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Santiago, nueve de marzo de dos mil diecisiete.

VISTO:
En estos autos Rol 13.862-2014 seguidos ante el 2° Juzgado Civil de
Rancagua, gestión preparatoria de notificación de desposeimiento,
caratulados "Bice Vida Compañía de Seguros con Álvarez Artigues, Mar ía
Inés", por resolución de ocho de abril del año reci én pasado, que rola a
fojas 97, se acogió el incidente de abandono de procedimiento.
Apelado ese fallo por el actor una sala de la Corte de Apelaciones
Rancagua por determinación de siete de septiembre último, que se lee a
fojas 114, lo confirmó.
En su contra, la parte perdidosa dedujo recurso de casaci ón en el
fondo.
Se ordenó traer los autos en relación.
CONSIDERANDO:
PRIMERO : Que el demandante acusa la infracción de lo dispuesto
en los artículos 152, 153 y 758 del Código de Procedimiento Civil, atendido
que resulta improcedente aplicar la sanción que contempla la primera
norma citada en una gestión preparatoria de notificaci ón de
desposeimiento, dado justamente el carácter preparatorio de la misma, cuya
finalidad es preparar un futuro eventual juicio de desposeimiento contra el
tercero poseedor de la finca hipotecada, constituyendo esta etapa un
procedimiento breve que no admite la discusión de asuntos de fondo. En
efecto, en las aludidas normas se hace un hincapi é al hecho de referirse al
procedimiento a ser abandonado como juicio. Esto resulta relevante puesto
que un juicio tiene características propias y una naturaleza esencialmente
contradictoria, de carácter adversarial, donde se contraponen derechos y
acciones entre demandante y demandado. En consecuencia, no corresponde
hacer extensivo el uso de las características de un juicio propiamente tal a
una gestión preparatoria de notificación del desposeimiento contenida en el
artículo 758 del Código de Procedimiento Civil, cuyo único objetivo es que
el notificado asuma dos actitudes: pagar la deuda y subrogarse como

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acreedor, o bien, abandonar la finca hipotecada dentro del plazo
establecido por la ley, pero en ningún caso admite ejercer una defensa de
fondo o la interposición de algún tipo de incidente, salvo respecto de la
nulidad de la notificación.
Así las cosas, el citado artículo 152 resulta inaplicable en la especie, a
la luz de la naturaleza de la gestión que contempla el art ículo 758, a lo que
se añade que una vez practicada la notificaci ón que la norma contempla y
transcurrido el plazo de diez días, dicha gestión se agota, y por ende no
podría considerarse abandonado un procedimiento que ya se encuentra
terminado.
Respecto de lo dispuesto en el inciso primero del art ículo 153 del
Código de Procedimiento Civil, recalca que dicho art ículo menciona que
únicamente está facultado para hacer valer el abandono el demandado en
el juicio, de modo que, considerando estrictamente la naturaleza jur ídica
de la gestión preparatoria de notificación de desposeimiento, no se cumple
tal presupuesto, dado que el notificado no adquiere la calidad de
demandado, toda vez solo adquirirá esa condición en un eventual juicio
futuro. Por ende, el tercero que solicitó el abandono en la presente gesti ón
no cumple con esa calidad de demandado y, en consecuencia, no proced ía
la aplicación de la referida sanción. Finalmente, asevera que la instituci ón
del abandono del procedimiento contenida en el artículo 152 del C ódigo de
Procedimiento Civil constituye una sanción y como tal debe ser
interpretada en forma restrictiva, es decir, no es posible hacerla extensiva a
los casos que el texto legal no comprende en su redacci ón, en este caso, a
aquellas gestiones que no constituyen un juicio propiamente tal.
SEGUNDO : Que para una adecuada resolución del presente
recurso, conviene tener en consideración los siguientes antecedentes que
constan en el proceso:
a) Con fecha 13 de noviembre de 2014 compareció don Francisco
Serqueira Abarca, abogado, en representación de Bice Vida Compañía de
Seguros solicitando se notifique y se requiera de pago a do ña Mar ía In és

