Академический Документы
Профессиональный Документы
Культура Документы
Se hizo el manual técnico que graficara las formas de implementar las técnicas
con la conducción del primer jefe del PRONAMACHCS, quien fue el ingeniero
Lorenzo Chang- Navarro Levano, quién con su equipo multidisciplinario e
ingenieros de campo se entronizaron en los caseríos y comunidades
campesinas de las partes altas de las cuencas
Se elaboró una guía metodológica de promoción para que los ingenieros de
campo pudieran comunicarse y coordinar con los agricultores y ganaderos
andinos, teniendo en cuenta sus expectativas, formas propias de organización
y dinámica de trabajo y cumplieran el efecto multiplicador, es decir enseñarse
unos a otros. Avanzando hasta llegar a todos los miembros de las
comunidades. Esta guía se llamó “Estrategias de Promoción de las
Comunidades y Caseríos Andinos para la Gestión de las Cuencas”.
Existen tres tipos de cuencas en el Perú y los países andinos, las del Pacífico, las del
Atlántico que también se le llama de la amazonia, porque las fuentes de agua de las
partes altas de estas cuencas, derivan primero en ella y las cuencas del lago Titicaca.
Cada tipo tiene una configuración geográfica y humana diferente, con sus propios
problemas, retos, potencialidades y límites.
Las del Pacífico con un volumen hídrico muy reducido, una demanda de agua muy
grande porque en sus partes bajas existe las más importantes ciudades del país y una
agricultura de exportación cada vez mayor y poco pobladas en sus partes medias y
sobre todo altas, con gran potencialidad erosiva en la partes medias y una
interdependencia muy inmediata y fuerte entre sus recursos naturales y humanos. En
cambio, las del Atlántico, más amplias, con mucho mayor volumen hídrico, con
importante población en sus partes altas (ciudades interandinas) aunque nunca como
las partes bajas del Pacífico y una agricultura más de mercado interno que de
exportación y con menor interdependencia inmediata entre sus recursos naturales y
humanos.
Un mundo diferente son las cuencas del Titicaca, muy altas, con importante volumen
hídrico por el agua, pequeñas como las del Pacífico, más proclives a la ganadería con
triple fin (industrial, textil y consumo inmediato) y al comercio regional e internacional.
Es un texto que consta de dos secciones: En la primera sesión se hace notar los
antecedentes de los esfuerzos de los habitantes y del Estado para cuidar y gestionar
sus cuencas, que nos otorga elementos importantes para examinar con mayor claridad
lo que se hizo antes de PRONAMACHCS y otras instituciones, que intentaron
promover el buen uso de los recursos naturales de las cuencas andinas, sean del
Pacífico, Atlántico o el Titicaca.
En la segunda sesión, si se analiza directamente al PRONAMACHCS, su continuidad
y sus etapas, sus logros y limitaciones, sus avances y retrocesos y sobre todo las
lecciones a obtener para cualquier programa o proyecto que pretenda cuidar y
gestionar masivamente el territorio de las cuencas andinas.
Es así que en las décadas del 50 y 60 se crearon los SCIPA o CIPAS que eran
agencias de extensión agrícola con apoyo de la AID y el BID; ambas instituciones
no promovieron la conservación de los recursos naturales sólo insistieron en el
aprovechamiento de las tierras de las partes bajas de las cuencas.
En otras, palabras, esta década tuvo dos caras: La primera cara fue un Estado que
empezaba a tomar en serio a los habitantes andinos con programas bien financiados,
con un equipo importante de profesionales sensibles y con gran sentido social y
técnico que tuvo un importante peso en los campesinos andinos con el PRAT –VIR,
las Corporaciones y finalmente el PRONAMACHCS. La segunda cara fue la rebelión
de movimiento terrorista de Sendero Luminoso, que cuestionaba precisamente a este
Estado que había abandonado a los campesinos andinos de las partes altas de las
cuencas andinas, desde la colonia hasta la república, hasta la década de los 80.
El convenio concluyo en 1986. En 1987, se realizó una primera autoevaluación que fue
motivo de un libro, ‘‘5 AÑOS DE CONSERVACION DE SUELOS CON LOS
CAMPESINOS DE LOS ANDES PERUANOS’’ y el Programa pasa íntegramente al
Estado al Interior de la Dirección General de Aguas y Suelos del Ministerio de
Agricultura.
En vista del efectivo impacto que estaba teniendo este programa y que fue difundido
en otro libro llamado “Impacto de la Conservación de Suelos en la Sierra Peruana”,
donde se precisa con cifras este impacto en la agricultura, ganadería y forestería
andinas.
Este programa de cuencas, en los años 1988-1991 continúa con los trabajos de
conservación de suelos, por la falta de presupuesto, pese a la gran perspectiva de su
creación. Sin embargo existen tres hechos que lo levantan irremediablemente:
La gran pregunta es qué pasó con PRONAMACHCS, que finalmente en lugar seguir
potenciándose en forma independiente, se integró a otra institución, como el
AGRORURAL, cuyo fin era la promoción del mercado y el desarrollo rural. La
respuesta no es tan compleja como parece, se podría formular cinco razones, para su
investigación definitiva.
