilitación
Históricamente la diferencia entre reclusión y prisión se encuentra en la
diferencia entre crímenes y delitos. La reclusión aplicaba a los primeros
e implicaba un carácter infamante para el reo, la prisión aplicaba a los
segundos. Hoy en día la única diferenciación es en cuanto a un
tratamiento individualizado en la ejecución de las mismas: ej., libertad
condicional-art., 13 CPEn lo que respecta a la inhabilitación ésta puede
ser: a) absoluta: la que conforme al art., 19 CP importa: -la privación del
empleo o cargo público que ejercía el penado aunque provenga de
elección popular. -la privación del derecho electoral-votola incapacidad
para obtener cargos, empleos y comisiones públicas -la suspensión del
goce de toda jubilación, pensión, retiro, b) especial: se trata de una
sanción impeditiva que presupone la vinculación del delito con el
derecho, cargo, empleo o actividad para el que se inhabilita. Art., 20
51
CP. Ej., la inhabilidad de conducir si las lesiones se causaron en un
accidente automovilístico.
52
pronunciamiento su efectiva ejecución, con un plazo en que el
condenado deberá observar ciertas conductas y abstenciones. La
finalidad perseguida por este instituto es la redención del delincuente no
habitual, otorgándole el beneficio como estímulo para su esfuerzo de
reinserción a la vida normal, bajo la condición determinante de que no
cometa otro delito durante el tiempo de prueba. Si comete un nuevo
delito dentro del plazo legal, sufrirá íntegramente la pena que estaba
suspendida junto con la del último delito. El código dispone su
procedencia para los casos de condena a pena de prisión (no de
reclusión) que no exceda de tres años, excluyendo las penas de multa e
inhabilitación. REQUISITOS. Para el juez es facultativo conceder el
beneficio. Pero para que lo disponga la ley exige como requisito que se
trate de una primera condena a la especie de prisión no mayor de tres
años. El significado de ―primera condena‖ comprende tanto una
primera condena sufrida por el sujeto, como una segunda condena
después de transcurrido el término legal de 10 años si ambos delitos
fuesen dolosos, u 8 cuando uno de ellos fuese culposo. En ambos
casos a partir de que la sentencia quedó firme-art., 27 CP-.
53
término de 4 años; como el incumplimiento persistente o reiterado de
las reglas de conducta que el reo debe observar cabalmente durante el
tiempo ordenado-art., 27
54
siendo más severa que la prisión. PROGRESIVIDAD DEL SISTEMA
PENITENCIARIO. En este sentido dice la ley: ARTICULO 6º — El
régimen penitenciario se basará en la progresividad, procurando limitar
la permanencia del condenado en establecimientos cerrados y
promoviendo en lo posible y conforme su evolución favorable su
incorporación a instituciones abiertas, semiabiertas, o a secciones
separadas regidas por el principio de autodisciplina. Las acciones a
adoptar para su desarrollo deberán estar dirigidas a lograr el interés, la
comprensión y la activa participación del interno. La ausencia de ello
será un obstáculo para el progreso en el cumplimiento de la pena y los
beneficios que esta ley acuerda. El régimen penitenciario aplicable al
condenado, cualquiera fuese la pena impuesta se caracteriza por la
progresividad y constará de los siguientes períodosart 12-: 1-de
observación: que consiste en estudios médicos-psicológicos-sociales y
en la formulación del diagnóstico y pronóstico criminológico,
confeccionando así la historia criminológica que se mantiene
actualizada a medida que se avanza en la ejecución de la pena. 2-de
tratamiento: el que será progresivo y tendrá por objeto el
acrecentamiento de la confianza depositada en el interno y la atribución
de responsabilidades. El periodo de tratamiento se desarrollará en tres
(3) etapas o fases: Fase 1. Socialización. Consistente en la aplicación
intensiva del programa de tratamiento propuesto por el organismo
técnico-criminológico tendiente a consolidar y promover los factores
positivos de la personalidad del interno y a modificar o disminuir sus
aspectos disvaliosos. Fase 2. Consolidación. Se iniciará una vez que el
interno haya alcanzado los objetivos fijados en el programa de
tratamiento para la fase 1. Consiste en la incorporación del interno a un
régimen intermedio conforme a su evolución en dicho tratamiento, en el
que tendrá lugar una supervisión atenuada que permita verificar la
cotidiana aceptación de pautas y normas sociales y la posibilidad de
asignarle labores o actividades con menores medidas de contralor.