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Álvarez Artigues para que en el plazo de diez d ías pague la deuda m ás
intereses y costas de la causa o bien abandone la propiedad hipotecada bajo
apercibimiento de desposeerla de conformidad al art ículo 759 del C ódigo
de Procedimiento Civil, con costas;
b) Con fecha 5 de mayo de 2015 se notific ó la referida gesti ón a do ña
María Inés Álvarez Artigues;
c) El 16 de mayo de 2015 la demandada dedujo incidente de nulidad
de lo obrado por falta de emplazamiento y solicit ó que el tribunal hiciera
uso de las facultades correctivas del artículo 84 del C ódigo de
Procedimiento Civil; asimismo interpuso excepciones y objet ó la liquidaci ón
del crédito;
d) El tribunal mediante resolución de fecha 19 de mayo de 2015
confirió traslado a la contraria;
e) El 17 de febrero de 2016 la demandada solicitó se declare
abandonado el procedimiento, argumentando que en la especie se re únen
los requisitos del artículo 152 del Código de Procedimiento Civil, atendido
que la última resolución recaída en gestión útil es de 19 de mayo de 2015,
sin que ninguna de las partes hayan instado a dar curso progresivo de los
antecedentes;
f) El demandante evacuó el traslado conferido, solicitando se rechace la
incidencia promovida por la contraria, puesto que la presente gestión no
admite la aplicación del instituto que contempla el art ículo 152 del C ódigo
de Procedimiento Civil al no tratarse de un juicio.
TE RCE RO : Que la sentencia recurrida acogió el incidente de
abandono de procedimiento por estimar que se cumpli ó con el plazo de
inactividad previsto en el artículo 152 del Código de Procedimiento Civil,
contado desde el 19 de mayo de 2015, fecha de la última resoluci ón reca ída
en gestión útil, precisando que la aludida sanción resulta aplicable a toda
gestión que constituya una controversia entre partes, como ocurre en la
especie, al haberse incidentado respecto de la validez de la notificaci ón
practicada en el proceso.

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CUA RTO : Que en este sentido, y a la luz de la controversia
suscitada a propósito de la solicitud de abandono de
procedimiento formulada en autos, la competencia de los jueces
expresamente conferida por las partes dice justamente relaci ón con la
concurrencia de los presupuestos que hacen admisible la aplicaci ón de la
sanción procesal requerida. En este orden de consideraciones, es deber de
los jueces examinar los presupuestos jurídicos del instituto procesal que se
hizo valer, a lo que por lo demás ha sido llamada esta Corte a trav és de la
nulidad sustancial en estudio, en que precisamente se denuncia la
conculcación del artículo 152, norma que constituye el marco regulatorio
que debe contrastarse con el mérito del proceso ante una solicitud como la
que se trata.
QUINTO : Que de este modo y teniendo especialmente presente que
la aplicación del abandono de procedimiento importa una sanción, más allá
de analizar la procedencia del mismo en este tipo de gestiones
preparatorias, lo relevante a decidir estriba en determinar qui én ten ía a su
cargo el impulso procesal en este procedimiento. En otras palabras, el quid
del asunto descansa, en último término, en definir si efectivamente era el
actor el sujeto procesal a quien le era exigible instar por el avance del
procedimiento en el estado en que este se encontraba cuando se dict ó la
resolución que se invoca como la última recaída en gestión útil.
SEXTO : Que analizando el tenor del artículo 152 del C ódigo de
Procedimiento Civil, resulta propicio dejar anotado que la frase "cesaci ón
de las partes en la prosecución del juicio”, es indicativa de la inactividad de
las partes y de su consiguiente desinterés en obtener una decisi ón al
conflicto sometido al conocimiento jurisdiccional, alude a una pasividad
imputable a los litigantes en propulsar el avance del proceso; exigencia esta
última, de acuerdo con la cual las partes, enteradas del estado de la causa y
gravitando sobre ellas la carga -entendida como el ejercicio de un derecho
en el logro del propio interés- de instar por su progresi ón, nada hacen en
tal sentido.

