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EL PROCESO DE RECONFIGURACIÓN DEL MOVIMIENTO DE

POBLADORES (1973-1993): ERRADICACIÓN, EXCLUSIÓN


SOCIOPOLÍTICA Y NUEVAS FORMAS DE ORGANIZACIÓN

The process of reconfiguration of the movement of settlers


(1973-1993): Eradication, socio-political exclusion and new
forms of organization

Nelson Bravo Bustamante1

Resumen: Summary:
El presente artículo efectúa una compresión del This article makes a compression of the histori-
devenir histórico del movimiento de pobladores cal evolution of the movement of settlers in Chile,
en Chile, en el marco histórico de la dictadura within the historical framework of the military
militar y los inicios de la posdictadura. Se visua- dictatorship and the beginnings of the post-dic-
liza una reconfiguración del movimiento social tatorship. A reconfiguration of the social move-
originado a mediados del siglo XX, en relación a ment originated in the mid-twentieth century is
la reconstrucción del tejido social debido a la alta visualized, in relation to the reconstruction of the
represión del Régimen militar. Así mismo, una vez social fabric due to the high repression of the mi-
institucionalizada la dictadura en la década de litary regime. Likewise, once the dictatorship was
1980, se identifica un segundo proceso de exclu- institutionalized in the 80’s, a second process of
sión social y política, tras la erradicación espacial social and political exclusion is identified, after
de sus redes comunitarias y el abandono político the spatial eradication of its community networks
producto de los mecanismos orgánicos de salida and the political abandonment resulting from the
a la dictadura. En consecuencia, se observa una organic mechanisms of exit to the dictatorship.
reconfiguración del movimiento de pobladores, Consequently, a reconfiguration of the movement
a partir del caso campamento Esperanza Andina of settlers is observed, based on the case of the
de Peñalolén, estableciendo redes comunitarias y Andean Esperanza Camp in Peñalolén, establi-
un distanciamiento con la política partidaria insti- shing community networks and a distancing from
tucional, constituyendo una nueva realidad social the institutional partisan politics, constituting a
30
chilena en el proceso de reapertura democrática new Chilean social reality in the process of de-
y consolidación neoliberal de la posdictadura en mocratic reopening and neo-liberal consolidation
los años 90´. of the post-dictatorship in the 90s.

Palabras claves: Movimiento de pobladores, Key words: Movement of settlers, socio-political


exclusión sociopolítica, reconfiguración del mo- exclusion, reconfiguration of the population mo-
vimiento pobladores, campamento Esperanza vement, Esperanza Andina camp.
Andina.

1 Chileno. Profesor de Enseñanza Media en Historia y Ciencias Sociales. Universidad Academia de Humanismo Cris-
tiano. Contacto: nelson.bravo91@gmail.com / Registro ORCID: https://orcid.org/0000-0001-7266-3549

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El proceso de reconfiguración del movimiento de pobladores 1973-1993 (...)

Presentación elementos tradicionales, como “callampero”,


en los 60 se instituye cierta dignificación en
la búsqueda de integrarlo a la vida moderna
El desarrollo de los movimientos sociales urba- como “poblador marginal” y en la década de
nos a lo largo de la historia, ha generado interés los 70, figurado con rasgos revolucionarios
de múltiples disciplinas, con el fin de poder como “movimiento social”. Así mismo, con la
entregar lineamientos para la comprensión y irrupción del golpe de Estado e instalación de
proyección de estos fenómenos sociales, que la dictadura, es posible, dimensionar una recon-
construyen y entregan nuevos significados a figuración y continuidad del movimiento social,
los espacios y entornos urbanos. Según Harvey como efecto de los cambios estructurales de
(2008), la ciudad que queremos no puede estar la sociedad chilena, producto de la refundación
divorciada o fragmentada, en relación, a qué tipo capitalista vía sistema de mercado neoliberal,
de lazos sociales, relaciones con la naturaleza, que constituyendo políticas estatales apuntan a
estilos de vida, tecnologías y valores estéticos una fragmentación en su organización, sociabi-
deseados. Es decir, el derecho al acceso a las lidad, demandas y acciones comunitarias. Para
ciudades no solo como un ejercicio exclusivo algunos autores (Espinoza 1993, 1998) Garcés
de ingreso al mercado, expresado desde una (2017), dicha reconfiguración se dimensiona en
óptica del consumo, sino de carácter ciudadano, dos procesos, siendo en una primera instancia
que permita promover las relaciones sociales de reconstrucción del tejido social entre los años
y la revalorización del espacio público para las 1974-1980, destacándose las organizaciones
acciones ciudadanas. de “sobrevivencia-contención” y “construcción
reivindicativa” ante una fase de alta represión,
perdida de libertades civiles y terrorismo estatal.
Respecto al movimiento de pobladores chileno,
En una segunda instancia, el desarrollo en la
existe una extensa bibliografía (Salazar 2006,
búsqueda de apertura democrática observable
Tironi 1986a 1986b, Cortes 2014, Schneider
en las “jornadas nacionales de protesta”, pues en
1990, Campero y Cortázar 1988) y según Garcés
óptica del propio régimen, observa la ejecución
(2005) se nos revela como uno de los principales
de estrategias institucionales, ejemplificada en
protagonistas sociales urbanos de la segunda
la política pública de erradicación y radicación
mitad y finales del siglo XX, presentándose como
de las poblaciones. Así mismo, en óptica política,
producto de la pobreza y marginalidad, en torno
el desenvolvimiento de una doble oposición -vía
a la carencia de derechos que la sociedad chile-
insurreccional y diálogo- respecto a los meca-
na pocas veces ha garantizado a las mayorías
nismo de fin a la dictadura, siendo, la opción vía
del pueblo.
diálogo la que posteriormente pacte su salida. 31
En consecuencia, sintetiza en su trabajo Leiva y
De este modo, considerando una concepción Pinto (2008), se produce un “abandono político”
en perspectiva histórica, el movimiento de desde la política formal e institucional a los po-
pobladores -como todo movimiento social- ha bladores y todo movimiento social, proceso que
desarrollado, diversas variantes en su devenir de se consolida con el retorno a la democracia en
acción, producción y creación popular, razón por la década de los ´90, a través de los gobiernos
la cual, investigadores han construido y aplicado de la Concertación.
diversas categorías. Sintetizado en unos de sus
trabajos, Cofré (2015) establece las conceptua-
De esta manera, desde un marco de análisis
lizaciones de reconocimiento, pues en los años
temporal y, respecto a la evolución de este
50´ este sujeto social estaba representado con

