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Ponencia
I Jornada Nacional de Derechos Fundamentales
Introducción
Entre las preguntas que plantea esta Mesa Temática, la presente intervención se va a
enfocar en aquella referida a ¿cuál es el aporte del derecho constitucional
presupuestario y de la jurisdicción constitucional en relación con la eficacia de los
derechos sociales en contextos de escasez de recursos, crisis económica y
pobreza?
Voy a intentar dar respuesta a dicha pregunta, listando algunos de los aportes que se
pueden identificar sobre el particular, con el objetivo de motivar una reflexión sobre la
importancia de la constitucionalización del derecho presupuestario y de la jurisdicción
constitucional para garantizar los derechos sociales, frente a la potestad presupuestaria
del Estado en contextos de crisis económica, escasez de recursos y pobreza.
Esta reflexión resulta especialmente relevante en una coyuntura en la que las crisis
económicas y financieras de alcance global, con consecuencias devastadoras sobre los
derechos fundamentales, entre éstos, los derechos sociales, tanto en Europa como en
América, han esforzado la intervención de la jurisdicción constitucional y el desarrollo de
argumentos desde el Derecho, para brindar una garantía efectiva a los titulares de tales
derechos, así como para asegurar la vinculación de la potestad presupuestaria de los
Estados a los contenidos de la Constitución.
Ello resulta más importante, si tomamos en cuenta que -como dice la presentación
motivadora de esta Mesa Temática, “los progresos en la reducción de la pobreza
monetaria en nuestro país no pueden restar importancia al hecho de que el desarrollo
económico y social no se mide únicamente a través del incremento de ingresos
monetarios de las personas, sino también a través del disfrute y efectividad de los
derechos fundamentales”, y que como señala el informe de OXFAM sobre Pobreza y
Desigualdad en el Perú: “estamos aún lejos de alcanzar el pleno disfrute de derechos
esenciales en salud, educación, seguridad ciudadana, trabajo digno, entre otros, que
definen el bienestar humano” (Oxfam 2014).
Así, entre los aportes del derecho constitucional presupuestario y de la jurisdicción
constitucional en relación con la eficacia de los derechos sociales en contextos de
escasez de recursos, crisis económica y pobreza, nos interesa destacar los siguientes:
1
Así, por ejemplo, el artículo 31° inciso 2, establecía que: “La compensación económica se paga
mensualmente e incluye la Valorización Principal y la Ajustada, y la Priorizada, de corresponder.
El pago mensual corresponde a un catorceavo (1/14) de la compensación económica. Las
vacaciones y los aguinaldos son equivalentes al pago mensual. Esta disposición no admite
excepciones ni interpretaciones, ni es materia de negociación” (destacado en negrita nuestra).
El artículo 43° de la citada ley, sobre negociación colectiva, considera como peticiones relativas a
condiciones de trabajo o empleo que se formulan en el marco del proceso de negociación
colectiva, “los permisos, licencias, capacitación, uniformes, ambiente de trabajo y, en general,
todas aquellas que faciliten la actividad del servidor civil para el cumplimiento de sus funciones”.
De forma expresa, establece que la contrapropuesta o propuestas de la entidad relativas a
compensaciones económicas son nulas de pleno derecho (artículo 44°) y que “Los servidores
civiles tienen derecho a solicitar la mejora de sus compensaciones no económicas, incluyendo el
cambio de condiciones de trabajo o condiciones de empleo, de acuerdo con las posibilidades
presupuestarias y de infraestructura de la entidad y la naturaleza de las funciones que en ella se
cumplen (artículo 42°).
2
Argumentos de contestación de la demanda en el proceso de inconstitucionalidad signado con
EXP 00018-2013-PI/TC, y recogidos por la STC EXP.00018-2013-PI/TC, fundamento jurídico 54.
pleno y progresivo de toda persona a la seguridad social en salud, así como normar el
acceso y las funciones de regulación, financiamiento, prestación y supervisión del
aseguramiento”.
