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Nivel : 3º año medio E-F (Plan Diferenciado)

Unidad : Democracia

DEMOCRACIA

El Ciudadano en la Democracia

Existe en el mundo contemporáneo, una pluralidad de imágenes y usos


para el concepto de Democracia. En la mayoría de los casos la palabra Democracia
es usada como sinónimo de libertad, de igualdad, de gobierno de mayoría, de
justicia social, de fraternidad etc. Sin embargo, para algunas personas es símbolo
de ineficacia, anarquía y de politiquería.

Lo cierto es que la Democracia constituye un Régimen político, que implica


no sólo una forma de gobierno y estructura económica social, sino también
valores, actitudes y conductas democráticas. Además, es el sistema político usado
en la mayor cantidad de países en el mundo.

El fundamento de la Democracia es el reconocimiento de la Dignidad de la Persona Humana.


Las personas son Libres y conscientes de su libertad, tienen la facultad de decidir y elegir.

La Democracia es la forma de organización social y política que mejor garantiza el respeto, el


ejercicio y promoción de los Derechos Humanos. La Democracia, al igual que los hombres y las
mujeres, es perfectible.

Desde el punto de vista político, la Democracia es una forma de gobierno en que la propia
sociedad, orienta y dirige el Poder del Estado. Abraham Lincoln en 1863 la definió como " el gobierno
del pueblo, por el pueblo y para el pueblo".

El gobierno democrático parte del supuesto de que todos los miembros de la Nación están
llamados a intervenir en su dirección. Da la posibilidad de participar en el destino de la sociedad, para
el interés común general.

La Democracia como hecho histórico tiene su origen en el siglo V antes de Cristo, para
designar la forma de organización política que adopta la polis de Atenas. Este régimen fue instaurado
después de un largo proceso de reformas y cruentas revoluciones.

Etimológicamente la palabra democracia se compone de dos palabras griegas, Demos que


significa pueblo, población, gente y Kratos, que significa poder, superioridad, autoridad.

Concepto:

El vocablo democracia deriva del griego DEMOS: pueblo y KRATOS: gobierno o autoridad, y
significa gobierno o autoridad del pueblo.

De allí que se defina a la democracia como "la doctrina política favorable a la intervención del
pueblo en el gobierno y también al mejoramiento de la condición del pueblo".

Sin embargo, en la actualidad, el concepto de democracia no se limita al de una forma


determinada de gobierno, sino también a un conjunto de reglas de conducta para la convivencia social
y política.

La democracia como estilo de vida es un modo de vivir basado en el respeto a la dignidad


humana, la libertad y los derechos de todos y cada uno de los miembros de la comunidad.

La democracia como forma de gobierno es la participación del pueblo en la acción gubernativa


por medio del sufragio y del control que ejerce sobre lo actuado por el estado.

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Origen de la democracia.

Si bien el concepto básico de democracia se remonta a la forma de gobierno que utilizaban en


Atenas y en otras ciudades griegas durante el siglo V (AC), también debemos reconocer  la
importancia que tuvo el movimiento pacíficamente revolucionario del cristianismo, que hizo
desaparecer las supuestas diferencias naturales entre esclavos y libres. Todos los hombres, sin
distinción, son iguales ante Dios.

Clases de democracia.

1. Democracia directa o pura: cuando la soberanía, que reside en el pueblo, es ejercida


inmediatamente por él, sin necesidad de elegir representantes que los gobiernen.

2. Democracia representativa o indirecta: el pueblo es gobernado por medio de representantes


elegidos por él mismo. La elección de los individuos que han de tener a su cargo la tarea gubernativa
se realiza por medio del sufragio y cualquier individuo tiene derecho a participar o ser elegido. La
forma representativa suele adoptar diversos sistemas:

a) Sistema presidencialista: se caracteriza por un poder ejecutivo fuerte. El presidente gobierna


realmente a la Nación, lo secundan los ministros o secretarios que él elige.
b) Sistema parlamentario: el parlamento es el eje alrededor del cual gira toda la acción
gubernamental. Las facultades del presidente son muy restringidas.
c) Sistema colegiado: es una combinación de los dos anteriores. El poder ejecutivo está integrado por
varias personas elegidas por el parlamento y que se turnan en el ejercicio de la presidencia.

Formas de participación política.

 Voto.
 Referendum. Otorga a los ciudadanos el derecho de ratificar o rechazar las decisiones de los
cuerpos legislativos.
 Plebiscito. La ciudadanía responde mediante el voto a una consulta efectuada por el gobierno
sobre asuntos del estado que son de interés fundamental. Pueden ser cuestiones internas (por
ejemplo, cambio de forma política) o de orden internacional (problemas limítrofes).
 Iniciativa popular. Es la proposición al parlamento de proyectos de leyes presentados
directamente por ciudadanos.
 Recall o revocatoria. Derecho de deponer funcionarios o anular sus decisiones por medio
del voto popular.
 Jurados. Los ciudadanos integran jurados populares, que es una forma de colaborar con el
poder judicial.

Leyes de la democracia.

 Soberanía popular: soberano deriva del latín y etimológicamente quiere decir "el que está
sobre todos". La democracia es autogobierno del pueblo. reconoce que el hombre, ser
inteligente y libre, puede regirse por sí mismo mediante los órganos por él instituidos.

 Libertad: la democracia asegura al hombre su libertad jurídica e individual. La libertad jurídica


es el derecho que tiene el hombre a obrar por sí mismo sin que nadie pueda forzarlo a obrar
en otro sentido. los límites están dados por las leyes. La libertad individual es el
reconocimiento de que el hombre nace libre y dotado de inteligencia y voluntad.

 Igualdad: se trata de una igualdad jurídica. Todos los hombres tienen las mismas
oportunidades ante la ley. es decir, la igualdad de deberes

ESTADO Y SOBERANÍA: CONCEPTOS BÁSICOS

Pueblo: en su acepción actual, llamamos pueblo a la totalidad de hombres y mujeres de una nación
o estado. En ese sentido, pueblo es sinónimo de población. en un sentido institucional, pueblo es el
depositario concreto de la soberanía; la totalidad de los ciudadanos del estado que ejercen sus
derechos políticos y cumplen con sus deberes cívicos.

Masa: masificación equivale a "despersonificación". Quien se ha masificado, ha perdido las


características de su personalidad. La masa se caracteriza por:

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 Inercia: la masa no se mueve ni decide por sí, se deja arrastrar e influenciar por otro: el
caudillo.
 Despersonalización: los hombres masificados pierden su personalidad. Piensan y quieren los
que les hace pensar el caudillo.
 Irresponsabilidad: los hombres en masa adquieren el sentimiento de fuerza y de
irresponsabilidad que les da el anonimato.

