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de Ramón y Cajal
Virgili Ibarz Serrat
Universidad Ramon Llull
Barcelona, España
Santiago Ramón y Cajal expone que, para investigar la psicología de las hormigas, hay
que tener en cuenta los datos relativos a los tropismos, percepciones, memoria asociativa,
actos reflejos, instintos superiores, etcétera. Divide a las hormigas en dos grandes grupos:
hormigas poliópsicas, cuyos ojos poseen ochocientas o más facetas corneales, que ven
bien o regularmente; y hormigas oligópsicas, que ven poquísimo y cuyas facetas corneales
oscilan entre setenta y quinientas. Cajal concluye que las hormigas oligópsicas tienen una
gran pobreza sensorial. Excepto el tacto y el olfato, que alcanzan un gran desarrollo, los
demás sentidos aportan a las hormigas confusas y fragmentarias observaciones del mundo
exterior. En cambio, las hormigas poliópsicas son sensibles a los colores y se impresionan
especialmente con el color negro.
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para obtener cortes finos bien teñidos mermelada pintadas con eosina o azul
del aparato ocular. Las preparaciones de metileno. Ramón y Cajal dice que, en
del ojo de las hormigas Aphaenogaster, cuanto a los alimentos, el criterio supremo
Camponotus cruentatus, etcétera, mues- de la hormiga es el sabor. Lubbock y Forel
tran inmediatamente detrás de las creían que las hormigas oligópsicas eran
corneolas biconvexas una capa compacta sensibles a los rayos ultravioletas. Ramón
y continua de pigmento pardo-negro, y Cajal lo pone en duda. Reproduce los
que absorbe totalmente las radiaciones experimentos de Lubbock y Forel usando
espectrales. Por eso, resulta muy difícil un aparato con electrodos de magnesio y
comprender cómo una imagen coloreada de cubetas cubiertas por portaobjetos de
podría impresionar cualitativamente las cuarzo. Para él, las hormigas oligópsicas
células receptoras y producir, según debe Camponotus cruentatus, Aphaenogaster,
ocurrir en los insectos de visión lúcida Tapinoma, etcétera, evitan (no siempre)
(abejas, avispas, tábanos, mariposas, la acción de las radiaciones ultravioletas,
mosca azul, etcétera), fenómenos foto- pero no a causa de la percepción
químicos específicos generadores de cromática (efecto cualitativo de ondas
corrientes nerviosas. muy breves), sino por su acción irritante
Para Ramón y Cajal, es muy probable sobre el cuerpo de la hormiga y quizás
que las hormigas no disciernan los sobre los pelos táctiles.
colores. Todos sus experimentos lo
confirman. El espacio visual percibido Distinción de la luz y la sombra
por estos insectos se puede imaginar como Las hormigas oligópsicas (Tapinoma
un panorama nebuloso, donde destacan erraticum, Aphaenogaster barbara,
solamente algunos objetos próximos de Pheidole megacephala, etcétera) son in-
gran tamaño. Cita sus experimentos que capaces de distinguir cualitativamente
prueban que las hormigas oligópsicas las diversas longitudes de onda del espec-
carecen de la visión de los colores. Estos
tro, pero diferencian bastante bien la luz
insectos no revelan el menor signo de
de la sombra, con tal de que el contraste
sorpresa o extrañeza cuando, de regreso
sea bastante acentuado.
de sus excursiones, encuentran las
pistas o las aberturas del nido teñidas Ramón y Cajal expone uno de sus
intensamente con diversos colores de experimentos: si a una hormiga se le
anilina. Se advierte la misma indiferencia obliga a pasar por un largo túnel de cartón
cuando delante de las hormigas obreras en dispuesto en forma de bóveda, no vacila
marcha son proyectadas las radiaciones cuando el trayecto es corto; pero muchas
del prisma o la luz solar tamizada por se asustan y retroceden cuando el túnel
cristales coloreados. mide de 8 a 10 centímetros de longitud.
