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HUMANIDADES DIGITALES Y SU RELACIÓN EN EL CONTEXTO DE LA EDUCACIÓN VIRTUAL Y A

DISTANCIA.

Objetivos específicos:

Definición y precisión del campo denominado humanidades digitales.

Estado del arte de la producción acerca de las humanidades digitales.

Aproximaciones filosóficas y educativas a las humanidades digitales.

Elementos para la reflexión.


El “mundo digital”, lo que también se ha denominado “virtualidad”, implica una nueva
manera de relacionarse con la realidad, pero al mismo tiempo se produce la apertura de
un nuevo horizonte del devenir humano. La vida de las personas con acceso a la
tecnología se ha transformado radicalmente debido a la creciente interacción entre las
personas y las tecnologías, de un lado, la apertura al conocimiento y la comunicación
permiten a las personas el acceso a nuevas condiciones del aprendizaje, la economía y
el entretenimiento, que en teoría se permite un mundo inimaginable de posibilidades
para la creación de un conocimiento donde se puede obtener la colaboración de toda la
humanidad; de otra parte, hay múltiples problemáticas que se generan debido a las
condiciones que facilitan gran cantidad de fenómenos producidos por las posibilidades
del medio: las comunicaciones facilitadas por la tecnología permiten cualquier tipo de
comunicación, así mismo, los delitos informáticos, la desinformación y la aparición de
una cultura de la banalidad...

El horizonte del mundo digital se convierte en un nuevo complejo de problemáticas


susceptibles de ser abordados por las ciencias sociales, los estudios sobre la tecnología y
demás formas de estudio, como la literatura, las artes, es decir lo que actualmente
comprendemos como las humanidades.

El horizonte de la virtualidad se presenta como una posibilidad prometedora para las


humanidades: éstas disciplinas no dependen de los medios en los que se publican, de
hecho los contenidos de las humanidades versan en sobre estos medios: diversas
publicaciones abordan los problemas inherentes a la construcción y descubrimiento del
mundo que emerge en la virtualidad: las humanidades digitales entonces adquieren al
capacidad de revelar y problematizar múltiples fenómenos que emergen en la
virtualidad: la relación de los hombres con las tecnologías, la emergencia del
transhumanismo y el posthumanismo, las redes sociales y los entornos sociales en los
cuales se hacen relaciones sociales mediadas por la virtualidad, la inteligencia artificial y
la cibernética, entre otros muchos escenarios que se revelan ante quienes se han
preocupado por conocer la experiencia del hombre con su realidad.

Si bien desde hace un buen tiempo nos movemos en el mundo de lo virtual y se ha


naturalizado, en varios sentidos, como un medio en el cual nos relacionamos y vivimos
“virtualmente”, es evidente que tal contexto se hace extraño más allá del fenómeno mismo.
En efecto, cuando hablamos de lo digital, parecemos referirnos a los usos e interacciones que
logramos alcanzar a través de los medios y mediaciones que os ofrece la tecnología. Sin
embargo, lo digital se erige también como escenario para de vivencia de lo cotidiano y como
objeto de conocimiento propio de la investigación.

Que son las humanidades el referirnos a las humanidades implica una forma de establecer
maneras para acceder a la esencia o a la exaltación de lo humano como forma de
conocimiento con la impresión de libros y revistas.

Las humanidades están ligadas a la escritura y la comunicación de lo humano. El medio


habitual de comunicación ha sido el papel y la producción cultural ligada a la búsqueda de
expresión de todos los aspectos de la experiencia humana.

Ahora bien, el denominado humanismo digital no se restringe únicamente a la replicación de


las grandes obras del conocimiento humano en formatos legibles en pantalla. Las
humanidades digitales implican un horizonte de tratamiento, divulgación y aprendizaje del
conocimiento al igual que una manera de exploración de lo humano. Cabría preguntarnos si las
novelas de anticipación, el cine de ciencia ficción y demás medios en los que se expresa el
pensamiento del hombre implican diversas formas de difusión del saber creciente
En el momento actual debemos preguntarnos si la problematización y búsqueda, producción y
comunicación del conocimiento se restringe solamente a la validación de los ámbitos
académicos, a pesar de las

La amenaza de la desaparición de las humanidades del escenario de lo público, la plaza y el


canal de televisión, la librería etc.

Las humanidades no se han preocupado por acceder a nuevos

Humanidades digitales en el contexto educativo actual

Problemas encontrados o relativos a la relación de las humanidades digitales y la técnica

Es un problema de estudio o es un problema educativo

La escuela contra la educación del campo digital o virtual

Ámbito abierto de las humanidades

no nos encontramos ante una disciplina que dependa esencialmente de los medios en
los que es expresada, sino de los contenidos específicos con los que trabaja, es más, la
capacidad problematizadora de la Filosofía concuerda con la posibilidad de la
virtualidad para generar nuevos escenarios de comprensión e indagación.

