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Resumen: Summary:
El presente artículo efectúa una compresión del This article makes a compression of the histori-
devenir histórico del movimiento de pobladores cal evolution of the movement of settlers in Chile,
en Chile, en el marco histórico de la dictadura within the historical framework of the military
militar y los inicios de la posdictadura. Se visua- dictatorship and the beginnings of the post-dic-
liza una reconfiguración del movimiento social tatorship. A reconfiguration of the social move-
originado a mediados del siglo XX, en relación a ment originated in the mid-twentieth century is
la reconstrucción del tejido social debido a la alta visualized, in relation to the reconstruction of the
represión del Régimen militar. Así mismo, una vez social fabric due to the high repression of the mi-
institucionalizada la dictadura en la década de litary regime. Likewise, once the dictatorship was
1980, se identifica un segundo proceso de exclu- institutionalized in the 80’s, a second process of
sión social y política, tras la erradicación espacial social and political exclusion is identified, after
de sus redes comunitarias y el abandono político the spatial eradication of its community networks
producto de los mecanismos orgánicos de salida and the political abandonment resulting from the
a la dictadura. En consecuencia, se observa una organic mechanisms of exit to the dictatorship.
reconfiguración del movimiento de pobladores, Consequently, a reconfiguration of the movement
a partir del caso campamento Esperanza Andina of settlers is observed, based on the case of the
de Peñalolén, estableciendo redes comunitarias y Andean Esperanza Camp in Peñalolén, establi-
un distanciamiento con la política partidaria insti- shing community networks and a distancing from
tucional, constituyendo una nueva realidad social the institutional partisan politics, constituting a
30
chilena en el proceso de reapertura democrática new Chilean social reality in the process of de-
y consolidación neoliberal de la posdictadura en mocratic reopening and neo-liberal consolidation
los años 90´. of the post-dictatorship in the 90s.
1 Chileno. Profesor de Enseñanza Media en Historia y Ciencias Sociales. Universidad Academia de Humanismo Cris-
tiano. Contacto: nelson.bravo91@gmail.com / Registro ORCID: https://orcid.org/0000-0001-7266-3549
que como un proceso develador de la realidad causa de la posterior crisis recesiva de 1982.
político-social del periodo, con la finalidad de Finalmente, en una segunda instancia, se carac-
constituir apoyo y probablemente unificación teriza la apertura comercial exterior, orientada en
popular bajo la consigna de “el enemigo en co- la exportación de recursos naturales, pues este
mún”. De esta manera, a medida que el régimen giro hacia una práctica de liberalización extrema
ejercía acciones militares de atomización a la de la economía, pretende fortalecer las ventajas
población chilena, la reconstrucción del tejido comparativas, limitando su interferencia estatal
social no solo desarrollaron organizaciones de (Garate, 2010). Sin embargo, en la ocupación
subsistencia y “contención”, sino que se agrega- del control del conflicto social, por medio de
ron organizaciones de carácter reivindicativas, sus funciones represivas, tiende a potenciarse.
como el caso de los Comités de Vivienda, así
mismo, obtuvieron visibilidad las organizacio-
En paralelo, siguiendo la argumentación anterior,
nes de demanda por los Derechos Humanos,
y relacionado con la visión de Quitral (2011) po-
como la Agrupación de Familiares de Detenidos
demos visualizar, una consecuencia de aspecto
Desaparecidos (Garcés, 2017). Por lo tanto, en
social en este proceso de transición orgánica
función de lo mencionado anteriormente, surge
reivindicativa, producida a partir del desmante-
la pregunta en torno a ¿Qué elementos externos
lamiento del modelo desarrollista, un aumento
a los pobladores posibilitaron un proceso en dis-
de la tasa de desempleo, ejemplificándose de un
minución de organizaciones de “subsistencia y
9,7% en diciembre 1974 a un 18,7% en el mismo
contención” hacía una transición de experiencias
de mes pero de 1975 y de las remuneraciones,
organizativas de carácter reivindicativas?