Tampoco distinguen un cristal puesto a 3
Incluso las hormigas poliópsicas,
o 4 milímetros del suelo sobre la ruta: casi
como la Lasius niger, no siente repulsión
todas las hormigas pasan por debajo hasta
en presencia de una gota de miel o de
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Las hormigas oligópsicas Aphaeno- nido a las gotas. Con sorpresa, advirtió
gaster, Camponotus cruentatus y Tapinoma que las tres gotas atrajeron por igual a
se comportan como si estuvieran totalmente las hormigas. Conforme suponía, las
ciegas y se guiaran exclusivamente por posadas al borde de la miel aumentaron
el tacto y el olfato. La acuidad visual es progresivamente. Engolosinadas por la
mucho mayor en las hormigas poliópsicas. primera libación, visitaron reiteradamente
La Myrmecocystus viaticus suele atisbar el cebo; mientras que las hormigas
los enrejados puestos verticalmente delante empeñadas en saborear la goma arábiga
del nido, a una distancia de 1 y hasta 2 y la cola antiséptica quedaban prendidas,
centímetros. Se puede ver a las obreras que sin poder repetir sus expediciones. A
regresan al nido rodear el obstáculo sin Ramón y Cajal le parece indudable
tocarlo, para incorporarse al hormiguero, y que lo que atrajo imperiosamente a la
a las atareadas con la labor de extracción comunidad de Lasius niger no fue el olor
de escombros evitar la empalizada, ni el color, sino el vivo reflejo luminoso de
marchando en otra dirección. las sustancias mucilaginosas, percibido
Las observaciones de Ramón y Cajal de 1 a 0,5 centímetros de distancia.
revelaron que las hormigas poliópsicas Otro ejemplo de la capacidad de
se impresionan especialmente del color distinguir objetos diminutos oscuros con
negro, con tal de que despida reflejos tal de que brillen mucho lo ofrecen las
brillantes. En tales circunstancias, la hormigas cazadoras, aunque pertenezcan
acuidad visual aumenta notablemente. al grupo de las oligópsicas:
Cita dos ejemplos:
Varias obreras de Aphaenogaster
Una comunidad de Lasius niger (varie- barbara fueron asfixiadas por el clo-
dad provista de ocelos y de ojos de finas roformo, tratadas subsiguientemente,
facetas) invadió nuestra casita de campo, primero con el alcohol y el éter, y des-
haciendo nido en las grietas del embal- pués por diversos agentes alcalinos,
dosado. A distancia de varios metros, a fin de eliminar en lo posible el olor
y no lejos de amplia pista recorrida por fórmico; finalmente, se desecaron al sol
obreras exploradoras, pusimos sobre un durante una semana. En tal estado de
cristal negro tres pequeñas gotas de ma- momificación, abandonáronse en las in-
terias mucilaginosas de brillantes reflejos mediaciones de nidos de Aphaenogaster
marginales: una de las gotas era de miel, testaceopilosa y de Myrmecocystus
otra de goma arábiga y, en fin, otra de viaticus. Incontinenti fueron atisbadas
cola de comercio. Todas tres mostraban por obreras exploradoras que, consi-
sensiblemente igual matiz amarillento, derándolas como excelente botín, las
casi imperceptible sobre fondo oscuro. condujeron a los silos subterráneos.
(Ramón y Cajal, 1921a, p. 565) (Ramón y Cajal, 1921a, p. 565)
A los pocos minutos, observó que Ramón y Cajal precisa que, si antes
algunas hormigas repararon en el botín, de ser emplazadas las Aphaenogaster
estableciéndose una pista desde el barbara en la vecindad de los hormi-
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que en las noches claras de verano. Ramón y Cajal siente un gran interés
Un experimento muy practicado por las sensaciones visuales, pero tam-
consistía en la obstrucción de los ojos bién analiza las impresiones olfativas y
de las hormigas mediante barnices táctiles de las hormigas. En 1915, había
opacos para la cauterización de las publicado “Contribución al conocimiento
corneolas. Ramón y Cajal reproduce este de los centros nerviosos de los insectos”,
experimento, pero la interpretación de los junto con Domingo Sánchez. Los natura-
resultados le parece muy ardua. Considera listas admitían en las hormigas un sentido
que todo insecto cegado se desconcierta olfativo exquisito. Las observaciones del
y queda como desmoralizado y alocado. médico español en el jardín de su casa de
Por exigua que sea la ventana cerrada verano confirmaron las de los especialis-
al mundo exterior, constituye para tas en las hormigas. Para Ramón y Cajal,
la hormiga una fuente preciosa de de negar dicha sensibilidad, resultaría
informaciones, complementarias a las muy difícil la comprensión de algunos
aportadas por los sentidos olfativo y actos de las hormigas oligópsicas.