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movimiento urbano, compartimos la tesis ex- el proceso político-social y, siguiendo la línea


puesta por José Herrera (2018) En cuanto a su del historiador Igor Goicovic (2006) podemos
continuidad histórica y actual vigencia de este observar que la primera y segunda fase refunda-
movimiento, junto con el sujeto que lo constituye, cional de la dictadura, consistió en el desarrollo
los pobladores , ya que, es posible dimensionar de una estrategia de control social, pacificando
su reconfiguración, tanto en sus expresiones, al país mediante el terror, apuntando a impedir
reconocimientos e identidades, como un sujeto la rearticulación de los partidos de izquierda y
que ha perdurado en su lucha por la vivienda, re- las masas populares. Lo anterior coincide, con
conocimiento y acceso a la ciudad. Por lo tanto, a lo planteado por Gárate (2010) en una apertura
partir de lo anterior, el objetivo general de nuestro, radical de la economía chilena y la aplicación
artículo se orienta a comprender el proceso de del liberalismo económico más dogmático, la
continuidad reconfigurada del movimiento de denominada “política del shock”. Empero, a
pobladores, surgido en dictadura, generando pesar de esta compleja realidad social y de la
un nuevo escenario social en el periodo de la alta represión, el movimiento de pobladores y
posdictadura, a partir del caso del campamento la izquierda, continuaron sus redes en la expe-
Esperanza Andina de Peñalolén. Del mismo riencia organizativa popular, a pesar de limitarse
modo, la metodología utilizada es de carácter sus orientaciones y recursos. De este modo, en
cualitativo, pues se efectuó una interpretación los barrios populares, bajo el alero de la Iglesia
a las diversas fuentes y bibliografía consultada, y comunidades cristianas de base, -utilizando el
para la comprensión del proceso histórico estu- espacio de las capillas-, se comienza a gestar
diado, especialmente, la trayectoria histórica del un proceso de rearticulación del tejido social, a
movimiento de pobladores y pobladoras. través de organizaciones compuestas por los
militantes sobrevivientes y nuevos actores no
militantes, ocupando espacios de clandestinidad,
Reconstrucción del generando la producción de nuevas experiencias
tejido social 1974-1980 orgánicas. Tal es el caso, de un primer proceso
iniciado en la población Herminda de la Victoria,
Una de las escenas finales de la película “Machu- -direccionado hacia la solución de los problemas
ca”, escrita y dirigida por Andrés Wood (2004), de subsistencia-, como fueron los “comedores
representa, concretamente, el accionar que tu- populares” que beneficiaron hacia el año 1976
vieron los militares en los territorios populares, a un total de 24.867 personas y de “contención”
especialmente en los campamentos y poblacio- como actividades culturales, recreativas y edu-
nes, una vez efectuado el Golpe de Estado en cativas, como es el caso de centro de apoyo es-
32 1973, actuando como “ejércitos de ocupación”, colar, centros juveniles y asociación de mujeres
estableciendo una represión política, policial y colonias urbanas (Garcés, 2017).
y militar, imponiendo el silencio y el repliegue
de los pobladores (Garcés, 2003), atomizando
Así mismo, en esta fase reorganizativa del mo-
este movimiento social a gran escala, a través
vimiento social, siguiendo los argumentos de
de sus diversos aparatos institucionales de
Tomas Moulian (2002) los grupos políticos de
carácter castrense. Es por esto que, la irrupción
izquierda clandestinos que componían la Unidad
de la dictadura militar y el proceso de cambio
Popular, establecieron la clasificación de fascis-
de sistema en dirección al modelo neoliberal,
mo, con el fin de constituir una conceptualiza-
generó una nueva coyuntura histórica durante
ción teórica al proceso dictatorial, sin embargo,
el siglo XX, producto de su refundación en la
este sirvió más como un “velo argumentativo”
estructura capitalista. Es por esto que, desde

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que como un proceso develador de la realidad causa de la posterior crisis recesiva de 1982.
político-social del periodo, con la finalidad de Finalmente, en una segunda instancia, se carac-
constituir apoyo y probablemente unificación teriza la apertura comercial exterior, orientada en
popular bajo la consigna de “el enemigo en co- la exportación de recursos naturales, pues este
mún”. De esta manera, a medida que el régimen giro hacia una práctica de liberalización extrema
ejercía acciones militares de atomización a la de la economía, pretende fortalecer las ventajas
población chilena, la reconstrucción del tejido comparativas, limitando su interferencia estatal
social no solo desarrollaron organizaciones de (Garate, 2010). Sin embargo, en la ocupación
subsistencia y “contención”, sino que se agrega- del control del conflicto social, por medio de
ron organizaciones de carácter reivindicativas, sus funciones represivas, tiende a potenciarse.
como el caso de los Comités de Vivienda, así
mismo, obtuvieron visibilidad las organizacio-
En paralelo, siguiendo la argumentación anterior,
nes de demanda por los Derechos Humanos,
y relacionado con la visión de Quitral (2011) po-
como la Agrupación de Familiares de Detenidos
demos visualizar, una consecuencia de aspecto
Desaparecidos (Garcés, 2017). Por lo tanto, en
social en este proceso de transición orgánica
función de lo mencionado anteriormente, surge
reivindicativa, producida a partir del desmante-
la pregunta en torno a ¿Qué elementos externos
lamiento del modelo desarrollista, un aumento
a los pobladores posibilitaron un proceso en dis-
de la tasa de desempleo, ejemplificándose de un
minución de organizaciones de “subsistencia y
9,7% en diciembre 1974 a un 18,7% en el mismo
contención” hacía una transición de experiencias
de mes pero de 1975 y de las remuneraciones,
organizativas de carácter reivindicativas?
afectando directamente a los pobladores agu-
dizando el conflicto social. Lo mencionado, es
Podemos mencionar que, este proceso rear- posible visualizarlo en un reportaje publicado
ticulador del movimiento social, en torno a la en la época:
apertura de organizaciones reivindicativas, se
enmarca en la coyuntura de recuperación eco-
“Carentes de la posibilidad de recurrir a
nómica que va entre los años 1977-1981, la que
la petición y al derecho de huelga para
autores como Garate (2010) y, Quintral (2011)
presionar en pos de mejorías salariales,
han denominado como “milagro económico
los trabajadores chilenos hoy han llegado
chileno” o “espejismo económico”, producto de
a uno de los niveles económicos más
la desmantelación económica del Estado de
bajos en los últimos 35 años. Recientes
compromiso propias de las políticas ortodoxas
estudios universitarios sostenían que el
de los tecnócratas del régimen. Esta autodes-
poder adquisitivo de los salarios había 33
mantelación se caracteriza, en una primera
bajado un 40 por 100 en relación a 1970,
instancia, en el desarrollo de una reforma al
aun cuando también se reconoce un
sistema financiero, la cual según Garate (2010)
leve repunte experimentado a partir de
permitió la existencia de sociedades financieras
octubre del año pasado. En ocupación, la
privadas (entidades crediticias) estableciendo
cesantía sigue constituyendo el problema
libremente las tasas de interés, que incluye la
más angustiante del país. En diciembre
eliminación de restricciones al ingreso de enti-
pasado, mes que tradicionalmente eleva
dades bancarias extrajeras al país, conducien-
el número de empleos con motivo de las
do, un funcionamiento del mercado interno de
festividades de final de año, la desocupa-
capitales integrados. Además, cabe destacar
ción había sido 15,4 por 100. En octubre
que esta reforma financiera se encuentra en la
fue del 17,8 por 100.” (El País, 1976)