afectando directamente a los pobladores agu-
dizando el conflicto social. Lo mencionado, es
Podemos mencionar que, este proceso rear- posible visualizarlo en un reportaje publicado
ticulador del movimiento social, en torno a la en la época:
apertura de organizaciones reivindicativas, se
enmarca en la coyuntura de recuperación eco-
“Carentes de la posibilidad de recurrir a
nómica que va entre los años 1977-1981, la que
la petición y al derecho de huelga para
autores como Garate (2010) y, Quintral (2011)
presionar en pos de mejorías salariales,
han denominado como “milagro económico
los trabajadores chilenos hoy han llegado
chileno” o “espejismo económico”, producto de
a uno de los niveles económicos más
la desmantelación económica del Estado de
bajos en los últimos 35 años. Recientes
compromiso propias de las políticas ortodoxas
estudios universitarios sostenían que el
de los tecnócratas del régimen. Esta autodes-
poder adquisitivo de los salarios había 33
mantelación se caracteriza, en una primera
bajado un 40 por 100 en relación a 1970,
instancia, en el desarrollo de una reforma al
aun cuando también se reconoce un
sistema financiero, la cual según Garate (2010)
leve repunte experimentado a partir de
permitió la existencia de sociedades financieras
octubre del año pasado. En ocupación, la
privadas (entidades crediticias) estableciendo
cesantía sigue constituyendo el problema
libremente las tasas de interés, que incluye la
más angustiante del país. En diciembre
eliminación de restricciones al ingreso de enti-
pasado, mes que tradicionalmente eleva
dades bancarias extrajeras al país, conducien-
el número de empleos con motivo de las
do, un funcionamiento del mercado interno de
festividades de final de año, la desocupa-
capitales integrados. Además, cabe destacar
ción había sido 15,4 por 100. En octubre
que esta reforma financiera se encuentra en la
fue del 17,8 por 100.” (El País, 1976)
De esta manera, la disminución en las remune- tianas de base, constituyéndose como un espacio
raciones, permite interpretar como un elemento de participación e integración a las miles de per-
que adiciona acciones coercitivas en las organi- sonas, que agrupándose bajo el alero de la Iglesia
zaciones populares, al establecer una búsqueda en los duros años de la dictadura, incluidos, -a
de lineamiento de solución comunitaria y estra- veces y en momentos de alta tensión social-, los
tegias de demanda, a una sociedad política ce- propios partidos de la izquierda, se recomponían
rrada y mínimamente dialogante, características o sobrevivían en la clandestinidad y exclusión
propias de los regímenes dictatoriales. Pues, los (Garcés, 2017). Pues, en la caso particular de la
sindicatos de trabajadores, a través del legado Iglesia Católica, a diferencia de otras dictaduras
de las redes sindicales, establecían acciones de de América latina, destaca su oposición cons-
demanda social: tante de demanda contra el régimen dictatorial,
ante la pérdida de los derechos elementales y las
libertades básicas de la sociedad:
“En forma pública, hace dos semanas
104 sindicatos de obreros y profesionales
capitalinos exigieron la reimplantación “La Iglesia Católica ha endurecido su po-
de sus derechos y la estabilidad en el sición frente al Gobierno en las últimas
empleo. También solicitaron el control semanas. En una reciente declaración
de precios sobre los productos de pri- incluso se acusó a miembros de la «Dina»,
mera necesidad -alimentos, vestuario y el principal organismo de represión, de
medicamentos- y el aumento del salario haber montado la provocación contra los
mínimo de 440 pesos a 800 (de 40 a unos tres obispos chilenos -Fernando Ariztia,
75 dólares). La petición fue enviada al Mi- Enrique Alvear y Carlos González-, que vol-
nisterio del Trabajo con motivo del cierre vían al país luego de haber sido detenidos
del debate nacional generado en torno al en Ecuador junto a otros 14 prelados del
proyecto de reforma seguridad social del continente en el suceso más bochorno-
país, que los firmantes ya calificaron de so, que recuerde la iglesia americana en
“negativo” para los intereses laborales.” siglos. Refiriéndose a esta provocación
(El País, 1976) -unida a la campaña articulada por medio
de la prensa-, los obispos indicaron que no
se trataba de sucesos aislados, sino que
Así mismo, esta demanda sindical por las mejo-
«se eslabonan en un proceso o sistema de
ras en la estructura social y de las condiciones
características perfectamente definidas,
de vida de trabajadores y pobladores al interior
y que amenaza imperar sin contrapeso
de este proceso de “estabilidad económica”, no
34 en nuestra América Latina». «Invocando
fue de carácter espontánea, sino que poseía una
siempre el inapelable justificativo de la
articulación organizativa y comunicativa, proba-
seguridad nacional se consolida más y
blemente, por las sumas de experiencia desarro-
más un modelo de sociedad que ahoga
lladas en el gobierno de la Unidad Popular y gran
las libertades básicas, conculca los de-
parte del siglo XX, además de la creación de los
rechos más elementales y sojuzga a los
espacios de subsistencia y “contención” durante
ciudadanos en el marco de un temido y
este primer periodo de alta represión.
