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2° encuentro

Política e integración

José Paradiso *

El tema de la integración-unificación es ineludible para explicar los procesos de

cambio en América Latina y la dimensión política en la construcción regional.

* Licenciado en Sociología Me voy a referir a un aspecto muy puntual que tiene que ver
de la Universidad de con la relación entre la política, lo político y los procesos de
Buenos Aires. Es Director decisión. Esto es: la relación entre un campo específico don-
de la Licenciatura y la de se aplica la voluntad, la decisión y la acción política. Me
Maestría en Relaciones parece que, como trataré de argumentar en algún momento,
Internacionales de la es un campo, un tema, una empresa ideal para contribuir a
USAL y de la Maestría en lo que tantos, tanto, hablan de la necesidad de rehabilitación
Integración Latinoamericana de la política. Creo que la construcción –llamémosle como
en la Universidad de Tres ustedes quieran: integración, unificación, construcción re-
de Febrero. Se desempeña gional– constituye una de las empresas, insisto, ideales, para
como docente de la USAL, poder darle a la política el contenido y el continente que pue-
el Instituto del Servicio de hacer o rehabilitar.
Exterior de la Nación y la Lo que voy a hacer, simplemente, es transmitir algunas
Universidad de Bologna ideas, algunas interpretaciones sobre esta relación. Primero
(con Sede en Argentina). una cosa fundamental, que es el tema de lo que es singular
Ha publicado varios libros en nuestra región, en Latinoamérica, que es la continuidad del
acerca de la política exterior ideal unificador. En este momento estoy realizando una inves-
argentina. tigación que justamente lleva el título El ideal unificador en

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América Latina. La cosa más notable de esto también momentos de mayor integración y
es la continuidad de este ideal. Hace doscien- momentos de fragmentación. Factores, fuer-
tos años que los latinoamericanos hablan de zas, circunstancias que han hecho, que han
unidad; desde la independencia en adelante. determinado momentos donde esta tenden-
Y uno podría encontrar algunos elementos cia unificadora-integradora se ha manifesta-
anteriores para este ideal unificador, pero do con más fuerza; y momentos en donde,
quiero decir, son doscientos años de sostén de alguna manera, declina –o si ustedes
de este ideal unificador. Esto es una singu- quieren, predomina sobre esta voluntad uni-
laridad; no hay otra región en el mundo que ficadora– y predominan las voluntades o los
pueda mostrar este hecho. proyectos fragmentadores.
Normalmente yo digo unificación-integra-
Factores que explican la continuidad del ción para dar un sentido más amplio y no ha-
ideal unificador en Latinoamérica blar solamente de integración porque, desafor-
Cuando uno se encuentra frente a una sin- tunadamente, la idea de la integración muy
gularidad o lo que los investigadores llama- frecuentemente ha quedado atrapada por una
rían, “una cosa rara” o una anomalía, algo suerte de perspectiva comercialista-economi-
a explicar; hay razones o factores a los que cista. Esto no quiere decir que la dimensión
podemos acudir para tratar de explicar por económica y comercial no sea importante,
qué la región tiene esta singularidad. Yo creo pero circunscribirnos solamente a esto aco-
que hay dos elementos fundamentales, tres taría nuestra visión del propio proyecto. Uno
si quieren, que explicarían esta continuidad. tendría que identificar los fenómenos y, así
En primer lugar, la condición periférica de la como se tiene que explicar la continuidad, se
región; en segundo lugar, lo que yo denomi- tiene que explicar por qué hay momentos en
naría la cohabitación con un poder hegemóni- donde predominan las fuerzas, las tendencias
co en la región; y en tercer lugar algo que está unificadoras; y por qué hay momentos en que
muy asociado a los dos primeros factores se detienen. Esto forma parte de otro nivel de
que serían lo que algunos llaman “factores explicación del fenómeno.
estructurales”, un componente cultural al Del mismo modo, acá hay factores, fuerzas
que habitualmente llamamos, o algunos lla- que pueden tener que ver con los aspectos
marían, la latinoamericaneidad, que es algo políticos o factores y fuerzas que tienen que
que también hay que explicar. ver con los aspectos económicos. Déjenme
En la base de esa continuidad están estos poner un solo ejemplo: entre 1880 y 1930, en
tres elementos. Por cierto que los factores lo que habitualmente llamamos el modelo en
están todos vinculados entre ellos, pero si las economías primario-exportadoras, en el
separamos la realidad analíticamente, po- momento de las economías abiertas al mun-
dríamos hablar de una dimensión política, do, del cual participó toda Latinoamérica –que
una dimensión económica y una dimensión vivió y transitó ese modelo– la economía no
cultural. Ahora bien, esta continuidad, esta integraba. La economía no generaba estímu-
singularidad de la continuidad, reconoce los a las vinculaciones inter-regionales, pero

