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Desarrollo

El término democracia es un concepto del mundo clásico (Roma-Grecia), donde su


significado era que en un Estado o Comunidad, es el propio pueblo el que ejerce su
soberanía, mediante el sistema de gobierno que él mismo haya elegido.
En el caso de la democracia actual, el poder recae sobre un gobierno, que será el encargado
de representar a la comunidad, elegido por el pueblo mediante sufragio. En el País en que
vivimos existe la democracia, en el sentido en que los representantes de nuestro País,
Estado y Municipios, son elegidos mediante sufragio, y dicho representante gobierna
cuando alcance la mayoría de votos.
En nuestra sociedad, existen un número variable de partidos políticos, a los que nosotros
elegimos mediante sufragio, al partido que nos parezca mejor preparado, y que tenga los
mejores proyectos para crear el bienestar en nuestro país. Los partidos políticos, antes de
celebrarse las elecciones, comienzan a crear, diseñar, plantear e inventan formas de
mejorar a la sociedad y un mejor futuro del País, Estados o Municipios, para intentar
convencer a los votantes, lo único que pretenden, sin tener en cuenta la dignidad humana de
los ciudadanos, es conseguir su voto, manipulándoles y haciéndoles creer que todo lo que
algunos partidos ha prometido, va a realizarlo.
Si bien es cierto que parte de las propuestas que prometen, los cumplen, pero también es
cierto, que parte de esos planes de futuro ni siquiera hacen el esfuerzo de cumplirlos. Ahora
bien, el interés de crear una democracia por parte de los partidos políticos, es el de intentar
conseguir el apoyo de los ciudadanos, pero no para comprometerse con ellos a llevar a cabo
las expectativas de futuro que algunos partidos han prometido, sino que intenta por todos
los medios conseguir votos, para conseguir llegar al poder, siendo únicamente esa la
principal meta que tienen algunos partidos políticos.
Pero no es solo ese el problema para llevar a cabo una verdadera construcción por la
democracia, también es verdad, que el pueblo, si no está contenta con la actuación de su
gobernante en su periodo de gobierno, puede no volverle a elegir en las siguientes
elecciones, pero el problema está en que las decisiones que ha tomado en ese periodo,
pueden ser bastante importantes y bastante problemáticas, habiéndolos elegido únicamente
por intereses económicos o políticos y que el único beneficio que tienen y existe es para
algunos particulares del gobierno y partido político que lo representa.
Se crea el grave problema que hay en la sociedad y que nosotros como ciudadanos de una
sociedad de este tipo estamos aguantando este problema, casi sin percatarnos de ello.
Porque conociendo a grandes rasgos, como funciona nuestro sistema político y de cómo
nosotros los elegimos, no estamos llevando a cabo en este País, Estado o Municipio una
verdadera democracia.
La construcción de la democracia no se refiere aquí a la consolidación de la democracia
electoral, sino a su profundización y ampliación a nuevas esferas de la vida pública y por lo
tanto a la extensión misma del concepto de política y de ciudadanía.
Hay algunas teorías que han sido dadas en el informe sobre La Democracia en América
Latina del PNUD (Programa de las Naciones Unidas para el Desarrollo) Este estudio
recoge muchas de las críticas que se le han hecho a esta formulación elitista de la
democracia y propone definir a la democracia como “modo de vida” y no sólo como
régimen político.
Partiendo de esta perspectiva normativa, se plantea que sólo una ciudadanía integral, es
decir, el acceso pleno a los derechos civiles, políticos y sociales puede garantizar la
existencia de una verdadera democracia.
Las instituciones que se han formado en distintos ciclos o periodos políticos,
superponiéndose a estructuras e instituciones, aprobándose leyes contradictorias,
abriéndose espacios novedosos en ciertas áreas, mientras que en otras subsisten prácticas
nítidamente autoritarias. De esta manera, es necesario entender el fenómeno de la
heterogeneidad de la democracia como un proceso histórico y como una condición que
compone el escenario en que se libra la disputa por la construcción democrática.
México que atraviesa en lo socio-político por la necesidad de definir su camino de
transición a la democracia, se ha enfrentado a los obstáculos y resistencias, quizás
naturales, que manifiestan al respecto tanto el sistema de partidos como por quienes ejercen
el poder en el país. Si es verdad que parte de los grandes cambios en la historia de México
han estado enmarcados por movimientos armados y sociales, y la violencia que éstos
conllevan, es cierto también que nuestra nación como otras en el mundo, ha dado
preferencia a sus distintos poderes e instituciones federales como signo de civilidad en el
momento de solucionar sus conflictos.
Quizás el problema más evidente, reside en algunos políticos viejos que dirigen
actualmente el País, Estados y Municipios. A la fecha, los funcionarios y dirigentes
nacionales denotan añejos vicios, casi irreversibles de sanear cuando se abordan las
interrogantes políticas y sociales. Años de practicar los mismos comportamientos y formas
de pensar que dan la falsa apariencia de estar tan arraigadas como inherentes al sistema
político mexicano. Así planteado resulta que no sólo se hace referencia a un proceso
electoral y al sufragio.
La construcción democrática supone el incremento de la presencia y representación de las
comunidades culturales diferenciadas y el respeto a sus sistemas políticos, equivalente a
lograr sociedades plurales, solidarias y complementariamente articuladas.
El reto social de México frente al siglo XXI, es el reto para incorporar a la vida con justicia
y dignidad a millones de mexicanos que a la fecha continúan en la manifestación más clara
e irrefutable de marginación y exclusión: la pobreza.
Tan absurdo podrá parecer, pero ni siquiera la mitad izquierda de nuestro rostro es igual a
la derecha y sin embrago se mantienen en la unidad. Cuántas miradas distintas a la nuestra
hay, qué cantidad de lenguas podemos disfrutar, claro al oído; y cuántas maneras de
escuchar existen todas reunidas en el territorio nacional.
El cuerpo humano para su cabal funcionamiento integra la función e información que le
aportan cada sentido, órgano y aparato. El cuerpo social, político y cultural de México debe
integrar e incluir para su buen funcionamiento democrático a la variedad de organismos,
instituciones, personas, ideologías, usos y costumbres, de nortes a sur, rurales y urbanos,
indígenas o no.
"La democracia no goza de un clima atemperado, ni de una luz perpetua y uniforme, pues
se nutre de aquella pasión del desencanto que mantiene unidos el rigor de la forma y la
posibilidad de acoger huéspedes inesperados" (Savater, Fernando)

