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Fecha: 14 de julio de 2019

Título del Sermón: La energía produce vitalidad

Versículo Bíblico: Salmos 121:1~8

Sal 121:1~8 1Alzaré mis ojos a los montes; ¿ De dónde vendrá mi socorro?
2
Mi socorro viene de Jehová, Que hizo los cielos y la tierra. 3 No dará tu
4
pie al resbaladero, Ni se dormirá el que te guarda. He aquí, no se

adormecerá ni dormirá El que guarda a Israel. 5 Jehová es tu guardador;

Jehová es tu sombra a tu mano derecha. 6 El sol no te fatigará de día, Ni

la luna de noche. 7 Jehová te guardará de todo mal; El guardará tu alma.


8
Jehová guardará tu salida y tu entrada desde ahora y para siempre.

Una vez fui al hospital para hacerme un chequeo médico, y el doctor me

miró y me dijo: “Ud. está muy delgado, y si sigue de esta forma, su salud

y su estado nutricional empeorará, por lo que su sistema inmunológico se

debilitará y no podrá vencer las enfermedades. Hay un viejo dicho que

dice: ‘Si cae del bordillo, perderá la vida’. No baje de peso más de lo

normal”.

Si una persona no come, no tiene energías como tampoco vitalidad. Si

vemos en la Biblia, Dios hizo al hombre, con espíritu, alma y cuerpo. Por

lo tanto, todo nuestro espíritu, alma y cuerpo deben estar llenos de

energía para vivir sanos y con vitalidad.

1. Energía física
Para vivir con vitalidad se necesita de una buena energía física. Para

obtener dicha energía tenemos que comer comidas nutritivas y bien

balanceadas. Si nos alimentamos mal, tendremos poca energía, e

inclusive, podemos perder la vida.

También, para estar sanos necesitamos hacer ejercicios. Si Ud. va al

doctor, aunque no se encuentre enfermo, el médico le dirá que haga

mucho ejercicio.

Yo voy al hospital cada tres meses para hacerme mi chequeo médico, y

el doctor siempre me dice que haga bastante ejercicio. De joven, nunca

hice ejercicios, no tenía tiempo para hacerlos, y en vez de hacer ejercicios

trabajaba más de normal, eso es porque me gustaba más el trabajo que

los ejercicios. Pues me gustaba más preparar el bosquejo, leer la Palabra,

y orar por los miembros de la iglesia. Sin embargo, en estos días, me

esfuerzo mucho para hacer ejercicios, pues para poder seguir predicando

necesito estar sano, fuerte y lleno de energías, por lo que dedico un

tiempo del día para mi rutina.

En la actualidad, hay muchas personas que dicen estar cansadas tanto

física como mentalmente. Recientemente, salió en un periódico que

nueve de cada diez trabajadores coreanos sufren del Síndrome de

Agotamiento. Este síndrome es conocido comúnmente por su nombre en

inglés “Burnout” o “Síndrome de estar quemado” por el estrés crónico


mantenido en el trabajo.

Por ejemplo, un auto queda sin combustible, la luz de advertencia se

encenderá en el tablero. Si uno ignora esa luz y sigue utilizando el auto,

este auto en algún momento se detendrá. Lo mismo sucede con el cuerpo

humano. Cuando trabajamos arduamente, nos agotamos física y

mentalmente, y quedamos en una condición indefensa y totalmente

quemados. Este síntoma es el Síndrome de Agotamiento.

Hoy en día, hay muchas personas que viven el día a día con la energía,

de su cuerpo y mente, totalmente agotada.

En la Biblia, aparece un profeta llamado Elías, que se enfrentó a 450

profetas de Baal y 400 profetas de Asera, haciendo caer fuego del cielo

por medio de la oración. Sin embargo, cuando Jezabel, le envió una carta

amenazándolo de muerte, Elías se asustó, y huyendo al desierto buscó

su muerte debajo de un árbol.