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De esta manera, la disminución en las remune- tianas de base, constituyéndose como un espacio
raciones, permite interpretar como un elemento de participación e integración a las miles de per-
que adiciona acciones coercitivas en las organi- sonas, que agrupándose bajo el alero de la Iglesia
zaciones populares, al establecer una búsqueda en los duros años de la dictadura, incluidos, -a
de lineamiento de solución comunitaria y estra- veces y en momentos de alta tensión social-, los
tegias de demanda, a una sociedad política ce- propios partidos de la izquierda, se recomponían
rrada y mínimamente dialogante, características o sobrevivían en la clandestinidad y exclusión
propias de los regímenes dictatoriales. Pues, los (Garcés, 2017). Pues, en la caso particular de la
sindicatos de trabajadores, a través del legado Iglesia Católica, a diferencia de otras dictaduras
de las redes sindicales, establecían acciones de de América latina, destaca su oposición cons-
demanda social: tante de demanda contra el régimen dictatorial,
ante la pérdida de los derechos elementales y las
libertades básicas de la sociedad:
“En forma pública, hace dos semanas
104 sindicatos de obreros y profesionales
capitalinos exigieron la reimplantación “La Iglesia Católica ha endurecido su po-
de sus derechos y la estabilidad en el sición frente al Gobierno en las últimas
empleo. También solicitaron el control semanas. En una reciente declaración
de precios sobre los productos de pri- incluso se acusó a miembros de la «Dina»,
mera necesidad -alimentos, vestuario y el principal organismo de represión, de
medicamentos- y el aumento del salario haber montado la provocación contra los
mínimo de 440 pesos a 800 (de 40 a unos tres obispos chilenos -Fernando Ariztia,
75 dólares). La petición fue enviada al Mi- Enrique Alvear y Carlos González-, que vol-
nisterio del Trabajo con motivo del cierre vían al país luego de haber sido detenidos
del debate nacional generado en torno al en Ecuador junto a otros 14 prelados del
proyecto de reforma seguridad social del continente en el suceso más bochorno-
país, que los firmantes ya calificaron de so, que recuerde la iglesia americana en
“negativo” para los intereses laborales.” siglos. Refiriéndose a esta provocación
(El País, 1976) -unida a la campaña articulada por medio
de la prensa-, los obispos indicaron que no
se trataba de sucesos aislados, sino que
Así mismo, esta demanda sindical por las mejo-
«se eslabonan en un proceso o sistema de
ras en la estructura social y de las condiciones
características perfectamente definidas,
de vida de trabajadores y pobladores al interior
y que amenaza imperar sin contrapeso
de este proceso de “estabilidad económica”, no
34 en nuestra América Latina». «Invocando
fue de carácter espontánea, sino que poseía una
siempre el inapelable justificativo de la
articulación organizativa y comunicativa, proba-
seguridad nacional se consolida más y
blemente, por las sumas de experiencia desarro-
más un modelo de sociedad que ahoga
lladas en el gobierno de la Unidad Popular y gran
las libertades básicas, conculca los de-
parte del siglo XX, además de la creación de los
rechos más elementales y sojuzga a los
espacios de subsistencia y “contención” durante
ciudadanos en el marco de un temido y
este primer periodo de alta represión.
omnipotente estado policial», añadieron
los obispos en una de las declaraciones
Así mismo, la gestación de estas demandas por más enérgicas emitidas frente a la situa-
parte de trabajadores y pobladores, se instrumen- ción chilena” (El País, 1976)
talizaron en las mencionadas comunidades cris-

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De esta manera, podemos mencionar que la democracia de corte neoconservador, como con
reconstrucción del tejido social, tuvo la carac- el sistema resguardado por ella -el capitalismo
terística particular de establecerse en un doble en clave neoliberal- tomando en su contraparte,
aspecto, iniciado por una directriz de “sobrevi- los movimientos sociales una posición y un lugar
vencia y contención” ante las problemáticas de relevantes en el conflicto por la demanda de la
represión-exclusión por los graves conflictos democracia, visualizándose posteriormente,
económicos y políticos del periodo en su fase por medio de las denominadas “Jornadas de
refundacional. Y posteriormente, transitando Protestas Nacionales”, como consecuencia
hacía una directriz reivindicativa, a través del del crecimiento organizativo, cuantitativo y
uso de los espacios de clandestinidad de los cualitativo, del movimiento popular y su lucha
nuevos actores y los militantes sobrevivientes, por revertir su situación de pobreza y exclusión
mencionados anteriormente. Por lo tanto, es política, acrecentada por la crisis económica del
posible comprender como comenta Garcés 82´. De este modo, se desenvuelve un proceso
(2017): “Este proceso de reorganización popular de continuidad de los movimientos sociales, en-
se desenvolvía en una situación de contexto y de tendida según Touraine (2006) como conductas
experiencias relativamente inédito: no lo coor- y acciones colectivas organizadas por actores
dinaban ni dirigían necesariamente los partidos luchando contra un ‘adversario’ por la dirección
políticos, ni las instituciones del Estado que no social en una colectividad concreta, las cuales
acogían ninguna demanda popular, ni los medios según Valenzuela (2014) establecen desafíos
de prensa que reproducían las orientaciones y colectivos, objetivos en común, solidaridad y
lo permitido por la dictadura” (Pág.127). Gene- mantenimiento de las acciones comunitarias,
rando en consecuencia, un sentido colectivo, destacando su construcción política, de carác-
destacado en su autonomía y autogestión2, ter “cognitiva” en su ‘autoeducación’, tanto en
constituyendo nuevos sentidos de identidad y sus métodos de acción de protesta, ya sean de
expresión, acarreando su punto de inflexión en baja violencia popular como los “cacerolazos”,
las posteriores movilizaciones sociales de la “paros”, o su contraparte de alta violencia, como
década del 80´, las denominadas “Jornadas de enfrentamientos con grupos políticos armados
Protestas Nacionales” durante la coyuntura tem- de corte rupturista, como el Frente Patriótico
poral de la crisis económica financiera de 1982. Manuel Rodríguez, los sobrevivientes del Movi-
miento de Izquierda Revolucionaria, Mapu-Lau-
taro, entre otros, orientados en considerarse
La erradicación de las propuesta de salida al régimen (Garcés,2017).
poblaciones y la gestación Sin embargo, a pesar que las jornadas de protes-
de la nueva pobreza urbana tas, constituyeron un punto de inflexión al interior 35
del Régimen, nos surge la siguiente disyuntiva:
A partir de la década del ´80, se establece una ¿De qué manera el régimen, generó mecanis-
nueva etapa política durante la dictadura militar, mos de exclusión sociopolítica a los sectores
caracterizándose por su institucionalización ju- urbanos donde residen los pobladores? Así
rídica, a través de la instauración de una nueva mismo, ¿Cómo se expresa en el movimiento de
Constitución Política que posibilitase, según Dá- pobladores, las consecuencias del proceso de
vila (2016) un orden político relacionado en una desmantelamiento social por parte del régimen y
posterior triunfo de la oposición política vía dia-
2 Potenciado además por la llegada de diversas logo en un escenario de apertura democrática?
ONG que irrumpieron en el periodo en relación a sus tareas
Ambas preguntas nos permitirán visualizar el
educativas, políticas y en algunos casos de asistencia eco-
nómica. devenir histórico del movimiento de pobladores,