55
Fase 3. Confianza. Consiste en otorgar al interno una creciente facultad
de autodeterminación a fin de evaluar la medida en que internaliza los
valores esenciales para una adecuada convivencia social, conforme a la
ejecución del programa de tratamiento. 4. De prueba. Que comprende:
la incorporación del condenado a establecimiento abierto, la posibilidad
de obtener salidas transitorias de establecimiento, la incorporación al
régimen de semilibertad. 5. De Libertad condicional. El juez de
ejecución o el comeptente podrá otorgar este beneficio cuando se
reúnan los requisitos fijados por el CP, previo informe del organismo
técnico-criminológico y del consejo correccional del
establecimientoart.28- PERÍODO DE LIBERTAD CONDICIONAL Y
ASITIDA. La libertad asistida permitirá al condenado el egreso
anticipado 3 meses antes del agotamiento de la pena temporal. La
incorporación del condenado al régimen de libertad asistida será
decidida por el juez de ejecución penal a pedido del interesado y previo
informe del organismo técnico-criminológico y del consejo correccional.
Las exigencias para su concesión son mayores que en la libertad
condicional. Será necesario: -que el condenado no lo esté por algún
delito no incluido en el artículo 56 bis-ej., homicidio agravado o delitos
contra la integridad sexual-; y sin la accesoria del artículo 52 del Código
Penal, -que el condenado posea el grado máximo de conducta
susceptible de ser alcanzado según el tiempo de internación. -el
beneficio será denegado si el egreso puede constituir un grave riesgo
para el condenado, la víctima o la sociedad. -Al implementar la
concesión de la libertad asistida, se exigirá un dispositivo electrónico de
control, el cual sólo podrá ser dispensado por decisión judicial, previo
informe favorable de los órganos de control y del equipo
interdisciplinario del juzgado de ejecución. El condenado incorporado al
régimen de libertad asistida deberá cumplir las siguientes condiciones:
I. Presentarse, dentro del plazo fijado por el juez de ejecución o juez
competente, al patronato de liberados que le indique para su asistencia
56
y para la supervisión de las condiciones impuestas. II. Cumplir las
reglas de conducta que el juez de ejecución o juez competente fije, las
cuales sin perjuicio de otras que fueren convenientes de acuerdo a las
circunstancias personales y ambientales del condenado, podrán ser: a)
Desempeñar un trabajo, oficio o profesión, o adquirir los conocimientos
necesarios para ello; b) Aceptar activamente el tratamiento que fuere
menester; c) No frecuentar determinadas personas o lugares,
abstenerse de actividades o de hábitos que en el caso, se consideren
inconvenientes para su adecuada reinserción social. Salvo expresa
indicación en contrario, siempre regirá la obligación señalada en el
inciso a) de este apartado. III. Residir en el domicilio consignado en la
resolución judicial, el que podrá ser modificado previa autorización del
juez de ejecución o juez competente, para lo cual éste deberá requerir
opinión del patronato respectivo. IV. Reparar, en la medida de sus
posibilidades, los daños causados por el delito, en los plazos y
condiciones que fije el juez de ejecución o juez competente. Estas
condiciones regirán a partir del día de egreso hasta el de agotamiento
de la condena. Cuando el condenado en libertad asistida cometiere un
delito o violare la obligación que le impone el apartado I del artículo 55,
la libertad asistida le será revocada y agotará el resto de su condena en
un establecimiento cerrado. Si el condenado en libertad asistida
incumpliere reiteradamente las reglas de conducta que le hubieren sido
impuestas, o violare la obligación de residencia que le impone el
apartado III del artículo 55, o incumpliere sin causa que lo justifique la
obligación de reparación de daños prevista en el apartado IV de ese
artículo, el juez de ejecución o el juez que resultare competente deberá
revocar su incorporación al régimen de la libertad asistida. En tales
casos el término de duración de la condena será prorrogado y se