táctil. Además, es difícil señalar la parte Los puntos por examinar y establecer
en que en tal desorientación toman, sobre esta materia son la distancia
respectivamente, la supresión de la a la que las hormigas oligópsicas y
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mandibulares, larvas y crisálidas perte- táctiles dominantes son recogidas por los
necientes a la tímida F. rufibarbis. Ahora garfios córneos y pelos de las patas.
bien: la exploración escrupulosa del
montón de escombros donde penetraron Cree que es muy fácil demostrar expe-
las feroces amazonas no permitió obser- rimentalmente la sensibilidad táctil de las
var el menor indicio del hormiguero, ni hormigas. Es suficiente con alisar o cam-
descubrir tampoco obreras dispersas en biar ligeramente, por medios mecánicos,
busca de botín. Solo al final del desastre el suelo de las pistas, o cubrir las pistas
asomó tal cual rufibarbis, con inten- con tules o enrejados que, dejando a salvo
ción, sin duda, de salvar algún hijuelo, las emanaciones olfativas, transformen el
por azar abandonado por los invasores.
relieve. Ante enrejados finos o anchas ma-
(Ramón y Cajal, 1921a, p. 569)
llas emplazados horizontalmente sobre
las pistas, casi todas las hormigas obreras
Ramón y Cajal dice que se ha
sufren grandes perturbaciones, a pesar de
exagerado mucho la importancia que en
percibir el olor específico. Las que van
la orientación de las hormigas oligópsicas
cargadas avanzan titubeando y detenién-
posee el sentido olfativo. Cree que en el
dose a cada paso, pero la mayoría no
reconocimiento de las pistas colaboran
atraviesa el inesperado obstáculo, o si
también diversos datos sensoriales, y muy
lo recorren en una brevísima extensión,
especialmente la impresión de los pelos
es para torcer en ángulo recto y ganar la
táctiles. En apoyo de su idea, recuerda
orilla. Por lo general, cuanto más fino
que, cuando las hormigas cargadas se
es el retículo, mayor es la sorpresa y
desvían por un accidente imprevisto
desorientación.
(golpe de viento, por ejemplo), muchas de
ellas cruzan su pista o se acercan al nido Las desviaciones observadas en las
sin reconocerlo, por lo menos, durante el hormigas mediante la colocación de
primer cuarto de hora. retículos sobre la pista o junto al nido
suelen ser mayores que las sufridas por
los experimentos de barrido, irrigación
Impresiones táctiles o deformación de los caminos mediante
Para Ramón y Cajal, la importancia de erosiones o colocación de tierra. Si sobre un
las impresiones táctiles para las hormigas pequeño trozo de pista se superpone tierra
oligópsicas se impone con solo examinar superficial tomada mediante una espátula
la cantidad prodigiosa de pelos largos delgada de otro segmento de la misma
y cortos que erizan las antenas, la ca- pista, la desorientación en la hormiga
beza y sobre todo las patas. En el bulbo Aphaenogaster barbara es completa, a
terminal de las antenas de Tapinoma y pesar de la persistencia del mismo olor.
Aphaenogaster barbara, los apéndices son Ramón y Cajal (1921a) expone:
tan abundantes que en algunos parajes casi Sin negar que en los resultados obteni-
tocan las criptas de donde emergen. Para dos por numerosos sabios influya algo la
los efectos de la marcha, las impresiones atenuación o descarte de tales efluvios,
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