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LA RUTA DEL NAZARENO DE SAN PABLO

MIÉRCOLES SANTO | Así recorre el Nazareno de


San Pablo las calles de Caracas en Papamóvil
Desde tempranas horas de este Miércoles Santo, el Nazareno de San Pablo se
acerca a sus feligreses en un recorrido por las calles de Caracas en el Papamóvil,
en medio de la cuarentena social, colectiva y voluntaria para cortar la cadena de
transmisión de Covid-19.
Durante esta conmemoración atípica de la Semana Santa, el Nazareno de San
Pablo con su traje morado y su cruz a cuesta, realiza este recorrido por las
principales calles y avenidas de Caracas, resguardado en su vehículo especial.
Asimismo, como parte del Plan Cada Familia una Iglesia, diferentes canales de
televisión nacionales e internacionales transmitieron la acostumbrada misa de este
miércoles para que las personas puedan, desde sus casas, cumplir con sus
devociones acostumbradas.
Cadenas de oraciones también se realizan este miércoles en todo el mundo por las
personas que hoy luchan contra el coronavirus y en memoria de las víctimas de esta
pandemia.
Como hace más de 400 años por el vómito negro, la figura del Nazareno de San
Pablo salió a las calles de Caracas en tiempos de pandemia.
Para la Iglesia Católica, la Semana Santa de este año estará marcada por la
presencia del COVID-19 en el mundo, pandemia que obligó a las autoridades
eclesiásticas a cancelar los eventos que impliquen aglomeraciones (como misas y
procesiones). En Venezuela, la Conferencia Episcopal confirmó que las
celebraciones no tendrán asistencia de los fieles. Sin embargo, los invita a fortalecer
“la célula fundamental de la iglesia” que es la familia.
Según la tradición católica venezolana, el Nazareno de San Pablo intercede por las
personas que padecen enfermedades. Por esa razón, cientos de personas se
acercan a la Basílica de Santa Teresa todos los años para agradecer los favores
concedidos. La imagen ya estaba presente en Caracas en 1696, cuando llegó la
epidemia del vómito negro y los devotos sacaron la figura en procesión. La cruz del
Nazareno tropezó con un limonero, cuyos frutos lograron curar la peste.
El vicario de Medios de Comunicación de la Arquidiócesis de Caracas el padre
Honegger Molina, explicó el pasado 2 de abril que el Nazareno saldrá de la Basílica
de Santa Teresa a las 9:00 a.m. en el “Papa móvil”, el vehículo que usó el fallecido
papa Juan Pablo II en sus visitas a Venezuela. Estará custodiado por la policía.
Aclaró que “no se trata de una procesión “. Las personas podrán estar pendientes
del recorrido desde las ventanas de sus hogares.

Recorrido
Catia, Propatria, Antímano, San Juan, San Martín, El Cementerio, Las Mercedes, El
Cafetal, Petare, La California, Macaracuay, El Llanito, La Carlota, San Eduvigis,
Chacao, Los Palos Grandes, El Recreo, San Pedro, parte de La Pastora son
algunas de las zonas por las pasará el Nazareno de San Pablo. El vehículo recorrió
las avenidas principales que conectan estos sectores.
Ruta de la procesión del Nazareno de San Pablo
en la época colonial
Desde que se fundó la ciudad de Caracas las procesiones se iniciaban en el centro
de la Ciudad, hacían un recorrido por cada una de las cuadras y culminaban en El
Calvario, destino final de todas las procesiones.
Según los cronistas Juan Ernesto Montenegro y Enrique Bernardo Núñez en su libro
“Caracas, la ciudad de los techos rojos” sostenían que en el Siglo XVII la procesión
del Nazareno de San Pablo salía el viernes de Concilio de San Jacinto.

De San Jacinto a Traposos


La primera cuadra que recorría El Nazareno era de San Jacinto a Traposos, salía
del Templo de San Jacinto, les recuerdo que en San Jacinto había un Templo y un
convento que se cayó en el terremoto de 1812
Entre las esquinas San Jacinto a Traposos está ubicada la Casa Natal de Libertador,
La esquina de San Jacinto lleva este nombre porque allí quedaba el convento de
los frailes dominicos y la esquina de Traposos viene de una familia de clase bien
acomodada que vivió allí, pero cuando se murió el jefe de la familia quedaron en la
ruina, entonces los vecinos les regalaban ropas viejas, chivas o trapos para que
fueran a misa y llegaron a tener tantas chivas o trapos que las vendieron y entonces
se comenzó a llamar al sector la Esquina de los Traposos.

De Traposos a Colón
Luego la procesión seguía hacia el sur y llegaba a la esquina de Colón, bueno la
esquina se llama Colón por el “descubridor” de América.