El programa en Filosofía, modalidad virtual, se caracteriza por las mediaciones y


orientación hacia la virtualidad, horizonte de sentido que promete múltiples
alternativas de indagación del entorno y la concepción de la realidad contemporánea.
En este sentido, la expresión Realidad Virtual no constituye una contradicción en los
términos, como si lo virtual fuera opuesto a lo real. Recuérdese por una parte que la
teoría aristotélica de la potencia y el acto habla de dos formas de existencia: la semilla
por ejemplo es potencialmente el árbol, mientras que el árbol es tal en acto. Potencia y
acto son dos formas de ser, la primera no es en absoluto una simple ilusión. La potencia
es el principio del movimiento o del cambio, según afirma Aristóteles en el libro V de la
Metafísica1. Por otra parte en el lenguaje habitual se suele entender lo posible como
solamente factible o probable. Bien puede darse que lo posible no llegue a ser.

Entonces, en primer lugar, las dualidades virtual-actual y potencia-acto, se refieren a


formas de ser, o a algo que tiene existencia real. En cambio, lo posible en un sentido, sí
se opone a lo real porque constituye sólo una ilusión, porque no se ha realizado aún.
Alguien podría querer ser un gran deportista sin hacer ningún esfuerzo, sin entrenar,
crear hábitos y formar actitudes. Es una simple utopía. Pero en segundo lugar, la
proyección de lo virtual a lo actual es diferente a la relación entre potencia y acto. Esta
última tiene un sentido lineal hacia adelante, de la potencia hacia el acto. La relación
entre lo virtual y lo actual en cambio, no tiene una orientación definida estrictamente,
puesto que lo virtual conduce a lo actual pero además lo actual se vuelve a lo virtual. El
lenguaje es un ejemplo típico de lo virtual, pues la palabra existe realmente en su
estatus potencial y puede ser actualizada en cada caso de enunciación. A su vez, los
nuevos usos en diversidad de contextos lingüísticos, reconducen a la palabra en sus
potencialidades, en su disposición virtual y la transforman en nueva donadora de
sentido. Así, la información que permanece en el ciberespacio —lugar de la potencia-,
puede ser actualizada por los usuarios, aplicada en un caso concreto y cuando estos
tienen la capacidad de modificar aquélla, se devuelven a la condición virtual de la base
de conocimiento, ampliándola o modificándola.

Estas ideas ponen en evidencia el hecho de que en el campo de la realidad virtual se


trata más de procesos que de estados y momentos fijos. Por consiguiente en cabal
sentido, resulta más apropiado hablar de virtualización y actualización. Lo novedoso de

1
Aristóteles (1986). Metafísica. Buenos Aires. Editorial Sudamericana
la realidad virtual está en sus posibilidades creadoras y creativas que van más allá de los
dispositivos e ingenios científicos que se propagan a través de las nuevas tecnologías de
la información y la comunicación, por ello la virtualidad se convierte en un escenario de
indagación de lo humano.

Desde el punto de vista de la percepción de mundo y de comportamientos, es de


suponer que el hombre y la sociedad tendrán formas de vida con variedad y creatividad
renovados exponencialmente, sobre el tiempo y el espacio. La pregunta de fondo que
queda expuesta es si esta realidad terminará prevaleciendo sobre sus propios
creadores, y conduciéndolos por una vía paradójica de excesos y decadencia a la vez ¿Es
posible eso?

Por ello, es destacable que detrás de todo este panorama reside una interpretación
filosófica que parte de la idea de que la Razón humana, fuente ilimitada de
cuestionamientos y problematizaciones. Eso está latente en la reflexión crítica que llevó
a cabo Kant sobre la razón, si bien quien encontró en ello un paso hacia la realidad
virtual como nueva forma de ver el mundo, fue el francés Gilles Deleuze. Como
resultado final, debe entenderse que lo virtual es un nudo de fuerzas
problematizadoras, representando lo actual diversas soluciones a tales
problematizaciones. Cada solución es una actualización, distinta a la anterior y con
efecto sobre el propio núcleo de fuerzas, en un movimiento de actualización-
virtualización-reactualización. En fin, lo que no opera aquí es el esquema del modelo
que se repite siempre de la misma forma en su materialización. La actualización no es
una réplica de lo virtual, pero además, una actualización tampoco es la réplica de otra
actualización. En lugar de replicar, Deleuze acuña el término “perplicar”, en tránsito a
desbordar la simple copia, otorgándole una suerte de originalidad a la replicación.

