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UNIDAD XIII: CONTRATOS DE CONSUMO.

RELACIÓN DE CONSUMO.

RELACIÓN DE CONSUMO (Art 1092): Consumidor. Relación de consumo es el vínculo jurídico entre un proveedor y un
consumidor. Se considera consumidor a la persona humana o jurídica que adquiere o utiliza, en forma gratuita u
onerosa, bienes o servicios como destinatario final, en beneficio propio o de su grupo familiar o social.

Queda equiparado al consumidor quien, sin ser parte de una relación de consumo como consecuencia o en ocasión de
ella, adquiere o utiliza bienes o servicios, en forma gratuita u onerosa, como destinatario final, en beneficio propio o de
su grupo familiar o social.

El concepto de consumidor abarca:

· CONSUMIDORES EFECTIVOS (en sentido estricto): se consideran consumidores o usuarios, las personas
físicas o jurídicas que contratan a título oneroso para su consumo final o beneficio propio o de su grupo
familiar o social.
· SUJETOS EQUIPARADOS AL CONSUMIDOR: Se considera asimismo consumidor o usuario a quien, sin ser
parte de una relación de consumo, como consecuencia o en ocasión de ella adquiere o utiliza bienes o
servicios como destinatario final, en beneficio propio o de su grupo familiar o social, y a quien de cualquier
manera está expuesto a una relación de consumo. EJ: quien recibe como regalo un producto defectuoso;
quien es invitado a comer en la que se sirven productos contaminados; el acompañante en un auto que
circula por una ruta con peaje; etc. Son sujetos que sin estar vinculados directamente con el proveedor, se
encuentran legitimados a ejercer los derechos y apararse en las normas de defensa de los consumidores.
· CONSUMIDORES EXPUESTOS: sujetos ajenos a la relación de consumo que sufran un daño como
consecuencia o en ocasión de una relación de consumo, por causa de la acción de cualquiera de los
proveedores, sus dependientes, las personas que se encontraban bajo su cargo, o los consumidores en la
relación de consumo o los bienes o servicios introducidos por ellos en el mercado, ya sea x incumplimiento
del deber de seguridad, por vicio o riesgo de la cosa o de la prestación del servicio.
· CONSUMIDORES POTENCIALES: sujetos que se encuentran en la etapa de tratativas previas a la celebración
de un contrato o vínculo de derecho público y en esta línea se inscriben las disposiciones que protegen a los
consumidores frente a prácticas comerciales que puedan afectarlos como incumplimiento de ofertas y
publicidades, prácticas abusivas, etc.

CONTRATO DE CONSUMO (Art 1093): Contrato de consumo es el celebrado entre un consumidor o usuario final con una
persona humana o jurídica que actúe profesional u ocasionalmente o con una empresa productora de bienes o
prestadora de servicios, pública o privada, que tenga por objeto la adquisición, uso o goce de los bienes o servicios por
parte de los consumidores o usuarios, para su uso privado, familiar o social.

El contrato de consumo se caracteriza porque una de sus partes es un consumidor final de bienes o el usuario de
servicios. El consumidor individual o persona jurídica que requiere protección es aquella que carece de intenciones que
apunten a que el bien o el servicio continúen su vida económica en actividades de fabricación, producción, distribución,
etc. En cambio, es consumidor la persona jurídica (x ej. empresa) que celebra contratos de seguro: a- que amparen
bienes como destinatario final, en beneficio de la empresa; o b- que protejan los riesgos a los que se hallan expuestos
bienes con los que se agotará el proceso económico.
INTERPRETACIÓN Y PRELACIÓN NORMATIVA (Art 1094): Las normas que regulan las relaciones de consumo deben ser
aplicadas e interpretadas conforme con el principio de protección del consumidor y el de acceso al consumo
sustentable.

En caso de duda sobre la interpretación de este Código o las leyes especiales, prevalece la más favorable al consumidor.

INTERPRETACIÓN DEL CONTRATO DE CONSUMO (Art 1095): Se trata de una disposición de orden público protectorio,
imperativa en su aplicación e indisponible para las partes. Según el Art 42 C.N el consumidor debe ser protegido en su
salud, seguridad e intereses económicos y es a la satisfacción de esas finalidades que debe apuntar la interpretación de
las normas relacionadas con la materia.