practicará un nuevo cómputo de la pena, en el que no se tendrá en
cuenta el tiempo que hubiera durado la inobservancia que dio lugar a la
revocación del beneficio. Por su parte la libertad condicional es el
57
período durante el cual el condenado sale del encierro, quedando
sometido a una serie de obligaciones. Importa una suspensión
condicional del encierro que se cumple como pena o medida de
seguridad. La autoridad judicial que impuso la condena, previo informe
de la dirección del establecimiento penitenciario sobre la conducta del
interno evaluará si concede o no el beneficio. En cuanto al tiempo que
debe transcurrir para peticionarlo, hay diversas situaciones: -el
condenado a reclusión o prisión perpetua, debe haber cumplido 35 años
de condena -el condenado a reclusión o prisión de más de tres años,
2/3 de aquella -el condenado a reclusión o prisión de tres años o menos
que hubiere cumplido 1 año de reclusión y 8 de prisión
respectivamente. A los efectos del cómputo de la condena se computa
el tiempo de prisión preventiva. Es necesario que el condenado hubiera
mantenido buena conducta, demostrando aptitud y hábito para el
trabajo, y demás actitudes que permitan suponer verosímilmente que no
constituirá un peligro para la sociedad. El beneficio será otorgado bajo
las siguientes condiciones: 1º.- Residir en el lugar que determine el auto
de soltura; 2º.- Observar las reglas de inspección que fije el mismo
auto, especialmente la obligación de abstenerse de consumir bebidas
alcohólicas o utilizar sustancias estupefacientes; 3º.- Adoptar en el
plazo que el auto determine, oficio, arte, industria o profesión, si no
tuviere medios propios de subsistencia; 4º.- No cometer nuevos delitos;
5º.- Someterse al cuidado de un patronato, indicado por las autoridades
competentes; 6º.- Someterse a tratamiento médico, psiquiátrico o
psicológico, que acrediten su necesidad y eficacia de acuerdo al
consejo de peritos. Estas condiciones, a las que el juez podrá añadir
cualquiera de las reglas de conducta contempladas en el artículo 27 bis,
regirán hasta el vencimiento de los términos de las penas temporales y
hasta diez (10) años más en las perpetuas, a contar desde el día del
otorgamiento de la libertad condicional. La libertad condicional será
revocada cuando el penado cometiere un nuevo delito o violare la
58
obligación de residencia. En estos casos no se computará, en el
término de la pena, el tiempo que haya durado la libertad. Transcurridos
cinco años de obtenida la libertad condicional el condenado podrá
solicitar su libertad definitiva al tribunal que la concedió, el que decidirá
según sea el resultado obtenido en el período de prueba y previo
informe del patronato, institución o persona digna de confianza, a cuyo
cargo haya estado el control de la actividad del liberado. Los
condenados con la reclusión accesoria por tiempo indeterminado
deberán cumplirla en establecimientos federales. ALTERNATIVAS
PARA SITUACIONES ESPECIALES. 1. Prisión domiciliaria. El
ARTICULO 10 CP en concordancia con el art., 32 de la ley 24660
dispone: Podrán, a criterio del juez competente, cumplir la pena de
reclusión o prisión en detención domiciliaria: a) El interno enfermo
cuando la privación de la libertad en el establecimiento carcelario le
impide recuperarse o tratar adecuadamente su dolencia y no
correspondiere su alojamiento en un establecimiento hospitalario; b) El
interno que padezca una enfermedad incurable en período terminal; c)
El interno díscapacitado cuando la privación de la libertad en el
establecimiento carcelario es inadecuada por su condición implicándole
un trato indigno, inhumano o cruel; d) El interno mayor de setenta (70)
años; e) La mujer embarazada; f) La madre de un niño menor de cinco
(5) años o de una persona con discapacidad a su cargo. Asimismo la
ley 24660 en su art., 33 dispone que la detención domiciliaria debe ser
dispuesta por el juez de ejecución o competente y supervisada por el
patronato de liberados o un servicio social calificado de no existir aquel.
