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UNIDAD IV:

Sistema endocrino: Glándulas endocrinas. Hormonas. Función. Sistema de control


hipotálamo- hipofisario. Eje SNC- hipotálamo- hipófiso- glándula periférica.
Factores que determinan los niveles hormonales. Particularidades de la función
hormonal en relación a los ejercicios de fuerza y potencia. Función endocrina en
los estímulos de capacidad y potencia aeróbica.

Definición y generalidades.

El cuerpo humano acciona como un todo gracias a la fina coordinación de distintos


sistemas funcionales, a saber: el Sistema Nervioso (central y autónomo), el
cardiocirculatorio, respiratorio, locomotor o músculo esquelético y el sistema
endocrino. Este realiza dicha comunicación a través de hormonas. Las hormonas
son sustancias producidas en órganos llamados “glándulas endocrinas”, que las
liberan al torrente circulatorio para ser transportadas a otros órganos o tejidos: el
“órgano blanco”. Las hormonas viajan en la sangre principalmente unidas a
proteínas trasportadoras, y sólo una pequeña parte en forma libre, que es la que
ingresa a los “órganos blanco”.

Deben diferenciarse las glándulas endocrinas de las exocrinas. Estas últimas,


sintetizan productos que no los liberan a la sangre, sino al exterior o directamente
al interior de los órganos internos. Ejemplos de ellas son: las glándulas
sudoríparas (sudor exterior), el páncreas exócrino (producción del jugo
pancreático que se vuelca a la segunda porción del duodeno).
Figura 1. Extraído de Wilmore y Costill, 2007.

Desde el punto de vista químico, las hormonas pueden ser derivadas del
colesterol, que son las llamadas hormonas tiroideas, incluyen a los corticoides y a
las hormonas sexuales.

Otras derivan de aminoácidos, como las hormonas tiroideas y otras son proteínas
como la insulina y las hormonas producidas por la hipófisis, es la glándula maestra
ya que regula múltiples ejes endocrinos.

Las hormonas luego de ser producidas pueden ya ser activas o bien requerir de
alguna transformación periférica generalmente dentro del órgano blanco:
activación. Actúan principalmente por medio de receptores, que se encuentran en
la superficie o en el núcleo celular. La unión de la hormona a su/s receptor/es
específicos desencadenan dos clases de acciones para llegar al efecto final de las
hormonas:

a) modificaciones en la expresión genética, que dan lugar a la producción de


proteínas efectoras, el calcitriol, las hormonas tiroideas, y las sexuales.

b) modificaciones en los niveles de ciertas moléculas que hay en el interior de la


célula y que se llaman segundos mensajeros. Estos cambian la actividad de una o
varias enzimas, la cual a su vez cambia la de otra enzima, hasta llegar a la de una
que es la ejecutora final de las acciones que la hormona. Esta secuencia de
activaciones se llama mecanismos en cascada. Actúan de esta forma la insulina y
las hormonas hipofisarias.

El sistema endocrino está muy bien regulado, es decir que frente a modificaciones
del mismo, se producen otros efectos que tienden al auto limitar la. Por ejemplo, si
hay un descenso de la glucemia, se liberan sustancias que tienden a aumentarla
(glucagón, adrenalina). Este equilibrio en general involucra una o varias glándulas
intermediarias, organizándose en forma de ejes. Lo más clásico son los ejes
hipotálamo hipofisario glándula periférica (tiroides, gónadas o suprarrenales).

El hipotálamo y la hipófisis son dos glándulas que se encuentran en el sistema


nervioso central, por lo que estímulos sensoriales y la tensión nerviosa modificarán
los niveles hormonales. El hipotálamo produce hormonas que modifica la actividad
de la hipófisis (diversas hormonas liberadoras hipotalámicas), aunque también
otras de actividad propia (hormona antidiurética y oxcitocina). La hipófisis que se
divide en “adenohipófisis” o hipófisis anterior, y “neurohipófisis” o hipófisis
posterior; la primera produce hormonas que modifica la actividad de glándulas
periféricas- así llamadas por hallarse fuera del sistema nervioso central – y otras
con acciones precisas (hormona de crecimiento, prolactina) mientras que la
segunda almacena a la hormona antidiurética y la oxcitocina.
Figura 2. Extraído de Wilmore y Costill, 2007.

Los sistemas endocrinos generalmente ocurren por control por retroalimentación


negativa: por ejemplo una hormona liberadora hipotalámica estimula la síntesis y
liberación de una hormona hipófisiaria y ésta la de la “glándula blanco”.
Concentraciones altas de esta última inhiben al hipotálamo y a la hipófisis (circuito
corto). Otras veces existe una retroalimentación negativa, a través de productos
que derivan de la acción de una hormona (por ejemplo: la glucosa que estimula la
liberación de insulina: la caída de glucemia estimula la liberación de hormonas
“hiperglucemiantes”). Existen ejemplos infrecuentes de retroalimentación positiva,
como el que los estrógenos aumentan la liberación de la “LH” justo antes de la
ovulación, siendo la “LH” una hormona que estimula la producción de estrógenos.