En caso de encontrarse con más de una posibilidad interpretativa para una determinada disposición contractual en un
contrato de consumo, debe el intérprete siempre adoptar la alternativa más favorable para el consumidor.

CONTRATOS DE ADHESION (Art 984): El contrato por adhesión es aquel mediante el cual uno de los contratantes
adhiere a clausula generales predispuestas unilateralmente, por la otra parte o por un tercero, sin que el adherente
haya participado en su redacción.

REQUISITOS (Art 985): Las cláusulas generales predispuestas deben ser comprensibles y autosuficientes. La redacción
debe ser clara, completa y fácilmente legible. Se tienen por no convenidas aquellas que efectúan un reenvío a textos o
documentos que no se facilitan a la contraparte del predisponente, previa o simultáneamente a la conclusión del
contrato. La presente disposición es aplicable a la contratación telefónica, electrónica o similar.

CLÁUSULAS PARTICULARES (Art 986): Las cláusulas particulares son aquellas que, negociadas individualmente, amplían,
limitan, suprimen o interpretan una cláusula general. En caso de incompatibilidad entre cláusulas generales y
particulares, prevalecen estas últimas.

El contrato por adhesión a cláusulas predispuestas o condiciones generales es aquel en que la configuración interna del
mismo (reglas de autonomía) es dispuesta anticipadamente solo por una de las partes (predisponente, profesional,
proveedor, empresario, etc.), de modo que si la otra decide contratar, debe hacerlo sobre la base de aquel contenido.

La alternativa de la que dispone el adherente consiste en no contratar —hipótesis excepcional, pues habitualmente se
halla en estado de compulsión, del cual no puede sustraerse, pues necesita del bien o servicio que presta el
predisponente, preferentemente en ocasión del ejercicio de un monopolio de hecho o de derecho— o, en su defecto,
contratar, en cuyo caso debe adherir en bloque contenido redactado por el profesional.

En primer lugar, porque no hace a la esencia del contrato por adhesión que el predisponente sea titular de un
monopolio. En segundo lugar, porque esa línea de reflexión sustrae al adherente la escasa libertad de que dispone, la de
contratar con quien quiere. Lo hasta aquí expresado supone, como consecuencia, la existencia de un riesgo, que consiste
en que, quien detenta el poder de negociación, aproveche tal condición para reafirmarlo a través de cláusulas que,
integrando la configuración interna (contenido) del contrato, apuntalen la posición dominante de la que disfruta el
profesional.

Lo que queremos decir es que si el contrato por adhesión presupone desigualdad formal, destrucción de la relación de
paridad, el abuso contractual lo acentúa. Ello significa que las técnicas contractuales predispuestas son (o pueden llegar
a ser) constitutivamente desequilibrantes. En ese caso, la injusticia es inherente a las mismas. Su procedencia es ingénita
(proviene de adentro del contrato).

Y si el desequilibrio es connatural a las formulaciones a tipos uniformes o constantes, los controles (cualquiera de ellos),
programados para bloquear el abuso o el desequilibrio, deben ser suministrados desde afuera del contrato. Y su
propósito debe conducir a restablecer (garantizar) la justicia contractual, o sea, un justo equilibrio de los intereses en
disputa.

INTERPRETACIÓN (Art 987): Las cláusulas ambiguas predispuestas por una de las partes se interpretan en sentido
contrario a la parte predisponente.

Es el predisponente quien debe asumir los riesgos de una defectuosa declaración. Para alcanzar esta conclusión,
debemos señalar que su fundamento está dado en que es él quien dispone de los medios a su alcance para evitar toda
duda por no haberse expresado con claridad. Esta no se refiere solo a facilitar la legibilidad de la lectura sino, además, a
la claridad sustancial, la referida a la significación relevante, desde los aspectos fácticos, económicos y jurídicos. La
claridad o precisión en el lenguaje son acepciones que se contraponen a la ambigüedad, y a la cláusula ambigua deberá
entendérsela como aquella susceptible de varios o expresada sin precisión, equívocamente, confusamente, con
oscuridad.

CLÁUSULAS ABUSIVAS (Art 988): En los contratos previstos en esta sección, se deben tener por no escritas:

a. las cláusulas que desnaturalizan las obligaciones del predisponente;


b. las que importan renuncia o restricción a los derechos del adherente, o amplían derechos del predisponente que
resultan de normas supletorias;
c. las que por su contenido, redacción o presentación, no son razonablemente previsibles.

