Академический Документы
Профессиональный Документы
Культура Документы
Martin Torres
Prologo
Capitulo 1
Caminos largos, pasos cortos.
Que raro que me sentía estos días, escapando
después de todo lo que paso, todavía pienso que es el
sueño que siempre tuve, pero ahora me encuentro
escapando de todo eso, sin rumbo, con mi guitarra
con cinco cuerdas, una botella de agua y doscientos
pesos y cuatro monedas de cincuenta centavos,
tomaba la ruta de la única salida del pueblo, por el
oeste.
Gracias a dios no me tocaban días feos, nubes, agua
nieve, lluvia, rayos, los mejores climas para un viaje
como el mio. Lo único que rescate de mi casa fue mi
campera negra, los lentes negros, mis lentes, una
lapicera reventada y cinco lagrimas que escondía
debajo de la almohada.
Sabia que ya estaba perdido, paso mucho tiempo de
seguro, mi barba habla por si sola si es por tiempos
lejos de algo o alguien, la ultima persona con la que
hable fue el hombre del rastrojero que cuando me
subió no pasaron mas de quince kilómetros y se le
reventó una goma, pobre de el, seguí mi camino, no
tenia nada que hacer ahí parado, mala suerte la de el.
Fumar un cigarro por día es una tortura, mas cuando
ves que en la etiqueta te queda medio cigarro que te
apago la lluvia, mi amigo decía que cuando pasa eso
es un regalo de dios, una horita mas de vida.
Es raro ya no tener casa, saber que si volves, no tenes
donde volver, que tenes que caminar y ahora buscar
donde volver, no es ni si quiera parecido a comenzar
de cero, porque no creo que sea comenzar de cero
buscar algo donde hay que comenzar de nuevo.
Son caminos largos, con pasos cortos, pero viajes así
te dejan solo historias, mas si se tiene un poco de
suerte te dejan una vida aparte.
Soy Agustín Merdiveral, el que se fue un día a
comprar cigarros y se perdió por unas horas y cuando
volvió se quedo sin familia y sin hogar, sin amigos, ni
si quiera me dejaron una persona para amar, volví a
mi casa el día de mi cumpleaños, me fui y es como si
en quince minutos alguien me quitara todo lo que era
mi vida, me quito mi vida y me dejo vivir, supo que
eso me iba a pesar y doler mas, agarre mis cosas ese
mismo día y me fui.
Merdivero, apodo que me puso un día papá por decir
que soy igual a mi abuelo, merdivero por que es la
contra a mi apellido, según papá merdivero se les dijo
a mis familiares, a los que tuvieron suerte.
Capitulo 3
Rio arriba, ruta cagona
Llegando a la otra orilla del rio me doy cuenta que va
a comenzar a llover y tengo que pegarme bien al
cerro, y caminar kilómetros y kilómetros una cuesta
por la ruta cerca del rio arriba, una cascada que
cuando uno la miraba daba una sensación que el rio
iba en sentido contrario, que iba de abajo para arriba.
Cuando comienzo a caminar por el sin fin de curvas
yendo a gramijo, un pueblito en donde tenia pensado
ver si conseguía algo para subsistir unos días mas de
viaje, veo a una persona sentada muy al borde del
camino, mirando donde terminaba cayendo la
cascada, le quise pedir un cigarro y termine cruzando
unas palabras con el.
- ¿Amigo no tiene un cigarro?
- Si, tengo, acá tenes.
- ¿Por que tan cerca de la nada?
- ¿De la nada? Estoy a pasos de descubrir algo
nuevo
- ¿algo nuevo?
- Asi como escucho amigo, voy a conocer que
pasa después de la muerte.
- Discúlpeme pero me parece muy cagona su
actitud.
- ¿Cagona? Esta de mas decir eso, yo hice lo que
tenia que hacer.
- Lo único que tiene que hacer uno es vivir.
- No amigo, esta equivocado usted, acompáñeme
hasta donde comienza la cascada.
Capitulo 4
Gramijo parte 1
Estando es gramijo me di con algo muy chistoso, es
un pueblo chiquito, me acorde de lo que escribí una
vez que viví en el sur, donde naci, me crie ocho años,
me fui y volvi, es una especie de carta a nadie, es
solo lo que sentí por un rato y a mas de uno le debe
pasar.
Yo conozco tres estrellas
- ¿Estas seguro?
- te extraño
Capitulo 5
Gramijo parte 2
Después de horas de caminar tome otro descanso en
gramijo, me sente a repasar la historia increíble de mi
vida, pase de sentirme solo, a estar solo.
Cuando uno vive con todas esas cosas que se te
hacen diarias y cambian con el tiempo, abris bien los
ojos y entendes por que es bueno comenzar a hablar
con respeto, usando el usted y un poco mas.
No puedo llenar mis ojos de lagrimas recordando lo
que paso el dia de mi cumpleaños, es algo que lo sufri
en pesadillas, la peor de mis pesadillas, se hizo real, lo
hicieron real y eso no me hizo para nada bien.
