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+Parashá 01 BeReshit

Génesis 1:1 – 6:8


Por Dr. K. Blad ©
Segunda edición 2013-14 (5774)
Prohibida toda reproducción lucrativa

Aliyás de la Torá:
1. 1:1-13
2. 1:14-23
3. 1:24 – 2:3
4. 2:4 – 3:21
5. 3:22 – 4:26
6. 5:1-24
7. 5:25 – 6:8
8. Maftir: 6:5-8
 
Haftará: Isaías 42:5-21
Los Escritos Mesiánicos: Marcos 1:1-45
BeReshit 
Significa “En el principio del” o “Por causa del Principal”

Comentarios
Primera aliyá, 1:1-13
1:1    “En el principio creó Dios los cielos y la tierra.” (LBLA) – En contraste
con las creencias paganas la Torá empieza a destacar el hecho de que el
universo tiene un principio y que hay Uno que está por encima del universo, y
que ha dado inicio a todas las cosas. Este conocimiento evita toda adoración a
las cosas creadas en lugar del Creador, que es la misma esencia de la
idolatría, como está escrito en Romanos 1:20-25:
“Porque desde la creación del mundo, sus atributos invisibles, su eterno
poder y divinidad, se han visto con toda claridad, siendo entendidos por
medio de lo creado, de manera que no tienen excusa. Pues aunque conocían a
Dios, no le honraron como a Dios ni le dieron gracias, sino que se hicieron
vanos en sus razonamientos y su necio corazón fue entenebrecido.
Profesando ser sabios, se volvieron necios, y cambiaron la gloria del Dios
incorruptible por una imagen en forma de hombre corruptible, de aves, de
cuadrúpedos y de reptiles. Por consiguiente, Dios los entregó a la impureza
en la lujuria de sus corazones, de modo que deshonraron entre sí sus propios
cuerpos; porque cambiaron la verdad de Dios por la mentira, y adoraron y
sirvieron a la criatura en lugar del Creador, quien es bendito por los siglos.
Amén.” (LBLA)
El hecho de que Alguien haya dado inicio y existencia a todas las cosas.
nos enseña que Él es el dueño de todo lo que existe y que tiene el derecho de
gobernar sobre todo lo que es suyo. Este hecho le convierte en el gran
Legislador del universo. Si hay Uno que ha dado inicio a todo lo que existe,
tanto en los cielos como en la tierra, entonces todo lo que existe tiene que
cumplir los propósitos suyos. Este Ser superior dio inicio al tiempo, al
espacio, a la materia, la vegetación y a los seres vivos porque tenía una razón
muy específica para hacerlo. Por lo tanto, Él tiene la plena potestad para
hacer lo que le plazca con las cosas que ha creado, para que absolutamente
todo sea llevado a cumplir los propósitos suyos. Esto le convierte en el gran
Conductor de la creación. Este principio está detrás de los reclamos que Él
está haciendo sobre el hombre, al ordenarle a cumplir sus mandamientos.
Todas las cosas han sido sometidas a una Torá, una instrucción. Cada cosa
creada tiene una ley que cumplir. Esa ley es el propósito del Creador para
aquella cosa específica.
El hombre es un ser creado con un propósito muy específico, el de servir a
Aquel que le ha hecho y puesto en su plan universal. El propósito del hombre
es cumplir aquella Torá que el Eterno le ha designado. Si un hombre no sirve
al Creador conforme a la Torá, se rebela contra el mismo principio de
existencia de toda la creación y sale fuera del derecho de existir. Todo lo que
existe está allí porque el Eterno lo ha hecho y porque Él tiene un plan
específico con cada criatura. Ningún detalle en la creación carece de
significado.
Este texto habla de un inicio, lo cual nos enseña que el tiempo es una
creación y que el Creador está fuera del tiempo. Luego habla de que los cielos
y la tierra fueron creados, lo cual nos enseña que el espacio y la materia no
son eternos, sino fueron llevados a la existencia en un momento histórico, en
el principio del tiempo. ¿Qué había antes del principio? Sólo uno, Dios. Sin
embargo, dentro de Dios había planes, que estaban allí desde la eternidad, en
un estado que carece de tiempo, puesto que a partir de la creación de todo,
empezó el tiempo. Todo lo que estaba dentro del Creador antes de la
creación, está fuera del tiempo, pero no como algo existente, como nosotros
lo entendemos, sino como parte de un pensamiento, un consejo, un plan y un
proyecto. El Midrash enseña que ese plan es la Torá, que la sabiduría infinita
del Único Eterno ha compuesto desde la eternidad, en un estado fuera del
tiempo.
Según el Talmud,[1] siete cosas fueron creadas antes que el mundo fue creado:
1.      La Torá, cf. Proverbios 8:22.
2.      El arrepentimiento, cf. Salmo 90:2-3.
3.      El huerto del Edén (el paraíso), cf. Génesis 2:8.
4.      Gehinom (el infierno), cf. Isaías 30:33.
5.      El trono de gloria, cf. Salmo 93:2.
6.      El templo, cf. Jeremías 17:12.
7.      El nombre del Mesías, cf. Salmo 72:17.
El mundo fue creado con relación a estas siete cosas. La Torá es el plan
arquitectónico de toda la creación. El hecho de que se hable del
arrepentimiento como algo que precede la creación, nos enseña que aunque
el Eterno no haya decidido de antemano que el hombre pecara, ya había
planeado una solución para el pecado del hombre, como también está escrito
en Revelación 13:8b:
“El Cordero, el cual fue muerto desde el principio del mundo” (RV1909, SSE)
En 1 Pedro 1:20 está escrito:
“Porque él estaba preparado desde antes de la fundación del mundo, pero se
ha manifestado en estos últimos tiempos por amor a vosotros” (LBLA)
La palabra hebrea que ha sido traducida como “en el principio” es “bereshit”.
Es una palabra compuesta por dos palabras, “be” que significa “dentro de”,
“en”, “con”, “por medio de”, “por causa de” etc.; y reshít,[2] que significa
“primero (en lugar, tiempo, orden o rango)”, “primicia”, “inicio”, “principal”,
“lo mejor” etc. Según el diccionario Strong, esta palabra viene de la misma
raíz que “rosh”[3] que significa “cabeza”, “parte superior”, “comienzo”, “jefe”,
“principal”, “gobernante”, etc.
Según Rashí,[4] en todos los lugares donde la palabra reshit aparece en las
Escrituras, se halla en el estado constructo en relación con el sustantivo que
la sigue. Este fenómeno gramatical, llamado semijút en hebreo, es muy
común en las Escrituras, y construye una relación entre dos sustantivos, uno
de los cuales está subordinado al otro, el cual lo determina. Por
ejemplo simjat Torá. La palabra simjá o simjah es una palabra femenina que
significa “alegría”. Cuando aparece en la forma constructo se intercambia la
letra hey final por una tav, para que tenga el significado de “alegría
de”. Simjat Torá significa literalmente “la alegría de la instrucción”. La
letra tav final en la palabra bereshit muestra que está escrita en la forma
constructo, dando el significado de “principio de”. Ahora, la palabra que
sigue es bará, que literalmente significa creó, y por lo tanto no es un
sustantivo, sino un verbo. Sin embargo, según Rashí, este verbo debe ser
entendido como “el crear”. La traducción literal de los dos primeros
versículos sería entonces:
“En el principio del crear de Dios los cielos y la tierra, cuando la tierra era
confusión y vacío, con oscuridad sobre la superficie del abismo y el aliento de
Dios planeaba sobre la superficie de las  aguas, entonces Dios dijo: "Haya
luz", y hubo luz.” [5]
Según esta interpretación, el primer versículo no explica el orden en que
fueron creadas las cosas.
En una de las reglas de interpretación del tercer nivel, en hebreo “drash”,
“búsqueda”, se compara y se relaciona una expresión o una palabra que
aparece en diferentes textos en las Escrituras. La palabra reshít aparece casi
20 veces en el Jumash, y en más de 50 ocasiones en todo el Tanaj. [6] Se usa en
relación con el inicio de un reinado, cf. Génesis 10:10; con un hijo
primogénito, cf. Génesis 49:3; Deuteronomio 21:17; con los primeros frutos
de la tierra, las primicias, cf. Éxodo 23:19; 34:26 etc. En Proverbios 8:22, la
sabiduría, que es la Torá, es llamada “el principio (reshít) de su camino”. En
Jeremías 2:3, el pueblo de Israel es llamado “la primicia (reshít) de sus
frutos”.
En las Escrituras hay una relación muy íntima entre reshít y el Mesías. El
Mesías es el Reshít de todas las cosas, como está escrito en Colosenses 1:15-
18:
“Él es la imagen del Dios invisible, el primogénito de toda creación. Porque
en él fueron creadas todas las cosas, tanto en los cielos como en la tierra,
visibles e invisibles; ya sean tronos o dominios o poderes o autoridades; todo
ha sido creado por medio de él y para él. Y él es antes de todas las cosas, y en
él todas las cosas permanecen. Él es también la cabeza del cuerpo que es la
congregación; y él es el principio, el primogénito de entre los muertos, a fin
de que él tenga en todo la primacía.” (LBLA)
El Mesías es también las primicias, el Reshít, de la resurrección, como está
escrito en 1 Corintios 15:20, 23:
“Mas ahora el Mesías ha resucitado de entre los muertos, primicias de los que
durmieron... Pero cada uno en su debido orden: el Mesías, las primicias;
luego los que son del Mesías en su venida” (LBLA revisada)
El Mesías es el proyecto que está detrás de todas las cosas creadas. El Mesías
está en el interior del Padre eterno desde la eternidad, como está escrito en
Juan 1:18:
“A Dios nadie lo ha visto jamás; el unigénito Hijo, que está en el seno del
Padre, él le ha dado a conocer.” (RV1995)
Aquí no está escrito que el Hijo estaba en el seno del Padre, sino en tiempo
presente, está en el seno del Padre. Como el Padre está fuera del tiempo, su
Hijo, que es el proyecto Mesías, está fuera del tiempo, dentro del Padre, en la
eternidad, en el presente continuo por toda la eternidad, como también está
escrito en Juan 17:5, 24b:
“Y ahora, glorifícame tú, Padre, junto a ti, con la gloria que tenía contigo
antes que el mundo existiera... la gloria que me has dado; porque me has
amado desde antes de la fundación del mundo.” (LBLA)
El Eterno ha decidido gobernar el universo por medio del Mesías. Por lo
tanto, la palabra reshít está relacionada en las Escrituras con el principio de
un reinado. Es más, el proyecto Mesías es la razón por la cual todas las cosas
fueron creadas y para quién todo haya sido hecho. El Eterno creó todas las
cosas por medio del plan Mesías, y para el Mesías, que más adelante iba a ser
manifestado a través de un hombre, como está escrito en 1 Juan 1:1-2:
“Lo que existía desde el principio, lo que hemos oído, lo que hemos visto con
nuestros ojos, lo que hemos contemplado y lo que han palpado nuestras
manos, acerca de la Palabra de vida, pues la vida fue manifestada, y nosotros
la hemos visto y damos testimonio y os anunciamos la vida eterna, la cual
estaba con el Padre y se nos manifestó.” (LBLA)
En Juan 1:14a está escrito:
“Y la Palabra se hizo carne, y habitó entre nosotros” (LBLA)
El prefijo hebreo be en la primera palabra de la Torá, beReshit, significa “en”,
“por”, “en aras de”, “por causa de”, etc. Esto nos enseña que Dios creó los
cielos y la tierra “en Reshít”, o “por causa de Reshít”. Como hemos visto
antes, Reshítes la Torá, Israel y el Mesías. En realidad estos tres son uno. La
Torá es el plan eterno por medio del cual el mundo fue creado. Israel es el
hijo primogénito del Eterno, cf. Éxodo 4:22; Oseas 11:1. El Mesías es la Torá
manifestada como hombre, cf. Juan 1:14 y el que reúne en sí a todo Israel, cf.
Mateo 2:15, Juan 12:32. Así que, todas las cosas fueron creadas por medio de
la Torá y por causa de Israel. Y todo fue creado por medio del Mesías y por
causa del Mesías, como también está escrito en Juan 1:1-3:
“En el principio existía la Palabra, y la Palabra estaba con Dios, y la Palabra
era Dios. Ella estaba en el principio con Dios. Todas las cosas fueron hechas
por medio de ella, y sin ella nada de lo que ha sido hecho, fue hecho.” (LBLA)
Esta Palabra, esta Torá, este proyecto Mesías, fue luego materializado poco a
poco por medio de la creación de todas las cosas. Pero aunque el Mesías no
había sido manifestado como hombre, todas las cosas fueron preparadas por
causa de él, y por causa de que él iba a venir y ser puesto como gobernante
sobre todas las cosas creadas. Por esto podríamos traducir el texto de esta
manera:

“Por causa del Principal creó Dios los cielos y la tierra. ”


La primera letra de la Torá es bet, que significa “casa”. Por lo tanto
podríamos entender el primer versículo también de esta manera:

“Una casa de Reshít creó Dios los cielos y la tierra.”


Esto nos enseña que los cielos y la tierra son la casa de Reshít, que es el
Mesías. Casa y ropa es esencialmente lo mismo. La creación es la ropa del
Mesías, como está escrito en el Salmo 102:25-27 y Hebreos 1:10-12:
“Desde la antigüedad tú fundaste la tierra, y los cielos son la obra de tus
manos. Ellos perecerán, pero tú permaneces; y todos ellos como una
vestidura se desgastarán, como vestido los mudarás, y serán cambiados. Pero
tú eres el mismo, y tus años no tendrán fin.” (LBLA)
¿Por qué el Creador no empezó su historia consigo mismo? ¿No es él el que
precede todas las cosas y por lo tanto debería estar puesto en primer lugar?
¿Por qué no escribió “Dios creó en el principio...”? No empezó a hablar de sí
mismo, sino de lo que ha hecho por medio de Reshít. Esto nos enseña dos
cosas, primero, que Dios es muy modesto en relación con la creación. No se
presenta primero a sí mismo, sino se coloca detrás de Reshít. Por esta razón
una persona que conoce al Eterno no empieza consigo mismo cuando escribe
una carta o cuando se presenta junto con otras personas. Siempre empieza a
hablar de otras cosas o de otras personas y luego habla de sí mismo.
La segunda cosa que aprendemos de este hecho es que nadie puede conocer
al Creador directamente, sino sólo por medio de las cosas que él ha creado,
como está escrito en Romanos 1:19-20:
“porque lo que se conoce acerca de Dios es evidente dentro de ellos, pues
Dios se lo hizo evidente. Porque desde la creación del mundo, sus atributos
invisibles, su eterno poder y divinidad, se han visto con toda claridad, siendo
entendidos por medio de lo creado, de manera que no tienen excusa.” (LBLA)
El Creador es invisible e inalcanzable para las cosas creadas. Sólo es posible
conocerle por medio de lo que Él revele de sí mismo. En este texto él nos
enseña que el camino para conocerle pasa a través de la creación y Reshít. De
esta manera el Hijo, el Mesías, es el principal agente por medio del cual el
Invisible se manifiesta en el mundo, como está escrito en Hebreos 1:1-3:
“Dios, habiendo hablado hace mucho tiempo, en muchas ocasiones y de
muchas maneras a los padres por los profetas, en estos últimos días nos ha
hablado por su Hijo, a quien constituyó heredero de todas las cosas, por
medio de quien hizo también el universo. Él es el resplandor de su gloria y la
expresión exacta de su esencia, y sostiene todas las cosas por la palabra de su
poder. Después de llevar a cabo la purificación de los pecados, se sentó a la
diestra de la Majestad en las alturas.” (LBLA)
En Juan 14:6, 9b está escrito:
“Yeshúa le dice: Yo soy el camino, y la verdad, y la vida; nadie viene al Padre
sino por mí... El que me ha visto a mí, ha visto al Padre” (LBLA revisada)
El Padre se manifiesta en este mundo a través de su Hijo. Ahora, no podemos
caer en la trampa de pensar que el Eterno sea como los hombres o los
animales de manera que se pueda reproducir y tener hijos como nosotros, o
mezclarse con los hombres y tener hijos. Este pensamiento se encuentra en
las religiones paganas entre personas que no conocen la verdad de Torá.
Cuando habla del Hijo, se refiere a la función de ser el seguidor y el
representante, al igual que un hijo imita y representa a su padre en una
familia.
El rey David fue el octavo hijo de Yishai, pero es llamado primogénito, cf.
Salmo 89:20, 27. Cuando el shaliaj[7] Shaúl escribe en Colosenses 1 que el
Mesías es el primogénito de toda creación, no significa que él haya nacido del
Padre por medio de una reproducción, sino que él fue destinado para ocupar
el lugar de gobernante sobre todas las cosas creadas, tanto las invisibles como
las visibles. El hijo primogénito es el que llevará el nombre de su padre y el
derecho de gobernar en la familia cuando el padre ya no esté presente. De la
misma manera el Mesías es llamado Hijo, no porque el Eterno haya podido
parir o se haya reproducido, sino porque el Mesías ha obtenido la posición de
gobernante sobre todas las cosas creadas. El Hijo es el que representa al
Padre en la creación. El concepto hebreo de Hijo tiene que ver con
discipulado, representatividad y delegación de autoridad. En las Escrituras
hebreas los discípulos son llamados hijos, a pesar de no haber sido
engendrados biológicamente por su maestro, cf. 1 Reyes 2:12; 20:35; 2 Reyes
2:3ss; Juan 8:39, 41; Efesios 5:1. Estos “hijos” luego reciben la autoridad
delegada para actuar como representantes de su maestro.
Por lo tanto, cuando las Escrituras hablan de los “hijos de Dios” se está
refiriendo a ángeles u hombres que han recibido poder del Creador para
juzgar y gobernar sobre alguna área de la creación, se trata de autoridad
delegada, cf. Job 1:6; 38:7; Salmo 82:6; Juan 10:34-38. Por esto a todos los
que reciben a Yeshúa les es concedido el poder, es decir la autoridad, de ser
hechos hijos de Dios, como está escrito en Juan 1:12:
“Pero a todos los que le recibieron, les dio el poder de llegar a ser hijos de
Dios, es decir, a los que creen en su nombre”(LBLA)
Ser hecho hijo de Dios, significa recibir una posición de liderazgo y un puesto
de autoridad en alguna área de la creación.
“En el principio creó...” – La palabra hebrea que ha sido traducida como
“creó” es bará.[8] Esta palabra aparece unas 50 veces en las Escrituras y
siempre tiene que ver con la acción de producir o hacer algo que no existía
antes. Se trata de traer algo a la existencia. En el sentido estricto sólo el
Creador puede crear. Sólo Él puede hacer que algo llegue a tener existencia
sin haber existido antes. La expresión “crear de la nada” es una manera de
expresar este concepto. Sin embargo esta expresión no explica bien lo que la
palabra bará significa, puesto que el Eterno no ha creado las cosas de la
nada, porque antes de existir como creación sí existían como un proyecto en
la mente del Creador. Por lo tanto las cosas visibles son el resultado de las
cosas invisibles, que a su vez están dentro de la mente del Creador, como está
escrito en Hebreos 11:3:
“Por la fe entendemos que el universo fue preparado por la palabra de Dios,
de modo que lo que se ve no fue hecho de cosas visibles.”
Todo lo visible fue hecho de lo invisible. Las cosas visibles son el resultado de
las cosas invisibles. Todo lo que sucede en el mundo visible es un resultado
de lo que primero sucedió en el mundo invisible.
“En el principio creó Dios (Elohim)...” – La palabra hebrea Elohim,[9] es la
forma plural de Eloah,[10] que significa “Poderoso”. Viene de El[11] que
significa “poderoso”, “poder”, “fuerza”. Estas tres
palabras, El, Eloah y Elohim, son utilizadas en las Escrituras como sinónimas
para referirse al Creador. Las tres han sido traducidas como “Dios” [12] en la
mayoría de las versiones castellanas. La palabra hebrea “El” aparece
alrededor de 200 veces en las Escrituras, prácticamente siempre en
referencia al Creador. Algunas veces tiene el significado de “poder”, cf.
Génesis 31:29; Proverbios 3:27; Miqueas 2:1. La forma plural de El, Elim, no
se usa en referencia al Creador, sino a otros poderes, humanos o angelicales,
cf. Éxodo 15:11; Job 41:25; Salmo 89:6. También es usado para referirse a los
dioses paganos, cf. Isaías 57:5; Daniel 11:36.
La palabra Eloah aparece 56 veces en las Escrituras, mayormente en el libro
de Job. Sólo aparece dos veces en el Jumash, cf. Deuteronomio 32:15, 17.
La forma plural de Eloah es Elohim, y aparece alrededor de 2600 veces en las
Escrituras. Esta palabra no es un nombre personal, sino un título y atributo
que expresa autoridad y juicio. Es utilizada en referencia el Creador en la
gran mayoría de los casos, pero también en referencia a los ángeles, cf. Salmo
8:5 y sobre los dioses paganos, cf. Génesis 31:30. Moshé obtuvo el título
de Elohim, cf. Éxodo 4:16; 7:1, y los jueces de Israel son también
llamados Elohim, cf. Éxodo 21:6; 22:8-9.
El hecho de que la palabra Elohim esté en forma plural, no significa
necesariamente que se trate de varias personas o un conjunto de
personalidades. Esto vemos en el caso de Moshé que no fue más que una
persona, pero obtuvo el cargo de ser Elohim ante el rey de Egipto. El
término Elohim tiene que ver con autoridad en abundancia y un conjunto de
poderes para poder afirmar su voluntad. Elohim reúne en sí todas las fuerzas
infinitas y eternas. Con otras palabras Elohimpodría ser traducido como
“máximo gobernante” y “juez supremo”. Por lo tanto el atributo Elohim está
íntimamente conectado con la justicia.
Aunque el texto de Bereshit dice que Elohim, en plural, creó los cielos y la
tierra, el verbo no está en forma plural “crearon”, sino singular, “creó”. Esto
nos enseña que Elohim no debe ser entendido como varios dioses o un
conjunto de personas o una unidad de personalidades, sino como uno sólo.
Esta es también la confesión principal que cada judío practicante hace dos
veces por día, al proclamar: Shemá Israel, Adonai Eloheinu, Adonai Ejad,
“Oye Israel, el Señor es nuestro Elohim, el Señor es uno.”, cf. Deuteronomio
6:4.
“En el principio creó Dios los cielos...” – La palabra hebrea que ha sido
traducida como “cielos” es shamayim.[13] Es una palabra que está en la forma
dual. Hay tres formas para los sustantivos en el idioma hebreo, singular, dual
y plural. El dual es una referencia a dos, un par. En este caso la
palabra shamayim habla de un par de cielos. En primer lugar se refiere al
cielo invisible y al cielo visible, como está escrito en Deuteronomio 10:14:
“He aquí, a HaShem tu Dios pertenecen los cielos y los cielos de los cielos, la
tierra y todo lo que en ella hay.” (LBLA)
Según la comprensión más profunda, la palabra shamayim también indica
que puede haber más que dos cielos. El texto de Deuteronomio habla de dos
cielos en dual y luego de dos cielos de los dos cielos también en dual. Esto nos
enseña que hay varios tipos de cielos. Los cielos de arriba pueden estar
divididos en varias secciones, y así también los cielos de abajo. En  2
Corintios 12:2-4, el shaliaj Shaúl dijo que había estado en el paraíso en el
tercer cielo, como está escrito:
“Conozco a un hombre en el Mesías, que hace catorce años (no sé si en el
cuerpo, no sé si fuera del cuerpo, Dios lo sabe) el tal fue arrebatado hasta el
tercer cielo. Y conozco a tal hombre (si en el cuerpo o fuera del cuerpo no lo
sé, Dios lo sabe) que fue arrebatado al paraíso, y escuchó palabras inefables
que al hombre no se le permite expresar.” (LBLA)
El Talmud[14] habla de siete cielos según los diferentes términos hebreos que
aparecen en las Escrituras. Los siete son:
1.      Vilón, cf. Isaías 40:22.
2.      Rakia, cf. Génesis 1:17.
3.      Shejakim, cf. Éxodo 30:36; Job 14:19; Salmo 78:23-24.
4.      Zevul, cf. 1 Reyes 8:13; Isaías 63:15.
5.      Maón, cf. Deuteronomio 26:15.
6.      Majón, cf. 1 Reyes 8:39.
7.      Aravot, cf. Salmo 68:4; 
Según Rashí, el término shamayim, “cielos”, puede ser entendido de tres
maneras según esté compuesta la palabra:
1.      Sa mayim –  “porta agua”.
2.      Sham mayim – “allí (hay) agua”.