Unos días atrás, Elías era el gran profeta que hizo que lloviera, por medio

de la oración, luego de tres años y medio de sequía. También, venció a

los profetas de Baal y Asera, pero con una sola palabra de Jezabel, Elías

tuvo miedo y se derrumbó.

¿ Por qué decayó y se derrumbó Elías? La primera causa de su colapso

fue la fatiga física. Todos nosotros somos personas con espíritu y cuerpo,

por lo que, estos dos se influyen mutuamente. Elías, para ese entonces,
estaba con baja energía física. Elías vertió mucha fuerza en la batalla del

Carmelo, como también oró y clamó agachándose en tierra y poniendo

su rostro entre sus rodillas para que lloviera, siendo sus oraciones

escuchadas por Dios. Después de hacer todas estas cosas, Jezabel le

amenazó mientras él se encontraba con su energía física agotada, por lo

que su mente se derrumbó completamente.

Cuando era pastor en nuestra iglesia de Seodaemun, un día me desmayé

en un culto, mientras estaba interpretando simultáneamente la

predicación. En ese momento, todos se alarmaron y me llevaron

rápidamente al hospital y me dejaron internado. Al día siguiente, me

levanté bien temprano, fui corriendo a la iglesia para dirigir la oración de

la madrugada. Un anciano de la iglesia, con una mirada no tan buena, me

dijo que quería conversar conmigo. Ni bien nos encontramos, lo primero

que me dijo fue: “Pastor, Ud. es muy soberbio y terco. En vez de elogiarle

a Ud. por desmayarse en el púlpito, le quiero decir que eso es soberbia”.

Yo no entendía lo que estaba sucediendo, y le reclamé diciendo: “Anciano,

¿Por qué me habla y trata de esa forma?”. Entonces el Anciano me dijo:

“Pastor, ¿Ud. está por encima de Dios? Dios dijo que debemos trabajar

seis días y descansar el séptimo día, pero ¿ Qué hace Ud. sin descansar?

A Dios no le gusta que sus siervos caigan desmayados por el cansancio.

¿ Ud. piensa que Dios le aplaudirá? Al contrario, Dios quiere que Ud.
coma, duerma y descanse”.

Me quedé impresionado completamente por esas palabras. El anciano

tenía toda la razón. Durante estos 60 años frente a esta iglesia como

pastor, nunca pude disfrutar de unas vacaciones, y eso para mí era mi

gran orgullo, pero viendo en retrospectiva, es un sentimiento y

pensamiento erróneo. Dios nos dio el tiempo, y yo no lo usaba para

descansar, solo lo dedicaba para la obra, día y noche, así que se debilitó

mi estado físico y salud.

Dios nos dio el descanso para reponernos. Por lo tanto, por la noche

debemos dormir, y tenemos que descansar un día a la semana. Jesús les

dijo a sus discípulos, luego de regresar de un día de evangelización, que

vayan a un lugar apartado para descansar un rato.

Cuando las energías físicas de Elías se agotaron, la prescripción de Dios

fue que comiera y descansara. Cuando Elías durmió bajo un enebro, un

ángel lo tocó y le dijo: Levántate, y come. Elías se levantó, comió y volvió

a acostarse. Luego empezó a recobrar energía recuperando su vitalidad.

Por lo tanto, si nosotros deseamos vivir una vida sana y feliz, debemos

administrar nuestro tiempo para un bienestar físico y tener mucha energía.

2. Energía mental

Para vivir una vida saludable y con vitalidad debemos tener una sana

energía mental. En Proverbios 17:22, dice:


22
Pr 17:22 El corazón alegre constituye buen remedio; mas el espíritu

triste seca los huesos.

Si nuestros corazones están llenos de preocupación, ansiedad, angustia,

odio, ira y resentimientos, no podremos vivir una vida saludable y

animada, como si fuera un pasto que está completamente presionado y

aplastado por una piedra, volviéndose amarillento y se seca, y nuestros

corazones serán conducidas a una vida dolorosa y empobrecida.

Asimismo, el estrés también quita toda la energía de nuestras mentes y

corazones.

