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Desde el punto de vista de los valores humanos, ¿la

humanidad avanza o retrocede?

La humanidad retrocede cada vez que los recursos que deben


destinarse a subsanar la deuda externa de un país, a invertir en la
educación de las futuras generaciones, o a la alimentación de la
niñez se usa para adquirir armas, que lo único que generan es más
violencia y menos oportunidades para la humanidad. Como se cita
en Gabriel García Márquez, 1986 en el Cataclismo de Democles.
EL IMPACTO DE LA CARRERA ARMAMENTISTA SOBRE LA
HUMANIDAD

La carrera armamentista que se ha construido con el pasar de los años, no se ha frenado pese al
interés de organizaciones como las Naciones Unidas, por el contrario se ha hecho más fuerte y ha
consumido gran parte de recursos económicos y humanos y va en constante crecimiento,
teniendo como factor principal la adquisición de armas nucleares siendo estas la mayor amenaza
frente a la cual se encuentra la humanidad. Como se cita en El Trimestre Económico, 1973. Lo
anteriormente expuesto ha dejado como consecuencia una sociedad, que ha invertido
desproporcionadamente en la industria de la guerra y lo que podría haberse destinado en
educación, alimentación infantil y salud hoy en día está representado en cohetes,y submarinos
atómicos etc. Una sociedad alejada de mejores posibilidades para los menos favorecidos, y con
una generación carente de educación y mejores escenarios que puedan proyectarlos a grandes
comienzos.

Tomando como referencia el año 1961 cuando el secretario de la ONU preparó un informe
relacionado con los gastos destinados a fines militares, se encontró que el mundo estaba
destinando alrededor de 120.000 millones de dólares para este fin. Diez años más tarde la cifra
asciende a 200.000 millones de dólares. Dejando claro que la producción y adquisición de armas
sigue de manera creciente e ininterrumpida. De acuerdo con lo citado en El Trimestre Económico,
1973. Las armas más costosas son las nucleares, y por ende son las de mayor amenaza para la
humanidad que sería la más afectada si en algún momento dado llegara a estallar una guerra
nuclear.

En 1981 la Unicef calculó un programa para beneficiar a 500 mil niños pobres del mundo
incluyendo a sus madres. Dicho programa contenía abastecimiento de agua potable, educación
elemental, asistencia sanitaria base etc que tendría un costo alrededor de 100.000 millones de
dólares. Sin embargo toda esta atención sería el equivalente a 100 bombardeos B-1B estratégicos
Y menos de 7.000 cohetes crucero en cuya producción el gobierno estadounidense tendría que
invertir unos 21.200 millones de dólares.

En materia de educación, con el costo de 245 cohetes Tridente II podría pagarse la construcción de
escuelas y la calificación de maestros que el mundo necesitará para cubrir la demanda de la
educación en los diez años próximos Como se cita en Gabriel García Márquez, 1986 en el
Cataclismo de Democles.

Como ejemplo de lo anterior con sólo dos submarinos atómicos Tridente, de los 25 que planea
fabricar el Gobierno actual de Estados Unidos, o con una cantidad similar de los submarinos
Typhoon que está construyendo la Unión Soviética, podría intentarse por fin la fantasía de la
alfabetización mundial. Aun así con todo el despilfarro destinado a esta carrera armamentista
seguirá siendo un sueño para todos aquellos que anhelamos ver a las futuras generaciones
apropiadas de los recursos que le pertenecen a la educación, a la salud, a avances científicos que
beneficien a la sociedad que esperamos pueda seguir en pie para seguir trasmitiendo a sus
sucesores el largo camino recorrido para ser agentes de cambio, paz y equidad.

BIBLIOGRAFIA

https://www.jstor.org/stable/20856336?seq=1

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