3.      Esh mayim – “fuego (y) agua”, porque los cielos fueron hechos


mezclando el fuego con el agua.
“En el principio creó Dios los cielos y la tierra.” – La palabra hebrea que ha
sido traducida como “tierra” es “erets”. [15]Esta palabra tiene varios
significados:

         La tierra, el orbe, el globo terráqueo (en contraste con el cielo), cf.
Génesis 1:1.

         Suelo, terreno, terruño, tierra (en contraste con el mar), cf.


Génesis 1:10.

         País, nación, territorio, región (un lugar limitado de lo seco), cf.


Génesis 2:11.

         La tierra prometida, la tierra de Israel, cf. Génesis 12:1; Rut 1:1;
Mateo 5:5; Hechos 11:28-29.
1:2    “Y la tierra estaba sin orden y vacía, y las tinieblas cubrían la superficie
del abismo, y el aliento de Dios planeaba sobre la superficie de las
aguas.” (Trad. propia) – La palabra hebrea que ha sido traducida como “sin
orden” es tóhu[16]que significa:[17]

         caos, masa informe, desorden, confusión


         vacío, vacuidad, nulidad, vanidad
         yermo, desierto, erial
Según Rashí, tóhu debe ser entendido como un asombro y consternación por
la vaciedad que se encontraba en la tierra. Si el hombre lo hubiera visto se
quedaría atónito. La palabra hebrea que ha sido traducida como “vacía”
es bohu.[18] La traducción aramea, Targúm, de Yonatán, dice que la tierra
estaba desolada de seres humanos y vacía de animales. El Talmud[19] dice
que tóhu es la línea verde que rodea el globo de donde surge la oscuridad, cf.
Salmo 18:11. Bohu eran grandes rocas en las profundidades que traen el agua,
cf. Isaías 34:11.
Según la cabalá judía el relato de Génesis es el resultado de un juicio divino
sobre un mundo anterior que fue quebrado.
Las dos palabras tóhu vavóhu aparecen juntas en el hebreo sólo en dos textos
más, en Isaías 34:11 y Jeremías 4:23-26. Hay también una interpretación en
la teología cristiana[20] que se basa en estos versículos y enseña que el estado
de “sin orden y vacía” fue causado por un juicio divino sobre el pecado. En tal
caso, se podría pensar que había una creación anterior que fue destruida por
el agua. También se cita 2 Pedro 3:3-7 donde está escrito:
“Ante todo, sabed esto: que en los últimos días vendrán burladores, con su
sarcasmo, siguiendo sus propias pasiones, y diciendo: ¿Dónde está la
promesa de su venida? Porque desde que los padres durmieron, todo
continúa tal como estaba desde el principio de la creación. Pues cuando dicen
esto, no se dan cuenta de que los cielos existían desde hace mucho tiempo, y
también la tierra, surgida del agua y establecida entre las aguas por la palabra
de Dios, por lo cual el mundo de entonces fue destruido, siendo inundado con
agua; pero los cielos y la tierra actuales están reservados por su palabra para
el fuego, guardados para el día del juicio y de la destrucción de los impíos.”
(LBLA)
Este texto dice que el mundo anterior fue destruido por agua y que los cielos
y la tierra actuales están reservados para el fuego. Esto es interpretado de
manera que hubo una destrucción de una creación anterior por medio del
agua. Sin embargo, es probable es que el shaliaj Kefa esté hablando de la
destrucción que hubo en el diluvio.
La misma teoría también enseña que la destrucción del mundo anterior fue el
resultado de la caída del ángel “Heilel”, “Lucero”. Se cita Ezequiel 28:12-19
para indicar que ese ángel tenía su santuario en la tierra en una creación
anterior:
“Hijo de hombre, eleva una elegía sobre el rey de Tiro y dile: "Así dice el
Señor HaShem: Tú eras el sello de la perfección, lleno de sabiduría y perfecto
en hermosura. En el Eden estabas, en el huerto de Dios; toda piedra
preciosa era tu vestidura: el rubí, el topacio y el diamante, el berilo, el ónice y
el jaspe, el zafiro, la turquesa y la esmeralda; y el oro, la hechura de tus
engastes y de tus encajes, estaba en ti. El día que fuiste creado fueron
preparados. Tú, querubín protector de alas desplegadas, yo te puse
allí. Estabas en el santo monte de Dios (Tsión), andabas en medio de las
piedras de fuego. Perfecto eras en tus caminos desde el día que fuiste creado
hasta que la iniquidad se halló en ti. A causa de la abundancia de tu comercio
te llenaste de violencia, y pecaste; yo, pues, te he expulsado por profano del
monte de Dios, y te he eliminado, querubín protector, de en medio de las
piedras de fuego. Se enalteció tu corazón a causa de tu hermosura;
corrompiste tu sabiduría a causa de tu esplendor. Te arrojé en tierra, te puse
delante de los reyes, para que vieran en ti un ejemplo. Por la multitud de tus
iniquidades, por la injusticia de tu comercio, profanaste tus santuarios. Y yo
he sacado fuego de en medio de ti, que te ha consumido; y te he reducido a
ceniza sobre la tierra a los ojos de todos los que te miran. Todos los que entre
los pueblos te conocen están asombrados de ti; te has convertido en terrores,
y ya no serás más."” (LBLA revisada)
Sin embargo, este texto no dice cuándo ocurrió esta caída en pecado de este
ángel, ni que había una creación anterior a la actual.
No obstante, lo cierto es que se puede encontrar evidencias en Los Escritos
Mesiánicos de una caída en pecado de algunos de los ángeles de Dios, cf. 2
Pedro 2:4; 1 Corintios 6:3; Judas 6.
En Isaías 14:12-15 está escrito:
“¡Cómo has caído del cielo, oh Heilel, hijo de la aurora! Has sido derribado
por tierra, tú que debilitabas a las naciones.Pero tú dijiste en tu corazón:
"Subiré al cielo, por encima de las estrellas de Dios levantaré mi trono, y me
sentaré en el monte de la asamblea, en el extremo norte. "Subiré sobre las
alturas de las nubes, me haré semejante al Altísimo." Sin embargo, has sido
derribado al Sheol, a lo más remoto del abismo.” (LBLA revisada)
El profeta Isaías habla aquí de la rebelión del rey de Babilonia. Sin embargo
el texto puede ser entendido en el nivel drash como una alusión clara al
personaje espiritual maligno que estaba detrás de ese rey. Cuando ese ángel
intentó subir a lo más alto y colocar allí su trono y tomar control sobre la
creación haciéndose semejante al Altísimo, fue expulsado de allí “como un
rayo”, cf. Lucas 10:18, y los demás ángeles que le siguieron en su rebeldía
cayeron con él, cf. Revelación 12:4, 9. El destino de estos ángeles rebeldes y
caídos es el lago de fuego, cf. Mateo 25:41; Revelación 20:10.
No obstante, las Escrituras no dan un testimonio claro acerca del momento
cuando esta caída en pecado ocurrió en el mundo de los ángeles. Sin
embargo, queda claro que ocurrió antes del capítulo 3 de Génesis, donde
habla de la serpiente antigua que engañó a la mujer para que pecara. La caída
en pecado que ocurrió entre los hombres fue, por lo tanto, una consecuencia
de una caída en pecado que ya había ocurrido en el mundo espiritual. Un
midrash[21] enseña que un ángel, llamado Samael, que era el gran maestro
entre los ángeles, bajó a la tierra y encontró el animal más astuto, la
serpiente, y la poseyó y, por medio de ella, instigó a los hombres a hacer el
mal. Otro midrash[22] enseña que por este pecado Samael será expulsado de
su lugar en el cielo.
En las Escrituras, ese ángel rebelde y caído es llamado satanás, en
hebreo hasatán, cf. 1 Crónicas 21:1, que significa:

         Enemigo, opositor, contrario, adversario, antagonista, rival, cf. 1


Reyes 11:25.

         Calumniador, acusador, cf. Job 1:6-12; Zacarías 3:1.


La traducción griega de “satán” es “diábolos” que significa: “acusador”,
“calumniador”, cf. Revelación 12:10.
La mentira no viene de Dios, porque Él es sólo luz, como está escrito en 1
Juan 1:5b:
“Dios es luz, y en Él no hay tiniebla alguna.” (LBLA)
El Mesías Yeshúa dijo que hasatán es el padre, es decir el origen, de la
mentira, como está escrito en Juan 8:44:
“Sois de vuestro padre satanás y queréis hacer los deseos de vuestro padre. Él
fue un homicida desde el principio, y no se ha mantenido en la verdad porque
no hay verdad en él. Cuando habla mentira, habla de su propia naturaleza,
porque es mentiroso y el padre de la mentira.” (LBLA)
En 1 Juan 3:8 está escrito:
“El que practica el pecado es de satanás, porque satanás ha pecado desde el
principio. El Hijo de Dios se manifestó con este propósito: para destruir las
obras de satanás.” (LBLA)
Aquí está escrito que satanás es un homicida y ha pecado “desde el
principio”, lo cual nos da a entender que su pecado empezó al principio de la
obra de la creación.
En Jacobo (Santiago) 1:13b, 16-17 está escrito:
“Que nadie diga cuando es tentado: Soy tentado por Dios; porque Dios no
puede ser tentado por el mal y El mismo no tienta a nadie… Amados
hermanos míos, no os engañéis. Toda buena dádiva y todo don perfecto viene
de lo alto, desciende del Padre de las luces, con el cual no hay cambio ni
sombra de variación.” (LBLA)
Surge la pregunta: ¿cuándo fueron creados los ángeles, antes o después del
mundo visible? Según el Midrash [23] y Rashí, los ángeles fueron creados el
segundo día.
En Job 38:4-7 está escrito que los ángeles estaban presenciando la fundación
de la tierra:
“¿Dónde estabas tú cuando yo echaba los cimientos de la tierra? Dímelo, si
tienes inteligencia. ¿Quién puso sus medidas?, ya que sabes, ¿o quién
extendió sobre ella cordel? ¿Sobre qué se asientan sus basas, o quién puso su
piedra angular cuando cantaban juntas las estrellas del alba, y todos los hijos
de Dios gritaban de gozo?” (LBLA)
Según este texto ya los ángeles ya existían cuando la piedra angular de la
tierra fue puesta.
En el Salmo 104:1-9 está escrito:
“Bendice, alma mía, a HaShem. HaShem, Dios mío, cuán grande eres; te has
vestido de esplendor y de majestad, cubriéndote de luz como con un manto,
extendiendo los cielos como una cortina. Él es el que pone las vigas de sus
altos aposentos en las aguas; el que hace de las nubes su carroza; el que anda
sobre las alas del viento; que hace de los vientos sus mensajeros, y de las
llamas de fuego sus ministros. Él estableció la tierra sobre sus cimientos,
para que jamás sea sacudida. La cubriste con el abismo como con un vestido;
las aguas estaban sobre los montes. A tu reprensión huyeron; al sonido de tu
trueno se precipitaron. Se levantaron los montes, se hundieron los valles, al
lugar que tú estableciste para ellos. Pusiste un límite que no pueden cruzar,
para que no vuelvan a cubrir la tierra.” (LBLA revisada)
Según este Salmo parece ser que el orden de la creación de las cosas fue el
siguiente:
1.      La luz.
2.      Los cielos.
3.      La tierra.
El Talmud[24] presenta las dos opiniones de las dos casas predominantes
entre los fariseos en cuanto al orden de la creación de los cielos y la tierra. La
casa de Shamai enseñó que primero fueron hechos los cielos, cf. Génesis 1:1,
pero la casa de Hilel enseñó que primero fue hecha la tierra, cf. Génesis 2:4b.
Los sabios luego dijeron que ambas cosas fueron hechas al mismo tiempo,
como está escrito en Isaías 48:13:
“Ciertamente mi mano fundó la tierra, y mi diestra extendió los cielos;
cuando los llamo, comparecen juntos.” (LBLA)
En el Salmo 104:4 se habla de los vientos y las llamas de fuego que son
mensajeros y ministros de HaShem. La carta a los Hebreos enseña que estos
vientos y llamas de fuego hacen alusión a los ángeles, como está escrito en
1:7:
“Y de los ángeles dice: EL QUE HACE A SUS ÁNGELES, ESPÍRITUS, Y A
SUS MINISTROS, LLAMA DE FUEGO.” (LBLA)
Estos textos también nos muestran que los ángeles fueron creados antes que
la fundación de la tierra.
El Salmo 104 también nos enseña que el agua había cubierto las montañas
antes de ser reprendidas y sujetas a un límite. En los picos de las montañas
de la sierra de Jaen, en el sur de España, hay señales en las rocas de olas del
mar que han estado desgastándolas durante muchísimo tiempo. Esto no
puede ser el resultado del diluvio, puesto que entonces el agua cubrió las
montañas sólo durante unos meses. Esas señales tienen que haber venido
antes del diluvio. ¿Será que esas rocas hayan estado a la orilla del mar antes
del diluvio y luego levantadas en alto después del diluvio? Probablemente fue
así. Muchas de las montañas que hay hoy en día en diferentes lugares de la
tierra, muestra señales de haber estado en el fondo del mar donde se
formaron los diferentes estratos sedimentarios durante el diluvio.
Según los cálculos modernos, el Universo, en su estado actual, tiene una edad
de 15 a 20 mil millones de años. Albert Einstein nos enseño que la
cosmología del Big Bang no sólo trajo a la existencia el espacio y la materia,
sino que también el tiempo. La teoría de la relatividad también nos enseña
que el tiempo no es constante. Nuestra comprensión del tiempo está afectada
por nuestro punto de partida a la hora de medir el tiempo. Dependiendo de
dónde estemos ubicados para calcular el tiempo, el tiempo va a ser diferente.
Un minuto en la luna va más rápido que un minuto en la tierra. Un minuto
en el sol va más despacio. Y por el hecho de que el universo se está
expandiendo, el tiempo también está cambiando y dilatándose, desde nuestra
perspectiva. ¿Cuánto tiempo transcurrió desde el inicio de la creación del
universo hasta la creación del hombre? ¿15 mil millones de años? ¿O seis
días? La respuesta es: ambas cosas. Desde el punto de vista de la Torá, fueron
seis días de 24 horas. Pero como el universo fue expandido y sigue
expandiéndose, el tiempo también se ha dilatado. El primero de los días de la
Torá duró 24 horas, visto desde la perspectiva del comienzo del tiempo. Pero
la duración de ese día, desde nuestra perspectiva actual, según el científico
judío Gerald Schroeder,[25]es de 8 mil millones de años. El segundo día, desde
la perspectiva de la Torá, duró 24 horas. Desde nuestra perspectiva actual
duró la mitad del día anterior, 4 mil millones de años. El tercer día también
duró la mitad del día anterior, 2 mil millones de años. El cuarto día - mil
millones de años. El quinto día - 500 millones de años. El sexto día – 250
millones de años. Si sumamos estos seis días, tenemos como resultado la
edad del universo de 15,750 millones de años. Igual que los cálculos de la
cosmología moderna.
La palabra hebrea que ha sido traducida como “aliento”, es ruaj,[26] que
significa tanto “viento” como “espíritu”. El género de la palabra ruaj es
femenino en la gran mayoría de las veces, pero aparece algunas pocas veces
en las Escrituras con el género masculino.
Este es el espíritu del Mesías, aquel Espíritu que luego vino para reposar
sobre Yeshúa, cuando subió del agua, cf. Mateo 3:16; Marcos 1:10.
1:3    “Entonces dijo Dios: Sea la luz. Y hubo luz.” (LBLA)  – Lo que Dios dice,
también lo hace, cf. Números 23:19; Salmo 33:9. Lo primero que Dios hizo
fue la luz. La tierra fue totalmente cubierta por una masa líquida caótica,
posiblemente algo como un agujero negro. A partir de ahora vemos la
organización del universo. Lo primero que fue hecho, fue la luz. Observa que
el sol todavía no había sido hecho. Esto nos enseña que no se trata de la
misma luz que luego fue producida por el sol y las estrellas, sino otra luz.
En 2 Corintios 4:6 está escrito:
“Pues Dios, que dijo que de las tinieblas resplandeciera la luz, es el que ha
resplandecido en nuestros corazones, para iluminación del conocimiento de
la gloria de Dios en la faz del Mesías.” (LBLA revisada)
En este texto el shaliaj Shaúl nos enseña que la luz surgió de las mismas
tinieblas. Esto también puede ser entendido de una manera simbólica, según
el segundo nivel de interpretación, la de la insinuación o alusión, en
hebreo remez. Si el Eterno pudo sacar luz de la oscuridad más compacta que
ha existido jamás, no hay oscuridad en nuestras vidas que sea demasiado
compacta para que nuestro Padre celestial no pueda utilizarla para algo
positivo. Para Él todo es posible, incluso crear luz de las mismas tinieblas.
1:4    “Y vio Dios que la luz es buena; y separó Dios la luz de las tinieblas.”
(LBLA) – Esta luz primordial fue la luz del Mesías. Fue lo primero que el
Eterno reveló en la creación, sin embargo esta luz fue “separada” de las
tinieblas, fue escondida del mundo para ser revelada más adelante, como está
escrito en Juan 1:4-10:
“En él estaba la vida, y la vida era la luz de los hombres. Y la luz brilla en las
tinieblas, y las tinieblas no prevalecieron contra ella. Vino un hombre
enviado por Dios, cuyo nombre era Yojanán. Este vino como testigo, para
testificar de la luz, a fin de que todos creyeran por medio de él. No era él la
luz, sino que vino para dar testimonio de la luz. Existía la luz verdadera que,
al venir al mundo, alumbra a todo hombre. En el mundo estaba, y el mundo
fue hecho por medio de él, y el mundo no le conoció.” (LBLA revisada)
En Mateo 4:13-16 está escrito:
“y saliendo de Natseret, fue y se estableció en Kefar-Najum, que está junto al
mar, en la región de Zevulún y de Naftalí; para que se cumpliera lo dicho por
medio del profeta Yeshayahu, cuando dijo: ¡TIERRA DE ZEVULÚN Y
TIERRA DE NAFTALI, CAMINO DEL MAR, AL OTRO LADO DEL YARDÉN,
GALIL DE LOS GENTILES! EL PUEBLO ASENTADO EN TINIEBLAS VIO
UNA GRAN LUZ, Y A LOS QUE VIVÍAN EN REGIÓN Y SOMBRA DE
MUERTE, UNA LUZ LES RESPLANDECIÓ.” (LBLA revisada)
En Juan 3:19 está escrito:
“Y este es el juicio: que la luz vino al mundo, y los hombres amaron más las
tinieblas que la luz, pues sus acciones eran malas.” (LBLA)
En Juan 8:12; 12:46 está escrito:
“Yeshúa les habló otra vez, diciendo: Yo soy la luz del mundo; el que me sigue
no andará en tinieblas, sino que tendrá la luz de la vida... Yo, la luz, he venido
al mundo, para que todo el que cree en mí no permanezca en tinieblas.”
(LBLA revisada)
En Hechos 26:13-15 está escrito:
“al mediodía, oh rey, yendo de camino, vi una luz procedente del cielo más
brillante que el sol, que resplandecía en torno mío y de los que viajaban
conmigo. Y después de que todos caímos al suelo, oí una voz que me decía en
el idioma hebreo: "Shaúl, Shaúl, ¿por qué me persigues? Dura cosa te es dar
coces contra el aguijón." Yo entonces dije: "¿Quién eres, Señor?" Y el Señor
dijo: "Yo soy Yeshúa a quien tú persigues.” (LBLA revisada)
Los rabinos antiguos consideraron que el Mesías fue la razón por la cual
fueron creados lo cielos y la tierra. La luz que fue revelada antes de la
formación del sol y las estrellas fue vista como la luz del Mesías que estaba
buscando una vasija apropiada para poder manifestarse finalmente.
Un Midrash antíguo[27] dice:
“Esta es la luz del Mashíaj... para enseñarte que el Eterno vio la generación
del Mashíaj y Su servicio antes de la creación del universo y él lo escondió...
bajo Su trono de gloria. Hasatán le preguntó: “Amo del universo: ¿Para quién
es esa luz bajo Tu trono de gloria?” Y el Eterno respondió: “Ella está
reservada para aquél que se encargará de aplastarte”.”
Otro Midrash antiguo[28] dice:
“Y el Espíritu de Dios reposaba... (Gén.1:2), esto alude al espíritu del Mashíaj,
que estuvo moviéndose sobre la faz de las aguas.”
Dos Midrashim de la edad media[29] dicen:
“¿Cuál es la luz que desciende sobre la congregación del Eterno? Es la luz del
Mesías” y “Esta es la luz del Mesías, como está escrito: En tu luz veremos la
luz”.
En otro Midrash[30] se puede leer:
"Desde el principio de la creación del mundo el rey Mesías nació, porque él
entró en la mente (de Dios) incluso antes de que el mundo fuera creado."
En el libro del profeta Janoj (Enoc), el séptimo después de Adam (citado
también en Judas v 14-15), en el capítulo 46 está escrito:
 “Allí vi a alguien que tenía una “cabeza de días” y su cabeza era como de lana
blanca; y con él otro cuya figura tenía la apariencia de un hombre, y su figura
era llena de gracia, como uno de los ángeles santos. Interrogué al ángel que
iba conmigo, y que me hacía conocer todos los secretos respecto a este Hijo
del hombre: “¿Quién es él, de dónde viene; por qué va él con la Cabeza de los
días?”.
“Él me respondió y me dijo: “Este es el Hijo del hombre que posee la justicia
y con el que habita la justicia, que revelará todos los tesoros de los secretos,
porque el Señor de los espíritus lo ha escogido, y su sino ha vencido por el
derecho ante el Señor de los espíritus por la eternidad.
“El hijo del hombre que tú has visto hará levantar a los reyes y a los
poderosos de sus lechos, y a los fuertes de sus asientos; y romperá los frenos
de los fuertes, y partirá los dientes de los pecadores; y derrocará a los reyes
de sus tronos y de su poder, porque ellos no le han exaltado y porque no le
han glorificado y porque no han confesado humildemente de dónde les había
sido dada la realeza. Cambiará la faz de los fuertes y la llenará de temor; las
tinieblas serán su vivienda y los gusanos su cama, y no podrán esperar
levantarse de su cama, porque no han exaltado el nombre del Señor de los
espíritus...”
En el capítulo 48 del mismo libro está escrito:
“En este lugar vi el manantial de justicia, que es inagotable; y a su alrededor
había muchas fuentes de sabiduría; y todos los sedientos bebían y eran llenos
de sabiduría, y tenían sus habitaciones con los justos, los santos y los
elegidos.
“Y en ese momento, este Hijo del hombre fue nombrado cerca del Señor de
los espíritus, y su nombre (fue nombrado) ante la “Cabeza de los días”.
“Y antes que el sol y las señales fuesen creados, antes que se hiciesen las
estrellas del cielo, su nombre fue nombrado ante el Señor de los espíritus.
“Será él un bastón para los justos, a fin de que puedan apoyarse sobre él y no
caer; será la luz de los pueblos, y será la esperanza de aquellos que sufren
en su corazón.
“Todos aquellos que habitan sobre el árido se prosternarán y lo adorarán; y
bendecirán y glorificarán y cantarán al Señor de los espíritus.
“Y por aquello es por lo que él ha sido elegido y guardado ante Él (el Señor)
antes de la creación del mundo, y por la eternidad...”
Aunque este texto no haya sido contado entre los libros canónicos, tenemos
que reconocer el testimonio de Yehudá (Judas) que citó su libro en su carta.
Esto nos autoriza para considerar los escritos de este profeta, que vivía antes
del diluvio, no como Escritura inspirada, sino como una fuente de
información interesante.
Lo interesante es que, según este libro, Janoj pudo ver al “Hijo del Hombre” y
tener una revelación sobre su origen. El nombre del Hijo del Hombre fue
mencionado ante “la Cabeza de los días”, antes que el sol, la luna y las
estrellas fuesen hechos. Él será la luz de los pueblos, cf. Isaías 49:6.
Este libro también dice que el Hijo del Hombre había sido elegido y guardado
ante el Señor de los espíritus, antes de la creación del mundo, y por la
eternidad, cf. Miqueas 5:2.
1:5b  “Y fue la tarde y la mañana: un día.” (Propia trad.) – La Torá no
describe las cosas de una manera estrictamente lineal, sino más bien avanza
de manera circular o espiral. Por esta razón no se debe entender estas
palabras como un seguimiento de lo que ocurrió antes, sino como un
resumen de lo que pasó durante todo ese día. Según la Torá, el día empieza
con la noche. Primero había oscuridad y luego vino la luz. Ese es un día. Aquí
no dice que fue el primer día, porque los demás días no habían venido
todavía, y por eso no se podía hablar de una secuencia de días, sino sólo de
un día, por lo tanto dice “un día” o “día uno”, en hebreo yom ejad. La
palabra ejad es la misma que se usa para el Eterno que es uno, cf.
Deuteronomio 6:4. Ejad es una palabra masculina que se usa comúnmente
en el hebreo para decir uno, en referencia a un objeto masculino. El
día ejad era un día único, porque sólo durante ese día Dios era único. De allí
el Midrash y Rashí sacan la idea de que los ángeles no fueron creados hasta el
segundo día.
Según Najmánides, las palabras vayehí erev, no quiere decir “y fue la tarde”,
sino “y hubo desorden”, porque la raíz deerev,[31] significa “caos”, “mezcla”,
“desorden”. Es por eso que la noche es llamada erev, porque cuando el sol
baja, la visión se hace confusa. La palabra de la Torá para “mañana” es boker,
[32]
 que es lo opuesto. Cuando el sol sale, el mundo se hace bikoret,
“ordenado”, claro para discernir. De esta manera se explica que los primero
días son contados a base de la obra de poner las cosas en orden que antes
estaban desordenadas. Cuando un elemento es transformado de desorden a
orden se habla de tarde y mañana, “del caos a la armonía”.
La palabra día, en hebreo yom,[33] tiene cuatro significados principales:

         Día, el tiempo cuando hay luz (aproximadamente12 horas), cf.


Génesis 1:5a.

         Día, jornada (24 horas), cf. Génesis 1:5b.


         Un tiempo más largo limitado, una época, cf. Génesis 2:4.
         Mil años, cf. Salmo 90:4.
1:6    “Y dijo Dios: Haya expansión en medio de las aguas, y separe las aguas
de las aguas.” (LBLA) – Según Rashí, los cielos que fueron creados el primer
día, estaban en un estado líquido. El Talmud, [34] dice que los cielos se estaban
expandiendo temblando todo el tiempo hasta que Dios dio su orden para que
pararan, cf. Job 26:11. Según Najmánides, el universo fue creado como un
grano pequeño que luego fue expandido. Ese grano fue la única creación
física, todas las otras creaciones fueron espirituales. Según él,
el nefesh (alma), de los animales, y la neshamá (alma superior) del hombre,
fueron creaciones espirituales. En ese grano estaba toda la materia prima
para el resto de las cosas. Cuando ese grano, que era tan pequeño que no
había sustancia en él, fue expandido se transformó en materia y entonces
comenzó el tiempo. La ciencia moderna ha mostrado que la energía es la
única sustancia que realmente no tiene sustancia y que puede transformarse
en materia. La famosa ecuación de Einstein e = mc2, nos dice que la energía
puede transformarse en materia.
1:7    “E hizo Dios la expansión, y separó las aguas que estaban debajo de la
expansión de las aguas que estaban sobre la expansión. Y fue así.” (LBLA) –
Este texto parece indicar que había agua (posiblemente en forma de vapor)
encima de la atmósfera, alrededor de la tierra. En tal caso esta agua fue la que
cayó sobre la tierra durante el diluvio en tiempos de Noaj. Esta “cubierta” de
agua protegería la tierra de los rayos radioactivos del espacio que hacen daño
a la vida biológica. Una capa de ese tipo produciría dos cosas importantes,
una presión atmosférica más alta, y un clima tropical por toda la tierra,
debido al efecto invernadero. La desaparición de esta capa protectora puede
ser una de las razones más importantes por las que la edad del hombre se
redujera aproximadamente el 90% después del diluvio. La nueva condición
de vida después del diluvio también podría darnos una explicación lógica del
porqué fueron exterminados los dinosaurios.
Debemos destacar que la caída del ángel Heilel no es narrada en Génesis
capítulos 1-2. En el capítulo 3, satanás utiliza una serpiente hablando
mentiras a los hombres. Parece que este ángel caído estableció su reino en el
aire alrededor de la tierra durante el segundo día, cf. Efesios 2:2. Quizás fue
una de las razones por las cuales el segundo día fue el único día cuando Dios
no pudo decir que era bueno. No obstante, Rashí destaca el hecho de que la
obra para organizar el agua no fue terminada durante el segundo día, sino en
el tercero. Por esto, en el tercer día Dios dijo dos veces que era bueno. Cada
obra terminada fue evaluada y declarada buena.
Según el Midrash,[35] el Gehinam, infierno, fue hecho el segundo día. Los
malvados serán arrojados al fuego para ser consumidos. Ese lugar no fue
preparado para el hombre, sino para satanás y sus ángeles. Sin embargo, los
que se rebelan contra la Torá del Eterno tendrán el mismo destino que los
ángeles rebeldes, cf. Mateo 25:41; Revelación 20:10-15.
1:8    “Y llamó Dios a la expansión cielos. Y fue la tarde y fue la mañana: el
segundo día.” (LBLA) – La palabra “cielos”, en hebreo shamayim, está en la
forma dual, “un par de cielos”. Esto puede ser una alusión a los dos tipos de
cielos que hay en el universo, la atmósfera y el espacio fuera de la atmósfera.
1:9    “Y Dios dijo: Júntense en un lugar las aguas que están debajo de los
cielos, y que aparezca lo seco. Y fue así.” (LBLA) – Al principio lo seco era un
solo continente. Más adelante fue dividida la tierra, cf. Génesis 10:25.
Según hemos visto en Job 38:6, el Eterno fundó una “piedra angular” en la
tierra. Esta “piedra” principal de la tierra es el monte Tsión, que es llamado el
“ombligo de la tierra”, cf. Ezequiel 38:12. Según Ezequiel 28:13-14, allí estaba
el lugar de adoración del ángel sumo sacerdotal antes de su caída en pecado.
En aquel lugar fue creado Adam, según la tradición hebrea. Parece que allí
estaban también los árboles de la vida y de la ciencia del bien y del mal. En
ese mismo monte Avraham puso su hijo Yitsjak sobre el altar. En ese sitio
Shelomó edificó el Templo. En ese monte el Hijo de Dios fue sacrificado para
redimir el pecado desde Adam, y para limpiar el mundo de toda iniquidad y a
ese lugar el Mesías volverá para levantar de nuevo el reinado de David y
gobernar sobre toda la tierra.
1:11-12 “Y dijo Dios: Produzca la tierra vegetación: hierbas que den semilla, y
árboles frutales que den fruto sobre la tierra según su género, con su semilla
en él. Y fue así. Y produjo la tierra vegetación: hierbas que dan semilla según
su género, y árboles que dan fruto con su semilla en él, según su género. Y vio
Dios que era bueno.” (LBLA) – Por la palabra de Dios, la tierra empezó a
producir vegetación. Aquí no habla de ningún acto de creación. Según el
Midrash,[36] el primer día Dios creó la materia prima a partir de la cual
construiría todo en el mundo. Como hemos dicho antes, todas las cosas
existían como una materia sin forma. Durante los días posteriores Dios
formó y moldeó la materia para que las cosas fueran de la manera como
nosotros las conocemos.
Según un Midrash,[37] el huerto del Eden brotó al mismo tiempo que el resto
de la vegetación. Además está escrito que HaShem mismo plantó este huerto,
cf. Génesis 2:8. El Midrash [38] también enseña que los árboles y el pasto del
Gan Eden, a diferencia del resto del mundo, son eternos y que cada árbol es
un símbolo de un objetivo espiritual superior. El Paraíso es el palacio del
Eterno en la tierra. En algún momento histórico, este huerto fue quitado de la
tierra y ahora está en el tercer cielo, cf. 2 Corintios 12:4. En el futuro será
restablecido en la tierra y los justos podrán entrar en él, como está escrito en
Revelación 2:7:
“El que tiene oído, oiga lo que el Espíritu dice a las congregaciones. Al
vencedor le daré a comer del árbol de la vida, que está en el paraíso de Dios.”
(LBLA)
Segunda aliyá, 1:14-23
1:14-15 “Y dijo Dios: Haya lumbreras en la expansión de los cielos para
separar el día de la noche, y sean para señales y para estaciones y para días y
para años; y sean por luminarias en la expansión de los cielos para alumbrar
sobre la tierra. Y fue así.” (LBLA) – Las tres clases de lumbreras, el sol, la
luna y las estrellas (incluidos los planetas), fueron puestos en los cielos para
cumplir siete propósitos divinos principales:
         Separar el día de la noche.
         Ser señales.
         Marcar las citas divinas.
         Mostrar días
         Mostrar años.
         Ser lumbreras en la expansión de los cielos.
         Alumbrar sobre la tierra.
1:16  “E hizo Dios las dos grandes lumbreras, la lumbrera mayor para
dominio del día y la lumbrera menor para dominio de la noche; hizo también
las estrellas.” (LBLA) – Hay tres palabras hebreas usadas en el relato de la
Torá de la creación de todas de las cosas:

         Bará    - creó, dio existencia a algo que no existía, cf. Génesis 1:1,
21; 27-28.

         Asá      - hizo, llevó a cabo, perfeccionó en su estado óptimo, cf.


Génesis 1:16.

         Yatsar  - formó, moldeó, cf. Génesis 2:7.


En el cuarto día Dios hizo el sol, la luna y las estrellas, no los creó. Ya existía
todo el material necesario desde el primer día. A partir de este momento
vemos claramente que la tierra daba vueltas alrededor de su eje.
En el Salmo 104:19 está escrito:
“Él hizo la luna para medir las estaciones.” (LBLA)
El anuario de la Torá se rige por la luna, no por el sol. Actualmente el año
lunar tiene aproximadamente 354.36 días y el año solar aproximadamente
365.25 días. Pero en el tiempo de la creación parece ser que no fue así, sino el
año lunar coincidía con el año solar, con 360 días cada uno. Los datos
históricos y arqueológicos[39] muestran que hubo un desajuste en nuestro
sistema solar de modo que el año solar fue cambiado y se añadieron cinco
días. Esto ocurrió alrededor del siglo VII antes de la era común. Para ajustar
la diferencia entre el año lunar y el año solar, en el anuario judío, que sigue la
luna, se añade un mes extra cada dos o tres años. En total son añadidos 7
meses durante un ciclo de 19 años. De esta manera  las fiestas del Eterno no
son celebradas fuera de tiempo, en relación con el ciclo agrícola. Con otras
palabras, la primera fiesta, la Pascua, tiene que celebrarse en la primavera
cuando la cosecha de la cebada esté lista en la tierra de Israel. La fiesta de
Pentecostés se celebra cuando la cosecha del trigo empieza, y la fiesta de las
Cabañas se celebra después de la recolección de los árboles frutales.
1:21  “Y creó Dios los grandes monstruos marinos y todo ser viviente que se
mueve, de los cuales están llenas las aguas según su género, y toda ave según
su género. Y vio Dios que era bueno.” (LBLA) – En Job 40:19 está escrito
quebehemot, algún tipo de dinosaurio, fue el “primero de los caminos de
Dios.” Esto concuerda bien con este texto de la Torá que dice que Dios
“creó”, bará, los “grandes monstruos marinos”. Fue lo primero que creó
después de la creación de la materia prima que luego sería transformada en
cielos y tierra. En este momento fue creado el nefesh, el alma, de los seres
biológicos.
Parece que los dinosaurios están mencionados en las Escrituras como
contemporáneos con los hombres, en el tiempo de Job, alrededor de 1700
años a.E.C., cf. Job 40:15-24; 41:1-34.

 La palabra hebrea bará, creó, aparece solamente en tres ocasiones en el


relato de la creación de la Torá:

 La creación de los cielos y la tierra, la materia, 1:1.

 La creación de los grandes monstruos marinos, y el resto de los


animales que viven en el agua y en el cielo, el alma biológica, 1:21.

 La creación del hombre, el alma superior, 1:27.


