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La Adicción a la

Pornografía
Por: Pablo E. Quintana González
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     El sexo, la sexualidad y la conducta sexual son temas que generan
siempre gran interés. Con el paso del tiempo, los cambios generacionales,
los culturales, las creencias religiosas y la tecnología, las ideas y
opiniones sobre el sexo y la sexualidad han cambiado significativamente.
En la Antigua Grecia (Siglo IV a.C.) el sexo era considerado como una
parte placentera del cuerpo y la vida, el cual se podía disfrutar con parejas
de ambos sexos. Luego, en la Edad Media y con el dominio que ejercía la
Iglesia Católica el sexo llegó a considerarse como un pecado, donde se
consideraba a la mujer pura, apática sexualmente y su sexualidad era
demandada solamente para satisfacer a su marido y para la procreación.
Datos históricos revelan que este acto purista de represión sexual fue
contraproducente, ya que se incrementaron la pornografía, la prostitución
y las enfermedades venéreas. 

     El término pornografía era usado y practicado solamente en los


prostíbulos donde escritores de esas épocas relataban la atmósfera y las
actos que allí ocurrían, y estos manuscritos estimulaban la imaginación y
alimentaba la fantasía abriendo un mercado que siguió explotando hasta
nuestros tiempos. Hoy día, gracias a los avances tecnológicos la
pornografía se encuentra al alcance de un teléfono y bastan solo unos
minutos para tener acceso a material pornográfico.   Con la televisión, la
internet, las nuevas tecnologías y otros medios de comunicación la
pornografía llega a todas las personas y se acusa a diferentes mercados
por utilizar la sexualidad. Un ejemplo sería vendedores de piezas de
automóviles que utilizan el modelo femenino en una pornografía
enmascarada, quien muestra sus pechos y traseros para hacer más
atractivos sus productos.

     Las nuevas tecnologías son definidas como el conjunto de


instrumentos que se caracterizan por estar en continuo cambio y nos
proporcionan o permiten el intercambio de información (Villadangos,
2009). Las ventajas y beneficios de este conjunto de instrumentos son
numerosos, pero su uso y abuso puede lograr limitar y afectar la vida de
las personas de manera negativa hasta el punto de la adicción. Dentro de
la Internet existen varios espacios altamente adictivos como: redes
sociales, compras, videojuegos, mensajería, el cibersexo y la
pornografía.  La adicción la definimos como la afición excesiva a algo
(sustancia, objeto, comportamiento) que brinda un beneficio a corto plazo,
pero un perjuicio a largo plazo (Pereria, 2011). Por su constante uso, su
conocimiento en tecnologías y facilidad de acceso son los adolescentes el
grupo de mayor riesgo a tener conductas adictivas, pero estudios reflejan
el uso inadecuado de las tecnologías en todas las edades.
     La pornografía es definida como la exposición o descripción de
desnudes o sexo de manera explícita, abierta y directa con el interés de
provocar excitación sexual por medio de películas, fotografías, revistas,
páginas web, entre otros. La pornografía está vinculada fuertemente a la
masturbación, de manera que es casi improbable que uno no lleve al otro.
El uso prolongado de la pornografía para la gratificación sexual puede
crear adicción y conllevar a problemas físicos, mentales, psicológicos y
sociales muy parecidos a los de una adicción al consumo de sustancias
psicoactivas. Una persona adicta a la pornografía dedica numerosas
horas  observando material pornográfico, acción que lo puede llevar al
aislamiento social, depresión, neurosis o cambios del estado de ánimo.

      Expertos aseguran que el uso excesivo  de pornografía es el mayor


generador  de comportamiento hipersexual. También, el exceso de
masturbación se asocia con condiciones como: depresión, estrés,
ansiedad, inestabilidad emocional, problemas de concentración,
problemas de memoria, sensibilidad a la luz, erección débil e impotencia
sexual, esterilidad, condiciones en la próstata y uretra, eyaculación
precoz, desórdenes neurológicos, de sueño y digestivos. Según la
literatura el 95% de los hombres admite que se masturban, pero entre
varones es visualizado como el tomar cerveza, algo normal.  

     Los efectos secundarios más comunes en los hombres es la disfunción


eréctil. La disfunción eréctil es la incapacidad del hombre para lograr
la erección de su miembro viril con su pareja. Comienza una
dificultad para sentir excitaciones, erecciones o solo tiene erecciones
parciales en situaciones íntimas reales. No obstante, mantiene erecciones
firmes cuando ve pornografía. Esto puede deberse a que el hombre ha
adiestrado a su cerebro que lo que necesita para satisfacer su deseo
sexual es pornografía y masturbación.