omnipotente estado policial», añadieron
los obispos en una de las declaraciones
Así mismo, la gestación de estas demandas por más enérgicas emitidas frente a la situa-
parte de trabajadores y pobladores, se instrumen- ción chilena” (El País, 1976)
talizaron en las mencionadas comunidades cris-
De esta manera, podemos mencionar que la democracia de corte neoconservador, como con
reconstrucción del tejido social, tuvo la carac- el sistema resguardado por ella -el capitalismo
terística particular de establecerse en un doble en clave neoliberal- tomando en su contraparte,
aspecto, iniciado por una directriz de “sobrevi- los movimientos sociales una posición y un lugar
vencia y contención” ante las problemáticas de relevantes en el conflicto por la demanda de la
represión-exclusión por los graves conflictos democracia, visualizándose posteriormente,
económicos y políticos del periodo en su fase por medio de las denominadas “Jornadas de
refundacional. Y posteriormente, transitando Protestas Nacionales”, como consecuencia
hacía una directriz reivindicativa, a través del del crecimiento organizativo, cuantitativo y
uso de los espacios de clandestinidad de los cualitativo, del movimiento popular y su lucha
nuevos actores y los militantes sobrevivientes, por revertir su situación de pobreza y exclusión
mencionados anteriormente. Por lo tanto, es política, acrecentada por la crisis económica del
posible comprender como comenta Garcés 82´. De este modo, se desenvuelve un proceso
(2017): “Este proceso de reorganización popular de continuidad de los movimientos sociales, en-
se desenvolvía en una situación de contexto y de tendida según Touraine (2006) como conductas
experiencias relativamente inédito: no lo coor- y acciones colectivas organizadas por actores
dinaban ni dirigían necesariamente los partidos luchando contra un ‘adversario’ por la dirección
políticos, ni las instituciones del Estado que no social en una colectividad concreta, las cuales
acogían ninguna demanda popular, ni los medios según Valenzuela (2014) establecen desafíos
de prensa que reproducían las orientaciones y colectivos, objetivos en común, solidaridad y
lo permitido por la dictadura” (Pág.127). Gene- mantenimiento de las acciones comunitarias,
rando en consecuencia, un sentido colectivo, destacando su construcción política, de carác-
destacado en su autonomía y autogestión2, ter “cognitiva” en su ‘autoeducación’, tanto en
constituyendo nuevos sentidos de identidad y sus métodos de acción de protesta, ya sean de
expresión, acarreando su punto de inflexión en baja violencia popular como los “cacerolazos”,
las posteriores movilizaciones sociales de la “paros”, o su contraparte de alta violencia, como
década del 80´, las denominadas “Jornadas de enfrentamientos con grupos políticos armados
Protestas Nacionales” durante la coyuntura tem- de corte rupturista, como el Frente Patriótico
poral de la crisis económica financiera de 1982. Manuel Rodríguez, los sobrevivientes del Movi-
miento de Izquierda Revolucionaria, Mapu-Lau-
taro, entre otros, orientados en considerarse
La erradicación de las propuesta de salida al régimen (Garcés,2017).
poblaciones y la gestación Sin embargo, a pesar que las jornadas de protes-
de la nueva pobreza urbana tas, constituyeron un punto de inflexión al interior 35
del Régimen, nos surge la siguiente disyuntiva:
A partir de la década del ´80, se establece una ¿De qué manera el régimen, generó mecanis-
nueva etapa política durante la dictadura militar, mos de exclusión sociopolítica a los sectores
caracterizándose por su institucionalización ju- urbanos donde residen los pobladores? Así
rídica, a través de la instauración de una nueva mismo, ¿Cómo se expresa en el movimiento de
Constitución Política que posibilitase, según Dá- pobladores, las consecuencias del proceso de
vila (2016) un orden político relacionado en una desmantelamiento social por parte del régimen y
