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in 2019 with funding from
Kahle/Austin Foundation

https://archive.org/details/artdecounpaisnacOOOOunse
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UN PAÍS NACIONALISTA

UN MÉXICO COSMOPOLITA
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UN PAÍS NACIONALISTA

UN MÉXICO COSMOPOLITA

Museo Nacional de Arte


NOVIEMBRE, 1997-ABRIL, 1998

é Patronato del
Museo Nacional
de Arte

j Bata Ubrary
‘KtNi oNivERsrry
PETERBOROUGH, ON ÍAXIO
^ W s~(u /O ex i
El Consejo Nacional para la Cultura y las Artes, a través del
Instituto Nacional de Bellas Artes, expresa su profundo
reconocimiento a los copatrocinadores que han contribuido
a esta exposición:

PATRONATO DEL MUSEO NACIONAL DE ARTE, A.C.

SECRETARÍA DE SALUD

BACARDÍ Y CÍA, S.A. DE C.V.


BANCO DE MÉXICO
BERGER JOYEROS
FUNDACIÓN TELMEX
HIGH UFE, S.A. DE C.V.
IBM DE MÉXICO, S.A.
J. P. MORGAN GRUPO FINANCIERO, S.A. DE C.V.
EL PALACIO DE HIERRO, S.A. DE C.V.
PHILIPS MEXICANA, S.A. DE C.V.
SISTEMA RADIÓPOLIS, S.A. DE C.V.

FOTOGRAFÍA Arturo Piera L.


coordinación editorial Jaime Soler
diseño Mónica Zacarías

PORTADA
EMILIO AMERO (190M976)

Mujer en el vestíbulo. Cat. 2


Fotografía: Arturo Piera L.

Queda prohibida la reproducción total o parcial de los textos y/o


fotografías de la presente publicación sin autorización expresa por
escrito del Instituto Nacional de Bellas Artes, a través del Museo
Nacional de Arte.

© D.R. Instituto Nacional de Bellas Artes


Primera edición, 1997
ISBN 970-18-0454-6
INDICE

PRESENTACIÓN

RAFAEL TOVAR 9

PRESIDENTE DEL CONSEJO NACIONAL PARA LA CULTURA Y LAS ARTES

GERARDO ESTRADA 11

DIRECTOR GENERAL DEL INSTITUTO NACIONAL DE BELLAS ARTES

ROBERTO HERNÁNDEZ RAMÍREZ 13

PRESIDENTE DEL PATRONATO DEL MUSEO NACIONAL DE ARTE, A. C.

PRELIMINARES

GRACIELA DE REYES RETANA 15

DIRECTORA DEL MUSEO NACIONAL DE ARTE

AGRADECIMIENTOS 17

EL DÉCO EN MÉXICO: ARTE DE COYUNTURA 19


ENRIQUE X. DE ANDA ALANÍS

PREÁMBULO. A LAS CINCO DE LA TARDE... 21

REFERENCIAS OBLIGADAS 25
LA MODERNIDAD A SALVO DE LA VANGUARDIA 31

MÉXICO: EL DEBATE DE LA MODERNIDAD 37

EL ART DÉCO: FORMAS Y RAZONES 45


LA IDENTIDAD DEL ART DÉCO EN MÉXICO 57

LA ARQUITECTURA DÉCO EN LA CIUDAD DE MÉXICO 71

EL EDIFICIO DE LA SECRETARÍA DE SALUD: LA MODERNIDAD FRENTE AL CASTILLO 87

EPÍLOGO. A LAS CINCO DE OTRA TARDE... 97

LÁMINAS 98

ÍNDICE DE ILUSTRACIONES 167

CATÁLOGO DE OBRA 169

REFERENCIAS ARQUITECTÓNICAS 197

CREDITOS 201
ADDENDA

Lista de obras catalogadas fuera de exposición:

ÁNGEL ZÁRRAGA (1886-1946)


Fubolistas
Oleo sobre tela
111 x 83
Cámara Nacional de la Industria de la Construcción
Cat. 44

MIGUEL COVARRUBIAS (1904 1957)


Doble Charleston. Ilustración en: Miguel Covarrubias. Negro Drawings.
Prefacio de Ralph Barton, introducción de Frank Crowninshield.
Nueva York, Alfred A. Knopf, 1927.
Impreso
37.7 X 25.4
Yale Collection of American Literature. Beinecke Library. Yale University
Cat. 215

ANÓNIMO
Cajetilla de cigarros Black and White
Metal
9x9x1
Col. Diego Matthai
Cat. 470

ANÓNIMO
Lámpara de mesa
Metal, cristal y mármol
24 x 31 x 11
Col. Diego Matthai
Cat. 482

JOE DESCOMPS (activo en la primera mitad del siglo XX)


Bailarina con platos
Bronce, marfil y mármol
22 x 9 x 6
Col. Mario Uvence
Cat. 537

A la fecha de impresión de esta addenda no se ha confirmado la presencia


de las siguientes dos obras:

MIGUEL COVARRUBIAS (1904-1957)


Un americano en París del poema orquestal de Gershwin, 1930
Gouache y acuarela sobre cartón
66 x 92
Col. particular/cortesía Sotheby's
Cat. 10

DIEGO RIVERA (1886-1957)


Diana Cazadora (Retrato de Anita Antúnez), 1941
Oleo sobre tela
195.5 x 119.4
Cortesía Christie's
Cat. 39

La obra con el número de catálogo 41 es sustituida por la siguiente:

DIEGO RIVERA (1886-1957)


Boceto para el retrato de Natasha Zakólkowa de Gelman, 1943
Oleo sobre papel
42 x58
Col. Luis Castañeda Mariscal
Cat. 41

La siguiente obra está en exposición pero no aparece en el catálogo:

ANÓNIMO
Sarape, Tlaxcala, ca. 1935
Lana
201 x 145
Col. Sergio Buentello Pastrana
PRESENTACION

n su origen, un estilo de diseño en las artes aplicadas y la decoración,


la tendencia que a raíz de una célebre exposición realizada en 1925 en
París se revelaría como una corriente plenamente definida y llegaría a
conocerse como art déco, fue adoptada por un amplio espectro de artes.
Abrió paso, simultáneamente, a un estilo de vida y a un estilo artístico lo mismo en la
escultura, la pintura y la gráfica que en la arquitectura.
El art déco se caracterizó por traspasar también otra suerte de fronteras: las de
los países. Tendencia internacional, floreció en distintas naciones de Europa al igual
que en Estados Unidos y otros países de América.
En México tuvo un suelo propicio: después de sus primeros brotes hacia 1920 en
el diseño de revistas y publicaciones literarias, se extendió a la arquitectura, en la que
alcanzó una proyección significativa y algunos de sus mayores frutos, así como a las
artes gráficas y plásticas, el diseño teatral, la moda y los estilos de vida.
De esta forma, el cultivo y el desarrollo del art déco en nuestro país coincidirían
con un momento vital -las décadas de los años veinte y treinta- por el que atravesaba
la cultura mexicana: el de la gran diversidad de búsquedas y definiciones de los años
inmediatamente posteriores a la Revolución, que representaron una profunda indaga¬
ción del ser y la historia nacionales al igual que la proyección de lo mexicano ante lo
universal y el diálogo polivalente entre estas dos dimensiones. La corriente mexicana
del art déco no sería tampoco ajena a la exigencia y el ideal de una expresión nacio¬
nal, cuando interpretaba sus principios con originalidad, conjugando elementos popu¬
lares y prehispánicos con las formas geometrizadas y estilizadas que caracterizaron a
esta estética de la modernidad.
De ello, de la expresión que encontró este estilo en nuestro país, es testimonio la
exposición Art déco. Un país nacionalista, un México cosmopolita, que presenta el
Museo Nacional de Arte. Reunión de un gran número de ejemplos de su presencia en
los más distintos órdenes de la vida mexicana, esta muestra revela aquellos ámbitos
en que se verificó esa singular asimilación del art déco: la existencia cotidiana en su
amplia diversidad, el cine y el teatro, las artes plásticas, la artesanía y la arquitectura.
Como parte de su imprescindible labor de dar a conocer las etapas artísticas de
nuestro país en sus más diversas dimensiones, en especial aquéllas insuficientemente
investigadas y difundidas hasta ahora, el Museo Nacional de Arte propone este acer¬
camiento a un estilo que, distante en un principio tanto por su carácter como por su ori¬
gen, echó raíces en México y marcó, dotado ya de características locales que supie¬
ron fusionarse con las importadas, un ángulo del gusto, la estética y la vida social de
la primera mitad del siglo XX mexicano.

RAFAEL TOVAR
Presidente del Consejo Nacional
para la Cultura y las Artes

. 9 .
*
e la Exposición Internacional de Artes Decorativas e Industriales Moder¬

nas -de su trascendencia-, contamos con la crónica de un "periodista

trasatlántico". Escribe el poeta César Vallejo para la revista Mundial de

Lima, correspondiente al 17 de julio de 1925: "Es un acontecimiento cul¬

tural que va a la zaga de la revolución rusa y de la guerra europea: por su contenido

temático cosmopolita, por su alcance panorámico del arte, la ciencia y la industria mo¬

dernos, por constituir, en fin, la más auténtica y ancha tabla de las inquietudes contem¬

poráneas. La Exposición pone de manifiesto la vida y el espíritu de nuestra época en

toda su carnación elíptica y cardiaca." La exposición -a sus frutos, en todos los órde¬

nes de la vida, en todas las urbes del planeta, habría que remitirse-, además de ese

espejo, de esa "tabla de inquietudes", fue un programa a cuya realización se deben

obras notables, que perduran, que han sobrevivido para el goce de las generaciones

posteriores.

Frecuentes exposiciones particulares, revisiones conceptuales del período del "re¬

ciente futuro perdido" -para usar una afortunada expresión del crítico de arte Robert

Hughes, acuñada en su reseña de la muestra La era de la máquina en los Estados Uni¬

dos: 1918-1941, de 1986-, han permitido establecer un antes y un después de 1925,


lo que ya era propio de tal lugar y lo que llegó a implantarse en tal otro, la forma en

que las partes autóctonas se integran y modifican el todo universal. El mismo Hughes

dice de lo observado por él en aquella ocasión: "Por fin puede verse, con todo deta¬

lle, cómo la producción masiva y la naturaleza democrática del diseño estadouniden¬

se, basado en la máquina, le confirió un sabor muy diferente al del art déco francés,

que era menos una respuesta al mito de la modernidad que una continuación, por me¬

dios rebuscados, de una lujosa tradición del mobiliario de ébénistes."

Art déco. Un país nacionalista, un México cosmopolita, la nueva exposición del


Museo Nacional de Arte, no se separa de esa línea revisionista y reordenadora. (De

hecho, con sus exposiciones temporales, el Munal no se propone otra cosa que arrojar

nuevas luces sobre tramos significativos de la historia de la plástica del país.) De prin¬

cipios de la década de los años veinte a finales de la de los años cuarenta, gráfica,

escultura, pintura, arquitectura, artes escénicas, artes aplicadas, todo cuanto se inspi¬

ró y alentó entre nosotros el espíritu reflejado por la Exposición Internacional de 1925,

fue sometido a análisis por los expertos que asesoraron en la planeación de la mues¬

tra que ahora se abre al público

Uno de estos asesores, Xavier Esqueda, es autor de un libro rico en información

[El art déco, retrato de una época) y que une a sus aciertos el de asociar las manifes¬
taciones artísticas que más se conocen, o que más se prestaron al "nuevo" estilo, con

otras como, por ejemplo, la poesía y la literatura en general producida por los estriden-

tistas, encabezados por Manuel Maples Arce ("El automóvil sucinto / tiene a veces / ter¬

nuras / minerales. / Para la amiga ¡nterferente / entregada a las vueltas del peligro").

Otro de los asesores fue Enrique X. de Anda Alanís, a quien además se le encar¬

gó el ensayo central del catálogo. El lector reconocerá en él al autor de La arquitectura

de la Revolución mexicana, entre otros títulos, uno de cuyos apartados está dedicado

■ 11»
precisamente al estilo déco. En él, el arquitecto De Anda propone una agrupación de
edificaciones en función de sus elementos característicos, agrupación que resulta en las
tendencias geometrista, ecléctico-mayista, plasticista y decorativista. Y el edificio emble¬
mático del estilo déco en México sería el de La Nacional, Compañía de Seguros Sobre
la Vida, S.A.
Frente a este edificio, para no ir más lejos -y para concluir-, encontramos, en el
hall del Palacio de Bellas Artes, sin duda el trabajo decorativo más logrado y original
del déco mexicano. Allí, el arquitecto Federico Mariscal ecfió mano de formas y estilos
mayas, a la vez que de diversos materiales líticos y metálicos, y obtuvo un resultado
que Fia sido la admiración de generaciones de espectadores y visitantes.
La exposición Art déco. Un país nacionalista, un México cosmopolita se justifica
por sí sola, y además de contribuir a alcanzar los fines del Munal -no está de sobra
decirlo-, ayudará a la consolidación de la conciencia que pugna por que se conser¬
ven y restauren sabiamente los monumentos artísticos en que son ricas y de los que
están orgullosos nuestras ciudades.

GERARDO ESTRADA
Director General del
Instituto Nacional de Bellas Artes

• 12-
a identificación que se ha producido de la cultura como la "manera de

vivir" de cada individuo y grupo social ha ¡do fortaleciéndose en la con¬

cepción que los creadores y especialistas, y un número cada vez mayor

de espectadores, tienen de los fenómenos culturales.

A esa identificación, que nos lleva a concebir la cultura como el conjunto más

amplio de actividades y valores que el ser humano desarrolla frente a la realidad cam¬

biante que lo rodea, contribuye ahora el Museo Nacional de Arte al dedicar su esfuer¬

zo institucional a presentar al público una visión integral de lo que el art déco significó

en nuestro pais y de las relaciones que existieron entre esa forma de arte en México

y en el mundo.

Al término de la primera guerra mundial y de la fase armada de la Revolución

mexicana, en el alba de la década de los años veinte de nuestro siglo, el ser humano

buscaba ansiosamente, una vez superados los horrores de la guerra, vivir la vida con

intensidad, de una manera constructiva, con creatividad y con una gran alegría por la

vida misma.

Esa actitud vital tuvo consecuencias significativas en todos los ámbitos de la acti¬

vidad del hombre y muy particularmente en las manifestaciones artísticas y culturales.

Entre los diversos movimientos artísticos que renovaron el arte, tiene un lugar destaca¬

do este esfuerzo, años más tarde bautizado como art déco, que fue un exitoso intento

por crear un arte cosmopolita, un arte moderno capaz de utilizar los materiales cons¬

tructivos que creó la tecnología de la época y de asumir, hasta sus últimas consecuen¬

cias, la voluntad de los artistas por estar presentes en la creación de los más diversos

objetos de uso cotidiano, aportando su creatividad al diseño de objetos prácticos y al

impulso de las artes aplicadas e industriales, al mismo tiempo que producían obras de

arte por los medios ya tradicionales de la gráfica, la pintura, la escultura, la arquitec¬

tura y la fotografía.

La exposición que en esta oportunidad presenta el Munal, continuando así su re¬

conocida tarea de dar lugar a la revisión de las innumerables facetas que ha tenido el

arte en México, nos muestra también cómo, por medio del art déco, los mexicanos fui¬

mos capaces de adaptar y recrear un arte concebido originalmente como de "estilo in¬

ternacional", utilizándolo como un medio para revalorar los contenidos estéticos de

nuestro pasado prehispánico y de nuestro folclor, sin perder la comunicación con lo que

entonces dominaba en el mundo del arte.

Para el Patronato del Museo Nacional de Arte es un orgullo haber participado

una vez más en este notabilísimo esfuerzo que pone al alcance del público, de una ma¬

nera moderna y apoyada por medios didácticos, esta muestra del arte mexicano del

siglo que está próximo a concluir.

ROBERTO HERNÁNDEZ RAMÍREZ


Presidente del Patronato
del Museo Nacional de Arte, A. C.
PRELIMINARES

esulta incuestionable que la presencia del déco en México supone toda

una serie de complejidades tanto desde el punto de vista formal como del

estilístico, lo que agudiza la dificultad en la propia definición de esta mo¬

dalidad estética. De hecho, la historiografía de las manifestaciones déco

en nuestro país es tangencial y, en consecuencia, escasa la bibliografía especializada.

Hoy, que las exposiciones de los museos y los catálogos que las acompañan se

han tornado en verdaderas aportaciones a la historia del arte, esta muestra habrá, sin

duda, de arrojar luces fundamentales para ulteriores estudios y mayor comprensión de

las manifestaciones consideradas déco.

La curaduría, realizada por el propio Departamento de Investigación del Museo

-con la asesoría académica de seis especialistas en diversas ramas del quehacer artís¬

tico-, pretende mostrar la influencia en el arte de los anhelos de modernidad y el inci¬

piente progreso tecnológico del México que empezaba a vivir los ideales posrevo¬

lucionarios.

En virtud de que el déco se manifestó no sólo en la pintura, la escultura, la arqui¬

tectura, la gráfica y la fotografía, sino que permeó como un verdadero estilo de vida

durante los años veinte tardíos, los treinta y hasta la primera parte de los cuarenta, no

fue tarea fácil seleccionar de entre las más de 2 000 piezas localizadas y, menos aún,

dar congruencia a las casi 600 que conforman la exposición.

Así, la muestra incluye, desde luego, artes aplicadas pero también objetos produ¬

cidos por las industrias del mueble y automotriz, a más de la presencia de la

publicidad, el deporte, la radio, el cine y el teatro, como testimonios de la dinámica

social.

En consecuencia, el ordenamiento museográfico hubo de evitar el montaje de ín¬

dole "tradicional", en favor de propiciar un escaparate en el que el público pueda re¬

conocer las características decosianas e imbuirse del espíritu que se vivía en México a

lo largo del período. El visitante habrá, pues, de introducirse en la "Estética de la

máquina" como principio formal del déco, mientras que en el evocador "Magasin de

novedades" reconocerá el espacio básico, el disparadero, para el comercio de los ob¬

jetos déco. Captar los ambientes del momento, los esparcimientos habituales y las re¬

percusiones de los medios de comunicación en la cotidianidad será posible en el

apartado del "Espectáculo fugaz"; en tanto que las formas y los temas que amalgama¬

ron diversos recursos expresivos del déco con la reafirmación de la identidad nacional

están presentes en "Idolos y jicarismo. Pirámides y rascacielos". Finalmente, las mani¬

festaciones cosmopolitas y las posturas ideológicas que asimiló la estética déco habrán

de hacerse evidentes en el último núcleo de la muestra, "Sociedad dinámica y Estado

revolucionario".

Hay que subrayar que en su momento, y por ende para la exposición, la arqui¬

tectura desempeñó un papel fundamental en tanto paradigma del déco mexicano, al

tiempo que expresión de particulares búsquedas en los terrenos político y social.

Por su parte, el catálogo, autoría de Enrique X. de Anda Alanís, habrá de ser, sin

duda, libro de consulta para futuras investigaciones sobre el déco en nuestro país.
Una tarea de esta envergadura, ciertamente, no hubiera sido posible sin el defi¬

nitivo apoyo del Consejo Nacional para la Cultura y las Artes, el Instituto Nacional de

Bellas Artes y el Patronato del Museo. A ellos se añade la generosidad de múltiples co-

patrocinadores, a quienes se reconoce y agradece en esta edición, y la confianza de

los coleccionistas institucionales y particulares. Estas personas e instancias se han su¬

mado al esfuerzo que se realizó al interior del Museo, con el fin de abrir puertas para

la interpretación de una de las manifestaciones menos estudiadas, pero importante,

prolífica y grata de nuestra historia visual: el art déco.

