COMITÉ INTELECTUAL

¿Por qué siendo la vida humana un fenómeno

tan evidente es asumido desde la filosofía?

En el tema vida humana podemos encontrar que las teorías sobre el

origen de la vida no se encuentran en los límites del conocimiento sino
en los límites de la filosofía. El significado y concepto de la vida es el
reto más difícil y directo que se le puede plantear a cualquier corriente
filosófica. ¿Qué es la vida? Este interrogante ha seducido y atraído la
mente humana desde siempre, pero una respuesta definitiva e
inequívoca no ha sido dada ni encontrada. El estudio de este fenómeno
se da desde el mismo instante en el que el hombre inmerso en un mundo
de dinamismo, donde todo está en constante cambio y no se puede
observar nada estático se cuestiona acerca de su propio ser y del ser de
aquello que lo rodea, interactúa y coexiste consigo mismo. Además, es
necesario precisar que de la solución de dicho cuestionamiento,
depende de su propia comprensión, conocimiento e imagen del mundo y
el propio modo de ver las cosas sobre el plano filosófico, ético,
religioso y científico... Una cosa si es muy cierta y es que el estudio de
la vida no puede considerarse ajeno y verse desde el exterior de una
manera fría, indiferente, sin entusiasmo. Muy importante y necesario es
ponerse en juego con ella misma.

Es evidente que para poder pensar sobre la vida, como mínimo es

necesario estar vivo, de tal manera que el fenómeno de la vida no será
ajeno a la reflexión, pero es su misma familiaridad la que genera la
confusión, pues si bien llamamos seres vivos a los hombres mismos,
también llamamos seres vivos a los animales inferiores y a las plantas;
por tanto estamos afirmando que en cuanto seres vivos compartimos
elementos comunes a las plantas y los animales, estos elementos
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comunes nos caracterizan como seres vivos, ¿pero cuáles son?, ¿Qué
nos diferencia?, ¿acaso nuestra vida tiene el mismo valor que el de una
planta o un animal? Es bueno que estos interrogantes iluminen y
orienten nuestra inquietud cuando nos encontramos ante la noción de
vida.

Es difícil dar la respuesta al problema del origen de la vida, pues no hay

evidencia empírica de lo que sucedió. Sin embargo, se afirma que
durante un tiempo no existió vida en la tierra y es donde surge la
pregunta ¿De dónde viene la vida? Las posibles respuestas se pueden
resumir en dos: la generación espontánea de la vida y la creación de la
vida por el ser superior, Dios.

La vida humana puede compartir y de hecho comparte elementos

comunes a los otros seres vivos, pero el valor que ésta cobra no es
equivalente al de cualquier ser, ya que la vida humana se distingue de
los otros modos de vida y que es una acción inmanente y auto-
perfeccionante, de ahí que la labor del hombre debe estar orientada
hacia el fin de realizarse, es decir, de lograr su propia perfección.

La vida humana es un valor en sí misma, es el valor fundamental que

puede dar paso a la relación interpersonal, al diálogo y al respeto de la
dignidad aún con todas las diferencias que la cultura puede establecer
entre los sujetos, es decir, la vida del hombre es vista como don y tarea
que ofrece una buena opción para hallar un sentido a la existencia
personal y comunitaria. Es el hombre quien se pregunta por su
existencia y es él mismo quien da valor a su realidad, la vida humana no
puede reducirse tan sólo a una existencia común ni mucho menos a un
costo financiero o a una mercancía como ocurre con las máquinas, las
cuales son sólo vistas por su valor de productividad, ya que es el
hombre quien da valor a éstas realidades.
Roberto Antonio Atuesta Bohada
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Experiencia en III de teología

EL CONCEPTO

Introducción

El ser humano tiene una entidad lógica que resulta del conocimiento de los objetos,
posibilitada por la descripción, la clasificación y la previsión de lo cognoscible, sean éstos
abstractos o concretos, universales o individuales; lo que conlleva a tener o recoger con la
mente todo la realidad que es cuantificable y medible.A esta entidad lógica se le denomina
el concepto que nos permite referirnos a caracteristicas esenciales del objeto.

En esta reflexión debemos tener encuenta los siguientes interrogantes ¿que es en realidad
el concepto? ¿Cuales son sus propiedades? ¿Las diferentes definiciones y filósofos que han
tratado el tema a lo largo de la historia? ¿Y cuales son las objeciones clásicas del
concepto?

Y estos interrogantes buscan en últimas; la pretensión de captar la realidad y de hacerla

participe de ella, lo que permite al hombre expresar lo que siente, lo que está en su
pensamiento, lo que reflexiona. Por ello los conceptos y las palabras (modo de
comunicarse) dan una posibilidad de hacer un discurso humano y en ellas de ir
desarrollando su conocimiento.

Conclusiones.

