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UNIVERSIDAD PRIVADA DEL NORTE

DERECHO PROCESAL PENAL I


FERNANDO IKEHARA V.
RESUMEN N° 02

DERECHOS HUMANOS Y SU RELACIÓN CON EL NUEVO CÓDIGO


PROCESAL PENAL

I. Introducción

1. El Derecho Internacional de Derechos Humanos refiere, propiamente, a una rama de


Derecho Internacional Público, el cual se ha ido incorporando al Derecho Constitucional y
al ordenamiento jurídico de los distintos estados.

2. El documento fundador a nivel mundial de los derechos humanos es la Declaración


Universal de los Derechos Humanos, el cual fuese aprobado por la Asamblea
General de las Naciones Unidas, con fecha 10 de diciembre de 1948

3. Respecto de éste, debe decirse que el mismo no es un tratado, sino una declaración;
es decir, en principio, no resultaría vinculante 1. Sin embargo, esto último no es así,
pues atendiendo a su contenido, la Declaración resulta vinculante en tanto:

(i) Parte de su contenido forma parte del ius cogens;

(ii) Parte de su contenido forma parte del Derecho consuetudinario.

II. Derechos Humanos y aspectos generales

1. Existe una multitud de conceptos políticos que pretenden definir a los Derechos
Humanos; pero, también, hay otros referidos a la suma de garantías fundamentales
del régimen legal nacional.

2. Ahora bien, los Derechos Humanos son entendidos como el cuerpo de normas
dentro del orden internacional público que implica la garantía de derechos
1
Los instrumentos vinculantes por excelencia en el marco del Derecho Internacional Público son los tratados.
Este es un instrumento celebrado por dos o más sujetos de Derecho Internacional Público, que es vinculante ya sea por (i)
Ratificación: se da una vez que el representante del país suscribe el tratado para que este se apruebe. Ello no vincula aún
al Estado representado, pues porque en este se desarrollara un procedimiento interno para que el tratado sea ratificado; y,
(ii) Adhesión: se tiene cuando el Estado no formó parte de la negociación y elaboración del tratado, por ello no ratifica la
firma, sino que se adhiere al mismo.

1
específicos para la persona; por los que el Estado se obliga a respetar ciertos límites,
en el ejercicio de su soberanía.

3. Por otro lado, se define a los mismos como el conjunto de facultades e instituciones
mediante las cuales concretan las exigencias de la dignidad, libertad e igualdad de la
persona, los cuales deben ser reconocidos de manera positiva por los ordenamientos
jurídicos a nivel nacional e internacional.

4. La validez, contenido e incluso la existencia de los Derechos Humanos son objeto


de un permanente debate en el ámbito de la filosofía y las ciencias políticas. Según
qué tipo de concepción se tenga sobre el Derecho, como iusnaturalista,
iusracionalista, iuspositivista, vinculada al realismo jurídico o al dualismo jurídico,
entre otros, la categoría conceptual de Derechos Humanos puede considerarse
divina, observable en la naturaleza, asequible a través de la razón, determinada por
los contextos en las muchas maneras que es posible entender la Historia, una síntesis
de ideas de éstas u otras posiciones ideológicas y filosóficas o un mero concepto
inexistente y sin validez.

2. Finalmente, es posible señalar características generales de los Derechos Humanos:

(i) Universales: No son exclusivos, es decir, corresponden a todas las personas.


Por ejemplo, las personas que son sometidos a tratos discriminatorios, no es
que no tengan Derechos Humanos; sino, que no se los están reconociendo.

(ii) Imprescriptibles: No existen plazos de ejercicio.

(iii) Inalienables: No se encuentran sujetos a cesión o transmisión a alguien del


dominio de los mismos.

(iv) Interdependientes y complementarios: No existen divisiones. Tanto las


decisiones, como los otros instrumentos son igual de importantes, y de
exigibles; por tanto, ya no cabe hablar de derechos de aplicación inmediata,
de derechos programáticos, o de derechos de 1º, 2º o 3º generación.

(v) Irreversibles: El derecho, una vez que, se considera derecho humano, ya no


puede dejarse de considerarse como tal.

(vi) Progresistas: Son de un ámbito extendido lo cual es apreciable a través del


artículo 3º de la Constitución de 1993.

III. El proceso de positivación y constitucionalización de los Derechos Humanos

1. Se puede señalar que el proceso de postivación de los Derechos Humanos resulta


anterior al proceso de constitucionalización de los mismos. Ello puede ser

2
observado a partir de una sencilla revisión de los distintos pronunciamientos
existentes, a través de la historia:

(i) El Petitorio de Derechos de 1628 -Petition of Rights-, que obligó a Carlos I


de Inglaterra a ampliar los principios de la Carta Magna; y el Habeas
Corpus.

(ii) La Declaración de Derechos de 1689 -Declaration of Rights-. Este


documento resulta una imposición del Parlamento a Guillermo de Orange:
Por un lado, el Parlamento recuperaba y fortalecía sus facultades, mermadas
durante el reinado de los Estuardo; mientras que, por otro lado, Guillermo de
Orange aseguraba su sucesión en el poder a Jacobo I.

