Emmanuel Hincapié Martínez

Grado 11

23/03/2020

1. La Samaritana había tenido cinco maridos, y su compañero actual no era su marido. Los cinco,
en su sentido original, representan los pueblos extranjeros que al ser invadida Samaria en el
año 721 a.C., se establecieron en el territorio, introduciendo el culto a los dioses extranjeros.
Los cinco maridos son una alusión a los falsos dioses extranjeros con los cuales se había
“casado” el pueblo samario, abandonando así el Dios verdadero.
2. Los judíos consideraban a los samaritanos como herejes que se habían apartado de la
verdadera tradición religiosa de Israel. Habían construido su propio templo y decían que era
en el monte Garizim donde había que rendir culto a Dios y no en el monte Sión, en Jerusalén.
Otro motivo por el cual los judíos no empatizaban con los samaritanos, era porque en el 721
a.C., el reino del norte fue conquistado por el rey Sargón II, hijo de Samanasar V, quien había
iniciado la toma. Como consecuencias, gente llegada de la Mesopotamia se estableció en la
Tierra de Samaria y se mezcló con la gente del lugar. Quienes llegaron de fuera trajeron sus
tradiciones y su religión politeísta. Es así como el pueblo samaritano resultó de la unión entre
tribus asirias y judíos del reino del Norte, y por tanto considerados como infieles por los
judíos.
3. San Agustín expresa la sed insaciable de infinito así, “Nos hiciste, señor, para ti y nuestro
corazón estará insatisfecho hasta que no descanse en ti”.
4. Aunque en nuestra cultura moderna hay mucho de positivo, también hay elementos
negativos, a veces muy atractivos, pero que no nos ayudan a nuestra realización, a vivir con
sentido, a saborear la vida, a ser don para los demás, a ser suficientemente felices.
5. Se puede decir que Dios tiene sed del hombre, cuando quiere que experimentemos el
verdadero amor, quiere nuestra felicidad; en otras quiere nuestra salvación. Dios tiene sed y
desea nuestra fe, nuestra conversión, nuestra reconciliación con él y con nuestro hermanos,
nuestra nueva vida de resucitados ya en este mundo, como preludio de la vida futura.
6. No es ya la ley la que, por sí sola, salva; es el amor a Dios el que salva, y a propósito nos lleva a
cumplir la ley. Y es el amor de Dios que siempre va unido al amor del prójimo. Dios por medio
de Jesucristo propone una nueva religión para afianza su relación con los hombres y así crear
un nuevo culto, generando una nueva forma de alabarlo, agradecerle, adorarlo, de
corresponder a su amor.
7. Está muy bien ir a la iglesia a rendir culto a Dios, participar en la eucaristía, recibir los
sacramentos, orar, etc. Pero qué bueno que le rindamos también culto a Dios visitando a los
enfermos, a los encarcelados, ayudando a los necesitados y respetando a todos; qué bueno
que le rindamos culto a Dios en el fiel y esmerado cumplimiento del trabajo diario como
servicio y en nuestras obligaciones cotidianas. No se adora a Dios tan solo con asistir a las
celebraciones religiosas, sino siendo comprensivos, perdonando y ayudando a los demás.

REFLEXIÓN