El estrés es la madre de toda enfermedad, causa pánico, y hace que una

vida se derrumbe y colapse. La nieve que cae del cielo es liviana, pero si

esta se acumula, produce una avalancha y derrumba hasta las casas. El

corazón del hombre es igual. Cuando la preocupación, ansiedad, miedo

y temor se acumulan en nuestros corazones y los dejamos crecer dentro

de nosotros, hará que nos desmayemos, decaigamos y derrumbemos.

Si descuidamos nuestra energía mental, nos volveremos indefensos, por

lo tanto, debemos guardar nuestras mentes y corazones. En el libro de

Proverbios 4:23, dice:


23
Pr 4:23 Sobre toda cosa guardada, guarda tu corazón; porque de él

mana la vida.

Nosotros debemos guardar nuestros corazones y mentes para vivir una


vida llena de energía. Para vivir una vida honesta, sincera, justa, llena de

amor, alegría, en santidad, y paz, debemos alimentarnos espiritualmente.

Así como nos alimentamos para tener energía física, también

necesitamos alimentarnos espiritualmente para estar obtener energía

mental y guardar nuestros corazones.

Entonces, ¿ Cómo podemos obtener energía mental? Solo la podemos

obtener en Dios. En Salmos 16:11, el salmista dice:


11
Sal 16:11 Me mostrarás la senda de la vida; en tu presencia hay

plenitud de gozo; delicias a tu diestra para siempre.

El gozo y la paz mental vienen solo de Dios, quien es la fuente de gozo y

paz para nuestros corazones. Cuando servimos a Dios estamos llenos de

alegría y gozo, y vivimos una vida feliz, brillante y con mucha energía.

Aunque estemos cansados y agotados, si fijamos nuestras vistas solo en

Dios, en él obtenemos nuevas fuerzas. En Salmos 121:5~6, dice:

Sal 121:5~6 5 Jehová es tu guardador; Jehová es tu sombra a tu mano

derecha. 6 El sol no te fatigará de día, Ni la luna de noche.

Nosotros debemos saber que Dios, quien hizo los cielos y la tierra, es

nuestro guardador y ayuda.

Una persona soñó que estaba caminando por la playa con el Señor, y a

través del cielo, pasaban escenas de su vida. Por cada escena que

pasaba, quedaban dos pares de pisadas en la arena: una eran suyas y


las otras del Señor. Cuando la última escena pasó, miró hacia atrás, hacia

las pisadas en la arena, y notó que muchas veces en el camino de su vida

quedaban solo un par de pisadas en la arena. Se dio cuenta también que

eso sucedía en los momentos más difíciles de su vida. Eso le perturbó, y

le preguntó al Señor: “Tú me dijiste, a través de tu Palabra, que siempre

irías conmigo a lo largo del camino de la vida. Sin embargo, durante mis

peores momentos, solo veo que hay un par de pisadas. No comprendo

por qué me has abandonado en esas horas que más te necesitaba”.

Entonces, el Señor fijando su mirada en la persona, le contestó diciendo:

“Yo siempre te he amado y jamás te he abandonado en tus momentos

difíciles. Cuando viste en la arena solo un par de pisadas fue justamente

en los momentos de tu vida donde te llevé en mis brazos”.

Hermano/a, cuando el corazón está cansado y agotado, debemos saber

que el Señor está caminando con nosotros, y de esa forma nuestra mente

y corazón obtienen nuevas fuerzas. En Isaías 40:28~31, dice:

Is 40:28~31 28 ¿ No has sabido, no has oído que el Dios eterno es Jehová,

el cual creó los confines de la tierra? No desfallece, ni se fatiga con


29
cansancio, y su entendimiento no hay quien lo alcance. El da esfuerzo
30
al cansado, y multiplica las fuerzas al que no tiene ningunas. Los
31
muchachos se fatigan y se cansan, los jóvenes flaquean y caen; pero

los que esperan a Jehová tendrán nuevas fuerzas; levantarán alas como
las águilas; correrán, y no se cansarán; caminarán, y no se fatigarán.