GRACIELA DE REYES RETANA

Directora del Museo Nacional de Arte


AGRADECIMIENTOS Edgar Ceballos Escalante Cristina García Hernández Eduardo Lizalde
Ana Mario Centurión Juan Garcia Hernández Gabriel Loera
El Museo Nacional de Arte expresa su Carlos Centurión Chávez Jaime Gardo Narro Alejandro López
sincero agradecimiento a todas Eduardo Cepeda Fernández José Garcia Ocejo Mauricio López Casillas
aquellas personas e instituciones que Edgar Cevallos Escalante Mercedes Garcia Ocejo Roberto H. López Fernández
han hecho posible esta exposición. Margarita Chavarin Solazar Agustín García Real Juan Ramón Lorenzo Franco
Jaime Chávez Miguel Garcia Ruiz Luis Martín Lozano Maldonado
Juana Inés Abreu Santos José Chávez Morado Eduardo Garcia Sáenz Enrique Lubet
Jesús Acosta Maricela Chávez Nava Ernesto García Sáenz Matilde Luna
Víctor Acuña Isaac Chertorivsky Shkoorman Blanca Garduño Pulido Antonio Luque González
Juan Pablo de Aguinaco Jaime Chico Pardo Roberto Garibay Eugenio Mac Donald
Ramiro Aguirre Garín María Chumacera Jorge Garza Aguilar Claudia Madrazo García
Elsa Alcalá de Kahlo María Esther Cianeas Laura Garza Aguilar Armando Mafud Mafud
Margarita Alcántara Hernández Carol Lou Colé Candanedo Mercedes de la Garza Solís María René Magallanes Ramos
Miguel Alemán Velasco Armando Colina Rosa María Gasea Núñez Miguel Mancera Aguayo
Francisco Haroldo Alfaro Solazar Roberto Comadurán Francisco Gaytán Fernández Francisco Marín Murguía
Enrique Alonso Teresa del Conde Natasha Gelman Gabriela Martínez
Fernando Alvarez del Castillo Guillermo Cordera Perdomo Julieta Gil Elorduy Maria Elena Martínez
Jorge Alvarez Fuentes Francisco Cordero Alejandro Godoy Ana Gloria Martínez del Campo de
Pablo Alvarez de la Torre Karen Cordero Reiman Luis A. Godoy Rendón Velázquez
Pablo Amor Martínez Gallardo Juan Coronel Rivera Hernán Gómez Amaro Julio César Martínez Gómez
Enrique X. de Anda Alanis Romua Cortesano Rosendo González Elsa Martínez Leal
Guillermo Andrade López Teresa Cortina de Vértiz Trinidad González Victor Martínez Ramírez
Flor Andrade de Velasco Magda Coss de Sánchez Jorge González Camarena José Luis Martínez Rodríguez
Alejandro de Antuñano Maurer Luis Creixell del Moral Marcel González Camarena Enrique Marván
Manuel Arango Arias Erasto Cruz Guzmán Alfredo González Camarena Saint-Leu María Elena Martínez Tamayo
Eduardo Arco Alberto Cruz Molina María Stella González Cicero María Teresa Mascarúa vda. de
Elíseo Arredondo Jaime Cuadriello Tomás González Gómez Tamariz
Olga Arredondo vda. de Cruz Reyes Rosalía Cuevas Grajales Angel González Herrera Teresa Matabuena
Marcela Arregui Fernando Curiel Defosse Antonio González Luquin Diego Matthai
Agustín Arteaga Domínguez Olivier Debroise Laura González Matute César Mayoral Figueroa
Andrea Artigas Alarcón Raúl Díaz Gómez María González Rubio Carlos Medina de Lamadrld
Rafael C. Arvea Virginia Diaz Martínez Francisco González Rubio Carranza Maria Elena Medina Segura
Claudia Avila Rocha Alicia Díaz Novoa Jaime González y Souza Karen Méndez
Víctor Azpeitla Peña Clementina Díaz de Ovando Emeterio Guadarrama Guevara Lucía Méndez
Alicia Azuela de la Cueva Regino Díaz Redondo Asoka Guadarrama Vergara Pablo Méndez Hernández
Mario Esperanza Balderas Sánchez Roberto Diener East Jaime Guerrero Barraza Elia Méndez Lecanda
Ménica Baptista de López Negrete Colleen M. Dorgan Janet M. Guilligan Emilio Menéndez Arias
Martha Bárrales de Ortega Pablo Dueñas Herrera Josefina Gurza de O'Gorman Norma Mereles de Ogarrio
Jaime Barrera Aguilar Lin Durán Navarro Cecilia Gutiérrez Arrióla Alma Mérida
Daniel L. Barrera Pérez René Durón Espino Guillermo Gutiérrez Esquivel Maria del Socorro Merlin Cruz
Guillermina Basso de Centurión Rita Eder Rosenzweig Rosalba Gutiérrez Ochoa-Ramos Elíseo Mijangos
Maximiliano Becker Arreóla Helen Escobedo Fluda Isaac Gutman Guillermo Monroy
Barbara Berger Miguel Escobedo Fluda José Antonio Guzmán Bravo Germán Montalvo Aguilar
Mauricio Berger Seifman Alejandrina Escudero Morales Fernando Guzmán Medinilla Alejandro Montaño
Vicente Bermúdez Flores Eduardo Espinoza Campos Cresencio Hernández Adriana Montaño Acosta
Yael Bitrán Xavier Esqueda Georgina Hernández Víctor Morón
Andrés Blaisten María Elena Estrada Gutiérrez Enrico Hernández Martínez José Guadalupe Moreno de Alba
José María Blanco Alonso Cristina Estrada de Jiménez José Francisco Hernández Medina Beatriz Moreno Alcántara
Victoria Blasco John R. Evans Lourdes Herrasti Maciá Edwina Moreno Guerra
Carmen Block Iturriaga Luis Everaert Dubernard Jorge Herrera Alejandro Morfin Faure
Walther Boelsterly Urrutia Héctor Fanghanel Hernández Elvira Herrera Acosta Fernando Muñoz Castillo
Pedro Boker Trawuitz Teresa Favela Fierro Margarita Herrera González John Murray Pecoraro
Esperanza Bolland Patricia Feria Humberto Hidalgo y Gallardo Mayra Nakatani Martínez
Eduardo Brocho Solther Consuelo Fernández Enrique Hijar Miriam Narváez
José María Brocho Soto Guillermo Fernández Felipe Hincapié Alvarado Victor Nava
Rosa Margarita Brambila Paz Óscar Fitch Gómez Elena Horz Balbás Sylvia Navarrete Bouzard
Luis Fernando Brehm Jesús Flores Escalante Guadalupe Hurtado Treviño Monica Navarro Ruiz
Jorge Bribiesca Emilio Flores Siller Rodolfo Islas Guerrero Alfonso de Neuvillate y Ortiz
Margarita Briones Velázquez Horacio Flores Villanueva Juan Izaguirre Guerrero Bruno Newman Flores
Sergio Buentello Pastrana Maricela Fonseca Nina Jalife Maximiliano Niederer
F. Javier Cadena T. Eduardo Fonseca García Eduardo Jaramillo Navarrete María Luisa Novelo Quintana
Ramón Calderón de la Peña Enrique Franco Claudia Jasso Apango Alejandra Ochoa Vega
Nahún Calleros Carril Ralph Franklin Alicia Jiménez Avilés James Oles
Hilda Campillo Sáenz Pedro Friedeberg Moisés Jiménez Garcia Dolores Olmedo Patiño
Aurora Cano Andaluz Gregorio Fritz Bauman Victor Jiménez Muñoz Manuel A. Oropeza Segura
Federico Cantú Fabila Pilar de la Fuente de Irezabal Francisco Javier Juárez María Concepción Ortega Cuenca
Cayetano Cantú Moreno Juan Ramón de la Fuente Ramírez Saúl Juárez Arturo Ortega Navarrete
Víctor Carmona Montes Enrique Fuentes Castilla Cristina Kahlo José Luis Ortiz Castro
Jorge Carpizo Mcgregor Isabel Galán Rodríguez María Eugenia Kocherga Juan Manuel Ortiz Hijar
Magda Carranza Patricia Galeana Herrera Anita Krauss de Rozo Manuel Ortiz Vaquero
Soma Carrasco Bautista Eduardo García Paulina Lavista Alejandro Ostoa Bermúdez
Jorge Carretero Madrid Gustavo García Mercedes Lazo de Sánchez Juárez Silvia Ozerkousky Grinberg
Sergio Carrillo y Colón Elisa Garda Barragán Elena Lazo de Urrutia Javier Padilla
Fernando Castaño Zuño Felipe Garcia Beraza Ricardo Licea Garcia Adrián Páez Martínez
Antonio Castellanos Basich Abigail García Cruz Daniel Liebsohn Alejandro Palma Arguelles
Beatriz Castillo María Fernanda Garcia Frade de Miguel Limón Rojas Lisa Palmer
Antonio Castillo Terán Preisser Margarita Linaae de Pañi Mario Pañi
Andrea Di Castro Susana García Fuentes Robert Littman Sandra Pañi

17 •
Raúl Pardo Gutiérrez Lorena Shelley Biblioteca de Arte Mexicano/Ricardo Galeria Mario Uvence
Cristina Payán f Carlos Slim Helú Pérez Escamilla Galería La Tijera
Ricardo Pedroza Pérez Sarah Sloan Barlow Biblioteca de las Artes, Centro Grupo Financiero Serfin
Alejandro Pelayo Rangel José Sol Rosales Nacional de las Artes Grupo Nacional Provincial, S.A
Carlos Pellicer López José Solé Biblioteca Benjamín Franklin Hemeroteca Nacional, Instituto de
Juan Carlos Pereda Filiberto Solis Biblioteca Bonifaz Ñuño, Instituto de Investigaciones Bibliográficas,
Julián Pérez Acasuso Claudia Solís Ogarrio Investigaciones Filológicas, UNAM UNAM

Mariana Pérez Amor Felipe Solís Olguín Biblioteca de México, Secretaria de High Life, S.A de C.V.
Ricardo Pérez Escamilla Eduardo Solórzano Borrón Educación Pública IBM de México, S.A

Arturo Pérez Gutiérrez Cristina Suárez y Farías Biblioteca Miguel Lerdo de Tejada, Instituto Estatal de Cultura de
Luis Amoldo Pérez y Guzmán María Teresa Suárez Molina Secretaría de Hacienda y Crédito Guanajuato, Gto.
Laura Aracely Pérez Madrigal Angel Suárez Sierra Público Instituto de Investigaciones Estéticas,
Rubén Pérez Vargas Eduardo Tamariz Mascarúa Biblioteca Nacional, Fondo UNAM
Luis Ernesto Pi Orozco Aurelio Tello Reservado, Instituto de Instituto Nacional de Antropología e
Salvador Planearte Morales Henk Ten Wolde Investigaciones Bibliográficas, Historia
José Manuel Porras Navarro Alfonso Tena García UNAM Instituto Politécnico Nacional
Carlos Porras Ortiz de la Huerta Paulette Thomas Biblioteca Nacional de Antropología Interart, S.A. de C.V.
Armando Pous Escalante Francisco Toledo e Historia Eusebio Dávalos J. P. Morgan Grupo Financiero, S.A.
Carlos Prida León del Valle Jorge Toledo Hurtado, INAH de C.V.
Margarita Prida de Yarza Guadalupe Tolosa Sánchez Cámara Mexicana de la Industria de Legado Olga y Rufino Tamayo
Florinda Puente Camberas Silvia de la Torre Romo la Construcción Legados Arte y Antigüedades
Leticia Puertas Ramírez Amalia Torreblanca Sánchez Casa Boker Librería Madero, S.A.
Manuel Quintero Quintero Leticia Torres de Carmona Casa Bravo Reyes, A.C. Museo de Arte Contemporáneo de
María Elena Ramos Francisco Torres de la Peña Catedral de Morelia, Mich. Oaxaca, Oax.
Teresa Ramos Fernando Tovar y de Teresa Centro Cultural Arte Contemporáneo, Museo de Arte Moderno, INBA
Beatriz Ramos de Cassaígne Rafael Tovar y de Teresa A.C. Museo del Automóvil
Luís Ramos de la Paz María Elena Trejo Centro Cultural Enrique Alonso Museo-Biblioteca Pape, A.C.,
Federico Ramos Sánchez Iván Trujillo Bolio Centro Multimedia del Centro Monclova, Coah.
Cecilia Rangel Havaux Nadia Ugalde Nacional de las Artes Museo Casa Diego Rivera,
Cristina Rangel Havaux Alberto M. Ulrich Centro Nacional de las Artes Guanajuato, Gto.
María Elena Rangel de Milmo Violante Ulrich Centro Nacional de Conservación y Museo Dolores Olmedo Patiño
Gíovanna Recchía Sígnorellí Marcela Uribe Registro del Patrimonio Artístico Museo Franz Mayer
Guadalupe Renner Sandra Urrieta Mueble, INBA Museo de Monterrey, Monterrey, N. L.
Roberto Resa Monroy Mario Uvence Centra Nacional de Investigación, Museo Mural Diego Rivera, INBA
Silvestre Revueltas Ornar Valdés Hernández Documentación e Información de Museo Nacional de Antropología,
Coral Revueltas Valle Perla Valle de Revueltas las Artes Plásticas, Cenidiap, INBA INAH
Emilio Revueltas Valle Abel Valverde Rivas Centro Nacional de Investigación, Museo Nacional de Arte
Gabriela Revueltas Valle Elisa Vargas Lugo Documentación e Información Contemporáneo Internacional
Araceli Reyes Nora Vargas Lugo Musical, Cenidim, INBA Rufino Tamayo, INBA
Aurelio de los Reyes Maro Vázquez Centro Nacional de Investigación y Museo Nacional de las Culturas, INAH
Gabriela Reyes Agraz Silvia Vega Balderas Documentación Teatral Rodolfo Museo Nacional de Culturas
Alejandra Reygadas de Yturbe Carlos A. Velasco Oliva Usigli, INBA Populares, INAH
Franpoise Reynaud de Vélez Onésimo Velasco Rojas Cervecería Cuauhtémoc-Moctezuma, Museo Nacional de Historia, INAH
Maria Elena Rico Covarrubias Roxana Velázquez Martínez del S.A. de C.V. Museo Nacional de San Carlos, INBA
Luis Rius Caso Campo Christie's, Latín American Department, Museo Olga Costa-Chávez Morado,
Héctor Rivera Borrel Miranda Carlos Vértiz Pañi N. Y. Instituto Estatal de Cultura de
Rodrigo Rivero-Lake Jorge Gonzalo Vieyra Cineteca Nacional, CNCA Guanajuato, Gto.
José Antonio Robles Cahero Liborio Villagómez Club de Industriales, A.C. Museo del Palacio de Bellas Artes,
Cristina Rocha Diaz Enrique Viloria Viascano Consejo Nacional Para la Cultura y INBA
Jorge H. Rocha Marin Isabel Vivanco Peña las Artes Museo Regional de Querétaro, INAH
Ricardo Rocha Reynaga Sandra Waisenthal Coordinación Nacional de Artes Museo Tecnológico de la Comisión
José Antonio Rodríguez Patricia Willis Plásticas, INBA Federal de Electricidad
Rosa María Rodríguez Garza Charles Wilson t Dirección de Arquitectura y Patrimonio Museo del Vidrio, Monterrey, N. L.
Adolfo Rodríguez Herrera Ana Yturbe de Sepúlveda Amor Artístico Inmueble, INBA El Palacio de Hierro, S.A. de C.V.
María Teresa Romero Rosa Maria Zaldívar Díaz López Dirección General de Actividades El Palacio del Marqués, S. de R.L. de
Benito Romero Orozco Rossina Zaldívar Jarra Cinematográficas, UNAM C.V.
Alfonso Romo Garza Lorenzo H. Zambrano Dirección General de la Biblioteca de Patrimonio Artístico Banamex
Sofía Rosales y Jaime Guillermina Zamora Morales México, Departamento de Philips Mexicana, S.A. de C.V.
Moisés Rosas Beatriz Zamorano Navarra Colecciones Especiales Pinacoteca del Estado Juan Gamboa
Leticia Rozo Krauss Erasmo Zavala Díaz Dirección General de Difusión y Guzmán, INAH, Yucatán
Maria Elena Ruiz Cruz Tomás Zurián Relaciones Públicas, INBA Radio Educación
José Ruiz de la Herrón Distribuidora Sinfonolandia, S.A. de Revista Casas y Gente
Jaime Ruiz Lobera C.V. Secretaría de Educación Pública
Héctor Ruiz Quintanar Amigos del Museo de Arte Escenologia, A.C. Secretaría de Relaciones Exteriores
Carlos Solazar Contemporáneo de Oaxaca, A.C. Fideicomiso Archivos Plutarco Elias Secretaría de Salud
Américo Sánchez Archivo Armando Pous Escalante Calles y Fernando Torreblanca Secretaría de Seguridad Pública, DDF
Guadalupe Sánchez Drasdo Archivo Arturo Ortega Navarrete Filmoteca UNAM Seguros Comercial América
Leticia Sánchez de Ortega Archivo Fotográfico Manuel Toussaint. Fundación Cultural Serfin, A.C. Sistema Radiópolis, S.A. de C.V.
Nicolás Sánchez Osorio Biblioteca Justino Fernández Fundación Nelson A. Rockefeller Sotheby's México
Luz María Sánchez Pérez Archivo General de la Nación, Fundación Robert Brady, A.C. Sucesión Robert Brady
María Eugenia San Pedro de Cordero Secretaria de Gobernación Fundación Telmex Sucesores de William Spratling, S.A.
Patrick de Sayve Archivo Pablo Amor Galería Alejandro Montes Universidad Autónoma Metropolitana
Luis Mario Schneider Asociación Mexicana de Estudios Galería Arte Actual Mexicano, Universidad Iberoamericana
Gloria Schoenfeld Fonográficos, A.C. Monterrey, N. L. La Vaca Independiente
Jorge Di Sciullo Ursini Autotransportes Internacionales Galería de Arte Mexicano Yole Collection of American Literatura.
Bernardo Sepúlveda Amor Bacardí y Cía. Galería Arvil Beinecke Library. Yole University
Guillermo Sepúlveda Treviño Banco de México Galería Daniel Liebsohn
Francisco Serrano Cacho Bazar El Escarabajo Galería Filiberto Solís
Eugenio Servín González Berger Joyeros Galería G. B. Shell's
U MOlN fílíXKO: MU Di (OVUNTUM

ENRIQUE X. DE ANDA ALANÍS

Para Roberto Segre, amigo siempre,


y por su lealtad indeclinable...
ERNESTO BUENROSTRO

Edificio San Martín, 1931. Detalle, portada. II. 1


PREAMBULO. A LAS CINCO DE LA TARDE...

Yo no me cuento una historia que quisiera luego


poner en imágenes [...] se trata de otra cosa.
Tengo objetos plásticos que me permiten componer
mi cuadro.
ANTONIO SEGUÍ1

uíero imaginar que es cual¬ presa que le produjo la ráfaga, no inten¬


quier día de octubre de tó cubrirse las piernas. Es una mujer pro¬
1934. Pienso que el arquitec¬ vocativa y elegante...
to Juan Segura ocupa el de¬ Recuerda que un año antes de aquel
partamento número 3 del edificio San dibujo, el 5 de julio de 1924, habla asis¬
Martin en la colonia Hipódromo Conde¬ tido al estreno en el teatro Lírico de La tie¬
sa. Son las 5 de la tarde, el arquitecto, rra de las pelonas. Uno de esos teatros
que recién ha cumplido 36 años de de revista que lo mismo hacían burla de
edad, traza una perspectiva a lápiz los discursos de los generales de la Revo¬
sobre un papel; toma un descanso. En su lución, que del nuevo corte de pelo de las
mente bullen contraponiéndose figuras mujeres: a la "garzón", según se leía en
de azulejos para decorar la fachada que los anuncios de periódicos. Muchas bai¬
dibuja, aviones y coches descapotables larinas en el escenario, algunas de baja
que nada tienen que ver con ella, pero sí estatura otras no tanto, pero parecía que
con una de las pasiones de Segura: la a todas el corsé se obstinaba en hacerles
velocidad. Enciende un cigarro Chester- el milagro de delinear su figura, preten¬
field, se apoya en el repisón de la venta¬ diendo hacerlas ver altas y esbeltas.
na y mira al parque San Martín, mientras Recuerda que un año después, en
que por el radio se escucha una canción: 1925 y en el mismo teatro Lírico, vio el
Mexican rataplán con la compañía de
Cuando yo sentí de cerca tu mirar Pepe Campillo, se acuerda bien de una
de color de cielo, de color de mar...2 de las canciones: "Vacilópolis", y de las
tiples morenas que sudaban bailando el
Ahora lo imagino recordar... fox-trot y el charlestón. Le gustaba el tea¬
Recuerda la cubierta de una Revista tro de revísta, porque lo hacía sentirse
de Revistas de finales de 1925,3 la con¬ con cierto aire de sofisticación, al vestir
serva porque el dibujo le sigue gustando su mejor traje, llevar un sombrero de ca¬
tánto como hace nueve años: una dama rrete y comentar con sus amigos: "¿Cómo
y el viento hacen el tema que se ¡lustra: El se verían esas tiples con trenzas?"
Otoño. La mujer ocupa el lado izquierdo "Tiempos del charlestón", se dijo mien¬
y su túnica, volando con el viento de tras fumaba su cigarro. En el radio se se¬
octubre, llena el centro de la composi¬ guía escuchando:
ción; lo que más importa en el dibujo es
la aparente inocencia de la mujer que, al ...mi paisaje triste se vistió de azul
1 En Antonio Seguí. Hombre de
verse sorprendida por la ráfaga, apenas con ese azul que tienes tú... ciudades, catálogo de la exposición,
si oculta su cara con el dorso de una Museo Rufino Tamayo, México, la.
ed., 1997, p. 22.
mano, mientras agita los brazos en per¬ Recuerda, pensando en sombreros, que
3 "Azul", canción blues, letra y
fecta armonía con el zigzagueo de la hace tres años, en París, una mujer esbel¬ música de María Teresa Lara, supervi¬
caída de las hojas. La falda se ha levan¬ ta, pálida y con la tristeza anidada en el sión de Agustín Lara, Promotora His-

tado, las piernas se cubren con medias alma, guardó en su bolso el revólver de pano-Americana de Música, S.A.,
Derecho de Autor de 1933.
que sostiene un liguero de cintura, y sólo José Vasconcelos y se vistió con un traje
3 Dibujo de Ernesto García Cabral
se ven los resortes que atrapan el cuello de seda negro y un sombrero de media en la portada de Revista de Revistas,
oscuro de las medias. Dentro de la sor¬ ala con velo. Ella misma, en 1928, le 18 de octubre de 1925.
había escrito a Manuel Rodríguez Lozano "Tiempos de caudillos y de sus balas",
una carta en la que, entre otras cosas, le se dijo Segura mientras fumaba su ciga¬
decía: "traigo conmigo una ofrenda de rro... En el radio se seguía escuchando:
ternura y el alma cansada del camino
largo, del error amargo. Tómeme ya." ...es un no me olvides convertido en flor

Parecería que el silencio que siguió a es un dia nublado que olvidara el sol...

esta carta, y a todas las demás que le


envió, quedó roto para siempre con el es¬ Recuerda que llegó a vivir a la colonia
truendo que rebotó en las bóvedas góti¬ Hipódromo-Condesa cuando se fraccio¬
cas de Notre Dame, después de que nó en 1927. Observa los árboles del par¬
Antonieta Rivas Mercado se disparó un que San Martín, que pronto llegarán a la
balazo al corazón el 11 de febrero de altura de su ventana; mientras eso suce¬
1931. "Pálida, la belleza de Antonieta", de, todavía alcanza a ver el pergolado
se dijo Segura. del teatro Líndbergh. Son ya más de 50
Recuerda, pensando en belleza, que las casas que ha proyectado para esta
hace apenas año y medio que su profe¬ colonia, todas distintas; en la decoración
sor en la Escuela de Arquitectura de San ha puesto todo su esmero. Le gusta el edi¬
Carlos, el arquitecto Manuel Ortiz Mo¬ ficio en el que se encuentra, terminado
nasterio ("Monas", le decían en corto al apenas en 1931 por el ingeniero Ernesto
maestro), lo había invitado a la inaugura¬ Buenrostro. Le gustan las marquesinas on¬
ción, el 29 de diciembre de 1932, del ras¬ duladas con sus prismas de vidrio que
cacielos de La Nacional, con sus 10 000 dejan pasar el sol, le gustan los arcos
toneladas de peso, sus 5 200 metros cua¬ que se forman con líneas que se quiebran
drados de área rentable y capacidad y que arrojan luz del intradós.
para alojar a cerca de 3000 personas. Lo Recuerda cuando se inauguró, hace
que más le había gustado a Segura era apenas dos años, la casa de Diego Rivera
la forma del edificio, parecía una gran en San Angel Inn. Su autor, Juan O'Gor-
pirámide airosa, al modo de Nueva York. man -que entonces tenía 27 años-, lo in¬
Además, los grabados de las puertas, el vitó a visitar la casa. "Parecía la casa del
mosaico de los pisos, el color de los már¬ diablo", había dicho el ingeniero Raúl
moles y el brillo del latón hacían a un Castro Padilla el 7 de diciembre de 1933.
lado la frialdad del concreto. Había quedado claro que se refería al
Recuerda la frialdad, más bien el diablo por lo extraño de la construcción,
miedo, que se sintió en la ciudad de Méxi¬ con sus columnas desnudas y esbeltas en
co el 17 de julio de 1928. El no estuvo en la planta baja y las fachadas lisas sin
La Bombilla de San Ángel, pero alguien molduras ni tezontles: "Funcionalismo",
que vio todo se lo platicó: "Sólo para que le había dicho O'Gorman mientras cami¬
sepas por qué sientes miedo", le dijo. To¬ naban por las antiguas canchas del club
caban "El limoncito"; el general invicto, el San Ángel Inn. "Vanguardismo" más allá
señor de la gran guerra, estaba callado y del arte que él mismo conocía y hacía, re¬
muy pensativo, "parecía que miraba al in¬ flexionó Segura.
finito",4 o que se acordaba de lo que dos Recuerda que sobre su mesa de traba¬
meses antes, en su hacienda de Nainari, jo aún está la revista El Arquitecto de no¬
le había dicho a su chofer, mientras los viembre de 1933; le llamó la atención la
perros ladraban embravecidos: "sé lo que página de anuncios del almacén El Pala¬
quieren esos perros... quieren mi san¬ cio de Hierro, y en particular los muebles

4 Enrique Krauze, El vértigo de la gre...".5 El general Alvaro Obregón ya no que la sección "Studio Evolución" estaba
victoria, México, FCE, 5a. ed., 1987, t. envejeció más; su rostro, acostumbrado a presentando. Desde que apareció el "Stu¬
6, p. 120. ver de frente la victoria, quedó dibujado dio Evolución" en el segundo piso del
5 Héctor Aguilar Camln, Saldos
en la libreta de apuntes de José de León edificio que proyectó el arquitecto fran¬
de la revolución cultural y política de
México, 1910-1960, México, Nueva Toral, poco antes de que éste decidiera cés Paul Dubois, y en donde el mismo Se¬
Imagen, la. ed., 1982, p. 57. cambiar su vida por la del caudillo. gura participó como dibujante y auxiliar,

• 22 •
nunca había dejado de ver los arreglos como un listón azul,

de interiores que ahí se exhibían. Lo que azul de amanecer.

le llama la atención es que las imágenes


de la revista son las de los sets cinemato¬ El arquitecto Juan Segura debe regre¬
gráficos para la película La noche del pe¬ sar al trazo de la perspectiva. No puede
cado; la profusión de líneas rectas que deshacerse de las imágenes de aviones y
sólo forman planos sin provocar volúme¬ autos deportivos; decide incorporarlos a
nes lo inquieta, y no deja de advertir el su propia arquitectura estilizándolos en
sentido de la nota que ha leído en el anun¬ la decoración.
cio mismo: "Decoraciones claras, senci¬ La ciudad de México, la colonia Hi¬
llas y elegantes en que viven personajes pódromo-Condesa y el arquitecto Juan
de la época."6 Segura vivían a plenitud, y sin saberlo, los
"Tiempo de ser modernos sin compro¬ años del déco. No habia duda, todas
meterse con el vértigo de las vanguar¬ las acciones sociales y culturales que ro¬
dias", se dijo a sí mismo. Terminó su deaban el momento trataban de dejar
cigarro... En el radio la canción concluyó claro que lo más importante para México
también: era ser moderno... La vanguardia se re¬
servaba para las élites intelectuales de 6 El Arquitecto, México, noviem¬
...azul, como una ojera de mujer otros países. bre-diciembre de 1933, p. 5.

