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Días de seda

Ursula K. Le Guin (1991)


Traducción de Diana Bellessi
Edición: Biblioteca “Esos otros mundos”. Asoc. Civil Barriletes
2016

1
IV Nota al Pie de Página
(Fragmento de Llegada a la Madurez)
No solamente tengo halcones
Este viejo cuaderno donde escribo fue de mi padre; en la familia, y torres
nunca escribió en él. Un hombre gris, sobre las colinas doradas, sino también
toda mi vida, con una breve barba gris; cangrejos: sobre la orilla chata y ruidosa
un hombre delgado, no muy alto. bajo los negros acantilados, cangrejos
El otro día vi cinco elefantes, pavoneándose en la sombra
grandes elefantes, con piernas como troncos de de las impetuosas algas encalladas.
(palma Y hay muchos murciélagos
y siluetas de continente, y uno, en mi herencia; el murciélago
el más grande, tenía los torcidos colmillos quiebra la copa del crepúsculo junto a la casa
amarrados con bronce. Esperaban, de búhos y grises acacias, escribe
pacientes, que los dejaran salir mi nombre en el Almanaque
a la luz del sol y el aire de otoño, del Gotha: Ostrogotha.
moviéndose en su establo tan apaciblemente, Y la mariposa nocturna
con la gracia del gran tamaño y la mansedumbre, es una especia de prima, y algunas noches
balanceándose un poco, silenciosos, sólidos como de otoño la lluvia es mi hermano mayor.
(barcos.
Era un gran placer ver aquello.
A él le hubiera gustado ver a ese enorme
orinando
como un río brumoso,
suficiente para inundar a diez fanáticos.
Oh no hay nada como la Cantidad absoluta,
montañas, elefantes, mentes.

2
Hier steh´ ich Ciertos filósofos

Estoy aquí, los pies firmemente no pueden usarla


plantados en nada no pueden contarla
y espantando a los mosquitos. así que la niegan:
Sobre la canción del la inagotable, generosa
sinsonte declaro que esquiva
estoy aquí. Dónde es aquí fuente del absurdo,
sólo Dios lo sabe meditando
sin embargo sobre los abismos oscuros
sigo estando aquí. ala,
la palabra.

3
Invocación Traducción

Devuélveme mi lengua, Cuando envejeces


déjame hablar la lengua que me enseñaste. lo difícil tiene más sentido,
Diré las grandes mentiras en tu honor, lo suave menos, tal vez.
alabándote sin nombrarte, Puedes leer granito:
obedeciendo las leyes de la oscuridad y de la Renuncia
/métrica. ¿Diamantes? Prepárate.
Sólo déjame hablar mi lengua
en tu alabanza, silencio de los valles, Lenguas muertas.
ribera norte de los ríos,
tercera cara esquiva, Pueden leer agua.
vacío! ¿Ahora qué?
Déjame hablar la lengua materna ¿Caminas sobre ella?
y cantaré tan fuerte que
las recién casadas y las viejas Bebe, dulce dama.
bailarán al ritmo de mi canto
y las ovejas cesarán de pastar y las
máquinas se reunirán para oír
en ciudades silentes
como un anillo de piedras erguidas:
Oh déjame tumbar las paredes cantando, Madre!

4
La médula Cuento

Había una palabra en la piedra. ¿Dónde conseguí este ojo del centro?
Intenté atisbarla, Así puedes verme mejor.
mazo y punzón, pico y cincel, ¿Dónde conseguí estos brazos extra?
hasta que la piedra goteó sangre, Para abrazarme mejor.
pero aún no pude oír
la palabra que decía la piedra. ¿Para qué tengo estos enormes dientes?
Muérdeme la cabeza mi dulce
La arrojé junto al camino Y baila sobre mi cuerpo
entre cientos de piedras Allí donde los ríos se encuentran.
y cuando me dí vuelta gritó
fuerte la palabra en mi oreja,
y la médula de mis huesos
oyó, y respondió.