Tercera aliyá, 1:24 – 2:3
1:25  “E hizo Dios las bestias de la tierra según su género, y el ganado según
su género, y todo lo que se arrastra sobre la tierra según su género. Y vio Dios
que era bueno.” (LBLA) – Durante el sexto día, Dios “hizo” los animales
terrestres, no dice que los “creó”. El alma de los animales ya existía desde el
quinto día, y por eso Dios no necesitaba “crear” algo nuevo, para hacer más
animales terrestres.
De lo contrario, hubo un acto de creación, a la hora de hacer el hombre, cf.
1:27. Primero “formó” el cuerpo humano con lodo de la tierra, cf. 2:7.
Después creó la vida humana, por medio de soplar espíritu de vida en su
nariz. Lo primero que respiró el hombre fue el Espíritu de Dios. Esto nos
enseña que el hombre está por encima de los animales. El hombre necesitaba
un acto de creación diferente al de los animales. El hombre tiene algo que los
animales no tienen, el alma superior, en hebreo neshamá.
1:26-27 “Y dijo Dios: Hagamos al hombre con nuestra imagen, conforme a
nuestra semejanza; y ejerzan dominio sobre los peces del mar, sobre las aves
del cielo, sobre los ganados, sobre toda la tierra, y sobre todo reptil que se
arrastra sobre la tierra. Creó, pues, Dios al hombre con la imagen suya, con la
imagen de Dios lo creó; varón y hembra los creó.” (LBLA) – El
Midrash[40] interpreta este texto de la siguiente manera:
“Moshé escribió la Torá según HaShem se la dictaba. Cuando HaShem le
pidió que registrara el pasuk (1:26) – “Hagamos al Ser Humano” – Moshé
hizo una objeción: – Amo del Universo, preguntó, ¿Por qué les das a los
herejes una oportunidad para pecar y deducir de ésta forma plural que más
de un Dios creó al hombre?
- Escribe como te digo, contestó HaShem. Si alguien desea pecar, déjalo
pecar. Lo he expresado en plural para darle una lección al ser humano. Una
persona importante generalmente piensa que para él es superfluo dejarse
aconsejar por sus subordinados. Déjalo estudiar este versículo y así, se dará
cuenta que aún el Creador, que creó el mundo superior e inferior, consultó
con los ángeles antes de crear al hombre.”
Esto nos enseña que antes de crear al hombre hubo una decisión en la corte
celestial. El Eterno se ha rodeado de seres superiores que están involucrados
en sus proyectos de una manera activa, cf. 1 Reyes 22:19; Job 1:6; 2:1; Daniel
4:17; Revelación 4:4; 5:11. También los ángeles son copartícipes con el Eterno
en sus obras porque son enviados a ejecutar las órdenes divinas, cf. Salmo
103:20.
Así que, en este momento los ángeles fueron invitados a tomar una decisión
colectiva para la creación del ser humano. Sin embargo, a pesar de que
tomaron esta decisión colectiva, no tuvieron un papel activo a la hora de
crear el hombre, porque está escrito en el versículo 27: “creó Dios al hombre”.
No dice: “crearon”, lo cual excluye a los ángeles de esa creación. Hay otros
textos donde el verbo aparece en plural después de Dios, y esos texto indican
que los ángeles tuvieron un papel activo y colaborador en la acción, cf.
Génesis 20:13a; 2 Samuel 7:23.
El ser humano tenía que reflejar la manera de ser del Eterno en el mundo
natural como los ángeles le reflejan en el mundo sobrenatural. Las dos
palabras que han sido traducidas “con nuestra imagen, conforme a nuestra
semejanza”,be-tsalmenu ki-demutenu, tiene dos prefijos
diferentes, be y ke. Be significa “en” o “con”, y ke significa “como”, “de
acuerdo a” y es una comparación. Según Rashí, la palabra tselem,[41] que
significa “sombra”, “imagen”, muestra que el ser humano fue hecho con un
molde. Al decir tsalmenu, “nuestra imagen”, significa que el Eterno había
hecho esta imagen junto con los ángeles, específicamente para el hombre. Por
lo tanto, según él, el texto significa “hagamos al hombre a través de nuestro
molde (que antes hemos hecho juntos), parecido a la semejanza nuestra”.
Rashí interpreta la palabra hebrea en el versículo 27, be-tselmó, como “con su
imagen”, es decir con el molde propio del hombre, con el molde preparado
para crear el ser humano que era para él, era el molde suyo. Los sabios
discuten si este molde tiene que ver con las cualidades espirituales o las
físicas del ser humano. Maimónides[42] opina, por su lado, que ambas
palabras, tselem y demut, manifiestan cualidades solamente intelectuales y
espirituales, en contraste con las palabras toar, “aspecto”, y tavnit,
“configuración”.
Rashí sigue diciendo que “conforme a nuestra semejanza” tiene que ver con
la capacidad de comprender y esclarecerse, lo cual son cualidades internas.
Tanto el Eterno, como los ángeles como el hombre tienen la capacidad de
comprender y esclarecerse.
Otra interpretación de este texto sería que los ángeles han sido creados con
un tipo de forma corporal para expresar con esa forma las cualidades
espirituales del Eterno. Hay cuerpos celestiales y cuerpos espirituales, cf. 1
Corintios 15:40, 44. De esa manera, el hombre también reflejaría, con su
forma física, las cualidades del Invisible, como está escrito en el versículo 27:
“con la imagen de Dios lo creó” (Trad. propia)
Y como esas cualidades del Eterno también están reflejadas en los ángeles, Él
pudo decirles: “nuestra imagen”.
El ser humano tenía que ser hecho por causa del, y conforme al, Mesías que
estaba dentro del seno del Padre desde la eternidad, y para el cual todo había
sido creado, como está escrito en Romanos 5:14b:
“Adam, el cual es figura del que había de venir.” (LBLA)
Adam fue creado según el plan Mesías. Como el Mesías había sido
predestinado para ser el reflejo del Eterno, Adam tenía que ser hecho
semejante a ese plan, ese molde, ese hombre original.
“y ejerza dominio” – El ser humano fue creado para dominar sobre los
animales y la tierra y de esa manera él reflejaría el dominio del Creador sobre
todas las cosas. Este dominio del hombre dependía de la sujeción al Dueño de
todas las cosas. Fue un dominio de mayordomía, no independiente. La
independencia del hombre de su Creador fue su ruina.
“varón y hembra los creó” – La palabra hebrea que ha sido traducida como
“hombre” es adam,[43] que, en primer lugar, no significa “varón”, sino “ser
humano”, e incluso “raza humana”. Por lo tanto Adam es un compuesto de
varón y hembra. Más adelante vemos como la mujer no fue creada aparte del
varón, sino como una parte de él. Los dos juntos forman el ser
humano, Adam, como también está escrito en Génesis 5:2:
“Varón y hembra los creó; y los bendijo, y los llamó Adam el día en que
fueron creados.” (LBLA)
La expresión “varón y hembra” debe ser entendida como “masculino y
femenino”. Esto nos enseña que un varón debe ser masculino y una mujer
debe ser femenina. Deben ser diferentes. También nos enseña que el varón
no es completo sin una mujer que le complemente, y una mujer no es
completa sin un varón que le complemente. Los dos fueron creados para ser
la raza humana, el uno no puede existir sin el otro y viceversa.
Cuando el hombre deja de tener claro el hecho de que fue creado varón y
mujer, masculino y femenino, deja de cumplir una de sus funciones más
importantes en la creación. Por ese motivo, la Torá está muy clara en afirmar
que hay diferencias muy marcadas entre varón y mujer y prohíbe todo tipo de
acción que sirva para eliminar esas diferencias. Por lo tanto, el estado más
depravado del ser humano es cuando pierde su identidad de varón o mujer y
se vuelve homosexual. En la cadena de apostasía del ser humano, expresada
en Romanos capítulo 1, la homosexualidad es el estado final, más bajo. Pero,
gracias al Eterno, hay un plan de restauración para el hombre caído, dañado
y depravado, como está escrito en 1 Corintios 6:9-11:
“¿O no sabéis que los injustos no heredarán el reino de Dios? No os dejéis
engañar: ni los inmorales, ni los idólatras, ni los adúlteros, ni los afeminados,
ni los homosexuales, ni los ladrones, ni los avaros, ni los borrachos, ni los
difamadores, ni los estafadores heredarán el reino de Dios. Y esto erais
algunos de vosotros; pero fuisteis lavados, pero fuisteis santificados, pero
fuisteis justificados en el nombre del Señor Yeshúa el Mesías y en el Espíritu
de nuestro Dios.” (LBLA revisada)
1:28  “Y los bendijo Dios y les dijo: Sed fecundos y multiplicaos, y llenad la
tierra y sojuzgadla; ejerced dominio sobre los peces del mar, sobre las aves
del cielo y sobre todo ser viviente que se mueve sobre la tierra.” (LBLA) –
Este es el primero de los 613 mandamientos que aparecen en la Torá. El
hombre tiene la obligación de multiplicarse. Para poder multiplicarse de
forma adecuada hay que entrar en un pacto matrimonial y tener hijos. El que
no quiere casarse y tener hijos resiste el propósito original para el ser
humano. Sólo en casos muy especiales y particulares se puede permitir que
un hombre o una mujer se queden sin casar.
La familia es el pilar principal del fundamento de la sociedad. El Eterno no
bendijo al hombre cuando estaba solo, sino cuando estaba acompañado con
su esposa. Esto nos enseña que el matrimonio entre hombre y mujer ha
recibido una bendición del cielo. La palabra hebrea que ha sido traducida
como “bendecir” es baraj,[44] que originalmente tiene que ver con doblar
rodillas. Una bendición contiene palabras cargadas de poder espiritual que
pueden generar resultados muy positivos en el receptor de ella. Una
bendición sirve para beneficiar una persona de manera espiritual y material,
cf. Génesis 27:37. En este caso, la bendición del hombre resultó en su
capacidad de poder procrear y tener muchos hijos, lo cual es una de las
bendiciones más grandes que el hombre pueda recibir, cf. 1 Samuel 2:20;
Salmo 127:3-5; Proverbios 17:6.
1:29  “Y dijo Dios: He aquí, yo os he dado toda planta que da semilla que hay
en la superficie de toda la tierra, y todo árbol que tiene fruto que da semilla;
esto os servirá de alimento.” (LBLA) – Los hombres no podían comer carne
hasta después del diluvio, cf. Génesis 9:3.
1:30  “Y a toda bestia de la tierra, a toda ave de los cielos y a todo lo que se
mueve sobre la tierra, y que tiene vida, les he dado toda planta verde para
alimento. Y fue así.” (LBLA) – Todos los animales comían vegetales. Ningún
animal mataba a otro para comer. El mundo fue creado muy diferente a lo
que vemos ahora, después de la caída en pecado, cf. Romanos 8:19-22.
1:31  “Y vio Dios todo lo que había hecho, y he aquí que era bueno en gran
manera. Y fue la tarde y fue la mañana: el sexto día.” (LBLA) – La muerte del
hombre no es buena, es un enemigo. Por lo tanto en este momento no había
muerte. La muerte no sólo entró en un hombre sino también en el resto del
mundo, por el pecado del hombre, como está escrito en Romanos 5:12:
“Por tanto, tal como el pecado entró en el mundo por un hombre, y la muerte
por el pecado, así también la muerte se extendió a todos los hombres, porque
todos pecaron.” (LBLA)
El texto de Génesis 1:31 nos muestra que el relato en el capítulo 2, donde dice
que no era bueno que el hombre estuviera solo, cf. 2:18, no fue escrito de
manera cronológica. El capítulo 2 es una explicación más detallada de lo que
pasó durante los últimos días de la creación, narrados en el capítulo 1. Como
hemos dicho antes, la Torá no narra las cosas de manera lineal, un suceso
tras otro, sino de manera circular, avanzando y luego volviendo atrás para
dar más detalles de lo que había dicho antes. Si no entendemos este
principio, no vamos a entender muchos de los textos. Es así como trabaja el
cerebro humano y la Torá fue escrita para ser compatible con los hombres.
La última letra de este versículo es la yud. Al contar cada séptima letra desde
esa yud, en adelante hasta el versículo 2:2a, se encuentran las letras yud,
sin/shin, resh, alef y lamed, que forman la palabra Israel.

Esto nos indica que Israel estaba en la mente de Dios cuando el sexto día
terminó y durante todo el séptimo día. Este texto es leído en la casa por cada
padre de familia judía sobre una copa de vino para santificar el Shabat, el
viernes por la noche, al inicio del shabat. Unos 2500 años más tarde el shabat
fue entregado de una manera especial al pueblo de Israel como una señal del
pacto, cf. Éxodo 31:13ss. Pero ya en el principio el Eterno estaba pensando en
Israel cuando el shabat fue creado para todos los hombres.
2:1-2 “Así fueron acabados los cielos y la tierra y todas sus huestes. Y en el
séptimo día completó Dios la obra que había hecho, y cesó en el día séptimo
de toda la obra que había hecho.” (LBLA) – Según la primera parte del
versículo dos, parece que Dios estuvo trabajando durante el séptimo día,
completando su labor. Sin embargo en la segunda pare del mismo versículo y
en el versículo tres, está escrito que cesó de toda su labor. ¿Entonces qué fue
lo que hizo en el séptimo día para completar la obra de la creación? Cesó de
su labor. Así que, con el mismo cese, la obra fue completada.
2:3    “Y bendijo Dios el séptimo día y lo santificó, porque en él cesó de toda la
obra que Él había creado para hacer.” (Trad. propia) – El séptimo día fue un
día bendecido por Dios. Hay una bendición especial pronunciada sobre, y
escondida dentro de, ese día. Ningún otro día de la semana tiene una
bendición específica. Anteriormente los seres vivos, animales y  hombres,
habían sido bendecidos, pero ahora el Eterno bendijo un día, un lapso de
tiempo de 24 horas.
Pero no sólo bendijo el séptimo día, sino también lo santificó. La palabra
hebrea que ha sido traducida como “santificar” es kadash,[45] que significa
“apartar”. Esta palabra tiene dos connotaciones principales, apartar de algo y
apartar para algo. En este caso, el séptimo día fue apartado de los demás días
para ser diferente. Pero no solamente esto, sino también fue apartado para el
Eterno para ser de su exclusiva posesión. Algo que ha sido santificado, sólo
puede ser utilizado para el objetivo para el cual fue santificado. Si es utilizado
para otra cosa o con otro motivo, es profanado. Así que el shabat fue
santificado de los demás días de la semana para ser diferente y fue
santificado para ser de la exclusiva posesión del Creador. Ese día es suyo, lo
ha apartado para Él, para ser su propio día, por esto lo llama “mí día santo”
en Isaías 58:13-14 donde está escrito:
“Si por causa del día de reposo apartas tu pie para no hacer lo que te plazca
en mi día santo, y llamas al día de reposo delicia, al día santo del SEÑOR,
honorable, y lo honras, no siguiendo tus caminos, ni buscando tu placer, ni
hablando de tus propios asuntos, entonces te deleitarás en el SEÑOR, y yo te
haré cabalgar sobre las alturas de la tierra, y te alimentaré con la heredad de
tu padre Jacob; porque la boca del SEÑOR ha hablado.”(LBLA)
El Shabat es el día del Eterno. Él tiene un propósito muy específico para ese
día. Después de terminar toda la obra de la creación en seis días, preparó un
día exclusivo por medio del cual él pudiera tener una relación especial con el
hombre y obrar de una manera concreta dentro del hombre, santificarlo,
como está escrito en Éxodo 31:13:
“Habla, pues, tú a los hijos de Israel, diciendo: "De cierto guardaréis mis
shabats, porque esto es una señal entre yo y vosotros por todas vuestras
generaciones, a fin de que sepáis que yo soy HaShem que os santifico."”
(LBLA revisada)
El hombre fue creado a imagen y semejanza de Dios, y por eso es hijo de
Dios. Por lo tanto, el hombre ha sido hecho para ser un reflejo y un imitador
de su Padre celestial. (Según el pensamiento hebreo no hay mayor diferencia
entre engendrar y crear. Por ejemplo, está escrito en el Salmo 90:2 que las
montañas fueron engendradas.) Y como el Padre cesó de su labor en el
séptimo día, el hombre hace lo mismo, como está escrito en Éxodo 20:8-11:
“Acuérdate del shabat para santificarlo. Seis días trabajarás y harás toda tu
obra, mas el séptimo día es shabat para HaShem tu Dios; no harás en él obra
alguna, tú, ni tu hijo, ni tu hija, ni tu siervo, ni tu sierva, ni tu ganado, ni el
extranjero que está contigo. Porque en seis días hizo HaShem los cielos y la
tierra, el mar y todo lo que en ellos hay, y reposó en el séptimo día; por tanto,
HaShem bendijo el shabat y lo santificó.” (LBLA revisada)
Es decir, en el séptimo día no se hacen cosas que intervienen en el orden
natural de lo creado. Durante seis días semanales, el hombre puede
intervenir en la creación, mostrando su poderío sobre todas las cosas. Puede
plantar, puede quebrar ramas y arrancar flores; puede construir o derribar;
puede unir o cortar; puede escribir palabras y transportar objetos. Puede
trabajar con todas las cosas que el Eterno ha entregado en sus manos. Pero
en el séptimo día no puede hacer nada de eso, porque su Padre le dejó un
ejemplo a seguir. Un hijo obediente hace lo mismo que su padre. Un hijo
rebelde no imita a su padre. ¿Entonces qué debe hacer el hombre durante el
séptimo día? Dos cosas principales, cesar de las actividades del resto de la
semana y dedicarse de una manera especial a Dios. De esa manera podrá
obtener el beneficio de esa bendición que está pronunciada sobre ese día.
La palabra hebrea que ha sido traducida como “cesó” es shavat.[46] De allí
viene la palabra “shabat”, que significa “parada de actividades”, “parada en la
producción”, “paro de la obra” o simplemente “cese”. La palabra “shabat”
aparece por primera vez en Éxodo 16:23, donde está escrito:
“él les respondió: Esto es lo que ha dicho HaShem: "Mañana es
shabatón, shabat consagrado a HaShem. Coced lo que habéis de cocer y
hervid lo que habéis de hervir, y todo lo que sobre guardadlo para mañana."”
(LBLA revisada)
Es importante notar que la palabra shabat no significa “descanso”, en el
sentido de recuperar fuerzas. El Eterno no necesitaba descansar después de
su obra de creación, porque Él no se cansa, como está escrito en Isaías 40:28:
“¿Acaso no lo sabes? ¿Es que no lo has oído? El Dios eterno, HaShem, el
creador de los confines de la tierra no se fatiga ni se cansa. Su entendimiento
es inescrutable.” (LBLA revisada)
Por lo tanto el séptimo día no fue hecho, en primer lugar, con el fin de que el
hombre descansara de sus labores fatigosas. En el principio el hombre no
tenía una labor que le hizo sudar o gastar sus fuerzas para tener que
recuperarse durante un día a la semana. Este no es el concepto principal del
shabat. Se trata, como hemos dicho, de cesar de intervenir en la creación. Por
lo tanto, al traducir la palabra shavat como “descansó” y la palabra “shabat”
como “día de reposo”, es fácil confundirlo con el significado y propósito
primordiales de ese día. Si el shabat es un día cuando no se hacen actividades
que intervienen en la creación, entonces el propósito del shabat no es que sea
de descanso, sino de dedicación al Eterno de una manera diferente al resto de
los días de la semana.
Por otro lado, es cierto que está implícito el concepto de descansar en el
shabat, pero es más bien un resultado de la caída en el pecado cuando el
trabajo del hombre se convirtió en algo pesado, y el hombre tiene la
necesidad de descansar un día a la semana, como está escrito en
Deuteronomio 5:14:
“mas el séptimo día es shabat para HaShem tu Dios; no harás en él ningún
trabajo, tú, ni tu hijo, ni tu hija, ni tu siervo, ni tu sierva, ni tu buey, ni tu
asno, ni ninguno de tus animales, ni el forastero que está contigo, para que tu
siervo y tu sierva también descansen como tú.” (LBLA revisada)
En Éxodo 20:11 está escrito:
“Porque en seis días hizo HaShem los cielos y la tierra, el mar y todo lo que
en ellos hay, y reposó en el séptimo día; por tanto, HaShem bendijo el shabat
y lo santificó.” (LBLA revisada)
Aquí dice explícitamente que el Eterno descansó en el séptimo día. Sin
embargo, el descanso no es lo primordial del shabat, sino el cese de
actividades creativas y productivas. De esta manera, este día es convertido en
un santuario en el tiempo. Este fue el primer tipo de templo que HaShem
hizo. Más adelante designó también un lugar físico para un templo. Hay
tiempos santos y lugares santos, tiempos apartados y lugares apartados.
Estos son principios incorporados en la creación, que ayudan al hombre a
relacionarse de manera correcta con el Creador.
El templo del tiempo, el shabat, fue hecho para que el hombre pudiera
reconocer que él no es el dueño ni el que tiene todo el poder sobre las cosas
creadas. Durante un día a la semana, el 14.3% de su tiempo, tiene que
reconocer que no es el supremo jefe en la creación. De esta manera, al
guardar el shabat el hombre puede mostrar su sumisión y devoción al
Creador. El que trabaja en shabat no reconoce al Creador, se hace dueño de
las cosas que no son suyas, y no respeta las leyes de la naturaleza. El que
interviene en la creación durante el shabat, se está revelando contra el
principio de mayordomía que le fue entregado al hombre y se está haciendo
señor en lugar de siervo del Eterno, tomando un lugar que no le corresponde,
quitando de su vida laboral la soberanía del Padre celestial, haciéndose dios.
El principio del shabat no fue establecido en Sinái, con la entrega de la Torá a
Israel, sino en la misma creación, no en relación con Israel, sino en relación
con el hombre. El shabat fue instituido justo después de la creación del
hombre. Lo primero que el hombre experimentó después de ser creado fue el
shabat del Eterno. Esto nos enseña que el shabat fue hecho para el hombre,
como está escrito en Marcos 2:27:
“Y él les decía: El shabat se hizo para el hombre, y no el hombre para el
shabat.” (LBLA)
El shabat no fue hecho para los judíos, sino para el hombre, para todos los
hijos de Adam. No hay ningún texto en las Escrituras que muestre que el
shabat haya sido cambiado por otro día o que haya sido abolido o que haya
sido cumplido de manera espiritual. Todos los intentos de introducir tales
doctrinas están destinados a fracasar a la hora de hacer una investigación
más minuciosa del mensaje de los Escritos inspirados por el Espíritu del
Eterno, incluyendo Los Escritos Mesiánicos, conocido como el “Nuevo
Testamento”.
Es interesante notar que la Torá no dice “fue la tarde y fue la mañana el
séptimo día”. El Midrash[47] lo interpreta diciendo que la luz primordial, que
había sido hecha el primer día, alumbraba durante la noche del shabat, de
manera que no hubo oscuridad para Adam y Javá.
En el Talmud[48] hay una discusión entre dos rabinos en qué día fue creado
Adam. Según el rabino Yehoshúa, Adam fue creado el sexto día del primer
mes, Nisán (Marzo-Abril). Según el rabí Eliezer, fue creado el primer día del
séptimo mes, Tishrí, (Sept.-Oct.). La interpretación del rabí Eliezer ha
prevalecido sobre la del rabí Yehoshúa y durante miles de años los judíos han
celebrado la creación del mundo el primer día del séptimo mes, llamándolo
Rosh HaShaná, la cabeza del año. Si esto es cierto, el primer mes original,
que ahora es llamado Tishrí, fue cambiado en Éxodo 12:2, para ser el séptimo
mes para Israel, y el mes que ahora es llamado Nisán, fue establecido como el
primer mes del año para los hijos de Israel. El mes de la redención es el
primer mes del año para el pueblo del Eterno.
“creado para hacer” – Rashí cita el Midrash[49] diciendo que esto se refiere al
doble trabajo que se hace durante el sexto día que corresponde a la necesidad
del séptimo. El trabajo que debería haber sido hecho en el séptimo día es
adelantado. Esto se veía reflejado en el desierto cuando el Eterno dijo al
pueblo que recogiera y cocinara una doble porción de maná, en hebreo man,
el sexto día para no tener que hacerlo durante el shabat, cf. Éxodo 16:5, 22-
24.
Cuarta aliyá, 2:4 – 3:21
2:4    “Estos son las generaciones de los cielos y de la tierra cuando fueron
creados, el día en que HaShem Dios hizo la tierra y los cielos.” (LBLA
revisada) – La palabra hebrea que ha sido traducida como “generaciones”
es toldót,[50] que deriva de la raíz yalad,[51] que significa “engendrar”, “nacer”.
La palabra toldót puede ser entendida de dos maneras, en sentido humano o
sentido histórico. Cuando se refiere al sentido humano, tiene que ver con la
descendencia. Cuando se refiere a la historia significa los sucesos históricos
que se han producido. En este caso se está refiriendo a las cosas que fueron
producidas durante la creación del cielo y la tierra. Aquí vemos otra vez la
relación entre la creación y el engendramiento o nacimiento de algo.
“HaShem Dios” – Esta es la primera vez que aparece el Nombre personal de
Dios, YHWH. Ese Nombre aparece más de 6500 veces en el Tanaj. Este es el
nombre personal del Eterno que es presentado en las Escrituras. Todos los
demás nombres son genéricos, son títulos, pero este es el Nombre propio del
Eterno. Así es como se llama. Este Nombre es el que más revela lo esencial de
él. No sabemos bien cuál es su exacta pronunciación y por esto preferimos no
pronunciarlo o escribirlo de forma completa por respeto. En lugar de escribir
ese nombre, usamos el sustituto “HaShem”, que significa “el Nombre”, lo cual
es una práctica muy antigua y se encuentra en Los Escritos Mesiánicos, cf. 3
Juan 7. Como la raíz de YHWH tiene que ver con vida y existencia en sí
mismo, usamos también la traducción “el Eterno” como una referencia a ese
Nombre.
Según Rashí, cuando los dos nombres YHWH y Dios aparecen juntos, debe
ser entendido como: “HaShem que es Dios, quien domina y juzga todo”. El
nombre YHWH está relacionado con la gracia y la misericordia, cf. Éxodo
34:6-7.
En el capítulo uno se ve la obra creativa de Dios a distancia, pero en el
capítulo dos se revelan los detalles más cercanos de ciertos actos que fueron
descritos de manera general en el capítulo uno. Cuando el Eterno se presenta
a distancia, se da a conocer con su atributo de justicia, pero cuando nos deja
acercarnos y verle más de cerca, se presenta con su nombre personal, YHWH,
que está relacionado con su misericordia. Esto nos enseña que cuánto más
cerca lleguemos al Eterno, más conoceremos su amor.
Por eso está escrito en 1 Juan 4:8, 16:
“El que no ama no conoce a Dios, porque Dios es amor... Y nosotros hemos
llegado a conocer y hemos creído el amor que Dios tiene para nosotros. Dios
es amor, y el que permanece en amor permanece en Dios y Dios permanece
en él.” (LBLA)
2:7    “Entonces HaShem Dios formó al hombre del polvo de la tierra, y sopló
en su nariz el aliento de vida; y fue el hombre un alma viviente.” (Trad.
propia) – La palabra hebrea que ha sido traducida como “y formó” es va-
yiytser que tiene una letra yud extra en este caso. Cuando se habla de la
formación de los animales en el versículo 19, la misma palabra fue escrita con
sólo una yud, pero cuando se habla de la formación del hombre, hay
dos yuds. ¿Cómo se puede entender esto? Es obvio que el texto hebreo quiere
mostrar que hubo una diferencia entre la formación del cuerpo humano y el
de los animales. El cuerpo humano tiene algo más, algo que los cuerpos de
los animales no tienen. Rashí dice, basándose en el Midrash, [52] que había dos
formaciones del cuerpo humano, una para este mundo y otra para la
resurrección de los muertos. Los animales no fueron creados para la
resurrección. El cuerpo humano es como una semilla, que tiene una pequeña
parte donde está depositado el potencial de la vida de resurrección. Cuando
una semilla es sembrada en la tierra y muere, es activada esa vida de
resurrección. De la misma manera el Eterno preparó el cuerpo humano para
poder resucitar, cf. 1 Corintios 15:42-44.
El hombre es el único ser que ha sido capacitado para vivir en dos mundos
simultáneamente, el mundo inferior, material, y el mundo superior,
espiritual. Por esto, necesitaba un acto de creación único, diferente al de los
ángeles y diferente al de los animales. El hombre es una combinación entre el
polvo de la tierra y el soplo de vida del Eterno. Cuando estos dos se unieron,
el hombre se convirtió en un alma viviente, en hebreo nefesh jayá. Rashí dice
que el texto menciona específicamente que el hombre fue hecho un alma
viviente, para mostrar que no es exactamente igual que un animal, que
también es llamado alma viviente, cf. 1:24. La traducción del Targum marcó
la diferencia al traducir “ser vivo” cuando habla de los animales y “espíritu
que habla” cuando habla de los hombres.
El espíritu de vida del Eterno es el que hace que cada hombre pueda vivir. El
ser humano no es un ser eterno en sí mismo. La idea pagana de la
inmortalidad del alma no viene de las Escrituras, sino es un concepto
filosófico griego que se ha infiltrado tanto en el judaísmo como en el
cristianismo. El alma del hombre depende del Espíritu del Eterno para poder
existir. Sólo hay Uno que es inmortal en sí mismo, como está escrito en 1
Timoteo 6:16:
“el único que tiene inmortalidad y habita en luz inaccesible; a quien ningún
hombre ha visto ni puede ver. A Él sea la honra y el dominio eterno. Amén.”
(LBLA)
El hombre sólo puede alcanzar la inmortalidad en una estrecha relación con
Aquel que existe por sí mismo, el Padre celestial. La inmortalidad
independiente es un mito. Ese mito fue vendido a Javá cuando fue engañada
a independizarse del Dador de la vida creyendo en las palabras: “ciertamente
no moriréis”. No hay vida eterna separada del Eterno. Las Escrituras enseñan
que el alma es mortal, destructible y puede perderse, cf. Ezequiel 18:4, 20;
Mateo 10:28.
2:8    “Y plantó HaShem Dios un huerto hacia el oriente, en Eden; y puso allí
al hombre que había formado.” (LBLA) – Esto nos enseña que hubo tres
áreas principales en la tierra: el huerto, Eden y el resto del mundo. Estas tres
corresponden a las tres áreas en el templo, el lugar santísimo, el lugar santo y
el atrio. El hombre fue puesto para vivir en la intimidad en el lugar santísimo,
para servir allí al Eterno como sacerdote.
2:9    “Y HaShem Dios hizo brotar de la tierra todo árbol agradable a la vista y
bueno para comer; asimismo, en medio del huerto, el árbol de la vida y el
árbol del conocimiento de lo bueno y de lo malo.” (LBLA) – En el centro del
huerto había dos árboles, uno cerca del otro. El árbol de la vida representa la
Torá, que es llamada “árbol de vida” en Proverbios 3:18, donde está escrito:
“Es árbol de vida para los que de ella echan mano, y felices son los que la
abrazan.” (LBLA)
Es probable que el árbol de vida haya estado donde hoy en día está el lugar
del templo en Yerushalayim y el árbol del conocimiento de lo bueno y de lo
malo haya estado en el monte de los olivos.
2:11  “El nombre del primero es Pishón; éste es el que rodea toda la tierra de
Javilá, donde hay oro.” (LBLA revisada) – Pishón[53] significa “desbordar”,
“extenderse”, “abundar”. Según Rashí es el río Nilo. El ambiente original para
el hombre fue de abundancia. La escasez es el resultado de la maldición.
2:12  “El oro de aquella tierra es bueno; allí hay bedelio y ónice.” (LBLA) – El
hombre fue creado para tener abundancia económica y valorar el oro. La
Torá es la que da valor al oro. El oro tiene valor porque la Torá está diciendo
que es bueno. El oro no es malo. Las riquezas materiales no son malas, sino
buenas. Lo malo es el amor al dinero, como está escrito en 1 Timoteo 6:10:
“Porque la raíz de todos los males es el amor al dinero, por el cual,
codiciándolo algunos, se extraviaron de la fe y se torturaron con muchos
dolores.” (LBLA)
2:13  “Y el nombre del segundo río es Guijón; éste es el que rodea la tierra de
Cush.” (LBLA revisada) – Según Rashí, Guijón[54] significa estruendo.
2:14  “Y el nombre del tercer río es Jidekel; éste es el que corre al oriente de
Ashur. Y el cuarto río es el Perat.” (LBLA revisada) – Según Rashí,
Jidekel[55] significa que sus aguas son punzantes, jadín y ligeras, kadín.
Prat[56] está relacionado con fruto, perí, sus aguas fructifican.
2:15  “Entonces HaShem Dios tomó al hombre y lo puso en el huerto del
Eden, para que lo cultivara y lo cuidara.” (LBLA revisada) – El propósito
inicial era que el hombre se multiplicara para ser una familia grande que se
extendiera sobre toda la tierra, y que expandiera la hermosura del huerto por
todo el mundo, guardándolo de toda mala influencia que pudiera venir de
fuera, sobre los cuales Adam tenía que ejercer dominio, y no someterse.
“para que lo cultivara y lo cuidara” – Estas dos tareas son básicas en
cualquier obra viva para que tenga éxito. Se trata de extensión y de
protección. No es suficiente extender una obra viva, también hay que
protegerla y guardarla. No es suficiente guardar una obra viva, hay que
ampliarla y extenderla. Todo lo que vive se mueve y se desarrolla y todo lo
que vive es vulnerable y necesita ser cuidado. Una congregación que sólo
piensa en expansión perderá muchas vidas. Una congregación que sólo
piensa en mantener el status quo nunca podrá cumplir el propósito del
Eterno. Toda vida tiene que desarrollarse y ser protegida para no morir.
Estos dos principios también están reflejados en la bendición aharónica, cf.
Números 6:24, que dice: “HaShem te bendiga y te guarde. ”
¿En qué sentido Adam tenía que proteger el huerto? ¿No era todo bueno en
gran manera? Entonces no podía haber enemigos ni elementos enemigos que
podrían dañar el huerto. ¿O sí los había? ¡Efectivamente sí los había! El mal
ya existía. El árbol del conocimiento de lo bueno y de lo malo constituye una
evidencia de que ya existía el mal en algún lugar. Es evidente que la caída en
el pecado de una parte de la creación invisible ya era un hecho. El hombre fue
advertido acerca de ello, y tenía la misión de resistir ese mal para que no
dañara el Reino del Eterno en el mundo donde había sido puesto para
gobernar. Esto nos muestra que el hombre no sólo fue creado con el
propósito de propagar la gloria del Eterno en el mundo, sino también para
combatir el mal.
2:16-17 “Y ordenó HaShem Dios al hombre, diciendo: De todo árbol del
huerto ciertamente comerás, pero del árbol del conocimiento de lo bueno y
de lo malo no comerás, porque el día que de él comas, ciertamente
morirás.” (LBLA revisada)– Aquí aparece por primera vez en la Torá la
palabra “ordenó”, en hebreo tsavá,[57] que es la raíz de la palabra
“mandamiento”, en hebreo mitsvá.[58] Ahora HaShem Dios dio un
mandamiento positivo al hombre, de comer de todos los árboles del huerto
excepto uno, y un mandamiento negativo, de no comer del árbol del
conocimiento de lo bueno y de lo malo. Los mandamientos positivos traen
bendiciones sobre los que los obedecen y los mandamientos negativos traen
castigo sobre los que los desobedecen.
A través de los mandamientos, el hombre es elevado a una posición de alteza.
La palabra mitsvá incluye el concepto de “encargo”. Cuando una persona
recibe un encargo divino se siente importante y es elevado al estatus de
colaborador con el Eterno para cumplir sus planes de manera consciente y
voluntaria. Los mandamientos son herramientas que el Eterno ha entregado
en las manos del hombre para poder mantener una relación íntima con Él y
también profundizar en esa intimidad con Él. Si el hombre rompe los
mandamientos hay una ruptura en esa relación y el hombre experimenta una
decadencia espiritual. Un ser humano sin normas es peor que un animal,
porque los animales cumplen las normas que han sido establecidas para
ellos. El cumplimiento de los mandamientos eleva al hombre a las esferas
espirituales, pero el quebrantamiento de los mandamientos lo reduce al
polvo del cual fue tomado.
El árbol del conocimiento de lo bueno y de lo malo representa el
reconocimiento de la soberanía de Dios sobre el hombre. Cada vez que el
hombre obedecía el mandamiento negativo de no comer del árbol prohibido,
mostraba quién era el Soberano, quién era el Señor en su vida, quién era su
Dios. Este árbol ayudaba al hombre a someterse y humillarse, y de esta
manera podía mantener su estado de señor y administrador delegado sobre
todas las cosas creadas. La única manera de poder mantener un puesto de
autoridad es estar en sujeción al que delegó la autoridad. Por esta razón, con
el tiempo este árbol se convertiría en un tipo de altar, un lugar de sacrificio y
adoración, donde la voluntad del hombre es sujetada a la voluntad del
Creador.
Este árbol era también la manifestación de la libertad del hombre. El hombre
tenía la posibilidad de pecar. Era libre para elegir entre la obediencia y la
desobediencia. Si el hombre no hubiera tenido mandamientos, no tendría la
opción de ser desobediente. Ahora su obediencia estaría basada en una
acción voluntaria de sometimiento y esto le convertiría en un ser superior
que si no hubiera tenido esa opción. De esta manera el amor estaría basado
en la libertad de elección, y así es más poderoso. Dios desea nuestro amor
voluntario, no obligado. Como el Eterno prohibió al hombre comer de ese
árbol, en un sentido, no tenía la libertad para hacerlo. En el caso de
desobediencia al mandamiento, habría una consecuencia catastrófica, la
muerte, que implica la desintegración de los elementos que están vivos al
estar unidos. Las Escrituras hablan de, al menos, tres clases de muerte.