• 23 ■
MHTAIIA POK eoiiiiu coi Southern Music Publishing Co., Inc. kie»na»
La Southern Music Publishinj Co. S. A. Sucursal en México. Esq San Juan de Lctrdn y Articulo 123
ropiedac! ■)« lo» Editor*» pora la República Mexicana. De pentodo conforme a lo Ley
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OernNe* mtireotianali» «sejuroeu
m o f. Cosa ñlemana óp música rw j« in«nimtn th»vs «mu. Southern XuK Pubeitlung Co Inc
Aitooc ted Copyright» Ltd

Partituras musicales. Cats. 257 y 260.


REFERENCIAS OBLIGADAS

Pour bannir le symbole du Décor, ¡I faudrait


chasser du firmament nótre Satellite.
ÉMILE GALLE, 19007

os tiempos de la posmoderni¬ vorcio de la tarea social a la que sirvió


dad vuelven su mirada al pa¬ durante tantos siglos. En la era de las cri¬
sado reciente. Hace treinta sis, los objetos de la otra gran crisis, la
años, los ojos de los coleccio¬ del capitalismo entre guerras, aparecen,
nistas y de los estudiosos de la cultura y se dejan recorrer con el tacto y siguen,
del arte pusieron su atención en los mue¬ por supuesto, evocando recuerdos de an¬
bles, dibujos y diseños que se produjeron tiguos aromas. Creo que una de las razo¬
en algunos sitios del mundo occidental, nes de su vigencia tiene que ver con el
precisamente en el período entre las dos tema de las libertades: libertad para la
grandes guerras del siglo XX. El calificati¬ imaginación y para la adopción de los
vo de "art c/éco" que le fue impuesto a esa recursos plásticos que mejor satisfagan
serie de objetos se dio de manera sencilla una composición. Libertad para convivir
y como abreviatura de un término que sí con objetos plenos de belleza, para el
resulta inherente al destino de lo que se disfrute de los placeres, de la sensuali¬
produjo: artes decorativas. Lo complejo dad y, más aún, del erotismo.
llegó después, y sobre todo para los que Mientras escribo tengo frente a mí una
tienen la tarea de leer el contenido subya¬ foto de 1930. Desde el fondo sepia, una Ve¬
cente de los materiales de la historia. El nus de ébano, Josephine Baker a sus 25
nuevo interés por los objetos déco se debe años, observa desafiante; una enorme
en gran medida a su presencia en las co¬ sombra de ella misma magnifica la pre¬
lecciones de los museos y al descubrimien¬ sencia del cuerpo en el interior de la es¬
to de los cruces de tendencias artísticas cena. Todo el motivo es la mujer dueña
que muchas de las piezas muestran en su de sí misma, con la luz que se concentra
conformación; pero quizá lo más atractivo en sus ojos y en las perlas de los collares
que se puede descubrir en cada uno de con los que oculta parte de su desnudez.
ellos es su cualidad descriptiva en relación El ver esta imagen, pero sobre todo el
con el "aroma de una época". gesto de una mujer que todos reconocen
Utilizo con toda intención un término como prototipo del déco, me hacen pen¬
subjetivo para iniciar la aproximación a sar en este estilo más en términos de con¬
las cualidades de los objetos: el "aroma ductas y de una vitalidad que, haciendo
de una época". Aroma es evanescencia, uso de la libertad, pudo delinear en los
es desaparición casi inmediata, pero no objetos una identidad para su presente.
significa olvido ni mucho menos ausen¬ ¿Y el futuro? Del futuro quién quiso ha¬
cia de registro en la mente; el aroma se blar cuando, al terminar la primera gran
convierte en recuerdo y como tal puede guerra, Europa se percató de que, más
percibirse siempre que aparezcan las que al exterminio de vidas, la contienda
condiciones de ambiente que lo convo¬ contribuyó a minar la fe en la razón, la fe
quen. Quizá por eso el déco ha vuelto a en la ética política y la fe en el progreso.
manifestarse ante nuestros ojos, precisa¬ 7 "Para proscribir el símbolo de
mente cuando el arte de Occidente ha de¬ La fugacidad del paso del avión... y de la vida la decoración, sería preciso arrojar
nuestro satélite del firmamento", cita¬
jado atrás no sólo los conceptualismos que
do en Madsen Tschudi, Art Nouveau,
sustituyeron a la objetualidad, sino que pa¬ Paul Maenz en su libro sobre el art déco Madrid, Guadarrama, 2a. ed., 1967,
rece hacer cada vez más evidente su di¬ advierte: "el estilo art déco como tal p. 16.

• 25 ■
jamás existió. El término aparece por pri¬ se encadenaron hasta formar la trama en
mera vez en 1966";8 Maenz se refiere a la que se tejió el rostro del déco.
la exposición Les Années 25, que se cele¬ Durante los cuatro años que duró la
bró en París del 5 de marzo al 16 de gran guerra, fue quizá más importante
mayo de 1966. Hoy se reconoce que, en la movilización de la conciencia que la
efecto, el nombre se acuñó durante esa participación en las acciones bélicas.
exposición, al igual que son aceptadas Guerra de trincheras, de posiciones,
otras consideraciones que tienen que ver como dirían los estrategas, de desgaste
con el estilo: abarcó el período entre las psicológico, en la que ninguna apelación
dos grandes guerras mundiales, sus cen¬ al honor y al patriotismo fue suficiente
tros difusores más importantes fueron para justificar la crueldad de los gases
Francia, Inglaterra y Estados Unidos y sus de mostaza ni la pestilencia de los lo¬
productos físicos pertenecen más a los dazales en los que por meses se mantu¬
campos de las artes aplicadas, de las de¬ vieron los contendientes, que jamás al¬
corativas y de la arquitectura. Se acepta canzaron a entender los porqués de esa
también que su influencia fue internacio¬ primer guerra de los tiempos modernos.
nal, y que tuvo que ver en la consolida¬ Si bien la amenaza del exterminio total e
ción de líneas artísticas locales gene¬ inmediato llegó sólo 25 años después
ralmente reconocidas como las posturas (con las explosiones atómicas en Japón),
modernas en los distintos países en por lo pronto, y una vez firmado el armis¬
donde se localizó; por esta razón lo en¬ ticio, la única seguridad que se tuvo fue
contramos en México, así como en otros la del momento que se vivía, dada la ob¬
países latinoamericanos en donde sus re¬ solescencia de la cauda de valores que,
sultados apenas empiezan a ser valora¬ utilizada por los generales-emperadores,
dos e historiados. movilizó a poblaciones enteras cien años
A partir de las consideraciones ante¬ atrás. Se iniciaba en Europa la cultura
riores, será más útil analizar las circuns¬ del pesimismo, y quienes mejor cuenta
tancias antes que las formas mismas, a dieron de ello fueron los artistas, los escri¬
fin de entender a qué obedeció el ejerci¬ tores, los sociólogos y los filósofos. Algu¬
cio del déco en México, pero, sobre todo, nos escritos describen el rostro de la vieja
a qué respondió en términos de la natu¬ Europa, enferma y decadente. Luigi Pi-
raleza cultural del México de los años randello, con sus Seis personajes en bus¬
veinte y treinta, un país que no había vi¬ ca de autor, de 1921, plantea el pro¬
vido el estrago de la guerra mundial, blema de la ambigüedad de la verdad y
pero que, como resultado de la Revolución sobre todo del desgarramiento ante la
de 1910, se encontraba inmerso en la re¬ búsqueda de la identidad personal.
fundación de su estructura social. James Joyce, con su Ulises, de 1922, pre¬
Conviene anotar cuáles son, a mi fiere el monólogo interior en busca de
modo de ver, las cuestiones culturales que razones que le ayuden a comprender.
de modo amplio están en la escena de los Sigmund Freud expuso su tesis de la
centros productores del déco internacio¬ neurosis colectiva en El futuro de la ilu¬
nal: Francia, Inglaterra y Estados Unidos, sión, de 1927, y en El malestar de la cul¬
país, este último, que a partir de la guerra tura, de 1930, proponiendo la hipótesis
de 1914 tuvo cada vez mayor participa¬ de que, ante las constantes restricciones
ción en el escenario mundial. Los efectos para alcanzar la felicidad, la humanidad
anímicos de la guerra, la explosión de la se hundía cada vez más en la alienación
mercadotecnia -que dio notable impor¬ colectiva. El amante de Lady Chatterley,
tancia al tránsito de la moda y a la libe¬ escrita en 1928 por D. H. Lawrence, des¬
ración femenina-, la crisis de la forma y montó los vestigios anquilosados de la mo¬
la estética en el arte moderno y, al final, la ral Victoriano y, en Estados Unidos, la
8 Paul Maenz, Art Déco: 1920-
1940, Barcelona, Gustavo Gilí, 2a. injerencia de la tecnología en el nacimien¬ "Generación perdida" ofreció en su lite¬
ed., s.f., p. 14. to del diseño industrial, todos estos temas ratura la otra visión del progreso yanqui:

■ 26 ■
la de la miseria humana de los migrantes
que morian junto con sus ilusiones, des¬
pués de haber nutrido la expansión eco¬
nómica del nuevo poderlo norteameri¬
cano. Los libros prohibidos y quemados
en público para el escarmiento de los
atrevidos contenían el pesimismo que
nadie se atrevía a reconocer como la ra¬
diografía de la realidad. Una forma de
contrarrestar esta actitud de desilusión
fue creando la gran expectativa de libe¬
rar el gasto para el consumo, ayudando
a la adquisición fácil e inmediata, y a
tener y poseer como vías de acceso al es¬
tatus. Fue aquí donde entró en escena la
mercadotecnia norteamericana.
A principios de los años veinte, la or¬
ganización económica del mundo occi¬
AGUSTÍN JIMÉNEZ. Dos monjes, 1934. Cal. 286.

dental vio derrumbarse el colonialismo


y se integró al gran mercado mundial
recién creado por Estados Unidos. Las
líneas de producción armamentista cam¬
biaron sus troqueles por otros de cual¬
quier tipo, no importaba tanto el producto
si no el que no se interrumpiera la cade¬
na de producción; saturados los merca¬
dos internos quedaba la posibilidad de la
exportación, y ante la falta de liquidez
estaba la apertura del crédito. En el pri¬
mer cuarto del siglo, la velocidad no sólo
se manifestó en el maquinismo, sino tam¬
bién en los lapsos cada vez más cortos
para colocar mercancía del otro lado del
océano, para modificar la imagen per¬
sonal usando productos con diseños evi¬
dentemente novedosos, para contraer
deudas, que provocaron la pérdida de la
costumbre del ahorro, y también para
morir, como todos aquellos que se suici¬
daron en octubre de 1929, después de
la gran caída de la bolsa de valores en LAURON "JACK" DRAPER

Nueva York. El intercambio internacio¬ Janitzio, 1934. Cal. 283.

nal de mercancía, el forzamiento a la


adquisición (que después generó infla¬ Ante el ascenso cuantitativo de la so¬
ción) y el llamado "despegue" de eco¬ ciedad urbana, la forma más efectiva de
nomías basadas en una mediana planta traslado de mercancía fue la de vender
industrial provocaron que: "la humani¬ primero la necesidad -inexistente muchas
dad, bordeando los peligros de una su¬ veces- de tener el producto. Un horizon¬
perproducción, se encontrara con la te de tentaciones por adquirir nuevos ob¬ 9 Rafael Abella, "Los años veinte:
entre la guerra y la crisis", en Rosario
primera invasión de bienes, con unos jetos se abrió a los ojos de las clases
de la Torre et al., Siglo XX. Historia
utensilios que serán la culminación de medias gracias a los anuncios de las re¬ Universal, Barcelona, Información y
una nueva revolución industrial".9 vistas y las machaconas repeticiones en Revistas, 2a. ed., vol. 8, p. 22.

■ 27 ■
cientes en las etapas posteriores. La acti¬
tud liberal de la mujer es un tema que no
ha perdido actualidad a lo largo del
siglo, pero su conformación en el período
de 1920 a 1940, y principalmente en los
años veinte, constituyó una novedad en
la conducta social. En Estados Unidos,
después de la ley seca, las mujeres se em¬
pezaron a reunir en los "Speak Easy"
para fumar y tomar bebidas alcohólicas;

ILA SAUOAJ HORA DEL NOVIO, DEL CINE O DE CORRER AL HOGAR en Francia, Gabrielle Chanel -Coco Cha-
nel- definió el nuevo aspecto de la mujer;
de la Unión Soviética llegó el mensaje re¬
volucionario que ofreció la libertad para
amar, y Sigmund Freud, desde su estudio
en Viena, dio a conocer sus teorías sobre
el inconsciente y la necesidad de evitar
la represión emotiva; su perspectiva de la
Artículo en revista Hoy, 24 de diciembre
sexualidad provocó "uno de los cambios
de 1938. Cat. 150.
más notables, y más perturbadores, en el
comportamiento moral de los europeos
el radio, un artefacto que desde princi¬ después de la primera guerra".10
pios de I os años veinte se incorporó al Con la circulación de imágenes de los
concierto urbano como una voz solista artistas del cine norteamericano, las euro¬
más, al lado del claxon de los autos, el peas descubrieron un hecho cuya nove¬
chirriar de las ruedas metálicas de los dad se debió más a su difusión que a su
tranvías y otros ruidos más que poco a naturaleza moral: ellos podían cambiar
poco fueron dando lugar a la estridencia de pareja varias veces y lo manifestaban
del siglo XX. Desconozco si la historia re¬ públicamente. Esto, además de ser parte
gistra un desbordamiento sensual colecti¬ de una estructura de comportamiento
vo tan amplio anterior al que provocó en menos astringente, elevó a un primer nivel
1926 la muerte de Rodolfo Valentino. La de atención otra situación que se imbricó
histeria y los desmayos que la simple con la cultura del consumismo: la posibili¬
proximidad de este personaje casi mítico dad del cambio de objetos cuantas veces
desencadenaba en las mujeres norteame¬ fuera necesario, siempre en función más
ricanas, nos llaman a considerar dos ele¬ que nada del tipo de imagen que se de¬
mentos muy importantes dentro de la seaba transmitir al resto de la sociedad,
urdimbre en que se tejió el déco: la circu¬ imagen que estaría condicionada por "la
lación obsesiva de una imagen hasta moda". La difusión de prototipos, de obje¬
hacer creer que lo que se muestra es in¬ tos para vestir o para acompañar a las
dispensable y la libertad femenina, que personas respondió al mandamiento pu¬
permite mostrar públicamente las prefe¬ blicitario de exhibir para vender y fue, a
rencias sexuales. En esto hay una amal¬ mi modo de ver, un elemento que más
gama peculiar de circunstancias cuya temprano que tarde tuvo que ver con el
interpretación cae dentro del ámbito de virtual acortamiento del tiempo. De esta
la sociología, pero cuyo resultado se tra¬ manera, la velocidad no sólo quedó rela¬
duciría en ciertas conductas, y más tarde cionada con los ingenios mecánicos, sino
en la solicitud de productos físicos y de con los lapsos necesarios para desechar
diseños coincidentes con el sentido de las la ropa, el automóvil... y al amante.
mismas; estas circunstancias son en gran Si bien, como ya lo mencioné, los es¬
'0 Juan Pablo Fusi Aizpurúa, "La . . . . i i i ¡ >
.... r , parte oriqinarias de la decada de los critores tuvieron mucho que ver en la pro¬
crisis de la conciencia europea , en
ibid., p. 95 años veinte, pero con extensiones cre¬ pagación de la sensación de desencan-

■ 28 ■
to y de angustia, el campo de las artes
plásticas tuvo también una participación
importante en esta galería de inconformi¬
dades y de cuestionamientos. Primero, al¬
gunos pintores franceses del último cuarto
del siglo XIX pusieron en crisis la capta¬
ción óptica del arte, proponiendo un mo¬
delo de apreciación emotiva, universal
en tiempo y espacio; después, a partir
del cubismo, lo que se puso en cuestión
fue la coherencia naturalista como valor
trascendental de la obra de arte. Acto se¬
guido, en Zúrich en 1916, las cosas se ex¬
tremaron cuando en el Cabaret Voltaire
de Hugo Ball se declaró el nacimiento del
dadaísmo y, con él, la muerte del arte.
Dadá -la nada, el absurdo- trató de pro¬
vocar a la sociedad mediante gestos y
burlas cuyo cometido fue poner en claro
lo ilógico de la vida dentro de aquella es¬
tructura social, que daba la impresión de
no saber hacia dónde conducía sus em¬
peños. El colmo del absurdo llegó des¬
pués, cuando las acciones dadaístas fue¬
ron encapsuladas para ser exhibidas en
los museos y ser demandadas por los co¬
Señorita Loly Villarelo, actual campeona de singles
leccionistas en las casas de subasta. El
del Club de Tennis Deportivo Chapultepec. Fotografía
dadaísmo contestatario, encabezado por
reproducida en: Revista de Revistas, 13 de agosto
Marcel Duchamp, Tristan Tzara y Francis
de 1933. Cat. 146.
Picabia, entre otros, es un parámetro más
para la definición de un "estado de las
cosas", medido en las porciones más sig¬ utilizando, del potencial humano, sólo la
nificativas de la sociedad. fuerza manual para dar el impulso ini¬
Durante cerca de sesenta años, conta¬ cial a la línea de producción. En el cam¬
dos a partir del último tercio del siglo XIX, po del consumo de objetos utilitarios
tuvo lugar la discusión de una serie de para la vida diaria, el fenómeno maqui¬
conceptos que, aparentemente, fue encon¬ nista significó en Inglaterra, y en los paí¬
trando soluciones parciales, pero que en ses europeos que se fueron sumando a
sentido estricto nunca resolvió la contra¬ la revolución industrial, la sustitución de la
dicción múltiple que la distinguió, se trata artesanía por la tipificación partiendo
de la relación: artesanía-maquinismo- de la racionalización. Ida Rodríguez Pram-
arte-funcionalidad. Demasiados términos polini anotó sobre este tema que: "la
para una ecuación social que, si bien los artesanía, por muchos siglos, fue la res¬
asumió como parte de un problema, en puesta natural, en las sociedades ante¬
los hechos prefirió minimizar la importan¬ riores a la revolución industrial, a los pro¬
cia de algunos de sus elementos para blemas prácticos y estéticos según el
exaltar la presencia de otros. El tema, grado de desarrollo de las fuerzas pro¬
que con el paso del tiempo se convirtió ductivas de cada época".11 Esta reflexión
en problema, tuvo su origen en la multipli¬ permite comprender por qué la produc¬
11 Ida Rodríguez Prampoliní, Se¬
cación del original de un objeto -el pro¬ ción de objetos se problematiza en sus
bastián, un ensayo de arte contempo¬
totipo-, por medio de ingenios mecáni¬ conceptos éticos más que en la fase de su ráneo, México, UNAM, la. ed., 1981,
cos resultado de la revolución industrial y multiplicación. La acción de la máquina p. 44.

- 29 -
-entiéndase, revolución industrial- diso¬ que el usuario debía de satisfacerse tam¬
ció utilidad y estética, que durante un am¬ bién con una forma agradable, bella en el
plio lapso habían actuado de manera mejor de los casos, y qu^, una vez conce¬
concomitante. Por eso, a fines del siglo XIX, bido y fabricado el prototipo, su repro¬
se hizo necesario proponer otra alternati¬ ductividad seria prácticamente ilimitada
va que garantizara la vigencia técnica, en las bandas de una máquina. Tanto el
pero sin permitir que llegara a perderse factor creativo como el iterativo definen la
la calidad que adquieren los objetos al tarea del diseño industrial, pero conviene
pasar por las manos del artesano. Esta úl¬ agregar que la contradicción de base no
tima circunstancia -la manualidad- gene¬ fue totalmente resuelta; incluso se llegó a
ra una contradicción de difícil solución, complicar cuando el problema adquirió,
toda vez que ofrece un antagonismo fun¬ además, el matiz que le dio la persisten¬
damental en la naturaleza del medio pro¬ cia del pensamiento racional de Europa
ductivo, precisamente la que tiene que central: si la creatividad para hacer un
ver con la relación utilidad-belleza. Es objeto de procedencia artesanal requería
en este momento que aparece el proce¬ de un análisis de la función para justificar
dimiento creativo y de producción deno¬ su forma, entonces la obra de arte debe¬
minado "diseño industrial", el cual, uti¬ ría tener, bajo esta consideración, una jus¬
lizando las ventajas de la máquina y tificación de orden funcional o utilitario.
mediante el proceso de elaboración de la La premisa de Louis Sullivan, "Form fol-
pieza matriz o prototipo, resolvió dos lows function", era aplicable al diseño in¬
temas que en el ámbito de la artesanía dustrial y a la arquitectura pero impro¬
tradicional parecían irreconciliables: el cedente en las artes plásticas. El sostener
registro que da la mano del artesano a la a lo largo de los primeros decenios del
pieza y la posibilidad de que ésta se pro¬ siglo que arte y proceso de diseño -en¬
dujera en serie. tendido como concepción de un objeto
Sobre la máquina -circunstancia insos¬ cuyo destino es servir utilitariamente a la
layable en la producción moderna occi¬ sociedad- se apoyaban en una misma
dental- vuelvo a citar a Ida Rodríguez: plataforma inventiva, dio origen a una
"no sólo rebasó al artesano sino al artis¬ contradicción insuperable, toda vez que
ta también, en la medida en que los ob¬ las "apariencias" entre las disciplinas no
jetos producidos por ella eran más útiles, daban razón alguna para hermanarlas
bellos, perfectos, pulidos, tersos y, sobre en la misma genealogía. La Bauhaus, con
todo, adecuadamente diseñados..."12 Es un proyecto académico impartido por ar¬
este último término el que ayuda a enten¬ tistas y artesanos, dentro de talleres y no
der cómo acabó por resolverse la contra¬ salones de pintura o modelado, fue el
dicción; el diseñar se convirtió, a partir sitio donde de manera más clara se resol¬
de William Morris, Charles Rennie Mac- vió la nueva necesidad que representaba
kintosh y Arthur H. Mackmurdo, en una la formación profesional y la orientación
tarea inventiva que debía analizar la fun¬ para el trabajo del diseñador industrial:
ción y el destino del objeto (ya no obra crear una hermandad entre conceptos ar¬
1 2 Ibid. de arte) que se necesitaba, sin descartar tísticos y práctica artesanal.