Sobre el particular, cabe señalar que si bien es cierto que existen diversos sistemas de control sobre las cláusulas
abusivas, el que mejor satisface, por su plenitud, un sistema de control judicial es aquel que:

a. incluye una cláusula abierta;


b. incluye un elenco de cláusulas nulas de pleno derecho; y
c. incluye otro de cláusulas presumiblemente nulas o factibles de ser declaradas nulas luego de una apreciación
judicial.

En cuanto a la cláusula abierta o cláusula general, se caracteriza por tratarse de una disposición legal de carácter
imperativo, que tiene por objeto o por efecto el control de legitimidad directo de los preceptos de autonomía que
integran los contratos.

Su contenido halla fundamento en la preservación de la equidad y en el principio de buena fe, en el equilibrio del
sinalagma, en las reglas esenciales que gobiernan el derecho dispositivo, en la intangibilidad de los derechos de los
consumidores en tanto débiles jurídicos, y en la finalidad misma del contrato tal como las partes lo han tenido en vista al
concluirlo.

Es aplicable a todas las hipótesis que se le subsuman, pero específicamente a los supuestos no incluidos en el elenco de
cláusulas ineficaces de pleno derecho o en el enunciado de cláusulas presumiblemente nulas o factibles de ser
declaradas nulas judicialmente.

El art. 988, inc. b, CCyCN establece que constituyen cláusulas abusivas: “las que importen renuncia o restricción a los
derechos del adherente, o amplíen derechos del predisponerte que resulten de normas supletorias”. Una vez más, el
Código ha mejorado significativamente el texto del art. 37, inc. b, tomando como fuente la previsión contenida en el art.
968, inc. d, del Anteproyecto de 1998. La expresión “desnaturalización” de la relación a la que se halla obligado el
predisponerte refiere a tres hipótesis:
a. ampliando los derechos del proveedor/profesional con daño al consumidor;
b. modificando, en su favor y en algún sentido, la obligación a la que se ha comprometido en su carácter de
proveedor/profesional;
c. ampliando las obligaciones del consumidor o restringiendo o suprimiendo sus derechos.

Y, de todo ello, resulte un desequilibrio significativo de los derechos y las obligaciones recíprocas de tal entidad
(manifiesto), que quede comprometido el principio de la máxima reciprocidad de intereses, al afectarse la relación de
equivalencia. Cuando la cláusula observada no se halle enunciada en un elenco de reglas nulas de pleno de derecho o en
un enunciado de cláusulas presumiblemente nulas, el examen de los caracteres que perfilan el abuso presupone en el
intérprete un amplio poder discrecional en punto a la evaluación del desequilibrio significativo. En cuanto a las cláusulas
que amplíen los derechos del predisponerte/proveedor o restrinjan los derechos del adherente/consumidor que
resulten de normas supletorias, no requieren mayores explicaciones añadidas a las ya expuestas. Bastaría con afirmar de
ellas qué constituyen el fundamento del desequilibrio contractual.

En cuarto lugar, el art. 988, último párrafo, CCyCN —el identificado con la letra c— constituye una novedad en nuestra
legislación, pues hace referencia a las cláusulas sorpresivas al aludir en la disposición al carácter más saliente y
definitorio de las mismas: la imprevisibilidad.

Dice así: “… c) las que por su contenido, redacción o presentación, no fuesen razonablemente previsibles”. Sobre el
particular, cabe señalar que las cláusulas sorpresivas constituyen una subcategoría o, si se prefiere, un desprendimiento
de las cláusulas abusivas.

De allí que su examen requiera, con carácter previo, unas consideraciones generales y el ensayo de una noción.

Las cláusulas sorpresivas participan del género de las cláusulas abusivas. Los contratos por adhesión pueden llegar a
contener cláusulas excepcionales, imprevisibles según las circunstancias y la materia objeto del contrato. La cláusula se
habrá de calificar de sorpresiva cuando su uso no sea habitual al contratar sobre la base de cláusulas predispuestas. En
ese caso, no vincula al adherente, por no integrar el contenido usual o previsible del contrato. Se trata de cláusulas tan
insólitas que el adherente no imagina que integrarían el contenido del contrato.