El hombre tiene en su estructura mental una entidad lógica que le permite abarcar o
recoger con la mente el conocimiento de la realidad sensible. Y es por eso que el concepto
se convierte como en el acto del pensamiento que se refiere a las características esenciales
de un objeto.

A lo largo de la historia de la filosofía; el concepto ha tomado diferentes concepciones

tales como: noción, idea, sustancia y tal vez esencia, pero lo más importante es que el
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concepto significa aquel conocimiento que nos permite referirnos a aquellas características
esenciales de un objeto.

Por eso el hombre, siempre está en un continuo perfeccionar porque busca su desarrollo,
busca entender y comprender y lo hace por lo que nosotros podremos llamar, conceptos y
palabras, que de una u otra forma generan en el hombre cualidades que lo van ayudando a
progresar en su comprensión.

En últimas, el fundamento de los conceptos es de unificar, comprender ordenar y

perfeccionar la experiencia humana. Se podría decir que un concepto es como tal cuando
se logra expresar claramente mediante la palabra y por tanto darla a conocer o comunicar
proyectándose así, la verdad.

EL PROBLEMA DEL CONOCIMIENTO

Problemática del conocimiento en la actualidad

Introducción

El conocimiento es un hecho y una actitud que permite al hombre descubrirse a sí mismo

en relación con el cosmos, siendo consciente de su finitud y trascendencia. Por el
conocimiento, el hombre puede definirse como ser capaz de preguntar, de exigir respuestas
a sus interrogantes absolutos, ya sean religiosos, filosóficos, sociales, morales,
culturales… También el conocimiento es un hecho originario, anterior y superior a toda
especulación filosófica, un hecho humano y radical, indefinible y que sólo podremos
acercarnos a él por aproximaciones1. En el acto de conocer hay que tener en cuenta la
unidad real del sujeto que conoce, pues el hombre es homo singularis, y su actividad lo
involucra en su totalidad, quien conoce no es el entendimiento sino un sujeto. Así,
consideraremos el conocimiento desde el hombre real, no desde una abstracción2. El
hombre en medio de las cosas y los acontecimientos no es un objeto cualquiera, pues él
conoce el mundo, que está asumido, reflejado y captado por la conciencia humana. El
conocimiento abarca no solo el científico, sino también las experiencias personales, el ver
y el oír, el sentimiento y la intuición, las sospechas y los estados de ánimo3.

El problema de la filosofía es el problema del conocimiento. Tenemos la certeza de

muchas afirmaciones relacionadas con el orden ideal y real; pero es un hecho evidente que
los hombres muchas veces se equivocan en sus adhesiones. Todo esto ocurre por las
ilusiones de los sentidos y los errores del intelecto. Surge así la pregunta: ¿podemos
conocer la verdad con certeza filosóficamente justificada?, problema que no es nuevo, ya
se había tratado en la antigüedad y el medioevo, pero que en la modernidad se convierte en
el problema principal4.
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La base exclusiva de la persona humana es el conocimiento, porque desde la percepción
más sencilla hasta la más profunda penetración metafísica o trascendente, el conocimiento
forma la trama sustentadora de nuestra existencia consciente y por el pensamiento
quedamos enraizados en el mundo y en la trascendencia. El conocimiento nos convierte en
seres personales, en sujetos conscientes aptos para la comunicación5. “Por el conocimiento
percibimos y nos centramos en un mundo entorno, formado por cosas que nos presentan
una serie organizada de propiedades; por el conocimiento sabemos que ese mundo, esas
cosas y esas propiedades son y existen o, por lo menos, pueden existir… El conocimiento
nos da a la vez la cosa y la existencia de la cosa, gnoseológicamente inseparables… El
conocimiento se apoya en el ser, pero en el ser real e independiente de cualquier
sistematización”6.

El problema sobre la validez del conocimiento, nace cuando la certeza inicial que teníamos
de las cosas comienzan a cambiar, por tanto nuestro afán de conocer entra en crisis,
entonces surgen expresiones como: ¿no es así?, ¿cómo es entonces?, ¿cómo es realmente?,
¿quién tiene la verdad o la razón?, pero a pesar de estos interrogantes, hay una inquietud
para buscar las respuestas, es decir, hay un deseo de llegar a lo sólido, a lo verdadero7.

LA PERSONA HUMANA

Introducción

Este ha sido un interrogante que ha seducido y atraído la mente humana desde siempre,
pero una respuesta definitiva e inequívoca no ha sido dada ni encontrada. Los interrogantes
sobre la persona humana se refieren la existencia personal y de todo cuanto le pertenece.
Para dar un verdadero significado del yo (persona) y distinguiéndolo de la dimensión
biológica “sujeto biológico”, de la función social “yo social”, de la personalidad “yo
psicológico” y del aspecto epistemológico “sujeto de conocimiento”, usándose el termino
persona aunque este término no es equivoco.