3. Energía espiritual

Para vivir una vida con mucha vitalidad debemos tener energía espiritual.

Hay personas que aunque creen en Jesús viven una vida de fe indefensa,

eso es porque sus energías espirituales no están llenas. Para obtener

energía espiritual debemos alimentarnos con la Palabra de Dios. Muchos

cristianos consideran la Biblia como un simple accesorio, por lo que no la

leen. Sin embargo, mi hermano/a, la Palabra de Dios tiene poder

sobrenatural.

Hace mucho tiempo, un miembro de la iglesia, pensando en mi salud, me

presentó a un famoso doctor. Tanto me insistió el hermano para que fuera,

por lo que fui al hospital y me hicieron varios exámenes. El doctor no creía

en Dios. Pero lo sorprendente fue que el doctor para chequear mi estado

físico tuvo que ver y escuchar mi sermón por la pantalla, y repentinamente,

escuchado la predica empezó a tener fe y le recibió a Jesucristo como

salvador personal.

Hermanos/as, la Palabra de Dios tiene poder. En Romanos 10:17, dice:

Ro 10:17 17 Así que la fe es por el oír, y el oír, por la palabra de Dios.

Por lo tanto, siempre debemos escuchar y escudriñar la poderosa Palabra

de Dios. En especial, si leemos mucho el libro de Proverbios,

obtendremos sabiduría. En Proverbios 3:18, dice:


18
Pr 3:18 Ella es árbol de vida a los que de ella echan mano, y

bienaventurados son los que la retienen.

También, en Proverbios 8:11, dice así:

Pr 8:11 11 Porque mejor es la sabiduría que las piedras preciosas; y todo

cuanto se puede desear, no es de compararse con ella.

La sabiduría tiene la capacidad de resolver todos los problemas, y es

utilizada para traer la paz, desarrollo y bendiciones en la vida de uno.

La Palabra de Dios es nuestro alimento espiritual. Tenemos que comer la

Palabra para fortalecer nuestro espíritu y ganar energía. Una persona que

no come saludablemente no tiene fuerzas ni energías.

Me recuerdo que cuando era pequeño y me acostaba por estar enfermo,

mi madre me daba de comer y me decía: “Un granito de arroz puede

espantar a 100 demonios. Tienes que comer. Come para vivir. Si no

comes, no tendrás fuerza”.

Nosotros oramos y ayunamos para recibir de la gracia de Dios y cuando

él nos pide que nos presentemos en ayuno, pero si Ud. no ayuna trate de

comer bien para tener energía.

La Palabra de Dios es alimento para nosotros, si no nos alimentamos, no

tendremos salud espiritual. Las personas del mundo aunque lean la Biblia

no la entienden. Sin embargo, los que estamos en la cuarta dimensión, la

espiritual, leemos la Biblia, la meditamos y escudriñamos, ella se


convierte en nuestra arma espiritual. La Palabra de Dios es viva y eficaz,

y más cortante que toda espada de dos filos, y penetra hasta partir el

alma y el espíritu, las coyunturas y los tuétanos, y discierne los

pensamientos y las intenciones del corazón. Por lo tanto, es muy

importante memorizar muchos versículos.

Cada día debemos alimentarnos y comer la Palabra de Dios, y meditarla

en nuestros corazones. No lea por leer, sino medite y escudriñe la

poderosa Biblia. A medida que meditemos y escudriñemos la Palabra de

Dios, sentiremos su sabor dulce en nosotros. Yo todos los días medito la

Palabra de Dios, y eso ha permitido que pueda obtener frutos. También

no hay un día que no me arrepienta delante de Dios, pido perdón por mis

pecados en todo momento. Por medio de la cruz, yo medito que el Espíritu

Santo desciende en mi vida, que soy sano, que soy liberado de toda

maldición, que espero el regreso de Cristo y voy a irme con él. Todos los

días, y en repetidas ocasiones del día, medito una y otra vez, por lo que

estoy parado firmemente en la base del Evangelio y la triple bendición, y

sé que soy prosperado en todas las cosas, tengo salud y prospera mi

alma, y vivo una vida más que vencedora en Cristo Jesús.