(iii) La Declaración de Virginia de 1776. Esta declaración se constituye en el


primer documento de la historia que contiene un catálogo específico de
derechos del hombre y el ciudadano.

(iv) La Declaración de Independencia de Estados Unidos de América de 1776.

(v) La Declaración Universal de los Derechos del Hombre y del Ciudadano de


1789. En el mismo, se reconocen y garantizan a los derechos individuales,
los cuales se fundamentan en la dignidad y naturaleza de ser humano, como
límite al poder absoluto del Estado.

(vi) La Declaración Rusa de los Derechos del Pueblo Trabajador y Explotado de


1918. En el mismo, se empieza a hablar de los derechos económicos,
sociales y culturales de la persona, mediante los cuales se permite el
entendimiento de la existencia de derechos distintos a los de carácter
individual.

2. En cuanto al recibo de los Derechos Humanos en las constituciones, dos cartas


resultan de particular interés:

(i) La Constitución de Querétaro (Méjico) de 1917. La Constitución de 1917 es


una aportación de la tradición jurídica mexicana al constitucionalismo
universal, dado que fue la primera constitución de la historia que incluye
derechos sociales, dos años antes que la Constitución alemana de Weimar
(1919).

(ii) La Constitución de Weimar de 1919. La cuestión social, se produce tras


quebrar la idea de la igualdad social, demostrando que los trabajadores
vivían en una situación de inferioridad y depresión.

Esto supuso que el derecho social se redefina y estableciera que la justicia se


realiza, únicamente, en el caso que se establezca un tratamiento diferenciado.

3
Es así, como tanto la Constitución de Weimar como la Organización
Internacional del Trabajo, en 1919, establecieron los principios del derecho
social.

3. Hasta aquí, debe decirse que, la idea de los derechos fundamentales surge de la
doctrina alemana. Se dice “Derechos Humanos” porque estos son de las personas
naturales, es decir, derivan de su dignidad; mientras que cuando se habla de los
“derechos fundamentales” resulta una ascepción más amplia pues refiere a derechos
inherentes a toda persona, es decir, personas naturales o jurídicas.

Asimismo, se dice que los derechos fundamentales son los reconocidos en la


constitución de un Estado en particular, es decir, están marcados por la relatividad;
mientras que, cuando se habla de derechos humanos se habla de derechos de
naturaleza universal.

Sin embargo, en el fondo no hay diferencias porque el contenido es el mismo. Por


ejemplo, el artículo 3º de la Constitución Política de 1993 los reconoce y garantiza;
y, la Cuarta Disposición Final y Transitoria señala que la Constitución se interpreta
en concordancia con los Derechos Humanos -por eso los tratados, en materia de
Derechos Humanos, tienen rango constitucional; ya que el artículo 200º numeral 4,
se refiere a tratados de otro tipo-.

IV. Consagración de los Derechos Humanos en instrumentos internacionales: Los


tratados

A. Generalidades

1. Los tratados pueden ser verbales o escritos, y su objeto es el de crear, regular,


modificar o extinguir relaciones jurídicas. Debe decirse que, no importa la
nomenclatura respecto del mismo, sino que se debe atender a su naturaleza.

2. Respecto de su ámbito de aplicación debe atenderse, especialmente, al plano


temporal, y espacial:

(i) Respecto del ámbito temporal, en principio, tienen una aplicación de carácter
no retroactivo, salvo que el mismo tratado señale lo contrario; mientras que,

(ii) Respecto del ámbito espacial, por regla, los tratados resultan aplicables
respecto del ámbito territorial del Estado parte.

3. La doctrina de Derecho internacional ha señalado una serie de principios respecto de


os tratados, los cuales requieren ser tomados en cuenta. A continuación,
procederemos a una breve revisión de los mismos:

4
(i) “Pacta sunt servanda”: Todo tratado en vigor obliga a las partes y debe ser
cumplido por ellas de buena fe. La buena fe, en sentido objetivo, sería la
protección de la confianza. Este principio constituye una norma de ius
cogens (obligación imperativa de cumplir los acuerdos).

(ii) “Ex consenso advenit vinculum”: El consenso, la voluntad estatal, es la base


de la obligación jurídica.

(iii) “Pacta tertis nec nocent nec prosunt”, o “Res inter alias acta”: Los terceros
no pueden estar comprometidos por el tratado.

No obstante, ello posee un matiz: Cuando un tratado genera un derecho para


un tercero, valdrá su aceptación tácita; no obstante, cuando genere
obligaciones para un tercero, la aceptación de este deberá de ser expresa.

(iv) “Bona fide”: Como bien se ha señalado anteriormente, la buena fe en sentido


objetivo sería la protección de la confianza. No obstante, debe decirse que la
buena fe no se limita al cumplimiento de la obligación; es decir no se limita
a la parte ejecutiva del tratado: Se debe dar en la fase de negociación,
adopción y autenticación, y expresión estatal.

