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través de los siglos de un cuadro pintado en el siglo XVII. El eje temático está constituido por la
interpretación del historiador que constituye el último capítulo y cuya reconstrucción de los
acuerdo con la verdadera historia que el lector conoció en el primer capítulo. Esta
el primer capítulo de la obra con la demitificación del género picaresco mediante la imitación y
capítulo de la novela mediante una alternancia lúdica de similitud y diferencia con las obras más
también llamado vuesamerced, por parte de un joven llamado Pablo. Esto lleva al lector a una
inmediata asociación con el género picaresco, en tanto la forma autobiográfica es uno de sus
mientras que el nombre Pablo connota al Pablos protagonista del la obra de Quevedo. Así
mismo en el primer párrafo se establece la condición de callejero de Pablo en tanto declara que
su nombre se debe a la calle en que creció, la corredera de San Pablo, por lo que lo llaman
en tanto el pícaro se apellida así por el río Tormes junto al que creció.
distinción entre Pablo y los pícaros tradicionales con referencia a su origen, ya que todos los
personajes de la picaresca conocen sus orígenes y el narrarlo constituye una característica del
género de acuerdo con Gustavo A. Alfaro, quien sostiene que: “[t]odos los relatos picarescos
hacen mayor o menor referencia a la genealogía del pícaro” (27). Al contrario de ellos, Pablo
no sabe quienes fueron sus padres, ya que fue encontrado abandonado en la calle por un
hombre rico, quien lo llevó a un hospital donde le dieron refugio y comida durante sus primeros
cinco años de vida. La primera infancia de Pablo no ha sido mala, ni ha tenido que luchar con
padres abusivos y delincuentes como los otros pícaros, sino que ha tenido cierto afecto por
parte del personal del hospital, y aunque la vida en ese ámbito no le ha sido totalmente grata,
debido al contacto con el dolor y la muerte de los pacientes internados allí, ha tenido una
Pero esta vida en cierta medida cómoda de Pablo se termina con la muerte de su
protector, ya que éste no ha previsto en su testamento la mantención del niño y por ello las
autoridades del hospital lo entregan a su primer amo. Nuevamente la coincidencia con los
desconocido a quien debe servir. Pero la similitud alterna con la diferencia en la narración de la
historia del primer amo de Pablo, un pintor, ya que, por un lado, al igual que los pícaros
tradicionales, tanto el amo como el niño llevan una vida de escasez y sufren tanto el frío como
el hambre, pero por otro lado Pablo no es maltratado por el pintor, sino protegido por éste,
quien además cumple una función arquetípica maternal, como puede observarse en la siguiente
2Utilizamos el término familiar en sentido amplio, ya que el Hospital representa para Pablo el
ámbito de protección y afecto donde ha crecido, aún cuando las personas que lo habitan no sean sus
familiares de sangre.
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cita: “Para distraerme del frío de las noches de invierno y del calor de las siestas del verano
mandábame echar a sus pies, y así los dos echados, principiaba el cuento de sus aventuras.
Invéntose toda una ciudad para mi deleite – que hasta entonces nunca me habían regalado
tanto, aunque fuese regalo de aire y de resuello, que no cuesta blanca– ... (18-9). El amo
enseña al niño a soñar, y cumple el papel de la madre que cuenta cuentos a su hijo para
distraerlo. Este estado de “casi dicha” (20) en que Pablo vive con el pintor se termina con la
muerte de éste, lo que deja al niño expuesto a las miserias de la calle, reflejando otro punto de
similitud con las novelas picarescas tradicionales. Sin embargo, también se marca la diferencia,
ya que pese a las vicisitudes de su suerte, Pablo no comete ningún hecho deshonroso ni
desarrolla la malicia característica del pícaro. Según él mismo nos dice: “[h]ubiera querido
robar, mas no sabía, que el honrado de mi amo no me había enseñado más que a mezclar
colores y soñar ciudades de extraña curiosidad” (21). Es decir, Pablos mantiene su inocencia
Este nuevo amo presenta una demitificación absoluta de los amos de la literatura
tradicional en dos planos, el primero es por su condición de homosexual, lo que si bien puede
encontrarse sugerido veladamente en la literatura picaresca del Siglo de Oro 3, no podría nunca
haberse expresado con la claridad con que se expresa en la novela, debido al ambiente que la
amo, ya que es un hombre rico y culto que no sólo ofrece a Pablo una seguridad económica
que lo protege del hambre y el frío, sino que le ofrece también educación, ya que contrata a un
maestro para que enseñe a leer a Pablo. La vida del niño en el palacio de don Alonso es
3En el Guzmán de Alfarache se menciona que el padre del pícaro despertaba habladurías por
usar cosméticos y afeites en su rostro, lo que sugiere una tendencia homosexual.