     Otro efecto secundario que lleva al hombre a consulta es la


eyaculación precoz. Esta condición podemos relacionarla a la adicción a
la pornografía debido a que el hombre usa las imágenes para satisfacción
inmediata, de esta manera el cerebro actúa según aprendido: erección =
eyaculación. La eyaculación en el hombre pude ocurrir hasta antes de la
penetración, en la pre-intimidad o en cuanto penetra.
 
 
     Durante la visualización de imágenes pornográficas se libera dopamina
en el cerebro que afecta el lóbulo frontal del cerebro, área encargada de
las funciones cognitivas y conductuales. La liberación de dopamina influye
en la funciones del comportamiento, la cognición, la actividad motora, la
motivación y la recompensa, entre otros. Los efectos de la pornografía en
el cerebro es comparada con el uso de cocaína y marihuana, por la
liberación del neurotransmisor dopamina, pero con el sencillo detalle que
es el cuerpo mismo que estimula su liberación.  
     La persona adictas a la pornografía van perdiendo gratificación sexual
fuera de la pornografía por lo que las relaciones de pareja son afectadas
por esto. En la pareja, el adicto querrá incluir en su intimidad la
pornografía junto a su pareja. A su vez pierde interés e excitación con lo
que anteriormente lo satisfacía, lo que lo lleva a buscar nuevas
representaciones sexuales. El consumo constante de pornografía hace a
la persona adicta a creer que la sexualidad expuesta es común, lo habitual
en las relaciones sexuales y al compararlas con su actividad sexual
lo deprimen y anhelan recrearlas, incluso actividades sexuales no
adecuadas para una sexualidad sana e ilegal. 

     La oferta de pornografía  se mantiene estereotipada, ya que toda


relación sexual comienza con la erección masculina y   termina con su
eyaculación. Además que en las fantasías se representan el deseo y
dominación masculina. Esto en su parte se debe a que según estudios las
mujeres son consumidoras ocasionales de material pornográfico.    
 
 
     Las conductas de riesgo que se exponen los consumidores de
pornografía son las prácticas de sexo vaginal sin preservativo, cambiando
de parejas y en grupo. También el sexo anal sin preservativos con
diversas parejas y la eyaculación en la boca y cara luego del sexo anal,
con el riesgo a enfermedades que se podrían transmitir en este acto. La
gran cantidad de material que expone estas prácticas hace creer a los
consumidores de pornografía la naturalidad de las escenas vistas y altera
su percepción sobre su aceptabilidad. 
 
 
     Las recomendaciones y estrategias utilizadas para el tratamiento de
las personas con adicción a la pornografía son:

1. Buscar ayuda profesional, la psicoterapia puede brindar ayuda e


identificar las posibles causas del problema. Intervenciones cognitivo-
conductuales han demostrado eficacia en el tratamiento.  
2. Alentar al adicto a evitar escuchar y visualizar contenido sexual
explícito en medios audiovisuales.
3. Tener mayor control sobre el contenido y acceso que tengan niños y
adolescentes a internet instalando programas anti-pornográficos en
ordenadores y teléfonos.
4. Motivar el desarrollo de actividades deportivas o de entretenimiento
ajenas a la sexualidad. 
5. Motivar el desarrollo de actividades sociales placenteras.  
Referencias:
 
Ballester, L., Orte, C., Gordaliza, R. (2014). Estudio de la nueva pornografía y
relación sexual en jóvenes. Revista Andaluza de Ciencias Sociales. Anduli • Nº 13
– 2014.
 
Echeburúa, E., Requesens, A. (2012). Adicción a las redes sociales y nuevas
tecnologías en niños y adolescentes. Guía para educadores. Pirámides. Madrid.
 
Spears, I. (2016). Adicción a la Pornografía: a paso guía sencilla para controlar
esta adicción.
 
Velasco, A. y Gil, V. (2017). La adicción a la pornografía: causas y consecuencias.
Drugs and Addictive Behavior, 2(1), 122-130.
Doi:

        Fundador y administrador de la página Tertulia de Psicología. Posee


un grado universitario en Enseñanza Secundaria en Español y Literatura
por estudios realizados en la Universidad Interamericana de Puerto Rico y
el Centro de Estudios Internacionales Fundación Ortega y Gasset en
Toledo, España. Es Psicólogo Interno del Programa Doctoral de
Psicología PSYD de la Pontificia Universidad Católica y cursó  estudios
graduados de Psicología en la Universidad Complutense de Madrid. Se ha
desarrollado por 11 años como Técnico Social en el Departamento de la
Familia de Puerto Rico, donde realiza investigaciones de maltrato a
menores, otorgando testimonio pericial como perito experto en la
investigación de maltrato a niños en diversas salas de los tribunales de
Puerto Rico. Ha presentado sus trabajos sobre la Psicoterapia en Línea en
la 63ra Convención de la Asociación de Psicología de Puerto Rico y en el
6to Encuentro de Investigadores del Pontificia Universidad Católica de
Puerto Rico.
Pablo E. Quintana González

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