CONTROL JUDICIAL DE LAS CLÁUSULAS ABUSIVAS (Art 989): La aprobación administrativa de las cláusulas generales no
obsta a su control judicial. Cuando el juez declara la nulidad parcial del contrato, simultáneamente lo debe integrar, si no
puede subsistir sin comprometer su finalidad.

Ante una cláusula a la que se le atribuye el carácter de abusiva, el juez tiene dos caminos:

a. establecer, con base en lo pautado en el art. 987 CCyCN, una interpretación que le reste toda potencialidad
lesiva de los derechos del adherente; o bien
b. declarar la nulidad de la disposición.

FORMACIÓN DEL CONSENTIMIENTO.

ÁMBITO DE APLICACIÓN (Art. 1096): Las normas contenidas en esta sección y en la siguiente, deben ser consideradas
de orden público protectorio y por ello, indisponible para las partes. Son de aplicación no solo a quienes sean parte en
un contrato de consumo, sino también a todos aquellos que se encuentren expuestos a prácticas comerciales,
determinables o no, sean consumidores o sujetos equiparados.
Las prácticas comerciales son todos los mecanismos, técnicas y métodos que sirvan, directa o indirectamente, para
facilitar la salida de la producción. Es un concepto amplio que incluye el marketing, las garantías, ejecución del contrato,
servicio postventa, etc. Se trata del tramo intermedio que existe entre la oferta y la demanda, o el proceso mediante el
cual los productos son lanzados adecuadamente al mercado o todas las medidas que se destinan a promover la
comercialización de productos y servicios.

TRATO DIGNO (Art. 1097): Los proveedores deben garantizar condiciones de atención y trato digno a los consumidores
y usuarios. La dignidad de la persona debe ser respetada conforme a los criterios generales que surgen de los tratados
de derechos humanos. Los proveedores deben abstenerse de desplegar conductas que coloquen a los consumidores en
situaciones vergonzantes, vejatorias o intimidatorias.

La dignidad y los derechos humanos están ubicados a un mismo nivel, es por eso que los derechos humanos tienen por
objeto la defensa del individuo contra la arbitrariedad del poder.

En este art se le impone al proveedor el deber de abstenerse del desarrollo de conductas que coloquen a los
consumidores en situaciones vergonzantes, vejatorias o intimidatorias (cuando se colocan cámaras de seguridad donde
se prueban la ropa los clientes de una tienda; cuando sus conversaciones son registradas en audio o video sin que se les
de aviso de ello; etc.).

También establece el derecho de acceso al consumo “digno y equitativo”, esto significa, sin menoscabo a los atributos
esenciales del consumidor como ser humano, que aparecen afectados no solo en razón de tratos discriminatorios o
arbitrarios, sino también cuando el aprovechamiento importa menguar las pretensiones de dignidad y equidad del
público.

TRATO EQUITATIVO Y NO DISCRIMINATORIO (Art. 1098): El trato equitativo es el razonablemente igualitario. Un


proveedor puede tener alguna atención especial con relación a un buen cliente, lo que es propio de las prácticas
comerciales, pero no puede incurrir en conductas que conlleven una desigualdad sustantiva de trato o un trato
discriminatorio respecto de un consumidor o usuario.

En el art 20 C.N se establece la igualdad de derechos civiles entre los nacionales y extranjeros y en el art 4 CCyCN se
establece la obligatoriedad de las leyes para todos los habitantes de la República, lo que determina una paridad por lo
que las distinciones basadas en la nacionalidad de los consumidores serán consideradas una arbitrariedad y por lo tanto
ilegal, ya que se encuentra prohibido por este art que es de orden público.

El derecho de admisión, para no ser discriminatorio, deberá basarse en cuestiones razonables de aplicación objetiva, no
habrá de vincularse con las categorías sensibles, por ej. es habitual que se limite el acceso de menores de edad a
determinados espectáculos. La norma contractual que impone una determinada pauta para la admisión debe ser
ejercida con criterio equitativo.

LIBERTAD DE CONTRATAR (Art. 1099): Están prohibidas las prácticas que limitan la libertad de contratar del
consumidor, en especial, las que subordinan la provisión de productos o servicios a la adquisición simultánea de otros, y
otras similares que persigan el mismo objetivo.

Diversas modalidades de contratación pueden generar limitaciones a la libertad de contratar de los consumidores.

INFORMACIÓN Y PUBLICIDAD DIRIGIDA A LOS CONSUMIDORES.