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Se requiere, por tanto, que el litigante esté en situaci ón de
interrumpir efectivamente esta suspensión en la tramitaci ón del
procedimiento o comprobar que ya se ha realizado todo lo que la ley
requiere para dejarlo en estado de ser decidido por el órgano jurisdiccional.
S ÉPTIMO: Que de lo anotado fluye que el abandono del
procedimiento solo puede prosperar si es que el litigante interesado en la
resolución del pleito ha sido negligente, cesando en la actividad que le
corresponde de acuerdo al impulso procesal que le es exigible, por un
período superior a seis meses, contados desde la última resoluci ón reca ída
en una gestión útil para dar curso progresivo a los autos.
De esta manera, entonces, la carga que los litigantes han de ejercer,
so pena de perder -dejando a salvo las excepciones legales- el derecho a
continuar el procedimiento abandonado y de hacerlo valer en otro juicio,
según dispone el artículo 156 de la Codificación Procesal Civil, únicamente
encuentra sentido en tanto sea exigible a aquellos desplegar su diligencia en
pos de obtener la decisión jurisdiccional a la controversia que se haya
planteado, circunstancia que, indudablemente, se encuentra ausente cada
vez que el ordenamiento procesal prescribe el pronunciamiento del tribunal.
OCTA VO : Que incardinado con lo que precede, si bien la regla
general en materia del impulso procesal civil es la vigencia del principio
dispositivo recogido en el artículo 10 del Código Org ánico de Tribunales,
de acuerdo con el cual los tribunales no pueden ejercer su ministerio sino a
petición de parte salvo en los casos en que la ley los faculte para proceder
de oficio, dicho principio no resulta absoluto, desde que la propia ley
entrega al tribunal de la causa diversas facultades para obrar de oficio, por
ejemplo, para denegar la ejecución previo examen del t ítulo en el juicio
ejecutivo (artículo 441); para dar curso a la tercer ía de dominio (art ículo
523); para resolver un incidente una vez vencido el término probatorio,
inmediatamente o a más tardar dentro de tercero día (art ículo 91); citar a
la partes para oír sentencia (artículo 432) y declarar inadmisible o desierta
la apelación (artículo 201).

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NOVENO : Que las razones precedentes permiten concluir de
manera indiscutible que en el caso de autos el actor se encontraba eximido
de la carga de dar impulso al proceso en la etapa en que este se hallaba,
pues una vez vencido el término para evacuar el traslado conferido respecto
del incidente de nulidad de la notificación que promovi ó la demandada,
recaía en el tribunal la obligación de dar curso a los autos, pues -una vez
transcurrido el término legal se haya o no respondido por la contraria-
debía fallar el asunto sometido a su decisión o bien, recibir dicho incidente
a prueba (artículo 89 del Código de Procedimiento Civil).
En consecuencia, debió el tribunal de propia iniciativa vencido el plazo
del traslado, resolver la incidencia promovida para as í posibilitar el avance
del juicio.
D ÉCIMO : Que en las condiciones antedichas queda de manifiesto
que los jueces de la instancia al declarar el abandono del procedimiento en
una etapa procesal en la que el impulso procesal recaía en el tribunal,
incurrieron en un error de derecho que lesiona lo dispuesto en el art ículo
152 del Código de Procedimiento Civil, errónea aplicación de la ley que ha
tenido influencia substancial en lo dispositivo del fallo pues se acogi ó una
incidencia que debió ser desestimada, por lo que corresponde hacer lugar a
la casación en el fondo interpuesta.
Y visto, además, lo dispuesto en las normas legales citadas y en los
artículos 764, 765, 767 y 805 del Código de Procedimiento Civil , se
acoge el recurso de casación en el fondo deducido a fojas 122 por el
abogado señor Javier Muñoz Brito, en representación de la parte
demandante en contra de la sentencia de siete de septiembre de dos mil
dieciséis, escrita a fojas 114, la que se invalida y se reemplaza por la que se
dicta acto continuo, sin nueva vista, pero separadamente.
Acordada con el voto en contra de los ministros señor Vald és y se ñora
Maggi, quienes fueron de opinión de rechazar el recurso de casaci ón en el
fondo interpuesto por el actor, al no configurarse el vicio de casaci ón en el