Al implementar la concesión de la prisión domiciliaria se exigirá un
dispositivo electrónico de control, el cual sólo podrá ser dispensado por
decisión judicial, previo informe favorable de los órganos de control y
del equipo interdisciplinario del juzgado de ejecución. El juez de
ejecución o juez competente revocará la detención domiciliaria cuando
el condenado quebrantare injustificadamente la obligación de
59
permanecer en el domicilio fijado o cuando los resultados de la
supervisión efectuada así lo aconsejaren o cuando se modificare
cualquiera de las condiciones y circunstancias que dieron lugar a la
medida. 2. Prisión discontinua y semidetención. El juez de ejecución o
competente, a pedido o con el consentimiento del condenado, podrá
disponer la ejecución de la pena mediante la prisión discontinua y
semidetención. La primera consiste en la permanencia del condenado
en una institución basada en el principio de autodisciplina por fracciones
no menores de 36 hs, procurando que ese período coincida con los días
no laborables de aquel. La semidetención consiste en la permanencia
ininterrumpida del condenado en una institución basada en el principio
de autodisciplina durante la fracción del día no destinada al
cumplimiento de sus obligaciones familiares, laborales o educativas y
admite dos modalidades: la prisión diurna-entre las 8 y las 17-y la
prisión nocturna-entre las 21 y las 6-. Tales instituciones resultan
procedentes cuando (art., 35 ley 24660): a) Se revocare la detención
domiciliaria; b) Se convirtiere la pena de multa en prisión, según lo
dispuesto en el artículo 21, párrafo 2 del Código Penal; c) Se revocare
la condenación condicional prevista en el artículo 26 del Código Penal
por incumplimiento de las reglas de conducta establecidas en el artículo
27 bis del Código Penal; d) Se revocare la libertad condicional
dispuesta en el artículo 15 del Código Penal, en el caso en que el
condenado haya violado la obligación de residencia. 3. Trabajos para la
comunidad-art. 50 a 53 ley 24.660- En los casos de los incisos c) y f)
del artículo 35 ley 24660, cuando se presente ocasión para ello y el
condenado lo solicite o acepte, el juez de ejecución o juez competente
podrá sustituir, total o parcialmente, la prisión discontinua o la
semidetención por la realización de trabajo para la comunidad no
remunerado fuera de los horarios habituales de su actividad laboral
comprobada. En tal caso se computarán seis horas de trabajo para la
comunidad por un día de prisión. El plazo máximo para el cumplimiento
60
de la pena con esta modalidad de ejecución será de dieciocho meses.
El juez de ejecución o juez competente confiará la organización y
supervisión del trabajo para la comunidad del artículo 50 a un patronato
de liberados o a un servicio social calificado, de no existir aquél. En
caso de incumplimiento del plazo o de la obligación fijada en el artículo
50, el juez de ejecución o juez competente revocará el trabajo para la
comunidad. La revocación, luego de practicado el cómputo
correspondiente, implicará el cumplimiento de la pena en
establecimiento semiabierto o cerrado. Por única vez y mediando causa
justificada, el juez de ejecución o juez competente podrá ampliar el
plazo en hasta seis meses. El condenado en cualquier tiempo podrá
renunciar irrevocablemente al trabajo para la comunidad. Practicado el
nuevo cómputo, el juez de ejecución o juez competente dispondrá que
el resto de la pena se cumpla en prisión discontinua, semidetención o
en un establecimiento penitenciario. 3.4-MEDIDAS DE SEGURIDAD.
CONCEPTO. LA EJECUCIÓN DE LAS MEDIDAS DE SEGURIDAD.
DURACIÓN DE LAS MEDIDAS Y CESE DE ELLAS. Son los medios de
que dispone el derecho penal moderno, distinto de las penas y que
cumplen una función de prevención especial. Es otra forma de reacción
penal dirigida a aquellos sujetos inimputables o en los cuales la pena no
ha cumplido el efecto esperado. Su fundamento no descansa en la
culpabilidad del sujeto (como en las penas), sino en la peligrosidad del
sujeto como posibilidad de causar un daño a sí mismo o a los demás y
que jurídicamente está incapacitado para ser receptor de pena
precisamente porque falta en el los requisitos de la culpabilidad. En
nuestro derecho penal positivo existen tres clases de medidas de
seguridad -educativas, también llamadas tutelares se aplican a los
menores buscando completar su educación y en ciertos casos
propender a su reeducación. Consisten en su internación en un
establecimiento de corrección. Hay tres situaciones en nuestro derecho:
a) Menor de 16 años: son inimputables. El juez previo estudio de la
61
personalidad podrá decidir internar al menor en un establecimiento
adecuado; o si tiene una familia que lo contiene puede suponer que el
ilícito fue solo un episodio en la vida del menor y disponer que aquel
permanezca con su familia aunque puede disponer alguna restricción.