- 30 ■
LA MODERNIDAD A SALVO DE LA VANGUARDIA

A lo mejor lo historia no se construía con


realidades sino con sueños, los hombres soñaban
hechos, y luego la escritura inventaba el pasado.
No había vida sin relato.
TOMÁS ELOY MARTÍNEZ1 3

Las grandes cuestiones cultu¬


rales revisadas en el capítulo
anterior constituyen cualida¬
des de la cultura occidental
en el periodo que abarca este análisis.
Los productos emanados de la creativi¬
dad de esa sociedad siempre estarán re¬
lacionados de algún modo con esas
cuestiones o tensiones culturales básicas;
la labor del que observa retrospectiva¬
mente ese momento histórico es discernir
el grado de importancia que una pudo
tener respecto a las otras. En el lapso
transcurrido entre las dos guerras, las ac¬
ciones déco se dieron simultáneamente a
otros acontecimientos; por lo pronto me Coristas del teatro Arbeu, 1933. Cat. 86.

ocuparé en este apartado de lo que con¬


sidero son principios básicos para acce¬ contradecir, afirmar o proponer algo que
der a la comprensión del estilo: ¿qué tiene que ver con la estructura de la socie¬
cosas produjo?, ¿en qué momento?, y, dad que lo produce. En cambio el déco,
¿cómo es el c/éco?, es decir, a partir de cuyos productos son también susceptibles
definir el ámbito cultural y de revisar los de ser leídos por su estructura simbólica,
productos que tradicionalmente han sido supo siempre que, además de la preocu¬
reconocidos como déco, tratar de discer¬ pación plástica por lo estético, su destino
nir, analizando sus categorías formales, fue -en el campo de los objetos- hacer
cuáles fueron las intenciones conceptua¬ artefactos que acompañaran al poseedor
les que se encargaron de trasladar, ya en su vida cotidiana con un componente
que éstas debieron estar vinculadas básico: la utilidad. A partir de esta consi¬
-según mi hipótesis- con alguna de las deración, resulta accesible la explicación
cuestiones culturales que he propuesto. de por qué lo déco está inmerso en la ca¬
En principio una distinción básica: el tegoría que también históricamente, y
art déco no es en sentido estricto un esti¬ sobre todo en el siglo XIX, fue definida
lo artístico; más aún, lo déco no se cons¬ como de las "artes menores", particular¬
tituyó dentro de ninguna de las disci¬ mente en el territorio de las "artes deco¬
plinas consideradas hacia 1920 bellas rativas", es decir, lo inherente al arreglo
artes. Convivió y alternó con ellas, y mu¬ integral de un local para hacerlo grato a
chas veces el trabajo de los ejecutores de su ocupante. Dentro de esta visión he pro¬
bellas artes fue paralelo al del déco; la puesto el término: "acompañar al posee¬
gran diferencia que a mi modo de ver dor", para diferenciarlo cualitativamente
existe entre ambas naturalezas formales de la naturaleza del arte, que en el orden
-la déco y el resultado del arte- es que práctico no suele ser un objeto que deba
. . 1J Tomás Eloy Martínez, Santa
éste último trata de resolver un problema trasladarse, o usarse en las tareas domés- Ey¡ta¡ Méx¡CO/ Joaquín Mort¡z< 1995#
que rebasa lo estético, para explicar, ticas del poseedor, y que en el orden p. izó.

-31-
1

Tabla gimnástica en el Centro Social y Deportivo Campo Los objetos déco se produjeron en el
Balbuena, ca. 1940. Cat. 94. arco de tiempo que va aproximadamente
de 1920 a 1 940. La mayoría de las veces
conceptual es trascendente porque sub¬ no fueron concebidos como "obras artísti¬
vierte o diviniza. En la actualidad, prácti¬ cas" de carácter único, por el contrario,
camente el destino de cualquier objeto de la elaboración de una buena parte de
índole artística -bello o no- es ocupar un estos productos se apoyó en la posibili¬
sitio dentro de un museo; quizá en este dad de la "multiplicación del prototipo" a
sentido, y con el paso del tiempo, acep¬ que dio lugar la tecnología de la fabrica¬
taremos que la mecánica inventiva y, más ción en serie, circunstancia opuesta a los
aún, la visión del destino del objeto que valores de unicidad y de irrepetibilidad
pudo haber tenido el productor déco propios de la obra de arte. Hago men¬
hayan sido más realistas que las del ción del término estilo, cuando me refiero
artista mismo, en la medida en que, a al déco, por las siguientes razones: por la
pesar de que en la actualidad ambas calidad de las actitudes y los objetos físi¬
producciones conviven en la galería del cos con los que se respondió a los estímu¬
coleccionista o en la sala del museo, el los y a las necesidades sociales, por la
objeto déco puede seguir "acompañan¬ naturaleza y el significado de lo que se
do", esto es, continúa vigente su capaci¬ denomina "prototipos del déco" y, por úl¬
dad de ser útil, a diferencia de la pieza timo, por la íntima relación que se dio
artística, que muchas veces pierde pronto entre la tipología déco y las tensiones so¬
su relevancia como significante social al ciales. Cabría hablar del déco como un
haber cambiado de contexto, quedándo¬ estilo amplio con peculiaridades cronoló¬
se sólo con el componente estético pero gicas y regionales, que presenta una pla¬
huérfano del fin trascendente que le dio taforma plástica y conceptual que, aun
origen. Un buen ejemplo de lo anterior con variantes, se mantiene en escena con
puede ser el gran arte religioso patroci¬ elementos compositivos e iconográficos
nado por la Iglesia católica a lo largo de propuestos para satisfacer lo que he lla¬
la historia, y que en el presente ha perdi¬ mado: "esquemas de significación".
do parcialmente su funcionalidad como Si bien la Exposition internationale des
transmisor de la rogativa y dispensador arts décoratifs et industriéis modernes, de
de la gracia divina, para convertirse en 1925 en París, fue punto importante en el
pieza de museo y, como tal, en obra devenir del déco, no puede ser tomada
maestra del claroscuro, la aplicación del como el inicio formal del estilo, aunque sí
color, la composición, etcétera. contribuyó a su amplia difusión por la pu-

• 32 •
blicidad que se dio a los pabellones y a apoteosis del c/éco", y en 1928 René
los productos expuestos. La primera con¬ Herst fundó la Union des Artistes Moder-
tradicción notable del déco se dio a me¬ nes, como una acción contestataria al for¬
diados de los años veinte con la di¬ malismo decorativista de la exposición
námica establecida por los actores de las de 1925. Esta agrupación fue testigo de
vanguardias, artistas que se habían com¬ un cambio en el predominio de la gramá¬
prometido en esa época con el avance tica plástica del estilo al trasladarse el
simultáneo de la técnica y de las expre¬ polo productivo de París a Nueva York,
siones artísticas. Por su parte, los diseña¬ con lo cual se dio origen, entre otras
dores del déco se llamaban a sí mismos cosas, a la utilización del déco directa¬
"artistas modernos", entendiendo la mo¬ mente en la arquitectura, de manera tan
dernidad de manera tal que siempre re¬ amplia como nunca se vio en Europa. La
sultó ambigua y en cierto modo acomo¬ Feria Mundial de Nueva York de 1939,
daticia, "moderada y gradualista" como "El mundo de mañana", es generalmente
bien se refiere a ella Margenat.14 En sen¬ considerada como el acontecimiento que
tido estricto y de acuerdo con la valora¬ simbólicamente cerró el período de ma¬
ción del arte moderno, sólo contados yor vigencia del déco.
ejemplos dentro de la exposición, como El traslado de centros productores, que
el pabellón de Le Sprit Nouveau, diseña¬ tuvo lugar alrededor de 1928, significó
do por Le Corbusier, y el de la Unión So¬ una modificación de formas en función
viética, de Constantin Melnikov, fueron del cambio de comitentes y la sustitución
casos conspicuos y creadores de pro¬ de tradiciones plásticas por motivos emi¬
puestas de vanguardia; en ambos, los nentemente tecnológicos. Esto nos lleva a
compromisos ideológicos quedaron de señalar los estímulos, las vocaciones y los
manifiesto en la asunción plena de la mo¬ resultados característicos de los dos gran¬
dernidad tecnológica y el uso de otro ca¬ des períodos del estilo, según los historia¬
tálogo de formas, sin faltar, por supuesto, dores que lo han abordado. El primer
la crítica a la historia. tramo es el de los años veinte, con asien¬
Desde 1919 se constituyó en Francia to en París y con un patronazgo formado,
la Compagnie des Arts Franpais, fundada entre otros, por la nobleza europea en
por Louis Süe y André Mare sobre la decadencia y por los nuevos ricos que
base de reunir y organizar, para el mejor habían hecho fortuna con los negocios
desempeño de su trabajo, a las técnicas de la gran guerra. A esta etapa corres¬
artesanales francesas de tradición popu¬ ponde la variante Zigzag del déco fran¬
lar y antigua que todavía se mantenían cés, modalidad desarrollada por diseña¬
con vida en ese momento; la cerámica, la dores que libremente usaron los atributos
ebanistería, el diseño de textiles y, por plásticos y estéticos de las líneas de van¬
supuesto, la arquitectura se sumaron pa¬ guardia artística, pero cuidándose siem¬
ra integrar un nuevo lenguaje que al pre de no asumir sus compromisos ideo¬
poco tiempo pasó a identificarse como lógicos. Fue el producto de autores que
"el buen gusto francés". De carácter con¬ se referían a sus trabajos como "moder¬
servador, la compañía no impuso el tipo nos y funcionales", pero que no tomaron
de trabajo que harían los diseñadores, partido en favor del rompimiento con el
pero sirvió para aglutinar formas en ob¬ eclecticismo, con el academicismo finise¬
jetos que, entre otras cosas, fueran la cular ni menos aún con la historia: "con
contraparte de la Bauhaus y De Stijl. Los una expresión modernizante pero sin una
pasos que siguieron, durante los veinte voluntad rupturista con el historicismo,
años posteriores a la fundación de la como la que adoptan las vanguardias ar¬
Compagnie, continuaron con la celebra¬ tísticas de la época".15 Esto explica, por 14 Juan Pedro Margenat, Arquitec¬
tura art déco en Montevideo (1925-
ción de la ya citada Exposición de Artes otra parte, por qué no existen manifies¬
1950), Montevideo, Dardo Sanz
Decorativas de 1925, a la cual Maenz se tos, documentos teóricos o declaraciones Berro, la. ed., 1994, p. 12.
refiere como "el compendio, más que la de principios que permitan saber cómo el 15 Ibid., p. 15.

■ 33 ■
lo, la Stream Une ("Línea aerodinámi¬
ca"), que se desarrolló principalmente en
Estados Unidos. Esto no significó el fin de
la producción francesa, sino una renova¬
ción de diseños que ahora, con mayor
coherencia, tomaron las líneas de la má¬
quina y sus conceptos de transformación,
fuerza y velocidad como los temas pri¬
mordiales de la forma de los objetos. Esta
actitud trajo como resultado el abando¬
no de algunos formulismos en la concep¬
ción de mobiliario, ambientes internos y
piezas de pequeño formato, cuyos resul¬
tados plásticos los ubicaron siempre en
una sutil línea fronteriza entre el ámbito
déco y el terreno de lo cursi, dentro del
cual, a mi modo de ver, la mayoría de
ellos terminó cayendo. Paul Maenz, al
referirse a los aconteceres del déco en
Escenografía para la película "La noche del pecado". II. 2. Estados Unidos, dice: "Todas las cosas, in¬
cluso las que atañen a la vida social, ad¬
quieren en [Norte] América proporciones
desmesuradas."17 La definición es acerta¬
da, sobre todo si consideramos que el
déco en ese país se convirtió en arquitec¬
tura (a diferencia de Europa, en donde,
salvo decoraciones internas y algunas fa¬
chadas, la tipología arquitectónica fue
cuantitativamente menor); sus paradigmas
fueron, en orden de importancia: los ras¬
cacielos, las salas de cine y los hoteles,
todos ellos, por lo general, edificios de no¬
table magnitud.
Parte final de este apartado de los orí¬
genes y destinos, la ocupa la mención de
un tema poco estudiado pero muy impor¬
tante no sólo para la historiografía del
déco, sino para la comprensión de su in¬
Salón de peinados León. II. 3.
serción en la cultura de vanguardia en
América Latina: la dispersión de los proto¬
grupo de creadores déco se había pro¬ tipos déco por diversos países de Hispa¬
puesto cambiar la jerarquía de la axiolo- noamérica. En muy corto tiempo, México,
gía universal. Tal como dice Margenat: Buenos Aires, Río de Janeiro, Santiago
"más integrados que apocalípticos, más de Chile y Montevideo se llenaron de ba¬
hacedores que teóricos, los protagonistas rrios de dilatada dimensión que fueron
del proceso déco han legado, fundamen¬ construidos al modo moderno, es decir,
talmente, su obra",16 a lo que yo agrega¬ en estilo c/éco.18 Como claramente apun¬

Ibid., p. 16. ría: una obra ajena a cualquier testimonio ta Margenat, el déco en Latinoamérica,
17 Paul Maenz, op. clt., p. 82. que tuviera adicionalmente la tarea de ex¬ estimulado por la visión del "Tropical
1 ® Véase Gula da arquitetura art
plicar el sentido de su origen y destino. Déco" de Miami, la potencia del rasca¬
déco no Rio de Janeiro, Río de Janei¬
En la década de los años treinta se cielos de Manhattan y la delicadeza de
ro, Prefeitura da Cidade do Rio de Ja¬
neiro, 1996, 124 pp. presentó la otra gran modalidad del esti¬ los objetos europeos, operó como vehícu-

■ 34 ■
lo de motivación del cambio en socie¬ la mayoría de la población, los arquitec¬
dades económicamente pudientes a las tos latinoamericanos parecen optar -de
que, de la noche a la mañana, la grandi¬ una manera muy pragmática- por este
locuencia neocolonial les resultó de una camino, como forma de sembrar en sus
astringencia insostenible. En este senti¬ sociedades, ese concepto de moderni¬
do, la misión del déco fue "facilitar la pe¬ dad que resultaba mucho más difícil de
netración del concepto de modernidad ser introducido a través de las rígidas for¬
en estos países: más integrada que ruptu- mas que impulsaban las vanguardias eu¬
rista, menos radical y con aristas menos ropeas del momento".19 19 Juan Pedro Margenat, op. cit.,
agresivas como para ser aceptadas por p. 46 (las cursivas son mías).

- 35 ■
® x- D@IliBiDOE,E^-D-IjIKXiC°- (v\J)IM*>A( lie®
;Cv CKGiLo ir D-.I .IilJ^jLs..
. \GW TO t! W VCÍVXXV11 [.

Una verdadera obra de arto, original de Ernesto García Cabral, que por iniciativa del Sr. Jorge Pezet, será entregada solemnemetne a Cecil B. de Millo

ERNESTO GARCÍA CABRAL

Reconocimiento a Cecil B. de Mille por los exhibidores

de México, 1928. Cal. 254.


MEXICO: EL DEBATE DE LA MODERNIDAD

¿Mi hermanita?, pos también está pelona. Y no se


asombre, comadre, que ahora todos andamos
ansina. Ya vesté el gobierno: nos tiene pelones y
con peineta. ¡Que tal estará la moda que hasta
las decenas están pelonas!^®

I 1 de diciembre de 1920
Alvaro Obregón asumió la
presidencia de la República;
el 22 de mayo de 1942 Ma¬
nuel Ávila Camocho emitió la declarato¬
ria de guerra a los países del Eje.
Me valgo de estas dos referencias po¬
líticas sólo para sugerir una estructura
cronológica que me permita hablar de al¬
gunos de los tonos que tuvo la sociedad
del México de entre 1920 y 1940, aque¬
lla que precisamente se vio inmersa en la
circunstancia del déco. Los dos aconteci¬
mientos son triunfalistas: el primero es el
del grupo de poder que hizo sucumbir a
sus adversarios desde el interior de la
propia Revolución; el segundo es la de¬
fensa de la ideología del nacionalismo y
la vinculación de México a intereses eco¬ ERNESTO GARCÍA CABRAL

nómicos supranacionales. Revolución triun¬ Charro con sarape. Cat. 55.

fante que conoce el clímax en el populis¬


mo cardenista y en el fortalecimiento de
las finanzas públicas a que dio lugar el los años veinte y despejado el aroma a
maximato. Revolución triunfante que des¬ pólvora de las calles de Zacatecas, To¬
pliega la epopeya mexicanista del vascon- rreón y Cuautla, prohíja el optimismo de
celismo y que sofoca las últimas revueltas una clase media urbana que puede vol¬
militares y civiles, gracias a la credibili¬ ver a comprar en los grandes almacenes
dad de la fórmula de la "unidad nacio¬ de origen europeo; que desaloja el casco
nal". Revolución triunfante que recupera viejo de la ciudad de México para cons¬
la soberanía del país sobre sus riquezas truirse casa en la Anzures, la Condesa o
naturales y que promueve la movilización en las Lomas de Chapultepec; que se
militar para aparecer en el escenario béli¬ siente segura porque el Banco de México
co del Pacífico, apenas veinte años des¬ acuña los "pesos de plata", cuando el
pués de haberse extinguido las grandes país es precisamente el principal produc¬
cargas de caballería del Ejército del No¬ tor de este mineral en el mundo. Una so¬
roeste y de los "dorados" de Villa. Revo¬ ciedad que, en lo general y haciéndome
lución triunfante que condena el ascenso cargo del peligro que entraña la ausen¬
del fascismo en Europa, al mismo tiempo cia de definiciones, podría caracterizar¬
20 Xavier Navarro y Emilio Uran-
que ve en los sistemas agrícolas y educa¬ se como optimista, no porque hubiera ga, "La tierra de las pelonas", 1924
tivos norteamericanos referencias induda¬ vivido la consolidación de un proyecto (revista musical), tomado de: El país
de las tandas. Teatro de revísta. 1900-
bles sobre cuál debe ser el tránsito mexi¬ social basado en la justicia, sino por¬
1940, catálogo de la exposición, Mé¬
cano hacia el progreso. que todavía no había enfrentado la cri¬ xico, Museo Nacional de Culturas
Revolución triunfante que, a finales de sis de los otros problemas que la misma Populares, 3a. ed., 1987, p. 59.

■ 37 ■
Revolución incubó: la desmovilización de ción", según dijo el propio Vasconcelos,
tropas, el abandono del campo y la mi¬ para poderse integrar de lleno a la haza¬
gración de sus habitantes a las ciudades. ña del nuevo arte en los muros de la Se¬
Sociedad que también, como consecuen¬ cretaría de Educación Pública. El otro
cia de la demanda de servicios de una gran tema promovido personalmente por
población creciente, aceptó el ingreso no Vasconcelos fue el de la arquitectura neo-
sólo de los capitales financieros, sino colonial, en un intento por reivindicar el
también de los modelos de comporta¬ componente ibérico del mestizaje ameri¬
miento social norteamericanos, lo que cano. A pesar de que los edificios cons¬
dio lugar a la construcción de otras ilusio¬ truidos con este estilo -tanto los de uso
nes, a la asunción de nuevos arquetipos particular como los destinados al servicio
y a la implantación de un nuevo gusto público- surgieron en poco tiempo en la
por lo que empezó a llamarse "cosmo¬ ciudad de México, fue precisamente el
polita". Frente a esto, las trenzas, la piel gremio de los arquitectos el que, a me¬
morena y los sombreros de palma sólo diados de los años veinte, manifestó su
fueron bien vistos como imágenes de una inconformidad ante la promoción de este
"otredad romántica" en películas mexi¬ modelo arquitectónico, toda vez que no
canas como Allá en el rancho grande reflejaba la vocación de cambio inheren¬
(1936) o en puestas en escena como Ra¬ te a la Revolución, pero que, sobre todo,
yando el sol, promovida por el gobierno les impedía ser y comportarse como ge¬
cardenista en 1938, sin llegar a integrar¬ neración moderna.
se a los gustos de la sociedad. Las contra¬ El muralismo nació comprometido con
dicciones se fueron tejiendo, volviéndose el Estado mexicano, circunstancia que, si
cada vez más complejas y, en sentido es¬ bien le permitió mantenerse con cierta
tricto, sentando las bases desde los inicios holgura a lo largo de tres decenios, final¬
de los años veinte de un debate sostenido mente fue la causa de su condenación
por dos posiciones: en un extremo, la in¬ por parte de los propios artistas, quienes
trospección de la mirada nacionalista, en cuestionaron tanto sus atributos plásticos,
el otro, la demanda de transformación como sus bases éticas. Hubo un tercer ca¬
que supone una Revolución; ¡la vanguar¬ mino introspectivo para llegar a la com¬
dia!, dirían algunos artistas. prensión del ser nacional: la tradición
DIEGO RIVERA, proyectó, y VILLASEÑOR,
Lo peculiar del caso es que ambas indígena; no tan bien vista por el Estado
ejecutó. Aire, vitral en la Secretaría de
posturas detonaron con la fuerza de sus revolucionario, entre otras razones por la
Salud. Cat. 343.
respectivos contenidos teóricos e ideoló¬ desconfianza que el ministro Vasconcelos
gicos, pero devinieron, a mi modo de sentía hacia el pasado prehispánico. Sin
ver, en un amaneramiento que les hizo embargo, lentamente fueron apareciendo
perder su estructura original y, por su¬ expresiones que o bien valoraban la mo-
puesto, la precisión con la que se habían numentalidad significante del ayer preco¬
propuesto alcanzar su objetivo. El caso lombino, o retomaban sólo la sustancia
nacionalista correspondió al universo te¬ plástica y potencialmente fértil de la arte¬
mático y al lenguaje artístico con los que sanía contemporánea. Casos elocuentes
el vasconcelismo de los años del gobier¬ de esta actitud fueron el Método Best
no de Obregón se propuso sustituir la tra¬ Maugard de 1923, que pretendía ense¬
dición artística academicista -testimonio ñar a dibujar mediante el uso de rasgos
indudable del porfiriato- por la iconogra¬ básicos tomados de la decoración de la
fía de "lo mexicano". La puesta en esce¬ cerámica precolombina; la exposición de
na de la epopeya revolucionaria en los artesanía mexicana preparada por Ro¬
pasillos de la Preparatoria es el ejemplo berto Enciso y Roberto Montenegro en
más claro de esta actitud; el mismo Diego 1921, acompañada de la publicación del
Rivera, con su visión idílica expresada en catálogo correspondiente;21 y qué decir
2' Dr. Atl, Las arles populares en
México, México, Cultura, la. ed., el paraninfo del mismo edificio, tuvo que de algo que, a mi modo de ver, tuvo ma¬
1921 (2 vols.). pasar por un proceso de "mexicaniza- yores repercusiones, toda vez que no