Si bien es cierto que lo más relevante de la transición es la consolidación de la democracia,


también lo es que los cambios se reflejan en la composición del régimen y el
funcionamiento del sistema político mexicano, como es el caso de que contamos con un
régimen pluripartidista y competitivo, un presidencialismo acotado, independencia entre los
poderes Ejecutivo, Legislativo y Judicial, como lo muestra la aplicación de las
controversias constitucionales, y la autonomía entre los diferentes niveles de gobierno.
Además de lo anterior, desde los inicios de la transición han existido otros factores para
construir la democracia, como es el hecho de que México posee una ciudadanía
protagonista que sabe que está en sus manos la posibilidad del cambio porque ha aprendido
a usar el voto; hay una opinión pública alerta y sensible, con medios de comunicación que
comienzan a tener credibilidad, así como instituciones y reglas electorales que garantizan la
celebración de elecciones limpias.
Es muy importante poder elaborar una alternativa cierta, operable, y transparente como
sistema alternativo que pueda sustituir efectivamente al sistema de representación actual,
claramente desvirtuado por donde se lo mire.
Tenemos que hacer todo de nuevo. Recuperar el sentido de orgullo nacional, de sueños, de
oportunidades justas para todos lo que quieran tomarlas y esforzarse, de solidaridad con el
prójimo, de justicia, de eficiencia productiva. Y hacer todo eso con el límite del respeto de
las libertades individuales, y de la propiedad privada, apelando al empleo de la misma con
sentido social.
No hay consolidación democrática sin verdaderos demócratas. La calidad de la democracia
no depende sólo ni principalmente de sus instrumentos electorales. La calidad de la
democracia es directamente proporcional a la calidad de los partidos y de los políticos y la
eficacia en el ejercicio del poder.

Conclusión
La auténtica democracia la verdadera la que no tiene disfraces es por la que ha luchado el
pueblo mexicano ¿Cómo se lograra una buena democracia en México? Lo primero será
evitar los caminos violentos para obtenerla. La violencia engendra violencia y no llega a
ningún resultado positivo. La democracia, como ya lo hemos visto, no es nada más una
forma de gobierno, sino un estilo de vida. Una forma de vivir y comportarse a la que sólo se
llega por un proceso de maduración y autoconciencia. Implica un gran sentido de
responsabilidad y una decisión, constantemente renovada, de sacrificarse por el bien
común. Para lograrla no hay que quitar el dedo del renglón, si aprovechamos al máximo los
recursos humanos de la mente, de la voluntad, del afecto, del esfuerzo cotidiano en el
trabajo, puede muy bien realizarse.
Ya lo había sostenido Platón en su gran diálogo de La República (Politeia). Para llegar a un
óptimo régimen político hay que educar a los ciudadanos. Sin educación, los hombres y
mujeres de un país no pasan de ser eternos niños, sujetos siempre a los mandatos despóticos
de los gobernantes
Se necesita un pez muerto para nadar con la corriente, pero uno vivo para nadar contra ella.

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