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reconfigurado en sus demandas y expresiones a programas habitacionales aprobados por


inicios de los años de Posdictadura. el Supremo Gobierno.

A partir de la década del ´80, el régimen mili- Artículo único.- Los que ocupen ilegítima-
tar establece la estructuración político-social mente o usurpen, en el futuro, inmuebles
consagrada en un sistema político fundado en de propiedad del Fisco, de las Municipa-
instituciones autoritarias, con un fuerte y vertical lidades, de los SERVIU, de entes públicos
poder presidencial, un parlamento inexistente y o privados y de particulares, quedarán
con las FF.AA. como garantes del orden institu- inhabilitados para ser asignatarios de una
cional (Goicovic, 2006), Para esto utilizó diversas vivienda social o de una infraestructura
herramientas de control social como por ejemplo; sanitaria, como asimismo del derecho a
la ley antiterrorista (1982). De este modo, en re- obtener una vivienda mediante el sistema
lación a un aspecto de configuración del espacio de postulación a través de los SERVIU, o
urbano visualizamos el decreto de “erradicación y del derecho a ser beneficiario del sub-
radicación de poblaciones” (1980) como política sidio habitacional o de subvenciones o
orientada en fragmentar las redes comunitarias, ayudas en cualesquiera de los sistemas
especialmente las de carácter reivindicativas, al habitacionales que operan a través de los
predeterminar la ilegalidad de las ocupaciones SERVIU o de las Municipalidades” (Ley N°
territoriales urbanas, y en paralelo, establecer 105, 1980)
un lineamiento en común al interior del proceso
de reformas sociales instaladas en este periodo
De esta manera, este proceso político de fo-
producto de la crisis económica3. Este decreto
calización del gasto fiscal a ciertos sectores y
ley establece lo siguiente:
su privatización en áreas de la política social,
modificó el rol del Estado ante la sociedad civil,
“Que las ocupaciones ilegítimas de in- representado en un modelo de “Estado subsidia-
muebles de propiedad del Fisco, de las rio” (Dávila, 1998) conllevando su disminución
Municipalidades, de los Servicios de Vi- gradual como agente de intervención y solución
vienda y Urbanización o de particulares, de problemáticas sociales ante la población, esto
constituyen en sí conducta ilícitas en es posible observarlo, en las nuevas políticas de
el orden civil y penal, que distorsionan solución habitacional, entregando un mayor pro-
además la política habitacional de radi- tagonismo al sector privado de las inmobiliarias,
caciones y erradicación de campamentos delegando al Estado solo como un agente “inter-
y poblaciones marginales, alterando el mediario” con las familias, puesto que el acceso
36
orden público y provocando grave en- a las viviendas, se definió como un bien que se
torpecimiento para el desarrollo de los puede adquirir con el esfuerzo de la familia para
el ahorro y aportes del Estado a través del subsi-
3 Cabe destacar que, en este periodo se llevaron a dio, donde los usuarios y Estado comparten las
cabo reformas paralelas, como la creación de las AFP y la
descentralización de la educación pública a las municipali-
responsabilidades para responder la demanda
dades para el control social e instauración de un sistema “de la casa propia” (Sugranyes, 2005). Esto, es
mixto en clave subsidiario de financiamiento. Para profun- posible reconocerlo en la siguiente noticia del
dizar el estudio del proceso de reforma educacional en
Dictadura, véase el estudio: Moreno-Doña. A. Gamboa, R.
periodo:
(2014) “Dictadura chilena y sistema escolar: “A otros dieron
de verdad esa cosa llamada educación”. En: Educar em revis-
ta (2014) N°51. Volumen N°30, editorial Universidade Federal “Me crié en este campamento y ahora
Do Paraná. Curitiba, Brasil. que me casé veo que también tendrán

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que crecer aquí mis hijos. Así lo expreso de habitabilidad, sin grandes espacios públicos
Prudencia Carrasco madre de dos niños de encuentro significativo para la comunidad y
y pobladora del Campamento La Portada, una baja calidad de construcción.
sector 8 de San Bernardo […] Hemos recu-
rrido a la Municipalidad de San Bernardo
Por otra parte, para justificar este proceso de
-contó Juana Aguil, pero nos han contes-
desplazamiento, en algunos casos contra la vo-
tado que no hay solución para nosotros.
luntad de los pobladores, el régimen utilizó varia-
Cuentan que son 170 familias, con un
dos argumentos, tales como, la “accesibilidad”,
promedio de cinco y seis niños cada una,
tras la disminución de requisitos de postulación
las que habitan en el lugar que, por lo
a la vivienda, destacando su aspecto individua-
demás, bastante insalubre. No tenemos
lizador, pues la familia y/o sujeto particular son
electricidad y debemos colgarnos del
los actores de acceso habitacional, por medio,
alumbrado público, contaron. Los baños
de planes subsidiarios estatales, en colabora-
son pozos negros y en el verano deben
ción con las entidades privadas, pues como
soportar un terrible mosquerío. Como
mencionaba el Ministro de Vivienda y Urbanismo
los barriales en invierno” (Las Últimas
de la época (1984) Miguel Ángel Poduje:
Noticias, 1984, pág. 11)