Otro aspecto característico de las hormonas es su secreción “pulsátil”. Se entiende


por secreción pulsátil el hecho que se libera en formación simultánea una
concentración alta de la hormona (un pulso), que se había venido acumulando
dentro de la glándula, es como se abriera una compuerta. Esto coexiste con una
escasa liberación continua. Estos pulsos se producen en forma espontánea, por
un ritmo propio de la glándula. En respuesta a un estimulo, en cambio, en general
se produce una liberación mucho mayor, que se conoce como pico (por ejemplo el
pico de liberación de insulina luego de las comidas). Las hormonas suelen tener
un ritmo circadiano, que es la variación que se produce en determinados horarios
del día, (por ejemplo la mayor liberación de corticoides se produce temprano a la
mañana, y la de hormona del crecimiento, a la madrugada); tendría que ver con
ciclos luz- oscuridad o con el hecho de dormir.

Regulación de la secreción hormonal

La secreción de las diferentes hormonas responde a estímulos específicos y a


mecanismos de retroalimentación de alta sensibilidad. El SNC constituye un
efectivo sistema regulador secretor de tipo neuroendocrino, por cuanto actúa
directamente sobre el hipotálamo. Al estar este último integrado plenamente a la
hipófisis, podemos advertir entonces que el SNC, el hipotálamo y la hipófisis
forman verdaderos ejes de regulación hormonal. A esto necesariamente
deberemos agregarle que, dada la comunicación íntima e intrínsecamente
dependiente de la función de ciertas glándulas con la hipófisis, este conjunto de
“ejes comunicantes” regularán prácticamente el funcionamiento de nuestro
organismo de una manera armoniosamente integrada.

Entre los ejes de regulación podemos destacar los siguientes:

Eje SNC-hipotálamo-hipófiso-tiroideo

Eje SNC-hipotálamo somatotrófico

Eje SNC-hipotálamo-hipófiso-gonadal

Eje SNC-hipotálamo-hipófiso-córtico adrenal

LOS EJES…

1. Eje hipotálamo- hipofiso- tiroideo:

Básicamente la glándula tiroides –situada en la base del cuello- produce 3


hormonas, la triyodotironina o T3 y la tiroxina o T4 y la calcitonina (CT).
Tienen múltiples acciones: efecto termogénico (intervienen en la producción del
calor) y consumo calórico, acciones estimulantes cardiacas y del sistema nervioso
central, hipocolesterolemiante, crecimiento en la infancia y, durante el primer año
de vida, maduración del sistema nervioso. Normalmente estos efectos están en un
rango normal, pero la falta o el exceso de hormona tiroidea (hipotiroidismo e
hipertiroidismo, respectivamente) ocasiona síntomas relacionados con dichos
efectos. Así, el hipotiroideo tiende a engordar, es friolento, siente cansancio y
presenta hipercolesterolemia, mientras que el hipertiroideo adelgaza, está
nervioso y sudoroso, duerme mal y tiene taquicardia.

Cuando existe hipo o hipertiroidismo, se reduce la performance deportiva,


particularmente por la disfunción cardiovascular que ocasionan.

Según algunos autores, el principal protagonismo de las hormonas tiroideas es la


estimulación a largo plazo de la biosíntesis mitocondrial y la síntesis de enzimas
oxidativas (Viru A, Viru M, 2001).

Analizando los componentes “externos” de la carga de entrenamiento, la


“frecuencia” de estímulos representa el componente de fuerte incidencia sobre el
eje mencionado.

2 Prolactina

La única función conocida de la prolactina es intervenir en la producción láctea


durante la lactancia. Uno de los estímulos fisiológicos para esta hormona es el
ejercicio, pero sus modificaciones en esta circunstancia no significan una
adaptación necesaria para el ejercicio, ya que la prolactina no tiene acciones
sobre el metabolismo.

Cuando la prolactina está patológicamente aumentada, afecta la performance


deportiva de manera indirecta, ya que altera las hormonas sexuales (las reduce o
perturba su ciclicidad normal) y estás, como veremos luego, son importantes en
cuanto al rendimiento físico.
3 Eje hipotálamo-somatotrófico

La somatotrofina u hormona de crecimiento (GH) es producida en la


adenohipofisis, bajo el control estimulante de la hormona hipotalámica liberadora
de GH y el inhibitorio de la somatostatina. Su principal acción se desarrolla
durante la infancia y la pubertad, estimulando el crecimiento. La GH aumenta por
efecto de la hipoglucemia, el ayuno, ingesta de ciertas proteínas, el sueño (“dormí
o crecerás”), la tensión, el dolor y el ejercicio. Todo esto acurre dentro de ciertos
límites, y no significa que alguien por practicar deporte vaya a medir 10cm más
de lo que tiene genéticamente condicionado. La GH tiene acciones propias y
además estimula al hígado a producir una proteína llamada IGF (factor de
crecimiento insulino-simil tipo I), antes llamado somatomedina C. Entre los efectos
propios de la GH están; aumento de la glucemia (porque reduce la captación
celular de la glucosa y aumenta la producción de la misma a partir de
aminoácidos); anabólica proteica; estimula la lipólisis; produce un balance positivo
de calcio, magnesio, fosforo, sodio y potasio.