Hombre - Masa:

 Inerte
 Sin convicciones
 Sin iniciativas
 Adaptable
 Hombre conducible

Multitud: la multitud se asemeja a la masa en cuanto es una aglomeración de individuos, pero se


diferencia de ella porque sus integrantes actúan obedeciendo a un comportamiento individual, no
colectivo como la masa.

Nación: la nación es un grupo social cuyos integrantes sintiéndose ligados por el pasado y el
presente, tienen conciencia de colectividad y conciben el futuro como una empresa a realizar en
común.

Los individuos que la componen pueden pertenecer a distintas razas o tener diferentes
religiones o idiomas, factores muy importantes para unir a los hombres, pero que no son
imprescindibles para construir una nacionalidad. Un territorio propio tampoco es indispensable para la
existencia de una nación. La conciencia colectiva es la que une a todos los hombres en una acción
común. La nación es siempre el producto de una lenta evolución histórica. Un estado, en cambio,
puede crearse en un solo día. También se diferencia de un estado porque carece de organización
política y de una estructura institucionalizada.

Estado: el estado es la nación jurídicamente organizada y políticamente libre. Jurídicamente, porque


es conforme a derecho; políticamente, porque su función es el gobierno.

Los elementos del estado son:

 Población: es el conjunto de hombres y mujeres de cualquier edad que viven en el territorio


del estado.

 Territorio: es la base física del estado, determina la jurisdicción de las autoridades, porque las
personas y las cosas que se encuentren en él son alcanzadas por el poder político.

 Estructura jurídico-política: conjunto de leyes que organizan un país.

 Gobierno: elemento ordenador y coactivo, ya que está dotado de un poder soberano a fin de
que haga posible el cumplimiento de sus fines.

 Soberanía: independencia de cualquier poder extraño.

Soberanía.

Es el poder supremo e independiente que tiene el estado. Por ser supremo no hay poder que
esté sobre el estado; por ser independiente, no está subordinado a ninguna autoridad de ninguna
esfera. En virtud de ese poder supremo, el estado se organiza internamente sin indiferencias
extranjeras, dicta disposiciones a los ciudadanos y establece las relaciones que mantendrá con los
demás estados.

La provincias, en cambio, no son soberanas, porque están subordinadas al poder federal.


En las democracias representativas, mientras que el pueblo es el soberano, son los órganos
producidos por él quienes la ejercen.

Cuando un país nace a la vida independiente, la primera manifestación que hace de su


soberanía es ejercer el PODER CONSTITUYENTE.

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Pero la soberanía del estado es política y, por consiguiente, abarca al hombre sólo en su
aspecto político. Si pretendiera someterlo en todos los aspectos de su vida, sería totalitarismo.

Poder público.

Siempre que exista un fin legítimo que cumplir, debe contarse con la capacidad necesaria para
ejecutarlo. Por ello decimos que poder público es la capacidad o fuerza legítima que tiene el estado
para hacer cumplir sus decisiones y realizar sus fines.

La idea de poder está estrechamente relacionada con la autoridad. La autoridad es un


derecho: derecho de dirigir y ordenar. la autoridad sin poder es ineficaz y el poder sin autoridad es
injusto.

Límites de poder:

 Bien público: la autoridad política es limitada por su finalidad y no puede hacer nada que no
conduzca al bien público.
 Derechos naturales: el hombre es anterior al estado y tiene derechos por su propia naturaleza.
 Ley moral: la autoridad no puede realizar actos contrarios a ella.
 Orden religioso: la autoridad política no tiene poder espiritual, de manera que no puede
intervenir en asuntos religiosos. La intromisión del poder temporal en lo espiritual se llama
CESAROPAPISMO.

Sistema proporcional D´Hont

Lo esencial del sistema es la búsqueda de un divisor común (o cifra repartidora).

Ejemplo:

 Elección de 5 diputados.
 Cantidad de votantes: 100.000
 Votos obtenidos por partido:
 Partido A: 42.000
 Partido B: 32.000
 Partido C: 18.000
 Partido D:  8.000

Obtención de cocientes: se divide el total de votos obtenidos por cada partido por el número
de cargos a cubrir:

A B C D
1 42.000 32.000 18.000 8.000
2 21.000 16.000 9.000 4.000
3 14.000 10.666 6.000 2.666
4 10.500 8.000 4.500 2.000
5 8.400 6.400 3.600 1.600

Búsqueda del divisor común: los cocientes se ordenan en forma decreciente:

1 A 42.000
2 B 32.000
3 A 21.000
4 C 18.000
5 B 16.000

Obtención de resultados: se divide el total de votos obtenidos por cada partido por el divisor
común:

Partido A 42.000 / 16.000 2 bancas


Partido B 32.000 / 16.000 2 bancas
Partido C 18.000 / 16.000 1 banca
Partido D 8.000 / 16.000 0 bancas

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LA DIVISIÓN DE PODERES O FUNCIONES

Una de las características de la república es la división de poderes. Los poderes establecidos


por la CN son tres: legislativo, ejecutivo y judicial. Cada uno de ellos tiene funciones propias y, por lo
tanto, no puede invadir el campo que le corresponde a los otros.

Con la división de poderes se persigue:

 Proteger la libertad y seguridad de los individuos.


 Evitar la tiranía.
 Distribuir el trabajo para hacerlo más eficiente.

El término "división de poderes" no se ajusta exactamente a la realidad. En efecto, la


diversidad de órganos y funciones del estado no determina de manera alguna la división del poder. El
poder del estado es uno solo. Lo que se divide son los órganos que ejercen ese poder y las funciones
que se les atribuyen. Por ello, el poder del estado es único e indivisible, pero la actividad de ese poder
se realiza mediante diversos órganos a los que se confían diferentes funciones.

La acción de gobernar comprende tres funciones, que se corresponden con los tres poderes
establecidos:
 
 Poder legislativo: su función específica es la sanción de las leyes. 
 Poder ejecutivo: es el poder administrador, el que ejecuta o pone en vigencia las leyes y
controla su cumplimiento.
 Poder judicial: es el encargado de la administración de justicia. Está desempeñado por la Corte
Suprema de Justicia y por los tribunales inferiores (cámaras de apelaciones y tribunales de
primera instancia).

El poder legislativo participa en:

Funciones ejecutivas:

Cuando aprueba o rechaza los tratados concluidos con las demás naciones y los concordatos.
Cuando autoriza al poder ejecutivo a declarar la guerra o hacer la paz.
Cuando presta acuerdo para el nombramiento por el poder ejecutivo de jueces, embajadores y jefes
militares.

Funciones judiciales:

Cuando una de sus cámaras interviene como acusadora del presidente, vicepresidente,
ministros y miembros del poder judicial (juicio político).
El poder ejecutivo participa en:

Funciones legislativas:

 Cuando promulga leyes o decretos reglamentarios.


 Cuando presenta proyectos de ley.
 Cuando opone el veto a las leyes sancionadas por el poder legislativo.