“Podrán postular al subsidio habitacional


De este modo, la búsqueda de solución habita-
las personas naturales, mayores de edad,
cional -por medio de la política de erradicación-,
solteras o casadas, que sean jefes de ho-
estableció una configuración en el espacio y
gar, tengan o no tengan cargas familiares,
entorno urbano, especialmente en, la ciudad
que no sean propietarias de una vivienda
de Santiago, pues, se establecen traslados de
ni lo sea su cónyuge y que hayan cum-
familias hacia diversas zonas periféricas de la
plido el contrato de ahorro a plazo para
capital -destacando la zona sur y poniente- y
la vivienda” (La Segunda, 1984, pág.11).
reubicación en comunas aledañas, como por
ejemplo, Peñaflor, Talagante, Padre Hurtado,
entre otras. En consecuencia, se ocasiona una De igual forma, en menor medida, visualizamos
modificación en su relación espacial urbana, argumentos de aspecto climatológico, pues
identificándose, en la dificultad del acceso a los entre los años 83´y 84´, se producen diversos
puestos de trabajo de la ciudad y su identidad temporales en la época invernal, visualizando
barrial comunitaria. los conflictos en la infraestructura urbana del
país, especialmente en los sectores populares
de la capital, reconociéndose según datos de 37
Así mismo, el Régimen instauró un nuevo mode-
las fuentes periodísticas consultadas, un total
lo de vivienda para la llegada de los erradicados,
de 5.540 damnificados.4 Lo mencionado ante-
denominadas las “casas pareadas” y “departa-
riormente, es posible visibilizarlo en lo ocurrido
mentos blocks”, pequeños conjuntos habita-
en la época:
cionales de bajo costo, donde los pobladores
por medio de la deuda crediticia y el subsidio,
accedían a la “casa propia”. Sin embargo, estos “Las 4.227 familias del campamento
conjuntos habitacionales poseían la característi- “Raúl Silva Henríquez”, que permanecen
ca de ser una construcción, donde las relaciones allí desde septiembre del año pasado, se
sociales quedan limitadas, al visualizarse un
4 Las Últimas Noticias entre el martes 3 y miérco-
hacinamiento por los bajos metros cuadrados
les 4 de julio de 1984.

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encuentran entre los más afectados por instancia, crear concentraciones homogéneas
los temporales. En dos o tres meses más de proyectos, en sectores determinados de la
el Ministerio de Vivienda solucionará el periferia y/o de expansión de la ciudad (Segovia,
problema que los afecta. Así lo informo 2005) y el hacinamiento de las familias, como
el ex parlamentario y abogado Maximiano lo expresa el trabajo de Rodríguez y Sugranyes
Errázuriz. Dijo que se ha reunido en varias (2005) con la imagen Nº1 correspondiente a uno
oportunidades con esos ocupantes y que de los sectores de la zona sur de la capital:
“nunca han hecho valer un problema po-
lítico, como podría pensarse”. El arreglo
logrado se basa en que el Ministerio de Las jornadas de protestas
la Vivienda licite terrenos que permitan
nacionales y el abandono
radicar a estos pobladores a otro lugar.”
(Las Últimas Noticias, 1984, pág. 07)
político a los pobladores

Las protestas nacionales ocurridas a partir del


De esta manera, se dimensiona un doble proceso, año 1983, pueden ser vistas, como un proceso
como resultado de la política de erradicación y de continuidad del periodo anterior de recons-
radicación de los campamentos y tomas, hacia trucción del tejido social, pues visualizamos
otros sectores periféricos de la ciudad, relacio- una oposición y descontento al régimen, donde
nado por una parte, al desmantelamiento del diversos sectores movilizados, organizados y no
movimiento de redes populares, y por otras, organizados, se comenzaban a reconocer como
nuevas políticas de solución para la casa propia, mayoría, estableciendo acciones reivindicativas,
vía individualización, rol subsidiario del Estado mientras que para la propia dictadura, la protesta
y mercantilización producto de las entidades representó una amenaza para su proyecto auto-
bancarias, constituyendo como consecuencia, ritario institucional (Garcés, 2009). Del mismo
una nueva configuración de pobreza urbana, es- modo, como plantea Rodríguez (1983) la protesta
tablecida en torno, a la dependencia generada, a constituyó para el caso de los pobladores, la po-
la localización de una vivienda de bajo costo que sibilidad de apropiación progresiva de espacios
ha contribuido, en una primera instancia, a acre- y lugares públicos para expresar su descontento
centar la brecha en la dimensión espacial en la y transformar el orden impuesto en la ciudad,
periferia y la ciudad, tras los índices de desigual- resultado del proceso de reformas sociales de
dad entre las capas sociales. En una segunda erradicación de los espacios de habitabilidad y

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resistencia popular, ante la profundidad de la Las esporádicas manifestaciones de intranqui-


crisis económica del periodo. De esta manera, lidad en la población se deben en gran medida
en los barrios populares de la periferia de la a razones de índole económica y el aprovecha-
ciudad, en medio de las acciones de protesta, miento que hace el activismo político de esas
se construía una concepción propia sobre la dificultades económicas” (Las Últimas Noticias,
violencia como “defensa de la vida”, la cual era 1984, pág.29). Así mismo, se observa un discur-
auto-presentada como una estrategia legítima, so deslegitimador, potenciado por parte de los
necesaria y, hasta cierto punto, eficiente (Dávila, medios de comunicación, de hecho, en una nota
2016). Generando, un escenario coyuntural en editorial se refiere a las protestas de principios
escala social, respecto hacia la búsqueda de re- de julio de 1986:
apertura democrática y fin al régimen castrense.
“Luctuoso saldo arrojado por la jornada
De este modo, el régimen establece su manten- de “protesta pacífica” vivida el miércoles:
ción hasta el año ´89´, respetando sus plazos tres muertos, decenas de heridos, cente-
institucionales propiamente establecidos, antes nares de detenidos y cuantiosos daños
de dar la apertura democrática del sistema po- materiales en propiedades públicas y
lítico, como mencionaba en la época Augusto privadas. Junto a eso, la frustración de
Pinochet: “Nosotros, las FF.AA. somos insti- miles de compatriotas que veían obsta-
tuciones serias, en consecuencia, no vamos culizado su acceso al trabajo y a quienes
a cambiar lo que hemos dicho: “En 1989 ter- solo preocupa producir, pues saben que
mina este periodo presidencial”. (Las Últimas solamente de esa manera nuestra patria
Noticias, 1984, pág.28) Para esto, desarrolló podrá superar la coyuntura negativa por
acciones estratégicas tales como, la evolución la que atraviesa. Este pueblo laborioso,
del marco legal institucional, caracterizado por pacífico y ordenado, sabe bien que tras
las adecuaciones legislativas para enfrentar el llamado a la paralización de labores
las expresiones abiertas y públicas de la opo- se esconden los afanes y apetitos de
sición, especialmente, en la nueva regulación poder de los mismos que, viendo fra-
habitacional y de uso del suelo de los pobla- casadas las otras instancias diseñadas
dores, para la fragmentación de las relaciones para desestabilizar al gobierno, recurren
sociales comunitarias en la construcción del ahora al expediente de civilidad. Pues
nuevo espacio urbano. En paralelo, se utiliza la bien la auténtica civilidad les ha dicho:
represión directa, como mecanismo político que ¡Basta! Porque es evidente el cansancio
experimenta modificaciones, en respuesta al de la población ante las embestidas de
surgimiento de la protesta (Garcés y De la Maza, quienes se dicen demócratas, olvidando 39
1985). En relación a esto, el Régimen reorganizó que el pueblo de Chile los conoce bien”(La
diversas herramientas represivas utilizadas en Tercera de la Hora, 1986, pág.03)
su primera fase refundacional, como; amedren-
tamientos, detenciones, allanamientos, torturas,
De esta manera, la construcción de un discurso,
entre otras. Además, del establecimiento de
permite funciones orientativas de prácticas justi-
una omisión en la envergadura de la protesta,
ficadoras de los medios en las representaciones
pues en palabras del propio Augusto Pinochet:
sociales, para su comprensión de la realidad de
“Nuevamente usted está exagerando (indicando
aspecto informativo y explicativo, derivando en
a la periodista) compare con otras épocas del
ciertas acciones justificadoras de la Dictadura
pasado y vera que no hay efervescencia social.
(Cegarra, 2012), como lo concluye una editorial:

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partidos políticos establecían estrategias con


“Grave son el auge del terrorismo anónimo evidente distancia de las bases poblacionales.
y la aparición de confrontaciones internas Por eso, en el caso de la propuesta de izquierda
en las poblaciones marginales, que estos rupturista, como analizan los autores Pinto y Lei-
días se traducen en conflictos como el del va (2018) “las acciones esporádicas y menores
campamento Silva Henríquez o la pelea que podían generar alguna empatía en el entorno
con “allegados” en el campamento Diego poblacional (aunque también bastante temor,
portales. Lo que allí se aprecia es el inten- alimentado por la ferocidad de los allanamientos
to de crear poderes de hecho, manejados que comenzaban a hacerse habituales a esas
con criterios no solo partidistas sino cla- alturas del ciclo de protestas), pero que no alcan-
ramente influido por el extremismo […] En zaban a configurar una política sistemática de
el mediano plazo, todo esto es una nueva construcción miliciana que pudiera generar una
razón para sostener la necesidad de au- realidad de “pueblo de armas” (Págs. 121-122).
mentar la dotación policial estable en las Constituyéndose en consecuencia, un efecto de
poblaciones marginales.” (La Segunda, división de las fuerzas poblacionales en los te-
1984, Pág. 06) rritorios, distanciándose de las bases populares
en la creación de estrategias que incluían, a los
pobladores, en un marco activo de definición para
Por lo tanto, el periodo de protesta configuró
la salida al régimen militar.
ciertos “bloques orgánicos de oposición” ana-
lizando las estrategias de apertura al sistema
democrático y, siguiendo la línea de trabajo de De este modo, ante este contexto de tensión po-
Mario Garcés (2017), podemos sintetizarlas en: lítica respecto a los mecanismos propositivos de
A) La propuesta del centro político, por medio de salida al régimen, la estrategia rupturista, a partir
la Alianza Democrática, orientada vía diálogo y del avance organizativo “que había comenzado
transición para el fin de la dictadura. B) La pro- con las esperanzas puestas en el protagonismo
puesta de la izquierda rupturista, enfatizada en de las organizaciones sociales, y que la izquierda
recurrir a toda forma de lucha para propiciar el denominó como “el año decisivo”, definitivamen-
fin del régimen. En consecuencia, los pobladores, te no lo fue; al contrario, preparó el camino para
se encontraban en una situación, donde dichas una salida “político institucional” con débil pre-
propuestas, no necesariamente constituían sus sencia de la izquierda (los comunistas y los mi-
metas, deseos, expectativas y objetivos propios ristas fueron marginados de todo pacto) y con la
como movimiento popular, generando, una evi- exclusión de los movimientos sociales” (Garcés,
dente distancia con las bases poblacionales 2017), Por su parte, los partidos con orientación
40 entre la propuestas social y las políticas parti- parlamentaria -en conjunto con la Iglesia Cató-
darias en estrategias de salida a la dictadura. lica-, se movilizaban para generar un pacto con
(Garcés, 2017) la dictadura, legitimando las transformaciones
institucionales realizadas, constituyendo la vía
de transición hacia una democracia pactada.
De este modo, los “bloques orgánicos de oposi-
ción” se encontraron ante una doble disyuntiva
que Mario Garcés (2017) visualiza en su análi- Por consiguiente, podemos observar como con-
sis, pues en una primera instancia, se hallaba secuencia, siguiendo el planteamiento de Gabriel
una división con relación a la forma en que se Salazar (2002), que la situación político-social
debía luchar contra el régimen ante la demanda configuró para la época una “segunda” derrota
democrática y en una segunda instancia, los del movimiento popular y la “primera” de la ju-

