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El temor que genera el contagio de una enfermedad puede hacernos cambiar psicológicamente. Pero
¿cómo? Foto: Getty Images vía BBC
12/04/2020 17:13
BBC News
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Me gust a
Durant e semanas, casi t odos los medios t ienen hist orias sobre la pandemia del nuevo
coronavirus.
Los programas de radio y t elevisión t ienen cobertura ininterrumpida sobre las últ imas
cifras de muert e y, dependiendo de a quién sigas, las plat aformas de redes sociales
est án llenas de est adíst icas at erradoras, consejos práct icos o humor negro.
Est e bombardeo const ant e de información puede provocar una mayor ansiedad, con
efect os inmediat os en nuest ra salud ment al. Pero el sent imient o const ant e de
amenaza puede t ener ot ros efectos más traicioneros en nuestra psicología.
Debido a algunas respuest as a las enfermedades que fueron evolucionando con los
siglos, el miedo al contagio nos lleva a ser más conformistas y primitivos, y menos
receptivos a la excentricidad.
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El sent imient o const ant e de amenaza puede t ener ot ros efect os más t raicioneros en
nuest ra psicología.
Nuest ros juicios morales y actitudes sociales más conservadoras se vuelven más
estrictas cuando consideramos t emas como la inmigración o la libertad e igualdad
sexual.
Los recordat orios diarios de enfermedades pueden incluso influir en nuest ras afiliaciones
polít icas.
Ant es del nacimient o de la medicina moderna, es muy probable que las enfermedades
infecciosas fueran una de las mayores amenazas para nuest ra supervivencia.
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Las enfermedades infecciosas han est ado dando forma a nuest ra evolución durant e
millones de años, alt erando nuest ra psicología y nuest ra fisiología.
El sist ema inmune t iene algunos mecanismos sorprendent es para cazar y mat ar a esos
invasores pat ógenos.
Desafort unadament e, estas reacciones nos dejan sintiéndonos con sueño y sin
energía, lo que significa que nuest ros ant epasados enfermos no habrían podido realizar
act ividades esenciales, como la caza, la recolección o la crianza de los hijos.
El aument o de la t emperat ura corporal durant e la fiebre, por ejemplo, es esencial para
una respuest a inmune efect iva, pero est o result a en un incremento del 13% en el
consumo de energía del cuerpo. Y cuando la comida escaseaba, eso habría sido una
carga seria.
"Es como un seguro médico, es genial t enerlo, pero realment e apest a cuando t ienes que
usarlo".
Por lo t ant o, cualquier cosa que reduzca el riesgo de infección en primer lugar debería
haber ofrecido una clara vent aja de supervivencia.
Cuando rechazamos cosas que huelen mal o aliment os que creemos que no est án
limpios, int ent amos inst int ivament e evit ar el posible cont agio.
La mera sugerencia de que ya hemos comido algo podrido puede llevarnos a vomit ar,
expulsando la comida ant es de que la infección haya t enido la oport unidad de alojarse.
Invest igaciones cient íficas sugieren t ambién que tendemos a recordar más
fuertemente el material que desencadena el asco, lo que nos permit e recordar (y
evit ar) las sit uaciones que podrían ponernos en riesgo de enfermedad más adelant e.
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La respuest a del sent ido del gust o ha evolucionado como una forma de evit ar cosas
que podrían enfermarnos, como una comida o bebida que se echó a perder.
Dado que los humanos son una especie social que evolucionó para vivir en grandes
grupos, el sist ema inmunit ario de conduct a t ambién modificó las int eracciones con las
personas para minimizar la propagación de una enfermedad, lo que condujo a una
especie de distanciamiento social instintivo.
Est as respuest as pueden ser bast ant e duras, ya que nuest ros ant epasados no habrían
ent endido las causas específicas de cada enfermedad o la forma en que se
t ransmit ieron.
"El sist ema inmunológico de conduct a funciona con una lógica de 'más vale prevenir
que curar'", dice Lene Aarøe, de la Universidad de Aarhus, en Dinamarca.
Est o significa que las respuest as a menudo est án fuera de lugar y pueden ser
desencadenadas por información irrelevant e, alt erando nuest ra t oma de decisiones
morales y opiniones polít icas sobre t emas que no t ienen nada que ver con la amenaza
act ual.