Funciones judiciales:

 Cuando dispone indultos o conmutación de penas, arrestos de personas durante el estado de


sitio, nombramientos de magistrados, etc.

El poder judicial participa en:

Funciones legislativas:

Cuando declara la inconstitucionalidad de alguna ley del Congreso o decreto del poder
ejecutivo.

Funciones ejecutivas:

Cuando nombra y remueve a los funcionarios que se desempeñan en los tribunales.

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EL SIGNIFICADO DE LA DEMOCRACIA

La democracia es un concepto excitante y el incremento del


número de Estados adscritos a prácticas democráticas en la actualidad
ha significado una vida diferente para aquellos que ahora viven libres
de cualquier opresión política o de un régimen autoritario. Para
muchos, en especial aquellos en las democracias más nuevas, es un
término complejo que requiere tiempo para que se pueda traducir en la
práctica. Existen muchos documentos sobre la democracia y el deber de
los educadores consiste en lograr que los individuos tengan claro el
significado y valor de la democracia- para ellos mismos, para sus familias y para sus comunidades.

Es muy importante entender que la forma como se transmita la educación para la democracia
influirá directamente sobre el entendimiento que tenga la gente de dicho concepto. La enseñanza
debe hacerse de manera democrática valorando la interacción, la participación y las contribuciones
individuales para debatir y descubrir su significado.

Hay información básica que ofrece buenos fundamentos para desarrollar una comprensión y
apreciación de la democracia.

Definiendo a la democracia

No existe una definición precisa y universal de la democracia. La mayoría de las definiciones


hacen énfasis en las cualidades, procedimientos e instituciones. Existen muchos tipos de democracia,
cuyas distintas prácticas variadas producen también efectos variados. El propio entendimiento,
experiencias y creencias de los estudiantes, así como la historia que ha construido un país en
particular, deben ser incluidas para crear una definición que sea significativa y práctica en su vida
cotidiana.

La democracia no consiste de un conjunto individual y único de instituciones que sean


universalmente aplicables. La forma específica que adquiere la democracia en un país está
determinada en gran medida por las circunstancias políticas, sociales y económicas prevalecientes, así
como por factores históricos, tradicionales y culturales.

La mayoría de los escritos sobre la democracia empiezan identificando el lugar de donde


proviene la palabra y donde hubo una primera manifestación, registrada y formalizada, de las
prácticas democráticas. Estos documentos también ofrecen distintas definiciones de democracia
utilizadas a través del tiempo. Se pueden encontrar todo tipo de definiciones, desde unas muy simples
hasta otras muy complejas. Las siguientes definiciones pueden ser utilizadas para complementar
aquellas que fueron propuestas por los estudiantes en las discusiones.

El término Democracia proviene de vocablos griegos demos que significa gente y kratos que
significa autoridad o poder.

 "... un gobierno conducido con el consentimiento libremente otorgado por el pueblo".


 "...un sistema de gobierno en el que la autoridad suprema recae en el pueblo."
 "Gobierno del pueblo ejercido directamente o por medio de representantes."
 "La forma de gobierno en el que el control político es ejercido por todo el pueblo, directamente
o a través de la elección de representantes."
 "La palabra democracia significa 'gobierno del pueblo". Una democracia es un sistema en el
cual el pueblo puede cambiar sus gobernantes de una manera pacífica y al gobierno se le
concede el derecho a gobernar porque así lo quiere el pueblo.

El Inicio de la Democracia

La palabra democracia proviene de los antiguos griegos, quienes establecieron una forma
directa de gobierno en Atenas. Todos los hombres adultos se reunían para discutir diferentes temas y
votaban levantando las manos. Los esclavos y las mujeres no tenían derecho al voto. Sin embargo,
esta forma de gobierno requiere mucho tiempo y resulta prácticamente imposible reunir a todo el
mundo cada vez que se tiene que tomar una decisión.

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Por ende, el paso de la democracia directa (en donde la gente vota directamente por
determinados temas) a la democracia representativa (donde la gente vota por representantes o
políticos para tomar decisiones en su nombre) resultó inevitable en la medida en que se fueron
estableciendo democracias en las sociedades más grandes y más complejas. Hoy día, siguen
existiendo formas de democracia directa, tales como el referendo, la petición, el plebiscito y las
propuestas, aunque aparecen más a menudo en las democracias más añejas y con más recursos
tecnológicos.

La democracia hoy día

La democracia existe para otorgarle a la gente una forma de vivir en comunidad de manera
que resulte beneficiosa para todos. A pesar de que muchas de las democracias modernas no existían
antes de la Segunda Guerra Mundial, en la mayoría de las sociedades tradicionales existen
precedentes de formas de gobierno en que los ideales en que creían la mayoría de las personas eran
los que guiaban a los gobernantes y comunidades en el proceso de toma de decisiones y en la
construcción de las reglas, al igual que en la forma en que los miembros de la sociedad eran tratados
y vivían en comunidad.

Se ha argumentado que la democracia es un concepto extraño al ¡frica, argumento que se


basa en la confusión entre los principios de la democracia y sus manifestaciones institucionales. Los
principios de la democracia incluyen una amplia participación, el consentimiento de los gobernados y
la responsabilidad o rendición de cuentas públicas por parte de quienes detentan el poder - principios
que permearón los sistemas políticos tradicionales africanos.

La transición política a un Estado democrático, al igual que las reestructuraciones necesarias


tales como la votación y las elecciones, la constitución y los órganos judiciales independientes,
pueden resultar sorprendentes para los ciudadanos. Por ello, concentrarse en la experiencia personal
de la gente puede ser un método útil para hacer que la gente tenga un entendimiento práctico y
común de la democracia.

Los educadores que aleccionan a los ciudadanos sobre la democracia deben alentar a la gente
a expresar sus ideas sobre los valores que ya existen en la forma como interactuan cotidianamente
dentro de sus comunidades. De esta colección de valores, el educador podrá integrar un conjunto de
aspiraciones comunes acerca de los valores que componen la democracia. Este ejercicio resultara útil
para explorar el tipo de gobierno que existe en el país y hasta qué grado puede ser definido como
democrático.

Democracia Representativa

Todo el mundo tiene derecho a formar parte del gobierno de su país, directamente o a través
de representantes libremente elegidos. La voluntad del pueblo debe ser la base de la autoridad del
gobierno; la cual debe expresarse a través de elecciones periódicas y legítimas basadas en el sufragio
universal mediante voto secreto y libre.

La votación es uno de los mecanismos que guía a un Estado democrático, ayuda a mantener a
sus líderes en el camino adecuado y permite conocer que conozcan la forma en que se han
desempeñado. Durante las elecciones, los ciudadanos votan por los candidatos de su preferencia. Los
candidatos o representantes elegidos se convierten en el gobierno del país. Los líderes electos
representan "al pueblo" y gobiernan durante un periodo determinado. Los representantes son
elegidos a través de elecciones basadas en los sistemas de "mayoría" o "representación proporcional",
o en una combinación de ambos.

