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ASME B40.

100, teniendo como consideración estándar para


mediciones en procesos el Grado 2A, que establece un error
máximo de 0.5% del span.

Teniendo como punto de partida que ya tenemos un rango,


resolución y exactitud especificados, lo siguiente a considerar es
el nivel de temperatura al cual estará sujeto un manómetro. La
exactitud de este será afectada aproximadamente en 1.5% por
cada 100°F. Si bien los manómetros con uniones soldadas
podrían soportar hasta poco más de 500°F, esto sería solo por
periodos cortos antes de presentar una ruptura, además otras
partes del manómetro podrían con anterioridad ser destruidas y
la calibración perderse. Dado que no se estila soldar un
instrumento a la línea o equipo por el coste que esto implicaría
en su reemplazo o mantenimiento, los tubos sifones son la
solución para aplicaciones de temperaturas elevadas, estos van
acoplados a los manómetros u otros instrumentos de presión,
cuando éstos deben ser instalados en líneas cuya temperatura
supera el límite de temperatura de operación del instrumento.
Los sifones tienen una sección curva en la cual queda retenido
el líquido, enfriándose y produciendo una caída de temperatura,
esta caída de temperatura debe ser tal que al medir la
temperatura del fluido después de su paso por el sifón esta no
exceda la temperatura de operación del instrumento acoplado
(generalmente de 150 °F para manómetros de conexión
roscada).
Ahora si se tiene que el manómetro va ha ser empleado en una
línea o equipo que presenta constante vibración, las lecturas
incorrectas, el daño y desgaste del sistema de deflexión pueden
ser problemas constantes. Para evitarlos se debe incluir como
requerimiento que el instrumento tenga líquido de relleno, en
general glicerina. Los mismos problemas ocurrirían en
aplicaciones con fluido pulsante, aunque aquí la solución es
distinta, un amortiguador de pulsación antes del instrumento
restringiría el pasaje del fluido del proceso, controlando la
transmisión de presión, estabilizando la lectura y evitando el
desgaste prematuro del instrumento.
Ya solucionado cualquier inconveniente causado por la
temperatura, lo siguiente es considerar el material del Tubo de
Bourdon según que tan corrosivo pueda ser el producto al que
este se va ha exponer, hay disponibles para ello una amplia
variedad de materiales tales como latón, bronce fosforado,
acero inoxidable, monel e inconel. Si no se dispone del material
correcto, podría requerirse del uso de un sello de diafragma
para proteger el sistema contra el fluido del proceso.
Finalmente ya que el instrumento de indicación local debe tener
una construcción acorde al ambiente industrial al que va ha
estar expuesto, es imprescindible tomar en cuenta el material
de la carcaza, así es posible considerar desde cajas de fenol
negro con ventana de plástico o vidrio, para aplicaciones en que
el indicador no se exponga a mucha temperatura; hasta cajas de
acero inoxidable con vidrio laminado de seguridad, que soportan
la exposición a temperaturas elevadas y ambientes altamente
corrosivos; todas ellas están diseñadas con el único fin de
extender la vida útil del instrumento.
Para evitar su aplicación incorrecta, hemos visto que los
manómetros deben ser seleccionados tomando en cuenta
algunas pautas como las sugeridas en este pequeño artículo,
pero que sin lugar a dudas dependerá no del instrumento en sí,
sino del estudio previo realizado en su selección lograr la
máxima eficiencia del trabajo y fiabilidad del instrumento.

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