Los aumentos de la GH son acompañados por incrementos similares (o mayores)


en los IGF-I circulantes, los cuales pueden ser los verdaderos estimuladores del
crecimiento muscular. Hay fuertes evidencias de un rol central de IGF-I en el
mantenimiento de la masa muscular esquelética y en la hipertrofia y se ha
postulado que la falta de IGF-I sea una de las causas por las cuales el músculo
esquelético pierde masa y fuerza con el transcurso de la edad. Además, la IGF I
estimula la proliferación del cartílago de crecimiento de los huesos.

El ejercicio estimula, como se dijo antes, la liberación de GH. Este efecto es


utilizado para diagnosticar déficit de GH en niños de baja talla, pues se lo hace
hacer determinado ejercicio y luego se le mide la GH, la cual no aumenta si el
organismo no es capaz de producir en forma normal.

La hormona de crecimiento ha sido utilizada para incrementar la performance


deportiva (especialmente en deportes que necesitan mucha masa muscular),
aprovechando sus acciones anabólicas proteicas. Estudios serios han demostrado
que no aumenta los efectos del entrenamiento solo, y que por el contrario produce
efectos dañinos, como retención de sodio y agua (edemas, hipertensión arterial),
dolores articulares e hiperglucemia.

Ciertos trabajos revelan que existe una intensidad umbral para la liberación de la
GH, el que se encontraría entre el 60 y el 80% del VO2max. Es interesante
destacar que los autores relatan que este umbral coincide con el de las
catecolaminas y próximos al umbral de lactato. En este último caso los estudios
refieren que la elevación hormonal aconteció luego de 50 minutos de carrera con
velocidades próximas al U-L individual. (Viru A, Viru M, 2003).

Parece ser que la duración del esfuerzo es una determinante más fuerte que la
intensidad en la liberación de la hormona de crecimiento, si bien ejercicios
anaeróbicos intermitentes e intensos se han mostrado como altamente
estimulantes de la misma. En este punto, se ha evidenciado que el efecto lipolítico
de la H tiene un período de latencia de 1 a 2hs., por lo que el incremento, una vez
iniciado el ejercicio, tendría sus resultados solo al final de de esta fase (Roig, J).

Un protocolo de levantamiento de peso, con una carga elevada (superior al 80%) y


con pocas repeticiones (7-12, según grupo muscular) provocó un incremento de
GH, mientras que un protocolo de poca carga (40-60%) y muchas repeticiones (20
a 30), no mostró ningún efecto (Roig, J).

El aumento de la temperatura durante el ejercicio también puede ser un estimulo


para la secreción de GH; así el esfuerzo realizado en un ambiente caluroso
provoca una respuesta mayor de GH que otro análogo llevado a cabo en ambiente
frío (Roig, J).

A pesar de que el ejercicio es un estímulo desencadenante de la liberación de GH,


la respuesta de la hormona de crecimiento al mismo está limitada en individuos
adultos mayores y en obesos. Hay quienes sugieren por ello que serían
necesarias intensidades de ejercicio relativamente altas para incitar la adecuada
liberación de GH en los sujetos con obesidad (Roig, J).
4 Eje hipotálamo-hipofiso- gonadal

Este eje regula la función reproductiva. Las gónadas son los órganos que
producen las células sexuales, es decir el ovulo en la mujer (y las gónadas son los
ovarios), y los espermatozoides en el hombre (y las gónadas son los testículos).
Además, las gónadas producen las hormonas sexuales, que son los andrógenos
en el hombre y los estrógenos y la progesterona en la mujer. El principal
andrógeno es la testosterona y el principal estrógeno el estradiol.

El eje masculino es similar a otros ejes hormonales, en cuanto a que la


testosterona ejerce retroalimentación negativa sobre hipotálamo y la hipófisis. El
eje femenino es mucho más complejo, debido a que tiene una ciclicidad que otros
sistemas endócrinos no tienen. Gracias a estos ciclos menstruales, se produce
periódicamente la ovulación. Los niveles hormonales que se van produciendo
fluctúan, y esto es lo que va produciendo diferentes efectos, que se traducen en
ciclicidad. Se pueden diferenciar 2 etapas, con distintas hormonas predominantes.
La primera fase se llama estrogénica, porque el ovario fabrica especialmente
estrógenos, o folicular porque van madurando los folículos; la segunda es la
progestacional, ya que predomina la producción de progesterona, o también se la
llama lútea, debido a que en el ovario se encuentra el cuerpo lúteo. En la primera
fase de varios folículos ováricos, conteniendo un óvulo cada uno, han ido
madurando bajo el estimulo de la hormona foliculoestimulante (FSH) (producida
por la hipófisis) y fabricando estrógenos.

Sólo uno de los folículos completa su maduración y, hacia la mitad del ciclo
menstrual y, hacia la mitad del ciclo menstrual, se produce un pico de la otra
gonadotrofina hipofisaria, la hormona luteinizante (LH), que hace que ese folículo
maduro se abra y libere el ovulo, transformándose en cuerpo lúteo. Este sintetiza
sobre todo progesterona, que domina la segunda mitad del ciclo, como se dijo
antes.