INFORMACIÓN (Art. 1100): El proveedor está obligado a suministrar información al, consumidor en forma cierta y
detallada, respecto de todo lo relacionado con las características esenciales de los bienes y servicios que provee, las
condiciones de su comercialización y toda otra circunstancia relevante para el contrato. La información debe ser siempre
gratuita para el consumidor y proporcionada con la claridad necesaria que permita su comprensión.

La información suficiente y adecuada es requisito para el ejercicio de la libertad de contratación. Quien tiene la
obligación de proporcionar toda la información necesaria es el proveedor, quien deberá disponer de los medios
necesarios para satisfacer tales exigencias normativas. La información debe estar clara, no debe dar lugar a confusión, ya
que se trata de posibilitarle al consumidor, tomar una decisión ponderada, con base en información clara y suficiente
que le permita razonablemente formar un juicio de valor.

El art establece dos pautas básicas para garantizar la accesibilidad de la información:

 Debe ser gratuita, ningún costo puede imponer el proveedor al acceso a la información por parte del
consumidor o usuario;
 Que sea proporcionada con la claridad necesaria para su comprensión, pueden emplearse diagramas o
dibujos, y deberá alertarse al usuario sobre cualquier aspecto riesgoso para él o para el adecuado
empleo y funcionamiento del bien o servicio que se trate, a fin de evitar la producción de daños.

PUBLICIDAD (Art. 1101): Está prohibida toda publicidad que:

a. contenga indicaciones falsas o de tal naturaleza que induzcan o puedan inducir a error al consumidor, cuando
recaigan sobre elementos esenciales del producto o servicio;
b. efectúe comparaciones de bienes o servicios cuando sean de naturaleza tal que conduzcan a error al
consumidor;
c. sea abusiva, discriminatoria o induzca al consumidor a comportarse de forma perjudicial o peligrosa para su
salud o seguridad.

La publicidad adquiere un papel preponderante en las relaciones de consumo ya que la publicidad integra el contrato,
porque forma parte de la oferta, atento a la generación de confianza que impulsa en el consumidor a realizar el
contrato, y es por eso que conlleva responsabilidad.

La publicidad falsa es aquella que contenga falsedades que induzcan o puedan inducir a error al consumidor, cuando
recaigan sobre elementos esenciales del producto o servicio. Es propio de la actividad comercial el ensalzamiento de
algunas virtudes reales o supuestas de un producto. La publicidad engañosa está en pugna con tres principios
fundamentales del derecho del consumo: el de equilibrio, el de veracidad y el de confianza en la apariencia desplegada.

La publicidad comparativa se halla prohibida en tanto formule comparaciones de bienes o servicios que conduzcan al
consumidor a obrar con error. Este tipo de publicidad no se funda en la veracidad del mensaje sino en contrariar la
verdad. Para que esta sea legítima, es necesario que su contenido sea objetivo; que la comparación lo sea entre
elementos esenciales y verificables, y que sea exacta; si contraría alguno de estos tres elementos, será ilícita.

La publicidad abusiva es aquella publicidad discriminatoria de cualquier naturaleza, que incite a la violencia, explote al
miedo, etc… Es abusiva la que utiliza el miedo o la superstición para persuadir al consumidor a adquirir productos;
sucede lo mismo con la publicidad que incite a la violencia entre personas, contra animales o bienes. También aquella
que induce a la inseguridad como la que induce al consumidor a comportarse de un modo perjudicial para su salud o
seguridad personal.

ACCIONES (Art. 1102): Los consumidores afectados o quienes resulten legalmente legitimados pueden solicitar al juez:
la cesación de la publicidad ilícita, la publicación, a cargo del demandado, de anuncios rectificatorios y, en su caso, de la
sentencia condenatoria.
El juez podrá disponer, con carácter cautelar, preventivo:

 La cesación de la publicidad, cuando su difusión aún se encuentra en curso al tiempo de la promoción de


la acción;
 La publicidad de anuncios aclaratorios o rectificatorios, que impidan que otras personas puedan ser
inducidas a error en su valoración de lo difundido por medio de la publicidad.

La publicidad engañosa, comparativa y abusiva se hayan prohibidas, por lo que la conducta del autor es antijurídica y por
lo tanto deberá reparar el daño causado. La publicidad referida tiene por objeto promover bienes o servicios por lo que
la prohibición alcanza al proveedor/profesional quien se beneficia con el mensaje, y a la agencia publicitaria que lo haya
creado.