Los educadores cívicos de un determinado país decidirán hacer énfasis e ilustrar con más
profundidad el tipo de democracia representativa que ha sido elegida. Adicionalmente, querrán
explicar las diferencias entre los distintos sistemas, así como sus beneficios y costos.

Democracias Constitucionales

La mayoría de las democracias, aunque no todas ellas, se basan en una constitución escrita o
una ley suprema que sirve de guía para los legisladores y las leyes que aprueba. Las constituciones
escritas también sirven como una garantía para los ciudadanos de que el gobierno está obligado a
actuar de una forma determinada y a reconocer ciertos derechos.

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La fortaleza de una democracia real depende de ciertos derechos y libertades fundamentales.
Estos derechos y libertades deben ser protegidos para que la democracia tenga éxito. En muchos
países son consagrados y protegidos por la constitución. La constitución también fija las estructuras y
funciones del gobierno y ofrece los parámetros para construir una ley. La constitución esta protegida
contra los cambios que pueden ser causados por los caprichos de un gobernante mediante la
exigencia de una mayoría absoluta para transformar cualquier cláusula, o a través de un referendo
para someter cualquier cambio al juicio de los ciudadanos.

Los requerimientos mínimos para que un país pueda ser considerado democrático

Con el resurgimiento de un número significativo de países que se hacen llamar democracias


por llevar a cabo elecciones libres y justas, algunos teóricos han desarrollado una lista de
requerimientos mínimos para que así sea. Las elecciones por sí solas no hacen que un país sea
democrático. La siguiente lista de requerimientos mínimos ha sido extraída de un estudio sobre las
democracias y de la lectura de varias teorías sobre el tema. Ofrece una panorámica sobre el
significado de la democracia y un parámetro para medir qué tan democrático es un país.

El control sobre las decisiones políticas del gobierno es otorgado constitucionalmente a los
representantes elegidos de manera legítima.

 Los representantes son legidos a través de elecciones periódicas y justas


 Los representantes elegidos ejercen sus atribuciones constitucionales sin oposición de los
funcionarios no elegidos
 Todos los adultos tienen derecho a votar
 Todos los adultos tienen derecho a competir por los cargos públicos.
 Los ciudadanos tienen derecho a expresarse libremente sobre todos los asuntos políticos, sin
riesgo de ser castigados por el Estado
 Lo ciudadanos tienen el derecho a buscar fuentes alternativas de información, tales como los
medios noticiosos, y esas fuentes están protegidas por la ley
 Los ciudadanos tienen derecho a formar asociaciones y organizaciones independientes,
incluyendo partidos políticos y grupos de interés
 El gobierno es autónomo y capaz de actuar de manera independiente sin restricciones
externas (como las impuestas por las alianzas y bloques).
 Los expertos argumentan que si uno de estos elementos no está presente, entonces el país no
es una verdadera democracia.

Críticas al gobierno

Educar a los ciudadanos acerca de la democracia en la que viven, significa que los educadores
están otorgándoles algunas herramientas para analizar sus circunstancias. En algunos casos, esto
puede provocar muchas criticas en relación al gobierno, a los poderes que detenta, a la forma en que
funciona y sobre sí esta o no cumpliendo con las promesas que hizo en tiempo de elecciones. Los
educadores tendrán que prepararse para manejar las criticas de una forma constructiva para que los
ciudadanos puedan aprender a manejar sus criticas de una forma democrática y pacífica.

La democracia significa hacer

La democracia consiste en hacer, por ende, los educadores tienen que hacer énfasis en la
necesidad que los ciudadanos sean proactivos. Los ciudadanos deben saber que una democracia
perfecta es imposible de lograr. Basándose en su experiencia y en una reflexión de los requerimientos
mínimos, los educadores deben pedir a los ciudadanos que identifiquen las amenazas que ellos
perciben para la democracia. Después de obtener esta información, se debe pedir a los ciudadanos
que piensen en los retos que presentan las amenazas, y en la forma en que ellos pueden manejarlos
a nivel de la comunidad. Es muy importante que los ciudadanos tengan la oportunidad de reflexionar
sobre sus tareas personales como agentes de cambio con el objetivo de mejor continuamente su
democracia.

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LA DEMOCRACIA EN CHILE

Chile vivió un período de excepción bajo el Gobierno Militar,


caracterizado porque las libertades y los derechos de las personas
estuvieron conculcados. El poder político se centralizó en una Junta
Militar que ejerció los poderes Ejecutivo y Legislativo. Es motivo de
debate la justificación y logros de tal experiencia, pero lo que no se
debate es la convicción de todos los sectores políticos, incluyendo a
quienes justificaron el golpe militar de 1973, respecto a que Chile
debe encausarse por la senda de la democracia. El proceso de
retorno a la democracia ha sido complejo, dejó muchas víctimas y una fisura en nuestra sociedad que
aún no se resuelve. Puede afirmarse con certeza que no existe un concepto único de democracia y
que ésta es siempre perfectible.

Tiene la democracia características fundamentales que se expresan en que es el pueblo el que


en elecciones libres, periódicas e informadas elige a las autoridades que ejercerán el poder político a
través del Gobierno o Poder Ejecutivo y del Parlamento. Lo anterior, no obstante, es insuficiente como
caracterización más comprensiva de la democracia, ya que ésta es más plena en la medida que exista
mayor participación en la toma de decisiones respecto a los asuntos fundamentales de un país, en la
medida que exista igualdad de oportunidades entre los nacionales, respeto por la diversidad, y es más
plena en la medida que se garanticen los derechos y las libertades públicas e individuales. En
democracia las confrontaciones políticas o las distintas visiones de país se resuelven pacíficamente en
favor de quienes alcanzan la mayoría expresada por medio del sufragio universal e igualitario. Esta
mayoría, instalada legítimamente en el Gobierno o en el Parlamento, debe estricto respeto a la
minoría, la que tiene toda la libertad para expresarse. El Congreso Nacional adopta sus decisiones por
mayoría; en materia de Ley, la Constitución Política establece el quórum para la aprobación de las
normas legales según su jerarquía (art. Nº 63). Mayoría y minoría deben enmarcar su accionar en
irrestricto respeto al Estado de Derecho, es decir, del conjunto de instituciones y normas jurídicas que
regulan la convivencia, que confieren y resguardan derechos y establecen obligaciones.

La democracia dice relación, también, con la posibilidad de acceso compartido al bienestar


económico. Si observamos las democracias consolidadas de Europa constataremos que la distribución
del ingreso es más igualitaria que la de Chile y otros países en vías de desarrollo. El mayor acceso a la
educación, a la vivienda, a la salud, a la cultura y a la recreación se entienden como parte de los
logros fundamentales que perfeccionan una democracia.