 Muerte espiritual, cuando el espíritu humano es alejado de la Fuente de


la vida, cf. Efesios 2:1.

 Muerte física, cuando el espíritu sale del cuerpo, cf. Génesis 5:5.

 Muerte eterna (la segunda muerte), cuando todo el ser es consumido en


el lago de fuego, cf. Mateo 5:29; 25:41; Revelación 20:14.
¿Cómo podemos interpretar las palabras: “el día que de él comas,
ciertamente morirás”?

 El día cuando Adam pecó, experimentó un tipo de muerte espiritual, su


interior experimentó una ruptura en la relación íntima con Dios, de
manera que Dios le sale a buscar llamándole diciendo: “¿Dónde
estás?”

 Si consideramos que un día también significa 1000 años, vemos que


Adam no pasó a un segundo milenio de vida, murió a los 930 años, en
el mismo día (entiéndase día como 1000 años) que comió del
árbol,  muriófísicamente.

 Es posible que Adam haya muerto exactamente el día de su


cumpleaños, 930 años después de su creación, el sexto día de la
semana (viernes). Según la tradición fue enterrado por Dios Mismo,
en la cueva de Majpelá, que estaba cerca de la puerta del Huerto de
Edén. Esta es la razón por la que Avraham tenía tanto interés en
comprar esa cueva, para sepultura de Sará, de sí mismo, y de sus
descendientes.
2:18  “Y HaShem Dios dijo: No es bueno que el hombre esté solo; le haré una
ayuda opuesta a él.” (Trad. propia) – El hombre no fue creado para estar
solo. La mujer fue sacada del hombre con el fin de estar delante de él y
complementarle. Este texto enseña que el propósito principal de la mujer es
apoyar al hombre para que él pueda cumplir los propósitos del Eterno junto
con ella. Cuando la Torá habla de ejercer dominio, en 1:26-28, no lo expresa
de forma singular, sino siempre plural. Esto nos enseña que el hombre no
puede ejercer dominio estando sólo. Necesita la ayuda de su esposa para
poder ejercer un dominio correcto sobre la creación.
Antes que la mujer fue hecha, el hombre fue puesto en el huerto para labrarlo
y protegerlo. Los mandamientos de comer de los árboles y de no comer de un
árbol no fueron dados directamente a la mujer, sino sólo al hombre. El
hombre también empezó su tarea de dominar sobre la creación al poner
nombres proféticos sobre todos los animales de la tierra y todas las aves del
cielo. Esto nos enseña que hay tres cosas específicamente relacionadas con la
función del varón:

         La producción y cuidado laboral, expansión y defensa.