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la política unía. Digo la política en la dimen- Es más, un actor determinado, un país de-
sión en que la política reaccionaba frente a la terminado puede, simultáneamente, en un
convivencia con el poder hegemónico. momento inspirado por la política, fragmen-
tar y unificar. Pongo un ejemplo puntual: la
La dialéctica entre integración- política de Brasil durante muchos años fue
fragmentación ABC, pero también fue de relación especial
Hay momentos en donde las fuerzas unifica- con Estados Unidos. Entonces, simultánea-
doras-integradoras tienen más que ver con la mente, la diplomacia brasileña tenía una
política, mientras que la economía las niega; y relación especial con Estados Unidos –de
hay momentos en donde pueden ser factores alguna manera para compensar la relación
de orden económico los que han estimulado, especial que Argentina tenía con Inglaterra–,
impulsado o empujado en la dirección de la pero simultáneamente estimula el ABC; de
unificación-integración. Por cierto que esto manera que la cosa tiene sus matices.
amerita un análisis muy cuidadoso, porque Ahora, a mí lo que me interesa es marcar
aun cuando en un momento determinado la esto y tratar de identificar cuándo hay y cuá-
tendencia dominante en el campo de la econo- les son los momentos en los que hay pulsa-
mía no estimulaba la integración, no dejaban ciones integradores-unificadoras, momen-
de haber manifestaciones unificadoras que tos donde hay más densidad de fuerzas y de
venían de la economía. Y a la inversa: aun en tendencias en la dirección de la unificación-
el momento en donde la política estimulaba la integración. Cuando digo integración, si lo
unificación, no dejaba de haber factores aso- digo en algún momento, entiendan que digo
ciados a la política que fragmentaban. De ma- unificación-integración y si digo unificación
nera que el esquema es más complejo. entonces digo integración-unificación.
En tal sentido, los países latinoamericanos Entonces, en lo que va desde la segunda
podían tener una reacción, digo, este susten- mitad del siglo XX, desde fines de la Segunda
to que, desde la política, viene de la integra- Guerra en adelante, ha habido dos grandes
ción vinculado a la presencia del poder he- pulsaciones integradoras. La primera desde
gemónico; pero la tentación de asociarse al la inmediata posguerra hasta mediados de
poder hegemónico fragmenta. Entonces, ahí 1970 y la segunda empieza a insinuarse en
hay un aspecto que hay que tener en cuen- 1980, en gran medida en paralelo con este
ta. Por otra parte, si se dan los dos casos, fenómeno de restauraciones democráticas
tanto cuando el predominio viene del lado en la región y, en rigor, uno podría decir que
de la política como cuando viene del lado de dura hasta ahora. En el primer caso, cada
la economía, estamos ante una tendencia una de las pulsaciones uno podría subdivi-
dominante, pero esa tendencia dominante dirla por tramos, en cada una de las cuales
reconoce también contratendencias como hay ciertas notas dominantes.
cualquier realidad social; y si no llevamos el La primera pulsación, la de fines de la gue-
análisis fino nos perdemos mucho de este rra hasta mediados de los 70, claramente tie-
juego de tendencias. ne dos momentos: desde fines de la guerra

