Вы находитесь на странице: 1из 4

EL GIRO DEL 20, PULSIÓN DE MUERTE.

Por: Marco Máximo Balzarini

Hace exactamente un siglo, Freud escribía Más allá del principio de placer donde articulaba,
en un contexto de guerra y con toda su vigencia actual, que algo no era posible de descarga,
algo era imposible de representación psíquica, que muy bien situó como Pulsión de Muerte.
Este texto iba a dar un giro en la manera de orientar la clínica.
Cincuenta y dos años después Lacan dictaba su Seminario 20, también en un contexto político
de conmoción. Allí introduce la serie de los “No-hay”, lo cual, entre otras consecuencias
epistémicas, deriva en que el ser no es el cuerpo. Otro giro en las coordenadas de lectura
clínica que pone el asunto del cuerpo en términos de goce.
Llegamos al 2020. La humanidad recibe el sorpresivo y traumático ataque de un virus que se
mete en el cuerpo y es letal. 20 y muerte suenan parecido. ¿Quién iba a pensarlo?
Esta pandemia nos demuestra la modalidad de goce que tiene nuestra civilización: la tendencia
a destruirnos y dejar paso a otras formas de existencia, ni siquiera de vida, porque un virus solo
puede mantenerse activo pero necesita un medio vivo para multiplicarse1.
Basta ver cómo importantes gobiernos deciden cómo destruir a otros compatriotas. Rusia,
EEUU, Brasil y hasta hace unos días, Reino Unido, no toman medidas. Están convencidos de
que van a lograr la inmunidad contra el virus a costa de que se infecten todos para que se
generen los anticuerpos pero entregando la vida de algunos. Es la teoría del rebaño -como lo ha
ubicado recientemente Eric Laurent2-.
No quieren parar la economía, entienden que eso sería peor. Empeora lo que hay de goce allí.
Dejan morir al cuerpo que no sirve, el del anciano, el que menos puede soportar, considerado
un obstáculo que habría que reducir. Nos peleamos para vivir. Los animales también se pelean,
pero les falta la crueldad para ser casi humanos.
Una carrera contra el reloj emprenden los científicos más reconocidos del mundo. La genética
y la matemática se combinan para producir generalizaciones porque no hay tiempo para
detenerse. “En tiempo récord” hay que accionar. El ahorro del tiempo en el capitalismo está de
la mano con la ciencia. Esto, como dice Laurent, pone en peligro a la especie humana. Todo se
reduce a la cifra, a la estadística y eso se transfiere, dudosamente, al concepto cama.

1 Bassols, M. (2020). Coronavirus. La ley de la naturaleza y lo real sin ley. En Blog de Zadig en España.
Recuperado de: https://zadigespana.wordpress.com/2020/03/20/coronavirus-la-ley-de-la-naturaleza-y-lo-real-sin-
ley/
2 Laurent, E. (2020). Coronavirus. El otro que no existe y sus comités científicos. En Red Zadig. Recuperado de:
https://zadigespana.wordpress.com/2020/03/19/coronavirus-el-otro-que-no-existe-y-sus-comites-cientificos/
Lo que sucede en Italia es impresionante. Los médicos obligados a tener que decidir a quien
dejar morir para liberar camas para nuevos infectados. Como indica Fabian Fajnwaks3 la
situación deja a los médicos librados a la competencia salvaje de la ley del más fuerte y del
darwinismo que trasciende la biología y se inscribe en una dimensión social.
El discurso capitalista es poderoso porque funciona como el sujeto: evitar la pérdida de goce al
intentar recuperarla. A diferencia de los cuatros discursos que se sostienen en una
imposibilidad, el capitalismo la forcluye, elude la castración, y con esto ilusiona con la relación
sexual. Para esto, tiene que ser puro infinito, y esto termina en sobredosis. Lo dice Lacan 4, el
goce no se sabe a dónde nos lleva, empieza por las cosquillas y termina en la parrilla.
Tal como lo ha señalado recientemente Mariana Gomez 5 la pulsión de muerte excede en
nuestra civilización por el discurso de la hiperproductividad. ¿Sino por qué estos líderes
políticos se quedan de brazos cruzados? Parecen negar el alto nivel de contagiosidad, del que
hablan los científicos del mundo y la OMS, como estando por encima de la pandemia.
Por encima queremos estar. Tal como lo indica Gustavo Stiglitz 6, hablamos, vivimos,
trabajamos, estudiamos, amamos, nos divertimos, todo eso sobre la pandemia, por encima de, a
ver si logramos apoyarnos, hacer pie y sentir que dominamos ese campo desconocido.
Otros países, como el nuestro, dictan medidas extremas, para frenar el contagio masivo y evitar
que colapse a los sistemas sanitarios públicos. ¡No se vayan a enfermar todos a la vez por
favor! ¡Controlen el tiempo de su cuerpo!
La ciencia ha hecho creer que podíamos dominar cada vez más nuestro cuerpo. La ecuación
cuerpo=patria se vende fácilmente7. Se muestra el cuerpo como fragmentos. Hoy somos más
que nunca unos pulmones. Pero el cuerpo es extranjero. Hasta uno mismo podría estar
incubando lo desconocido sin saberlo8.
La última enseñanza de Lacan nos indica que lo real del ser hablante es la exclusión absoluta
del sentido. Este real es sin ley, a diferencia de lo simbólico que tiene ley y ordenamiento.