5
Epifanía Escuela

¿Escuchaste? El Maestro Bailarín avanza


con decoro, caminando hábilmente.
La señora Le Guin ha encontrado a Dios. Sobriedad elegante.
Admirablemente suave.
Sí, pero encontró al equivocado.
Absolutamente típico. ¡Oh mi Dios! ¡Su cierre!
¿Qué es eso? ¿Una cobra?
Mira, allí van juntos. Se menea hacia mí tan dulcemente.
¡Piedad! ¡Es una mujer de color! ¡Rápido! ¡Ponlo otra vez adentro!

Sí, es una de esas relaciones. La faja no lo ocultará.


La llaman Madre Linga. Nada lo cubre completamente.
Corbata negra y pantalones extensos,
¿Por qué Jesús usa siempre un trapo? el Maestro Bailarín se ríe.
No sé; pregúntale a su madre.
Dicen que usa cannabis.
No confiaría a mi hija
en esta escuela.
¡Oh pero qué dulce
dulcemente puede bailar!

6
Arroyuelo Roca Satinada, Septiembre Costa

Mi piel Acostada en la primera luz de sal


toca el viento. con la oreja este escucho pájaros
que despiertan y con la derecha
Una libélula toca mi mano. al Océano separarse de la noche.
Hablo demasiado lento
para que ella entienda.

La roca caliente bajo mi mano.


Habla demasiado lento
para que yo entienda.

Bebo el agua soleada.

7
La Niña en la Orilla Somos polvo

Viento, viento, devuélveme mi pluma Somos polvo en pena.


Mar, mar, devuélveme mi anillo La luz brilla a través de nosotros
Muerte, muerte, devuélveme a mi madre como a través del rocío de las olas, polvo de agua
Para que me oiga cantar. rompiendo, o la lluvia caída.

Canto, canto, cuéntale a mi hija


Cuéntale que llevo el anillo
Dile que vuelo sobre la pluma
Caída del ala del halcón.

8
Propio
Asombro
No puedes medir la circunferencia
El centro no es donde el centro está pero hay centros:
sino donde estaré cuando siga piedras, y una mujer lavando en un vado,
las líneas de piedras que rodean un centro el agua que corre marrón rojiza de lo que lava.
que no está allí Las bocas de las cuevas. Las bocas de las campanas.
sino allí. El cielo de invierno bajo las nubes de nieve
Las líneas de piedras conducen adentro, llevando hacia el norte, verde de jade.
a quien sigue al comienzo No hay estrella más lejos de él que el fulgor
donde todo lo sabido de mica en un guijarro sobre la mano,
es nuevo. o más cerca. La distancia es mi dios.
La piedra es piedra y más que piedra;
el centro se abre como un párpado abriéndose.
Cada rosa un laberinto: las huecas colinas:
Yo no soy yo
sino la pupila.

9
Vita amicae Norte (British Colombian)
para Jean
Cuando eras lluvia caías La tierra forma
cuando eras taza sostenías a la mente.
cuando eras entera te rompías Las ideas llenas estas ciénagas,
fuerte, fuerte hablabas colinas bajas, largas praderas
cuando eras campana por glaciares formadas.
Las manos
Cuando eras senda conducías cultivan,
hasta el fin de vuelta a casa cortan cavan, deforman
cuando eras vida morías ciertas tierras.
vive, vive, gritabas No éstas.
cuando estabas muerta La tierra informa
a la mente como el agua
trabaja las colinas camino al mar.