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ventud rebelde de los ´80, a pesar del triunfo del les. Además, se observa un rechazo a la clase
NO, este no logra materializarse en el espacio política formal, representada en un funcionario
público, pero, sí en los procesos subjetivos, in- municipal, donde en una de las escenas se
tersubjetivos y privados de aquella generación, manifiesta el distanciamiento político de las
conformando, un desplazamiento político en bases poblacionales en contexto de reapertura
torno a la “sensación de derrota” o fracaso, y democrática. Así mismo, en el plano cultural de
acrecentada con el desarraigo urbano que con- la música, se visualiza este escenario de margi-
tinuaba desenvolviéndose durante la década del nalidad con una de las bandas rap de la época,
80´y consolidada con los posteriores gobiernos llamada Panteras negras. En la que uno de sus
de transición democrática. miembros fundadores, Eduardo “Lalo” Meneses,
fue militante del Frente Patriótico Manuel Ro-
dríguez5-, en una de sus canciones menciona
Por lo tanto, podemos concluir, la posibilidad de
este conflicto urbano: “Lejos del centro, de tu
una reconfiguración del movimiento de poblado-
verdad, lejos del centro, la realidad, la carestía
res, a partir de este doble proceso de exclusión
y la vagancia, lejos del centro, de la elegancia,
sociopolítica, pues, la desmantelación de redes
aquí es distinto, otra hermosura, lejos del centro,
comunitarias urbanas, por medio de las políticas
en tu basura, lejos del centro, no pacifistas, voy
de erradicación y radicaciones de las poblacio-
reclamando al egoísta” (Panteras Negras, 1989).
nes para la solución habitacional y, el abandono
Lo expuesto evidencia la búsqueda de integra-
político por la propuesta vía transición con las
ción de dinámicas urbanas, caracterizada por el
bases sociales, generó un nuevo escenario en
colapso del asistencialismo, la precariedad del
la posdictadura, respecto a sus formas conti-
trabajo, el desempleo, la delincuencia, y la deser-
nuadoras de acción, estrategias y demandas,
ción escolar, entre otras similares (Rodríguez y
las cuales representamos, por medio del caso
Sugranyes, 2005). De lo anterior, se desprende
Campamento Esperanza Andina de Peñalolén a
una compleja exclusión social, que ha constitui-
inicios de la década del 90´.
do una configuración de la ciudad de Santiago,
con nuevos sectores periféricos desplazados en
La Posdictadura y la un entorno con dificultades de infraestructura
reconfiguración de los pobladores: habitacional, espacios de encuentro y acceso a
Campamento Esperanza los principales centros económicos de la ciudad.
Andina de Peñalolén
Ante este escenario, la “toma de terreno” Espe-
El periodo de reapertura democrática posdic- ranza Andina, representa una continuidad en la
demanda por acceso a la vivienda, organización 41
tatorial a inicios de la década del 90´, exhibe
un paisaje social, relacionado en una nueva popular y búsqueda de construir un proyecto
pobreza urbana. Ejemplificado en la producción comunitario de barrio (Herrera, 2018). Así mis-
cinematográfica de Gonzalo Justiniano (1990) mo, una de las características de esta “toma de
“Caluga o menta”, donde en sus diversos planos terreno”, ocurrida el 19 de junio de 1992, es su
abiertos y cerrados, expone el abandono social, aspecto organizativo, formada por la unión de
por parte del Estado y sus instituciones, con varios comités de allegados de la zona oriente
pocos objetos y personajes que se enrolan en de Santiago, que establecen, lineamientos co-
torno a la marginalidad de una ciudad, que es 5 Para profundizar aspectos de la juventud popular
divisada en perspectiva de dos clases sociales del periodo posdictadura, véase: Meneses. L . (2013) “Re-
-una acomodada y popular- inmóviles y desigua- yes de la Jungla. Historia visual de Panteras Negras”. Ocho
Libros editores. Santiago de Chile.

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munitarios de construcción de viviendas, normas de algunos pobladores, y finalmente, una de


de convivencia, prevención en caso de desalojos las más llamativas denominada “la Marcha del
y estrategias en control de consumo de drogas dolor”, pues José Luis Flores, nos comenta la
y alcohol, menciona José Luis flores, dirigente importancia de esta acción:
poblacional, en un reportaje del programa “El
mirador”, producido por Patricio Bañados y ex-
“La marcha mostró el Chile real, y mostró
puesto en Televisión Nacional de Chile (1999):
también, el Chile posible por parte de
los sectores populares, por parte de los
“Se plantea en la asamblea general, de pobres del país, mostró el campamento
que el alcoholismo nos puede generar un más grande del país, perteneciente a la
daño muy grande y, ¿Qué tal si ley seca? extrema pobreza, levantando una bande-
y como había mayoría de mujeres, en su ra de dignidad. Los pobladores estaban
cien por ciento levantaron la mano en la absolutamente claros, de que estábamos
asamblea, la moción ganó con aplausos mostrando un ejemplo para un país distin-
y los hombres aceptaron que era necesa- to, y que también, era un ejemplo para los
rio”. (Televisión Nacional de Chile, 1999) pobres del país. Entonces pensábamos,
que no podemos flaquear. Nosotros con
este ejemplo, no podemos flaquear.” (Tele-
De este modo, el campamento Esperanza Andina,
visión Nacional de Chile, 1999, sin fecha)
se constituye como espacio comunitario, organi-
zado internamente a través de la distribución del
terreno por sectores, según lo establecido por los Debido a esto, es que uno de los aspectos recon-
comités que integraba cada poblador, fijando ca- figuradores del movimiento pobladores que nos
lles, reglamentos para que no se asemejara a una entrega el caso campamento Esperanza Andina,
“callampa” (Valenzuela, 2014). En consecuencia, es considerada por sus actores como una “toma
el acto de organización, ocupación, distribución de terreno” alejada de la política partidaria formal,
del espacio y acuerdos, nos permite comprender pues Manuela Royo (2005) nos comenta que, si
una continuidad de las prácticas del movimiento bien esta experiencia de organización tiene un
de pobladores, respecto a la “demanda territo- claro matiz de izquierda, no se relaciona con los
rial”, entendida como un reclamo por el derecho tradicionales partidos políticos, puesto que se les
a la ciudad a través de la vivienda, y pensar en el acusa de instrumentalizar a las organizaciones
surgimiento de nuevas formas ciudadanas, en y de no ser representativos de intereses de los
la que los allegados, concibiéndose como resi- mismos pobladores, como nos comenta uno de
dentes esforzados y comprometidos, construyen sus integrantes:
42
nuevos modos de prácticas en el ejercicio de de-
rechos en un contexto de transición democrática
“Ya estábamos convencidos de que los
posdictatorial. (Pérez, 2019) Lo anteriormente
partidos políticos no eran un instrumento
mencionado, podemos ejemplificarlo con la
válido para renovar la lucha social popular,
constante demanda al Ministerio de Vivienda en
por la crisis en que estaban. Había otra
la compra del terreno ocupado perteneciente a
característica que nos unía: no nos ha-
Filomena Narváez, pues se efectuaron diversas
bíamos dejado atrapar por los colores del
movilizaciones, tales como: “protesta-toma”
arcoíris de la Concertación. Sabíamos que
ocurrida al interior de la Municipalidad de Pe-
la transición iba a ser muy limitante para
ñalolén, el “sitting” ocurrido fuera del Palacio
nuestro trabajo. Pero fuimos lúcidos, por-
de La Moneda, “huelgas de hambre” por parte
que tampoco caímos en el otro extremo