Si vivimos en la espiritualidad de la cuarta dimensión, en el quíntuple

evangelio y la triple bendición, podemos vivir una vida espiritual

energética. Si nuestros pensamientos están llenos del quíntuple


evangelio y la triple bendición, no habrá lugar para otro tipo de

pensamiento. Por lo tanto, es importante que meditemos siempre el

quíntuple evangelio y la triple bendición, para que nuestro espíritu se

vuelva más fuertes, y vivamos en la cuarta dimensión, la espiritual.

Hace unos días, una persona me envió una carta de agradecimientos

desde la ciudad de Busán. Esta mujer no podía embarazarse, pero a

través de la espiritualidad de la cuarta dimensión, en esa difícil situación

ella concibió un hijo. Ella siempre se aferró a su sueño de ser madre de

un niño a pesar de tener edad, pero como tenía problemas de salud y

cuerpo, era un tanto imposible. Intentó de todas las formas, hasta se hizo

inseminación artificial en el hospital, pero todo esfuerzo fue en vano. Sin

embargo, luego de escuchar mi sermón, ella fue tocada con el mensaje

“Ora y clama, mira lo que desees”, y fue a comprar unos zapatitos para

bebes, y todos los días los ponía sobre sus manos y oraba clamando a

Dios.

Ella me envió una carta, pues se embarazó de forma natural, a sus 40

años. El quíntuple evangelio, la triple bendición, y la espiritualidad de la

cuarta dimensión se manifiestan de forma real en nuestras vidas. Por lo

tanto, pensemos, tengamos sueños, tengamos fe y proclamemos con

nuestros labios.

Para tener energía espiritual debemos orar. Una vida cristiana sin fe y
oración, es solo una superstición. Debemos orar para ser llenos del

Espíritu Santo y tener una conversación personal con nuestro creador.

Cuando pasamos por preocupaciones, ansiedad, y el miedo y temor

invade nuestros corazones, debemos doblar rodillas e inclinarnos en

oración ante Dios, y el Espíritu Santo obrará en nosotros dando fuerzas

y valentía.

Si nuestros corazones se debilitan no podremos hacer grandes cosas. Al

contrario, si somos fuertes y valientes, podremos superar todas las

ansiedades, temores y miedo, y lograr grandes cosas en nuestras vidas.

Si confiamos en el Espíritu Santo, obtenemos energía espiritual, y tanto

nuestro cuerpo como nuestro espíritu se fortalecen.

Si no oramos, no podemos vivir bajo la gracia de Dios. Generalmente, en

los países donde no hay iglecrecimiento es porque no oran. Si no oramos,

tampoco se manifiesta el Espíritu Santo. Los pastores, como mínimo

deben orar 2 horas al día, y los creyentes, por lo menos 1 hora, para que

nuestro espíritu se renueve y viva, y para que el Espíritu Santo obre en

nosotros, y poder vivir una vida de triunfo y victoria sobre el diablo. Si

oramos, estamos pidiendo la ayuda de Dios. Si no oramos, ¿ Cómo

recibiremos las respuestas de Dios? En San Juan 14:14, Jesús dice:

Jn 14:14 14 Si algo pidiereis en mi nombre, yo lo haré.

Por eso, nosotros debemos acudir y buscar a Dios. Si oramos, Dios


escucha nuestras suplicas y oraciones, y extiende sus brazos de poder

para resolver nuestros problemas y darnos su respuesta.

Para vivir una vida con energía y vitalidad, nuestro cuerpo, nuestra mente

y nuestro espíritu deben estar llenos de energía, y de esa forma, vivir una

vida feliz, alegre y gozosa.

Todos nosotros debemos alimentarnos con la Palabra de Dios y orar

todos los días, para cargar de energía nuestro cuerpo, mente y espíritu,

y vivir una vida prospera en todas las cosas, tener salud, y prospere

nuestra alma.

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