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fondo que se denuncia. Para ello tuvieron presente las siguientes
consideraciones:
1°) Que en lo que interesa al arbitrio en cuestión, las partes no han
debatido sobre el transcurso del tiempo necesario para los efectos de la
aplicación de la institución del abandono de procedimiento, ni tampoco
sobre quién debía asumir la carga de dar impulso al procedimiento, de
manera que la controversia se encuentra restringida a determinar si la
gestión preparatoria de notificación de desposeimiento constituye un estadio
procesal en el que puede producirse controversia y que por ende, hace
aplicable la aludida sanción o bien, si se trata de un antejuicio cuya única
finalidad es dejar al acreedor en condiciones de presentar la demanda que
corresponda para los efectos especiales que contempla la normativa
atingente.
2 °) Que abocándose a lo único que constituye el fundamento del
reclamo de nulidad del actor, debe anotarse que de acuerdo con lo previsto
en el artículo 758 del Código de Procedimiento Civil, para hacer efectivo el
pago de la hipoteca cuando el inmueble es poseído por una persona distinta
del deudor personal, se notificará previamente al poseedor, se ñal ándole un
plazo de diez días para que pague la deuda o abandone ante el juzgado la
propiedad hipotecada. Luego, el artículo 759 del mismo C ódigo establece
que si ese poseedor no paga o no abandona la finca dentro del plazo
indicado, podrá desposeérsele de la propiedad hipotecada para hacer con
ella pago al acreedor, añadiendo, en su inciso segundo, que tal acci ón se
someterá a las reglas del juicio ordinario o ejecutivo, seg ún fuere la calidad
del título en que se funde, procediéndose contra el poseedor en los mismos
términos en que podría hacerse contra el deudor personal.
En consecuencia, la interpretación armónica de los preceptos indicados
conduce a sostener que tal procedimiento tiene por finalidad conferir al
tercero poseedor la posibilidad de pagar o hacer abandono de la finca,
liberándose así de una eventual o posterior ejecución.

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3°) Que en este sentido el autor Mario Casarino Viterbo, en su
Manual de Derecho Procesal, Tomo VI, Tercera Edición, página 171 y
siguientes ha dicho que si la acción hipotecaria la ejerce el acreedor en
contra del tercer poseedor de la finca hipotecada, recibe la denominaci ón
de acción de desposeimiento, y su ejercicio da origen a una tramitaci ón o
procedimiento especial, reglamentado en el Título XVIII del Libro III del
Código de Procedimiento Civil. La acción de desposeimiento es, por
consiguiente, el derecho de persecución puesto en ejercicio, o bien la
facultad que la ley confiere al acreedor hipotecario para obtener la
realización de la finca hipotecada en manos de quien se encuentre, con el
objeto de pagarse de su crédito. Como toda acci ón, la de desposeimiento
tiene también un titular, que es el acreedor hipotecario y una persona en
contra de la cual se dirige, que es el tercer poseedor de la finca hipotecada.
Todo aquel que sea dueño del inmueble hipotecado, adquirido a cualquier
título, pero que no se ha obligado personalmente al pago de la deuda es el
tercer poseedor. Dado que el tercer poseedor de la finca hipotecada no es
el deudor personal e incluso puede hasta ignorar la existencia de la deuda,
corresponde conferirle la oportunidad para que pague o, por lo menos,
abandone la finca a objeto de verse libre de acciones judiciales. Si insiste en
su actitud de no pagar la deuda ni de abandonar la finca, no habr á m ás
camino que desposeerlo.
4 °) Que al tenor de lo que viene cuestionado, el art ículo 152 del
Código de Procedimiento Civil estatuye que "El procedimiento se entiende
abandonado cuando todas las partes que figuran en el juicio han cesado en
su prosecución durante seis meses…".
En este entendido, el recurrente propugna que en este tipo de
gestiones no hay partes demandante y demandado; juicio ni controversia,
que son justamente los presupuestos que exige el citado artículo 152.
5°) Que la discusión se centra entonces en la existencia de partes y
juicio. Luego, conforme a lo analizado en los fundamentos 2° y 3° de esta
disidencia, resulta evidente que la gestión preparatoria de que se trata