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El dist anciamient o social suele ser inst int ivo si hay una amenaza de enfermedad.
CONFORMARSE O IRSE
Varios experiment os han demost rado que nos volvemos más conformist as y
respet uosos de las convenciones cuando sent imos la amenaza de una enfermedad.
El especialist a primero preparó a los part icipant es para que se sint ieran amenazados por
una infección, pidiéndoles que describieran un moment o en que habían est ado enfermos
ant eriorment e y luego les dio varias pruebas para medir su t endencia a conformarse.
En una de ellas, propuso a los est udiant es un cambio en el sist ema de calificación de la
universidad y ellos debían vot ar colocando un cent avo en un frasco marcado con la
leyenda "de acuerdo" o "en desacuerdo".
Una mayor sensibilidad a la enfermedad llevó a los part icipant es a seguir a la mayoría y
colocar su cent avo en el frasco con la mayor cant idad de monedas. Fueron
influenciados por la popularidad en lugar de ir contra la corriente con su propia
opinión.
Cuando se les pregunt ó sobre el t ipo de personas que les gust aban, los part icipant es
que est aban preocupados por la enfermedad prefirieron a las personas "convencionales"
o "t radicionales", y t enían menos probabilidades de sent ir afinidad con las personas
"creat ivas" o "art íst icas".
En los cuest ionarios t ambién es más probable que est én de acuerdo con declaraciones
como "romper las normas sociales puede tener consecuencias nocivas e
involuntarias".
Es posible que esos result ados parezcan bast ant e dist ant es de lo que vemos hoy en la
t elevisión y la cobert ura en línea de las not icias.
Pero los invest igadores de la Universidad de Hong Kong t ambién evaluaron a personas
exponiéndolas a escenas de la película "Epidemia" o "Est allido" (Out break, en inglés), que
podrían parecerse más a algunos de los informes periodíst icos act uales.
Cuando hay t emor a una enfermedad, nos volvemos más vigilant es y nos convert imos en
jueces del comport amient o del ot ro.
VIGILANCIA MORAL
¿Por qué el sist ema inmunológico de conduct a cambiaría nuest ro pensamient o de est a
manera?
Schaller argument a que muchas de nuest ras reglas sociales t ácit as, como las formas en
que podemos y no podemos preparar aliment os, la cant idad de cont act o social que se
acept a y no se acept a, o cómo deshacerse de los desechos humanos, pueden ayudar a
reducir el riesgo de infección.
"A lo largo de gran parte de la historia humana, muchas normas y rituales cumplen
esta función de mantener a raya a las enfermedades", asegura Schaller.
"Las personas que se ajust an a esas normas prest aron servicios de salud pública, y las
personas que violaron esas normas no solo se pusieron en riesgo sino que t ambién
afect aron a ot ros".
Como result ado, es beneficioso ser más respet uoso con la convención ant e un brot e
cont agioso.
¿Ayuda realment e a prevenir el coronavirus el quit arse t oda la ropa al ent rar a la casa y
lavar t odos los product os de la compra?
La misma lógica puede explicar por qué nos volvemos más vigilantes moralmente en
un brot e.
Los est udios demost raron que cuando t ememos al cont agio, t endemos a ser más
severos cuando juzgamos un incumplimient o de lealt ad (como un empleado que habla
mal de su empresa) o cuando vemos a alguien que no respet a a una aut oridad (como un
juez).
Claro que esos incident es part iculares no harían nada para propagar la enfermedad, pero
al ignorar la convención, han dado la señal de que pueden romper ot ras reglas más
relevant es que exist en para mant ener a la enfermedad lejos.
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Incluso pensar en una sit uación como una pandemia puede hacer que las personas
valoren la conformidad sobre la excent ricidad.
Incluso los recordat orios ext remadament e sut iles sobre la enfermedad pueden dar
forma a nuest ros comport amient os y act it udes.
Simplement e pedirle a la gent e que se pare junt o a un desinfect ant e de manos provocó
que los part icipant es de un est udio expresaran act it udes más conservadoras asociadas
con un mayor respet o por la t radición y la convención.