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hasta mediados de los 60 y, el segundo momento, la década
que va entre mediados de los 60 y mediados de los 70. La se-
gunda gran pulsación integradora tiene tres momentos que
se corresponden casi perfectamente con la cronología: la dé-
cada del 80, la década del 90 y lo que va del siglo; con rasgos
muy característicos en uno y otro momento. En realidad yo
tengo siempre la sensación de que, desde el punto de vista
del análisis, de la identificación de problemas, el momento
más rico en lo que hace al pensamiento unificador-integra-
dor –estoy hablando de la segunda mitad del siglo XX– fue la
primera pulsación.

Necesitamos Los procesos de integración en las ciencias sociales


A mí me gusta plantear, me adelanto un poco, que necesita-
algo así como las mos construir algo así como lo que llamaríamos las ciencias
sociales de la integración, porque los procesos de integración
ciencias sociales son lo suficientemente complejos como para necesitar de
una convergencia interdisciplinaria para comprenderlos,
de la integración, para analizarlos, para estudiarlos. Y no digo “sociología de
la integración” para no caer en mi propia condición profe-
una convergencia sional. Se necesitan, en realidad, ciencias sociales de la in-
tegración; y me parece que si uno tratara de encontrar los
interdisciplinaria elementos más ricos como antecedente para construir estas
ciencias sociales de la integración, están en esta época. Tan-
para comprender to por el lado de la economía, de la sociología, de las cien-
cias de la cultura, de la antropología, están en ese período.
los complejos procesos Ustedes se asombrarían si vieran lo que se escribió, lo que
se debatió y lo que se discutió en esos años, desde distintas
de integración. perspectivas disciplinarias, respecto de este problema. Yo
no encuentro prácticamente –admitiendo la diferencia de
épocas: no había globalización en ese momento, ni discur-
sos de la globalización como los hay ahora– no encuentro
tema que hoy estemos discutiendo que no se haya discutido
ya. Lo que dice algo respecto de la memoria; nosotros so-
mos muy displicentes respecto de la memoria.
En este caso, hay muchas memorias posibles, hay muchas
dimensiones de la memoria, pero hablo de la memoria de lo
que se pensó, se debatió, se discutió y se propuso para salir
de los dilemas de la integración, para superar las restricciones