         El estudio y cumplimiento de la Torá.
         La responsabilidad de discernir y mandar sobre el contorno.
El hombre ya estaba funcionando en estas tres áreas sin la ayuda de la mujer.
Sin embargo no estaba bien que un solo hombre estuviera haciendo estas
cosas. HaShem quería tener muchos hijos, y el varón solo no podía cumplir
con esa visión. Necesitaba una esposa que pudiera ayudarle con esa tarea.
Por este motivo, HaShem diseñó el cuerpo de la mujer especialmente con el
fin de poder producir hijos. Esto nos enseña que la vida familiar y la crianza
de los hijos es la tarea principal de una mujer. Lo más grande en la vida de
una mujer es poder casarse con el fin de ser una ayuda para su marido, tener
hijos y ayudar a su marido a criarlos para que sean fieles al Eterno. El
hombre fue creado para moverse en un círculo más amplio, la mujer fue
creada para moverse en el mundo del hogar en primer lugar, cf. Proverbios
31:10-31.
La mujer ha sido capacitada de una manera especial, para poder ser una
ayuda para su esposo. La palabra hebrea que ha sido traducida como “ayuda”
es ezer,[59] cuya raíz es ”azar”,[60] que significa “rodear”, “proteger”,
“defender”, “ayudar”, “socorrer”. Esta palabra no tiene nada despectivo en sí,
sino refleja lo mejor que pueda recibir una persona cuando hay necesidad. El
hombre está menos capacitado para poder vivir solo que la mujer. La Torá
enseña que el hombre es el que necesita una ayuda, no la mujer. La
palabra ezer aparece en la mayoría de los textos en las Escrituras como una
referencia al Eterno, cf. Éxodo 18:4; Deuteronomio 33:7. Así que, la ayuda
que la mujer pueda brindarle al hombre es una ayuda que viene del cielo. El
hombre humilde acepta los consejos sabios y la ayuda que el Eterno le esté
dando a través de su esposa.
El hecho de que la Torá enseña que el hombre necesita ayuda no significa que
la mujer no necesite del varón. El varón estaba funcionando en las tres áreas
que antes hemos mencionado, antes de la formación de la mujer. Por lo
tanto, la mujer depende del hombre en estas tres áreas. La mujer necesita el
beneficio del trabajo y la protección del varón. La mujer necesita de la
revelación del consejo del Eterno que fue entregado al varón. Ningún libro en
las sagradas Escrituras fue escrito por una mujer pero fueron también
escritos para la mujer. La revelación divina viene en primer lugar al hombre y
es transmitida por medio del hombre a la mujer. En algunas ocasiones el
Eterno habla al hombre a través de la esposa, pero esa no es la regla sino un
complemento. El Eterno no habló a la mujer acerca de los mandamientos que
el hombre había recibido. Esto nos enseña que el hombre tiene la
responsabilidad para enseñar Torá a su esposa. El esposo debe dedicar más
tiempo que la esposa en los estudios de las Escrituras y en la oración, para
poder obtener la revelación divina y así poder enseñarla y dirigir a su hogar
de manera profética. El varón es el que tiene la última palabra a la hora de
decidir cómo llevar la familia, él es la cabeza de su esposa, como está escrito
en 1 Corintios 11:3:
“Pero quiero que sepáis que la cabeza de todo hombre es el Mesías, y la
cabeza de la mujer (casada) es el hombre (su esposo), y la cabeza del Mesías
es Dios.” (LBLA revisada)
La palabra hebrea que ha sido traducida como “opuesta a él” es ke-negdó,
cuya raíz es negued,[61] que significa “en frente”. Esto nos enseña que la mujer
fue creada para estar en frente del varón. Si el varón se porta de manera
correcta, su mujer, que es temerosa del Eterno, le va a tratar bien, pero si él
no hace lo que el Eterno le ha llamado a hacer, entonces la mujer se
convertirá en su enemiga. La palabra ke-negdó puede ser traducida “que le
lleve la contraria”. La mujer ha sido hecha por el Eterno para ser así. Esa es la
mejor ayuda que el hombre pueda tener, aparte del Eterno mismo. La mujer
fue diseñada para ver las cosas de otra manera, para estar en un ángulo
diferente y tener otro modo de comprender su contorno. El hombre tiene
más capacidad para ver las cosas de manera general, pero no tiene la
capacidad de ver todos los detalles. La mujer ha sido capacitada para ver
ciertas cosas que el hombre no puede ver y él tiene la obligación de
escucharla para poder tener una imagen más completa de las cosas antes de
tomar las decisiones finales y dirigir correctamente su familia.
2:19  “Y HaShem Dios formó de la tierra todo animal del campo y toda ave
del cielo, y los trajo al hombre para ver cómo los llamaría; y como el hombre
llamó a cada ser viviente, ése fue su nombre.” (LBLA revisada) – En el quinto
y sexto día fueron formados los animales. Estos animales luego fueron
traídos al hombre para que él dominara sobre cada uno de ellos a través del
discernimiento espiritual y su capacidad de hablar. Por medio del
discernimiento espiritual podía detectar el carácter y la función de cada
especie. Luego combinó las letras hebreas, según el significado de cada letra,
que correspondían al carácter y función de cada animal y las pronunció sobre
cada uno en particular. Adán fue creado para ser dirigido por el Espíritu del
Eterno. Todavía no había entrado el pecado en él, y su relación y revelación
espirituales no sufrían impedimentos de ninguna clase. Él sabía, por medio
de su visión profética, acerca de la función y propósito de cada cosa y animal
y podía dominar sobre cada uno de ellos conforme al plan del Creador. Al
poner nombres sobre los animales, el hombre los dominaba con su palabra.
El hombre fue capacitado para dominar y crear su contorno a través de su
palabra. El que pone nombre sobre algo es el que tiene autoridad sobre
aquella cosa. HaShem puso nombre sobre la luz, las tinieblas, la expansión, la
tierra y el mar. Él domina sobre todas estas cosas. HaShem puso también
nombre sobre el hombre el día en que fue creado, cf. 5:2. El hombre luego
podía seguir poniendo nombres sobre los animales y de esa manera colaborar
con el Eterno en esta obra.
2:21-22 “Entonces HaShem Dios hizo caer un sueño profundo sobre el
hombre, y se durmió; y tomó una de sus costillas, y cerró la carne en ese
lugar. Y de la costilla que HaShem Dios había tomado del hombre, formó una
mujer y la trajo al hombre.” (LBLA revisada) – La mujer no fue tomada del
polvo de la tierra para ser aplastada, ni de la cabeza del varón para
dominarlo, sino de su lado para igualarlo. Según Rashí, el texto hebreo no
habla de costillas sino de costados. De esta manera HaShem sacaría la parte
femenina del hombre para construir una mujer. Por otro lado, el rabí
Eliezer[62]enseña que HaShem sacó una costilla, y con esa costilla construyó
una mujer. El Targum de Yonatán dice que se trataba de la decimotercera
vértebra del hombre.
En el episodio de la formación de la mujer encontramos una hermosa
ilustración profética en cuanto a la preparación de la novia del Mesías. En el
plan eterno del Padre celestial, el Mesías había sido destinado para ser el
gobernante sobre todo el universo. Este gobierno fue reflejado en el hombre
en relación con los animales y la tierra. Sin embargo, como el hombre no
debía ejercer ese dominio solo, la mujer fue sacada de él, para que hubiera un
gobierno colectivo de hombre y mujer. De la misma manera, HaShem decidió
sacar del Mesías una esposa complementaria, para compartir con él el
gobierno de toda creación, tanto invisible como visible. Y de la misma
manera que el hombre fue puesto bajo un sueño profundo, el Mesías tenía
que pasar por el sueño de la muerte. Durante el sueño, la mujer fue sacada
del hombre. De la misma manera la novia del Mesías fue sacada a base de la
muerte del Mesías. La muerte del Mesías es la base sobre la cual la novia
podía ser sacada, formada y perfeccionada, para poder ser una ayuda
complementaria en el gobierno mesiánico universal. Esto no significa que la
novia no existía antes de la muerte del Mesías Yeshúa. La novia ya existía
desde antes, como está escrito en Juan 3:29:
“El que tiene la novia es el novio, pero el amigo del novio, que está allí y le
oye, se alegra en gran manera con la voz del novio. Y por eso, este gozo mío se
ha completado.” (LBLA)
En Efesios 5:25-27 está escrito:
“Maridos, amad a vuestras mujeres, así como el Mesías amó a la
congregación y se dio a sí mismo por ella, para santificarla, habiéndola
purificado por el lavamiento del agua con la palabra, a fin de presentársela a
sí mismo, una congregación en toda su gloria, sin que tenga mancha ni
arruga ni cosa semejante, sino que fuera santa e inmaculada.” (LBLA
revisada)
Estos textos enseñan que la novia del Mesías ya existía antes de que él se
entregara para morir por ella. Sin embargo, la muerte del Mesías era
necesaria para poder perfeccionarla para que no tuviera mancha ni arruga ni
cosa semejante. La congregación del Mesías son los fieles dentro del pueblo
de Israel, como está escrito en Jeremías 31:4a y Mateo 16:18b:
“De nuevo te edificaré, y serás reedificada, virgen de Israel... sobre esta roca
edificaré mi congregación.” (LBLA revisada)
2:23  “Y el hombre dijo: Esta vez es hueso de mis huesos, y carne de mi carne;
ella será llamada mujer (ishá), porque del hombre (ish) fue tomada.” (Trad.
propia) – Las primeras palabras del hombre cuando despertó de su sueño
fueron: “Esta vez”. Esto significa que él había estado buscando entre los
animales algún ser que podría ser su pareja. Según el Midrash, [63] al ver que
todos los animales tenían parejas, se quejó con el Eterno por no tener pareja.
Entonces el Eterno le durmió y le proporcionó a Javá.
Este texto nos enseña que Adam hablaba en hebreo, la misma lengua que el
Eterno usó para crear el mundo. Según Siftei Jajamim, [64] en todas las
lenguas antiguas del mundo, la palabra para “mujer” no se deriva de la
palabra para “hombre”, excepto en el hebreo. Por lo tanto, el juego de
palabras que está haciendo Adam es una evidencia que estaba hablando el
idioma hebreo y entendiendo su gramática. El hebreo fue hablado por todos
los hombres hasta la torre de Bavel casi 2000 años después. A partir de allí el
hebreo fue dividido en 70 idiomas diferentes. El hebreo es llamado lashón
ha-kodesh, “la lengua sagrada”.
2:24 “Por tanto el hombre dejará a su padre y a su madre y se unirá a su
mujer, y serán una sola carne.” (LBLA) – Aquí está la base para el
matrimonio entre hombre y mujer. El matrimonio es un pacto entre varón y
mujer que tiene implicaciones sociales. Por lo tanto la relación entre un
hombre y una mujer no es un asunto privado. En todas las culturas hay algún
tipo de anuncio público a la hora de iniciar un pacto matrimonial. El hombre
no tiene el derecho de cohabitar con una mujer sin tener un pacto
matrimonial con ella como base. Este texto nos enseña que primero hay un
paso de abandono de la vida social en relación con la familia de los padres.
Luego hay una unión oficial cuando una mujer se convierte en “su” mujer, y
después podrán unirse físicamente para ser una sola carne. Este es el orden
establecido desde la creación para la formación de la unión entre hombre y
mujer.
La raíz de la palabra hebrea que ha sido traducida como “unirá” es davak,
[65]
 y significa “pegarse”, “asociarse”, “adherirse”.
En Mateo 19:4-6 nos enseña nuestro Rabino:
“Y respondiendo dijo: ¿No habéis leído que aquel que los creó, desde el
principio LOS HIZO VARÓN Y HEMBRA, y añadió: "POR ESTA RAZÓN EL
HOMBRE DEJARÁ A su PADRE Y A su MADRE Y SE UNIRÁ A SU MUJER,
Y LOS DOS SERÁN UNA SOLA CARNE"? Por consiguiente, ya no son dos,
sino una sola carne. Por tanto, lo que Dios ha unido, ningún hombre lo
separe.” (LBLA)
La unión entre varón y mujer en el pacto matrimonial es un asunto que se
registra en el cielo. En este primer matrimonio, el Eterno trajo la mujer al
hombre y los casó. Después entregó a las autoridades la facultad de confirmar
los pactos matrimoniales. Por lo tanto, toda intención de establecer una
relación íntima entre varón y mujer tiene que ser registrada ante las
autoridades. Las autoridades son representantes de Dios. Los que se casan
ante las autoridades lo hacen ante Dios y en ese momento Él es el que los
une. El matrimonio es un pacto hecho delante del Eterno, como está escrito
en Malaquías 2:14:
“Y vosotros decís: "¿Por qué?" Porque HaShem ha sido testigo entre tú y la
mujer de tu juventud, contra la cual has obrado deslealmente, aunque ella es
tu compañera y la mujer de tu pacto.” (LBLA revisada)
En Eclesiastés 4:12 está escrito:
“Y si alguien puede prevalecer contra el que está solo, dos lo resistirán. Un
cordel de tres hilos no se rompe fácilmente.” (LBLA)
2:25  “Y estaban ambos desnudos, el hombre y su mujer, y no se
avergonzaban.” (LBLA) – El hombre fue creado a la imagen de Dios. Como
Dios se revela en este mundo como luz y cubriéndose de luz [66], el hombre
brillaba antes de caer en pecado. El Midrash [67] enseña además que el hombre
fue creado rodeado con nubes de gloria y tenía una especie de escamas que
luego cayeron cuando pecó. Así que no debemos entender la expresión
“desnudos” como una desnudez vergonzosa como la que experimenta el
hombre hoy en día cuando no esta vestido.
La vergüenza por causa de la desnudez que experimentó el hombre al caer en
pecado es debido a la pérdida de la ropa original que tenía. Ahora no podrá
recuperar la gloria de su ropa original. Ni siquiera el rey Shelomó podía llegar
al nivel de hermosura de un lirio del campo, cf. Mateo 6:29. Esto muestra que
el hombre, que fue creado muy superior a las flores, es un ser caído, que ha
perdido esa gloria original que tenía antes de su caída en pecado, como está
escrito en Romanos 3:23:
“por cuanto todos pecaron y están destituidos de la gloria de Dios” (RV1995)
Por otro lado, la vergüenza por exponer sus cuerpos no existía en los
hombres desde el principio, porque no había en ellos malos instintos.
Todavía no había entrado en el hombre el pecado. Según Rashí, el yetser
hará, la inclinación al mal, no entró en el hombre hasta que comió del fruto
del árbol prohibido.
3:1    “Y la serpiente era más astuta que cualquiera de los animales del campo
que HaShem Dios había hecho. Y dijo a la mujer: ¿Conque Dios os ha dicho:
"No comeréis de ningún árbol del huerto"?” (LBLA revisada) – La serpiente
ataca a la mujer por varias razones. La mujer es más sensible a los impulsos
espirituales que el hombre. También es más fácil seducir espiritualmente a la
mujer que al hombre, como está escrito en 1 Timoteo 2:14:
“Y Adam no fue el engañado, sino que la mujer, siendo engañada
completamente, cayó en transgresión.” (LBLA)
En 2 Corintios 11:3 está escrito:
“Pero temo que, así como la serpiente con su astucia engañó a Eva, vuestras
mentes sean desviadas de la sencillez y pureza de la devoción al Mesías.”
(LBLA revisada)
Los mandamientos habían sido entregados al varón y él, a su vez, los había
transmitido a su esposa. Por lo tanto, Adam no fue engañado porque sabía
muy bien cuál era el mandamiento que había recibido del Eterno en cuanto al
árbol prohibido. La serpiente hizo una pregunta astuta para entrar en
discusión con la mujer. La estrategia del adversario está basada en la
mentira. Él es el padre de la mentira. La mentira es la verdad torcida. La Torá
del Eterno es verdad, cf. Salmo 119:142. La mentira del adversario consiste en
torcer las palabras de la Torá. Con la primera pregunta, la serpiente cambió
un mandamiento y así intentó proyectar la imagen de un Dios cruel que
esclaviza a los hombres mediante la ley, prohibiendo tantas cosas que
podrían disfrutar si fuesen libres de la ley. Esta ha sido su estrategia desde el
principio y su estrategia no ha cambiado desde entonces.
3:3    “pero del fruto del árbol que está en medio del huerto, ha dicho Dios:
"No comeréis de él, ni lo tocaréis, para que no muráis."” (LBLA) – La mujer
añadió al mandamiento. No estaba prohibido tocar el árbol, sólo comer de él.
Es muy importante no añadir ni quitar a los mandamientos, como está
escrito en Deuteronomio 4:2:
“No añadiréis a la palabra que yo os mando, ni quitaréis de ella, para que
guardéis los mandamientos de HaShem vuestro Dios que yo os mando.”
(LBLA revisada)
3:4    “Y la serpiente dijo a la mujer: Ciertamente no moriréis.” (LBLA) – Aquí
vemos el origen del engaño de la creencia de la inmortalidad del alma.
3:5    “Pues Dios sabe que el día que de él comáis, serán abiertos vuestros ojos
y seréis como Dios, conociendo el bien y el mal.” (LBLA) – La serpiente
reclama conocer lo que hay en la mente de Dios, ella es religiosa. Ahora está
intentando establecer una religión diferente. Lo atractivo de su nueva
religión es que ofrece la libertad de la ley y el desarrollo personal mediante
un conocimiento superior. Es una religión que crea independencia. En lugar
de estar en sujeción a los mandamientos, el hombre toma decisiones propias
según sus propios criterios. Mediante la confianza en su propio conocimiento
y en su propia mente, piensa que sabe lo que debe hacer y no hacer. Así su
propia mente se convierte en Dios y es la que decide, según lo que entienda.
Lo que no entiende no lo acepta ni lo practica.
3:6    “Cuando la mujer vio que el árbol era bueno para comer, y que era
agradable a los ojos, y que el árbol era deseable para alcanzar sabiduría, tomó
de su fruto y comió; y dio también a su marido que estaba con ella, y él
comió.” (LBLA) –La mujer fue engañada por la palabra de la serpiente. Creyó
más en las palabras mentirosas que en las Palabras del Eterno que habían
sido transmitidas por su marido.
La tentación de la independencia mental fue la que hizo que el pecado
entrara en este mundo. El intelectualismo humanista es el mayor obstáculo
para el Reino de los Cielos en la tierra.
Adam se dejó seducir por la mujer en lugar de dominar sobre la serpiente con
la Palabra de Dios.
3:7    “Entonces fueron abiertos los ojos de ambos, y conocieron que estaban
desnudos; y cosieron hojas de higuera y se hicieron delantales.” (LBLA) – El
conocimiento de los hombres ya no estaba basado en la revelación causada
por la unión espiritual con el Eterno, sino en la independencia intelectual.
Perdieron la gloria que habían tenido y conocieron que estaban desnudos. La
palabra hebrea para conocer, yadá,[68] no sólo significa discernir
intelectualmente, sino también saber por experiencia. Ahora experimentaron
verdaderamente lo que implicaba estar desnudos en todos los sentidos. En
primer lugar se quedaron desnudados de la presencia divina que los había
llenado de tanta gloria que hasta sus cuerpos brillaban. Además, según lo que
enseña Rashí, se quedaron desnudados del mandamiento que habían tenido
en sus manos. Por el efecto que el fruto causó en ellos, ahora pudieron
entender la vergüenza que implicaba estar desnudos y por esto se cosieron
hojas de higuera para cubrirse. Las hojas de higuera representan la
religiosidad del hombre caído, que intenta sustituir la gloria del Eterno por
medio de propios esfuerzos. Esas ropas fueron luego rechazadas por el
Eterno que les puso otro tipo de ropa, producida por un animal inocente que
tuvo que dar su sangre.
Hay diferentes propuestas entre los jajamim, los sabios, con respecto a qué
árbol fue el del conocimiento de lo bueno y lo malo: vid, trigo, etrog (cidro) e
higuera. Según Rashí, fue una higuera. No obstante, pienso que fuera un
árbol único en su clase que ya no existe en la tierra.
La Torá[69], los apóstoles[70] y otras interpretaciones antiguas y
rabínicas[71] enseñan que la muerte entró en la humanidad por medio de
Adam. La muerte es el resultado del pecado que ahora había entrado en el
hombre. La semilla del árbol del conocimiento de lo bueno y de lo malo, echó
raíces y produjo su fruto dentro del hombre. Esto causó una división dentro
del ser humano, una división en la voluntad, la cual vemos reflejada en
Romanos 7:15, donde está escrito:
“Porque lo que hago, no lo entiendo; porque no practico lo que quiero hacer,
sino que lo que aborrezco, eso hago.”(LBLA)
El carácter del hombre fue degenerado. Él fue transformado en un ser
diferente, con pecado dentro, el cual no estaba en el principio, y su forma de
ser no puede agradar al Eterno, más bien despierta su ira, por su rebeldía
nata, como está escrito en Efesios 2:3:
“entre los cuales también todos nosotros (los judíos) en otro tiempo vivíamos
en las pasiones de nuestra carne, satisfaciendo los deseos de la carne y de la
mente, y éramos por naturaleza hijos de ira, lo mismo que los demás (los
gentiles).” (LBLA propios comentarios)
3:8    “Y oyeron a HaShem Dios que se paseaba en el huerto al fresco del día;
y el hombre y su mujer se escondieron de la presencia de HaShem Dios entre
los árboles del huerto.” (LBLA revisada) – El pecado entró en el mundo por la
tarde. Por esta razón el Mesías Yeshúa tenía que morir por la tarde, para
quitar el pecado del mundo.
3:10  “Y él respondió: Te oí en el huerto, y tuve miedo porque estaba
desnudo, y me escondí.” (LBLA) – El miedo entró en el mundo por causa del
pecado.
3:11  “Y dijo: ¿Quién te ha hecho saber que estabas desnudo? ¿Has comido
del árbol del cual te mandé que no comieras?” (LBLA) – El Eterno sabe todas
las cosas y no necesita ser informado de lo que sucede. A pesar de ello, le
hace una pregunta a Adam para así darle la oportunidad para arrepentirse y
confesar su pecado con remordimiento.
3:12  “Y el hombre respondió: La mujer que tú me diste por compañera me
dio del árbol, y yo comí.” (LBLA) – El carácter del hombre se había vuelto
depravado, y por esto le echaba la culpa a Dios por haberle dado una mujer
que le hizo pecar. En lugar de dar la cara, se coloca detrás de su mujer
intentando escapar de su responsabilidad y evitar el castigado por lo que ha
hecho. Una persona espiritualmente inmadura no reconoce su culpa sino
siempre echa la culpa a otros. Una persona madura está dispuesta a asumir la
responsabilidad de su culpa e incluso la culpa de los demás y sufrir el castigo
de ellos para liberarlos.
Adam sabía que le esperaba la muerte. La paga del pecado es la muerte. El
temor a la muerte produce esclavitud. HaShem puede liberarnos
completamente del temor de la muerte por medio de Yeshua, como está
escrito en Hebreos 2:14-15:
“Así que, por cuanto los hijos participan de carne y sangre, él igualmente
participó también de lo mismo, para anular mediante la muerte el poder de
aquel que tenía el poder de la muerte, es decir, el diablo, y librar a los que por
el temor a la muerte, estaban sujetos a esclavitud durante toda la vida.”
(LBLA)
3:13  “Entonces HaShem Dios dijo a la mujer: ¿Qué es esto que has hecho? Y
la mujer respondió: La serpiente me engañó, y yo comí.” (LBLA revisada) –
HaShem le da también a la mujer la oportunidad de hacer teshuvá,
arrepentimiento. Pero ella sigue el mal ejemplo de su marido y no asume su
responsabilidad sino echa la culpa a la serpiente.
3:14  “Y HaShem Dios dijo a la serpiente: Por cuanto has hecho esto, maldita
serás más que todas las bestias, y más que todos los animales del campo;
sobre tu vientre andarás, y polvo comerás todos los días de tu vida.” (LBLA
revisada) – Para la serpiente no había posibilidad de arrepentimiento. Por
eso HaShem no le hace ninguna pregunta, sino dicta la sentencia
directamente. La serpiente perdió sus patas y fue reducido al ser más maldito
que todos los animales terrestres.
3:15  “Y pondré enemistad entre tú y la mujer, y entre tu simiente y su
simiente; él te herirá en la cabeza, y tú lo herirás en el calcañar.” (LBLA) –
Aquí se habla en primer lugar de una enemistad entre la mujer y la serpiente.
La mujer es la madre de los seres humanos, y por lo tanto representa la vida.
Así fue como Adam entendió este mensaje para luego darle un nuevo
nombre, Javá (Eva), “vida”, (antes se había llamado Ishá). A pesar de que los
hombres se habían sometido al espíritu de rebeldía e independencia, todavía
quedaba dentro de ellos una inclinación al bien, el yetser hatov, que les iba a
motivar para no quebrantar todos los mandamientos del Eterno. De esta
manera habría, hasta cierto punto, una enemistad natural, nata, en toda la
raza humana contra los poderes del mal tanto internos como externos.
En segundo lugar, se habla aquí de la descendencia de la serpiente y de la
descendencia de la mujer. La descendencia de la serpiente son los hombres
que quebrantan los mandamientos del Eterno, y la descendencia de la mujer
representa a los hombres que obedecen los mandamientos del Eterno
luchando en enemistad contra la serpiente y el mal.
Desde tiempos muy antiguos este texto también ha sido entendido como una
profecía mesiánica. El Midrash[72]enseña:
"Este es Aquel Simiente que viene de otro lugar, y ¿quién es este? Este es el
Rey Mesías."
En Gálatas 3:16 está escrito:
“Ahora bien, las promesas fueron hechas a Avraham y a su descendencia. No
dice: y a las descendencias, como refiriéndose a muchas, sino más bien a una:
y a tu descendencia, es decir, el Mesías.” (LBLA revisada)
Esta interpretación no excluye las otras interpretaciones en cuanto a la
palabra descendencia. Sin embargo, es destacable el hecho de que la palabra
para descendencia en Génesis 3:15 está escrita de forma singular
masculino.Evidentemente aquí hay una profecía de un descendiente especial,
una simiente única. La palabra hebrea que ha sido traducida como
“simiente”, zerá,[73] significa:

         semilla, simiente, germen, pipa, papita, grano, trigo


         periodo de siembra, sementera
         esperma, semen
         fig. posteridad, descendencia, hijos, descendientes, raza
Debemos notar que la Torá habla aquí de la simiente de una mujer, lo cual es
una cosa contra la naturaleza. La simiente, el esperma, viene del hombre.
¿Cómo es que ahora se habla de la semilla de una mujer? Evidentemente aquí
tenemos una profecía de un nacimiento sobrenatural del Mesías. El texto
parece indicar que se tratará del nacimiento del Mesías sin el semen de un
varón.
HaShem sigue diciendo que él, el simiente, el descendiente, tendrá que
aplastar la cabeza de la serpiente, es decir, destruir el poder de aquél que
incitó a la mujer al pecado. Aquí es anunciada la destrucción final del poder
de satanás.
La palabra hebrea que ha sido traducida como “te herirá” es yejufshá que,
según Rashí, significa “te triturará”, similar a Deuteronomio 9:21 donde
habla de cómo Moshé hizo polvo el becerro de oro en el desierto.
En 1 Juan 3:8 está escrito:
“El que practica el pecado es de satanás (simiente de la serpiente), porque
satanás ha pecado desde el principio(Bereshit). El Hijo de Dios (simiente de
la mujer) se manifestó con este propósito: para destruir las obras
satanás(aplastar la cabeza de la serpiente).” (LBLA revisada con propios
comentarios)
El Hijo del Dios, que es el último Adam y el Segundo Hombre, cf. 1 Corintios
15:45-47, vino para destruir las obras del satanás. Por medio de su obediencia
a la Torá venció sobre el adversario, cf. Filipenses 2:8; Salmo 40:7-8. Adam
perdió por desobedecer los mandamientos de Dios. Yeshúa venció por
obedecer la Torá del Eterno. La única manera de vencer sobre satanás, es a
través de obedecer la Torá. El que no obedece a Dios, se somete
automáticamente al reino de desobediencia y al príncipe de la rebeldía.
Pecado es desobediencia a los mandamientos de Dios, cf. 1 Juan 3:4.
Al igual que Moshé desmenuzó en polvo el becerro de oro y echó el polvo en
agua, así el final de satanás será la destrucción eterna y total en el lago de
fuego, como está escrito en Mateo 25:41:
“Entonces dirá también a los de su izquierda: "Apartaos de mí, malditos, al
fuego eterno que ha sido preparado para el diablo y sus ángeles.” (LBLA)
En Revelación 20:10 está escrito:
“Y el diablo que los engañaba fue arrojado al lago de fuego y azufre, donde
también están la bestia y el falso profeta; y serán atormentados día y noche
por los siglos de los siglos.” (LBLA)
“y tú le herirás en el calcañar” (LBLA) – Esta profecía está anunciando el
sufrimiento del Mesías. En el momento de su muerte, Yeshúa tuvo que sufrir
en su talón por un clavo sin cabeza que los verdugos romanos habían puesto
en el árbol, justamente detrás de uno de sus pies, y que atravesaba el talón
cada vez que tenía que elevarse para poder respirar.[74] 
El texto también puede ser interpretado en referencia a los descendientes de
Yaakov que serán la última generación antes del regreso del Mesías. El
nombre Yaakov está relacionado con la palabra hebrea para “talón”, ekev. En
los últimos tiempos, los hijos del adversario, los que quebrantan los
mandamientos, harán guerra contra los santos que guardan los
mandamientos de Dios, que fueron dados por medio de Moshé, y tienen el
testimonio de Yeshúa, como está escrito en Revelación 12:17:
“Entonces el dragón se enfureció contra la mujer (Israel), y salió para hacer
guerra contra el resto de la descendencia de ella, los que guardan los
mandamientos de Dios y tienen el testimonio de Yeshúa.” (LBLA revisada)
3:16 “A la mujer dijo: En gran manera multiplicaré tu dolor en el embarazo,
con dolor darás a luz los hijos; y con todo, tu deseo será para tu marido, y él
tendrá dominio sobre ti.” (LBLA) – El mundo de la mujer, la familia, fue
afectado por el pecado de ella. Las cosas que ya existían en pequeña escala
fueron ahora aumentadas para convertirse en algo muy doloroso.
3:17  “Entonces dijo a Adán: Por cuanto has escuchado la voz de tu mujer y
has comido del árbol del cual te ordené, diciendo: "No comerás de él",
maldita será la tierra por tu causa; con trabajo comerás de ella todos los días
de tu vida.” (LBLA) – Hay momentos cuando el hombre no debe escuchar los
consejos de su esposa. Él marido es responsable para discernir cuál es la
fuente de lo que su mujer esté diciendo, si viene de una fuente pura o impura.
Este texto nos muestra que la manera de poder discernir y vencer sobre toda
tentación, es a través de la Torá. Si el hombre hubiera sido fiel a la Torá, no
hubiera caído en pecado.
El mundo del hombre, su vida laboral, fue afectado por el castigo por su
pecado.
3:18  “Espinos y abrojos te producirá, y comerás de las plantas del campo.”
(LBLA) – La maldición que vino sobre la tierra cambió la genética de las
plantas y empezaron a producir espinos y abrojos. La misma naturaleza fue
afectada por el pecado del hombre, como también está escrito en Romanos
8:20-22:
“Porque la creación fue sometida a vanidad, no de su propia voluntad, sino
por causa de aquel que la sometió, en la esperanza de que la creación misma
será también liberada de la esclavitud de la corrupción a la libertad de la
gloria de los hijos de Dios. Pues sabemos que la creación entera a una gime y
sufre dolores de parto hasta ahora.” (LBLA)
En 2 Pedro 3:3-4 está escrito:
“Ante todo sabed esto; que en los últimos días vendrán burladores... diciendo
... todo continúa tal como estaba desde el principio de la creación. Cuando
dicen esto, no se dan cuenta...” (LBLA)
Debemos tomar en serio las advertencias de Kefa, sobre los burladores que
están viniendo en este último tiempo. Una de las cosas que dicen es que todo
haya sido igual desde la creación, hasta nuestros días. Estos no se dan cuenta
de los cambios que se hayan producido por los juicios de Dios en la historia
del Universo. La naturaleza fue maldecida y sujeta a corrupción, cuando
Adam pecó.
Sin embargo, la maldición sobre la naturaleza también fue llevada por el
Mesías, simbolizada por la corona de espinas que fue puesta sobre su cabeza
a la hora de su muerte, cf. Mateo 27:29.
3:19  “Con el sudor de tu rostro comerás el pan hasta que vuelvas a la tierra,
porque de ella fuiste tomado; pues polvo eres, y al polvo volverás.” (LBLA) –
La muerte entró en el mundo por causa del pecado. Sin embargo, antes de
dictar sentencia sobre el hombre y la mujer, el Eterno anunció una parte de
su plan de salvación mediante el descendiente de la mujer. Este plan de
salvación incluye la restauración de todas las cosas. Para que haya una
restauración total por causa del desastre que fue causado por el pecado de los
primeros hombres, no solamente el enemigo del hombre tiene que ser
destruido, sino también el mismo pecado y las consecuencias del pecado.
Tenía que haber una rectificación, en hebreotikún, justo en el punto donde el
primer hombre falló, en la obediencia a los mandamientos en el momento de
la tentación por la serpiente. El Mesías Yeshúa hizo ese tikún por el pecado
de Adam. Donde Adam falló, Yeshúa no falló.
¿Cuáles son las consecuencias del pecado? La muerte. Así que el hombre
tiene que ser liberado de la muerte. E incluso la muerte misma tiene que ser
eliminada para que haya una restauración de todo. Por lo tanto, el Redentor
prometido no sólo tenía que liberar al hombre de la muerte, sino también
destruir la muerte para siempre, cf. 1 Corintios 15:26; Revelación 20:14.
3:20  “Y el hombre le puso por nombre Javá a su mujer, porque ella era la
madre de todos los vivientes.” (LBLA revisada) – Adam puso un segundo
nombre sobre su esposa en la esperanza de que por medio de ella iba a nacer
el Redentor. El nombre Javá[75] está relacionado con la palabra hebrea jayá,
[76]
 que significa “vive”.  Por medio de la mujer, el ser humano podría seguir
vivo sin extinguirse y por medio de la mujer vendría Aquel que daría la
posibilidad al hombre de tener la vida eterna.
3:21  “Y HaShem Dios hizo vestiduras de piel para Adam y su mujer, y los
vistió.” (LBLA revisada) – Un animal inocente tuvo que dar su sangre para
que los hombres pudieran ser vestidos. Este sacrificio fue el único hecho en el
huerto del Eden y se efectuó por la tarde. De esta manera el Eterno estaba
dando un mensaje a los hombres que aquella ropa no era suficiente, la que
representaba sus propios esfuerzos para sustituir y recuperar la gloria
perdida. Hacía falta derramamiento de sangre inocente para poder ser
redimidos del pecado y sus consecuencias. Este hecho anunció la muerte del
Mesías que tenía que suceder por la tarde, y cuya sangre iba a ser llevada al
lugar santísimo en el cielo, para redimir al hombre de sus pecados y sus
consecuencias, como está escrito en Hebreos 9:12:
“y no por medio de la sangre de machos cabríos y de becerros, sino por medio
de su propia sangre, entró al Lugar Santísimo una vez para siempre,
habiendo obtenido redención eterna” (LBLA)
El Eterno anunció su plan de salvación de dos maneras, primero a través del
mensaje del descendiente de la mujer que iba a aplastar la cabeza de la
serpiente, y luego mediante el único sacrificio que haya sido hecho en el
huerto, con el fin de cubrir la desnudez de los hombres.
La palabra hebrea yeshuá, “salvación”, habla de un acto de liberación que
causa un estado de amplitud, libre de limitaciones. El verbo yashá significa
“salvar”, en el sentido de: “dar lugar”, “preparar sitio”, “sacar a un lugar
espacioso”,  “sacar de apuro”.
De esta manera, el término salvación en las Escrituras, no solamente significa
que el hombre sea liberado del pecado, la muerte y la ira de Dios, para poder
participar en el siglo venidero, sino también están implicados en esta palabra
todos los aspectos de la vida humana. Se trata de ser liberado de todo lo que
impide el cumplimiento del propósito inicial de Dios, para que se produzca
una situación de shalom permanente. Shalom es un estado completo de
orden, salud, perfección y armonía.
La salvación tiene su razón de ser en la caída en el pecado, cuando el hombre
y la creación fueron puestos bajo maldición. El hombre necesita salvación del
pecado y sus consecuencias, entre ellas, la muerte, y el resto de la creación
necesita la salvación de la corrupción que vino como consecuencia del pecado
del hombre.
La salvación tiene un lado negativo y otro positivo. Dios salva de algo
negativo para producir algo positivo. Por ejemplo, nos salva de la muerte
eterna para darnos vida eterna. A través de la salvación, Dios restaura su
creación, y la sana de todas las consecuencias destructivas de la caída, para
restablecer el estado original de armonía, perfección, salud y paz que
gobernaba en el paraíso. La salvación implica la restauración y el
restablecimiento del estado original de todas las cosas creadas que han sido
afectadas por la caída en el pecado.
En Isaías 49:6 está escrito:
“Poca cosa es que tú seas mi siervo, para levantar las tribus de Yaakov y para
restaurar a los que quedaron de Israel; también te haré luz de las naciones,
para que mi salvación alcance hasta los confines de la tierra.” (LBLA
revisada)
En Yeshúa el Mesías se desemboca toda la obra salvadora de Dios. El nombre
Yeshúa significa “salvación”. En el Mesías está representada toda la nación de
Israel y en Israel están representadas todas las naciones de la tierra. El
Mesías vino a salvar a su pueblo de sus pecados, cf. Mateo 1:21, pero también
para salvar a todo el mundo, cf. 1 Juan 2:2, como también está escrito en
Romanos 1:16b:
“Del judío primeramente y también del griego” (LBLA)
Por esta razón, la obra salvadora, que el Eterno está llevando a cabo a través
del Mesías, tiene que ver tanto con la salvación entera de Israel, como nación,
cf. Romanos 11:26, como con cada individuo dentro de Israel y el resto del
mundo, cf. 1 Timoteo 4:10. Además, su obra también tiene que ver con la
salvación de toda la creación, tanto la visible como la invisible, cf. Colosenses
1:19-20; Romanos 8:19-25; Hebreos 9:23.
En Lucas 1:67-79 está escrito:
“Y su padre Zejaryá fue lleno del Espíritu de santidad, y profetizó diciendo:
Bendito sea HaShem, Dios de Israel, porque nos ha visitado y ha efectuado
redención para su pueblo, y nos ha levantado un cuerno de salvación (el
Mesías) en la casa de David su siervo, tal como lo anunció por boca de sus
santos profetas desde los tiempos antiguos, salvación de nuestros enemigos,
y de la mando de todos los que nos aborrecen; para mostrar misericordia a
nuestros padres, y para recordar su santo pacto, el juramento que hizo a
nuestro padre Avraham: concedernos que, librados de la mano de nuestros
enemigos, le sirvamos sin temor en santidad y justicia delante de Él, todos
nuestros días. Y  tú, niño, serás llamado profeta del Altísimo; porque irás
delante del Señor para preparar sus caminos; para dar a su pueblo
conocimiento de salvación por el perdón de sus pecados, por la entrañable
misericordia de nuestro Dios, con que la Aurora (el Mesías) nos visitará
desde lo alto, para dar luz a los que están sentados en tinieblas y en sombra
de muerte, para guiar nuestros pies en el camino de paz.” (LBLA revisada)
Este texto nos enseña el sentido amplio del concepto de salvación. La
salvación viene de Dios a través del Mesías, al pueblo de Israel, para redimir
y liberar a Israel nacionalmente de todos sus enemigos, y también para dar
conocimiento de salvación para el perdón de los pecados, tanto a los judíos,
como a los no-judíos, para que cada uno pueda servir a Dios sin temor en
santidad y justicia todos los días de su vida y caminar en el camino de
paz, shalom.
La salvación está canalizada en tres tiempos, pasado, presente y futuro.
1. El pasado – “Nos ha salvado”, cf. 2 Timoteo 1:9. En el momento de
recibir personalmente a Yeshua como Señor y Mesías, cf. Juan 1:12-13;
Romanos 10:9-10, Dios nos introduce en el camino de salvación, nos
hace nacer de nuevo y circuncida nuestro corazón. En esta frase está
incluido tanto el sentido colectivo, de la salvación, ”nos”, como el
sentido personal, individual.
2. El presente – “ocupaos de vuestra salvación con temor y temblor”,
cf. Filipenses 2:12b. Este proceso normalmente está definido en las
enseñanzas de Pablo como “santificación”.
3. El futuro – “la salvación que está preparada para ser revelada en el
último tiempo”, cf. 1 Pedro 1:5. La salvación todavía no ha sido
completada en todas las áreas de la vida humana personal y colectiva.
Tampoco para la creación en general.
Es importante destacar el hecho de que las Escrituras hablan de la salvación
como algo colectivo, “nos ha salvado”, “devuestra salvación”. Pablo hubiera
podido escribir: “Que cada uno de vosotros se ocupe de su salvación
personal”, pero no lo hizo. El sentido colectivo de la salvación es algo
predominante en toda la Escritura.
Esto no descarta el hecho de que haya una responsabilidad personal de cada
uno, cf. Éxodo 32:33; Números 14:24; 21:9; Deuteronomio 24:16; Romanos
1:16; 10:8-10. Cada uno muere y se pierde por causa de su propio pecado,
Ezequiel 18:20; Efesios 2:1; Colosenses 2:13. Y cada uno se salva por
su propia fe obediente personal, Ezequiel 18:21; Marcos 16:16; Juan 3:16.
Sin embargo, la salvación personal de cada judío y de cada gentil, depende de
la salvación colectiva que Dios haya dado, esté dando y dé a la nación de
Israel. No hay salvación fuera del pacto que Dios hizo con Avraham.
Avraham, Yitsjak, Yaakov, el pueblo de Israel y el Mesías de Israel son el
único canal de salvación para todo el mundo.
Quinta aliyá, 3:22 – 4:26
3:22  “Entonces HaShem Dios dijo: He aquí, el hombre ha venido a ser como
uno de nosotros, conociendo el bien y el mal; cuidado ahora no vaya a
extender su mano y tomar también del árbol de la vida, y coma y viva para
siempre.” (LBLA revisada) – Tener vida eterna con pecado interno no sería
una situación perfecta. En lugar de exterminar a los hombres, HaShem les da
la oportunidad de entrar en su plan de redención total. La expulsión del
paraíso fue un acto de bondad, con el fin de poder restaurar el ser humano
antes de permitirle comer del árbol de la vida y vivir eternamente. Después
de la redención final, el hombre podrá comer del árbol de la vida, como está
escrito en Revelación 2:7; 22:2, 14:
“El que tiene oído, oiga lo que el Espíritu dice a las congregaciones. Al
vencedor le daré a comer del árbol de la vida, que está en el paraíso de
Dios... en medio de la calle de la ciudad. Y a cada lado del río estaba el árbol
de la vida, que produce doce frutos, dando su fruto cada mes; y las hojas del
árbol eran para sanidad de las naciones... Dichosos los que lavan sus
vestiduras para tener derecho al árbol de la vida y para entrar por las puertas
a la ciudad.” (LBLA revisada)
En Proverbios 3:18 la sabiduría, que es sinónima de la Torá, es llamada
“árbol de vida”. Esto significa que en una escala más pequeña el pueblo de
Israel – y las naciones por medio de Israel – ya ahora tienen acceso al árbol
de vida que es la sabiduría de la Torá. Sin embargo, de la misma manera
como – en la escala pequeña – el pueblo de Israel no pudo recibir la Torá
desde Sinaí antes de ser redimidos de la esclavitud de Egipto y purificados
por las aguas, así la humanidad entera – en la escala más grande – no podrán
llegar a todo el potencial de vida que hay en el árbol de vida antes de ser
totalmente liberados de la esclavitud del pecado y del poder de la muerte
mediante la redención final que vendrá por medio de Yeshúa el Mesías.
4:1-2 “Y el hombre había conocido a Javá, su mujer, y ella había concebido y
dado a luz a Káyin, y había dicho: He adquirido varón con HaShem. Y había
vuelto a dar a luz a su hermano Hevel. Y Hevel fue pastor de ovejas y Káyin
fue labrador de la tierra.” (Propia trad.) – La gramática del texto hebreo da
un indicio claro de que Javá ya había dado a luz anteriormente. La pregunta
es ¿cuándo? Rashí dice que fue antes de la caída en pecado. Otros dicen que
fue después. El Midrash[77] y Rashí enseñan que Javá dio a luz a cinco hijos el
día de su creación, Káyin con su hermana melliza, y a Hevel con dos
hermanas mellizas. Tanto Káyin como Hevel se casaron con sus hermanas
mellizas. Si nacieron antes de la caída en pecado, todos los hijos tendrían que
haber participado en la comida del fruto prohibido, porque tanto el
comportamiento de Káyin como la muerte de Hevel, muestran que eran seres
caídos afectados por el pecado. Rashí enseña que los hombres pecaron el
mismo día en que fueron creados. Otra interpretación sería que la caída en
pecado haya sido después de un tiempo.
4:3    “Y aconteció que al transcurrir el tiempo, Káyin trajo a HaShem una
ofrenda del fruto de la tierra.” (LBLA revisada) – La Torá dice que solamente
fue del fruto de la tierra, lo cual nos da a entender que fue cualquier tipo de
fruto, no lo mejor y lo escogido. El Midrash [78] dice que fue lino, el peor fruto
que se podía encontrar.
4:4    “También Hevel, por su parte, trajo de los primogénitos de sus ovejas y
de la grosura de los mismos. Y HaShem miró con agrado a Hevel y a su
ofrenda” (LBLA revisada) – Según el Midrash,[79] Hevel ofreció
generosamente lo mejor que poseía, corderos que nunca habían esquilado o
trabajado y que no tenían defectos. Dios había mostrado a Adam y Javá
cuáles eran los animales limpios que valían para los sacrificios, cf. Génesis
7:2, y por eso Hevel sabía qué clase de animales el Eterno podía recibir. Es
probable que el animal que fue sacrificado en el huerto antes de la expulsión
haya sido uno, o varios, corderos, cf. Revelación 13:8; 1 Pedro 1:19-20, y es
probable que Hevel se basara en la revelación que el Eterno había dado
mediante ese sacrificio. Según el Midrash, [80] los sacrificios de Káyin y Hevel
fueron dados el 14 de Nisán, el mismo día que el sacrificio de Pesaj (pascua)
iba a ser ofrecido más adelante.
En Hebreos 11:4 está escrito:
“Por la fe Hevel ofreció a Dios un mejor sacrificio que Káyin, por lo cual
alcanzó el testimonio de que era justo, dando Dios testimonio de sus
ofrendas; y por la fe, estando muerto, todavía habla.” (LBLA revisada)
Hevel sacrificó por la fe. No dice “por fe”, sino “por la fe”. No era por
cualquier fe, sino la fe, la de siempre, la única que fue dada desde el
principio, la fe de los hebreos. Es probable que Hevel tenía fe en el sacrificio
futuro del Mesías, según lo que el Eterno había revelado anteriormente, cf.
3:15, 21. Y por esa fe fue justificado, es decir declarado inocente y libre de la
culpa de su pecado.
El Eterno miró con agrado a Hevel, en primer lugar, y luego su ofrenda. Vio
la actitud de su corazón de amor, entrega y fe, y esa actitud fue recompensada
con la manifestación de su agrado. El Midrash [81] cuenta que cayó fuego del
cielo y consumió su sacrificio.
4:7    “Si haces bien, ¿no serás aceptado? Y si no haces bien, el pecado yace a
la puerta y te codicia, pero tú debes dominarlo.” (LBLA) – Rashí entiende
esta frase, al igual que el Targum, de esta manera: “Si mejoras tus actos,
¿acaso no serías perdonado?” Luego sigue el Targum Onkelós: “para el día de
juicio tu pecado es guardado ya que en el futuro serás castigado a menos que
te arrepientas, pero si te arrepientes, estarás en paz.” Rashí entiende la
palabra “puerta” como el momento de la muerte, cuando el hombre entra en
la tumba. El pecado se refiere al yetser hará, la carne, dentro del hombre. El
hombre debe dominar ese instinto maligno. Por medio del arrepentimiento y
la gracia del Eterno podrá dominarlo. El que no se arrepiente de sus malas
obras será dominado por su pecado.
4:10  “Y Él le dijo: ¿Qué has hecho? La voz de las sangres de tu hermano
clama a mí desde la tierra.” (LBLA) – El texto hebreo dice “las sangres de tu
hermano”, en plural. Rashí dice que es porque hace alusión a todos aquellos
hijos de Hevel que no tuvieron la oportunidad de engendrar. El
Talmud[82] dice que se refiere a varias heridas que Káyin le dio porque no
sabía por donde saldría su alma.
4:15b “Y puso HaShem una señal sobre Káyin, para que cualquiera que lo
hallase no lo matara.” (LBLA revisada) – Losjajamim, los sabios, ofrecen
varias explicaciones sobre qué tipo de señal HaShem puso sobre Káyin: que
se convirtió en leproso,[83] que HaShem le dio un perro guardián, [84] que un
cuerno creció en su frente,[85] o que tenía una letra del Nombre sagrado
grabada en su frente.[86] Rashí entiende que una letra del Nombre fue grabada
en su frente.
4:19  “Lémej tomó para sí dos mujeres; el nombre de una era Adá, y el
nombre de la otra, Tsilá.” (LBLA revisada) – Rashí hace referencia al
Midrash[87] y dice que antes del diluvio tenían la costumbre de tomar dos
mujeres, una para tener hijos y la otra para tener relaciones sexuales, Adá
sería la mujer con la cual tuvo hijos y Tsilá la destinada para las relaciones
sexuales. A pesar de haber tomado sustancias anticonceptivas ella se quedó
embarazada dos veces, cf. v. 22.
4:25  “Y conoció Adam otra vez a su mujer; y ella dio a luz un hijo y le puso
por nombre Shet, porque, (dijo ella): Dios me ha dado otro hijo en lugar de
Hevel, pues Káyin lo mató.” (LBLA revisada) – Según el Midrash, [88] Javá
estaba pensando en el rey Mesías cuando nació Shet. El nombre
Shet[89] significa “puesto”, “sustituto” y habla de varias cosas en el ministerio
del Mesías. El Mesías iba a ser un sustituto para el hombre que ha muerto. El
Mesías también representa al hombre y puede hacer un intercambio de
manera que su muerte pueda dar vida al hombre muerto. La fe en una
muerte y resurrección representativa del Mesías está escondida en la
declaración de Javá.
4:26  “A Shet le nació también un hijo y le puso por nombre Enósh. Por ese
tiempo se comenzó a llamar con el nombre de HaShem.” (LBLA revisada) –
Según Rashí, empezaron a llamar los nombres de las personas y los nombre
de los ídolos con el nombre del Santo, bendito es, convirtiéndolos en objetos
de culto, llamándolos divinidades.
Sexta aliyá, 5:1-24
5:2    “Varón y hembra los creó; y los bendijo, y los llamó Adam el día en que
fueron creados.” (LBLA revisada) – El nombre Adam, [90] tiene relación con
las palabras adam,[91] “rojizo”, adamá,[92] “tierra” y dam,[93] “sangre”.
Entonces, cuando el Mesías es llamado Hijo del Hombre, en hebreo “ben
Adam”, significa que está tomado de la tierra y tiene carne y sangre por ser
un descendiente físico del primer hombre Adam. El Hijo del Hombre es un
ser terrenal, que tiene su origen en el cielo, cf. 1 Corintios 15:47.
5:3    “Cuando Adam había vivido ciento treinta años, engendró un hijo en su
semejanza, conforme a su imagen, y le puso por nombre Shet.” (LBLA
revisada) – Aquí aparecen las mismas dos palabras que en 1:26 donde se
habla de la creación del hombre con la imagen y según la semejanza de
Dios, be-tsalmenu ki-demutenu, pero con el orden inverso,bi-demutó ke-
tsalmó “en (o con) su semejanza, según su imagen”.
El significado de los nombres de los diez primeros nombres de la genealogía
desde Adam hasta Noaj constituye una profecía mesiánica:
1.      Adam – el terrenal
2.      Shet – puesto
3.      Enósh – degenerado
4.      Kenán – posesión
5.      Mahalalel – el alabado de Dios
6.      Yéred – bajó
7.      Janoj – consagrado
8.      Metushélaj – su muerte envía
9.      Lémej – miserable
10.  Nóaj – alivio
El terrenal puesto (como) una propiedad degenerada. El alabado de Dios
bajó, es un consagrado. Su muerte envía alivio al miserable.
5:22  “Y Janoj anduvo con Dios trescientos años después de haber
engendrado a Matusalén, y engendró hijos e hijas.”(LBLA revisada) –
Caminar con Dios significa cumplir sus mandamientos. La forma sustantiva
de la palabra hebreahalaj, “caminar”, es halajá, que significa “el
caminar”. Halajá es un término técnico dentro del judaísmo que se refiere a
las ordenanzas que las autoridades judías establecen con el fin de poder
poner en práctica los mandamientos de la Torá en cada situación de la vida
judía.
5:24  “Y Janoj anduvo con Dios, y desapareció porque Dios lo tomó.” (LBLA
revisada) – Este arrebatamiento constituye una sombra profética sobre el
arrebatamiento que van a experimentar los justos de la última generación
cuando venga el Mesías, cf. Mateo 24:31, Lucas 17:34-36; 1 Tesalonicenses
4:17. Cuando vuelva el Mesías a la tierra, los que son suyos serán arrebatados
al aire para encontrarse con él y acompañarle en su regreso a la tierra. La
palabra hebrea que ha sido traducida como “tomó”, lakaj,[94] hace alusión al
segundo paso en el matrimonial hebreo cuando el novio “toma” a su esposa y
la lleva a la casa de su padre, cf. Esdras 9:12; Nehemías 13:25; 2 Crónicas
11:21.
Séptima aliyá, 5:25 – 6:8
5:29  “Y le puso por nombre Noaj, diciendo: Este nos dará descanso de
nuestra labor y del trabajo de nuestras manos, por causa de la tierra que
HaShem ha maldecido.” (LBLA revisada) – Según Rashí, los hombres no
usaban herramientas de agricultura hasta que vino Noaj y las fabricó.
6:2    “los hijos de Dios vieron que las hijas de los hombres eran hermosas, y
tomaron para sí mujeres de entre todas las que escogieron.” (LBLA) – Según
Rashí y el libro de Yashar,[95] se refiere aquí a los hijos de los nobles y de los
jueces. El Targum traduce “hijos de los poderosos (o nobles)”. En el
Midrash[96] y el libro de Janoj,[97] se habla de ángeles que habían caído del
cielo en la época de Enosh que se unieron con las hijas de los hombres y así
nacieron los gigantes.
6:6    “Y le pesó a HaShem haber hecho al hombre en la tierra, y sintió tristeza
en su corazón.” (LBLA revisada) – HaShem cambia su actitud y proceder
para con los hombres según las decisiones y los actos de ellos, cf. Ezequiel 18.
6:8    “Mas Noaj halló gracia ante los ojos de HaShem.” (LBLA revisada) – El
Eterno siempre ha ofrecido gracia a los hombres que se arrepienten del mal y
le buscan. La palabra hebrea que ha sido traducida como gracia es jen [98] que
significa:

 gracia, atractivo, belleza, hermosura

 agrado, simpatía

 inclinación, estima, afecto


 favor, compasión, benevolencia, gratitud
La raíz de esta palabra es janán [99] que significa:

 inclinarse para mostrar benevolencia a uno inferior, tener misericordia,


compadecerse, apiadarse, conmiserarse, sentir lástima

 hacer un favor, favorecer, beneficiar


El Midrash[100] dice:

“Noaj fue salvado, no porque lo merecía, sino porque halló gracia. ”

El concepto de gracia,
como favor
inmerecido, es uno de
los pilares más
importantes del
judaísmo.
[1]
       Nedarim 39b, Pesajim 54a.
[2]
       Strong H7225 rê'shîyth, ray-sheeth', From the same as H7218; the first, in place,
time, order or rank (specifically a firstfruit): - beginning, chief (-est), first (-fruits, part,
time), principal thing.
[3]
       Strong H7218 rô'sh, roshe, From an unused root apparently meaning to shake;
the head (as most easily shaken), whether literally or figuratively (in many applications,
of place, time, rank, etc.): - band, beginning, captain, chapiter, chief (-est place, man,
things), company, end, X every [man], excellent, first, forefront, ([be-]) head, height, (on)
high (-est part, [priest]), X lead, X poor, principal, ruler, sum, top.
[4]
       Rabí Shelomó ben Yitsjak (Francia 1064-1105 e.c). Uno de los exegetas medievales
más importantes. Su comentario sobre Jumash (el Pentateuco) es estudiado en cada
Yeshivá (colegio religioso de formación rabínica) en todo el mundo. Su obra reúne las
explicaciones rabínicas desde el Talmud, el Midrash, las tradiciones extra-talmúdicas, las
traducciones antiguas al arameo, llamadas Targumim y demás. Sus explicaciones del
texto hebreo tienen como propósito dar al lector un entendimiento de su sentido literal,
en hebreo “peshat”, que es el primer nivel de interpretación de las Escrituras.
[5]
       “La Torá con Rashí”, con la traducción, elucidación y comentario de Aryeh Coffman,
Editorial Jerusalem de México © 2001.
[6]
       Conocido en el mundo cristiano como el Antiguo Testamento. Tanaj es una palabra
acróstica, compuesta por las tres primeras letras de los nombres de las tres partes del
canon hebreo, Torá (instrucción), Neviím (Profetas) y Ketuvim (Escritos).
[7]
       Shaliaj es la palabra hebrea para emisario, en griego: apóstolos.
[8]
       Strong H1254 bârâ', baw-raw', A primitive root; (absolutely) to create;
(qualified) to cut down (a wood), select, feed (as formative processes): - choose, create
(creator), cut down, dispatch, do, make (fat).
[9]
       Strong H430 'ĕlôhîym, el-o-heem', Plural of H433; gods in the ordinary sense;
but specifically used (in the plural thus, especially with the article) of the supreme God;
occasionally applied by way of deference to magistrates; and sometimes as a superlative:
- angels, X exceeding, God (gods) (-dess, -ly), X (very) great, judges, X mighty.
[10]
     Strong H433 'ĕlôahh  'ĕlôahh, el-o'-ah, el-o'-ah, (The second form is rare);
probably prolonged (emphatically) from H410; a deity or the deity: - God, god. See H430.
[11]
     Strong H410 'êl, ale, Shortened from H352; strength; as adjective mighty;
especially the Almighty (but used also of any deity): - God (god), X goodly, X great, idol,
might (-y one), power, strong. Compare names in “-el.”
[12]
     La palabra “Dios” es una forma de Zeus, y por esta razón procuramos evitarla todo lo
que sea posible. En lugar de ello hemos importado al castellano las palabras hebreas Dios
y Eloah. Por lo tanto, en estos comentarios utilizaremos la palabra Dios como sinónima
de Dios. Aunque el texto hebreo tenga Eloah o El, en la mayoría de los casos no vamos a
utilizar esos términos en el texto castellano, sino sólo Dios para no complicarnos
demasiado. Así que en estos comentarios Dios puede ser la traducción de las tres palabras
hebreas “El”, “Eloah” o “Dios”.
[13]
     Strong H8064 shâmeh shâmayim, shaw-meh', shaw-mah'-yim, The second form
being dual of an unused singular; from an unused root meaning to be lofty;
the sky (as aloft; the dual perhaps alluding to the visible arch in which the clouds move,
as well as to the higher ether where the celestial bodies revolve): - air, X astrologer,
heaven (-s).
[14]
     Jagigá 12b-13a.
[15]
     Strong H776 'erets, eh'-rets, From an unused root probably meaning to be firm;
the earth (at large, or partitively a land): -  X common, country, earth, field, ground, land,
X nations, way, + wilderness, world.
[16]
     Strong H8414 tôhû, to'-hoo, From an unused root meaning to lie waste;
a desolation (of surface), that is, desert; figuratively a worthless thing; adverbially
in vain: - confusion, empty place, without form, nothing, (thing of) nought, vain, vanity,
waste, wilderness.
[17]
     Diccionario hebreo-español, de Ediciones Riopiedra, escrito por Judit Targarona
Borrás, Prof. Tit. de la Universidad Complutense de Madrid.
[18]
     Strong H922 bôhû, bo'-hoo, From an unused root (meaning to be empty);
a vacuity, that is, (superficially) an undistinguishable ruin: -emptiness, void.
[19]
     Jagigá 12a.
[20]
     Propagada por el dr. Derek Prince y otros.
[21]
     Yilkut Shmoini 6, 8, 95.
[22]
     Prikei DeRabí Eliazar 14.
[23]
     Bereshit Rabá 3:8.
[24]
     Jagigá 12a.
[25]
     El Dr Gerald Schroeder es físico nuclear y miembro de la Comisión de Energía
Atómica de los Estados Unidos. Es el autor de los libros: "Genesis and the Big Bang" y
"The Science of God". Para más información sobre este tema,
ver:  www.geraldschroeder.com/AgeUniverse.aspx.
[26]
     Strong H7307 rûach, roo'-akh, From H7306; wind; by resemblance breath, that
is, a sensible (or even violent) exhalation; figuratively life,anger, unsubstantiality; by
extension a region of the sky; by resemblance spirit, but only of a rational being
(including its expression and functions): - air, anger, blast, breath, X cool, courage, mind,
X quarter, X side, spirit ([-ual]), tempest, X vain, ([whirl-]) wind (-y).
Strong H7306 rûach, roo'-akh, A primitive root; properly to blow, that is, breathe; only
(literally) to smell or (by implication perceive (figuratively toanticipate, enjoy): - accept,
smell, X touch, make of quick understanding.
[27]        
Yalkut sobre Yeshayahu 60.
[28]
     Rabí Simeón ben Lakish, en Bereshit Rabá 2:4
[29] 
     Pesikhta Rabati y Yalkut Shimoni, siglos 9 y 12 respectivamente, la segunda cita
siendo una explicación del Tehilim 36:10 (36:9 vesión cristiana).
[30] 
     Pesikta Rabá 152b.
[31]
     Strong H6153 ‛ereb, eh'-reb, From H6150; dusk: -  + day, even (-ing, tide), night.
Strong H6150 ‛ârab, aw-rab', A primitive root (rather identical with H6148 through the
idea of covering with a texture); to grow dusky at sundown: - be darkened, (toward)
evening.
Strong H6148 ‛ârab, aw-rab', A primitive root; to braid, that is, intermix; technically
to traffic (as if by barter); also to give or be security (as a kind of exchange): - engage,
(inter-) meddle (with), mingle (self), mortgage, occupy, give pledges, be (-come, put in)
surety, undertake.
[32]
     Strong H1242 bôqer, bo'-ker, From H1239; properly dawn (as the break of day);
generally morning: -  (+) day, early, morning, morrow.
Strong H1239 bâqar, baw-kar', A primitive root; properly to plough, or
(generally) break forth, that is, (figuratively) to inspect, admire, care for,consider:
- (make) inquire (-ry), (make) search, seek out.
[33]
     Strong H3117 yôm, yome, From an unused root meaning to be hot; a day (as
the warm hours), whether literally (from sunrise to sunset, or from one sunset to the
next), or figuratively (a space of time defined by an associated term), (often used
adverbially): - age, + always, + chronicles, continually (-ance), daily, ([birth-], each, to)
day, (now a, two) days (agone), + elder, X end, + evening, + (for) ever (-lasting, -more), X
full, life, as (so) long as (. . . live), (even) now, + old, + outlived, + perpetually, presently,
+ remaineth, X required, season, X since, space, then, (process of) time, + as at other
times, + in trouble, weather, (as) when, (a, the, within a) while (that), X whole (+ age),
(full) year (-ly), + younger.
[34]
     Jaguigá 12a.
[35]
     Bereshit Rabá 4:8.
[36]
     Bereshit Rabá 1:19.
[37]
     Bereshit Rabá 11:10.
[38]
     Tiferet Tsión; Midrash HaGadol 2:8.
[39]
     Ver http://www.hshideaway.com/chap19.html
[40]
     Bereshit Rabá 8:7.
[41]
     Strong H6754, tselem, tseh'-lem, From an unused root meaning to shade;
a phantom, that is, (figuratively) illusion, resemblance; hence a representative figure,
especially an idol: - image, vain shew.
[42]
     En su obra “Guía de los perplejos”. Maimónides, rabí Moshé ben Maimón, 1135 –
1204 e.c., fue uno de los rabinos más influyentes en el judaísmo medieval, que vivió y
trabajó principalmente en España y el norte de Africa.
[43]
     Strong H120 'âdâm, aw-dawm', From H119; ruddy, that is, a human being (an
individual or the species, mankind, etc.): - X another, + hypocrite, + common sort, X low,
man (mean, of low degree), person.
[44]
     Strong H1288 bârak, baw-rak', A primitive root; to kneel; by implication
to bless God (as an act of adoration), and (vice-versa) man (as a benefit); also (by
euphemism) to curse (God or the king, as treason): -  X abundantly, X altogether, X at all,
blaspheme, bless, congratulate, curse, X greatly, X indeed, kneel (down), praise, salute, X
still, thank.
[45]
     Strong H6942 qâdash, kaw-dash', A primitive root;
to be (causatively make, pronounce or observe as) clean (ceremonially or morally): -
appoint, bid, consecrate, dedicate, defile, hallow, (be, keep) holy (-er, place), keep,
prepare, proclaim, purify, sanctify (-ied one, self), X wholly.
[46]
     Strong H7673 shâbath, shaw-bath', A primitive root; to repose, that
is, desist from exertion; used in many implied relations (causatively, figuratively or
specifically): - (cause to, let, make to) cease, celebrate, cause (make) to fail, keep
(sabbath), suffer to be lacking, leave, put away (down), (make to) rest, rid, still, take
away.
[47]
     Bereshit Rabá 11:2.
[48]
     Rosh HaShaná 11a.
[49]
     Bereshit Rabá 11:9.
[50]
     Strong H8435 tôledâh  tôledâh, to-led-aw', to-led-aw', From H3205; (plural
only) descent, that is, family; (figuratively) history: - birth, generations.
[51]
     Strong H5205 yâlad, yaw-lad', A primitive root; to bear young; causatively
to beget; medically to act as midwife; specifically to show lineage: -bear, beget, birth ([-
day]), born, (make to) bring forth (children, young), bring up, calve, child, come, be
delivered (of a child), time of delivery, gender, hatch, labour, (do the office of a) midwife,
declare pedigrees, be the son of, (woman in, woman that) travail (-eth, -ing woman).
[52]
     Bereshit Rabá 14:5.
[53]
     Strong H6376 pîyshôn, pee-shone', From H6335; dispersive; Pishon, a river of
Eden: - Pison.
Strong H6335 pûsh, poosh, A primitive root; to spread; figuratively act proudly:
- grow up, be grown fat, spread selves, be scattered.
[54]
     Strong H1521 gîychôn  gichôn, ghee-khone', ghee-khone', From
H1518; stream; Gichon, a river of Paradise; also a valley (or pool) near Jerusalem: -
Gihon.
Strong H1518 gîyach  gôach, ghee'-akh, go'-akh, A primitive root; to gush forth (as
water), generally to issue: - break forth, labor to bring forth, come forth, draw up, take
out.
[55]
     Strong H2313 chiddeqel, khid-deh'-kel, Probably of foreign origin;
the Chiddekel (or Tigris) river: - Hiddekel.
[56]
     Strong H6578 perâth, per-awth', From an unused root meaning
to break forth; rushing; Perath (that is, Euphrates), a river of the East: - Euphrates.
[57]
     Strong H6680 tsâvâh, tsaw-vaw', A primitive root; (intensively)
to constitute, enjoin: - appoint, (for-) bid. (give a) charge, (give a, give in, send with)
command (-er, ment), send a messenger, put, (set) in order.
[58]
     Strong H4687 mitsvâh, mits-vaw', From H6680; a command, whether human or
divine (collectively the Law): - (which was) commanded (-ment), law, ordinance, precept.
[59]
     Strong H5828 ‛êzer, ay'-zer, From H5826; aid: - help.
[60]
     Strong H5826 ‛âzar, aw-zar', A primitive root; to surround, that
is, protect or aid: - help, succour.
[61]
     Strong H5048 neged, neh'-ghed, From H5046; a front, that is, part opposite;
specifically a counterpart, or mate; usually (adverbially, especially with
preposition) over against or before: - about, (over) against, X aloof, X far (off), X from,
over, presence, X other side, sight, X to view.
[62]
     Pirkei r. Eliezer 12.
[63]
     Bereshit Rabá 17:5.
[64]
     Una obra del rabí Shavtai Bass, 1641-1718, que es una compilación de varios
comentaristas de Rashí, incluyendo los comentarios propios. El rabí Bass fue un famoso
editor y cantor en la sinagoga de Praga.
[65]
     Strong H1692 dâbaq, daw-bak', A primitive root; properly to impinge, that
is, cling or adhere; figuratively to catch by pursuit: - abide, fast, cleave (fast together),
follow close (hard, after), be joined (together), keep (fast), overtake, pursue hard, stick,
take.
[66]
     Isaías 60:19-20; Salmo 27:1; 1 Juan 1:5; Salmo 104:1-2; 1 Timoteo 6:16.
[67]
     Yalkut Shimoni C 1:27; Bereshit Rabá 20:12.
[68]
     Strong H3045 yâda‛, yaw-dah', A primitive root; to know (properly to ascertain
by seeing); used in a great variety of senses, figuratively, literally, euphemistically and
inferentially (including observation, care, recognition; and
causatively instruction, designation, punishment, etc.): - acknowledge, acquaintance (-
ted with), advise, answer, appoint, assuredly, be aware, [un-] awares, can [-not],
certainly, for a certainty, comprehend, consider, X could they, cunning, declare, be
diligent, (can, cause to) discern, discover, endued with, familiar friend, famous, feel, can
have, be [ig-] norant, instruct, kinsfolk, kinsman, (cause to, let, make) know, (come to
give, have, take) knowledge, have [knowledge], (be, make, make to be, make self) known,
+ be learned, + lie by man, mark, perceive, privy to, X prognosticator, regard, have
respect, skilful, shew, can (man of) skill, be sure, of a surety, teach, (can) tell, understand,
have [understanding], X will be, wist, wit, wot.
[69]
     Génesis 3:19
[70]
     Romanos 5:14-15; 1 Corintios 15:21
[71]
     Sabiduría 2:24; 1 Enoc 69:11; Apocalypsis Mosis 14:2; Seudo Filón 13:8; Génesis
Rabá 8:11; 16:6; Sifrá 27a
[72]
     Bereshit Rabá.
[73]
     Strong H2233 zera‛, zeh'-rah, From H2232; seed;
figuratively fruit, plant, sowing time, posterity: -  X carnally, child, fruitful, seed (-time),
sowing-time.
Strong H2232 zâra‛, zaw-rah', A primitive root; to sow; figuratively
to disseminate, plant, fructify: - bear, conceive seed, set with, sow (-er), yield.
[74]
     Según entendemos por el testimonio de una sábana de lino que obviamente se usó
para cubrir el cuerpo de Yeshúa en el momento de su sepultura. Esa sábana ahora está en
Turín, Italia, y fue investigada por los expertos de la NASA. Ellos confirmaron que había
habido una hemorragia fuerte en uno de los talones, dependiendo de las cantidades de
sustancias de hierro (que viene de la sangre) que hay en la sábana en las marcas del
cuerpo del que había sido torturado. Para más información, ver http://www.shroud.com.
[75]
     Strong H2332 chavvâh, khav-vaw', Causative from H2331; lifegiver; Chavvah (or
Eve), the first woman: - Eve.
Strong H2331 châvâh, khaw-vah', A primitive root; (compare H2324, H2421); properly
to live; by implication (intensively) to declare or show: -show.
[76]
     Strong H2421 châyâh, khaw-yaw', A prim root (compare H2331, H2424); to live,
whether literally or figuratively; causatively to revive: - keep (leave, make) alive, X
certainly, give (promise) life, (let, suffer to) live, nourish up, preserve (alive), quicken,
recover, repair, restore (to life), revive, (X God) save (alive, life, lives), X surely, be whole.
[77]
     Bereshit Rabá 22:3, 16.
[78]
     Bereshit Rabá 22:8.
[79]
     Pirkei de rabí Eliezer.
[80]
     Pirkei de rabí Eliezer 21; Midrash HaGadol 4:3.
[81]
     Midrash Lekaj Tov.
[82]
     Sanhedrín 37b.
[83]
     Tiferet Tsión; Bereshit Rabá 22:27.
[84]
     R. Bejai 4:11.
[85]
     R. Bejai 4:11.
[86]
     Pirkei de rabí Eliezer 25.
[87]
     Bereshit Rabá 23:2.
[88]
     Bereshit Rabá 23.
[89]
     Strong H7896 shêth, shayth, From H7896; put, that is, substituted; Sheth, third
son of Adam: - Seth, Sheth.
Strong H7896 shîyth, sheeth, A primitive root; to place (in a very wide application): -
apply, appoint, array, bring, consider, lay (up), let alone, X look, make, mark, put (on), +
regard, set, shew, be stayed, X take.
[90]
     Strong H121 aw-dawm', The same as H120; Adam, the name of the first man, also
of a place in Palestine: - Adam.
[91]
     Strong H120 aw-dawm', From H119; ruddy, that is, a human being (an individual
or the species, mankind, etc.): - X another, + hypocrite, + common sort, X low, man
(mean, of low degree), person.
[92]
     Strong H127 'ădâmâh, ad-aw-maw', From H119; soil (from its general redness): -
country, earth, ground, husband [-man] (-ry), land.
[93]
     Strong H119 'âdam, aw-dam', To show blood (in the face), that is, flush or turn
rosy: - be (dyed, made) red (ruddy).
[94]
     Strong H3947 lâqach, law-kakh', A primitive root; to take (in the widest variety of
applications): - accept, bring, buy, carry away, drawn, fetch, get, infold, X many, mingle,
place, receive (-ing), reserve, seize, send for, take (away, -ing, up), use, win.
[95]
     Yashar 4:18.
[96]
     Pirkei de rabí Eliezer 22; Ver también el libro de Janoj.
[97]
     Ver http://www.heaven.net.nz/writings/thebookofenoch.htm
[98]
     Strong H2580 chên, khane, From H2603; graciousness, that is, subjectively
(kindness, favor) or objectively (beauty): - favour, grace (-ious), pleasant, precious,
[well-] favoured.
[99]
     Strong H2603 chânan, khaw-nan', A primitive root (compare H2583); properly
to bend or stoop in kindness to an inferior; to favor, bestow; causatively to implore (that
is, move to favor by petition): - beseech, X fair, (be, find, shew) favour (-able), be (deal,
give, grant (gracious (-ly), intreat, (be) merciful, have (shew) mercy (on, upon), have pity
upon, pray, make supplication, X very.
Strong H2583 chânâh, khaw-naw', A primitive root (compare H2603); properly
to incline; by implication to decline (of the slanting rays of evening); specifically to pitch a
tent; generally to encamp (for abode or siege): - abide (in tents), camp, dwell, encamp,
grow to an end, lie, pitch (tent), rest in tent.
[100]
    Bereshit Rabá 28:8.

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