Mientras estos eventos van ocurriendo en el ovario, las hormonas que ellos
sintetizan van actuando sobre otros órganos, fundamentalmente el útero y el
sistema hipotálamo- hipofisiario. En el útero, los estrógenos estimulan el
crecimiento de su capa interna, el endometrio, que se había descamado
previamente en la menstruación; por eso se llama fase proliferativa (que coincide
con la estrogénica del ovario). Luego actúa la progesterona, estimulando la
actividad de las glándulas que se formaron en la etapa proliferativa; se llama fase
secretora y coincide con la progresividad del ovario. El objetivo de esta
preparación es que, si hubo embarazo, el útero puede recibir el huevo fecundado.
Se esto ocurrió, el cuerpo lúteo sigue produciendo hormonas y en unas semanas
es reemplazado por la placenta. Si no hay embarazo, en unas dos semanas el
cuerpo lúteo se atrofia espontáneamente, y al caer los niveles de las hormonas
que son el sostén del endometrio, éste se descama, produciéndose la
menstruación. En los días en que se está produciendo el sangrado, los ovarios
reinician su maduración folicular, es decir que comienza la fase folicular de un
nuevo ciclo. Los estrógenos ejercen retroalimentación negativa sobre el
hipotálamo e hipófisis, excepto a la mitad del ciclo, cuando ocurre un pico
estrogénico que produce estimulación de la liberación de un pico de LH que a su
vez causa la ovulación. Es uno de los pocos ejemplos de retroalimentación
positiva.

Ciclo menstrual y ejercicio

Un manejo inadecuado de las cargas, puede provocar irregularidades en la


menstruación y una pobre evolución de los resultados deportivos.

En un ciclo de 28 días las cargas se distribuirán como muestra la figura 3.

Las cargas más altas del entrenamiento corresponderán a los periodos pre y post
- ovulatorio , siendo el primero el de mayor capacidad de absorción de carga.

La semana premenstrual es la más pobre en cuanto a asimilación de carga se


refiere. Esto se debe a la presencia de una alta concentración de progesterona.
Esta hormona es catabólica y perjudica notoriamente al entrenamiento.
Las mujeres toleran mucho menos la intensidad que los hombres, esto se debe
fundamentalmente a que poseen una menor cantidad de testosterona, lo que les
dificulta la formación de masa muscular. Sin embargo están capacitadas para
realizar volúmenes de trabajo algo superiores.

Algunos profesionales aconsejan a sus deportistas realizarse exámenes de orina


diarios durante 56 días. El objeto es poder graficar la evolución de las cantidades
de hormona a lo largo de la actividad de los dos ovarios.

Se determinará específicamente las concentraciones más altas de progesterona,


para poder bajar la carga en esas circunstancias.

Figura 3. Extraído de Anselmi, H. Fuerza y potencia muscular. Capítulo 2.

ANDROGENOS

Las acciones de los andrógenos son intervenir en la diferenciación sexual


prenatal, en el desarrollo de los caracteres sexuales en la pubertad y su posterior
mantenimiento y en la espermatogenesis (generación de espermatozoides).
Además, ejercen acciones anabólicas: el rápido crecimiento del sistema muscular-
esquelético y visceral que se observa en la pubertad. Colaboran con la hormona
de crecimiento (GH) para el pico estatural (peak high velocity o “PHV”) que se
observa en la pubertad, y finalmente son los determinantes del cierre de dicho
cartílago (se transforma completamente en hueso), por lo que se deja de crecer.

Figura 4. Valores de la testosterona sérica en hombres y mujeres según la edad.


Círculos negros: varones; círculos blanco: mujeres.

En el hombre adulto la producción diaria de testosterona es de alrededor de 6-8mg


por día, en tanto que en las mujeres es de 0,15 a 0,5mg. Los valores plasmáticos
para el hombre son del orden de 0,3 mg/ 100ml mientras que para la mujer son 10
veces menores (Roig, J).

Función de la Testosterona

Diversas son las funciones que se le reconocen actualmente a la testosterona,


destacándose entre ellas:

a) Incremento de las proteínas sarcoplasmáticas

b) Inhibición del cortisol en el tejido muscular


c) Incrementos de los niveles de ATP muscular

d) Reducción de los tiempos de recuperación y supercompensación post-


esfuerzo

e) Aumento de la volemia hasta un 15%

f) Incremento de la retención de glucógeno intramuscular

g) Mejora de la transmisión de impulsos nerviosos a nivel de la placa motora

h) Estimulación de la eritropoyesis

Respuesta de la testosterona sérica

7,5
7
6,5
6
ug/l

5,5
5
4,5
4
1 2
Muestra 1 (basal) y 2 (esfuerzo)

Figura 5. Respuesta aguda de la “testosterona” en esfuerzo fosfagenolítico en dos


jugadores de básquet. Estímulo: 10 x 6 seg. x 3 min. de pausa. Viedma 2009.