• 38 ■
sólo trató de poner en circulación otra al¬
ternativa temática, sino que fue consi¬
derado el renacer del talento creativo
indígena: las Escuelas de Pintura al Aire
Libre. Otro caso en relación con esta
idea del renacimiento de lo aborigen es,
por supuesto, la experiencia de Manuel
Gamio al hacer el estudio integral de Teo-
tihuacán que culminó, en 1923, con la
publicación de un hito en la bibliografía
de la cultura mexicana: La población del
Valle de Teotihuacán. Gamio propuso y
llevó a cabo la instalación de talleres de
trabajo en barro en donde manos teoti-
huacanas, con tierra teotihuacana, empe¬
zaron a moldear figuras plásticamente
compuestas a partir de la escultura teoti¬
huacana. Si las dos primeras veredas
que condujeron al reconocimiento del ser
nacional tuvieron ejemplos paradigmá¬
ticos, fue ésta última la que se atrevió a
llegar más al fondo del subconsciente
colectivo y por ello, quizá, la que se man¬
tuvo vigente más tiempo, sin ser tan de¬
nostada como lo fue después el propio
muralismo.
Con la aparición de las posturas de
MIGUEL BRAVO REYES
vanguardia dentro de la cultura de la Re¬
Escenografía. Cat. 82.
volución, los enfrentamientos se volvieron
más evidentes y abonaron un debate que
continuó en los decenios siguientes. En ahí la contradicción a que me he referi¬
principio, la vanguardia como posición do, toda vez que sólo en algunos casos
de avanzada, promotora de transforma¬ muy puntuales la historia de la cultura de
ciones artísticas radicales y sublimando, la Revolución ofrece evidencias de con¬
las más de las veces, circunstancias que comitancia entre arte de vanguardia y
en la situación precedente ocuparon po¬ transformación social. En este intento por
siciones secundarias, tiene, por defini¬ definir las posiciones del debate frente a
ción, mayor afinidad con un movimiento la tendencia que propició el nacionalis¬
de convulsión social. Sin embargo, tra¬ mo, nos encontramos con dos conductas
tándose de las revoluciones del siglo XX, detentólas del mismo privilegio: la de los
tal parece que sus dirigentes políticos op¬ artistas comprometidos con una auténtica
taron por un confinamiento tanto de las vanguardia y la que se integra con los
conciencias, como de los impulsos creati¬ que hacen un "vanguardismo modera¬
vos, que les permitiera asegurar la per¬ do". Al primer grupo pertenecen el fun¬
manencia de la ideología en proceso de cionalismo arquitectónico, encabezado
consolidación; esta circunstancia se dio por Juan O'Gorman, y el estridentismo en
con la cultura de la Revolución mexicana, la literatura, propuesto por Manuel Ma-
que configuró nuevos esquemas de repre¬ ples Arce, ¡unto con los pintores Ramón
sentación mediante una imaginería que, Alva de la Canal, Leopoldo Méndez y
a la larga, se volvió conservadora, más Jean Charlot, quienes ilustraron los poe¬
que promotora de experimentos en busca mas estridentistas. En la pintura, el mejor
de la redefinición del contexto social. De ejemplo que puedo citar es el de Diego

- 39 -
pero deslindándose de la decoración
neocolonial. En el terreno de la pintura se
optó por nuevos temas y recursos de
construcción plástica; la frontalidad del
personaje retratado, privilegiando con
ello la comunicación de la vida emotiva
sobre el preciosismo estético, las natura¬
lezas muertas con objetos de la tecnolo¬
gía moderna (el teléfono y el fonógrafo),
así como el paisaje de las barriadas de
la ciudad, dieron a pintores como Ma¬
nuel Rodríguez Lozano, Abraham Ángel,
Rufino Tamayo y Fermín Revueltas, entre
otros, la posibilidad de experimentar a
una prudente distancia de la "monumen-
talidad" nacionalista. Los poetas de la
revista Contemporáneos, el "Grupo sin
grupo" como ellos mismos se autonom-
braban, fueron la otra asociación de ar¬
tistas modernos de la época. Hicieron
poesía exaltando la muerte, la soledad,
el amor y el desamor, pero sin aban¬
donar, en muchos casos, la rima y man¬
teniendo la atención en la actualidad
francesa; esto último fue una suerte de
condición que garantizó el "cosmopolitis¬
mo" asumido por la mayoría de los artis¬
JORGE GONZÁLEZ CAMARENA tas que, en este período, abrieron nuevos
Diseño de cartel para la revista Cemento Blanco caminos sin insertarse -como ya lo he
Portland, 1929. Cat. 20. mencionado- en la aventura de las van¬
guardias.
Rivera durante sus años "cubistas" de Expuestas de esta forma, tanto la ma¬
París (1913-1917). nera como los elementos con los que
La que he denominado "vanguardia cada una de estas dos grandes posicio¬
moderada" estuvo constituida por pinto¬ nes expresaron la realidad mexicana,
res, poetas y arquitectos que, habiendo tendríamos a la vista los términos de la
hecho suya la ¡dea de la Revolución discusión. No es necesario citar los de¬
como cambio total, no aceptaron la ico¬ nuestos que se lanzaron unos a otros
nografía nacionalista ni como respuesta -esto queda para el anecdotario de la
a la nueva circunstancia social del país ni época-, el tema fundamental es que esta¬
como vínculo congruente con los princi¬ ba en juego la posesión de la coherencia
pios que, se sabía, latían en las noveda¬ y la razón artísticas, en medio de un pro¬
des artísticas europeas. Casos típicos de ceso social que traspasó las fronteras; sin
esta actitud son el trabajo de diseño del embargo, me parece necesario introducir
arquitecto José Villagrán y su Teoría supe¬ otro elemento básico para hacer un dibu¬
rior de la arquitectura, apoyada en los jo más acabado del escenario de México
principios de sinceridad y coherencia ex¬ en el período de 1920 a 1940: "la gran
puestos por Julien Guadet en su tratado masa social urbana" que, como ya ha
de Teoría de la arquitectura; son también quedado anotado, vivía un proceso de
buen ejemplo los proyectos que llevaron ascenso acelerado, y que se fue involu¬
a cabo arquitectos que se apoyaron en la crando cada vez más con los mensajes
técnica constructiva del concreto armado, publicitarios, con la tecnología, con los

■ 40 ■
arquetipos extranjeros, con la moda en
el vestir y que, finalmente y al margen
de los artistas de uno y otro bando, tam¬
bién elaboró su propia idea y proyecto
de modernidad. Es aquí donde cabe
cuestionarse: ¿fue el nacionalismo -la in¬
trospección a que me he referido-, con
su recuperación del ¡cono histórico y la
puesta en escena de la epopeya de la In¬
dependencia, el que motivó y representó
a este amplio sector urbano? O fueron
las vanguardias, "moderada" y belige¬
rante, que expusieron eventualmente en
galerías improvisadas, que se reunieron
en cenáculos exclusivos, que publicaron
revistas de corte cultural -de preferencia
literario- y que construyeron edificios
que, salvo el programa de escuelas de
O'Gorman y las viviendas para obreros
de Juan Legarreta (ambas obras de
1933), fueron generalmente ocupados por
intelectuales y artistas (como la casa-
estudio de Diego Rivera). Es aquí donde
entra en juego un tercer elemento que no
necesitó participar en la discusión, que
no fue parte del gran debate y que por
ello tampoco adquirió compromisos ideo¬
lógicos que le pusieran en juego la vida.
Esta tercera opción se revistió de un don EYCEUI9 TALLESE YSV*S.
IBA
de ubicuidad que le permitió ser ecléctica
y hacer caso omiso de las críticas que se
JORGE GONZÁLEZ CAMARENA
desataron contra ella; podría decirse que
Diseño de anuncio para Eugenio Tallen y Cía. Sucs.,
el modo con el que decidió actuar consis¬
1930. Cat. 22.
tió en tener una visión tan amplia que le
permitió otear lo mismo en pasados que
en presentes en busca de lo cosmopolita. la arquitectura y en el amplio aparato de
Hizo pintura de caballete al igual que jo¬ objetos que solventaron dos temas di¬
yería, muebles y vajillas, y concentró la rectamente vinculados con sus usuarios:
mayor parte de su esfuerzo inventivo en por un lado, fueron los artefactos que
la arquitectura, a la cual le dio el valor sirvieron como complemento para el uso
de continente mayor de las artes, de los de los espacios, entiéndase por ello, no
gustos y de las modas. Fue ésta una po¬ sólo los accesorios de herrería, carpinte¬
sibilidad de ser modernos, siendo simul¬ ría y vidriería, sino también el mobiliario,
táneamente consecuentes con el nuevo los adornos mismos, los textiles, las vaji¬
ámbito social interno y asimilando el refi¬ llas, los juegos de mesa; por el otro, fue¬
namiento estético venido del extranjero. ron los objetos para el uso directo y
Con el paso de los años esta tercera po¬ personal del usuario: el vestido, la joye¬
sibilidad dio forma a lo que hoy identifi¬ ría, los relojes o las cigarreras. Estas cir¬
camos como el art déco mexicano. cunstancias resolvieron para la sociedad
La modernidad adquirió su aspecto en un problema de conjunto, con una res¬
el art déco; dejó de ser una ¡dea para, puesta que no separaba artes mayores
en poco tiempo, tener figura propia en de menores, no abjuraba de la tradición

■ 41 ■
manente en el ornato como solución es¬
tética, se extendió durante veinte años lle¬
gando a influir incluso en las otras artes
visuales (pintura y escultura); sus produc¬
tos fueron adquiridos ya no en las gale¬
rías de arte o en los talleres de los artis¬
tas, sino en las tiendas que los exhibían
en sus aparadores. El cómo vivir rodea¬
dos de esta parafernalia se aprendió lo
mismo de las imágenes del cine de Holly¬
wood, que de las revistas extranjeras y
nacionales, cuyos anuncios ofrecieron la
posibilidad de alcanzar el estado de mo¬
dernidad y de cosmopolitismo tan anhe¬
lado por la sociedad.
El déco, sin argumentar otra cosa que
su cualidad de producto moderno y apar¬
tándose obviamente del discurso ideoló¬
gico, satisfizo a una población urbana
que tendió a inventar su propio costum¬
brismo distinto al de los abuelos del por-
firiato. Hubo cambios en el comporta¬
miento femenino, las mujeres adoptaron
actitudes un tanto retadoras frente a la
tradicional sumisión sexual mexicana; fu¬
MANUEL CENTURIÓN
maron y bebieron en público, empezaron
Alegoría de la electricidad, ca. 1926. Cal. 112.
a usar el vestido suelto, y terminaron por
cortarse las trenzas. Estas novedades,
artesanal y hacia uso de la nueva tecno¬ entre otras, tuvieron que ser asumidas
logía. La sociedad urbana prefirió "vivir" por la masculinidad, que advirtió que no
dentro de una circunstancia que le garan¬ habría marcha atrás si se trataba de ser
tizara imagen de actualidad y certeza de realmente moderno. La diversión, como
confort; mientras que, por otra parte, los recompensa por el esfuerzo en el trabajo,
dos grandes polos ideológicos lanzaron fue también modificándose y en esos
anatemas que suponían la obligación del años se celebró en los salones de baile,
cambio total como condición para alcan¬ en el cine y en los teatros de revista,
zar el bienestar en la vida futura. Me pa¬ donde el "bataclán" convivía con la sáti¬
rece razonable suponer que, exacerbada ra política. El deporte dejó de ser sólo
por el ambiente de los disparos postreros materia obligada de la formación ele¬
de la contienda armada iniciada en mental en la infancia y se volvió una
1910, la población de las ciudades puso práctica de mayor alcance, lo cual tam¬
su interés solamente en el presente, dado bién acentuó la ¡dea de libertad, de bie¬
que el futuro dependía más de decisiones nestar y de entretenimiento. Fue ésta una
políticas que de la voluntad de los indivi¬ sociedad que en poco tiempo se acostum¬
duos por lograr una verdadera transfor¬ bró al maqumismo de la vida cotidiana,
mación, y el pasado, bueno, del pasado representado por el automóvil y los elec¬
estaban llenos los cementerios. trodomésticos de los años treinta (la la¬
El déco mexicano, con su aura de so¬ vadora de ropa, el refrigerador, la licua-
fisticación y elegancia, con su lenguaje dora), que pronto ya no cupieron en la
plástico apoyado en la geometría regular cocina tradicional, recubierta de azulejos
del paralelepípedo, con sus líneas estili¬ coloniales y con el gran brasero central.
zadas y sobre todo con una atención per¬ El radio, pero sobre todo el fonógrafo,

■ 42 ■
permitieron escuchar tantas veces como se ma fundamental: la elegancia. El avión, al
quisiera las canciones de autores mexica¬ trasladarse por la bóveda celeste, simboli¬
nos y norteamericanos, los tangos, el fox¬ zó el sojuzgamiento de los elementos natu¬
trot, el charlestón, mismos que, con ritmos rales gracias a la tecnología inventada
más cortos y mayor aceleración de los por el hombre, pero también significó, en
compases, fueron dando forma al ambien¬ una suerte de alegoría, la rapidez, no sólo
te de una época altisonante, pero que no virtual sino de hecho, con que la vida en
extravió en ningún momento un paradig¬ México empezó a definirse.
Joyería francesa. Cats. 552, 553, 558 y 562.
EL ART DÉCO: FORMAS Y RAZONES

Como cualquier moda, [el déco] no es producto


de la casualidad sino vehículo de significado.
PAUL MAENZ 22

I reflexionar sobre la produc¬ dos cuestiones: progreso técnico y crea¬


ción de los objetos del déco, ción artística; cada una, con sus caracte¬
me vuelvo a percatar de que rísticas particulares, estuvo orientada a
quienes han investigado el resolver los distintos tipos de "problemas"
pasado próximo han sido selectivos, y planteados por el grupo social en el que
que no pocas veces han montado sus pa¬ surgió.
ráfrasis excluyendo pedazos importantes No se trata de exponer en este ensayo
de la realidad. Esto es parte de una suer¬ una teoría de la producción e interpreta¬
te de censura social que descarta, que ción del arte del presente siglo, pero sí
pronto pierde la memoria y que con ma¬ vale la pena hablar de este proceso de
yor rapidez organiza sistemas con nue¬ selección y eliminación a partir de crite¬
vos referentes; aunque hubiera forma de rios que ni siquiera tienen que ver con la
intentarlo, nunca podrían hallarse los pe¬ estética (el mismo arte del siglo XX la puso
rímetros coincidentes con la realidad que en crisis), sino con la clasificación tradi¬
se pretende explicar. ¿Qué quiero decir cional de artes mayores y menores, de¬
con esto? Que la revisión y comprensión jando a éstas últimas fuera del escenario,
de un solo movimiento artístico hacen po¬ sin siquiera haberse preguntado de qué
sible la aproximación y, por ende, la in¬ modo contribuyeron a la mejoría de la
terpretación del modo peculiar de ob¬ sociedad sobre todo si, como en el caso
servar y analizar el ambiente en torno a del déco, su evolución y vigencia toma¬
un artista: lo que fue su realidad; pero ron un arco cercano a los 20 años. Si
dudo de la interpretación de un momento bien es cierto que ya existe una historio¬
histórico que, excluyendo a las otras es¬ grafía del déco, las aproximaciones de
cuelas artísticas que le son contemporᬠlos diversos autores -salvo algunos ca¬
neas, pretenda hacer el retrato de toda la sos, como los ya citados Juan Pedro Mar-
circunstancia social en donde coexistie¬ genat y Paul Maenz- se han orientado,
ron distintas modalidades. Por eso creo en general, a la producción de catálogos
en "las miradas de conjunto" como pri¬ de imágenes, con los que al lector le
mera aproximación a un momento del puede quedar la impresión de que el
pasado, a sabiendas de que, si bien déco, como estilo artístico o simplemente
nunca van a ir a fondo, sí van a hacer al como moda, es un algo inconexo y ca¬
menos posible la identificación de los com¬ sual, con un peculiar sentido de la belle¬
ponentes generales; sabremos en princi¬ za, pero sin ataduras conceptuales al
pio que, como productos de la misma ritmo de la cultura. Esto es inexacto dado
sociedad, estuvieron relacionados y que que, como ya lo indiqué, el fenómeno his¬
la ausencia por descuido o por elimina¬ tórico del déco está vinculado a la parte
ción de uno de ellos, en el momento de la de la cultura moderna occidental que, a
interpretación histórica, privilegiará nece¬ partir de la discusión entre la individuali¬
sariamente a algún otro; una lectura así dad de la obra de arte y el maquinismo,
del pasado lo desvirtúa. Mi punto de vis¬ transitó hacia la consolidación de la inte¬
ta es que la historia del arte del siglo XX gración de las artes y la creación del di¬
ha eliminado al déco sin tomar en cuen¬ seño industrial. Esta cadena lleva más de
ta que éste desarrolló e interrelacionó cien años de vigencia, a lo largo de los 22 Op. cit., p. 14.

■ 45 ■
cuales el tema de la integración de las que nada lo parafraseó, aunque con ha¬
artes ha sido objeto de muchos experi¬ bilidad magistral. Habida cuenta de lo
mentos, y el referido al diseño industrial, anterior, el interés queda centrado en ex¬
en sus diversas fases, ha tenido por lo plicar cómo los modelos compositivos y
menos tres momentos estelares: el art nou- los esquemas de simbolismo que inventó
veau, la Bauhaus y el art déco. En estos el déco fueron capaces de resolver pro¬
tres casos relevantes hay dos constantes blemas no sólo de índole utilitaria, sino
subyacentes que les dan una línea de incluso de significación existencial.
continuidad: la producción de objetos uti¬ Una mirada amplia hacia el fragmen¬
litarios cuya calidad estética es por lo ge¬ to de cultura al que pertenece el déco se
neral sobresaliente, y el distanciamiento desplaza en el tiempo del último cuarto
respecto del arte académico, prefiriendo del siglo pasado a fines de la década de
utilizar los recursos expresivos de las co¬ los años cuarenta. Propongo pensar en
rrientes contestatarias, sin llegar a formar un esquema de ejes que van de punta a
parte de ellas. punta de la etapa, conteniendo cada uno
Uno de los propósitos de este aparta¬ de ellos lo que, según mi idea de la his¬
do es poner énfasis en que la importan¬ toria, son las grandes tensiones sociales
cia del déco rebasa con mucho la ca¬ del periodo. Estas tensiones las explico
como inquietudes, dudas o motivaciones
que orientaron la conformación de res¬
puestas objetivas para satisfacer los te¬
mas que, a mi modo de ver, pertenecen
al campo de lo subjetivo. Las tensiones
las desgloso en temas que he propuesto
denominar esquemas de significación,
los cuales tienen la categoría de concep¬
tos y, a su vez, se expresan en forma de:
modelos de composición artística, con¬
ductas sociales y representaciones del
presente, en relación con la naturaleza y
el avance científico. Cada uno de los tres
grandes movimientos de artes aplicadas
o de diseño industrial mencionados ofre¬
ció diferentes respuestas plásticas y fun¬
Comedor francés. Cat. 508. cionales a los esquemas de significación
y, dependiendo de los diversos momentos
lidad estética de su producción, y lo hace históricos por los que las tensiones socia¬
porque, al igual que el nouveau, cumplió les atravesaron, fue distinto el interés que
con el papel que le asignó la colectivi¬ prestaron a los esquemas de significa¬
dad. Ello significa que, retomando la cita ción; de ahí la orientación general del es¬
de Maenz con la que inicia este capítulo, tilo hacia determinadas disciplinas dentro
el déco llegó a ser "vehículo de significa¬ de las artes aplicadas, o la temática con
do", porque sus objetos no sólo prestaron la que integró su sistema particular de
el servicio utilitario para el cual fueron símbolos. Me interesa tratar de mostrar
concebidos, sino que además traslada¬ cómo, en algunos casos, las formas del
ron -de manera muy eficiente- los ele¬ déco derivan del nouveau y cómo, en
mentos subjetivos que la colectividad otros, se hibridizan con las vanguardias.
necesitó para consolidar su entorno de
identidad. La estética del déco no está a Artistas, artesanos y diseñadores

discusión, es en general de gran excelen¬


cia compositiva; quizá no fue tan inventi¬ Antes de seguir las trayectorias de los
va como la del art nouveau, porque más ejes de tensión social que dieron origen

■ 46 ■
a las diversas escuelas de diseño y en artes menores (orfebrería, ebanistería,
particular al art déco, conviene hacer una ilustración, etc.) pero en calidad de "be¬
breve mención de dos aspectos funda¬ llos oficios", cuya misión debería ser
mentales para la comprensión del fenóme¬ crear objetos que respondieran al proble¬
no de las artes aplicadas: los orígenes ma utilitario que les dio origen y cuya be¬
teóricos de esta línea creativa relaciona¬ lleza -condición imprescindible- pudiera
da con el diseño y los grupos de vanguar¬ frenar la invasión de artefactos de esca¬
dia que, desde el segundo decenio del sa calidad estética, cuya producción en
siglo, tuvieron presencia en la configura¬ serie había empezado a dominar el mer¬
ción del déco. Madsen Tschudi, en su cado. La aportación más importante de
libro sobre el art nouveau, cita a la poeta Morris a la cimentación de la nueva teo¬
noruega Aasta Hansteen quien, sintiendo ría del diseño fue la de proponer la for-
la necesidad de renovar los modelos ar¬
tísticos, dijo en 1894: "Estamos navegan¬
do con un cadáver en la bodega."23 La
sentencia resulta reveladora de la actitud
de un importante grupo de intelectuales y lüiiuim
ímnnm
artistas de fines de siglo, quienes adver¬ nmiitm
11 iiiuuti
MllUtlIO

tían la necesidad de crear nuevas estruc¬ i» inttmi


-i t imitiM

turas tanto de pensamiento como de ex¬


presión de lo subjetivo; conceptos que
fueran capaces de enfrentar la realidad,
toda vez que ésta ya había rebasado los
modelos de representación tradicional.
Ciencia y tecnología, a su vez, habían
dado pasos agigantados que permitieron
a la sociedad dominar el código de la na¬
turaleza, y con ello no adivinar, sino pre¬
ver el desenlace de los futuros atisbados; Kiianoi
IUUKH H
mirmitf
ese mismo grado de certeza en el campo lumiuii
nmmu
de lo emocional se esperaba del arte.
William Morris fue de los primeros ar¬
tistas en proponer una temática que supu¬
siera la adecuación del campo de acción
del artista a la estructura subjetiva de la
Tapete holandés. Cat. 588.
sociedad inglesa de fin de siglo. Con su
proyecto de Arts and Crafts rescató la
¡dea de Ruskin de propiciar el renaci¬ mación del "artesano-artista", es decir,
miento de la mística del trabajo del arte¬ del individuo capaz de producir en canti¬
sano, reivindicó la necesidad del ser dad suficiente los implementos que la so¬
humano de vivir en medio de la belleza y ciedad requería para la satisfacción de
reconoció la incapacidad del artista plás¬ su vida cotidiana: este individuo es el di¬
tico académico para poder atender a señador. Morris propuso con ello una ver¬
una sociedad cada vez más numerosa, dadera revolución de conceptos y, aunque
estimulada y exigente; todo ello concomi¬ si bien su proyecto fracasó, abonó la teo¬
tante con la novedad de un binomio que ría que hacia 1894, en manos de Van de
ponía en riesgo la individualidad de la Velde, dio origen al art nouveau.
obra: la maquinización y la producción Henry van de Velde no sólo fue el vi¬
en serie. goroso conductor del mensaje de Morris
Como solución a las demandas socia¬ sino que, además, introdujo por lo menos
les de belleza, rapidez en la producción tres nuevos argumentos para consolidar
y economía, Morris recurrió a las viejas el significado de la responsabilidad del 23 Madsen Tschudi, op. c/t., p. 30.