posterior triunfo de la oposición política vía dia-
2 Potenciado además por la llegada de diversas logo en un escenario de apertura democrática?
ONG que irrumpieron en el periodo en relación a sus tareas
Ambas preguntas nos permitirán visualizar el
educativas, políticas y en algunos casos de asistencia eco-
nómica. devenir histórico del movimiento de pobladores,
A partir de la década del ´80, el régimen mili- Artículo único.- Los que ocupen ilegítima-
tar establece la estructuración político-social mente o usurpen, en el futuro, inmuebles
consagrada en un sistema político fundado en de propiedad del Fisco, de las Municipa-
instituciones autoritarias, con un fuerte y vertical lidades, de los SERVIU, de entes públicos
poder presidencial, un parlamento inexistente y o privados y de particulares, quedarán
con las FF.AA. como garantes del orden institu- inhabilitados para ser asignatarios de una
cional (Goicovic, 2006), Para esto utilizó diversas vivienda social o de una infraestructura
herramientas de control social como por ejemplo; sanitaria, como asimismo del derecho a
la ley antiterrorista (1982). De este modo, en re- obtener una vivienda mediante el sistema
lación a un aspecto de configuración del espacio de postulación a través de los SERVIU, o
urbano visualizamos el decreto de “erradicación y del derecho a ser beneficiario del sub-
radicación de poblaciones” (1980) como política sidio habitacional o de subvenciones o
orientada en fragmentar las redes comunitarias, ayudas en cualesquiera de los sistemas
especialmente las de carácter reivindicativas, al habitacionales que operan a través de los
predeterminar la ilegalidad de las ocupaciones SERVIU o de las Municipalidades” (Ley N°
territoriales urbanas, y en paralelo, establecer 105, 1980)
un lineamiento en común al interior del proceso
de reformas sociales instaladas en este periodo
De esta manera, este proceso político de fo-
producto de la crisis económica3. Este decreto
calización del gasto fiscal a ciertos sectores y
ley establece lo siguiente:
su privatización en áreas de la política social,
modificó el rol del Estado ante la sociedad civil,
“Que las ocupaciones ilegítimas de in- representado en un modelo de “Estado subsidia-
muebles de propiedad del Fisco, de las rio” (Dávila, 1998) conllevando su disminución
Municipalidades, de los Servicios de Vi- gradual como agente de intervención y solución
vienda y Urbanización o de particulares, de problemáticas sociales ante la población, esto
constituyen en sí conducta ilícitas en es posible observarlo, en las nuevas políticas de
el orden civil y penal, que distorsionan solución habitacional, entregando un mayor pro-
además la política habitacional de radi- tagonismo al sector privado de las inmobiliarias,
caciones y erradicación de campamentos delegando al Estado solo como un agente “inter-
y poblaciones marginales, alterando el mediario” con las familias, puesto que el acceso
36
orden público y provocando grave en- a las viviendas, se definió como un bien que se
torpecimiento para el desarrollo de los puede adquirir con el esfuerzo de la familia para
el ahorro y aportes del Estado a través del subsi-
3 Cabe destacar que, en este periodo se llevaron a dio, donde los usuarios y Estado comparten las
cabo reformas paralelas, como la creación de las AFP y la
descentralización de la educación pública a las municipali-
responsabilidades para responder la demanda
dades para el control social e instauración de un sistema “de la casa propia” (Sugranyes, 2005). Esto, es
mixto en clave subsidiario de financiamiento. Para profun- posible reconocerlo en la siguiente noticia del
dizar el estudio del proceso de reforma educacional en
Dictadura, véase el estudio: Moreno-Doña. A. Gamboa, R.
periodo:
(2014) “Dictadura chilena y sistema escolar: “A otros dieron
de verdad esa cosa llamada educación”. En: Educar em revis-
ta (2014) N°51. Volumen N°30, editorial Universidade Federal “Me crié en este campamento y ahora
Do Paraná. Curitiba, Brasil. que me casé veo que también tendrán
que crecer aquí mis hijos. Así lo expreso de habitabilidad, sin grandes espacios públicos
Prudencia Carrasco madre de dos niños de encuentro significativo para la comunidad y
y pobladora del Campamento La Portada, una baja calidad de construcción.
sector 8 de San Bernardo […] Hemos recu-
rrido a la Municipalidad de San Bernardo
Por otra parte, para justificar este proceso de
-contó Juana Aguil, pero nos han contes-
desplazamiento, en algunos casos contra la vo-
tado que no hay solución para nosotros.