EFECTOS DE LA PUBLICIDAD (Art. 1103): Las precisiones formuladas en la publicidad o en anuncios, prospectos,
circulares u otros medios de difusión se tienen por incluidas en el contrato con el consumidor y obligan al oferente.

La realidad negocial determina que a diario las personas celebren contratos de consumo con base a la información que
obtuvieron de la publicidad, por lo tanto ello se considera incorporado a los términos del contrato, a fin de evitar que se
vean luego defraudados.

La finalidad de esta disposición es la de vincular al oferente por sus precisiones publicitarias (constituyen obligaciones
que integran la trama contractual y general el deber de prestación), cuando las mismas inciden sobre un contrato de
consumo ya celebrado. La integración de las precisiones publicitarias al contrato se produce por imperativo legal, y tiene
como fundamento la buena fe del consumidor y la confianza en él generada por medio de la difusión de las bondades
del producto o servicio realizada por su proveedor.

MODALIDADES ESPECIALES.

CONTRATOS CELEBRADOS FUERA DE LOS ESTABLECIMIENTOS COMERCIALES (Art. 1104): Está comprendido en la
categoría de contrato celebrado fuera de los establecimientos comerciales del proveedor el que resulta de una oferta o
propuesta sobre un bien o servicio concluido en el domicilio o lugar de trabajo del consumidor, en la vía pública, o por
medio de correspondencia, los que resultan de una convocatoria al consumidor o usuario al establecimiento del
proveedor o a otro sitio, cuando el objetivo de dicha convocatoria sea total o parcialmente distinto al de la contratación,
o se trate de un premio u obsequio.

Es aquella que consiste en ir al encuentro de la clientela para ofertarle bienes o servicios, como la denominada venta
“puerta a puerta”. La ventaja del consumidor es que evita que éste se desplace. Se aplican las mismas reglas de
protección del derecho de consumo.

CONTRATOS CELEBRADOS A DISTANCIA (Art. 1105): Contratos celebrados a distancia son aquellos concluidos entre un
proveedor y un consumidor con el uso exclusivo de medios de comunicación a distancia, entendiéndose por tales los
que pueden ser utilizados sin la presencia física simultánea de las partes contratantes. En especial, se consideran los
medios postales, electrónicos, telecomunicaciones, así como servicios de radio, televisión o prensa.

Son características necesarias de la venta a distancia:

· Que el comprador y vendedor no se hallen presentes simultáneamente;


· Que la oferta se realice por los medios enunciados (no es una enunciación taxativa);
· Que la aceptación se tramite por los mismos medios;
· Que con fundamento normativo, el consumidor o usuario pueda ejercer el derecho de revocar su
aceptación.
Una práctica abusiva verificada frecuentemente en la contratación fuera de los establecimientos comerciales es la del
envío de un producto al consumidor, sin que éste lo haya solicitado previamente y por el que se le indica que puede
pagar el precio o devolver el bien.

UTILIZACIÓN DE MEDIOS ELECTRÓNICOS (Art. 1106): Siempre que en este Código o en leyes especiales se exija que el
contrato conste por escrito, este requisito se debe entender satisfecho si el contrato con el consumidor o usuario
contiene un soporte electrónico u otra tecnología similar.

Esto es así ya que la ley 25.506 de Firma Digital asimiló ese mecanismo de firma de documentos a la firma manuscrita, el
CCyCN da a los documentos electrónicos similar tratamiento que el recibido por los documentos en soporte papel.

INFORMACIÓN SOBRE LOS MEDIOS ELECTRÓNICOS (Art. 1107): Si las partes se valen de técnicas de comunicación
electrónica o similares para la celebración de un contrato de consumo a distancia, el proveedor debe informar al
consumidor, además del contenido mínimo del contrato y la facultad de revocar, todos los datos necesarios para utilizar
correctamente el medio elegido, para comprender los riesgos derivados de su empleo, y para tener absolutamente claro
quién asume esos riesgos.

Esta vía de contratación no puede constituir un medio de elusión de las obligaciones de los proveedores en los contratos
de consumo ni de las limitaciones legales a las estipulaciones que ellos pueden imponer en formatos de contratos por
adhesión a cláusulas predispuestas. Por lo tanto, en la oferta realizada por el proveedor, este deberá identificarse,
especificar las características esenciales, el precio, el costo de transporte, forma de pago, plazo de vigencia de la oferta,
etc.