10
NM (New México) Las Ménades

El pueblo nube son mujeres En algún lado leí


de largo cuello, largos trancos, que cuando ellas bajaron de la montaña al fin,
una jarra redonda balanceándose {tambaleándose
alta en la cabeza. hacia alguna aldea extraña, borrachas,
roncas, semidesnudas, los ojos turbios,
Sombras de las blancas, la sangre seca bajo las uñas rotas
grises, negras jarras, y entre los muslos jóvenes también,
grabadas con espirales, aún burlándose y bromeando, aún queriendo
terrazas, relámpagos, bailar, bamboleándose y gritando, pero cayendo
pasan sobre los llanos muertas de sueño junto a los puestos del mercado,
tendidas en el suelo, indefensas por completo,
de montaña a montaña {entonces
en silencio, mientras las altas las mujeres de mediana edad,
mujeres regresan llevando agua respetables amas de casa,
del viejo pozo profundo. vendrían a quedarse la noche entera en el ágora
silenciosas
juntas
como ovejas y vacas en los campos nocturnos,
guardándolas, velándolas
como sus madres
lo hicieran.
Y ningún hombre
osó
aquel feroz decoro.

11
Manzanas como sucursal bancaria
y nadie vendrá a besarlo.
Los hombres juedeocristianos Pero las serpientes
no pueden desenroscándose de los brazos
comer manzanas, se han redondos sobre la cabeza del bebé
estado quejando y los pezones lechosos,
durante milenios serán alimentadas
de un dolor de panza con manzanas.
por la manzana
que les dio mi madre.
Desde entonces sólo las mujeres
comen manzanas. También
los hombres no
judeocristianos si pueden
hacerlo sin quejarse. También
los niños si sus madres
los dejan o si ellos pueden
robarlas y
huir con ellas.

Y si una mujer desea


deberá usar serpientes
de brazaletes
y su pelo habrá de silbar
a cualquier hombre
que resistirla no pueda
y golpearlo hasta que caiga
rígido como piedra
y quede atascado
en un ataúd de cristal

12
A San Jorge La casa de la Araña: Un sortilegio para tejer
Cabalga, el jinete
La mujer es el gusano cazador,
sin dientes y pisoteado vencedor.
gusano de tierra, levadura del jardín. Abuela, ocúltala.
conoce la lengua del gusano
y al gran hermano gallo–gusano Cabalga lejos, el maestro,
y corazón de gusano. Conoce la ha pasado,
el vientre gusano la ha olvidado.
anidado en ella. Araña, cuelga quieta.
Conoce el principio
y el lado de abajo. Conoce ¡Buena cabalgata al jinete!
al uno gusano, al gusano redondo La hilandera,
sin fin, hueco, huevo, todo, la hermana,
siendo el dragón. vive aquí, con ella.
Santo, mejor la atrapas
antes que tenga voz. Estén juntos,
el hermano,
el humano.
Aquí en el centro.

13
La bolsa vieja (N. de T.: “Old bag”: expresión por “Mujer vieja y no, parece que no puedo contarle
fea”.) por qué quiero contarle
de mis hijos
Oficial oficial
perdí mi bolsa

¿La puso en algún lugar señora?

no no
la agarraron

¿Tiene una descripción?

eran jóvenes agradables


creo
pero ellos no
pero cuando yo
la arrojaron lejos

¿Qué había en ella?

Problema.
Era vieja
el broche ni siquiera cerraba
ya no servía pero cuando era rica
sabe
imagínese lo que guardaba

Señora ¿reporta algo robado?

14
La mujer con el Changuito que Duerme en los Umbrales Su Hija

Envuelta en plástico Su hija,


pasas de largo, el guerrero visionario, el hombre silencioso
grises los ojos mirando fijo de quien no hay fotos,
bajo el pelo gris. el frágil héroe verdadero
que perdió lo que ganó mientras lo ganó
Sé cómo mirar por la masacre y el sacrificio,
justo a través de ti este hombre, Caballo Loco, su hija,
como agua helada ¿qué se hizo de ella?
que corre a través del aire. Murió de niña.
Después de eso no hubo victorias.
Pero tú te alzas ¿Qué nombre tenía, esa niña?
en el ojo de mi mente Su padre la nombró.
más tarde, en casa. Le dio este nombre:
Te veo clara. Ellos Le Temerán.

Y lo que poseo,
lo has metido en
tu chaguito.
Fijate allí.