3 Fajnwaks, F. (2020). Lo que el virus revela del mercado y de la biopolítica. En red Zadig. Recuperado de:
https://zadigespana.wordpress.com/2020/03/23/coronavirus-lo-que-el-virus-revela-del-mercado-y-de-la-
biopolitica/
4 Lacan, J. (2008). El Seminario. Libro 17. El reverso del psicoanálisis. Buenos Aires: Paidós.
5 Gomez, M. (2020). Pandemia. Hacer vivir y dejar morir. En Crónicas XI-6. Grama ed.
6 Stiglitz, G. (2020). Pandemia. Red Zadig. Recuperado de:
https://zadigespana.wordpress.com/2020/03/19/coronavirus-pandemia/
7 Dessal, G. (2020). Cuando lo fantástico se vuelve normal. En Red Zadig. Recuperado de:
https://zadigespana.wordpress.com/2020/03/15/coronavirus-cuando-lo-fantastico-se-vuelve-normal/
8 Naparstek, F. (2020). El cuerpo, extranjero. En Red Zadig. Recuperado de :
https://zadigespana.wordpress.com/2020/03/23/coronavirus-el-cuerpo-extranjero/

2
Pero, como indica Miquel Bassols9, este virus sigue una ley implacable, es una bomba de
imperativo kantiano.
Lacan trabaja el goce en relación con la ley. Das Ding es el mandamiento de la verdadera
satisfacción. Jacques-Alain Miller10 afirma que esto es el imperativo moral kantiano: mudo,
ciego y absoluto. Se trata del aspecto cruel del superyó, su aspecto más voraz, que no es aquí
retorno de lo inanimado sino la dimensión masoquista de la pulsión, es el superyó en sí mismo.
La pandemia aparece con toda su fuerza pero en silencio, muda, como es su forma de
contagiarse, incluso en ausencia de cualquier signo médico observable. Una pequeña máquina
mortífera -expresión de Bassols- que encarna un real destructivo, que por más que haya sido
nombrado COVID-19, no significa que se le conozca una legalidad, no tiene lugar en el
ordenamiento significante, al contrario, irrumpe en esa estructura y la quiebra por completo.
El Papa decía el viernes 27 de Marzo en la misa del Vaticano: “estamos asustados y perdidos”.
El Santo Padre está diciendo lo que Freud situaba en El porvenir de una ilusión, que la
religión, que por muchos años dio explicaciones a los enigmas de la vida y cuidó al hombre, ha
perdido su poder.
No hay Otro del Otro, no hay existencia del Otro. Hay semblante porque como todo es agujero
nada puede ocupar ese lugar. El mundo de la ciencia construye semblante. Pero tampoco ha
sido suficiente. Miller y Laurent11 advierten de un cierto estancamiento del discurso de la
ciencia. ¡Mantiene tu cuerpo en forma! ¡Previene tus enfermedades! Aún así nadie está exento.
El coronavirus ha levantado los semblantes y dejó en evidencia el agujero.
La cuestión se trata de saber qué hacer cuando no hay un significante amo que comande.
Cuando no es la ciencia, ni la religión, ni las fuerzas armadas, ni el poder político los que
tengan el poder para frenar una pandemia de este calibre y garantizar la seguridad, nos damos
cuenta que, como indica Lacan12, el poder está en otra parte: está en el mercado.
El 2020 también va a dar un giro, algo vamos a aprender. Al menos, en la modalidad de la
atención clínica. Los analistas tuvimos que repensar nuestra praxis. Tuvimos que pasar a una
modalidad virtual y en ello, a pesar del intento de cálculo sobre la conveniencia o acierto de
esta modalidad para cada sujeto, no había nada seguro más que el uno por uno.
Esta pandemia vuelve a hacer surgir al goce. El psicoanálisis, pues, es un asunto de goce. El
aún nos recuerda que el cuerpo todavía está presente, exhibiendo el agujero de la palabra,

9 Op. cit.
10 Miller, J.-A. (2000). Los seis paradigmas del goce. En El lenguaje. Aparato del goce. (Tendlarz, S. comp.).
Buenos Aires: Diva.
11 Miller, J.-A. y Laurent, E. [1996-1997] (2005). El Otro que no existe y sus comité de ética. Los cursos
psicoanalíticos de Jacques-Alain Miller. Buenos Aires, Argentina: Paidós.
12 Lacan, J. [1968-1969] (2008d). El Seminario. Libro 16. De un Otro al otro. Buenos Aires: Paidós.

3
intersticio por donde el goce hace su escándalo. Conmociona el arreglo sintomático13. Tenemos
una nueva oportunidad para inventar cómo hacer arreglos con el propio agujero. Y el
psicoanálisis puede tener un papel importante en esos nuevos inventos.

13 Salamone, L. (2020). El psicoanálisis en los tiempos del coronavirus. En red Zadig. Recuperado de:
https://zadigespana.wordpress.com/2020/03/25/coronavirus-el-psicoanalisis-en-los-tiempos-del-coronavirus/

Вам также может понравиться