"Nos t enemos que poner bolsas de basura en la cabeza": médica que at iende a los
pacient es más graves de covid-19 en Reino Unido
En el mismo est udio, el aviso de lavarse las manos llevó a los part icipant es a ser más
críticos con los comportamientos sexuales no convencionales.
Perdonaban menos a una mujer que les dijeron que se mast urbaba mient ras sost enía su
osit o de peluche, por ejemplo, o a una pareja que t uvo relaciones sexuales en la cama de
una de sus abuelas.
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El miedo al cont agio de una enfermedad puede provocar prejuicios y xenofobia a las
personas que consideramos dist int as a nosot ros.
Además de convert irnos en jueces más est rict os ent re las personas dent ro de nuest ro
grupo social, la amenaza de enfermedad t ambién puede hacernos desconfiar más de
los extraños.
Esas son malas not icias si est ás empezando una relación amorosa.
Tant o en los perfiles de int ernet como en las reuniones cara a cara, Nat sumi Sawada, de
la Universidad McGill, en Canadá, descubrió que formamos peores primeras
impresiones de otras personas si nos sentimos vulnerables a una enfermedad.
6 ilust raciones para enseñar a los niños a prot egerse del coronavirus (y para que se
ent ret engan coloreando)
Ot ras invest igaciones demost raron que las personas convencionalmente menos
atractivas son juzgadas negativamente, t al vez porque confundimos sus
caract eríst icas con un signo de mala salud.
Nuest ra mayor desconfianza y sospecha t ambién dará forma a nuest ras respuest as a
personas de diferent es orígenes cult urales.
En el pasado, las personas fuera de nuest ro grupo pueden haber sido menos propensas
a observar las normas prescript ivas específicas que est aban dest inadas a prot eger a la
población de la infección, por lo que t emíamos que sin saberlo (o deliberadament e)
propagarían la enfermedad.
EPA
Aarøe, por ejemplo, descubrió que el miedo a la enfermedad puede influir en las
actitudes de las personas hacia la inmigración.
Ella enfat iza que est o es part e del enfoque de "mejor prevenir que lament ar" del
sist ema inmunológico de conduct a.
"Es una int erpret ación errónea" de señales irrelevant es que ocurre "cuando la ment e
evolucionada se encuent ra con el mult icult uralismo y la diversidad ét nica de los t iempos
modernos, que no fue un fenómeno recurrent e durant e la mayor part e de nuest ra
hist oria evolut iva", explica.
"Algunas personas t ienen un sist ema inmune conduct ual part icularment e sensible que
les hace reaccionar con demasiada int ensidad a las cosas que int erpret an como un
posible riesgo de infección", det alla Aarøe.
Según varias invest igaciones, esas personas ya eran más respet uosas de las normas
sociales y más desconfiadas de los ext raños que la persona promedio, y una mayor
amenaza de una enfermedad simplement e endurece sus posiciones.
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Todavía no t enemos dat os concret os sobre las formas en que el brot e de coronavirus
est á cambiando nuest ras ment es.
Todavía no t enemos dat os concret os sobre las formas en que el brot e de coronavirus
est á cambiando nuest ras ment es, pero la t eoría del sist ema inmunológico de conduct a
ciert ament e sugeriría que es probable.
En una muest ra de más de 200.000 personas, las act it udes implícit as hacia los hombres
homosexuales y las lesbianas parecieron disminuir ligerament e durant e el brot e.
"Fue un experiment o nat ural en el que la gent e leía mucho sobre las amenazas de
enfermedades, y parecía que cambió un poco las act it udes".
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¿Traerá el brot e del coronavirus un cambio de act it ud en los vot ant es en las elecciones
de Est ados Unidos?
Con las próximas elecciones est adounidenses es nat ural pregunt arse si algo de est o
podría influir en las preferencias de las personas por diferent es candidat os o sus
reacciones a ciert as polít icas.
Schaller especula que podría desempeñar un papel pequeño, aunque es escépt ico de
que sea un fact or primordial.
"Los efect os más profundos pueden no t ener nada que ver con (el sist ema
inmunológico de conduct a), sino más direct ament e con la percepción de qué t an bien
los funcionarios del gobierno responden o no a la sit uación", dice.
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