15
La Cabaña Mestrual ¿Qué temes? Ve a pelear tus guerras,
sé grande en el club, la logia y la política.
Aceptando el pesado destino del poder, Cuando descubras qué es el poder, regresa.
fui a la pequeña casa cuando llegó el tiempo.
No comí carne, no miré a nadie a los ojos Soy el barro la nueve de lluvia y la lluvia.
y me rasqué las picaduras con una rama: Las paredes de mi casa son los pasos que camino
tocarme cerraría el círculo que debe desde el nacer alrededor
quedar abierto para que un hombre pueda entrar. del trabajo que trabajo,
Después de cinco días volvía a casa, de dar a luz a dar muerte.
habiéndome lavado y a todo lo que toqué y vestí El techo de mi casa es trueno,
en el Río Oso, borrado el signo, el umbral es el viento.
el color y el olor del poder. Yo guardo esta casa, la gran casa.
¿Cuándo entrarás en ella?
Fue inútil. Nada,
ni ritual o servidumbre o vergüenza
deshace mi poder, o tu miedo.

Esperaste en la espesura en la lluvia de invierno


mientras salí sola de la pequeña casa.
Golpeaste mi cabeza mi cara me violaste
y fuiste a alardear. Cuando mi vientre engrosó,
tus amigos hicieron un círculo pequeño contigo:
Todos la cogimos.
¿Quién sabe quién es el padre?

Junto al Río Oso parí, en Río Oso


lo ahogué. ¿Quién sabe quién es la madre?
Su padre fue tu miedo de mí.

Soy el barro bajo tus pies.

16
Para Bill Staford Para Helene Cixous
“Je suis là où ca parle”
Agradeceré a William Estoy allí donde
el generoso dador. se habla
“¿Cuándo no puedes escribir?”– Donde eso habla yo
“Yo bajo mis banderas”, estoy en ese lugar de habla
dijo, con la más dulce sonrisa. Donde
Vimos los estandartes inclinarse eso dice
hacia la tierra con el gesto está mi ser
de la hierba, de los sauces, del agua, Donde
de todo lo que irá más abajo. mi ser allí
Bajo ellos están enterrados los ejércitos. está hablando
soy
y así
riendo
en una oreja de piedra

17
Silencio La Canción del Toro

Tuve un pequeño pensamiento desnudo, Soy un toro.


se deslizó entre mis muslos No buey no no
y corrió sin que lo cazaran sino toro con O,
y voló sin que le enseñaran. la O amada por el topólogo
¡Oh mira qué veloz vuela! amando por mí más de 30 años atrás
Mi pensamiento bebé, mi pequeño pero no recíproco no no
pájaro rosado y desnudo va. Un mozo hueco es la O
Debo coser palabra a palabra a palabra pero más hueca soy yo
y cerrarle la ropa ya que me extirparon el vientre mismo y vacía soy
y así crece y camina y habla y muere. en el medio, no en el corazón ni el corazón de
Cuando muera busca la rosa {corazones, sino allí,
que crece entre mis ojos. de donde vienes, adorable
Los pájaros se posarán sobre espina y hoja, lector amado. Incluso yo.
pájaros silenciosos al nacer del silencio. Recíproco.
Toro soy, la forma que sostiene nada.
Soy la piedra de Cornwall, el anillo de boda.
Soy la osa que ya no osa alumbrar.

En el espacio vacío
¿percibes la estrella?
¿Inmutable la Razón allí titila
sobre juncias secas del Lago Niño
(donde una vez el niño del topólogo
aleteó un mes y no llegó a ser
ni la edad de la Razón ni ninguna otra)?
¿Qué brilla a través de mi nada?
Puedo ver la sombra que arroja.
¡Díganme, díganme sabios doctores,

18
ustedes que ven justo a través de mí!

He parido, he parido, he parido.

Cayéndose al Sueño de Vieja

En la vieja casa
cayéndose al suelo de mi infancia
desciendo
para dormir
afuera
bajo las estrellas y sueño
que intento
subir pero no hay
escaleras así que trepo
gateando
asustada y cuando llego
a mi cuarto, no encuentro
cama, ni silla, desnudo el piso.

