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En América: la planificación productiva del territorio y las nuevas ciudades; ciudad jardín y pueblos industriales;
hábitat de los sectores populares:
GUTIERREZ, Arquitectura y urbanismo en Iberoamérica:
La expansión e integración de la economía mundial requería justamente extensión de tierras fértiles y un
vacío de poder que permitiera actuar sobre ellas. El flujo de capitales y apertura comercial, vino acompañado de
oleadas de inmigrantes que venían a generar tanto la mano de obra necesaria como el mercado de consumo local.
La reorganización de los modos de producción y la localización de los nuevos contingentes produjo un
impacto de urbanización notable, que alteró los núcleos existentes y generó nuevas estructuras urbanas.
En Brasil, a partir de la 2º mitad del sXIX, las condiciones estructurales de producción, la abolición de la
esclavitud (1888), la inmigración europea en el sur y el trazado ferroviario desde 1852 concurrieron para
generar un impacto de urbanización importante. La tipología urbana de nueva fundación que puede
ejemplificar el urbanismo decimonónico brasilero es la de Belo Horizonte, creada como nueva capital de
Minas Geraes en 1894-97, para estimular el desarrollo regional. Belo Horizonte rápidamente ocupó un lugar
privilegiado por su emplazamiento en el circuito comercial-productivo del Brasil, y se trazó con un planteo
similar al de La Plata en lo referente a las diagonales y áreas verdes. Sin embargo, sus límites geométricos
no fueron tan precisos, adaptándose a las condiciones topográficas del emplazamiento, lo que derivará en
un crecimiento inorgánico y espontáneo. En las últimas décadas, Belo Horizonte ocupó el 3º lugar entre las
ciudades brasileñas, demostrando la eficacia del planteo regional que le dio origen.
6. La urbanización del esparcimiento: los sectores de mayores ingresos buscaban, a través del traslado a la
periferia, una recuperación de calidades ambientales y paisajísticas naturales, organizando los suburbios de
‘casas quintas’ de fin de semana o para temporadas de veraneo. La utilización de los recursos naturales de
las ciudades costeras fue el 1º paso que en algunos países generó nuevas ciudades cuyas funciones
predominantes fueron las de esparcimiento y recreación.
El prestigio de los centros de veraneo y estaciones termales de Aix Les Bains y Vichy en Francia, o de San
Sebastián en España, constituyeron los modelos para las localizaciones americanas. Así, en Argentina, San
Sebastián aparece como imagen reiterativa en la planificación de Mar del Plata. Esta ciudad se formará
sobre un antiguo saladero con muelle, con un trazado en damero que reitera el esquema modular de la
manzana urbana hasta la chacra rural. La rápida conexión con Buenos Aires generará un vertiginoso
crecimiento de Mar del Plata, con la instalación de hoteles como el Bristol (1888), teatros y otros servicios al
borde del mar. Lo fundamental era el aprovechamiento del desarrollo costero, lo que se obtiene articulando
sucesivas ramblas-paseos. Al principio se trataba del ejercicio de la ‘contemplación del mar’, que luego
habría de irse completando paulatinamente con el ‘baño en el mar’.
Los acontecimientos de la 1º guerra mundial limitaron la posibilidad del viaje a Europa, habitual en las
familias de la oligarquía argentina, y produjo el auge demográfico y edilicio de Mar del Plata y otros
balnearios de la costa bonaerense.
La arquitectura pintoresquista señaló el carácter frívolo y ‘no urbano’ que se deseaba para el paisaje de la
ciudad, concebida como sumatoria de obras autónomas que competían en su calidad constructiva, el
muestrario de materiales o técnicas, las dimensiones, o, inclusive, por lo insólito o estrafalario.
En Chile el desarrollo de Viña del Mar, o en México el de Acapulco, muestran la reiteración del fenómeno.