También se ha evidenciado una correlación positiva entre la concentración de


testosterona y el counter movement jump (CMJ). Las explicaciones que se hallan
a esta asociación entre la hormona masculina y la velocidad y fuerza explosiva
estaría fundamentada no en la cantidad de fuerza capaz de generarse sino en
aspectos asociados a su facultad neuromoduladora a nivel de las vías motoras
volitivas, la acción de potenciación de la acetilcolina a nivel de la placa motora, y la
fenotipización de fibras rápidas (Bosco, 2000). Se agrega a esto además el control
que ejerce sobre la cinética del calcio a nivel de las cisternas del retículo
sarcoplásmico.

Jugador de tenis en evaluación de salto con contramovimiento durante la fase


excéntrica-isométrica (CMJ: countermovement jump).
Sistema Neuroendocrino, Entrenamiento
de la Fuerza y Performance
Entrenamiento de Fuerza Liberació
Liberación Hormonas

Transporte

Receptores (“
(“Target”
Target”)
Kraemer,
Kraemer, W.,
Kraemer, W.,1992
1992
Efectos celulares

Adaptaciones
Fuerza y Incremento celulares
Performance capacidad W

Sistema neuroendócrino, entrenamiento de la fuerza y performance. Diapositiva

extraída de la disertación presentada en las “II Jornadas de actualización en

ciencias del ejercicio en Viedma 2005”, Mazza J.C.

Por otro lado, un típico efecto del sobreentrenamiento es un bajo nivel de


testosterona en sangre (Viru, 2001), acompañado, según algunos autores por un
aumento de los niveles de cortisol o, lo que es lo mismo, una baja relación
testosterona/ cortisol. (Viru, 2001).

ANDRÓGENOS

Las acciones de los estrógenos son intervenir en el desarrollo de los caracteres


sexuales en la pubertad y su posterior mantenimiento y en los cambios fisiológicos
relacionados con el embarazo. La determinación sexual prenatal no se produce
por los estrógenos, sino por la ausencia de andrógenos, cuando estos faltan, el
sistema genitourinario se desarrolla como femenino. Además, ejercen acciones
anabólicas, similares a las de los andrógenos, pero menos intensas. Al igual que
las hormonas masculinas, las femeninas colaboran con la hormona de crecimiento
para el pico estatural que se observa en la pubertad, y finalmente son los
determinantes del cierre de dicho cartílago (se transforma completamente en
hueso), por lo que se deja crecer. La progesterona sobre todo actúa preparando el
organismo para el embarazo, y es una de las principales hormonas involucradas
en el sostén del mismo.

Las gonadotrofinas tienen diferentes acciones en los hombres y las mujeres. En


los primeros la FSH intervienen en la espermatogenesis y la LH estimula a las
células del testículo a producir andrógenos. En las mujeres, la FSH estimula el
desarrollo del folículo hasta el momento de la ovulación y regula la producción de
estrógenos por el mismo, y la LH determinan la ovulación y la posterior producción
de progesterona por el cuerpo luteo (ver antes)

El ejercicio tiende a aumentar las hormonas sexuales (estradiol, progesterona y


testosterona), en forma aguda y breve –ver figura 5-.

Algunas evidencias científicas refieren una curva de secreción para la testosterona


en la cual el pico máximo en sangre se observa alrededor de los 45 minutos de
comenzado el esfuerzo, mostrando a partir de aquí un descenso progresivo de su
concentración que alcanza su valor menor alrededor de los 90 minutos.

Si una mujer entrena excesivamente, se producen cambios hipotalámicos que


conducen a reducción de las gonadotrofinas y de las hormonas sexuales. Es por
eso que en las atletas de alto rendimiento suelen tener alteraciones menstruales.

El uso no ético, mejor dicho el abuso, de hormonas sexuales en el deporte es


común. Los andrógenos en altas dosis aumentan la masa y la fuerza muscular,
por lo que son utilizados en ciertos deportes, como fisicoculturismo y
levantamiento de pesas; los efectos negativos a estas dosis incluyen aparición de
mamas e impotencia en el hombre, virilización en la mujer, y daño hepático y
retención de líquidos en ambos.
5. Eje hipotálamo-hipofiso-adrenal.