• 47 m
diseñador. El primero fue considerar a la de Velde, esta escuela fue un centro de
naturaleza como agotada para propiciar formación de diseñadores que, supervi¬
nuevas imágenes, por ello propuso como sados por artesanos y artistas, deberían
solución avanzar hacia el mundo de la orientar sus habilidades hacia el diseño
abstracción; el segundo se referia al or¬ integral del entorno físico a la medida del
namento como principio de estructura¬ hombre de este siglo. En la Bauhaus se
ción de los objetos, alejado de la ¡dea de diseñaba desde una cuchara hasta la vi¬
la decoración como simple agregado, y vienda modelo, y del automóvil a la bom¬
el tercero fue que el mismo ornamento billa eléctrica. El déco no se abstuvo de
era per se tan importante que debia ser observar la producción de los enseres
capaz de simbolizar la función del obje¬ bauhasianos, y no resulta difícil advertir
to. Van de Velde fundó y dirigió en 1906 en cuáles objetos está presente su ya clá¬
la Escuela de Artes y Oficios del Gran sico estilo: lineal, sintético y con una be¬
Ducado de Sajorna, la misma institución lleza lograda después de dominar la
que en 1919, y bajo la dirección de Wal- parte sustantiva de la forma.
ter Gropius, se convirtió en la Bauhaus. Todo lo anterior tiene que ver con pro¬
Primero en Weimar y después en Des- puestas de diseño, es decir, con modelos
sau, la Bauhaus cubrió un ciclo (1919- de pensamiento que no deben perder
1933) fundamental no sólo para las artes nunca de vista el hecho de que lo que se
aplicadas, sino en la historia del siglo XX. produce "es para usarse y no sólo para
Continuando las ideas de Morris y Van verse". Pero también, como mencioné al
principio, que las relaciones vinieron tam¬

WILLIAM VAN ALEN bién de la "otra margen del río", la co¬

Edificio Chrysler, 1928-1931. II. 4. rrespondiente a la creación pura: las ar¬


tes plásticas, la literatura, la danza, etc.
En 1909 los poetas futuristas reconocían
que la velocidad contribuiría a incremen¬
tar la belleza del universo. En la actuali¬
dad sabemos cuán importante fue para
la renovación de la plástica pictórica, es¬
cultórica e incluso arquitectónica del pri¬
mer cuarto del siglo XX, la representación
de la idea de movimiento, pero más aún
la imagen de la aceleración y la fuerza.
Más adelante, cuando se aborde el tema
de los esquemas de significación en el
déco, trataré de referir cómo las artes de¬
corativas dieron forma visual a los fenó¬
menos de la dinámica.
La compañía de los Ballets Russes,
creada por el empresario Sergei P. Dia-
ghilev, llegó a ser, y así ha quedado re¬
gistrado en la historia de la cultura mo¬
derna, foco de experimentación y centro
propositivo de novedades musicales, co¬
reográficas y plásticas de gran trascen¬
dencia en el desarrollo del arte contem¬
poráneo. Picasso, Stravinsky, Nijinsky y
otros autores capitales de la gestación
del arte del siglo XX estuvieron en algún
momento relacionados con las puestas en
escena de esta gran compañía de espec-

■ 48 ■
fóculos. Particularmente habría que men¬ símbolo de seducción y amenaza, y IV. la
cionar, en el caso de las artes aplicadas, asunción de la historia.
el trabajo de Leo Baxter en sus esceno¬
grafías para ballets como Scherezada, I. El problema de la naturaleza

en donde el despliegue de colores y el


movimiento de los grandes lienzos, que Este tema bien puede ser concebido
evocaban la riqueza ornamental del como un gozne, con dos elementos de
Medio Oriente, provocó, a juicio de los fuerza propia que, aunque relacionados
críticos, un enorme impacto visual en el entre sí, nunca llegan a tocarse. La figura
medio de los diseñadores, quienes a prin¬ de la bisagra la expreso como la transmi¬
cipios de los años veinte habían comenza¬ sión del realismo naturalista del siglo XIX a
do a orientar sus esfuerzos en la confor¬ la estilización y abstracción como expre¬
mación de una nueva línea de trabajo: el siones del presente siglo. Por esta razón
diseño de interiores. es entendióle que la etapa del nouveau
Cabe mencionar otras dos vertientes tenga un mayor número de esquemas de
artísticas que dejaron su impronta en el significación que el período déco; por
déco: el cubismo y la escuela holandesa otra parte no hace falta especular mucho
De Stijl. A partir del cubismo, los proble¬ frente a una pieza nouveau para advertir
mas de la complejidad existencial y de la que su soporte compositivo se apoya en
naturaleza de la individualidad, así como el simbolismo de la naturaleza, sin dejar
una nueva propuesta de expresión del de lado en ningún momento el valor del
paso del tiempo, fueron presentados so¬ realismo; este simbolismo naturalista es el
bre el lienzo utilizando óleos y la técni¬ principio estructural del ornato. El nou¬
ca del collage, pero con un lenguaje ab¬ veau aborda la naturaleza como el recin¬
solutamente distinto, que, de hecho, dio to que atesora la sinceridad, la verdad y
lugar a otro modelo de objetividad. De la lógica; es sin duda el mejor ejemplo
Stijl hizo su aportación al discurso de las para demostrar que el principio de "utili¬
artes decorativas estudiando el traslado dad igual a belleza", que soporta la teo¬
de una imagen de la realidad hacia su ría del estilo, proviene de la vida misma y
correspondiente en el ámbito de la abs¬ que, si bien la belleza existe ya en la na¬
tracción; es éste un proceso de elimina¬ turaleza, el hombre puede inventar "otra"
ción en el que se privilegia lo que se manera de expresar no sólo esa belleza,
queda, partiendo del principio de que los sino las emociones, las seducciones y la
objetos pueden resumirse en fórmulas arit¬ sensualidad.
méticas, y por ende geométricas, razón
por la cual el abstraccionismo de De Stijl L. H. BOILEAU

nunca hizo desaparecer las referencias a Pabellón Pomone de los almacenes Bon Marché, 1925. II. 5.

la geometría lineal.

Las tensiones culturales que definieron

el estilo déco

He identificado cuatro tensiones cultu¬


rales que tienen que ver con los dos mo¬
vimientos de artes decorativas más im¬
portantes del siglo XX: el nouveau, que
avanzó de 1 894 a 1915, y el déco, en sus
dos vertientes: el Zigzag, de 1920 a
1929, y la Stream Une, de 1930 a 1939.
Las tensiones que me propongo revisar
son: I. el problema de la naturaleza; II.
otro rostro para la realidad; III. la mujer:

■ 49 ■
El esquema de significación más im¬ getal sigue apareciendo, ahora es sólo
portante en relación con la naturaleza es un renglón más en la lista de posibles te¬
aquel que propone trascender la aparien¬ mas a representar. Esta es una de las ra¬
cia externa del mundo vegetal, a fin de zones del predominio en el déco de ele¬
descubrir cómo es la estructura orgánica mentos angulares y ritmos con la misma
de la planta. Cuando el esquema pasa al figura, además del alejamiento de la ter¬
cera dimensión tanto en las expresiones
pictóricas y gráficas como en la arquitec¬
tura misma (sobre todo en las fachadas
en México). Con esto me refiero a que se
ÜRV

privilegia la presencia del primer plano


con la ausencia de la perspectiva. To¬
mando el caso mexicano, no es sólo la
forma del lote urbano la que condiciona
el diseño de la fachada, sino la voluntad
del arquitecto que trabaja la composición
sobre un plano único y escaso apoyo en
el sombreado.
El segundo esquema de significación
es el que tiene que ver con el horror vacui
presente en ambos estilos. El nouveau lo
resuelve con saturación lineal, pero si¬
guiendo el principio orgánico derivado
de la naturaleza. Por su parte, en el déco
existen dos variantes y una salvedad. La
primera variante, que corresponde al pe¬
ríodo Zigzag, consiste en formar tejidos
geométricos mediante la concentración li¬
CHARLES CATTEAU
neal, en los cuales, a pesar de la satura¬
Cerámica belga. Cats. 422 y 418.
ción, no se llegan a formar redes; la se¬
gunda, perteneciente a la etapa de la
déco, éste sustituye el análisis cognosciti¬ Stream Une, utiliza el ensamble de cua¬
vo del mundo vegetal por la preexisten¬ drángulos en cualquiera de los sentidos:
cia de la geometría bidimensional, y perpendiculares, sobre el mismo plano,
aunque el objetivo final es en ambos en secuencias que van de más a menos
casos el dominio de las partes de una es¬ sobre un eje virtual perpendicular a la
tructura, el déco aprovecha la noción que mirada del observador (recurso habitual
de ésta le dejó el nouveau para ejercer en la arquitectura mexicana). La salve¬
directamente la composición. Mientras el dad es la que presentan los diseños que
esquema está en su fase nouveau propo¬ siguieron las escuelas de Mackintosh y
ne el ornato como sinónimo de estructu¬ Hoffmann, ambas son excepcionales por¬
ra, proviniendo éste, la mayoría de las que prácticamente inventaron el recurso
veces, de una forma vegetal; de ahí su de la estilización y la economía de ele¬
predilección por la continuidad de la mentos dentro del diseño; en sus trabajos
línea curva y latigueante, evitando que se no operó el horror vacui.
despliegue para formar un plano. Una El tercer esquema propuesto es el que
vez que el esquema aparece en el déco, sostiene el principio de que la estructura
lo fitomorfo es sustituido por la geome¬ con la cual se diseña es la que determina
tría, que pasa a ser el protagonista más la forma con la que se representan los ob¬
importante del diseño. Los objetos y las jetos. En este sentido ambos estilos coin¬
representaciones ofrecen una tendencia ciden en la manera de dar forma al
hacia lo abstracto, y aunque el mundo ve¬ concepto, seguramente por la efectividad

• 50 ■
del resultado visual. Este esquema se de¬ ción compositiva, una fórmula más am¬
riva de los principios de equilibrio que plia para manifestar principios que care¬
rigen en la gran mayoría de los diseños cen de rostro realista. Otro caso es el del
nouveau y déco; con mayor inclinación orden logrado mediante el equilibrio, en
hacia la simetría en el segundo, pero donde, a pesar de que en apariencia exis¬
siempre magistralmente logrado. Piénse¬ ten condiciones que lo hacen inviable, la
se en dos ejemplos que son paradigmáti¬ estructura rebasa la contradicción y logra
cos: las representaciones de cerámica y la estabilidad. El mejor ejemplo de esto
criselefantinas de bailarinas apoyadas son los diseños de sillas y algunas mesas
en la punta de un pie, más comunes en el ideados por Mackintosh y continuados
déco que en el nouveau, y la gran presen¬ por sus seguidores en la etapa déco.
cia del rascacielos neoyorquino, constitui¬ El simbolismo como forma de codifica¬
do por prismas que disminuyen mientras ción para eliminar todo vestigio de la
ascienden. En ambos casos hay sensa¬ apariencia externa de las cosas es otro
ción de vértigo al observarlos, pero la so¬ de los grandes esquemas de significación
lución del equilibrio está absolutamente del nouveau y el déco. Asumido como
controlada por la estructura misma. lenguaje fundamental en el trabajo de
grupos de artistas como los prerrafaelis-
II. Otro rostro para la realidad tas y los simbolistas, hay, a mi modo de
ver, en esta ¡dea de sustitución, un lengua¬
La oposición ideológica que manifiestan je muy vasto que animará años después a
los creadores del nouveau respecto al diversos grupos de artistas. Todos los ob¬
arte académico, así como la libre adop¬ jetos del nouveau, desde el cartel hasta el
ción que los artistas del déco hicieron lo prendedor, y del parque Güell al prende¬
mismo de modelos de otras corrientes ar¬ dor de la mujer-libélula que lució en algu¬
tísticas que de la plástica de culturas del na representación Sarah Bernhardt, están
pasado, son elementos que apuntan hacia construidos uniendo figuras (la libélula, el
la construcción de una identidad distinta cigarro, la mujer) para integrar conceptos
para la producción del siglo XX. Distinta abstractos (sensualidad, morbidez, etc.).
no sólo respecto al academicismo recha¬ El déco hace suya esta condición como la
zado por el nouveau, sino también de los más importante para, simultáneamente,
extremos a los que podía conducir, por enfrentar y diferenciarse tanto de los van¬
citar un caso, la vanguardia dadaísta y guardistas, como de los otros grupos que
su derivación surrealista. No hay que ostentaban la modernidad.
perder de vista que se trataba de modifi¬ El déco sustituyó con geometría plana,
car no sólo el rostro, sino la interpreta¬ sin caer en la total abstracción, el mode¬
ción de la realidad, pero que tanto el lo figurativo de sus antecesores. Mientras
nouveau como el déco tenían límites fija¬ que a fines del siglo XIX los simbolistas
dos por la estética y la utilidad que de franceses representaron la miseria (Puvis
ningún modo podían ser olvidados. de Chavannes) o la perversidad femeni¬
El primer esquema de significación na (Gustave Moreau), para los artistas
que tiene que ver con este problema es del déco los temas por representar fueron
el que, partiendo de la propuesta nou¬ de otra índole, referidos la mayoría de
veau de incorporar lo místico y lo irracio¬ las veces a la idea de una sociedad do¬
nal como sustitutos del naturalismo, en el minada por las invenciones tecnológicas,
déco se transforma en geometría y abs¬ por consecuencia con pocos anteceden¬
tracción. La diferencia queda ejemplifica¬ tes en la historia del arte y más posibili¬
da con lo siguiente: mientras el nouveau dades en la invención de símbolos. Ca¬
se relaciona con los simbolistas france¬ sos muy claros fueron: la aceleración, el
ses para expresarse en el lenguaje de las poder de transformación implícito en una
sirenas, las hadas y las vírgenes, el déco máquina y la fuerza de la velocidad. Si
busca, por medio de una geometriza- bien los artistas déco no fueron los únicos
cepto del lienzo del pintor a la silla, a la
mesa, al mueble tocador, incluso a la ci¬
garrera. Cabe mencionar, a guisa de
ejemplo de esta ¡dea de movilidad, tres
de los recursos más utilizados en el déco:
el alejamiento de los límites de un plano
respecto de su centroide; la estilización
-es decir, una deformación controlada
de la forma original buscando, general¬
mente, la elongación vertical-, y el enca¬
denamiento de varias figuras iguales en
series verticales y horizontales que, al re¬
cibir la atención óptica, tienden a provo¬
car la sensación de movimiento. El hecho
de que los personajes dentro de una com¬
posición absolutamente figurativa se pre¬
senten como ausentes a la atención del
dibujante (lo que yo llamo la temática de
la casualidad, en el siguiente capítulo) es,
a mi modo de ver, una de las mejores so¬
luciones que ha dado el arte del siglo XX
para representar el movimiento como sig¬
nificante, y no sólo como acción física
dentro del lienzo.

III. Lo mujer: símbolo de seducción

y amenaza

TAMARA DE LEMPICKA
La mujer es el gran tema de la plástica
Adán y Eva, 1932. II. 6
nouveau trasladado a la iconografía
déco. Se le representa casi siempre con¬
que se conmocionaron ante la posibili¬ teniendo símbolos que tienen que ver con
dad de intentar esta nueva codificación, la naturaleza humana, pero reelabora¬
sí lograron con su trabajo de conjunto dos en la mente del autor, que de esta
configurar lo que yo llamaría un horizon¬ manera expresa cómo concibe la reali¬
te plástico de inmediato reconocimien¬ dad que le corresponde vivir. Como figu¬
to visual. ra es omnipresente, lo que permite al es¬
Derivada del concepto analizado en pectador de hoy comprender no sólo la
el párrafo anterior y formando parte tam¬ importancia social que tuvo la mujer en
bién de este horizonte plástico, está la esta etapa de la historia, sino leer, en su
configuración -ya clásica- de la realidad actitud, su vestuario y su anatomía, una
que hace el déco. La dinámica es funda¬ suerte de gran resumen de la condición
mental dentro de su axiología, por lo que social prevaleciente en estas etapas de la
la composición no puede ser estática, cultura. El caso de México es contradicto¬
pero lo que otorga la cualidad de movi¬ rio en este sentido, toda vez que, pese al
miento no es la actitud del personaje o debate librado en los años veinte en
la del objeto que representa el despla¬ favor de la aceptación de una conducta
zamiento, sino la relación que guardan social que permitiera una mayor libertad
unos con otros en la estructura de la com¬ a la mujer, son muchos los casos, por otra
posición. En el conjunto, y no en la parte, parte, en que los artistas proclives al
queda implícita la sensación motriz. El déco la siguen representando con rasgos
déco es el primero en trasladar este con¬ aborígenes y un vestuario autóctono que

- 52 ■
desdibuja su anatomía y la mantiene su¬ encasquetado y, en esculturas de peque¬
jeta a la tradición indigenista. ño formato, bailando. Las mujeres déco
Cirici Pellicer, respecto de una pintura siempre danzan, lo hacen mediante com¬
nouveau de Georges de Feure -La voz plicadas contorsiones o con una soltura
del mal-, dice: "detrás de este rostro fe¬ que, aunada a su condición descalzada,
menino, alterado por las luchas interiores no pueden menos que remitirnos a la li¬
de un alma atormentada, retozan los des¬ bertad tantas veces pregonada por Isa-
nudos lascivos de pecadoras incitan¬ dora Duncan.
tes".24 La mujer del nouveau es por¬
tadora de un mensaje de morbidez, de IV. La asunción de la historia
peligro, por su capacidad sensual para
dominar el ámbito en donde el hombre Creo que para el caso de la historia, pue¬
tiene que sortear su embrujo. No hay den definirse con cierta claridad dos es¬
maldad per se, sino la consecuencia de quemas de significación: la revisión vi¬
una acción externa, ajena a ella, y que sual del pasado y la sobrevaloración del
ha influido de tal manera que incluso futuro trasladado al presente. El prime¬
hace desaparecer sus tradicionales atri¬ ro, que pasará al déco, tiene que ver con
butos de abnegación, candidez e inocen¬ la selección de modelos y formas de cul¬
cia. Son siempre mujeres jóvenes, de mi¬ turas antiguas, generalmente ya desa¬
rada evanescente, criaturas de la noche, parecidas, y que ofrecen dos virtudes al
de belleza extrema, pálidas y de cabello diseñador del nouveau: innovaciones en
largo; no provocan ni seducen, solamen¬ el repertorio formal y un contenido de
te "son", y el hombre lo advierte y pare¬ exotismo, al ser testimonios de culturas
cería que para protegerse de ellas las lejanas en la cronología y de la geogra¬
menciona, las esculpe o las dibuja. Car- fía de Europa central. Es también duran¬
milla, la célebre vampiresa descrita por te los últimos quince años del siglo XIX
el irlandés Sheridan Le Fanu (1814-1873), que los artistas se abren, primero, al re¬
me parece que dentro del género de la conocimiento de que los objetos hechos
novela gótica (antecesora del Drácula, por pueblos primitivos -los africanos son
de Bram Stoker) es la mejor descripción de los que mejor integran este perfil- poseen
este tipo femenino. algo más que condiciones de "objeto",
El déco retoma la certeza de la mujer que les permiten ser valorados como
fuerte, pero modificando apariencias y obra de arte; y segundo, el conocimiento
actitudes. Sigue siendo la doncella, la de la estructura de esos objetos primitivos
mujer que quizá no sobrepasa los veinte les da la posibilidad de hacer innovacio¬
años, pero que ahora sí se ha vuelto in¬ nes en la producción de las artes apli¬
tencionalmente provocativa, seductora y, cadas. Sabemos por otra parte que este
por supuesto, dueña de una sensualidad acercamiento al "africanismo", y al lla¬
que conduce a un fino erotismo; el mexi¬ mado arte negro, fue un recurso motiva-
cano Ernesto García Cabral, como ilus¬ dor muy importante para la elaboración
trador de mujeres en esta actitud, fue de las modalidades artísticas de la van¬
maestro insuperable aun fuera de su guardia de este siglo.
país. La mujer del déco no encarna la En el tránsito hacia el déco, el interés
perversidad, pero sí el peligro que repre¬ por lo que se llamó en su oportunidad el
senta su actitud seductora, expresada exotismo de las culturas antiguas (princi¬
sobre todo en sus movimientos; es atrevi¬ palmente la mesopotámica, la maya, la
da y, cuando aparece representada como egipcia y algunas europeas, como la vi¬
personaje único, adopta poses insospe¬ kingo, la celta, la ibera) no sólo se man¬
chadas en un estudio de dibujo y mode¬ tuvo vigente, sino que además se trasla¬
lado de cualquier academia de bellas dó de los objetos de pequeño formato a
24 Alexandre Cirici, "Modernis¬
artes de principios de siglo. Vestido suel¬ las fachadas de los edificios, donde, ha¬ mo", en Historia del arte, México, Sal-
to sin cintura, pelo corto, quizá sombrero ciendo a un lado los casos del realismo vat Editores, 1972, t. IX, p. 86.