Mi pesadilla fue siempre la misma, volvia caminando a
mi casa borracho, mareado y totalmente confundido.
Tenía un encendedor en el bolsillo y un cigarro en la
oreja.
Estoy a dos cuadras de mi casa y el cielo esta
nublado, almenos eso se nota, como si estuviese a
punto de llover, si queremos ponerle lugar en el
tiempo, son las siete de la tarde de verano, cuando
las nubes matan por completo al sol y dejan ese claro
que es oscuro y las nubes dejan de ser grises, se
tornan negras y a lo lejos se notan rayos y comienzan
a caer gotas grandes de a poco.
Cuando estoy a punto de llegar a mi casa veo humo
blanco, cuando mas cerca estoy el humo se vuelve
negro y cuando llego a mi casa, la lluvia solo dejo
cenizas mojadas que humean apenas.
Yo entro a mi casa, a lo único que queda de ella que
es la puerta del comedor, nunca entiendo por que
abro la puerta para entrar siendo que puedo entrar
por cualquier lugar por que no quedaba nada de ella.
Miro y callado comienzo a hacer un gesto como
diciendo “esto es mentira”, diciéndome no y veo a
toda mi familia, o al menos el resto de ellos
haciéndose cenizas, desde mi hermano mas chico,
hasta mi viejo.
Que cuando cae mi primer lagrima la lluvia comienza
a caer lo mas fuerte posible y mis lagrimas ni si quiera
se notan cayendo al suelo.
Tal cual paso ese primero de noviembre, cuando fui a
buscar cigarros por que sabia que me esperaba una
noche de alcohol y risa en mi casa, donde me
esperaban mis amigos y mi familia.
Siempre dije, la desgracia me rodea y solo le hace mal
a la gente que esta a mí alrededor.
Cuando llegue a mi casa encontré cenizas, casquillos
de balas, sangre, pero lo único que no encontré fueron
mis lágrimas, las que escondí debajo de la almohada.
Eran cinco lagrimas, cada vez que me levantaba de
esa pesadilla las contaba, eran cinco círculos
húmedos en mi almohada que giraba cada vez que
despertaba de esa pesadilla.
La gente que hizo eso parece que ni si quiera les
importaba si estaba ahí dentro o no, fueron pocas las
cosas que pude rescatar y en mi viaje no lleve ni la
mitad, olvide traer mi orgullo y el reloj que una vez
papa me regalo un primero de septiembre, de un
septiembre viejo a comparación de este.
Cuando me fui encontré un porta retratos tirado, se
llevaron una foto y no puedo recordar cual, es una
foto que siempre veía, pero no recordaba cual.
Escapar de lo que no quería ser dejo un fantasma que
llevo a que perdiera todo lo que me hacia vivir, menos
mi vida.
Antes de irme junte cenizas de mis hermanos, mis
amigos y de lo que pude, la metí en un frasco que
busque y los enterré, deje una cruz donde decía “acá
descansa Agustín merdival”.
Fue lo último que hice antes de irme de ahí.
Mas triste es que si analizo todo esto, yo estoy bien,
me siento bien y asi voy a seguir, tengo una misión
chica, pero igual me queda grande.
Voy a lamentar de este viaje 2 cosas…
No pude llevarme en el bolso una sonrisa de mamá.
El no tener el poder de vengarme, aunque me dijeron
que la vida siempre se encarga de eso.
Capitulo 6
Federico
Federico es mi sobrino, ya tiene 6 años y va a ser
mucho más inteligente que su papá.
Si lo quiero ver desde algún punto es lo último que
tengo, tiene tantas cosas de mi que las saque de una
de las grandes figuras paternas que tuve como la fue
Carmen merdiveral, mi hermano mayor.
Mi camino no seria de nada útil si no fuese por el,
camino con el solo motivo de contarle a mi ex cuñada
lo que me paso y desaparecer, para Federico las cosas
iban a ser difícil de ahora en mas, pero antes de irme
quería aconsejarlo y poder así continuar viajando.
- Hola fico, ¿Cómo estas?
- Hola tio, ¿Qué haces por aca?
- Vengo a hablar con tu mamá, ¿esta ella por
ahí?
- Si, esta con papá, ya le digo que estas acá
Cuando escuche eso, mi corazón se paralizo, me puse
pálido y comencé a mandibular, temblaba del miedo,
¿Papá?
¿Mi hermano mayor sigue vivo?
Estoy más que seguro de que cuando junte las cenizas
puse un poco de el ahí, no puede ser.
- Flor, ¿en serio estas con Carmen?
- No, a Carmen no lo veo hace mas de un mes, la
última vez que viajamos allá con Federico.
- ¿Quién es papá entonces?
- ¿Qué? ¿papá? ¿de que hablas?, ¿Qué paso?
- No me respondas con preguntas, ¿Quién es
papá?