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de seguir con el discurso antiguo que no “El aumento del número de personas que
sirvan para nada” (Royo, 2005, pág. 67) ocupan ilegalmente terrenos en Peña-
lolén evidencian el propósito de ciertos
sectores de provocar trastornos sociales,
De esta manera, interpretamos este elemento
obstaculizar el proceso democrático en
político como un agregado importante a la discu-
curso y generar dificultades al acto elec-
sión respecto a la continuidad del movimiento de
toral [elecciones municipales] del 28 de
pobladores, -entendida en clave de movimiento
junio. El hecho es preocupante y amerita
social- puesto que, su reconfiguración se com-
la adopción de medidas que pongan
prendería según Cortés (2014) al enfatizarse su
termino cuanto antes a esta situación y
condición procesual del movimiento y no como
eviten que se reediten prácticas que el
una serie de eventos aislados, debido a que se
país rechaza y que en el pasado dañaron
desenvuelven momentos de auge (olas de mo-
gravemente la convivencia nacional”. (La
vilización) y momentos de crisis (decaimiento
Tercera, 1992. Pág. 03)
o fin represivo de un movimiento) pero que no
necesariamente representen la culminación de
un movimiento social. Interpretación comple- De esta manera, los primeros años del cam-
mentada en un trabajo reciente de Isola (2018) pamento Esperanza Andina, se estructuro en
al argumentarnos, que los pobladores no se un proceso de articulación de una experiencia
disolvieron en el atolladero de la marginalidad, comunitaria y demanda de vivienda, constituyen-
sino que su lucha se relaciona a dinámicas de do un escenario histórico que surge y fortalece
aparición, repliegue y resignificación de las cir- gracias a la acción conjunta (Valenzuela, 2014),
cunstancias políticas, económicas e históricas esta organización popular permitió que enfrenta-
que convive el movimiento social. Por lo tanto, el rá amenazas de desintegración comunitaria, no
campamento Esperanza Andina, responde a una acceso a subsidios a la vivienda por parte de las
nueva significación continuadora del movimien- autoridades y estigmatización por su condición
to de pobladores, respecto a sus objetivos en la social. Sin embargo, nos entrega la posibilidad
demanda de solución habitacional y derecho a de comprender un momento clave, donde el
la ciudad. campamento “desbordo” la forma de planifica-
ción comunitaria de barrio, en transformar un
espacio para la acumulación capitalista, en un
Así mismo, el distanciamiento entre la clase po-
lugar común y corriente para el encuentro de la
lítica institucional con las bases poblacionales,
comunidad (Astorga, 2015). Por lo tanto, pode-
se evidencia según Valenzuela (2014) dentro de
mos considerar una continuidad del movimiento
la lógica comunicacional del Gobierno, puesto 43
de pobladores en el periodo posdictadura, pero
que, la “toma de terreno” fue catalogado como
con aspectos reconfiguradores, pues se produjo
un acto promovido por los extremistas y fuera
un distanciamiento con la política institucional,
de la legalidad establecida, al “querer imponerse
tanto de la izquierda en su organización y me-
por la fuerza”, provoca el rechazo por parte de la
canismos de acción, como la Concertación de
oficialidad, generando lógicas comunicacionales
Partidos Por la Democracia, que décadas ante-
similares a la dictadura, al pretender establecer
riores los habían apoyado.
las manifestaciones sociales, como enemigas
del orden alcanzado por el mundo político. Esto,
se evidencia en una editorial del periódico La
Tercera:

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Conclusiones tadura, podemos mencionar, a partir del proceso


de tensión política entre la oposición política vía
diálogo y las bases poblacionales, se desarrolla
En síntesis, podemos mencionar el alcance
un “abandono político”. Generando, la exclusión
de nuestro objetivo propuesto en este trabajo,
de los pobladores al modelo político neoliberal,
permititendo Identificar los mecanismos de la
-en su fase de reapertura y consolidación demo-
Dictadura Militar que permitieron la reconfigura-
crática- posicionandose, ya no solo en la periferia
ción del movimiento de pobladores, a partir de
urbana con sus diversas problemáticas sociales,
las fuentes y bibliografía consultada, es posible
sino en la periferia política del nuevo régimen
exponer por una parte, durante la primera fase
democrático de los 90´. De esta manera, se
del régimen, donde se efectua una alta represión,
reconfigura el movimiento de pobladores, des-
el movimiento de pobladores transita de ser un
tacando su distancia con la política partidiaria
espacio organico de subsistencia y contención
institucional, estableciendo acciones de reorgani-
ante la realidad social atomizada, hacia una or-
zación comunitaria, en función de lineamientos e
ganización de aspecto reivindicativo, producto
intereses en común por la demanda habitacional.
de las políticas de desmantelamiento del Estado
desarrollista y la estabilidad financiera, especial-
mente en el control de la inflacion y estabilidad Finalmente, tras lo mencionado, podemos co-
en el acceso a productos de primera necesidad. mentar el alcance de nuestro objetivo general,
Sin embargo, este equilibrio económico, decaera en Comprender el proceso de continuidad reconfi-
en la posterior crisis del año ´82, profundizando gurada del movimiento de pobladores, surgido en
el conflicto social, con las Jornadas de Protestas dictadura, generando un nuevo escenario social en
Nacionales. De este modo, el régimen –en este el periodo de la posdictadura, a partir del caso del
periodo en su fase insitucional- utiliza diversos campamento Esperanza Andina. Debido a que la
mecanismos juridicos para el control de la opo- Dictadura, no logró uno de sus princiaples objeti-
sición, especialmente en la configuracion de la vos de atomizar en su totalidad el movimiento de
ciudad de Santiago, por medio de la política de pobladores y en general, el movimiento popular.
solución habitacional en la erradicación y radi- Sin embargo, a raiz de sus diversas políticas es-
cacion de las poblaciones, generando una frag- tablecidas en la década del ´80 y consolidadas
mentación de las redes comunitarias, al construir con los posteriores gobiernos de la Concertacion
nuevos espacios habitacionales en la periferia por la Democracía, se reconfigura en el caso de
de la ciudad, con problemáticas en relación a los pobladores, el accionar de estos movimientos
la infraestructura, hacinamiento, lugares de en- sociales, tras las nuevas demandas y necesidad
cuentro y acceso a los centros económicos de de articularse en el desarrollo de los circuitos
44 la ciudad que los nuevos conjuntos de vivienda superiores del sistema político-económico neoli-
social adquieren y que constituye como base en beral, con un proceso de democratización social,
una nueva demanda al movimiento de poblado- donde se permita una mayor participación de
res, reconfigurando sus objetivos y metas que en la ciudadanía, con un rol estatal que supere su
décadas anteriores no se producía. carácter subsidiario en sus diversas instituciones
políticas, implementadas en la decada del 80´y
que continuan en la sociedad chilena del nuevo
Por otra parte, en la relación a lo anteriormente
siglo. Por lo tanto, tras lo mencionado, nos surje
expuesto, se dimensiona un Reconocimiento en
una pregunta ¿Cómo es el desarrollo político y las
la reconfiguración del movimiento de pobladores,
estrategias de los partidos políticos de izquierda,
a partir sus nuevas formas de organización y
a partir de los movimientos sociales durante fines
exclusión social durante el periodo de la posdic-

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de la decada del 90´y principios del nuevo siglo? Dávila, A. (2016) Voluntad de vivir manifestán-
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Año 1 | Nro. 1 | ISSN 2452-5707


Nelson Bravo Bustamante

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