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CAPITULO 2.

LA PERSONA HUMANA Y SU PROYECCION A LO SOCIAL.

La sociedad es un conjunto de personas, por eso es necesario estudiar a la persona, pues es


parte del todo que se estudia. La palabra persona procede del griego –prosopon- y en latín –
persona-, en un inicio esta palabra se refería a la máscara que usaban en el teatro los actores
griegos, después se refería a el papel mismo que representaban y finalmente, se usa para
referirse al individuo.

Para S. Tomás la persona es “el supuesto individuo de naturaleza racional” 1. Pero pesar de
que todos tenemos el carácter de persona, hace falta expresarlo y desarrollarlo y para ello
necesitamos la ayuda de la sociedad por su aspecto existencial de relación; así pues por su
carácter existencial y esencial surgen derechos y deberes para la persona.

El hombre pues es una combinación de potencia y acto, de esencia y existencia, por lo tanto
el hombre es una estructura dinámica la cual se divide en tres niveles: el orgánico-
vegetativo, el sensorial y el racional. El dinamismo consiste en llegar a la perfección,
llenando las necesidades e intencionalidades de cada nivel y para esto la sociedad juega un
papel importantísimo pues, es ella quien realiza esta perfección2.

 El nivel orgánico: en este nivel se dan la vida y los apetitos naturales que tienden a
un bien natural. Aquí se sitúan la nutrición, el desarrollo o crecimiento y la
generación que imponen unas necesidades básicas cargadas a la moralidad.
 El nivel sensorial: se da la vida cognoscitiva mediante los sentidos, la imaginación y
la memoria sensitiva y la apetitiva mediante el apetito sensible.
 El nivel racional: aquí están el aspecto cognoscitivo donde se ejerce el intelecto y la
razón; y el aspecto apetitivo el cual es el más propio del hombre puesto que se da la
voluntad y se constituye como racional y libre.

La persona tiene dos aspectos el esencial y el existencial, por el primero tiene permanencia
y constitución y por segundo movilidad y acción, relación. Entonces el hombre es
1
BEUCHOT Mauricio, Los Principios de la Filosofía Social de Santo Tomás, 2a edición, Ed. Porrúa, México,
D.F., 2010, p. 22.
2
Para Santo Tomás la sociedad está conformada por Familia, Estado y las Relaciones Laborales; es muy
importante tenerlo claro puesto que en este concepto se basa toda su doctrina.
permanencia y movimiento, su permanencia le da lo constitutivo, su movimiento la
perfección y esta última es la felicidad del hombre lo que es la vida virtuosa.

De la ontología de la persona se extraen los derechos y deberes del hombre acordes a su


esencia, esta disciplina colabora con la ética para darle cimientos sólidos. La misma
antropología filosófica nos ha entregado notas características de la persona como la
consciencia, la libertad y la individualidad. S. Tomás dice que “Las personas divinas son
una substancia racional y actúan por sí mismas por lo que son lo más perfecto en el orden
ontológico”.3

El mejor camino para conocer la esencia de la persona es a través de su aspecto


cognoscitivo que nos revela que el hombre tiene en sus entrañas algo inmaterial o espiritual
que, es a la vez la raíz última de la persona y la única que puede explicar la inmutabilidad
con la que permanece, refiriéndose esto a las personas divinas; dado que S. Tomás así lo
aclara, pues el hombre es una carga imperfecta: “substancia compuesta, individualizado por
la materia y razonamiento discursivo, hecho de dos sustancias incompletas (alma y cuerpo)
que se complementan, con todo esto se deduce que el hombre es perfectible”4.

Así pues persona denomina algo completo que subsiste o que existe en la naturaleza
intelectual y por esta naturaleza tiene un aspecto espiritual que le da conciencia y libertad,
es responsable y tiene la capacidad de trascender la historia natural. Por consiguiente el
constitutivo esencial de la persona es la substancia individual en una naturaleza racional. Y
de este constitutivo se extraen las siguientes propiedades de la persona: consciente y libre,
le competen derechos y deberes, es capaz de mérito y demérito en el plano moral, es
persona digna y es capaz de alcanzar su propio fin pero claro dependiendo de la sociedad.

Por ser una substancia individual de naturaleza racional, la persona tiene existencia
completa, autónoma e incomunicable; por el cuerpo tiene temporalidad y por tenerla tiene
historia, por el alma espiritual tiene eternidad y por tenerla se proyecta a lo eterno. Pero
tiene exigencias tanto materiales como espirituales , las materiales son las necesidades
primarias y las espirituales no son tan perentorias como las otras pero son más radicales de

3
SANTO TOMÁS, Suma Teológica, tomo I, 45a edición, Ed. Labac, México, 1984, Pp. 34-45.
4
Ibid. p. 123.
la personalidad, tiene un fin inmanente y un fin trascendente, una autonomía y una
subordinación; esto es la riqueza del hombre como realidad concreta.

La persona humana es pues lo más perfecto de la Creación porque la mayor dignidad viene
del subsistir en la naturaleza racional. Gracias a esta naturaleza el hombre tiene la más alta
dignidad, ya que por la razón se constituya como lo más perfecto entre los seres creados:
“persona” significa aquello que es lo más perfecto en toda naturaleza; “la persona es el más
digno en cuanto es algo subsistente por sí, tiene una dignidad muy alta que hay que
respetar”5. Por otro lado de su carácter racional le resulta como propiedad la conciencia y
su actividad se realiza según la voluntad y la razón, dentro de un margen de libertad. Así el
respeto de la persona equivale al respeto por la conciencia y la libertad.

La individualidad es la que fundamenta a la multitud, por eso la comunidad debe ser


analizada desde la individualidad que la posibilita. La individualidad se funda en la
indivisión del sujeto al que pertenece. Tal división es la que señala el principio de
identidad: todo ente es uno, es decir indiviso. Y se introduce como el yo y el otro de manera
integral. Aquí entran los co-principios materia y forma. La forma es el componente de
universalidad o lo que es la esencia en el hombre se refiere a la racionalidad y la materia es
en cambio el factor de individualización, el cuerpo humano, la materia marcada o
determinada por la cantidad respectiva en la medida de la cual se realiza la singularidad con
su perspectiva temporal e histórica.

Así pues, la persona humana gracias a esa forma substancial que es el alma racional está
naturalmente proyectada hacia la vida social, hacia la sociedad.

5
DE YURRE G. R., Lecciones de Filosofía Social, 3a edición, Ed. Porrúa, México D.F., 2008, Pp. 47-48.

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