De Colón a Cruz Verde


Luego la procesión seguía hacia el sur hasta la esquina de Cruz Verde
El origen del nombre de la esquina de Cruz verde tiene dos versiones una era que
el Rey había ordenado que allí se construyera un cementerio y le colocaran una
cruz que pintaron de verde y de allí su nombre.
La otra versión según el cronista Juan Ernesto Montenegro es que la procesión del
Nazareno tenía plantada 7 estaciones y 7 cruces y esta estación estaba señalada
con una cruz pintada de verde y por eso se llamó Cruz Verde.
De Cruz Verde a Velásquez
De Cruz Verde siguió a la esquina de Velásquez llamada así en honor al Profesor
Domingo Velásquez de la Universidad Santa Rosa de Lima, que quedaba en la
Plaza Bolívar donde se firmó el Acta de Independencia.

De Velásquez a Cipreses
En la esquina de cipreses había un cementerio sembrado con árboles de cipreses
posteriormente el General Cipriano Castro construyó el Teatro Nacional.

De Cipreses a Reducto
En la esquina de Reducto había una fortificación militar para el resguardo de las
tropas.

De Reducto a Miracielos
En la esquina de Miracielos había un árbol de limón que Andrés Eloy Blanco lo
bautizara como el Limonero del Señor y que en 1696 fue protagonista del milagro
del Nazareno de San Pablo.

De Miracielos a Miranda
La plaza Miranda debe su nombre al Generalísimo Francisco de Miranda.

De Miranda a Puerto Escondido


Puerto escondido era un puerto del rio Caruata donde llegaban hortalizas,
legumbres y troncos para la construcción.

De Puerto Escondido a la esquina de Angelitos


Cuenta la leyenda que el presidente Páez se encontraba con una mujer ajena y
mandó a sus militares a que le avisaran por si venía alguna persona. Estos guardias
los llamaban angelitos.

De la esquina de Angelitos hasta El Calvario


Sus antecedentes corresponden a los mismos días de la fundación de Caracas por
Don Diego de Losada, el 25 de julio de 1507. El Calvario representó en el pasado
un lugar sagrado de nuestra ciudad. Una pequeña capilla construida allí por el
entonces Obispo de Caracas, Juan Cataneo Bohórquez, entre los años 1612 y
1618, era el destino de las procesiones.
El Nazareno de San Pablo
El Nazareno de San Pablo es una advocación de Jesucristo que se venera en
la Basílica de Santa Teresa. Se trata de una obra escultórica del siglo XVII atribuida
al escultor Felipe de Ribas, que fue tallada en Sevilla en madera de pino
de Flandes, y representa a Jesucristo cargando la cruz. Dice la tradición que el
escultor, después de terminar de tallar la imagen, el Nazareno se le aparece y le
dice: "Donde me has visto que me has hecho tan perfecto ".

Fue llevada a Caracas, recibiendo veneración primeramente en la Iglesia de San


Pablo y de ahí viene su nombre de Nazareno de San Pablo. Cuenta la leyenda que,
en el año 1580, azotó la ciudad una epidemia de Viruela y por la devoción popular
hacia la imagen le fue construida una Ermita donde se le oraba con mucha devoción.
La tradición asegura que el milagro tuvo lugar en 1696. La primera narración
conocida del milagro apareció en 1885 en el libro “Tradiciones Populares”, de
Teófilo Rodríguez.
Para 1696, la población de Caracas sufría de la peste del vómito negro o Fiebre
Amarilla. La imagen que fue llevada en procesión a las calles capitalinas. Según
cuenta la leyenda popular, en su recorrido, justo en la esquina de ‘Miracielos’, la
santa imagen tropezó con un limonero, enredándose su cruz. Cual lluvia sagrada,
comenzaron a llover un sin fin de estos frutos cayéndose al suelo, lo cual fue
interpretado por los devotos como una señal divina. “¡Milagro!, ¡milagro!”, gritaron
todos los presentes. La gente tomó el acontecimiento como una señal divina y se
apresuraron a hacer infusiones que curarían a los enfermos. La peste paró y los
enfermos sanaron rápidamente.
Miércoles Santo en la Basílica de Santa Teresa
De manera que, como a varias tradiciones de nuestra Semana Santa criolla, a la
figura del Nazareno de San Pablo lo acompañan su propio mito, leyendas e historias
verdaderas, lo que explica la fe que le profesan los caraqueños. Es una imagen que
une a millones detrás de la cual, cada Miércoles Santo, los feligreses caminan con
devoción y esperanza.

Un poema que el pueblo recita de memoria


Inspirado en estos testimonios de la fe criolla, nuestro insigne y más querido poeta,
Andrés Eloy Blanco, escribiría su poema “El limonero del Señor”:
En la esquina de Miracielos
agoniza la tradición.
¿Qué mano avara cortaría
el limonero del Señor…?

