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Cada sector social tiene sus necesidades específicas: los indígenas, los
obreros, los campesinos, los trabajadores de servicios, los migrantes, las
personas con discapacidad, las madres solteras, los desempleados, los
jóvenes, entre muchos otros más, así como también, las mujeres y los adultos
mayores.
LAS MUJERES
Las secretarías que existen hasta hoy no se dan abasto para atender todos
estos aspectos además de los que afectan a los demás trabajadores varones,
aunado a que no cuentan con proyectos y programas concretos para estas
necesidades o simplemente las desconocen o no les interesa.
Una secretaría donde puedan recurrir las trabajadoras para buscar soluciones
a sus asuntos específicos como sector femenino, en la que se sientan
representadas y en la que encuentren soluciones concretas e inmediatas. Una
instancia especializada en información sobre los servicios que prestan las
diferentes instituciones públicas que atienden asuntos de las mujeres como
los Institutos de las Mujeres, los CAVIs, los centros de salud para la prevención
de cáncer cervicouterino y mamario e ITS y otras. Pero sobre todo, lleve
seguimiento a la atención que presta el ISSSTE a las trabajadoras en asuntos
de maternidad y padecimientos propios de la mujer, ante la cual existen
muchísimas quejas de atención inadecuada.
Ellas parten de la idea de que “todas las y los trabajadores somos iguales” y
por tanto, que el CCT y las 10 secretarías que existen proporcionan un servicio
igual para todos cubriendo a todas las y los afiliados sin distinción de sexo -
excepto algunas prestaciones específicas para el sector femenino-. Ellas
sostienen que “no vivimos problemas individuales o por género en nuestra
organización sindical” (Hoja sindical “Mujer que camina” No. 2, 15 de abril
del 2009). Piensan que hombres y mujeres somos iguales como si no
existieran profundas diferencias sexo-genéricas y alrededor de cinco mil
años de opresión patriarcal en contra del sector femenino de la
humanidad; sin embargo, a la vez se contradicen cuando reconocen que las
mujeres enfrentamos “una problemática específica” y “la doble o triple
jornadas de trabajo”.
Les preguntamos a Griselda, Cota, Torres y Solís: ¿van ellas a atender todas
las problemáticas específicas del sector femenino del SITUAM?, ¿ellas nos van
a proporcionar todos los servicios?, ¿en su Espacio de la Mujer han resuelto las
graves situaciones que enfrentamos las trabajadoras del sindicato? Si las
académicas e intelectuales no necesitan una Secretaría de la mujer porque
ganan mucho más que nosotras para poder cubrir sus necesidades como
mujeres ¡las trabajadoras de la base si la necesitamos! y ellas no pueden
impedirnos plantearla en nuestro próximo Congreso pues ya comentaron:
“Esperamos que no incluyan esta propuestas en el próximo Congreso” (Cota,
Torres y Solís).
De igual manera sucede con otro sector más de trabajadores de la UAM, los
adultos mayores: por un lado, aquellos que son trabajadores en activo
actualmente en la UAM; y por otro lado, aquellos que ya se jubilaron o se
encuentran pensionados fuera de la institución.
O sea, por un lado, aquellos trabajadores y trabajadoras que ya ingresamos a
la vejez y continuamos trabajando, pero bajo una serie de desventajas o
condiciones adversas que están dificultando actualmente nuestra eficacia en
el trabajo, mismas que con una planeación y condiciones adecuadas podemos
continuar laborando eficazmente y siendo altamente productivos.
Estas realidades solo puede ser atendidas por una Secretaría específicamente
especializada en adultos mayores con el fin de resolver las problemáticas de
los que se encuentran tanto al interior de la UAM, como coadyuvar a resolver
ciertas problemáticas de los que se encuentran al exterior de la misma,
creando instancias para evitar su dispersión y asilamiento, reuniéndolos a
través de Comités de Autoapoyo o Consejos de ancianas y ancianos del SITUAM
para buscar y crear fuentes de empleo alternativas e incluso de vivienda. Ya
que todos, absolutamente todas y todos llegaremos a la ancianidad.
Esta iniciativa pretende brindar una alternativa a las y los trabajadores que
han entregado toda su juventud y adultez a la institución, más de la mitad de
su vida, y que con su labor han contribuido al desarrollo de la misma así como
a la riqueza nacional del país a través de la plusvalía que han generado.