La opinión mayoritaria de los chilenos considera que el país tiene una democracia imperfecta
porque conserva rasgos del régimen autoritario que gobernó a Chile por cerca de 17 años. Las
imperfecciones de la democracia se encuentran fundamentalmente en lo que la mayoría ha
denominado enclaves autoritarios, es decir: la existencia de senadores designados, la inmovilidad de
los comandantes en jefe de las Fuerzas Armadas y de Orden, el Consejo de Seguridad Nacional, la
mitad de cuyos miembros con derecho a voz y voto son militares, el sistema electoral denominado
binominal y otros. Estos enclaves rompen con lo que había sido tradicional en la cultura político-
democrática chilena y con la cultura político-democrática occidental. No obstante, en Chile tales
enclaves tienen defensores en los partidos políticos de la centro-derecha.

Es importante reflexionar sobre instrumentos que permitan la profundización de una cultura


democrática nacional. Uno de ellos es la educación, la que puede abordar el estudio comparativo de
los sistemas políticos enfatizando los aspectos valóricos de la democracia y sus ventajas frente a los
autoritarismos. La democracia tiene un contenido ético y libertario que dignifica y valoriza al ser
humano; de estos contenidos deben imbuirse los jóvenes a través de la educación. Pero la opción por
la democracia no se logra a través de su solo aprendizaje teórico sino que también a través de su
práctica. Para ello es necesario que los establecimientos de enseñanza superen los resabios
autoritarios que pueden observarse tanto en el ejercicio de la docencia como de modalidades
disciplinarias y estimulen la participación de los estudiantes en los gobiernos estudiantiles y en
actividades sociales y culturales. Este tipo de participación o convivencia favorece la integración y
produce valores solidarios, al tiempo que crea condiciones favorables al respeto y aceptación entre las
personas, que son valores democráticos. La educación tiende a reproducir patrones culturales y
modelos de relaciones sociales y es lenta en asumir los cambios, por ello es necesario estar atentos a
contenidos programáticos y redefinir estrategias pedagógicas. La democracia se aprende
fundamentalmente como práctica cotidiana de vida.

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La familia es otro recurso de socialización de los valores democráticos de los jóvenes. Sin
embargo, los estudios que se han realizado demuestran que en los núcleos familiares escasamente se
abordan los temas políticos. Junto con los establecimientos educacionales, corresponde a la familia
apoyar el desarrollo de convicciones democráticas en la juventud.

Otro instrumento que influye en la cultura democrática son los medios de comunicación de
masas. Particularmente la televisión, el más influyente de los medios, tiene a menudo programas
triviales, neutros y, en ocasiones, quienes cumplen funciones directivas recurren a la autocensura
para eludir el debate sobre temas que pueden tener connotación política o molestar a los poderes
fácticos. Por otra parte, la práctica de la censura a través de los canales de televisión es un resabio de
autoritarismo que concibe a jóvenes y adultos como incapaces de discernir o de tener juicio crítico,
por lo tanto hay que resolver por ellos.

LA INSTITUCIÓN PARLAMENTARIA A FINES DE LOS 90,


DIAGNÓSTICO ACERCA DE LA RELACIÓN PARLAMENTO CIUDADANÍA

Introducción

La evaluación de las instituciones públicas parece ser la


tendencia más generalizada de estos años, apuntando a reconstituir
los escenarios en que el Estado se desenvuelve y presta solución y
orientación a los ciudadanos de su país.

Nuevos conceptos como eficiencia, eficacia, estrategia,


productividad, etc., han comenzado a internalizarse en la
administración y gestión del Estado. Ello implica una permanente
revisión de objetivos y logros en el corto y largo plazo. Para el aparato centralizado del Estado, la
función ejecutiva, dicho proceso se implementa desde hace pocos años y se encuentra aún en etapas
iniciales y de diagnóstico.

Por su parte, el Congreso Nacional, que lleva funcionando 9 años desde la llegada de la
democracia, por cierto que forma parte de las instituciones públicas sujetas a evaluación técnica y
también ciudadana. Esto ha proporcionado importante información respecto a las funciones que los
parlamentarios llevan a cabo, su relación con los otros poderes del Estado, las atribuciones
constitucionales que pueden ejercer, la relevancia de la legislación que producen, la relación con la
ciudadanía, el papel de los medios de comunicación, etc. Y esto no es privativo del parlamento
chileno. A nivel internacional, es reiterativo el diagnóstico crítico acerca de la situación de los
congresos y la necesidad de modernizarlos, en áreas técnicas, así como político institucionales.

Este trabajo se centra en el diagnóstico acerca de la vinculación entre la institución


parlamentaria y los ciudadanos, en función que se trata de una materia de preocupación generalizada
en distintos países y especialmente en Chile. Por ello, si bien las conclusiones no remiten
específicamente a Chile, resulta imposible no hacer permanente referencia a dicha relación expresada
en las encuestas de opinión pública realizadas en el país, así como a estudios cualitativos de
percepción ciudadana.

La exposición se centra en la identificación de los actores involucrados: Parlamentarios,


ciudadanos y medios de comunicación para luego concluir algunas reflexiones en torno a la sociedad
civil.

Los Parlamentarios

Hoy en día, hablar de Parlamento refiere inmediatamente a la trilogía de funciones -tradicional


y constitucionalmente adjudicadas- de Legislar, Fiscalizar y Representar.

Con respecto a la primera mencionada, legislar, puede señalarse que es extendida la


apreciación respecto a los disminuidos poderes y atribuciones con que cuentan los parlamentarios en
relación con el Ejecutivo. A nivel latinoamericano, el peso del Presidente, en la tradición, hábitos y
costumbres políticas y electorales, es incontrarrestable y a juicio de algunos autores, se trataría de
una característica permanente de estos países, enraizada en sus orígenes históricos.

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Al respecto, Joan Prats Catala señala:

"En la historia de los países iberoamericanos se encuentran las raíces de la debilidad de sus
Parlamentos. La Constitución y las leyes formales son las de los regímenes demoliberales, pero las
instituciones informales no lo son. El sistema económico tiende todavía a verse como un sistema de
intercambio con el poder político, no como un juego u orden abstracto interiorizado y respetado por
agentes económicos autónomos; la estructura social sigue siendo en gran parte corporativa: la ley
determina quien está dentro del sistema y cómo, pero no dirime los conflictos entre intereses
corporativos; éstos exigen de un poder arbitral máximo y centralizado: el Presidente, garante de una
solidaridad orgánica, heredero de la legitimidad patrimonialista de los antiguos emperadores y reyes;
el Presidente y su burocracia centralizada son los que van a superar la dispersión caudillista y
territorial del poder y a garantizar con ello la unidad nacional. En este sistema el espacio dejado a los
Legislativos no puede ser sino complementario y de acompañamiento."