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una vez más un revés de la fortuna invertirá las cosas. Esto ocurre cuando don Alonso y su
ya que éste ignoraba completamente las desviaciones sexuales de su amo, pese a haber vivido
en el palacio y haber presenciado muchas escenas develadoras de esta condición de don Alonso
para una mente más aguda y maliciosa. Este episodio marca un gran contraste con la novela
picaresca del Siglo de Oro, en tanto Thomas Hanrahan atribuye al género una finalidad
vida con don Alonso, no se encuentra ninguna reflexión moral, ni se ve que la inmoralidad o
pecado de don Alonso repercuta en forma negativa en la gente que lo rodea, y en el caso
recibido ninguna enseñanza ni influencia inmoral durante su estancia con don Alonso, sino que
una vez más su incapacidad para sobrevivir por medios deshonrosos. Pablo es incapaz de robar
o engañar y sobrevive pidiendo limosna. El único recurso malicioso que aprende es a recoger
cosas tales como pañuelos o joyas que la gente adinerada pierde al bajar de sus carruajes
frente al teatro, y precisamente será allí donde conozca a su nueva ama, Gracia de Mendoza, el
enamora para luego desengañarse al descubrir que la joven ha sido prostituida por su marido.
A pesar de este punto en contacto, una vez más la novela se aleja del género tradicional, ya
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que desde el momento en que Gracia toma a su servicio al niño, la vida de Pablo deja de tener
vaivenes de la suerte y se estabiliza en la casa de su ama donde la felicidad reina por doquier:
y a la verdad semejaba ser aquél castillo de felicidad, que daba la espalda a las
amarguras del mundo: cantaban las fregonas al tiempo que hacían sus faenas,
cocina rosas y jazmines en el pelo antes de tornar a los fogones, iban los lacayos
y escuderos bien vestidos, bien calzados y bien comidos, sacábanse todos los
días agua clara del pozo, pan blanco del horno y buen vino de la taberna. Y, en
Sin duda el ambiente paradisíaco de la casa de Gracia difiere notablemente del clásico ámbito
picaresco. El único sufrimiento de Pablo en ese lugar será haberse enamorado de Gracia y
descubrir al mismo tiempo que ésta es prostituta, pero este penar sólo dura cinco años,
después de los cuales Gracia se retira de su profesión y se casa con él. El personaje de Gracia
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tenía que ser un ejemplo de cómo no había que vivir. Las mujeres que pasan por
su vida no serán, pues, de mucha virtud. Ellas ilustrarán lo que está mal enla
amor y seguir los instintos inferiores con peligro de ser castigado. Más aún, la
con el narrador
Admirábame yo de que, siendo mujer, fuese tan docta y tan leída como doctor
de Salamanca, tan discreta y aguda como hermosa, de tan buenas prendas que,
de amor como de corónicas antiguas. Era con todos amable, con todos grata,
con todos graciosa: con los criados usaba de una maternal autoridad, que más
que criados parecían hijos de aquella casa; con los pobres, de una caridad
secreto, que ni sus mismos favorecidos sabían de donde les venía el bien. (38-9)
Esta descripción de virtudes de Gracia se contrapone con otra afirmación de Hanrahan de que
concupiscencia, como un mal que hay que evitar, atractiva pero peligrosa y engañosa en
extremo” (371), como demuestra la cita, la visión de esta mujer es totalmente positiva y
contraria a la que encontramos en la novela picaresca tradicional. Por otra parte, la reacción
no ha corrompido su espíritu:
al punto los ojos y dejó ella una especie de inocencia de niña en la que hasta
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Como vemos, para Pablo Gracia es como una doncella inocente a quien él revela lo que es el
amor. El tratamiento del sexo carece de carácter moralizante, ya que luego de su primera
noche juntos, Pablo dice “[a]brióme ahora los ojos la que descegué yo durante el día y en
medio de la noche vi la luz: supe por qué los hombres tienen al amor por tan poderoso, que por
causa de él se mueve el mundo” (44). Es decir, que no hay ninguna connotación del sexo
como pasión negativa, sino una elevación espiritual que conlleva una realización más plena del
amor, es así como “[m]uchas noches siguieron a la que os he querido contar, y todas tan
placenteras y tan suaves como la dicha. De niño, híceme hombre sin sentir, alcéme en estatura
través del sexo no connota ninguna inmoralidad, y pese a la condición de prostituta de Gracia,
misógina ascética asegura que actúa la mujer con el hombre. En este sentido se puede
establecer un paralelo entre Gracia y don Alonso en su relación con Pablo ya que ambos poseen
caracteres de vicios sexuales condenados por la contrarreforma y una de las convicciones más
aquellos que rodean a estos seres, intensificada en el caso de un niño pequeño como Pablo.