Las glándulas suprarrenales o adrenales son dos, y encuentran apoyadas sobre el


polo superior del riñón. Se dividen en corteza y medula suprarrenal. La médula
fabrica catecolaminas (adrenalina, noradrenalina) y la corteza, mineralocorticoides,
glucocorticoides y andrógenos adrenales (que son más débiles que los
testiculares). La médula se considera parte del sistema nervioso simpático.
La producción de glucocorticoides esta regulada por un eje, el hipotálamo-
hipofiso-adrenal.
El ejercicio, el dolor y la ansiedad, entre otros, son factores que, actuando sobre el
hipotálamo, estimula este eje, ya que los glucocorticoides son hormonas
necesarias para responder al “stress”. Sus acciones son:
a) Aumentan la gluconeogénesis: (producción hepática de glucosa a partir de
aminoácidos), y por lo tanto el aporte de glucosa –fuente de energía- de los
tejidos.
b) Aumentan la lipólisis, para proveer también ácidos grasos, fuente de energía.
Este es un afecto directo, pero también poseen un efecto lipogénico indirecto, en
algunas partes del cuerpo (cara, abdomen, dorso) ; esta acción se debe a que
estimulan la liberación de insulina, como consecuencia de su acción
hipoglucemiante, y la insulina es lipogénica.
c) Aumenta el catabolismo proteico. Es una acción que a la larga es
contraproducente, pero durante el stress agudo tiene por objeto aportar los
aminoácidos necesarios para la gluconeogénesis. (ver a)
d) Papel permisivo de la acción de las catecolaminas (de sus efectos estimulantes
cardiacos, del sistema nervioso central y de la glucogenolisis).
Además, cuando los corticoides se usan como fármacos, en dosis altas y por
tiempos prolongados, manifiesta otros efectos:
a) Antiinflamatorio e inmunosupresor
b) Retención de agua y sodio (los que tienen acción mineralocorticoidea, ver
luego)
c) Atrofia del musculo esquelético y de la piel.
e) Osteoporosis.
Como se dijo, el eje hipotálamo-hipofiso-adrenal es estimulado en respuesta al
ejercicio.
Representa un mecanismo adaptativo, ya que contribuyen a proveer el
“combustible” necesario para realizarlo.
El exceso de corticoides, sea producido por ciertas enfermedades o dado como
medicación, se conoce como síndrome de Cushing. Altera la capacidad para el
ejercicio, fundamentalmente por la atrofia muscular que lo caracteriza. En
pacientes que deben recibir altas dosis de corticoides, la realización de ejercicios
ayuda a prevenir la miopatía, y la de ejercicios de carga, la osteoporosis.
La producción de mineralocorticoides está regulada por un sistema llamado
“renina-angiotensina-aldosterona”. La renina es una sustancia liberada por el riñón
cuando disminuye la presión, el volumen sanguíneo circulante o el sodio en la
sangre. Activa a la angiotensina, la que a su vez estimula la producción adrenal de
mineralocorticoides, siendo el principal la aldosterona. Las acciones de la
aldosterona se ejercen en el riñón, aumentando la reabsorción de sodio, y por
ende de agua; simultáneamente favorece la pérdida de potasio e hidrogeniones
por orina.

SISTEMA SIMPÁTICO-SUPRARRENAL

Este forma parte del sistema nervioso autónomo (SNA), teniendo los centros
simpáticos localizados en hipotálamo, los que controlan las estructuras nerviosas
simpáticas inferiores. Estas organizaciones, a su vez, envían impulsos nerviosos
hacia diferentes órganos, entre ellos la médula adrenal, glándula que es
alcanzada, a los fines, por el nervio esplácnico. La respuesta a tal estimulación es
la liberación de adrenalina (80% del total de secreción medular) y noradrenalina
(20% restante) desde el retículo endoplásmico de las células cromafines. La
secreción y liberación a sangre es rápida, de manera que sus concentraciones
hemáticas aumentan velozmente al comenzar el esfuerzo.
CATECOLAMINAS

Forman parte de este grupo las sustancias producidas por glándulas endocrinas o
neuronas, representadas principalmente por la adrenalina (epinefrina),
noradrenalina (norepinefrina) y la dopamina.
Tanto la epinefrina como la norepinefrina tienen numerosos efectos, presentando
incluso, en ciertos tejidos, receptores diferentes que desencadenan respuestas
distintas y hasta opuestas; pero en líneas generales sus funciones se centran en
provocar una rápida acción del organismo ante diversas situaciones de
emergencia. Para ello incrementan los niveles de glucosa y ácidos grasos libres
en sangre, estimulan el sistema cardiovascular (aumentan la presión arterial y
aceleran la frecuencia cardíaca) y la contracción o relajación del músculo liso
bronquial, gastrointestinal y genitourinario.
También son potentes estimuladoras de la lipólisis y beta oxidación e incrementan
la trigliceridemia (aumento de los triglicéridos en sangre) sin metabolización
posterior de los mismos.
Diversos autores explican el aumento en la secreción de adrenalina,
principalmente, como la manifestación de una mayor capacidad de respuesta de la
médula adrenal al ejercicio en los sujetos entrenados. Esto, según algunos
investigadores (Parizková y Kvetnasky, 1980), es la consecuencia de una
hipertrofia funcional de la medula adrenal por entrenamiento, algo que fue
evidenciado en quienes entrenaban en carreras de velocidad tipo sprint. Otros
investigadores (Viru A, Viru M., 2001) relatan que en entrenamientos aeróbicos
prolongados la hipertrofia también se daba a nivel de corteza y médula.

6. Hormona antidiurética:
Es producida en ciertos núcleos del hipotálamo y almacenada en la neurohipófisis.
Acción: estimula la reabsorción renal de agua libre (a diferencia de la aldosterona,
que retiene sodio y agua). Por eso se llama “antidiurética”. Es por esta acción que
los principales estímulos para su secreción son la pérdida de agua corporal
(deshidratación), la hipotensión arterial y la tensión emocional.
El ejercicio estimula la liberación de hormona antidiurética, para retener agua que
reponga la perdida como transpiración.
Existen situaciones donde falta esta hormona, que se conocen como diabetes
insípida. Se caracteriza por orinar entre 16 y 18 litros al día, lo que obviamente
perjudica la capacidad de realizar actividad física. Las situaciones que favorecen
la pérdida no renal de agua, como el ejercicio, son peligrosas en estos pacientes,
ya que acentúan el riesgo de deshidratación.