Además de la cultura presidencialista imperante, debe agregarse su consagración


constitucional, como es el caso de Chile, en que la iniciativa legislativa la comparte el Legislativo con
el Ejecutivo, el cual además de tener una mayor iniciativa legislativa ordena las agendas con los
temas y urgencias que le interesan.

Por otro lado, se percibe una menor importancia objetiva de la actividad legislativa, de la faena
legal y su producto final: la ley. Una explicación a dicho fenómeno puede esbozarse en la
desdramatización de la política y del actuar de sus protagonistas. Algunos años atrás, la política tenía
ribetes épicos, masivos, convocantes, en que la discusión legal tenía trascendencia en los rumbos de
los países, y una ley podía transformar, por ejemplo, la estructura económica, adquiriendo por tanto
los políticos y el proceso legislativo connotaciones determinantes.

Hoy en día, el modelo neoliberal se ha consolidado en nuestras economías, sin lugar a


discusión, por tanto la ley ya no se percibe como instrumento de cambio, sino de regulación del
sistema. La política, en consecuencia, y su expresión institucionalizada, el Congreso, han entrado en
una fase más técnica, más cotidiana, más especializada, perdiendo centralidad en los procesos
económicos y sociales, y por tanto perdiendo también eco en la ciudadanía pues los grandes temas ya
están resueltos, y los que no, como, por ejemplo, el divorcio en el caso de Chile, por su
componentevalórico, no representan urgencia como materia legal.

Con respecto a la Fiscalización, en general se aprecia una importante iniciativa en términos de


la fiscalización política de los gobernantes, investigando irregularidades, acusando políticamente a
funcionarios de otros poderes. Pero en un aspecto central, cual es la finanzas públicas y el
presupuesto de la nación, el Ejecutivo tiene discrecionalidad total en su asignación, debiendo el
Parlamento aprobar, o disminuir partidas, pero no modificarlas o aumentarlas, y en caso de no haber
acuerdo, rige el proyecto del Ejecutivo, como es el caso de Chile. Ante esto, que constituye una
carencia clave de los parlamentos actuales, puede señalarse que el aparato central del Estado, el
Ejecutivo, cuenta con cuadros profesionales dedicados exclusivamente al tema presupuestario con
muchos años de experiencia y un alto manejo técnico adquirido en la práctica. Por tanto, la mayoría
de los parlamentarios no se encuentra en condiciones de discutir en profundidad dichos temas, pues
una característica particular del parlamentario es la multiplicidad de temas a los cuales está abocado,
la mínimas atribuciones constitucionales que tiene al respecto, y su transitoriedad en el cargo, lo cual
impide un expertizaje sostenido.

Al respecto, Alejandro Vial sostiene:

 "El tema del presupuesto general de gastos de la nación, el parlamento chileno carece de
competencia real para superar las enormes complejidades técnicas que supone el tema
presupuestario. Como dijo uno de los informantes, las comisiones mixtas que estudian el
presupuesto, ‘es muy poco lo que pueden entender’.
 En rigor, la discusión especializada sobre el presupuesto y su análisis detallado, no puede
darse en el Parlamento. Al igual que en la Argentina y el Uruguay, el tema en cuestión es un
virtual monopolio técnico del Ejecutivo.
 La complejidad técnica del tema y el hecho de que los parlamento no dispongan de expertos
adecuados impide realizar la fiscalización del Ejecutivo en este tema esencial.
 En la práctica, esto se traduce en que las respectivas Comisiones de Hacienda de los
parlamentos del Cono Sur hacen un virtual acto de fe en la disposición del Ejecutivo".

En cuanto a la función representativa de los parlamentarios, es precisamente esta área la que


es sistemáticamente objeto de análisis y evaluaciones y presenta un serio déficit en el balance final.

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Década atrás, el contacto entre el congresista y el electorado era mucho más directo y
personal, en parte por lo señalado antes, en el sentido que la actividad político-legislativa constituía
un eje trascendental que convocaba al ciudadano a involucrarse decididamente. Por lo demás, y no es
poco relevante, la sede del Parlamento, en el caso de Chile, se encontraba en Santiago, lo cual
implicaba una inserción directa en el quehacer político, económico y social, y, consecuentemente, una
relación estrecha con las organizaciones ciudadanas. Resulta coincidente el perfil técnico del
Parlamento actual con su ubicación geográfica. Sin embargo ello ha repercutido en el contacto con el
ciudadano, el cual como integrante de un conglomerado social, a su vez, se encuentra aislado y
volcado a lo particular. Antes, era frecuente informarse directamente en el Congreso de lo que ocurría
y escuchar discursos parlamentarios elocuentes y convocantes, situación que hoy en día no ocurre,
pues tanto el emisor (parlamentario) como el receptor (ciudadano) emplean otros medios para
comunicarse. El modelo de parlamentario, carismático y motivador ha cedido paso al parlamentario
-mediático y especializado, pues está determinado por el tiempo, condicionante ineludible en los
medios de comunicación.

Dado que la relación entre parlamentario y ciudadanía es hoy en día mayoritariamente


realizada a través de los medios, se cae frecuentemente en hacer de la tribuna medial una
continuación del debate del hemiciclo, debate entre pares, no dirigido a la opinión pública, con lo cual
se obtiene una amplia cobertura pero un muy bajo impacto en cuanto a contenidos.

A esto debe añadirse que el formato televisivo -el cual es, según las encuestas, el medio
elegido por la mayoría de la ciudadanía para informarse- reduce la cobertura a la coyuntura y a la
polémica, no a los proyectos legislativos en curso pues no constituyen noticia, y que la estructura
informativa tiende a reducirse a un grupo pequeño de "hablantes" que determinan la agenda
temática, la cual se vuelve altamente homogénea. Es decir, lo noticiable es similar en los distintos
medios y es muy reducido el grupo de personas que aparece día a día opinando sobre temas políticos.
Por tanto, los discursos necesariamente aparecen descontextualizados, desapareciendo la óptica
procesal, y, convirtiéndose el parlamentario en portador de temáticas cerradas sobre sí mismas,
aisladas y fragmentadas. Ello conlleva, entonces, a generar distancia del ciudadano-receptor, al recibir
información segmentada y parcelada.

Concluimos, por tanto, que el parlamentario ha cambiado su status político constituyéndose en


un actor más individual, más personalista, responsabilidad que le cabe también a los partidos políticos
actuales, que funcionan sobre la dinámica "caudillista" y "clientelística". Además, como se señaló, la
política misma es más técnica y menos trascendental para el ciudadano, el cual, al contactarse a
través de los medios y especialmente de la televisión, percibe individualidades, discursos
autorreferentes, problemáticas técnico-jurídicas, al parecer, lejanas de la cotidianeidad y que, en
consecuencia, conllevan distanciamiento y desafección.