por los vicios de estos personajes, sino que estos le ofrecen afecto y protección y en el caso
específico de Gracia, la felicidad durante el resto de su vida, así como una vida honesta cuando
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con Pablo, ya que no sólo no lo engaña, sino que cumple sus promesas, y por amor a él
sino que le ofrece una vida honesta y plena de amor, “[p]ropusóme Gracia que nos casáramos
y gozáramos dichosos de nuestro amor y de su hacienda, que estaba ya muy crecida” (47).
Como se puede observar en la cita, es ella quien propone la boda, la que representa una
legitimación ante la iglesia de sus amores deshonestos desde el punto de vista religioso. De
acuerdo con los últimos párrafos del capítulo, la felicidad del joven sólo se ve empañada por su
miedo a que Gracia muera antes que él, ya que no puede imaginar su vida sin ella.
a través del cuadro en los otros capítulos de la obra. Según la narración de Pablo, el cuadro
fue pintado por un esclavo liberto que servía en la casa de Gracia, quien para agradecer a ésta
encontramos a un inglés que se hospeda en la casa que fuera de Gracia y quien al descubrir la
pintura afirma: “[t]rátase de un espléndido cuadro al óleo, de medida como de cuatro por seis
pies, representando a una dama con su hijo, ambos ataviados con vestimenta española del
siglo XVII” (78). Como se puede ver, Gracia se ha convertido en la madre de Pablo, y ambos
son caracterizados por su descendiente, la dueña del cuadro, como ilustres antepasados
pertenecía a una familia acomodada de Sevilla, su origen distaba mucho de ser noble, ya que
descendía de judíos conversos, y sus antepasados habían sido juzgados y ejecutados por la
Inquisición. Además, en la época en que el cuadro fue pintado, Gracia de Mendoza era
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considerada en Madrid como una de sus más famosas cortesanas, lo que distaba mucho del
juicio que sobre ella elabora el lord inglés y la poseedora del cuadro.
ha sido convertida en una imagen de la Virgen María, lo que constituye una total demitificación
de la figura de la cortesana que posó para el cuadro tres siglos atrás. Es decir, que la autora
revierte la imagen de la mujer propagada por la novela picaresca del Siglo de Oro durante la
en una imagen de la Virgen María. Sin duda, la transformación de Gracia en la Virgen conlleva
autora consigue demitificar las características esenciales de éste. Es así como presenta a Pablo
como un niño inocente, que frente a las mismas vicisitudes del pícaro tradicional, reacciona en
entre un amo y otro. Los amos de Pablo, por su parte, son la antítesis de los amos
no sólo brindan seguridad económica al niño sino también enseñanzas positivas. El que dos de
ellos posean vicios condenados por la religión no afecta en grado alguno negativamente a
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Pablo, estos vicios aparecen como rasgos particulares de las personalidades de sus dueños,
corrompiéndolo. Los ámbitos en que viven tanto don Alonso como Gracia, son refinados,
Teniendo en cuenta las palabras con las que Hanrahan culmina su obra: “aunque la picaresca
pueda ser realista en cierto sentido, no debe tomarse como un adecuado reflejo de la época en
que existió el pícaro. Fue una artística mezcla de narración y ascetismo, una respuesta a las
necesidades de una época y un ambiente particulares” (372) podríamos concluir que en esta
novela Paloma Díaz Mas ofrece su respuesta a las necesidades de la época postmoderna,
intentando deconstruir el mito literario del pícaro, mediante la creación de una sociedad distinta
menos creíbles. Si la novela picaresca del Siglo de Oro ofrece una perspectiva de la sociedad
en blanco y negro, la novela de Paloma Díaz Mas incorpora una amplia gama de matices que
Obras citadas:
y Cuervo, 1977.
1992.