- 53 •
colosal aplicado en algunos inmuebles tarlo y construirlo en el presente. Del tiem¬
norteamericanos (esfinges, relieves asirios po del Zigzag son, dentro del género de
y otros), la mayoría de las veces devino los trabajos de pequeño formato: la jo¬
en excelentes diseños con base en grecas, yería, el mobiliario y los diseños textiles,
figuras geométricas o líneas en diversos las composiciones cuyo principio estructu¬
sentidos, propios de modelos artísticos del ral se apoya en las sedaciones lineales,
pasado, utilizados como temas de orna¬ siempre dispuestas en un solo plano y en
to en ventanas, puertas y pavimentos. El las cuales, como ya quedó señalado, se
déco aprovechó más el resultado estético trabaja con el principio de inducir ópti¬
de los elementos arqueológicos, mientras camente la idea de movimiento. Esta mis¬
que el nouveau se abocó al aspecto de la ma condición se advierte con mayor vigor
técnica compositiva. Ejemplos de estas sobre todo en los trabajos de herrería
maneras de abordar la historia serían, aplicados a la arquitectura. En el caso de
para el tema del arqueologísmo déco, los Europa, y ante un número menor de edi¬
vanos con la forma del arco falso maya ficios de este estilo en América Latina y
en los accesos del edificio Chrysler de Estados Unidos, los trabajos metálicos se
Nueva York y, para los pintores, el uso concentraron en puertas de acceso a edi¬
del recurso del primer plano con figura ficios y, más aún, en detalles internos,
rebasada, al modo de la estampa japo¬ como las celosías. Por otra parte, desde
nesa del siglo XVIII. mediados de la década de los años vein¬
El segundo esquema de significación te, la arquitectura déco del continente
se desplaza con mayor seguridad en el americano fue mucho más prolija no só¬
tiempo del déco. Es el que tiene que ver lo en la incorporación integral de herre¬
con la sobrevaloración del futuro trasla¬ rías en ventanas, puertas y barandales,
dado al presente; actitud de soberbia sino en la concepción total del edificio.
que se atreve a adelantar la llegada del Basta revisar las construcciones mexica¬
futuro. Para el déco, lo único tangible nas del período para advertir que fueron
como fuente de identidad es el presente, pensadas con un sentido más integral de
y lo mejor que puede hacerse con él es la forma y el volumen.
privilegiar su cualidad de optimismo y, El período Stream Une, aunque pre¬
por tanto, de alegría. El lector encontrará senta ejemplos de calidad en Europa,
que es una inferencia lógica el que se sobre todo en Inglaterra, está íntimamen¬
haya magnificado la idea de representar te vinculado con Estados Unidos y tuvo re¬
la alegría en un modelo de expresión co¬ percusiones importantes en México. Una
lectiva tan amplio como lo son las artes vez más nos encontramos con una imagi¬
decorativas, si se piensa en la necesidad nería en todas las escalas que debe ser
que hubo de detener el desaliento colec¬ interpretada no como casualidad plásti¬
tivo que cundió después de la primera ca, sino -en el caso norteamericano- co¬
guerra. En las figuras de porcelana y de mo vehículo político para contrarrestar
vidrio o en los dibujos y estampas déco, el efecto psicológico de la depresión de
la tristeza prácticamente no existe, si 1929. En la Norteamérica de los años
acaso la melancolía está presente, pero treinta, la Stream Une y el New Dea! fue¬
no relacionada con amargura o decep¬ ron un binomio que se propuso restaurar
ción, sino con sensualidad. liderazgos perdidos en Wall Street a par¬
Si tomamos en cuenta las dos grandes tir del crack de 1929. Es por ello que el
divisiones del déco y las relaciones que diseño Stream Une avanzó rápidamente
cada una guarda con la historia, creo en la integración del concepto "parecer
que al Zigzag correspondió interpretar la ser". Para el gobierno de Roosevelt, el
iconografía que la arqueología puso a su tiempo debió asumir dos papeles: laxar¬
disposición, y al período subsecuente, el se para dar lugar a la recuperación eco¬
de la Stream fine, la impaciencia por es¬ nómica y, simultáneamente, constreñir¬
perar el futuro y la arrogancia de inven¬ se para demostrar, con las formas de

■ 54 ■
edifi dos, automóviles, locomotoras y arte¬ quitectónicas de la época, incluidos los
factos domésticos, que el futuro podio an¬ edificios departamentales y las salas ci¬
ticiparse cuando se domina la técnica. Por nematográficas construidos en la ciudad
esta razón, la temática antropomorfa de de México en los años treinta, parecerían
la Stream Une se orienta hacia la repre¬ haberse adaptado a geometrías que re¬
sentación del hombre vigoroso, con el miten a la sensación de estar frente a una
torso desnudo, dominando a la máquina, máquina; casos típicos en la arquitectu¬
cuya imagen aparece en murales policro¬ ra son: las tabletas horizontales seriadas
mos y en relieves adosados a la arqui¬ que rematan contra placas verticales, los
tectura. También se alude a la mitología revestimientos metálicos de las columnas
grecorromana, de la cual Icaro en su y el clásico capitel de la época, consis¬
acepción triunfante es uno de los persona¬ tente en un enorme plato que no alcanza
jes más solicitados. Se trata del hombre a tocar la cubierta, pero que deja que la
alado, con la fuerza y la confianza nece¬ luz que emana de su interior se desborde
sarias ya no sólo para desafiar a los ele¬ sobre el plafón. Dentro de esta necesidad
mentos, sino para vencerlos, porque aho¬ de "parecer ser", lo mismo se alude a la
ra cuenta con el apoyo de la máquina. fantasía ilustrada de la ciencia ficción
Poco aparece la mujer en la Stream con la presencia del robot, que al léxico
Une. Todo el aparato ornamental tiende a de la arquitectura moderna que, con la
dejar saber que el peso del mundo recae consigna de Mies van der Rohe de "me¬
en el hombre y que con la máquina no nos es más", ofrece una codificación de lo
sólo fabrica -y recupera el mercado para más sugerente. La arquitectura de vanguar¬
vender su producción- sino que elabora dia habla de transparencia, de dominio
un "talismán" que no tiene forma fija, tecnológico, de racionalidad espacial y de
sino que va cambiando dependiendo de eliminación total del ornato; la Stream Une
la escala que demande su presencia. El lo utiliza todo, y el tema del ornato no sig¬
talismán de la máquina tiene la virtud de nifica un punto de reflexión ni mucho me¬
convertir en moderno todo lo que se dise¬ nos de cuestionamiento, toda vez que el
ñe, partiendo del concepto plástico que ornato es símbolo, en este caso, del arte¬
cada diseñador tenga de la "idea" de facto que con las cualidades y la forma del
máquina. Por eso las composiciones ar¬ futuro se puede usar en el presente.

- 55 ■
ERNESTO GARCÍA CABRAL

Portada de: Revista de Revistas, 17 de marzo de 1929.

Cat. 245.
LA IDENTIDAD DEL ART DÉCO EN MÉXICO

Pues en definitiva lo único verdaderamente


relevante del pasado es su capacidad para
hacernos soñar de un modo distinto nuestro
presente.
RAFAEL ARGULLOL

i bien es cierto que el art Carnes Refrigeradas - pescado fresco Ostiones Jamones,
déco tuvo amplia influencia ) eléfono
) eléfono
no sólo en Europa, sino en 946 2354
la gran mayoría de los paí¬
ses de América, en cada uno de los sitios
donde dejó sentir su presencia adquirió
características regionales y se expresó
con mayor vigor en determinadas disci¬
plinas mostrando poco interés en otras;
esta circunstancia determinó tipologías
morfológicas por ciudad, más que por
país, y estuvo estrechamente vinculada
con la tradición artesanal o la tecnología
maquinista, más que con las decisiones
que hayan podido tomar los propios dise¬ Tocinos - §alch)ich)as - Quesos - /Manteca - /Mantequilla - V(ue'OoS, 8¡.

ñadores.
En el caso de México, había una rica Anuncio en: El Retorno, 1923. Cat. 141.

herencia artesanal que, si hoy sigue vi¬


gente, durante el período que ocupó el aceptación; se trataba de sustituir los im¬
estilo debió tener una presencia todavía plementos que comenzaban a verse rús¬
más importante. La técnica artesanal he¬ ticos y primitivos, por otros que fueran
redada, con escasas variaciones en sus igual de útiles y bellos, y que además pu¬
sistemas de producción y distribución, in¬ dieran ser adquiridos en cualquier tienda
cluye prácticamente todos los asuntos departamental.
que forman parte de las artes aplicadas Una gran cantidad de enseres fue im¬
(en su acepción europea): ebanistería, jo¬ portada, como resultado de la mercado-
yería, textiles, cerámica, etc., utilizando tecnia y de una tecnología avanzada,
una amplia gama de materiales: madera, frente a las que la artesanía no podía
piel, barro, fibras naturales, cobre, plata, ofrecer mejores propuestas. La vidriería,
hierro, entre otros. Además de lo ante- la joyería, la cerámica, el mobiliario ela¬
rior, existe una condición capital para en¬ borado con maderas preciosas, los obje¬
tender por qué las fórmulas del déco tos de bronce, latón y marfil se trajeron
encontraron en nuestro país un ambiente de Bélgica, Francia e Inglaterra. En Esta¬
proclive para garantizar su ulterior vigen¬ dos Unidos se compraron los aparatos
cia: todos los objetos artesanales que se electrodomésticos, los objetos de baqueli-
distribuían en el México de la época de ta y en menor medida joyería y mobilia¬
nuestro análisis tenían un carácter emi¬ rio, para ser vendidos en México por
nentemente utilitario, y eran resultado de grandes almacenes como El Puerto de Li¬
un proceso de diseño -rudimentario, res¬ verpool, El Palacio de Hierro y el Centro
pecto al aplicado en otros sitios- que Mercantil. Frente a esta ola de importa¬
nunca descuidó la porción estética del ar¬ ciones, México fue un gran productor de
tefacto. Por estas razones, según creo, el arquitectura déco con identidad local.
déco tuvo una rápida y permanente En las artes menores sobresalieron, por

• 57 ■
supuesto, la ilustración para periódicos y te tanto con la circunstancia cultural revo¬
revistas, la joyería de plata con aplica¬ lucionaria llevada hasta las postrimerías
ciones de piedras vidriadas y cierto tipo del cardenísimo, como con el devenir in¬
de cerámica muy próxima a la alfarería; ternacional del estilo. Al tenor de lo ante¬
en menor grado de importancia, se fabri¬ rior, ambos son significativos, represen¬
có vidriería y ebanistería. En las artes tativos y adecuados al caso mexicano;
plásticas, la influencia se dejó sentir más sin embargo, si hubiera que decidir en
en la pintura que en la escultura. favor de alguno porque tuviera la virtud
La manera en que estoy proponiendo del paradigma, la respuesta dependería de
la revisión de los materiales producidos dos circunstancias: la revisión crítica del
en México es a partir de la temática que material déco mexicano que todavía no
he considerado característica, anotando ha salido a la luz de la investigación, y
de ella no sólo la descripción conceptual, el enfoque teórico con el que el historia¬
sino, además, las disciplinas en las cua¬ dor del arte se acerque al tema; de mo¬
les se expresó. Encuentro que los temas mento y tal como lo anoté en su opor¬
recurrentes son: I. folclor y prehispanis¬ tunidad, doy una mirada de conjunto al
mo; II. lo casual; III. maquinismo y fuerza pasado reciente de México y advierto
de trabajo, y IV. deporte y baile. que estas dos formas de representar al
"ser mexicano de la Revolución" produ¬
I. Folclor y prehispanismo jeron una obra que, tanto cualitativa
como cuantitativamente, fue de carácter
Debo confesar que no estoy en capaci¬ excepcional.
dad de emitir un juicio respecto a qué En relación con el tema de folclor y
tema fue más importante para la produc¬ prehispanismo, hubo en la voluntad artís¬
ción déco mexicana. La incertidumbre os¬ tica y artesanal con la que se manifestó
cila entre folclor y prehispanismo, por un un valor de enorme trascendencia: la li¬
lado, y fuerza de trabajo y máquina, por bertad de expresión. En este caso me re¬
el otro; ambos están plenamente insertos fiero con ello, no a una sentencia que
en la corriente déco internacional y obe¬ puede caer en amaneramientos depen¬
decen a esquemas de significación perte¬ diendo de la circunstancia en la que se
necientes el primero a la historia y, el proclama, sino a las restricciones que
segundo, al otro rostro de la realidad. Los llega a imponer una corriente artística
dos también embonarían ideológicamen¬ cuando sirve a una ¡dea (se ideologiza)
o a un patrón (se pragmatiza). Para el
Jarrón y macetero con motivos neoprehispánicos.
caso de la ideologización el efecto inme¬
Cats. 410 y 406.
diato es condenar todo aquello que no
cabe dentro del apartado de lo permisi¬
ble (como lo hizo la vanguardia); para la
pragmatización, el resultado es todavía
más sencillo: si no adopta la forma y el
contenido solicitados por el patrocinador,
no se cuelga en las galerías.
En los dos casos hay inhibiciones a la
libertad selectiva del artista, pudiendo in¬
cluso llegar a presentar efectos contradic¬
torios. Desde este punto de vista, el déco
en México fue un arte de coyuntura, que
supo resolver, gracias a su ausencia de
ataduras, los "resquicios de identidad"
que las grandes escuelas habían dejado
de atender, pero que a fin de cuentas
eran porciones de la realidad posrevolu-

■ 58 ■
donaría, identificadas con sectores de la nían el potencial plástico necesario para
sociedad. El déco supo responder a esas crear con ellos una obra novedosa y
necesidades de identidad, haciendo cir¬ bella, además de que, por contraste, se¬
cular las imágenes que satisficieran los guían operando como diferenciadores de
esquemas de significación identificados la modernidad. Sin embargo, y a juzgar
con la clase media urbana. por lo visto en las colecciones de piezas
El concepto folclor y prehispanismo es déco elaboradas en México, es cuantita¬
distinto al asumido por el muralismo. tivamente mayor la presencia indígena,
Mientras el déco se acercó al mundo sea en su acepción arcaica (desnudo y
aborigen mexicano explorando sus cuali¬ humillado) o en la rural del presente.
dades plásticas y su estructura estética, el Hay en este sentido una suerte de "mor¬
muralismo concibió al indígena como ve¬ fología condicionada", a partir de la cual
hículo de expresión de una injusticia his¬ cierta concepción heredada sobre la na¬
tórica. En este sentido hay una apro¬ turaleza del indígena terminó por adap¬
ximación a algunos de los modelos de tarse al repertorio déco. Al indígena se le
representación ideados por el déco; tal había concebido como: raza vencida pe¬
es el caso del indígena postrado frente al ro orgulloso, pueblo primitivo e inculto
símbolo del poder (religioso o racial). Hu¬ pero con signos gráficos y líticos más cer¬
millación que ¡unto con la habitual desnu¬ canos a la geometría que al realismo. La
dez de los personajes deben ser leídas mecánica de traslación del déco fue im¬
como símbolos de un primitivismo muy pecable; los conceptos que definían al
alejado del avance de la civilización. La mundo prehispánico eran sujetos de inter¬
anatomía del aborigen, el vestuario de pretación gráfica sin apartarse de los
sus mujeres, el exotismo de sus pectorales mandatos modernistas: abstracción, sín¬
y plumajes, sus artefactos líticos o sus dei¬ tesis, geometría y estética mediante el or¬
dades salvajes, fueron un conjunto ideal nato. Por estas razones, creo que el tema
de elementos que le franquearon al artis¬ indígena adquirió una nueva cualidad
ta déco mexicano (el joyero, el dibujante, plástica que, sin alejarse del realismo,
el alfarero, el pintor y también el arqui¬ permitió trabajar el asunto de manera
tecto) el acceso a un repertorio fascinan¬ moderna. Al aborigen mexicano se le re¬
te, que le permitió ser moderno por con¬ presentó generalmente de perfil, en actitu¬
traste, y a una iconografía deslumbrante, des de contracción corporal o erguido,
sin limitaciones y sin necesidad de hurgar pero con escasos elementos que pudieran
en otros pasados culturales.
Ante la ausencia de un trabajo ar¬ Cerámica de Tlaquepaque. Cats. 409 y 417.

queológico científico y metódico, el mun¬


do prehispánico era más imaginado que
real. Esto permitió a los artistas explorar
un territorio virgen y colmado de rique¬
zas visuales que podían ser ensambladas
para crear fantasías llenas de exotismo,
de un mundo que destacaba más por su
extrañeza, que por sus posibles referen¬
cias de identidad nacional. Quizá por
esta razón, dentro del ámbito de lo autóc¬
tono y lo folclórico, no tuvo la misma im¬
portancia el pasado hispánico que la
imagen intermedia entre lo indígena y lo
urbano: lo rural. La estampa del charro y
la china poblana, el caserío colonial, la
capilla de pueblo, fueron ¡conos acepta¬
dos por la morfología déco porque te¬

• 59 -
aludir a la sensación de movimiento. Del tricos, dio lugar a un diseño absolutamen¬
pasado prehispánico -en este caso sí te singular en el mundo. La otra circuns¬
apoyado en la arqueología- se tomaron tancia es la presencia de dos diseña¬
las series de dibujos monotemáticos y de dores norteamericanos, que habiéndose
gran sencillez, con los que se decoró la afincado en México dieron lugar -cada
cerámica; las grecas incorporadas a los uno con su propio estilo- a novedades en
edificios, y la peculiar envolvente geomé¬ el trabajo de la orfebrería.
trica fácilmente identifica ble en cualquie¬ A Frederíck Davís y William Sprat-
ra de los monolitos conocidos en los años líng25 se debe la incorporación de la ico¬
veinte: el "Calendario Azteca", el monu¬ nografía precolombina al trabajo en
mento de Tízoc, conocido como la "Pie¬ plata. Davis llegó a México en 1910 con¬
dra de los Sacrificios", y la Chalchiutlicue tratado para un trabajo administrativo
teotihuacana. Folclor e indigenismo en¬ que lo llevó a viajar por toda la Repúbli¬
contraron posibilidades de representa¬ ca, conociendo y adquiriendo artesanía,
ción en por lo menos las siguientes dis- con la que habría de formar una impor-

FREDERICK DAVIS WILLIAM SPRATLING

Brazaletes, ca. 1930. Cats. 564 y 563. Broche. Cat. 566.

ciplinas: joyería, ilustración y gráfica, al¬ tante colección. Hacia fines de los años
farería, pintura y, por supuesto, en la ar¬ veinte concibió sus primeros diseños de
quitectura, bien haya sido con base en joyería de plata: brazaletes, collares y
relieves temáticos o por medio de los di¬ prendedores, que vendía en su propio ne¬
seños de herrería y vitrales. gocio: la joyería Fred Davís, ubicada en
lo que fue el Palacio de Iturbide en la ciu¬
Joyería de plata dad de México. Davis inició la venta de
su producción en el momento en que el
En relación con el c/éco, la platería mexi¬ oro era el metal precioso que monopoli¬
cana ocupa un sitio relevante incluso en zaba la orfebrería mexicana; fue ade¬
el ámbito internacional. En primera ins¬ más, hasta donde he podido informarme,
tancia, habría que mencionar que lo que el primero en engarzar en los collares ca¬
prevalece es la joyería, y en segundo ritas de obsidiana, cuya fisonomía -que
lugar los enseres domésticos para servi¬ se convirtió en una constante compositi¬
cio de mesa (cubiertos, bandejas, ¡arras, va- obedecía a la de los rostros de las fi¬
juegos de café). Es notable la presencia guras teotihuacanas: perímetro triangular
^ , de la temática prehispánica que, median- soportado en un fondo rectangular y ras¬
Greta Pack et al., Mexlcan .
Jewelry, Austin, University of Texas te una apropiada combinación de recur- gos faciales completamente esquematiza¬
Press, 1991, pp. 160-183. sos figurativos con elementos geomé¬ dos (nariz triangular y rasgaduras que

■ 60 ■
representan ojos y boca). Aunque tam¬ las cualidades estéticas de las piezas,26
bién experimentó con inserciones de pie¬ pero ni el mismo Davis había experimen¬
dras nativas sobre la cuerda del collar, el tado con el proceso de estilización de
trabajo en su conjunto resulta de cierto obras que de por sí ya tenían cualidades
barroquismo formal, sobre todo por la abstractas.
constante de rasgos curvos. En cambio, el Spratling trabajó en la platería desde
diseño de brazaletes está mucho más pró¬ 1930, año en que montó su taller en
ximo al terreno de la abstracción geomé¬ Taxco, Guerrero. No sólo diseñó y elabo¬
trica, simplemente porque utiliza motivos ró joyería (apoyado por un vasto grupo
que aunque pueden tener líneas curvas de plateros locales), sino enseres que po¬
aparecen montados en recuadros cua- demos denominar "servicio de mesa"; en
drangulares. La gran novedad de Davis ambos casos el estilo Spratling es incon¬
fue el empleo de la obsidiana, material fundible. En lo que se refiere a la joyería,
que tiene una extrema relación con la combinó maderas, obsidiana, conchas
imaginería prehispánica, y el traslado de marinas, coral y, a partir de su contacto
los atributos plásticos de piezas preco¬ en 1944 con un grupo de esquimales,
lombinas a un lenguaje estilizado. también marfil y hueso. Las formas de su
Los conjuntos artesanales reunidos por joyería son en general de un particular
los dos norteamericanos tuvieron la cuali¬ sintetismo, al ser evocadoras de combina¬
dad de haber sido integrados a partir de ciones geométricas indígenas, pero se su¬
la naturaleza estética de las piezas, pe¬ bliman al alcanzar un mayor grado de
culiaridad que si bien no fue precursora estilización. Spratling prefirió emplear ele¬
sí debe tomarse en cuenta, sobre todo en mentos simbólicos precolombinos de fácil
el caso de Spratling, porque fue, ¡unto a identificación visual en diseños en los que
su visión moderna, adquirida siendo estu¬ el resto de la pieza es de gran sencillez
diante de arquitectura en los albores de geométrica. A diferencia de Davis, que
la Stream Une, lo que le permitió confor¬ sólo utilizó el engarce de figuras realistas
mar un estilo propio, a partir de la estili¬ y la composición al más puro estilo Zig¬
zación de las formas prehispánicas. En zag, Spratling se acercó en algún mo¬
el México de los años veinte ya había mento a la morfología novohispana,
colecciones de artesanías reunidas por dando lugar a un cierto "barroquismo
controlado", entendido así por la presen¬
Cigarrera y cenicero. Cats. 501 y 493. cia de circunvalaciones en torno a una

26 Arte popular mexicano. Cinco


siglos, catálogo, México, UNAM, la.
ed„ 1997, p. 16.

■61 ■
forma central, sobria y de gran fuerza prehispanismo: formas cerradas median¬
plástica. te una envolvente regular de línea curva,
en las que no hay intención de movilidad
Ilustración virtual, porque el estatismo de los perso¬
najes se refuerza tanto con el reposo de
Debe considerarse dentro de este género brazos y piernas, como con la extensión
el trabajo hecho por dibujantes y pintores de colores planos que buscan el predomi¬
para revistas, periódicos, propaganda nio formal.
impresa en hojas sueltas, carteles, enva¬
ses, etc. Fue uno de los grandes caminos Pintura

transitados por el c/éco, sobre todo por¬


que incorporó de manera por demás Durante los años veinte, fueron pocos los
clara toda una serie de condiciones de pintores mexicanos que no sucumbieron
concepto estilístico que, a estas alturas, ante la avalancha que significó la imagi¬
son ya familiares para el lector: la utilidad nería histórica en sus múltiples versiones:
del objeto, la acción de la mercadotecnia indigenista, folclórica, rural, costumbrista
y la circulación masiva tanto de la idea y epopéyico-nacionalista. Todas ellas di¬
que se propone vender por medio de la ferenciadas entre sí por sus respectivos
ilustración, como del estilo que asumió. sustentos ideológicos, pero con una cua¬
La tipografía es una de las disciplinas lidad en común: el brillo y la riqueza for¬
en las que se distinguió el carácter de lo mal de un vasto conjunto de imágenes,
déco: abstracción, sofisticación, geome¬ algunas provenientes de los testimonios
tría y elegancia. En el caso del tema pre¬ históricos y otras inventadas a partir del
hispánico, hubo condiciones favorables: siglo XVI. Por esta razón, es posible en¬
por un lado, la presencia tanto de pirámi¬ contrar testimonios de esta iconografía
des como de grecas en la arquitectura en la obra de casi todos los pintores; sin
precolombina; por el otro, una orienta¬ embargo, es admisible un paréntesis inte¬
ción nacida desde fines del siglo XIX para rrogatorio que tiene que ver tanto con te¬
identificar al mundo precolombino con mática como con estilo, y cuya respuesta
economía de elementos, lo mismo en ves¬ puede llevar a parcialidades que no refle¬
tuario y parafernalia que en rasgos fiso- jan el objetivo que podemos suponer tu¬
nómicos. Este proceso, desde el punto de vieron los pintores del período, al in¬
vista artístico, coadyuvó a lograr un len¬ clinarse por determinado tema o técnica
guaje de "abstracción tipográfica", en el pictórica. Juzgar a partir de la elección
que prehispanismo y déco llegaron a ser del tópico no resulta suficiente para rela¬
un todo de gran coherencia formal. cionar una obra con una corriente artísti¬
Respecto a las escenas representadas ca, sobre todo si, como es el caso del
podríamos pensar en dos territorios am¬ déco, sabemos que mantuvo una apertu¬
plios: el del indígena humillado y el del ra permanente hacia todas las fuentes
guerrero vigoroso y triunfante (las menos de motivación. Por otra parte, pintores de
de las veces). El otro caso es el eminente¬ profundo compromiso ideológico, como
mente folclórico orientado hacia el cos¬ Diego Rivera, en algún momento de su
tumbrismo: vestidos regionales (charros, carrera, y frente a encargos de dimen¬
tehuanos, chinas poblanas), paisajes de siones muy importantes, también se acer¬
caseríos rurales y los típicos personajes caron con la mayor seguridad a la ima¬
pueblerinos: rebozo y trenzas, jorongo, ginería maquinista, que, como ya se ha
sombrero en la mano como reverencia anotado, fue uno de los recursos no sólo
ante el espectador, y en los que la mira¬ visuales sino de contenido conceptual más
da baja y el rostro poco definido comple¬ importantes para el déco internacional.
tan un cuadro generalmente derrotista. Por lo tanto, la filiación a una corriente no
Estas representaciones también acogen la da el tema, sino la manera de expre¬
la técnica plástica ya descrita para el sarlo con los materiales del arte.