Miracielos; casuchas nuevas,


con descrédito del color;
antaño hubiera allí una tapia
Y una arboleda y un portón.

Calle de piedra; el reflejo


encalambrado de un farol;
hacia la sombra, el aguafuerte
abocetada de un balcón,
a cuya vera se bajará,
para hacer guiños al amor,
el embozo de Guzmán Blanco
En algún lance de ocasión.
En el corral está sembrado,
junto al muro, junto al portón,
y por encima de la tapia
hacia la calle descolgó
un gajo verde y amarillo
el limonero del Señor.

Cuentan que en pascua lo sembrara,


el año quince, un español,
y cada dueño de la siembra
de sus racimos exprimió
la limonada con azúcar
Para el día de San Simón.

Por la esquina de Miracielos,


en sus miércoles de dolor,
el Nazareno de San Pablo
Pasaba siempre en procesión.

Y llegó el año de la peste;


moría el pueblo bajo el sol;
con su cortejo de enlutados
pasaba al trote algún doctor
y en un hartazgo dilataba
su puerta «Los Hijos de Dios».

La Terapéutica era inútil;


andaba el Viático al vapor
Y por exceso de trabajo
se abreviaba la absolución.

Y pasó el Domingo de Ramos


y fue el Miércoles del Dolor
cuando, apestada y sollozante,
la muchedumbre en oración,
desde el claustro de San Felipe
hasta San Pablo, se agolpó.

Un aguacero de plegarias
asordó la Puerta Mayor
y el Nazareno de San Pablo
salió otra vez en procesión.
En el azul del empedrado
regaba flores el fervor;
banderolas en las paredes,
candilejas en el balcón,
el canelón y el miriñaque
el garrasí y el quitasol;
un predominio de morado
de incienso y de genuflexión.

—¡Oh, ¡Señor, Dios de los Ejércitos!


¡La peste aléjanos, Señor…!

En la esquina de Miracielos
hubo una breve oscilación;
los portadores de las andas
se detuvieron; Monseñor
el Arzobispo, alzó los ojos
hacia la Cruz; la Cruz de Dios,
al pasar bajo el limonero,
entre sus gajos se enredó.
Sobre la frente del Mesías
hubo un rebote de verdor
y entre sus rizos tembló el oro
amarillo de la sazón.

De lo profundo del cortejo


partió la flecha de una voz:
—¡Milagro…! ¡Es bálsamo, cristianos,
el limonero del Señor…!

Y veinte manos arrancaban


la cosecha de curación
que en la esquina de Miracielos
de los cielos enviaba Dios.
Y se curaron los pestosos
bebiendo el ácido licor
con agua clara de Catuche,
entre oración y oración.
Miracielos: casuchas nuevas;
la tapia desapareció.
¿Qué mano avara cortaría
el limonero del Señor…?
¿Golpe de sordo mercachifle
o competencia de Doctor
o despecho de boticario
u ornamento de la población…?

El Nazareno de San Pablo


tuvo una casa y la perdió
y tuvo un patio y una tapia
y un limonero y un portón.
¡Malhaya el golpe que cortara
el limonero del Señor…!

¡Malhaya el sino de esa mano


que desgajó la tradición…!
Quizá en su tumba un limonero
floreció un día de Pasión
y una nueva nevada de azahares
sobre la cruz desmigajó,
como lo hiciera aquella tarde
sobre la Cruz en procesión,
en la esquina de Miracielos,
¡el limonero del Señor…!

En 1696 El Nazareno fue sacado en procesión, en su recorrido su cruz rozó con un


limonero cayendo algunos al suelo. Los devotos los recogieron, dándolos como
medicina a los enfermos, quienes sanaron prontamente.
La imagen fue consagrada el 4 de julio de 1674 por fray González de Acuña, y
recibió culto en la capilla de san Pablo hasta que en 1880 el presidente Antonio
Guzmán Blanco ordenó su derribo para construir un teatro.
La rememoración del Nazareno tiene la particularidad de movilizar a los
venezolanos desde grandes distancias, hacia las principales iglesias del país donde
la tradición ha alcanzado un prestigio notable. Los devotos le pagan penitencia al
Nazareno, vistiéndose con túnicas moradas y acompañándolo en una procesión que
dura 3 o 4 horas, todos los Miércoles Santo.
Días antes de la celebración, los devotos adornan la imagen con cinco mil
orquídeas. Para su salida procesional, es vestido con una túnica morada, bordada
con hilo de oro, con los símbolos de la pasión.
En la esquina de Miracielos continúa la tradición
El miércoles santo en los alrededores de la iglesia de Santa Teresa, la tradición
combinada con la fe de un pueblo creyente en el Nazareno de San Pablo crean una
de las imágenes protagonistas de la pascua venezolana.

Investigación y recopilación
Héctor Guevara

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