Una parte de los cuestionamientos formulados contra esta ley fue la definición de tres
formas de aseguramiento diferenciadas en función de la capacidad económica de los
asegurados: el seguro contributivo, el seguro semicontributivo y el seguro subsidiado. A
cada modalidad de aseguramiento le correspondía una cobertura de diferente alcance,
siendo que al régimen contributivo le correspondía una cobertura completa, mientras que
las modalidades semicontributiva y subsidiada tenían cobertura básica y sólo respecto de
las enfermedades contempladas en el “Plan Esencial de Aseguramiento en Salud-PEAS”3.
Estos son sólo dos supuestos ilustrativos de una cultura jurídico-institucional tradicional,
que ha venido entendiendo que la razón presupuestaria puede ser suficiente y definitiva
para restringir derechos sociales, en nuestro país.
Por otra parte, también reconoce el principio de equilibrio presupuestal, cuando el artículo
78° de la misma Carta establece que “El Presidente de la República envía al Congreso el
proyecto de Ley de Presupuesto (…) El proyecto presupuestal debe estar
efectivamente equilibrado”.
Este juez es un juez activo que no se restringe a una intervención formalista e insuficiente
respecto de las exigencias de protección de los derechos que impone el Estado
constitucional, pero tampoco desvirtúa la naturaleza de las competencias que le encarga
la Constitución ni desnaturaliza el principio de separación de poderes, apelando a
interpretaciones basadas exclusivamente en principios y consideraciones morales,
desconociendo las reglas establecidas o la dimensión autoritativa del Derecho (Atienza
2015. 22-23).
Este papel del juez constitucional se justifica también en el ámbito actuación del legislador
y de la administración cuando sus decisiones sobre presupuesto público impactan sobre
los derechos fundamentales y los derechos sociales. Su función de control se extiende al
control del ejercicio del poder presupuestario, para garantizar los contenidos de la
Constitución relativos a la equidad y justicia del gasto público, indispensables para la
realización de los derechos sociales.
Los límites del activismo no pueden definirse del mismo modo en todas las realidades. En
países en las que la institucionalidad es más fuerte, la intervención de la jurisdicción
constitucional no será exigida en la misma intensidad que en realidades con una
institucionalidad débil en las que la protección de derechos fundamentales y de los
derechos sociales dependerá, en mayor medida, de la actuación de los jueces
constitucionales. Una garantía para evitar la arbitrariedad al respecto, serán las
exigencias de la argumentación, y en ese sentido, el juez del Estado constitucional será
un juez argumentativo, “que se toma en serio la obligación de fundamentar sus decisiones
y, por ello, acepta también la existencia de ciertos límites: los que marcan la diferencia
entre lo que es y lo que no es argumentable en el Derecho” (Atienza 2015: 22-23).
Los contenidos de los pactos y convenciones sobre derechos humanos así como la
interpretación que sobre sus disposiciones realizan los órganos encargados de su
cumplimiento, contribuirán con la labor del juez constitucional en su búsqueda de razones
que le permitan derrotar el argumento invocado apriorísticamente de la escasez
presupuestaria.
Ambos instrumentos internacionales establecen como una obligación de los Estados para
lograr la plena efectividad de los derechos, el “adoptar medidas”, haciendo referencia
especial a aquellas medidas económicas entre las que se encuentran las medidas de
carácter presupuestario. Por lo tanto, la obligación supone una actuación positiva
inmediata, que no se encuentra condicionada a ninguna otra consideración.
“(…) aunque se demuestre que los recursos disponibles son insuficientes, sigue en pie la
obligación de que el Estado Parte se empeñe en asegurar el disfrute más amplio posible de los
derechos pertinentes dadas las circunstancias reinantes. Más aún, de ninguna manera se
eliminan, como resultado de las limitaciones de recursos, las obligaciones de vigilar la medida
de la realización, o más especialmente de la no realización, de los derechos económicos,
sociales y culturales y de elaborar estrategias y programas para su promoción. El Comité ya ha
tratado de estas cuestiones en su Observación general 1 (1989). De manera análoga, el
Comité subraya el hecho de que, aun en tiempos de limitaciones graves de recursos, causadas
sea por el proceso de ajuste, de recesión económica o por otros factores, se puede y se debe
en realidad proteger a los miembros vulnerables de la sociedad mediante la adopción de
programas de relativo bajo costo”.