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que ya eran claras en ese momento. Si uste- lítica, cuando se establecía la relación entre
des vieran lo que se decía en ese momento la política y la integración, se hablaba más de
sobre la construcción de un modelo educativo la voluntad política, de la decisión política.
de la integración o sobre la necesidad de hacer Estoy hablando incluso de las experiencias
pedagogía de la integración; y creemos que lo concretas, cuando fue la famosa Asociación
descubrimos hoy. Libre Comercio o el Mercado Común Centro-
Ustedes saben que los mecanismos de la americano; o a fines de los sesenta el Acuerdo
memoria son muy tramposos. Hay muchas Andino, con todas las singularidades y las di-
razones por las cuales predomina la desme- ferencias de estos procesos, siempre se dijo,
moria, ¿no? Incluso hasta por una razón: ge- a medida que se identificaban restricciones,
neralmente muchos académicos, muchos in- dificultades, bloqueos, quejas, desilusiones,
telectuales, se sienten complacidos por creer desencantos: “falta voluntad política”. Esta es
que inventan las cosas. Siempre es un mérito una dimensión, la voluntad política aplicada
pasar como el que descubrió el problema, en- al hecho de la integración.
tonces no nos sostenemos en la identificación En algún momento aparece otro aspecto,
de problemas y en la propuesta de alternativas cuando se piensa más bien en el desemboque
de los que estuvieron antes. de un proceso unificador-integrador; esto es,
Voy a pasar un aviso porque nosotros, en cuando se piensa (y esto muchos lo trabaja-
la Untref, estamos creando, ya se ha creado, ron) que en última instancia un proceso in-
una cátedra abierta que se va a llamar Celso tegrador puede constituir el paso inicial a la
Furtado, Felipe Herrera y Raúl Prebisch. Si bien conformación de una nueva unidad política;
hay muchos nombres que tendrían suficien- lo que en algún momento alguien llamaba
tes títulos como para aspirar a ser reconoci- el Estado continental. Si nosotros tomamos
dos, en esas tres figuras, que además son del la perspectiva del Estado Nación, siempre
ABC –son un chileno, un brasilero y un ar- se pensó que el Estado Nación es una figura
gentino–, creo que hasta hay una necesidad histórica que puede darse en algún momen-
de recuperar la riqueza de ese pensamiento. to; del mismo modo que no siempre existió
Los tres hablaron de política e integración; el Estado Nación, porque antes existieron
algunos más, otros menos. Ciertamente, la otras unidades políticas. Entonces, el Esta-
propia formación disciplinar, la experiencia do Nación puede no ser eterno, puede haber
pública es distinta, de manera que cada uno otras unidades políticas que lo sucedan.
agrega, pone lo suyo. Se ha hablado en la perspectiva del pero-
nismo, el continentalismo y el universalis-
La dimensión política en la integración mo, digo para recordar una figura que repre-
Cuando se hablaba de la dimensión políti- sentaba ese tránsito; pero está la otra forma
ca de la integración en esos años –y lo mis- de ver lo político: no ya desde la voluntad,
mo ocurre hoy–, detrás de la mención a la la decisión política, sino lo político visto en
política aparecen varias cosas distintas. En la perspectiva del desemboque del proceso. Al-
algunos casos, cuando se hablaba de la po- gunos autores europeos cuando hablan de

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la Unión Europea o de Europa dicen “uni- nación de los actores? Si el problema es que
dad política no identificada”, una especie la política aparece por el lado de la suprana-
de OVNI político, porque es algo con desem- cionalidad, cuando se ven las discusiones y
boque abierto. el Mercosur –no hablemos del Unasur– uno
Hay otra referencia a la dimensión políti- nota que faltan instituciones sólidas, se nota
ca, a la voluntad política aplicada a la cons- la falta de institucionalidad. Siempre hay
trucción de instituciones. ¿De qué hablamos algún responsable, unos dicen “la culpa la
hoy en el Mercosur? Más allá de cuando se tienen los brasileños”, los brasileños dicen
pelean por el comercio, por si va mal; cuan- “la culpa la tienen los uruguayos” y Uruguay
do hay discusiones vinculadas a cuestiones y Paraguay dicen “la culpa la tienen los dos
comerciales: “faltan instituciones, falta ins- grandes”. No importa: el problema es que
titucionalidad”, dicen. La construcción de tenemos un problema.
instituciones ¿es responsabilidad de quién? Detrás de la supranacionalidad hay una
¿Quién va a construir las instituciones? La decisión política: hay que decidir; deposi-
voluntad política. Yo decido, los actores de- tar una parte de soberanía en una autori-
ciden, construir un sistema institucional. dad común. Algunos dicen que esto no es
Esta es otra forma a través de la cual –o en necesario, otros dicen “sí, acá tenemos un
la cual– se ve reflejado este vínculo entre la problema”, un problema donde estaba la
política y la integración; porque esto tiene, decisión política. Y déjenme decirles que
además, un elemento muy sensible que es la en aquella primera pulsación era muy claro
decisión de la transmisión de soberanía a una que el dilema era nacionalismo continental
figura institucional común. Este es el tema de o nacionalismo cerrado sobre cada una de
la supranacionalidad. las unidades. Si uno revisa toda esa historia,
Estoy hablando, repito, de aquellos que ex- revisa todo lo que se escribió, se discutió,
presan lo más autónomo del pensamiento verán cuantas figuras, cuantos analistas vie-
integrador, porque también ha habido fuer- ron o plantearon que el dilema era la forma
zas que desde otra intencionalidad también de nacionalismo detrás de una u otra alter-
han apostado a la construcción de espacios nativa. Porque el nacionalismo más cerrado
económicos ampliados. El ALCA, en última sobre sí mismo es un obstáculo a la integra-
instancia, era un proyecto de constitución ción. Entonces, tenemos una buena pregun-
de un mercado continental. Entonces, uno ta sobre el nacionalismo, sobre sus formas:
tiene que identificar también cuál es el sen- nacionalismo continentalista es una cosa,
tido, el alcance, el sistema de intereses que nacionalismo cerrado es otra.
alienta desde atrás, el fin. Ahora, también es cierto que detrás de una
u otra manifestación uno tiene que tratar de
Nacionalismo continental o nacionalismo identificar los intereses detrás de uno y de
cerrado otro. Por ejemplo, cuando se planteó el he-
¿Qué proyecto unificador es autonomizante y cho de construir la nación sudamericana o
qué proyecto unificador aumenta la subordi- latinoamericana, había algunos que decían