7. Hormonas que regulan el metabolismo del calcio.


El calcio es importante porque interviene en la conducción nerviosa y cardiaca, la
coagulación y la contracción muscular, forma parte de los huesos y dientes e
interviene en proceso de secreción de hormonas y neurotransmisores. Es
regulado en forma conjunta, pero no paralela, con el fósforo, por 3 hormonas, a
través de 3 organos.los órganos son el hueso (que almacena calcio), el riñón (que
elimina calcio) y el intestino (que absorbe el calcio de los alimentos).
Las hormonas son:
a) Parathormona: secretada por las glándulas paratiroideas, que están en los
bordes posteriores de la tiroides. Aumenta el calcio en sangre, para evitar los
trastornos que trae su carencia (dificultad en la conducción nerviosa, debilidad
muscular, etc.). Lo hace extrayéndolo del hueso (pues estimula su resorción),
evitando su eliminación renal y aumentando su absorción intestinal (a través de la
activación de la vitamina D). El principal estímulo para que se libere parathormona
es la disminución del calcio en sangre.
Con respecto al fósforo, lo extrae del hueso junto con el calcio, pero luego
aumenta, en lugar de reducir, su eliminación renal.
b) Calcitonina: es producido por las células parafoliculares, que se encuentran
dentro de la tiroides. Es hipocalcemiante, por lo que se comprende que el estímulo
para su secreción sea el aumento del calcio en sangre. Para reducir el calcio
sérico, aumenta su depósito en el hueso (inhibe la resorción ósea) y aumenta su
eliminación renal.
c) Calcitriol y vitamina D activada: aumenta la absorción intestinal de calcio y
fósforo; por lo tanto, la reducción de cualquiera de ellos en la sangre estimula su
activación. La vitamina D ingerida con los alimentos o producida en la piel por
efecto del sol; necesita para ser activa sufrir dos transformaciones
(hidroxilaciones), en el hígado y en el riñón, siendo ésta la más importante.
Durante el ejercicio no ocurren grandes modificaciones a nivel de las hormonas
que regulan el calcio. La actividad física de carga es muy importante para evitar la
descalcificación ósea, pero por un efecto mecánico, ya que el hueso se vuelve
“más fuerte” para adaptarse a la carga que debe soportar.
Por otro lado, las patologías que aumentan o reducen el calcio de la sangre
perturban la performance física, por sus consecuencias sobre la función cardiaca,
nerviosa y muscular.

8. Insulina y glucagón
Páncreas como glándula endocrina
El páncreas es un órgano con diversas funciones, entre las que se destacan las
metabólicas, digestivas y las endocrinas. Esta última actividad la ejerce a partir de
la producción de hormonas que tienen un especial protagonismo en el
metabolismo de los nutrientes. Ellas son la insulina y el glucagón.
La producción de estas es llevada a cabo en los denominados Islotes de
Langerhans, los que presentan dos tipos de células: las células alfa, productoras
de glucagón y las beta que originan insulina. Ambas son proteínas e intervienen
en la regulación del contenido de glucosa en sangre (glucemia).
La liberación de insulina es estimulada fundamentalmente por la glucosa, ya que
es la hormona hipoglucemiante por excelencia. Otros estímulos son ciertos
aminoácidos de la dieta y hormonas producidas en el tracto gastrointestinal (VIP,
GIP, CCK) por efectos de los alimentos. El hecho de que la insulina se secreta
luego de la ingesta sirve para reducir la glucosa en sangre, que ha aumentado
luego de ser absorbida de los alimentos, y para almacenarla, así como a los otros
nutrientes. También está bajo el control del sistema nervioso autónomo; el
parasimpático estimula la liberación de insulina y el simpático tiene una acción
mixta, pero predomina la inhibitoria.
Si la insulina redujo la glucemia por debajo de lo normal se libera otras sustancias
“contrarregulatorias”, que tienen por objeto restaurar los niveles séricos de
glucemia. Las más importantes son las catecolaminas (estimula la glucogenolisis)
y el glucagon (estimula la gluconeogénesis). También, pero en forma más tardía,
actúan los glucocorticoides y la hormona de crecimiento.

Las acciones de la insulina son:


a) hipoglucemiantes: a través de:
*favorecer la entrada de glucosa a la células “insulino-dependientes” (la mayoría
de las células, excepto el hígado y SNC).
*Aumenta la glucólisis hepática
*aumenta la glucogenogénesis hepática
* inhibir la gluconeogénesis.
b) Lipogénica: favorece la síntesis de triglicéridos al proporcionar ácidos grasos y
glicerol.
c) Antilipolítica: inhibe la lipólisis del tejido graso.
d) Anabólica proteica: favorece la producción de proteínas.
e) Estimula la proliferación de algunas células.
f) Favorece la entrada de potasio a las células.