Especialmente de las poblaciones de las partes bajas de las cuencas andinas donde
vive la mayor parte de la población peruana para asegurar, agua, en cantidad y calidad
para consumo doméstico, para la agricultura sea de mercado nacional o para la
exportación, para las industrias e incluso para las actividades extractivas.
Ello generó una respuesta del gobierno próximo que fue el del Gobierno del presidente
Toledo, 2002 – 2006 que despidió a más de 200 ingenieros de campo, por haber
colaborado en las campañas electorales y a cambio puso en su lugar contadores,
abogados, profesores de colegio, etc.
Disminuyendo notablemente la calidad del servicio técnico y por tanto del aporte del
propio PRONAMACHCS, tanto en la gestión de cuencas como en la propia lucha
contra la pobreza. Este suceso le hizo perder fuerza y legitimidad al PRONAMACHS
en la población, que ante la arremetida de considerarlo, solo como un programa de
lucha contra la pobreza, no estuvo en condiciones de plantear con convicción y
seguridad los verdaderos objetivos de un programa como el de PRONAMACHCS, que
iba más allá de la lucha contra la pobreza.
La cuarta razón, fue los celos institucionales que se generó tanto en las instituciones
públicas, como las privadas como ONGs y otras. La abrumadora presencia del
PRONAMCHCS en el campo, quitaba cada vez más espacio a las otras instituciones.
El tremendo apoyo de los gobiernos, aunque errático, como se ha descrito, y la ayuda
internacional, hizo que el PRONAMACHCS, acaparara muchas microcuencas y
distritos andinos. En este caso, también el PRONAMACHCS, cometió un error de
sectarismo, que al verse fuerte en lugar de integrar en su trabajo, las desconocía y
hasta combatía.
Es importante concluir esta parte del texto, con lo avanzado por parte del
PRONAMACHCS, en el 2009, y que la institución prácticamente como último intento
de subsistir, presenta al congreso de la República, una propuesta de financiamiento y
continuidad, que rebela la dimensión que adquirió PRONAMACHCS en su parte final
de su existencia. Se había llegado a 125 provincias, 938 distritos, 809 microcuencas; a
5,557 organizaciones campesinas y a 137, 399 familias campesinas. No existe en la
historia del Estado Peruano, una institución pública que le haya sido posible tener el
impacto y relevancia que tuvo PRONAMAHCS en las partes altas de las cuencas
andinas.
De esto modo tenemos las cuatro primeras grandes lecciones que obtuvo
PRONAMACHCS:
Así también, estas terrazas de banco propuestas inicialmente tenían talud de pastos
en lugar del muro de piedra clásico de los antepasados andinos, lo que comparando
también les traía problemas, porque el muro de piedra conserva el calor del sol del día
y lo proyecta en la noche en los suelos, poniéndolos en mejores condiciones para
recibir las heladas, fenómeno natural, que ellos lo ven devastador.
Con esta experiencia, queda la reflexión sobre si la gestión de cuenca deberá ser
dependiente del desarrollo rural de las partes altas, porque dicho cometido persigue
fines más amplios, que beneficiar únicamente a la población pobre de las partes altas
de las cuencas sino también a la población de toda la cuenca, en especial a las partes
bajas, donde se encuentra la mayor parte de la población que requiere de un volumen
hídrico considerable en sus ciudades, sea para consumo doméstico, industrial, agrario
u otros. Así también las partes medias y bajas están interesadas en su seguridad
frente a los desastres naturales que ocurren sobre todo en los tres meses de mayor
precipitación pluvial en las laderas andinas.
La nota fundamental de esta época fue que PRONAMACHS, concentró todas sus
energías en llevar a cabo, los MIMAS y los JVICS vinculados a los programas de
luchas contra la pobreza, dejando de lado, poco a poco, a las instancias organizativas
del PRONAMACHS que no tenían financiamiento especial, disminuyendo
notablemente su ritmo y dinámica. Todo el trabajo regular se redujo al mantenimiento
de lo realizado o máximo una lenta ampliación de lo avanzado.
Se trataba de atraer a los agricultores por los resultados productivos en las parcelas
de los agricultores, al instalar las prácticas conservacionistas, en beneficio de ellos
mismos y estos resultados fueran los acicates para que continuaran y ampliaran las
prácticas.
a) Según este supuesto, los agricultores debían aprender las nuevas técnicas
del uso del suelo a través de prácticas alternativas, hechas con los extensionistas que
oficiaban como profesores y los agricultores líderes, quienes eran impelidos a
convocar a otros para favorecer el aprendizaje del mayor número de ellos.
Estas prácticas sólo debían enseñarse en una cantidad mínima, para no confundir al
campesinado, partiendo de las terrazas de absorción internacionales, que algunos les
decían andenes sin piedra, como la práctica más óptima y perfecta. Con la justa se
enseñaba que en la parte de menor declive de las laderas debían enseñarse los
surcos a nivel y la acequias de infiltración para los pastos y forestales.
Los habitantes rurales andinos al comprobar este nuevo giro del proyecto, crecieron en
su demanda de un mayor apoyo a la agricultura mediante proyectos de irrigación y de
fomento agropecuario para obtener varias cosechas al año y potenciar su
productividad