Contenido mínimo de los derechos que todos los Estados deben satisfacer.
Tanto el PIDCP así como el PIDESC contemplan una disposición de la que puede
desprenderse la prohibición de los Estados de afectar el contenido mínimo de los
derechos o su deber de garantizar por lo menos el contenido mínimo de los derechos
humanos. Dicha disposición corresponde al artículo 5º de ambos instrumentos, que
establece que:
Ninguna disposición del presente Pacto podrá ser interpretada en el sentido de reconocer
derecho alguno a un Estado, grupo o individuo para emprender actividades o realizar actos
encaminados a la destrucción de cualquiera de los derechos o libertades reconocidos en el
Pacto, o a su limitación en medida mayor que la prevista en él.
Los Estados Partes sólo podrán establecer restricciones y limitaciones al goce y ejercicio
de los derechos establecidos en el presente Protocolo mediante leyes promulgadas con el
objeto de preservar el bienestar general dentro de una sociedad democrática, en la medida
que no contradigan el propósito y razón de los mismos.
Tal como indica SIGAL (2016), la obligación de cumplir las obligaciones básicas que
garanticen el contenido mínimo de los derechos tiene vinculación directa con los
presupuestos públicos (p. 11). En tal sentido, la razón presupuestaria no puede
convertirse en una justificación para incumplir la obligación de garantizar el contenido
esencial o mínimo del derecho humano o fundamental.
5
STC EXP. 0033-2010-PI/TC; fundamento jurídico 33.
6
STC EXP. 0033-2010-PI/TC; fundamento jurídico 29.
7
STC EXP. 0033-2010-PI/TC; fundamento jurídico 46.
veces la ineficacia de los derechos sociales no tiene como causa la falta de recursos en el
Estado sino principalmente las deficiencias en la gestión de los mismos.
Esta obligación prohíbe al legislador y al titular del poder reglamentario toda regulación
que derogue o reduzca el nivel de los derechos sociales de los que goza la población
(Abramovich y Courtis 2001: 195), y supone a la vez una exigencia de mejoramiento en la
asignación y gestión presupuestal que asegure la consecución de resultados y objetivos
vinculados al bienestar y eficacia de los derechos de la población.
En este análisis resulta indispensable considerar la obligación del Estado de “orientar sus
políticas públicas a la mejora de la gestión de la calidad de la gestión pública y del gasto
en los servicios sociales” (Baldo y Ochoa 2010: p. 233).
No obstante “el principio de regresividad no es per se vulneratorio de los derechos
sociales, sino que su conformidad con los estándares constitucionales e internacionales
se determinará en función de la finalidad de una medida que genera regresión en la tutela
de los derechos, o por otro lado, de la razonabilidad y proporcionalidad que determine el
órgano que aplica o valora la medida regresiva” (Landa y Zúñiga 2015: 7).
Ambos principios se suelen contraponer a las exigencias sociales que implican gasto
público o disponibilidad financiera. El Tribunal Constitucional ha definido que por el
primero, la Constitución establece una reserva de ley para la aprobación del presupuesto,
y en tal sentido, sólo mediante un dispositivo de rango legal se puede aprobar o autorizar
la captación de los ingresos fiscales y efectuar los gastos de la misma naturaleza. Por
consiguiente, sin la previa existencia de una Ley de Presupuesto, es jurídicamente
imposible proceder a la ejecución presupuestal y es inadmisible la ejecución de gastos.
Por el segundo, de los principios referidos, se establece que la Ley de Presupuesto “debe
contener todos los ingresos y gastos del Estado debidamente balanceados, a efectos de
evitar que el déficit fiscal genere un proceso perturbador de la normal marcha económica
del país (…) lo que entre otras cosas implica que, para efectos de evitar dicho
desbalance, ninguna otra norma puede habilitar la ejecución de un nuevo gasto”12.
11
STC. EXP. Nº 0033-2010-PI/TC (Ley Aseguramiento Universal), fundamento jurídico 29.
12
STC.EXP. N° 0004-2004-CC (casos Presupuesto del Poder Judicial), fundamento jurídico 9;
STC.EXP. N° 0007-2012-PI/TC, fundamento jurídico. 32 (caso FONAVI).