La persona se revela en la comunión interpersonal. La persona no es un ser serrado, que es

capaz de ponerse en contacto con las otras personas. En cierto modo está inserta en la
comunión, que en ciertos modos puede verse impedida por la parte corpórea. La persona es
por excelencia el ser de la palabra, mientras que la cosa es la realidad en la que se habla y
la persona es al que interpela sobre los fenómenos que suceden en su mundo.

El estudio de la persona se da desde el mismo instante en el que el hombre inmerso en un

mundo de dinamismo, se cuestiona acerca de su propio ser y del ser de aquello que lo
rodea, interactúa y coexiste consigo mismo. Además, es necesario precisar que de la
solución de dicho cuestionamiento, depende de su propia comprensión, conocimiento e
imagen del mundo y el propio modo de ver las cosas sobre el plano filosófico, ético,
religioso, científico... donde el hombre se pregunta por sí mismo. Desde la antigüedad
empezando por los primeros filósofos y en toda la historia del hombre se ha venido
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preguntando por la persona humana, donde se han dado definiciones o respuesta a este
interrogante ¿Quién es la persona humana?

EL LENGUAJE

INTRODUCCION

La lingüisticidad de nuestra experiencia del mundo precede a todo cuanto puede ser
reconocido e interpretado como ente.

La importancia del lenguaje para la filosofía no consiste en solo un análisis gramatical de

las proposiciones; sino la capacidad que posee el hombre de entrar en comunicación con el
mundo y los demás y eso lo hace a través del lenguaje, que logra en el individuo una
apertura al conocimiento de la realidad que lo rodea; por lo tanto el conocimiento de
nosotros mismos y del mundo implica siempre el lenguaje, este conocimiento a su vez
establece una relación entre el pensar y el hablar; siendo así: ¿Hasta qué punto el lenguaje
preforma el pensamiento?.

¿Cómo existe entonces el lenguaje?; había una mujer que fue sorda y ciega estableció unas
formas para entrar en contacto con la realidad, en ella se ve reflejado la necesidad del
hombre de expresar sus pensamientos, de entablar comunicación y conocimiento; en este
sentido se puede comprender que el lenguaje no es solo verbal o escrito sino se puede
generar lenguaje a través de nuestro cuerpo, signos, símbolos, de la música, del arte.
Debido que el hombre posee una dimensión simbólica, según Cassirer: No basta la
racionalidad para expresar porque el hombre es un ser animal, capaz de convertir en signo
todo lo que toca. Gracias al lenguaje, la religión y la ciencia, el ser humano ha construido
su propio universo simbólico, posibilita interpretar, articular, conocer, entender, sintetizar
y universalizar su experiencia. En el lenguaje, el hombre descubre la capacidad de
construir un mundo simbólico.

Para avanzar y perfeccionar el proceso de conocimiento que implica el pensar y el hablar,

el lenguaje es estudiado y comprendido con la ayuda de unas disciplinas como la
semiótica, la semántica, la pragmática y la hermenéutica. Actualmente hay un afán de
volver a las fuentes de todos los conocimientos, reinterpretarlos teniendo en cuenta el
contexto vital. Gracias al lenguaje se puede establecer comunicación para seguir con el
proceso de humanizar el mundo.

CONCLUSIONES

El lenguaje no es un medio más que la conciencia utiliza para comunicarse con el mundo.
No es un tercer instrumento al lado del signo y la herramienta que pertenecen también -a la
definición esencial del hombre. El lenguaje no es un medio ni una herramienta. Porque la
herramienta implica esencialmente que dominamos su uso, es decir, la tomamos en la
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mano y la dejamos una vez que ha ejecutado su servicio. No ocurre lo mismo cuando
tomamos en la boca

las palabras de un idioma y las dejamos después de su uso en el vocabulario general que
tenemos a nuestra disposición. Esa analogía es errónea porque nunca nos encontramos ante
el mundo como una conciencia que, en un estado a-lingüístico, utiliza la herramienta del
consenso. El conocimiento de nosotros mismos y del mundo implica siempre el lenguaje,
el nuestro propio. Crecemos, vamos conociendo el mundo, vamos conociendo a las
personas y en definitiva a nosotros mismos a medida que aprendemos a hablar.

Aprender a hablar no significa utilizar un instrumento ya existente para clasificar ese

mundo familiar y conocido, sino que significa la adquisición de la familiaridad y
conocimiento del mundo mismo tal como nos sale al encuentro.

El ser humano es más que naturaleza y lo realiza mediante el lenguaje, el arte y el derecho.
Al transcender mediante el espíritu y a través de este, el hombre se abre más de lo natural,
a traves del mundo de los símbolos. El lenguaje reproduce la materialidad de esa
espiritualidad que caracteriza el ser humano espiritual en cuanto que reflexivo e infinito.

El lenguaje es como la traducción del pensamiento; el lenguaje como determinante del

pensamiento y el lenguaje como vehículo del pensamiento.