19
La luz Tiempos

La luz me está comiendo Soy una vieja loca golpeando con una cuchara
y ha comido mi Peruano letra a letra, por la locura de un serrucho chillón
como él comió los caballos palabra a palabra. en una tarde de verano.
de mi niñez. Una loca y vieja impotencia furiosa:
Ha comido Por responder a extraños, ¡Paren eso! ¡Paren eso!
los espacios libres de mi alma por desplazar la furia, Y golpea y golea la cuchara sobre la mesa.
y las sombras de los planetas Un bebé malo, un animal errado.
donde me ocultaba. y por hacer buenas obras
alimento a los tiburones. ¿Qué es la Mente? Su continuidad.
Ha comido hueso
y ópalo. Ni fe ni buenas obras Hubo un tiempo antes de este ruido que me vuelve
sino la buena obra solamente {loca.
Se come la sintaxis. lanza una sombra. Habrá silencio después. Habrá.
Sólo me ha dejado ¿Cómo haré eso?-
una mujer vieja hablando Terrible la prisión del tiempo presente
en una casa oscura. y cólera inasequible
y pena interminable:
si prudencia ni memoria
la vieja mona loca golpea y golpea la cuchara.
Sin la promesa guardada, nada queda
sino el chillar del serrucho que al cerebro atrapa.

20
Días de seda lo gozo, lo hago
bien, un buen trabajo,
La proa del bote asomándose cerca voy tranquila,
de los capullos, o una ancha guadaña que suave como seda.
barre los terrenos del fondo, o
el husmear del gato en un pliegue:
me lo recuerda. Me gusta
hacerlo
bien, suave,
las mangas dobladas finamente.

Planchar huele a planchar.


No se parece a
nada. No necesita
un símil.
Tiene su propio lenguaje.

Mi tía abuela me enseñó:


rociador, enrollar por media hora,
el siseo de prueba con el dedo húmedo,
golpeteo suave al dobladillo y
cuidado con el cuello.
En diez minutos, sobre una plancha a rodillo
podía hacer una camisa de etiqueta.
Puede ser un arte.
Supo ser un arduo trabajo,
sin tiempo, todo algodón, todos los niños.
Ahora voy en seda,
Emperadora de China, lavo y plancho
cuando quiero,

21
Sueños de Ariadna Mi gente

El batir del sueño es toda mi mente. En mi país las lanzas por debajo
Soy mi ritmo. Ovillo mi madeja para que las pelotas vuelen
más y más profundo en el laberinto antes de descender a quien las recoge
para hallar la unión de los caminos, como burbujas o pájaros.
para hallarlo antes que el héroe encuentre De huesos delicados, caderas anchas,
al prisionero del Laberinto, llevan a los niños
al horror coronado de cuernos al fin por un rato en sus vientres
de todos los corredores, mi amigo. antes de cargarlos en sus brazos.
Lo guío lejos. El se arrodilla para pacer Es la costumbre de mi gente.
la hierba espesa sobre la tumba En años de grandes ceremonias
y la luz se mueve entre los días. celebran con la ofrenda de la leche
El héroe encuentra un cuarto vacío. y se liberan con la pérdida de la sangre.
Busco mi ritmo. Bailo mi deseo, Son expertas en su generación.
saltando los anchos cuernos del toro. Pocas, ni siquiera las más sabias,
Baten las olas. ¿Qué mujer llora en la lejana tienen dinero o un gran nombre,
costa marina de mi sueño? pero es gente admirable.
Aún bajo larga servidumbre
en países extraños,
se conocen una a otra; estrechan sus manos,
se besan, cantan sus canciones juntas,
las voces suaves alzándose más fuertes:
canciones de amor, canciones de libertad,
canciones que hablan de lanzar y recoger,
de cargar, criar y enterrar,
canciones de las que sólo mi gente
conoce todas las palabras.

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