El parlamentario uruguayo Francisco Rodríguez Camusso, señala:

"El político, y fundamentalmente el legislador, que estaba en contacto casi diario con conjuntos de
ciudadanos, recorría barrios, visitaba familias, recibía a mucha gente. Hoy eso, prácticamente, no
existe; el legislador se comunica a través de medios que no lo ponen delante del ciudadano sino
delante de un micrófono o de filmador. Y esto representa desde todos los puntos de vista -sociales,
psicológicos y todo lo que tiene que ver con la función de un político- un cambio sustancial".

Los Ciudadanos.

Conceptualmente, el ciudadano es aquel habitante de la ciudad


dotado de derechos políticos; deliberante y participativo en las instancias
decisorias de su "polis". Así se entendió desde los tiempos de la
revolución francesa, aunque con un sesgo distintivo: la propiedad. El
ciudadano debía ser propietario para ejercer el voto y ser electo. Sin
embargo, la democratización del sufragio universal en este siglo,
incorporado a la mujer como ciudadana hábil para elegir y representar,
permitieron que la democracia se fortaleciera y la ciudadanía ejerciera un
rol vital como actor de desarrollo y elector lúcido de sus representantes.

Hasta los años 60 y comienzo de los 70, la política se desarrollaba en distintos ámbitos: la
calle, la prensa (escrita), los sindicatos, las universidades, el Parlamento. La motivación ideológica, los
discursos globalizantes, la importancia decisiva de todos los eventos electorales, la participación
directa de los ciudadanos, junto al papel de interlocutores directos y movilizadores de los congresitas,
significaron un fortalecimiento del rol histórico del ciudadano, como agente colectivo de demandas
hacia los otros actores del poder, Gobierno y Parlamento.

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En este contexto, los medios de comunicación no tenían la connotación y relevancia de hoy en
día, por distintas razones, entre ellas, la estructura de propiedad, la cobertura, la tecnología, pero
fundamentalmente por una cuestión de cultura política de los actores. El ciudadano de esos años se
informaba a través de la prensa escrita, generalmente vinculando sus ideas con los del medio que lo
representaba, así como las radioemisoras exponían en su estructura de propiedad el arco político en
su amplio espectro. La televisión, incipiente por aquellos años, no jugaba un papel decisorio en la
agenda temática ni determinaba la forma y contenidos de los discursos políticos, porque la política
sobrepasaba los soportes mediales.

Hoy en día, sin embargo, aquél ciudadano politizado e ideologizado, ha dado paso a lo que
algunos llaman el "ciudadano crediticio", el ciudadano usuario de servicios y esencialmente
consumidor.

Este ciudadano de los 90 ya no se encuentra dinamizado por metarrelatos, ni motivado por


causas colectivas. Sus intereses son más concretos, dentro de una racionalidad nueva, económica,
que busca la satisfacción de sus necesidades inmediatas teniendo como escenario sus interrelaciones
familiares cercanas. Lo asociativo, lo colectivo ya no congrega, como lo demuestra, por ejemplo, la
desintegración del mundo sindical. Las voces colectivas no se escuchan, porque no las hay. Ello
debido a que la lógica del mercado funciona sobre la base de individuos que deben satisfacer
necesidades en función de la oferta y la demanda, y quienes no tienes acceso al mercado, levantan
un discurso reinvindicador ante el actor Estado (municipalidad, ministerio, parlamentario), pero
inorgánico y fragmentado. Cuando esta demanda es efectuada al parlamentario, es que no se conoce
la función de éste, traslapándose para el ciudadano las responsabilidades del alcalde con las del
diputado o senador y las del gobernador o del ministro.

Lo político dejó de ser el eje ordenador de las demandas y expectativas de los ciudadanos y lo
público-colectivo ya no convoca, por ello las demandas son de problemas concretos y cercanos. Por su
parte, los partidos políticos ya no movilizan, en ocasiones, ni a sus militantes. En consecuencia, los
referentes de lo colectivo, de lo que otorga organicidad social, el escenario de integración o de
percepción de un colectivo-país se encuentra ahora en los medios de comunicación. Ese es el nuevo
escenario con participantes individuales, distanciados entre sí y de los actores políticos, ciudadanos-
espectadores de lo que se les entrega y, generalmente, conformes con ello.

De acuerdo a estudios cualitativos de opinión pública en Chile, las personas plantean que:

 "No existen canales de comunicación regulares y directos entre los ciudadanos y los
parlamentarios. Los medios de comunicación se reconocen como el único canal existente
desde el Parlamento hacia los ciudadanos, que les permite a éstos últimos obtener
información de este cuerpo legislativo".

Esto se debería a que:

 "Los espacios de contacto actuales, encuentran una critica muy negativa de parte de la
mayoría de los grupos evaluados, considerando que los parlamentarios establecen vínculos
con la gente para ganar votos: sólo se disponen a escuchar los problemas, no a resolverlos".

Y además:

 "Las personas reconocen la poca participación de ellos mismos, en el trabajo de generar


espacios de contacto con los parlamentarios".

Las posibilidades de generar estos espacios se orientan hacia:

 "Canales de comunicación que generen espacios de intercambio personalizado, donde la


expectativa es tener la posibilidad de expresar los problemas que afectan particularmente al
ciudadano. Entre estos canales se concibe el envío de cartas, las conversaciones telefónicas y
la atención personal en alguna de las oficinas del parlamentario"

Y también:

 "Canales de comunicación que deben ser establecidos mediante una red de intercambio, que
vaya desde los espacios más locales, tales como unidades vecinales, foros municipales, hasta
la Cámara de Diputados y el Senado. Esta red debiera representar los intereses de la
comunidad".

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Se pueden apreciar en las conclusiones de dicho estudio, que los ciudadanos se informan de lo
político-parlamentario a través de los medios, especialmente la televisión. Además, la demanda por el
contacto personal es generalizada, reconociéndose la pasividad de parte de los ciudadanos por
potenciar ese contacto, así como la necesidad de contar con una red social de interacción con las
autoridades para fomentar dicha comunicación.

Los Medios.

El tercer actor involucrado en el diagnóstico acerca de la


relación entre los ciudadanos y el Parlamento es el sistema de
medios de comunicación.

Es posible identificar el fenómeno de la globalización a


nivel planetario de los medios durante los años 80, década en que
se establecieron las primeras cadenas mundiales de información,
sustentadas por la tecnología satelital, y las redes de información y transmisión de datos a través de
complejos computacionales. En Europa y Estados Unidos estas tendencias se manifestaron años
antes, sin embargo se puede establecer que la masificación e interrelación global, incorporando a
Latinoamérica y otras regiones del planeta se ha consolidado en los años 90.

Como se señalo anteriormente, en la actualidad, los medios han reemplazado a la "plaza" o el


"ágora" en el sentido de concentrar el contacto y las relaciones entre actores públicos, adquiriendo
una relevancia determinante en la generación de información y de opinión pública.