B. Características de los tratados en materia de Derechos Humanos

1. Debe decirse que los tratados en materia de Derechos Humanos cuentan con
principios de interpretación de diversa índole, pudiendo distinguir entre principios
generales y especiales.

A continuación, una serie de pasos excluyentes para la correcta interpretación de los


mismos:

(i) Sentido ordinario y natural de los términos,

(ii) Conjunto del tratado atendiendo el contexto,

(iii) Conformidad con el objeto y fin del tratado, y

(iv) La conducta ulterior de las partes.

2. Sin perjuicio de los principios referidos, debe decirse que, se cuenta con una serie de
principios adicionales de carácter especial:

(i) “Principio de no reciprocidad”, o “No sinalagmático”: Respecto de los


tratados en materia de Derechos Humanos, no cabe oponer el
incumplimiento de la otra parte, para no cumplir la obligación asumida.

5
El principio objeto de referencia ha sido señalado por la jurisprudencia de
nuestra región en lo que refiere a materia de Derechos Humanos2:

“El fundamento jurídico de esta posición reside en que los tratados sobre
derechos humanos no son un medio para equilibrar recíprocamente intereses
entre los Estados sino que, por el contrario, buscan establecer un orden
público común cuyos destinatarios no son los estados, sino los seres humanos
que pueblan sus territorios”.

(ii) “Principio de interpretación pro hominis”: Se debe dar la interpretación más


favorable a los intereses de la persona, en lo que refiere a la obligación en
materia de Derechos Humanos asumida por el Estado.

Al respecto, el profesor ARIZA CLERICI, señala que3:

“En efecto, se trata de un criterio hermenéutico que informa todo el derecho


de los derechos humanos, en virtud del cual, se debe acudir a la norma más
amplia, o interpretación más extensiva, cuando se trate de reconocer derechos
protegidos e, inversamente, a la norma o a la interpretación más restringida
cuando se trata de establecer restricciones permanentes al ejercicio de los
derechos o su suspensión extraordinaria”.

(iii) “Principio de interpretación dinámica”: El Derecho es instrumento de la


sociedad para la regulación de sus distintas relaciones; por ello, éste
necesariamente tiene que atender a la sociedad que pretende regular.

Así, en lo que refiere a materia de Derechos Humanos, las fórmulas de


Derecho deberán de ser interpretadas conforme a los avances y progresos de
la humanidad en el tiempo.

Al respecto, NOVAK TALAVERA señala que4:

“(…) los tratados de derechos humanos deben ser interpretados de la manera


más favorable al individuo, lo que implica que dicha interpretación se realice
a la luz de los valores vigentes en ese momento, y no los valores vigentes al
momento en que se consagro el derecho (…)”.

(iv) “Principio de interacción interpretativa”: Es decir, lo que permite la


interpretación para un tratado; también, resulta válido para la interpretación
de uno distinto.

2
Al respecto ver: CORTE SUPREMA DE LA REPÚBLICA ARGENTINA. Sentencia emitida con fecha 7 de
julio de 1992, relativa a los Fallos N° 315:1492. JA N° 1992-II-199, ciudad de Buenos Aires. En:
http://www.pucp.edu.pe/idehpucp/images/boletin_ddhh/boletinjusticiaddhh7.pdf
3

ARIZA CLERICI, Rodolfo. Interpretación Constitucional: Principio Pro Hominis. En:


http://www.circulodoxa.org/documentos/Circulo%20Doxa%20-%20Hominis.pdf
4
NOVAK TALAVERA, Fabián. Derecho Internacional de los Derechos Humanos: Manual para Magistrados y
Auxiliares de Justicia. Amag. Lima, 2004, p. 164.

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V. La relación entre los Derechos Humanos, Constitución y el Derecho Procesal Penal

1. La relación entre los Derechos Humanos, el Derecho Constitucional y el Derecho


Procesal Penal es muy estrecha y de carácter vinculante. Se sintetiza con el concepto
de “humanización y constitucionalización del proceso penal”, surgido con
posterioridad a la II Guerra Mundial.

Ello se da con el objeto de asegurar, a través de la Constitución (en el ámbito


nacional), y los tratados internacionales en materia de Derechos Humanos (en
materia internacional), los principios que se deben observar en la tramitación de un
proceso penal, los derechos y las garantías procesales mínimas del procesado. Esto
resulta lo que define el programa procesal penal adoptado por el Estado.

2. Ello puesto que, el proceso penal, en tanto mecanismo de resolución de conflictos


surgidos por un hecho delictuoso que afecta bienes jurídicos de importancia para la
sociedad, respecto del cual la víctima y la sociedad en su conjunto tienen interés
directo en su solución, debe estructurarse en función al respeto y vigencia los
Derechos Humanos del imputado.

En otras palabras, debe existir un justo balance entre la potestad del Estado para
perseguir y sancionar a los autores del ilícito penal y el respeto de los derechos y
garantías fundamentales del justiciable, consagrados en la Constitución.

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