OFERTAS POR MEDIOS ELECTRÓNICOS (Art. 1108): Las ofertas de contratación por medios electrónicos o similares
deben tener vigencia durante el período que fije el oferente o, en su defecto, durante todo el tiempo que permanezcan
accesibles al destinatario. El oferente debe confirmar por vía electrónica y sin demora la llegada de la aceptación.

De no darse un compromiso por lapso determinado, el mero retiro de la oferta implica su caducidad, de forma que los
consumidores podrán aceptar mientras puedan encontrar la propuesta por el medio, x ej. en el sitio de internet del
proveedor.

El oferente debe comunicar por la misma vía y de forma inmediata la llegada de la aceptación.

LUGAR DE CUMPLIMIENTO (Art. 1109): En los contratos celebrados fuera de los establecimientos comerciales, a
distancia, y con utilización de medios electrónicos o similares, se considera lugar de cumplimiento aquel en el que el
consumidor recibió o debió recibir la prestación. Ese lugar fija la jurisdicción aplicable a los conflictos derivados del
contrato. La cláusula de prórroga de jurisdicción se tiene por no escrita.

Frecuentemente, por imposición del proveedor, se intenta por ella obligar al consumidor a litigar lejos de su domicilio,
en lugares donde la empresa con la que contrató si cuenta con estructura, es por eso que se tendrá por no escrita la
cláusula de prórroga de jurisdicción.

Cuando el contrato tiene punto de contacto internacional, el consumidor puede elegir entre interponer la demanda ante
los jueces del lugar de celebración del contrato, del de cumplimiento (de prestación de servicio o entrega de bienes), del
de cumplimiento de la obligación de garantía, del domicilio del demandado o del lugar donde el consumidor realiza
actos necesarios para la celebración del contrato.

REVOCACIÓN (Art. 1110): En los contratos celebrados fuera de los establecimientos comerciales y a distancia, el
consumidor tiene el derecho irrenunciable de revocar la aceptación dentro de los diez días computados a partir de la
celebración del contrato.
Si la aceptación es posterior a la entrega del bien, el plazo debe comenzar a correr desde que esta última se produce.

Si el plazo vence en día inhábil, se prorroga hasta el primer día hábil siguiente.

Las cláusulas, pactos o cualquier modalidad aceptada por el consumidor durante este período que tengan por resultado
la imposibilidad de ejercer el derecho de revocación se tienen por no escritos.

Es una norma de orden público ya que la facultad de revocar es un derecho irrenunciable propio del consumidor. El
plazo para ese ejercicio es de 10 días. Ese plazo se cuenta por días corridos y si el del término cae en día inhábil, queda
automáticamente prorrogado al hábil siguiente.

DEBER DE INFORMAR EL DERECHO A LA REVOCACIÓN (Art. 1111): El proveedor debe informar al consumidor sobre la
facultad de revocación mediante su inclusión en caracteres destacados en todo documento que presenta al consumidor
en la etapa de negociaciones o en el documento que instrumenta el contrato concluido, ubicada como disposición
inmediatamente anterior a la firma del consumidor o usuario. El derecho de revocación no se extingue si el consumidor
no ha sido informado debidamente sobre su derecho.

FORMA Y PLAZO PARA NOTIFICAR LA REVOCACIÓN (Art. 1112): La revocación debe ser notificada al proveedor por
escrito o medios electrónicos o similares, o mediante la devolución de la cosa dentro del plazo de diez días computados
conforme a lo previsto en el artículo 1110.

La cuestión del medio empleado tendrá incidencia sobre las posibilidades probatorias posteriores. Por lo tanto es
importante, que el consumidor pueda contar con una constancia, número de operación u otro registro que le permita
contar con elementos para acreditar la formulación de la revocación en caso de negativa del proveedor.

EFECTOS DEL EJERCICIO DEL DERECHO DE REVOCACIÓN (Art. 1113): Si el derecho de revocar es ejercido en tiempo y
forma por el consumidor, las partes quedan liberadas de sus obligaciones correspectivas y deben restituirse recíproca y
simultáneamente las prestaciones que han cumplido.

Las obligaciones correspectivas refieren al reintegro por el proveedor de las sumas recibidas, sin retención de gastos,
aunque sí, el costo de la devolución del bien.