Sin embargo, ningún estudio ha probado nunca una dependencia directa entre los contenidos
de los medios y el comportamiento del público. Éste posee una serie de filtros -la familia, el entorno
social, el nivel educativo- que relativizan la supuesta influencia de los medios. A pesar de ello, la
mediación que ellos realizan entre la esfera de lo público y el ciudadano, no es gratuita ni
desinteresada. Los medios de comunicación son empresas privadas con intereses económicos, con
postura política, con un eje editorial reconocido y por lo tanto, adquieren estatuto social. Por su parte,
los actores políticos han advertido el potencial medial y trabajan en función de él. "Si no está en los
medios, no existe", señalaba el director de un periódico norteamericano, en relación a la permanencia
de un determinado discurso o un personaje público en la discusión de la opinión pública. Esta relación
puede volverse perversa, pues puede derivar en una dependencia interesada, recompensada, y nociva
para los efectos de la transparencia de la gestión pública y la credibilidad del ciudadano-lector-
televidente.

Lo político en los medios ha disminuido su importancia en los últimos años. En Chile


probablemente nunca se vuelva a tener los programas y los niveles de audiencia de los registrados a
fines de los años 80, época marcada paradigmáticamente por los eventos electorales que condujeron
a la transición democrática.

Hoy en día son muy pocos los programas netamente políticos y, éstos por lo general, aparecen
en períodos preeleccionarios. Y sólo interesan a espectadores específicos, interesados en el tema, es
decir, un público segmentado. La tendencia en los medios actualmente es a seleccionar el público
objetivo al cual se van a dirigir, diversificando su producción. Este fenómeno atraviesa a todos los
medios, incluso a la televisión generalista o abierta. Además, el objetivo primordial es entretener, y en
lugar secundario se pretende informar. Señalamos anteriormente como los programas noticiosos
tienden a ser homogéneos, similares, cubriendo los mismos temas y entrevistando a los mismos
actores. No existe interés en investigar, ni buscar nuevas ópticas o dimensiones a la información. Ante
esta situación se encuentran los actores políticos-parlamentarios, en un juego de discurso breves y
descontextualizados, dialogando unos con otros en forma fragmentada. Mientras al otro lado, se
encuentra un ciudadano desinteresado, mal informado y distante.

Esta situación se encuentra estrechamente ligada al financiamiento de los medios, los cuales
deben vender espacios publicitarios para financiarse. Ello implica una lógica estricta vinculada al nivel
de audiencia y lectura. Este factor determina contenidos y programaciones, privilegiando entretener
que destinar tiempo a informar.

Puede concluirse, que los medios de comunicación resuelven la dinámica de generar recursos
simbólicos provenientes del mundo político -especialmente identificado con la función parlamentaria-
por la vía de la segmentación y fragmentación de los discursos, los cuales son también construcciones
parceladas, técnicas y personalistas. A su vez, el receptor de estos mensajes es un ciudadano
atomizado, reticente a preocupaciones colectivas, preocupado de lo inmediato y lo cercano a su
mundo referencial, la familia y el trabajo.

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Sobre estos temas, José Joaquín Brunner reflexiona:

 "Los políticos juegan un rol y están expuestos frente al público en un escenario que consume
su tiempo y pasiones; los comunicadores, a su turno, proporcionan el escenario y alimentan
con sus guiones el espectáculo de la política. Ambos, sin embargo, reclaman del otro
acercarse a la realidad y expresar, en sus respectivas esferas, el país real.
 En la medida que la comunicación de masas ha penetrado toda la sociedad, hasta sus más
apartados sectores de actividad, el personal político se ve llevado a concebir la realidad como
un juego de signos, mensajes y símbolos. ‘Estar en escena’ se transforma para el político en
una necesaria obsesión. En cambio, ‘no aparecer en la foto’, según dicen por ahí, es como
estar muerto políticamente.
 Los medios, por su lado, terminan hechizados por la realidad imaginaria que ellos mismos
crean con su constante producción de mensajes. Llegan a concebir que sólo existe lo que se
publica o trasmite y que en eso, nada más, consiste lo real.
 De allí la posibilidad de que se establezca entre ambos grupos -políticos y comunicadores- una
suerte de ‘pacto del espectáculo’ para mantener andando la representación y el interés del
público, la realidad se reconstruye continuamente en términos dramáticos alimentándola cada
día con pequeños conflictos, batalla de palabras y un flujo constante de trascendidos y
rumores".

Como reflexión final, se puede concluir que existe una tendencia que cruza transversalmente a
los actores involucrados en este diagnóstico de la relación parlamento-ciudadanía: la fragmentación
de los discursos.

Por distintas razones, tanto el emisor parlamentario, como los medios de comunicación y los
receptores ciudadanos, perciben la realidad en forma parcelada y acotada, lo cual impide una óptica
procesal, un análisis coherente y un procesamiento de información eficiente para tomar decisiones,
para comunicarlas o para demandarlas.

Desde el punto de vista del actor parlamentario, señalamos que por la evolución y cambio del
escenario y del rol del profesional político, su quehacer ha dejado de ser un eje aglutinador de
expectativas y movilizador de cambios relevantes, debido a que la desideologización de las reflexiones
políticas y el énfasis en la praxis, en lo concreto y en lo técnico, enfatizan la administración de la
gestión pública, por sobre cualquier cuestionamiento de la misma o de sus supuestos.

Desde los medios, la fragmentación de la realidad y de los discursos que dan cuenta de ella, se
encuentra en el epicentro de la fórmula medial actual. Ello debido a la administración del tiempo y del
espacio que los medios deben realizar por necesidades financieras, y a la simultaneidad de noticias,
eventos, opiniones y declaraciones que impiden reflexión, análisis y distancia. A ello debe agregarse la
vertiginosa dinámica provocada por la globalización de las comunicaciones y la información, lo cual
implica seleccionar lo relevante, lo diferente, por sobre la normalidad o la regularidad, características
actuales de la actividad político-legislativa.

Por último, desde el ciudadano, la fragmentación se expresa, como se señaló, en una opción
por lo individual y un rechazo por lo colectivo, produciéndose un distanciamiento de lo político y de los
actores políticos, los cuales, además, constituyen un grupo reducido que aparece frecuentemente en
los medios, dando la impresión que no hay más interlocutores o discursos alternativos.

Pero otra forma de fragmentación, vinculada estrechamente con la "cultura neoliberal" es la


desaparición de la red social colectiva y solidaria -especialmente en el caso chileno-, característica de
años anteriores, en la cual la organización y la participación generaban una fuerte percepción de
pertenencia y de capacidad de estructurar, desde el ciudadano, un diagnóstico y una propuesta,
originado por una sociedad civil integrada.

La actual atomización y consecuente desgano social, atenta contra una retroalimentación


fructífera hacia los actores políticos, especialmente, los parlamentarios. Éstos, por su parte, generan
un discurso monodireccional, que no encuentra interlocutores competentes desde la perspectiva
comunicacional, pues los contenidos se han dispersado en el proceso.

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