luntad de los pobladores, el régimen utilizó varia-
Cuentan que son 170 familias, con un
dos argumentos, tales como, la “accesibilidad”,
promedio de cinco y seis niños cada una,
tras la disminución de requisitos de postulación
las que habitan en el lugar que, por lo
a la vivienda, destacando su aspecto individua-
demás, bastante insalubre. No tenemos
lizador, pues la familia y/o sujeto particular son
electricidad y debemos colgarnos del
los actores de acceso habitacional, por medio,
alumbrado público, contaron. Los baños
de planes subsidiarios estatales, en colabora-
son pozos negros y en el verano deben
ción con las entidades privadas, pues como
soportar un terrible mosquerío. Como
mencionaba el Ministro de Vivienda y Urbanismo
los barriales en invierno” (Las Últimas
de la época (1984) Miguel Ángel Poduje:
Noticias, 1984, pág. 11)
encuentran entre los más afectados por instancia, crear concentraciones homogéneas
los temporales. En dos o tres meses más de proyectos, en sectores determinados de la
el Ministerio de Vivienda solucionará el periferia y/o de expansión de la ciudad (Segovia,
problema que los afecta. Así lo informo 2005) y el hacinamiento de las familias, como
el ex parlamentario y abogado Maximiano lo expresa el trabajo de Rodríguez y Sugranyes
Errázuriz. Dijo que se ha reunido en varias (2005) con la imagen Nº1 correspondiente a uno
oportunidades con esos ocupantes y que de los sectores de la zona sur de la capital:
“nunca han hecho valer un problema po-
lítico, como podría pensarse”. El arreglo
logrado se basa en que el Ministerio de Las jornadas de protestas
la Vivienda licite terrenos que permitan
nacionales y el abandono
radicar a estos pobladores a otro lugar.”
(Las Últimas Noticias, 1984, pág. 07)
político a los pobladores
38
Imagen N°1
ventud rebelde de los ´80, a pesar del triunfo del les. Además, se observa un rechazo a la clase
NO, este no logra materializarse en el espacio política formal, representada en un funcionario
público, pero, sí en los procesos subjetivos, in- municipal, donde en una de las escenas se
tersubjetivos y privados de aquella generación, manifiesta el distanciamiento político de las
conformando, un desplazamiento político en bases poblacionales en contexto de reapertura
torno a la “sensación de derrota” o fracaso, y democrática. Así mismo, en el plano cultural de
acrecentada con el desarraigo urbano que con- la música, se visualiza este escenario de margi-
tinuaba desenvolviéndose durante la década del nalidad con una de las bandas rap de la época,
80´y consolidada con los posteriores gobiernos llamada Panteras negras. En la que uno de sus
de transición democrática. miembros fundadores, Eduardo “Lalo” Meneses,
fue militante del Frente Patriótico Manuel Ro-
dríguez5-, en una de sus canciones menciona
Por lo tanto, podemos concluir, la posibilidad de
este conflicto urbano: “Lejos del centro, de tu
una reconfiguración del movimiento de poblado-
verdad, lejos del centro, la realidad, la carestía
res, a partir de este doble proceso de exclusión
y la vagancia, lejos del centro, de la elegancia,
sociopolítica, pues, la desmantelación de redes
aquí es distinto, otra hermosura, lejos del centro,
comunitarias urbanas, por medio de las políticas
en tu basura, lejos del centro, no pacifistas, voy
de erradicación y radicaciones de las poblacio-
reclamando al egoísta” (Panteras Negras, 1989).
nes para la solución habitacional y, el abandono
Lo expuesto evidencia la búsqueda de integra-
político por la propuesta vía transición con las
ción de dinámicas urbanas, caracterizada por el
bases sociales, generó un nuevo escenario en
colapso del asistencialismo, la precariedad del
la posdictadura, respecto a sus formas conti-
trabajo, el desempleo, la delincuencia, y la deser-
nuadoras de acción, estrategias y demandas,
ción escolar, entre otras similares (Rodríguez y
las cuales representamos, por medio del caso
Sugranyes, 2005). De lo anterior, se desprende
Campamento Esperanza Andina de Peñalolén a
una compleja exclusión social, que ha constitui-
inicios de la década del 90´.
do una configuración de la ciudad de Santiago,
con nuevos sectores periféricos desplazados en
La Posdictadura y la un entorno con dificultades de infraestructura
reconfiguración de los pobladores: habitacional, espacios de encuentro y acceso a
Campamento Esperanza los principales centros económicos de la ciudad.