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“no, primero nosotros, luego los otros”. No ría parlamentaria, supuestamente, puede te-
hay construcción en común, ni siquiera la ner mayor posibilidad de tomar decisiones
idea de construir nosotros con el otro. Des- que facilitan o destraban ciertos capítulos de
de acá tenemos una cantidad de problemas integración; y se vincula ahí interno-externo.
donde la política y la integración están clara- Digo, cómo la cultura política vista desde la
mente expuestas. perspectiva, desde la lógica gobierno-oposi-
Se podría decir que hay que analizar tam- ción, gravita sobre las decisiones que tienen
bién, cuando uno habla de la política y la que ver con los procesos de integración.
integración, la relación entre sistemas políti- En general es posible constatar, con mu-
cos y procesos de integración. Una cosa a la chos matices, que los partidos políticos de-
que desafortunadamente –y con esto vuelvo mocráticos han sido integracionistas, todos
a hacer la referencia a las ciencias sociales de ellos, en toda América Latina, por lo menos
la integración– la disciplina que supuesta- programáticamente. Después tenemos que
mente más tenía que ver con este tema de hacer el control de “programa-gestión de go-
la política de integración, la Ciencia Política, bierno”, porque aparecen los programas y se
ha prestado muy poca atención a este tema. realizan en la gestión de gobierno. Pero lo que
Es decir, a la relación entre los sistemas es cierto es que los partidos políticos latinoa-
políticos y los procesos de integración. A mericanos, peruanos, chilenos, uruguayos,
nosotros, desde el punto de vista de la or- brasileros, argentinos, obviamente colom-
ganización del discurso, nos cuesta mucho bianos, lo han sido. Luego tenemos el bache
encontrar docentes que lo conozcan; a pesar entre el programa y la gestión, la acción con-
de que conocen muy bien los sistemas polí- creta; los cuales son los obstáculos, los facto-
ticos regionales, pero sin haber hecho el en- res que determinan que habiendo similitudes
lace entre sistemas políticos e integración. programáticas, puede haber dificultades en
Nosotros discutimos los procesos, los sis- las decisiones vinculadas a la integración.
temas presidencialistas: si facilitan o son un Así, en el 2003-2004, cuando se producen
obstáculo. Ahí tenemos toda una discusión. estallidos pos-liberales, pos-neoliberales, mu-
chos afirmaban que casi todos los países te-
El sistema político en Latinoamérica nían gobiernos “de la misma familia”. Todos
Hay una discusión sobre el sistema político nosotros decíamos “ahora sí, ahora todo va
en Latinoamérica, sobre presidencialismo y a ir fenómeno porque hay una coincidencia
semi-presidencialismo. Ahora, tomado par- de espíritu, programática”; y sin embargo nos
ticularmente, ¿qué relación hay? ¿Cuál es el encontramos con más conflictos entre los
sistema político que presumiblemente faci- países que los que hubieron en algunos otros
litaría las decisiones políticas para construir momentos. No se trata de soslayarlo retórica-
integración? Partidos políticos, cultura políti- mente, se trata de ver por qué.
ca, ¿no? Cultura política e integración; estilos Entre otras cosas, entre los muchos dile-
políticos; estilos de gobierno e integración. mas que plantea la integración –y acá aparece
Una fuerza política, un gobierno con mayo- como variable interviniete la educación– las

