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El muro cortina como sistema, también llamado fachada ligera, puede definirse como la
envolvente externa autoportante compuesta por elementos lineales, unidos entre sí y
anclados a la estructura principal del edificio. El objetivo es dotar a la fachada de los
requisitos habituales de un cerramiento exterior a través de los elementos de relleno, tipo
panel; practicables o fijos, pero sin contribuir a soportar las cargas estructurales del
edificio.
Esta tendencia está siendo muy usada por diferentes empresas de construcción para así
darle una vista diferentes a los edificios además de actualizar y mejorar la urbanidad de
las ciudades, puesto que posee elementos muy resistentes como columnas y travesaños,
acompañados de elementos de cerramiento como paños vidriados u opacos, también
posee elementos de fijación que proveen seguridad máxima a la estructura como
anclajes, sello estructural y presillas acompañado de elementos de estanqueidad tales
como sellos y gomas herméticas.
Anclajes:
La estructura principal cuenta con bases de fijación previstas para efectuar
los anclajes necesarios de la estructura auxiliar.
Estanqueidad:
El muro cortina debe estar constituido por elementos que garanticen
su estanqueidad (térmica, acústica) aunque esta función también puede cumplirla
un trasdosado de obra tradicional.
Condensación:
En la estructura auxiliar y en los elementos de cerramiento debe preverse un
sistema de evacuación de agua en el caso posible de condensación; por ello, el
montante de la estructura auxiliar debe contar con un sistema de rotura de puente
térmico.
Proceso constructivo
Tareas Previas
Mientras se ejecutan los forjados de la estructura primaria se reciben las bases para anclajes de la
estructura de aluminio, empotrándolas, cuidando que queden aplomadas y a nivel.
Antes de comenzar con los trabajos se comprueba que las plantas estén limpias, retirando restos
de materiales o encofrados que hubieran quedado.
Antes de colocar los acristalamientos se comprueba que los perfiles estén perfectamente limpios y
se verifican que las dimensiones de panelería y cristales coincidan con las especificadas en los
planos de proyecto
Replanteo
Se debe verificar primero, con cinta métrica y nivel la situación de los cantos del forjado y
los pilares partiendo de los ejes de la obra.
Se verifican las alineaciones, niveles y plomos, dejando como testigo un rastrelado de replanteo
que sirve para marcar nivel, paramento y los ejes de arranque de la retícula portante de aluminio.
Se elimina al fijar la primera planta de la retícula de los muros cortina.
Retícula Autoportante
Estos trabajos se van repitiendo planta por planta, realizando verificaciones intermedias
para garantizar aplomado sin desvíos, con una tolerancia en + - 2%.
Seguidamente se limpia la zona y se protege la retícula para que las chispas del soldeo
no la dañen, ni reciba golpes o salpicaduras de mortero.
Luego se pican y cepillan todas las soldaduras y se procede a aplicarles una pintura
galvánica o rica en zinc.
Acristalamiento
Zonas Ciegas y
Zonas de Visión.
En este caso los paneles se colocan centrados desde el exterior del edificio por medio de
un sistema de junquillos. Se comienza colocando los junquillos interiores, posicionando el
panel con calces de apoyo de EPDM y asegurándolos mediante otros junquillos
exteriores. Seguidamente se aplican cordones de sellado perimetral. El sellador se coloca
a temperatura superior a 0º C comprobando antes de su colocación que no haya grasa,
óxidos, humedad o polvo.
La placa de vidrio monolítico llevará el mismo paramento exterior que los acristalamientos
aislantes de visión; de modo que antes de instalarlos se colocan otros junquillos provistos
con burletes de EPDM en los huecos de galce (en montantes y en travesaños).
Luego se coloca el vidrio en el hueco logrando un perfecto contacto contra los burletes a
presión, y se fija con dos calces de EPDM o de silicona polimerizada de 65º o 70º Shore
de ancho igual al espesor del vidrio, con longitud no menor a 50 mm y a L/10 de los
extremos del lado inferior (L: longitud del mismo).
Al ir cerrando los huecos, se fijan con grapas provisorias. La sujeción definitiva se efectúa
colocando grapas y puente térmico con tornillos roscados en cabezas de montantes y
travesaños; las grapas y puentes llevan mecanizados para lograr la misma presión entre
el exterior y los fondos del galce, evitando de esa manera la introducción de aire o
filtraciones (efecto Venturi).
Luego se procede a los sellados para lograr estanqueidad en los encuentros entre las
grapas, antes de colocar las tapas ajustadas y de quitar las etiquetas de fábrica pegadas
en el exterior.
El proceso de colocación, fijaciones con amarres, burletes y sellado, se efectúa del mismo
modo que con los vidrios monolíticos.
Para efectuar el remate del muro cortina con los forjados, en la parte inferior se logra por
medio de molduras que realizan la sujeción de lana de roca que rellena el espacio entre el
frente del forjado y el muro cortina. Ésto permite una buena aislación térmica, acústica y
evita corrientes de aire y en caso de incendios, la probable propagación de las llamas.