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CICLO VITAL FAMILIAR- ETAPA DE FORMACIÓN Y SUS FASES.

Presentado por: Karina Andrea Muñoz Martínez. Grupo: T04.

La etapa de formación es la primera que se realiza en el ciclo de la familia, esto


es, porque básicamente es el periodo en donde la pareja establece un vínculo
con la visión de formar un hogar y sentar bases sobre él. No obstante, no solo se
trata de formar una familia, sino de hacer que esta sea adaptablemente funcional
a cada crisis que acarrean las etapas. Las crisis de las que anteriormente se
mencionan pueden ser de dos tipos: Las normativas, que son las que se esperan
que sucedan y, si son superadas con éxito, ayudarán a la familia a evolucionar
de manera grupal, a cultivar sus valores y fortalecer sus vínculos, y las no
normativas, que son aquellas que suceden de manera imprevista, como
accidentes, enfermedades, vicios, muertes, separación, entre otros, que por
supuesto, deben demarcar una correcta forma de superarlas para seguir
adelante.
En esta etapa también remarcan un factor muy importante, que es la elección de
la pareja, pudiendo ser de acuerdos convenientes, de los padres altamente
influenciadores, libres, pero con mínima influencia de sus cuidadores, o
totalmente libres. De todas maneras, para esta elección, la persona también
tiene en cuenta factores internos y externos como los valores, su familia de
origen, sus modales, sus metas, sus sentimientos, su personalidad, incluso por
su aspecto físico (atracción sexual).

A continuación, describiré a detalle los aspectos más relevantes a concepto


propio sobre las fases de esta primera etapa: Noviazgo, y matrimonio sin hijos.

La primera fase, o también conocida como fase inicial: Noviazgo, es donde dos
individuos, inicialmente solteros, y usualmente adultos jóvenes, se unen en un
vínculo amoroso, siendo esta, la fase previa al matrimonio, y donde se definirán
muchas cosas sobre los planes o proyectos que ambos quieran realizar.
Aquí lo más importante es que deben prepararse para asumir el rol de marido y
mujer, adaptarse y acomodarse a los nuevos cambios, y aprender a ir
desprendiéndose emocional y económicamente de la familia de origen para
permitir que la pareja forme su propia intimidad. En cuanto las crisis normativas
que pueden presentarse están la toma de decisiones inmaduras o impulsivas,
conflicto sobre los intereses de ambos. Y las no normativas puede ser una
infidelidad, la separación o disolución, o un embarazo prematrimonial no
planeado. Aquí, como pareja deben procurar establecer un patrón de resolución
de conflictos, no idealizarse el uno del otro, y lograr un apoyo mutuo de planes,
proyectos e intereses.

La segunda fase, es decir la final, es la fase conocida como “Matrimonio sin


hijos”. Aquí ya se empieza a asumir un nuevo rol, de marido y mujer, ambos
empiezan a convivir bajo un mismo techo, por lo tanto, los retos, crisis,
responsabilidades son distintas, y en algunos casos aumentan. Entre los
aspectos más importantes que se debe tener en cuenta en esta es el
desprendimiento paulatino de la familia de origen, es decir, que ambos deben
tener el suficiente desarrollo emocional para poder independizarse y crear su
vida con su pareja. Del mismo modo, antes de tener hijos, es el momento
perfecto para resolver los conflictos que tengan como pareja, y absolutamente
NO tener un hijo para enmascarar los problemas que tienen, porque de una u
otra forma no termina bien. Además, las crisis normativas que enfrentarán aquí
tendrán que ver con una convivencia excesiva con la familia de origen, que
existan dificultades laborales, que al provenir de diferentes familias se dé el
choque de ideales, costumbres o modalidad de crianza. En cuanto las no
normativas encontramos la infidelidad, muerte, divorcio, embarazo no planeado,
desilusión, pareja infértil y aborto.

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