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Álvaro Ramiro Mejía Orozco

Universidad de Guadalajara
Maestría en Estudios Filosoficos
Reporte 4

Emisiones realizativas/ Austin

Lo que se evalúa en el uso del lenguaje no son únicamente los enunciados y sus
correspondencias con lo que describen, se pueden evaluar las expresiones a partir del
contexto, pero también lo que Austin describe como “realizativos”. No solamente las
emisiones describen cosas del mundo sino que también son imperativos (ordenes por
ejemplo), deseos (la expresión de un estado mental) o las exclamaciones. Al parecer, los
análisis Filosoficos acerca del lenguaje ignoraban esos usos de las emisiones.
Los verificacionistas describen a los enunciados que no se corresponden con los hechos,
como “el rey de Francia es calvo” como sinsentidos, pero este es un uso algo limitado del
lenguaje. ¿qué tal si los sinsentidos no buscan registrar hechos sino dar rienda suelta a las
emociones? Pienso por ejemplo en el uso del sarcasmo o de las bromas y decirle a alguien “
el rey de Francia” para hacer referencia a su elegancia o porte, a manera de burla. En este
caso la expresión no es ni verdadera , ni falsa, tampoco es un sinsentido sin embargo
cumple con un uso.
Podemos decir entonces que en la practica los usos del lenguaje son mas variados, no
solamente la verificación en el sentido lógico que es de suma importancia y esclareció
grandes problemas Filosoficos, pero se queda corta en el uso común.
Las emisiones que se realizan en contextos cotidianas, incluso en rituales como un
bautizo u otro evento se realizan a partir de enunciaciones o enunciados que no son carentes
de sentido pero no son verdaderas o falsas. Tienen que emitirse en un contexto claro, y que
ciertas condiciones se cumplan para que las emisiones formen parte del uso correcto del
lenguaje. Otro ejemplo en el texto es el de las bodas, el ritual consta de emisiones de
enunciados muy particulares y que esas palabras se digan en las circunstancias apropiadas y
con las personas correctas, la diferencia entre decir las mismas palabras en una boda de una
obra de teatro o una real, la diferencia es que la primera no se hace en las circunstancias
apropiadas. Es importante mencionar que las importancias apropiadas no son de ninguna
manera representaciones de estados psicológicos, por ejemplo, el enorme anhelo que tiene
alguien de casarse lo lo hace legitimo si no se esta en el contexto adecuado, enunciando las
palabras correctas en la situación adecuada. El caso de las promesas va de la mano con lo
anterior pues, pues la condición en gran medida es el contexto, también la implicación, es
decir la implicación de algo que sea verdadero no significa que lo sea. Para que estas
funciones del lenguaje funcionen correctamente se siguen ciertas reglas y violaciones: la
primera regla , que las emisiones se den en una convención aceptada, que exista, que sea
conocida y que los demás la usen. La segunda regla, que las circunstancias de la
enunciación sean las indicadas. Si estas reglas no se dan la acción queda sin efecto. Una
persona no puede simplemente decirle en voz alta a su pareja ¡desde hoy estamos
divorciados! a pesar de que se hizo una enunciación clara y que también fue entendida por
los que la escucharon no tiene ningún efecto.
En esta clase de emisiones, Austin puntualiza el abuso del procedimiento o la
insinceridad, si yo le digo a cierto compañero de clase ¡como te estimo!, sin embargo, si no
hay una relación entre lo emitido y las acciones que indiquen una relación de ese tipo, este
acto del de habla queda sin efecto. Se da lo que Austin describe como un infortunio, pues
las condiciones no se dan.
También es conocido los malos entendidos del lenguaje, pues como ya hemos
mencionado no solo podemos decir de enunciados verdaderas o falsas, sino del uso que se
le dan, cuando se bautiza un barco, antes de zarpar por primera vez , se rompe una botella
de champange y se menciona su nombre, es diferente a que yo pase por cierto puerto, en el
que este ese mismo barco y grite ¡yo te nombro Álvaro tercero!. En la primera situación se
cumplen las reglas ya mencionadas, en el segundo caso no. La poesía es otro uso del
lenguaje que requiere consensó de cierto tipo, distinguir entre el lenguaje metafórico es eso
y no de uso cotidiano.
El acto de dar una orden, por ejemplo de cerrar una puerta , no es ni verdadera ni falsa,
simplemente funciona, otro ejemplo descrito por Austin es el un letrero que nos advierta
“este toro es peligroso” ¿qué entendemos? Quizá que un toro en particular es de cuidado y
por tanto se nos sugiere tomar precauciones, esto incluye también que quizá ya han existido
con anterioridad altercados hacia personas por parte del toro o alguna clase de conducta
violencia, toda esta información sintetizada en una sola enunciación colocada en un letrero.
Ahora bien, si el enunciado solo dice “toro peligroso” o bien solo “toro”, la información es
muy similar pero más ambigua. Aquí existe otro problema en el uso del lenguaje, la
ambigüedad y la falta de distinción entre explicar que acto es el que estamos realizando o
que si se enuncia ¿qué es lo que se intenta enunciar?
No hay una distinción tan clara entre emisiones realizativas y enunciados, informes o
descripciones. Pensemos en la emisión realizada por un Juez ¡culpable!, esta emisión tiene
que ver con hechos del mundo y también con su aplicación dentro de un contexto particular
que la vuelve legitima. Por si solo, sin contexto, sin la relación con los hechos, la
enunciación ¡culpable! No es falsa ni verdadera, con todas las condiciones cumplidas puede
ser evaluada como afortunada o desafortunada.
Esto es uno de los puntos principales entre la diferencia del análisis tradicional de los
enunciados y las emisiones realizativas.
A partir de la inclusión de las emisiones realizativas como condiciones de evaluaciones,
puede ser el extraño caso que se den situaciones chocantes pero no contradictorias, como el
ejemplo dadó por Austin :
-Prometo que estaré ahí pero no tengo la menor intención de hacerlo.
Es chocante, pero no es una contradicción, se acerca más a un sinsentido. Esto solo muestra
que la distinción entre realizativo y enunciativo constantemente se derrumba.

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