Durante el ejercicio se reduce los niveles de insulina, como consecuencia de la


activación del sistema adrenérgico (simpático). Es un mecanismo adaptativo, ya
que permite que ocurra lipólisis (y los ácidos grasos resultantes sirven de
combustible) y se reduce la entrada de insulina a ciertos tejidos, a la vez que
persiste el ingreso a otros, muy activos durante el ejercicio –el músculo durante
el ejercicio se vuelve insulino-independiente-.

La entrada de glucosa a las células está facilitada por una familia de proteínas
llamadas GLUT (Transportadores de glucosa) de los que se han reconocido 13
(Rogers S, y cols., 2002) los cuales son identificados por un número (GLUT1,
GLUT2, etc)
Las células musculares y adiposas tienen transportadores denominados GLUT4
que están localizados en el citoplasma, los que son desplazados hacia la
membrana celular cuando la insulina es secretada por el páncreas y estimula su
receptor. Este transportador permite aumentar hasta 100 veces, por difusión
facilitada, el flujo basal de glucosa. Los GLUT4 están almacenados en vesículas
citoplasmáticas en ausencia de insulina, movilizándose e insertándose en la
membrana celular cuando la insulinemia (insulina en sangre) aumenta. Otro
mecanismo que favorece el movimiento de los GLUT4 y la traslocación de la
glucosa al interior muscular es el ejercicio (situación en la cual los valores de
insulina descienden sensiblemente). Bajo estas condiciones, los GLUT4 son
estimulados por la contracción muscular prescindiendo de la insulina y se
mantienen activos hasta 16hs luego de terminado el esfuerzo. Los beneficios de la
prolongada sensibilización de estos “carriers” es un punto relevante desde el
análisis de la recuperación de sustratos post esfuerzo así como de la
suplementación para el aumento de la síntesis proteica.

En situaciones patológicas, el exceso de producción de insulina por un tumor es


raro de ver, y se manifiesta como hipoglucemias (mareos, transpiración,
taquicardia, desmayos), especialmente cuando el paciente realiza actividad física
o permanece varias horas en ayunas.
La deficiencia de insulina (en términos absolutos o en su acción), que ocurre en la
diabetes, se caracteriza por hiperglucemia (aumento de la glucosa en sangre). La
actividad física es fundamental para el tratamiento de la diabetes: ayuda a
controlar la glucosa (reduciéndola en la sangre al utilizarla) y previene las
complicaciones cardiovasculares. Como mencionamos anteriormente, el músculo
durante el ejercicio se vuelve insulino-independiente.

Glucagón:
Efectos del glucagón sobre el metabolismo de los hidratos de carbono:
En casi todos sus aspectos, las acciones del glucagón son opuestas a la de la
insulina.
• Favorece la movilización de la glucosa
• Ejerce un efecto glucogenolítico inmediato e intenso a través de la
activación de la glucógeno-fosforilasa hepática.
• Impide la síntesis “de novo” de glucógeno a partir de moléculas
fosforiladas de glucosa, al inhibir la glucogenosintetasa.
• Estimula la gluconeogénesis al aumentar la tasa de captación de
aminoácidos por los hepatocitos.
.
Otras acciones del Glucagón:

• Activación de la lipasa del adipocito, de este modo se eleva la


cantidad de ácidos grasos en sangre.
• Inhibe del almacenamiento de triglicéridos en el hígado
• Aumenta la fuerza de contracción del corazón
• Favorece la secreción biliar
• Inhibe la secreción gástrica

Por último, su salida a sangre depende del tipo de esfuerzo y de la intensidad del
mismo, resaltándose que la duración del ejercicio puede ser más importante que la
intensidad (Roig, J).

FUENTES:

- Anselmi, H. Manual de entrenamiento de la fuerza y la potencia. Edición


2003
- Bosco C. Relation-ship between field fitness test and basal serum
testosterone and cortisol level in soccer players. Clinical Physiology 46: 93-
8. 1996b
- Ferretti, José L. Hormonas y Ejercicio. PubliCE Standard. 17/02/2003. Pid:
126. http://www.sobreentrenamiento.com/Publice/Articulo.asp?ida=126
- Parizková y Kvetnasky, Catecholamine metabolism and compositional
growth in exercised and hypokinetic male rats. In Catecholamines and
stress: Recent advances, ed Usdin, E., R. Kvetnasky , and I. J. Kopin, 355-
358. New York: Elsevier/North Holland, 1980.
- Rogers S, et al., Identification of a novel glucose transporter-like protein-
GLUT-12. Am J Physiol 2002; 282: E 733-738
- Roig, Jorge. REGULACIÓN HORMONAL DURANTE EL EJERCICIO. EN:
http://www.jorgevidalroig.com/ Publicaciones de interés científico.
- Viru A; Viru M.. Biochemical monitoring of sport training. Ed. Human
Kinetics Publishers, Inc. 2001
- Viru A, Viru M. Análisis y control del rendimiento deportivo. Capítulo 5 y 9.
Paidotribo, 2001.

Videos:
http://www.youtube.com/watch?v=Dxyq8GAWbpo&feature=related
ANEXO DIAPOSITIVAS:
Somatomedina
(Insuline-Like Growth Factor - IGF)

Kraemer,
Kraemer, William,
Kraemer, William, 1992
William, 1992

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