IMPOSIBILIDAD DE DEVOLUCIÓN (Art. 1114): La imposibilidad de devolver la prestación objeto del contrato no priva al
consumidor de su derecho a revocar. Si la imposibilidad le es imputable, debe pagar al proveedor el valor de mercado
que la prestación tiene al momento del ejercicio del derecho a revocar, excepto que dicho valor sea superior al precio de
adquisición, en cuyo caso la obligación queda limitada a este último.

Si tal imposibilidad se produjo sin culpa del deudor, nada adeudará al proveedor; en cambio, si le fuese imputable, por
haber perdido la cosa por su culpa o dolo, deberá pagar al proveedor.

GASTOS (Art. 1115): El ejercicio del derecho de revocación no debe implicar gasto alguno para el consumidor. En
particular, el consumidor no tiene que reembolsar cantidad alguna por la disminución del valor de la cosa que sea
consecuencia de su uso conforme a lo pactado o a su propia naturaleza, y tiene derecho al reembolso de los gastos
necesarios y útiles que realizó en ella.

EXCEPCIONES AL DERECHO DE REVOCAR (Art. 1116): Excepto pacto en contrario, el derecho de revocar no es aplicable
a los siguientes contratos:

a.los referidos a productos confeccionados conforme a las especificaciones suministradas por el


consumidor o claramente personalizados o que, por su naturaleza, no pueden ser devueltos o
puedan deteriorarse con rapidez;
b.los de suministro de grabaciones sonoras o de video, de discos y de programas informáticos que
han sido decodificados por el consumidor, así como de ficheros informáticos, suministrados por
vía electrónica, susceptibles de ser descargados o reproducidos con carácter inmediato para su
uso permanente;
c. los de suministro de prensa diaria, publicaciones periódicas y revistas.
En el caso del inc a, pueden ser aquellas cosas que, por su naturaleza, no pueden ser devueltos o
pueden deteriorarse con rapidez, como un alimento perecedero.

CLÁUSULAS ABUSIVAS.

NORMAS APLICABLES (Art. 1117): Se aplican en este Capítulo lo dispuesto por las leyes especiales y los artículos 985,
986, 987 y 988, existan o no cláusulas generales predispuestas por una de las partes.

CONTROL DE INCORPORACIÓN (Art. 1118): Las cláusulas incorporadas a un contrato de consumo pueden ser declaradas
abusivas aun cuando sean negociadas individualmente o aprobadas expresamente por el consumidor.

REGLA GENERAL (Art. 1119): Sin perjuicio de lo dispuesto en las leyes especiales, es abusiva la cláusula que, habiendo
sido o no negociada individualmente, tiene por objeto o por efecto provocar un desequilibrio significativo entre los
derechos y las obligaciones de las partes, en perjuicio del consumidor.

Ese equilibrio debe ser juzgado en términos tanto de onerosidad como de una razonable distribución de los riesgos, que
en una relación de consumo debe recaer centralmente en el proveedor.

SITUACIÓN JURÍDICA ABUSIVA (Art. 1120): Se considera que existe una situación jurídica abusiva cuando el mismo
resultado se alcanza a través de la predisposición de una pluralidad de actos jurídicos conexos.

LÍMITES (Art. 1121): No pueden ser declaradas abusivas:

a. las cláusulas relativas a la relación entre el precio y el bien o el servicio procurado;


b. las que reflejan disposiciones vigentes en tratados internacionales o en normas legales
imperativas.

La apreciación del carácter abusivo de las cláusulas no se referirá a la adecuación entre el precio y retribución, ni a los
servicios o bienes que hayan de proporcionarse como contrapartida, siempre que dichas cláusulas se redacten de forma
clara y comprensible.

CONTROL JUDICIAL (Art. 1122): El control judicial de las cláusulas abusivas se rige, sin perjuicio de lo dispuesto en la ley
especial, por las siguientes reglas:

a. la aprobación administrativa de los contratos o de sus cláusulas no obsta al control;


b. las cláusulas abusivas se tienen por no convenidas;
c. si el juez declara la nulidad parcial del contrato, simultáneamente lo debe integrar, si no
puede subsistir sin comprometer su finalidad;
d. cuando se prueba una situación jurídica abusiva derivada de contratos conexos, el juez debe
aplicar lo dispuesto en el artículo 1075.

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