El desarrollo de la realidad virtual y de la vivencia de lo virtual, ha experimentado una


evolución significativa a partir de las diversas manifestaciones que han tenido tales
actualizaciones, sobre todo en el campo de la tecnología y el entretenimiento. En
efecto, el acceso a la red mundial de información, no solamente ha servido para el
intercambio de información de carácter científico o comercial, sino para la socialización
e intercambio de información no estructurada para el desempeño profesional. Al
contrario, las redes y los dispositivos con los cuales se accede a la red mundial de
información se han adaptado para que se acceda a ella en busca de entretenimiento y
socialización, sobre el intercambio de información y conocimiento de carácter formal.

Ya en términos propios de la sociología, las teorías de la información y redes, es clásico


el trabajo de Manuel Castells en algunas obras como “la sociedad red” y “la era de la
información”, donde se hace un panorama del desarrollo de las tecnologías y las redes
en nuestro tiempo. Ello sin embargo, demuestra la escasez de producción filosófica que
aborde esta temática, así como de desarrollos desde la Filosofía de la educación y la
pedagogía acerca de esta temática y la necesidad de emprender proyectos de
investigación acerca de la filosofía en el horizonte de la virtualidad.

REALIDAD VIRTUAL

La expresión Realidad Virtual no constituye una contradicción en los términos, como si


lo virtual fuera opuesto a lo real. Recuérdese por una parte que la teoría aristotélica de
la potencia y el acto habla de dos formas de existencia: la semilla por ejemplo es
potencialmente el árbol, mientras que el árbol es tal en acto. Potencia y acto son dos
formas de ser, la primera no es en absoluto una simple ilusión. La potencia es el
principio del movimiento o del cambio, según afirma Aristóteles en el libro V de la
Metafísica. Por otra parte en el lenguaje habitual se suele entender lo posible como
solamente factible o probable. Bien puede darse que lo posible no llegue a ser.

Entonces en primer lugar, las dualidades virtual-actual y potencia-acto, se refieren a


formas de ser, o a algo que tiene existencia real. En cambio lo posible en un sentido, sí
se opone a lo real porque constituye sólo una ilusión. Alguien podría querer ser un gran
deportista sin hacer ningún esfuerzo, sin entrenar, crear hábitos y formar actitudes. Es
una simple utopía. Pero en segundo lugar, la proyección de lo virtual a lo actual es
diferente a la relación entre potencia y acto. Esta última tiene un sentido lineal hacia
adelante, de la potencia hacia el acto. La relación entre lo virtual y lo actual en cambio,
no tiene una orientación definida estrictamente, puesto que lo virtual conduce a lo
actual pero además lo actual se vuelve a lo virtual. El lenguaje es un ejemplo típico de lo
virtual, pues la palabra existe realmente en su estatus y puede ser actualizada en cada
caso de enunciación. A su vez, los nuevos usos en diversidad de contextos lingüísticos,
reconducen a la palabra en sus potencialidades, en su disposición virtual y la
transforman en nueva donadora de sentido. La información que permanece en el
ciberespacio puede ser actualizada por los usuarios, aplicada en un caso concreto y
cuando estos tienen la capacidad de modificar aquélla, se devuelven a la condición
virtual de la base de conocimiento, ampliándola o modificándola.
Estas ideas ponen en evidencia el hecho de que en el campo de la realidad virtual se
trata más de procesos que de estados y momentos fijos. Por consiguiente en cabal
sentido, resulta más apropiado hablar de virtualización y actualización. Lo novedoso de
la realidad virtual está en sus posibilidades creadoras y creativas que van más allá de los
dispositivos e ingenios científicos que se propagan a través de las nuevas tecnologías de
la información y la comunicación.
Desde el punto de vista de la percepción de mundo y de comportamientos, es de
suponer que el hombre y la sociedad tendrán formas de vida con variedad y creatividad
renovados exponencialmente. La pregunta de fondo que queda expuesta es si esta
realidad terminará prevaleciendo sobre sus propios creadores, y conduciéndolos por
una vía paradójica de excesos y decadencia a la vez ¿Es posible eso?
Finalmente es de destacar que detrás de todo este panorama reside una interpretación
filosófica que parte de la idea de que la Razón humana, es una fuente ilimitada de
cuestionamientos y problematizaciones. Eso está latente en la reflexión crítica que llevó
a cabo Kant sobre la razón, si bien el que encontró en ello un paso hacia la realidad
virtual como nueva forma de ver el mundo, fue el francés Gilles Deleuze. Como
resultado final, debe entenderse que lo virtual es un nudo de fuerzas
problematizadoras y lo actual representa diversas soluciones a esas
problematizaciones. Cada solución es una actualización, distinta a la anterior y con
efecto sobre el propio núcleo de fuerzas, en un movimiento de actualización-
virtualización-reactualización. En fin, lo que no opera aquí es el esquema del modelo
que se repite siempre de la misma forma en su materialización. La actualización no es
una réplica de lo virtual, pero además, una actualización tampoco es la réplica de otra
actualización. En lugar de replicar, Deleuze acuña el término “perplicar”, en tránsito a
desbordar la simple copia.

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