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detenta el carácter de un procedimiento controversial que da cuenta de un
conflicto, en que los intereses de las partes involucradas están en
contraposición, adquiriendo cada una de ellas las entidades legales de
demandante y demandado. Es así como a trav és de este procedimiento se
reúnen los elementos de un juicio, aun en su acepción más restringida,
pretendiendo el demandante mejorar su propia condición en perjuicio de la
del demandado, sometiendo el asunto a conocimiento o decisi ón del juez
competente.
6 °) Que se trata entonces de un conjunto de actuaciones judiciales
verificadas ante un tribunal, que se inicia con la presentaci ón de la solicitud
del demandante que debe cumplir con todos los requisitos del art ículo 254
del Código de Procedimiento Civil. Existe juicio desde que se recurre al
tribunal y la demanda ha sido válidamente notificada, pues desde ese
instante hay relación procesal. Luego, existe el sometimiento de un asunto a
la decisión de un órgano jurisdiccional en cuyo transcurso pueden
formularse incidentes o deducirse apelaciones. Existen partes desde que
existe juicio, con pretensiones y derechos en contraposición.
7 °) Que en este mismo sentido y corroborando lo dicho, es dable
sostener que una gestión de este tipo -al igual que las preparatorias a la v ía
ejecutiva- tiene un carácter declarativo cuyo prop ósito ser á dar p ábulo a la
interposición de la demanda que de ser ejecutiva perseguir á el
cumplimiento compulsivo de la obligación.
8°) Que desde el punto de vista de la geograf ía del C ódigo de
Procedimiento Civil, el citado artículo 152 se encuentra dentro del T ítulo
XVI del Libro I de dicho código sobre "Disposiciones Comunes a todo
Procedimiento". En concordancia con lo preceptuado en el art ículo 157 del
mismo código, este tipo de incidente resulta aplicable a cualquier tipo de
procedimiento, a menos que la ley disponga lo contrario. En consecuencia,
el abandono de procedimiento tiene cabida en toda gesti ón, tr ámite o
diligencia, de cualquier naturaleza, salvo norma en contrario.

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9 °) Que en atención a lo que se ha venido razonando solo resta
concluir que al ser procedente el abandono de procedimiento en este tipo
de gestiones, el único error de derecho que denuncia el arbitrio de nulidad
sustancial no se verifica en la especie.
10°) Que siendo todo ello así, correspondía el rechazo del aludido
recurso, sin que resulte admisible algún otro tipo de declaraci ón al respecto,
desde que ha sido el propio recurrente quien no ha cuestionado los
restantes supuestos de la decisión impugnada. Esto es, la concurrencia del
término legal que para estos efectos se requiere y que recaía en esa parte la
obligación de dar curso progresivo a los antecedentes.
Luego, cualquier otra disquisición que se construya sobre la base de
radicar el impulso del proceso en el tribunal -aun cuando en la especie
resultaba procedente tal asignación- resulta extraña al contorno de la
controversia que el propio demandante sometió al conocimiento del
tribunal tanto al momento de evacuar el traslado conferido respecto de la
solicitud de abandono que dedujo la contraria como a trav és de los
argumentos que sustentan el alegado de nulidad de que conoce esta Corte.
Regístrese.
Redacción a cargo del ministro señor Patricio Valdés A.
Rol 95.091-2016

Pronunciado por la Primera Sala de la Corte Suprema, por los Ministros


Sr. Patricio Valdés A., Sr. Guillermo Silva G., Sra. Rosa Mar ía Maggi
D., Sr. Juan Eduardo Fuentes B. y Sr. Ricardo Blanco H.

No firma el Ministro Sr. Valdés, no obstante haber concurrido a la vista


del recurso y acuerdo del fallo, por estar en comisión de servicio.

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Autorizado por el Ministro de fe de esta Corte Suprema.

En Santiago, a nueve de marzo de dos mil diecisiete, notifiqu é en


Secretaría por el Estado Diario la resolución precedente.

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Pronunciado por la Primera Sala de la Corte Suprema integrada por los
Ministros (as) Raúl Patricio Valdés Aldunate, Guillermo Silva Gundelach,
Rosa Maria Maggi Ducommun, Juan Eduardo Fuentes Belmar y Ricardo
Blanco Herrera. No firma, por estar ausente, el Ministro Raúl Patricio Valdés
Aldunate. Santiago, nueve de marzo de dos mil diecisiete.

Autoriza el Ministro de Fe de la Excma. Corte Suprema

En Santiago, a nueve de marzo de dos mil diecisiete, notifiqué en Secretaría


por el Estado Diario la resolución precedente.

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