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sociedades no apoyan aquello cuyas ventajas no perciben.
Salvo que haya un componente ideológico, de sistemas de
ideas y de educación muy fuerte que a esas sociedades les
permita percibir que, lo que se supone que en el inmediato
deviene un costo, a mediano plazo es un beneficio. La varia-
ble de ajuste sería la educación, en este sentido. Digo, es el
elemento que permite impedir o neutralizar este efecto.
Un gobierno que está presionado por problemas coyun-
turales tiene que tener mucha entereza para tomar decisio-
nes con retornos a mediano y a largo plazo; y a su vez tiene
que afrontar elecciones cada cuatro años –felizmente, ob-
viamente–. No es fácil. Somos un país que tiene un choque
o una diferencia de criterios en el precio del gas, ¿y un país
como Bolivia le va a decir, “está bien, yo te doy el gas a muy
Las sociedades no bajo precio en nombre de la integración”?; es poco probable.
Entonces digo, son todos dilemas que remiten a este com-
apoyan aquello cuyas plejísimo vínculo entre la política y la integración.
Termino con algo que hace mención a lo que señalaba al
ventajas no perciben. principio: el Estado y la política y lo político. En los últimos
años y este es un fenómeno universal, no es un fenómeno
En este sentido, la doméstico se habla de la crisis de la política y hay decenas de
títulos que evocan esto: la necesidad de la recuperación, de
variable de ajuste sería la reinvención, de la rehabilitación, de la reconstrucción. Se
trata de una literatura que, por un lado, es un indicador del
la educación: es el estado de la situación; y por otro lado, un esfuerzo muy cali-
ficado de pensar cómo salir de esa situación. Son como dos
elemento que permite rostros: por un lado vemos la política realmente existente y
por el otro lado lo que vemos es un enorme esfuerzo, proba-
neutralizar este efecto. blemente de lo más calificado del pensamiento en el mundo,
tratando de encontrarle una solución a este problema.
Una de las respuestas que se ha dado es esta de asociar
la política, rehabilitar a la política por el lado de proveerla
de grandes proyectos, de grandes designios, como hu-
bieran dicho antes. Y ciertamente la unidad es uno; por
el sentido, por su vinculación a toda la trayectoria de la
región y por el resultado. Si uno tira el argumento ante la
pregunta “¿por qué usted defiende la integración-unifica-
ción?” “Porque maximiza el bienestar colectivo; porque
es el instrumento a mediano y largo plazo más eficaz para

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maximizar el bienestar colectivo” y cuan- de ella misma. La dificultad es que lo tiene
do digo bienestar colectivo digo igualdad que hacer desde esta condición anoréxica
y autonomía. Me parece que la integración en la que se desenvuelve. He ahí una con-
es uno de los elementos que la política tie- tradicción: se necesita mucha densidad
ne a mano y al que puede acudir para re- política para rehabilitar a la política por la
habilitarse, para encontrarse con lo mejor vía de la integración.

Nota
Este texto reproduce la disertación que José Paradiso presentó el 28 de agosto de 2009,
durante el Segundo Encuentro de Pensamiento Político realizado en el Salón René Fa-
valoro del Jockey Club de la ciudad de La Plata.

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