13
STC. EXP. 0025-2013-Pirre; 0003-2014-PI/TC, 0008-2014-PUTC, 0017-2014-P1/1C,
fundamentos jurídicos 162-164.
Así, por ejemplo, en 2014, el Tribunal Constitucional de Portugal declaró inconstitucional
los recortes salariales aprobados por el Parlamento portugués, que variaban entre el 2.5%
a 12% aplicables a los trabajadores del sector público con salarios superiores a €675
(Decisión 413/2014), aplicando el principio de equidad, en relación con las cargas
derivadas de la política de austeridad en el sector público.
Finalmente, resulta útil al propósito de esta ponencia, considerar la carta que dirige el
Comité de Derechos Económicos Sociales y Culturales, dirigida a los Estados miembros
del Pacto de Derechos Económicos, Sociales y Culturales de las Naciones Unidas, en
relación con la protección de tales derechos en el contexto de las crisis económicas y
financieras. En dicha comunicación el Comité recuerda los criterios que deben tener en
cuenta los Estados partes en la aplicación de las políticas de austeridad, a las que
eventualmente acudan los Estados. Indica que las medidas comprendidas en tales
políticas deberán ajustarse a los criterios de temporalidad en relación al periodo de la
crisis, necesidad y proporcionalidad, no discriminación y orientación a superar situaciones
de inequidad que pueden agudizarse en contextos de crisis, y respeto del contenido
mínimo de los derechos afectados. Es importante resaltar que entre las orientaciones
alcanzadas se recuerda a los Estados aquella relativa a las obligaciones de respetar los
derechos contenidos en el Pacto Internacional de DESC en el ámbito de sus relaciones y
decisiones, con las entidades financieras internacionales, como el Banco Mundial, Fondo
Monetario Internacional, instituciones financieras regionales e instituciones regionales de
integración14.
Reflexiones Finales.
Por otra parte, la potestad presupuestaria, como objeto de control constitucional requerirá
no sólo de argumentos presupuestarios, sino también de técnicas e instrumentos de
análisis que todavía no se encuentran dominados por nuestros jueces, juezas y
defensores de derechos. Así, puede constatarse en la jurisprudencia constitucional
peruana una debilidad en el manejo e incorporación de indicadores específicos para
realizar este examen, dada la complejidad o alta especialización en materias no jurídicas
que puede requerir su dominio. Por ello, resulta fundamental adoptar acciones para
fortalecer capacidades de los jueces constitucionales en el uso de herramientas de
análisis presupuestario que contribuyan a medir el cumplimiento del principio de
progresividad y exigir con mayor eficacia su respeto.
Asimismo, podrían aprovecharse mejor los criterios aportados por el derecho internacional
de los derechos humanos para la exigibilidad del cumplimiento de obligaciones en
relación con los derechos sociales, como el respeto del contenido mínimo de los
derechos, el máximo de los recursos disponibles, no discriminación, así como el principio
progresividad, y no regresividad.
14
Carta de Ariranga G. Pillay, Presidente del Comité de Derechos Económicos Sociales y
Culturales a los Estados partes del Pacto Internacional de Derechos Económicos Sociales y
Culturales, del 16 de mayo de 2012.
BIBLIOGRAFÍA
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MAURINO, Gustavo. El máximo de los recursos disponibles como estándar para la realización
y la exigibilidad de desc (crónica de una imposibilidad). Clase 5 del curso “Análisis
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Derechos Humanos de la Universidad de Buenos Aires. Marzo-junio 2016.
Parlamento Europeo. El impacto de la crisis sobre los derechos fundamentales en los Estados
Miembros de la UE. Informe de País: España" Estudio publicado para la Comisión del
Parlamento Europeo LIBE - Libertades Civiles, Justicia y Asuntos de Interior, 2015.
Parlamento Europeo. El impacto de la crisis sobre los derechos fundamentales en los Estados
Miembros de la UE. Informe de País: Portugal" Estudio publicado para la Comisión del
Parlamento Europeo LIBE - Libertades Civiles, Justicia y Asuntos de Interior, 2015.