Andina de Peñalolén
Ante este escenario, la “toma de terreno” Espe-
El periodo de reapertura democrática posdic- ranza Andina, representa una continuidad en la
demanda por acceso a la vivienda, organización 41
tatorial a inicios de la década del 90´, exhibe
un paisaje social, relacionado en una nueva popular y búsqueda de construir un proyecto
pobreza urbana. Ejemplificado en la producción comunitario de barrio (Herrera, 2018). Así mis-
cinematográfica de Gonzalo Justiniano (1990) mo, una de las características de esta “toma de
“Caluga o menta”, donde en sus diversos planos terreno”, ocurrida el 19 de junio de 1992, es su
abiertos y cerrados, expone el abandono social, aspecto organizativo, formada por la unión de
por parte del Estado y sus instituciones, con varios comités de allegados de la zona oriente
pocos objetos y personajes que se enrolan en de Santiago, que establecen, lineamientos co-
torno a la marginalidad de una ciudad, que es 5 Para profundizar aspectos de la juventud popular
divisada en perspectiva de dos clases sociales del periodo posdictadura, véase: Meneses. L . (2013) “Re-
-una acomodada y popular- inmóviles y desigua- yes de la Jungla. Historia visual de Panteras Negras”. Ocho
Libros editores. Santiago de Chile.
de seguir con el discurso antiguo que no “El aumento del número de personas que
sirvan para nada” (Royo, 2005, pág. 67) ocupan ilegalmente terrenos en Peña-
lolén evidencian el propósito de ciertos
sectores de provocar trastornos sociales,
De esta manera, interpretamos este elemento
obstaculizar el proceso democrático en
político como un agregado importante a la discu-
curso y generar dificultades al acto elec-
sión respecto a la continuidad del movimiento de
toral [elecciones municipales] del 28 de
pobladores, -entendida en clave de movimiento
junio. El hecho es preocupante y amerita
social- puesto que, su reconfiguración se com-
la adopción de medidas que pongan
prendería según Cortés (2014) al enfatizarse su
termino cuanto antes a esta situación y
condición procesual del movimiento y no como
eviten que se reediten prácticas que el
una serie de eventos aislados, debido a que se
país rechaza y que en el pasado dañaron
desenvuelven momentos de auge (olas de mo-
gravemente la convivencia nacional”. (La
vilización) y momentos de crisis (decaimiento
Tercera, 1992. Pág. 03)
o fin represivo de un movimiento) pero que no
necesariamente representen la culminación de
un movimiento social. Interpretación comple- De esta manera, los primeros años del cam-
mentada en un trabajo reciente de Isola (2018) pamento Esperanza Andina, se estructuro en
al argumentarnos, que los pobladores no se un proceso de articulación de una experiencia
disolvieron en el atolladero de la marginalidad, comunitaria y demanda de vivienda, constituyen-
sino que su lucha se relaciona a dinámicas de do un escenario histórico que surge y fortalece
aparición, repliegue y resignificación de las cir- gracias a la acción conjunta (Valenzuela, 2014),
cunstancias políticas, económicas e históricas esta organización popular permitió que enfrenta-
que convive el movimiento social. Por lo tanto, el rá amenazas de desintegración comunitaria, no
campamento Esperanza Andina, responde a una acceso a subsidios a la vivienda por parte de las
nueva significación continuadora del movimien- autoridades y estigmatización por su condición
to de pobladores, respecto a sus objetivos en la social. Sin embargo, nos entrega la posibilidad
demanda de solución habitacional y derecho a de comprender un momento clave, donde el
la ciudad. campamento “desbordo” la forma de planifica-
ción comunitaria de barrio, en transformar un
espacio para la acumulación capitalista, en un
Así mismo, el distanciamiento entre la clase po-
lugar común y corriente para el encuentro de la
lítica institucional con las bases poblacionales,
comunidad (Astorga, 2015). Por lo tanto, pode-
se evidencia según Valenzuela (2014) dentro de
mos considerar una continuidad del movimiento
la lógica comunicacional del Gobierno, puesto 43
de pobladores en el periodo posdictadura, pero
que, la “toma de terreno” fue catalogado como
con aspectos reconfiguradores, pues se produjo
un acto promovido por los extremistas y fuera
un distanciamiento con la política institucional,
de la legalidad establecida, al “querer imponerse
tanto de la izquierda en su organización y me-
por la fuerza”, provoca el rechazo por parte de la
canismos de acción, como la Concertación de
oficialidad, generando lógicas comunicacionales
Partidos Por la Democracia, que décadas ante-
similares a la dictadura, al pretender establecer
riores los habían apoyado.
las manifestaciones sociales, como enemigas
del orden alcanzado por el mundo político. Esto,
se evidencia en una editorial del periódico La
Tercera:
de la decada del 90´y principios del nuevo siglo? Dávila, A. (2016) Voluntad de vivir manifestán-
Problemática, que nos posibilita comprender, los dose: El movimiento poblacional anti-dictadura y
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