b) Mayor de 16 años y menor de 18. Hay dos situaciones: 1-No son
punibles cuando el delito imputado es de acción privada o está
amenazado con pena privativa de la libertad menor de 2 años en su
máximo, con multa o inhabilitación quedando sometidos al mismo
régimen que los que no hay llegado a 16 años. 2-Los que no estén
sometidos a las excepciones antes mencionadas, se los somete a
proceso y se los dispone provisionalmente con el fin de analizar la
personalidad y el ambiente donde se encuentra el menor. Luego de la
declaración de responsabilidad, antes de dictar sentencia definitiva, el
juez deberá esperar que haya cumplido 18 años y que haya estado
sometido a un tratamiento tutelar no menor a 1 año, recién podrá dictar
la sentencia condenatoria aplicando una pena. También puede
considerar innecesario condenarlo y absolverlo. c) Mayor de 18 años:
son punibles, es decir plenamente responsables y están asimilados a
los mayores. En este tipo de medidas el cese está representado por el
paso de la minoridad a la mayor edad. El art., 525 del código procesal
penal de Córdoba dispone: ―Artículo 525.- CESACION. Para ordenar
la cesación de una medida de seguridad o tutelar, el Tribunal deberá oir
al Ministerio Público, al interesado, o cuando éste sea incapaz, a quien
ejercite su patria potestad, tutela o curatela, lo mismo que en su caso, al
Consejo Provincial de Protección al Menor. Además, en los casos del
artículo 34, inciso 1 del Código Penal, deberá requerirse el informe
técnico oficial del establecimiento en que la medida se cumpla y el
dictamen por lo menos, de dos peritos.‖ -Curativas, son eminentemente
terapéuticas cuyo fin es la curación o mejoramiento de la salud mental,
ej., la internación en un nosocomio o en un tratamiento ambulatorio-art.,
34 inc., 1 CP-. Al estudiar las condiciones y consecuencias de la
62
imputabilidad, se hizo referencia a la falta de salud mental por
insuficiencia en las facultades mentales, alteración morbosa de las
mismas o inconsciencia. El autor que en el momento del hecho por
alguna de estas causas no puede comprender la criminalidad de los
actos o dirigir sus acciones, o será punible pero se le podrá aplicar una
medida de seguridad de este tipo. Este tipo de medidas de seguridad
pueden ser: a) La internación manicomial: el art., 34 inc., 1 párrafo 2°
CP dispone que ―En caso de enajenación, el tribunal podrá ordenar la
reclusión del agente en un manicomio, del que no saldrá sino por
resolución judicial, con audiencia del ministerio público y previo
dictamen de peritos que declaren desaparecido el peligro de que el
enfermo se dañe a sí mismo o a los demás‖. Es una medida facultativa
del juez quien puede considerar no necesaria su imposición cuando el
enajenado no presenta un peligro para sí o para los demás. Si bien no
se requiere de dictamen de un perito para imponerla, si es necesario
aquel para hacerla cesar. La medida cesará por resolución judicial con
audiencia del Ministerio público y previo dictamen de perito que declare
desaparecido el peligro de que el enfermo se dañe a sí mismo o a los
demás, de lo que surge que tiene una duración indeterminada. b) La
internación en un establecimiento adecuado: el art., 34 inc., 1 última
parte dispone que ―En los demás casos en que se absolviere a un
procesado por las causales del presente inciso, el tribunal ordenará la
reclusión del mismo en un establecimiento adecuado hasta que se
comprobase la desaparición de las condiciones que le hicieren
peligroso.‖ Los demás casos a que hace referencia este art., son los
estados de inconsciencia-ebriedad o toxicomanía-. Claramente la
medida se mantiene hasta que se comprueben la desaparición de las
condiciones que lo hicieron peligroso, y si bien nada se dice sobre la
forma de esa comprobación, se deduce que ello debe verificarse por
resolución judicial con audiencia del Ministerio Público y previo
dictamen de peritos como en el caso anterior. -eliminatorias, se aplican
63
a reincidentes y habituales que tienden a lograr un mejoramiento de la
conducta del interno- art., 52 CP-. Se impone a delincuentes imputables
y consiste en la reclusión por tiempo indeterminado (o perpetua en la de
incorregibles) en un establecimiento especial nacional. Presuponen el
cumplimiento de la pena establecida en la última condena y el
transcurso de 5 años más con la especial consideración del grado de
peligrosidad del condenado en el cumplimiento de los requisitos
establecidos por el art., 53
64