■ 62 ■
Jorge González Camarena es un pin¬ P<¡g. 20 MEXICO AL DIA Morro 15 tU 1934.

tor cuya obra se adecúa a las condicio¬


nes de la modalidad déco. Como se verá NUEVA ^
más adelante, este artista fue uno de los
iniciadores en México de la representa¬
YORK «
Ciudad Crisol
ción de la máquina, sin embargo, al
(Por Guido D’Araeotter, Dcdactor del
Consolidated Information Service
igual que Rivera, Montenegro o Rodrí¬
N de Nmerm Yoek).
O hay ciudad en el mundo que
o {renca más oportunidades que
guez Lozano, también advirtió las posibi¬ • - Nueva York. Tanto para el
bien, como para el maL
Aquí, aquel que viene y que es de'

lidades que le podía seguir dando la “bueña madera*’, hacha a brazo par¬
tido, pasa hambre, pasa frío; a veces
lo vemos confundido con los desem¬
pleados en las interminables filas de
imagen indigenista. No podemos dejar seres humanos que esperan, bajo la
nieve o bajo el sol aplastante, la taza
de café y el pedazo de pan que la ca¬
de atender la influencia que el comitente ridad cacareada lea ofrece. Otras, en
loa “zubways", durmiendo en las no¬
ches a ratos, mientras que el guardián
de la estaoón o del tren lo descubren
tiene sobre los resultados del trabajo de y k> despiertan haciéndolo moverse.
En el verano, en loa parques públicos
o en los portales de los inmensos edi¬
un artista, sobre todo cuando el patroci¬ ficios
Esos hombres, son los que más ten¬
taciones tienen que resistir.
nio incluye la producción de ciertos mo¬ En cuanto a las mujeres, el drama
es aún más profundo. La trata de blan¬
cas se cubre aquí con el velo de “ma¬
trimonios" imaginativos o el famoso
tivos en particular; este caso se hace “Mr. and Mis.'’ ilegal. Muchachas hay
que vienen solas, como vienen los hom¬
bres, atraídas, fascinadas mejor dicho,
presente en el González Camarena ilus¬ por las grandeza*- qoe oyen y leen
acerca de esta ciudad, creyendo a pie o podemos dividir en tres grupos los “sootenenrs" de pelo envaselinado, que
juniíBo todos las fantasías literarias. que vienen a Nueva York, la Ciudad como buitres insaciables, lánzame a la
CrisoL Primero, aquellos que, prepa¬
trador de las portadas de la revista Ce¬ Llegan a Nueva York, y, agotados rus
pocos recursos caen en el torbellino rados para la lucha, de “buena made¬
caza de chicas bonitas para más lue¬
go convertirlas en objetivo “pro¬
humano, movido e impulsado vertigi¬ ra", sus aspiraciones se estrellan en ductivo". ..; loa traficantes en dro¬
nosamente las más de las veces por nuestros respectivos países en el re¬ gas; los contrabandistas de licores, bi¬
mento, en las que el tema a representar elementos poco escrupuloso», ambi¬
ciosos sin honor ni conciencia que ex¬
ducido horizonte que ellos nos ofre¬
cen: Estos vienen a Nuevo York, y los
lletes de lotería, etc.; los chantajistas;
los jugadores de cartas y dados; los
plotan tanto a americanos como o ex¬ más desafortunados, llegan hasta pa¬ "boliteros"; los eternos “picadores" o
estaba totalmente delimitado por el ca¬ tranjero» sin compasión alguna.
*
sar hambre estoicamente; luchan con
verdadero heroísmo hasta que tarde o
de préstame una cuera (moneda de 25
cts.); y en ana palabra, los que vie¬
En el llamado “Barrio Hispano", o temprano los vemos triunfar con las nen aquí para o bien explotar con
aea, el que comenzando en la calle 100 armas del trabajo honrado. El segun¬ más amplitud sus aptitudes ignomi¬
rácter simbólico que se dio al cemento se extiende en la isla de Manhattan
hacia el Norte, el mal, en todos sus
do grupo—el más reducido—el de
nuestros -ricos que visitan a Nueva
niosas o kts que hoyen de la justicia
en sus respectivos países.
aspectos, ha echado profundas raicea. York por placer, se hospedan en los *
como parábola de la modernidad. AIH viven miles de españoles e hispa¬
no americanos; los que son de -"buena
mejores hoteles, y derrochan el oro
o diestra y siniestra. El tercer grupo,
Varias mstitsciones cívicas traba¬
jan y ofrecen, a medida de sus fuer¬
madera", saben apartarse del elemen¬ desgraciadamente, es el más numero¬ zas, ayuda a nuestro* hermanos de ra¬
to crapuloso, y, aunque viven en el za, en necesidades. La lucha es formi¬
Por otra parte, cuando González Ca¬ mismo barrio observan costumbres dis¬
so. Está integrado por elementos
“good far nothing”, como aquí llaman dable, y hemos visto cómo en mir
tintas, y viven con la decencia que sus a los que no tienen oficio y viven va¬ de ana ocasión, hombres y mujeres
poquísimos recursos—cuando los hay— liéndose de la explotación de nues¬ que, siendo de "buena madera” caen en
marena pintó sin aparente patrocinador, Ds nuestra raza, especialmente, hay
tra innata vivacidad y lucidez imagi¬
nativa. Estos pronto los vemos como
el fango del vicio, porque el torbelli¬
no es incontenible....

seleccionando los recuadros de la reali¬


dad con los que trabajaría, experimentó
RAFF. Ilustración en: México al Día,
muchas veces con imágenes femeninas
15 de marzo de 1934. Cat. 275.
provenientes del folclor y con paisajes ru¬
rales. En la relación ¡cónica maqumismo-
folclor radica la condición por la cual he cromática tanto del vestuario folclórico,
sugerido la inserción del pintor dentro de como de paisajes en los que predomina
este estilo. La resultante es que González la vegetación.
Camarena trató la figura humana y es¬ Fermín Revueltas dejó una obra en la
tructuró sus composiciones de paisaje uti¬ que también podemos encontrar maneras
lizando, del concepto maquinista, una representativas que, en principio, lo se¬
manera que he denominado volumetría paran de las corrientes predominantes de
faceteada, la cual consiste en dar al ob¬ los años veinte; tengo la impresión de que
jeto corporeidad de tercera dimensión, llegó a la modalidad que lo acercó al
bien sea mediante la ubicación continua déco por un camino experimental distin¬
de planos de colores, distintos uno de to al de González Camarena. Revueltas
otro por gradación tonal, o con superfi¬ acudió a imágenes de paisaje y a com¬
cies cuyos perímetros presentan la intensi¬ posiciones en las que se presentan los in¬
dad cromática con la que usualmente se dividuos de una comunidad, con sus
logra el curvado virtual de la forma. Con atuendos típicos, bien sea en el trabajo o
ambas posibilidades y sus eventuales va¬ en la celebración de alguna festividad:
riantes, el pintor asumió condiciones que Mujeres de Tehuantepec (1931), El tra¬
hemos reconocido como singulares del piche (1933) o La pareja en la selva
déco: trabajó el primer plano, geometri- (1933).27 Este pintor no fue tan proclive a
zó sin perder el vínculo morfológico de la la estructuración planimétrica como Gon¬
realidad visual, introdujo la dinámica por zález Camarena, aunque sí trabajó el
27 Véase Fermín Revueltas. 1902-
relación de componentes sin que importa¬ primer plano, pero modelando con más
1935. Muestra antológica, México,
se la actitud del retratado, además de corporeidad las distintas partes de las fi¬ Museo de Arte Moderno, 1993, pp.
que aprovechó la riqueza de la paleta guras. La cualidad que yo advierto en el 29, 33, 34.

■ 63 ■
déco que tuvieron los pintores mexica¬
nos. El primero es el de la ejecución de
los vitrales para la Sala de Discusiones
Libres (1921), primer edificio remozado
por instrucciones de José Vasconcelos.28
El segundo fue el de la decoración inter¬
na de la biblioteca de la escuela Benito
Juárez, en 1926. Los vitrales, de extraor¬
^ Ai'/
dinario colorido, se refieren al folclor me¬
xicano con la presencia de personajes y
vestuarios que llegaron a tener un sitio
muy importante en el anecdotario figu¬
rativo del modernismo. El caso de la bi¬
blioteca no está inmerso en la temática
folclórica mexicana, pero es un ejemplo
excepcional de la relación directa entre
el modernismo europeo, fundador del
déco, y la plástica mexicana del período,
que no quiso ser identificada con el na¬
cionalismo. Montenegro decoró el inte¬
rior de la biblioteca con murales en los
que mezcló rasgos chinescos y fantasías
orientales, provenientes, más que de la
ilustración del siglo pasado, de las imáge¬
nes a que dieron lugar las escenografías
de los Ballets Russes de Diaghilev, que se¬
guramente fueron conocidas por Montene¬
gro mientras vivió en Europa (1905-1919).
Llamó a la serie mural El cuento (o la His¬
toria de Aladino), y en ella dejó muestra
de uno de los esquemas de significación
ÁNGEL ZÁRRAGA más característicos del déco europeo:
Las futbolistas, 1922. Cat. 46. el registro del pasado y su manifestación
anecdótica, mediante figuras que dieran
trabajo de Revueltas es el esquema de lugar a la idea del exotismo.
marco rebasado, es decir, que el tema di¬
bujado se manifiesta como parte de una Cerámica

realidad, por supuesto dinámica, que pa¬


reciera presentarse a los ojos del pintor El mayor número de aportaciones que
-y del espectador- como una cinta cine¬ pueden ser señaladas dentro de esta dis¬
matográfica que va corriendo, y de la ciplina tiene que ver con la decoración
cual queda en la mente, y en el lienzo, no externa del objeto más que con la modi¬
un recuadro completo sino tal vez dos en ficación de su forma. Circunstancia fun¬
sus límites fronterizos. Así es como inter¬ damental en este caso es la tradición
preto el movimiento virtual expresado por ceramista mexicana, que probablemente
el déco. influyó para no modificar la estructura de
Por último, y ajeno al propósito de ser las piezas (vasos, platos, floreros, jarras,
exhaustivo en la relación de casos, con¬ etc.); sin embargo, y como suele suceder
viene citar a Roberto Montenegro en por en un proceso de transculturación, los
2® La sala se adaptó en lo que fue
los menos dos momentos de su produc¬ propios artesanos tuvieron conocimiento
la nave de la iglesia de San Pedro y
San Pablo, en el centro de la ciudad ción de los años veinte, toda vez que son del nuevo gusto decorativo, el cual se
de México. representativos de las aproximaciones al percibe en productos cuya escala dimen-

• 64 ■
sional los acercó a muchos ámbitos de la del movimiento de acuerdo con la inter¬
sociedad mexicana. No podemos dejar pretación que ya propuse: la idea de des¬
de mencionar una vez más la experien¬ plazamiento no se consigue mediante el
cia de Gamio con los artesanos teotihua- dibujo de personajes en actitudes dinámi¬
canos, y lo que bien puede ser denomi¬ cas, sino por la relación que guardan
nado como el reinicio de la producción entre sí y, particularmente, porque la es¬
de objetos decorativos, ya no con remi¬ tructura de estos conjuntos de posturas
niscencia, sino con idéntica morfología corporales no corresponde a lo que se
prehispánica. En los años veinte, Teoti- denominaría "un arreglo de estudio", es
huacán era ya la zona arqueológica más decir, aquel en el cual el artista define y
visitada en el país, y de ahí que la disper¬ ubica a cada actor para que ocupe la po¬
sión -incluso internacional- que las pe¬ sición adecuada dentro de su composi-
queñas esculturas tuvieron a partir de esa
época deba ser tomada en cuenta como
foco generador de una novedosa posibi¬
lidad ornamental. Es fácil advertir cuáles
fueron los elementos más trascendentes
de la nueva decoración en la cerámica;
desde luego, la introducción de las ban¬
das de grecas, la estilización de figuras,
los rasgos lineales buscando lacerías
geométricas, la presencia (poco frecuen¬
te en este tópico) de personajes de perfil
indígena y, en la mayoría de los casos,
una proclividad al horror vacui, que en
este sentido dista de la abstracción que
prefirieron seguir los plateros a partir
de Spratling.

II. Lo casual

Entre el significado de este adjetivo y el


concepto que define al déco en México DIEGO RIVERA

creo descubrir una tensión muy peculiar. Natasha Zakólkowa de Gelman, 1943. Cal. 41.

No es un tema que como tal haya sido re¬


conocido y aceptado por los artistas, por¬ ción. En este sentido, entiendo lo casual
que si así hubiera sido dispondríamos de como una rendija en la continuidad del
testimonios de otros autores. Reconozco tiempo, o el lapso entre dos momentos
que, a mi modo de ver, solamente en la definidos; éste es el instante que observa
obra de Ernesto García Cabral se desa¬ García Cabral, quien es capaz de cap¬
rrolla en plenitud el significado de este tar, con mirada fotográfica, al cuerpo hu¬
adjetivo. Sin embargo, "lo casual", en¬ mano en el preciso momento en que tran¬
tendido como lo que sucede de pronto sita de una posición a otra.
movido por el azar y lo fortuito, tiene re¬ La temática elegida por el artista no
lación tanto con algo que ya describí en dejó fuera los motivos folclóricos, los sím¬
el capítulo dedicado a "Formas y razo¬ bolos moralistas, un tanto el costumbris¬
nes", como con la ¡dea del movimiento. mo en escenas familiares pueblerinas,
Debo advertir que el término de lo ca¬ etc., pero donde destacó como ningún
sual es propuesta mía, y que lo aplico di¬ otro fue en la narración figurativa y cro¬
rectamente a la obra desarrollada por mática del acontecer nacional, mediante
este artista. la ilustración semanal de portadas de re¬
García Cabral asumió la condición vistas; de este período nos interesa, por

■ 65 ■
viento o de champaña acarician el cuer¬
po de una mujer.

III. Maqumismo y fuerza de trabajo

Se ha dicho en los capítulos anteriores


que la máquina es uno de los grandes
temas del inventario déco, más que por
la novedad de representar un objeto de
reciente aparición, por el contenido sim¬
bólico que entraña su fuerza, por su ca¬
pacidad transformadora de los elemen¬
tos de la realidad cotidiana y por su
efecto directo en la modificación de la
¡dea del tiempo. En este sentido, la idea
maquinista no tiene nada que ver con el
retrato de una locomotora, un trasatlánti¬
co e incluso un establecimiento fabril,
sino con la expresión de las ideas de
cambio y movimiento. Lo mismo podría¬
mos apuntar para la representación de
la fuerza de trabajo, que apareció desde
el siglo pasado vinculada a una imagen
Sillón michoacano con motivos florales. Cat. 518.
de crítica social; en el caso de nuestro
estilo lo que importa no es la incorpora¬
supuesto, el trabajo que hizo en los dece¬ ción del tema, sino la inversión de térmi¬
nios del déco. La mujer fue el motivo más nos significantes; a partir del déco, los
importante en sus dibujos; sola o acom¬ valores cambiaron y se pasó de la críti¬
pañada de otras mujeres (pocas veces ca social a la reivindicación de la fuerza
por hombres), cercana a los veinte años, del hombre, en su acción transformado¬
esbelta, delgada, provocativa, de belle¬ ra del entorno.
za sugerida, elegante, sofisticada y so¬
bre todo sensual, muy sensual, pero a Pintura e ilustración

una distancia muy prudente de la morbi¬


dez erótica del nouveau. Las actitudes A juzgar por la documentación gráfica
también son múltiples, la mujer puede disponible, pareciera que fue a partir de
estar bailando, elegantemente sentada o la publicación de la revista Cemento, en
leyendo, mientras es asediada por hom¬ 1926, que se incorporó en la temática ar¬
bres gordos y viejos, o simplemente cami¬ tística el simbolismo de la máquina y de
nando, platicando o embriagada en bra¬ la fuerza humana. El concurso de 1932
zos del Pierrot. convocado por la fábrica Tolteca,29 para
García Cabral ejerce sus propios es¬ celebrar la reciente construcción de sus
quemas de significación, cualquiera que instalaciones en la colonia Mixcoac, fue
sea el estado de ánimo que quiera repre¬ un detonador importante de esta tenden¬
sentar: la juventud no puede maltratarse, cia: en fotografía, el trabajo ganador fue
la belleza está dada por la estructura la Vista de los hornos calcinadores de
completa del cuerpo (tal como lo advirtió Manuel Alvarez Bravo; en dibujo, men¬
el nouveau) y no sólo por los detalles fa¬ ciono la composición Ventas30 de Carlos
ciales, la figura siempre está en movi¬ Tejeda, lograda mediante una combina¬
29 Enrique X. de Anda Alanis, La ar¬
miento y permanentemente ¡nteractúa ción de volúmenes que alude a los silos
quitectura de la Revolución mexicana,
México, UNAM, la. ed., 1990, p. 49. provocando lo casual, lo que acontece de la cementera, y en pintura, el primer
30 Ibid., cap. II., foto núm. 8. inesperadamente cuando una ráfaga de lugar fue para un óleo de Juan O'Gor-

■ 66 ■
Buró. Cat. 503.
un trampolín que adopta la forma de un
avión; aun en su obra de madurez siguió
utilizando el faceteado para la represen¬
man, que retrataba de manera realista el tación corporal.
conjunto de la nueva fábrica.31 Fermín Revueltas fue de algún modo
Jorge González Camarena, como ¡lus¬ un adelantado, quizá no porque haya
trador de algunas de las portadas de la buscado desde el principio de su obra el
revista Cemento y viñetista de los poema- acercamiento a un proyecto de imágenes
nos de los estridentistas, adoptó un estilo impregnadas de simbolismo mecanicista,
compositivo que, además de satisfacer la sino porque exploró dentro de su medio
necesidad propagandística de la publi¬ urbano con motivos que no habían des¬
cación, resultó innovador en México. En pertado la atención de otros pintores.
algunos casos presentó paisajes rurales Mientras el oficialismo artístico pensaba
pero con un dibujo faceteado y multicolor en cubrir los muros con la apología del
que alguna relación, aunque lejana, tuvo pueblo mexicano, o llevaba a los niños a
con el cubismo. En otras ocasiones dibu¬ dibujar los paisajes de Xochimilco, Co-
jó a los operarios de la construcción con yoacán y San Ángel (en las Escuelas de
los torsos desnudos y paisajes de fondo Pintura al Aire Libre), Revueltas descu¬
integrados por volúmenes compactos di¬ bría en los postes de madera, los cables
ferenciados tipológicamente, mediante conductores de electricidad, los hilos de
cilindros los fabriles y, los urbanos, con telégrafos y los galerones de arquitectu¬
una salpicadura de cuadros negros iden¬ ra industrial32 que había símbolos para
tificadles como ventanas. La anatomía de representar la otra parte de la realidad
los personajes se estructura con planos mexicana. Su técnica pictórica lo hizo
unidos tangencialmente pregonando su ocupar un sitio importante respecto a sus
robustez. González Camarena no aban¬ contemporáneos: el óleo aplicado en
donó el tema de la inventiva maquinista, empastes, las pinceladas frotadas con¬
31 Ibid., foto núm. 9.
como quedó de manifiesto en su obra Los tra el lienzo -con lo que provoca textu¬
32 Ejemplos son las obras: Subes¬
bañistas (1935), en la que un grupo de ras ásperas- y la composición mediante tación, de 1921, y Andarríos exterio¬
nadadores se ha congregado en torno a planos sobre un respaldo sin profundidad, res, de 1923.

■ 67 ■
lo distinguen y aproximan a la moderni¬ en tanto que fueron situaciones que modi¬
dad que hemos venido analizando. ficaron la conducta colectiva. Los dos tu¬
En la década de los años treinta, en¬ vieron que ver con las maneras moder¬
contramos a Revueltas inmerso ya en los nas, tanto de disfrute del tiempo libre,
argumentos del maqumismo y la fuerza como de acceso a los espectáculos, fuese
humana. Sin abandonar otros temas -tal por medio del radio o presenciándolos
como hacía la mayoría de los artistas de directamente. El ministro Vasconcelos en¬
esa época- proyectó y ejecutó murales y cargó al arquitecto Obregón Santacilia
vitrales cuya característica primordial es que ubicara una piscina dentro del Con¬
el tejido de entramados en los que utiliza junto Escolar Benito Juárez (1924), toda
figuras de componentes mecánicos, ubi¬ vez que su proyecto de educación integral
cando sobre esas redes a los personajes comprendía también la práctica deportiva
encargados del control de la maquinaria. cotidiana. Podemos citar dos edificios per¬
Considero que los vitrales del Centro Es¬ tenecientes al período déco construidos
colar Revolución, titulados Ciencia y elec¬ para acoger actividades deportivas: el
tricidad (1934), y el mural Alegoría de la frontón México, del arquitecto Joaquín
producción, pintado un año antes en un Capilla (1929), y el edificio de la YWCA,34

edificio bancario, son claros ejemplos de del cual cabe comentar su aparato orna¬
esta propuesta.33 mental. Las fachadas recibieron el carac¬
No podríamos terminar este apartado terístico tratamiento de bandas vertica¬
sin dejar de mencionar los acercamientos les sobrepuestas y en el basamento de
al maquinismo de Diego Rivera. Lo mismo la esquina más importante se esculpió la
en muros que en lienzos de pequeño for¬ imagen de una ofrenda al modo prehis¬
mato, Rivera no sólo dibujó el pasado de pánico. En los recuadros de la plataban¬
México, sino imaginó su porvenir. Sin em¬ da intermedia fueron adosados relieves
bargo, dentro del tema de la fuerza, el en los que, con la más pura estilización
poder y la máquina, procede más hablar anatómica, se representan escenas rela¬
de la voluntad del patrono que de la libre tivas a la práctica deportiva. Las compo¬
elección del pintor. Es el caso de los mura¬ siciones en altorrelieve de cada tablero
les que en 1932 ejecutó en el Detroit Insti- son de gran calidad estética: mujeres
tute of Art (Detroit: el hombre y la máquina), que saltan, mueven brazos y piernas, vis¬
en los que, si bien en los primeros planos ten faldas cortas y usan peinados a la
aparecen figuras de obreros, los fondos "garzón". Sin lugar a dudas esta serie es
están ocupados por extraordinarias estruc¬ un paradigma de la decoración déco
turas mecánicas, en las que la exuberancia mexicana.
de artefactos inspirados en la industria au¬ La difusión de las imágenes relativas al
tomotriz, rebasa la importancia que pue¬ deporte y al baile fue más importante en
dan tener los hombres, que paulatinamente los medios impresos; basta hojear cual¬
se pierden a medida que la perspectiva quier revista de la época para constatarlo.
abandona el plano del espectador. El otro Sin embargo, me parece que, a diferencia
caso importante es El hombre en la máqui¬ de otros temas, estos dos no llegaron a
na del tiempo, pintado en 1934 en el Pala¬ influir en la modificación de la tipografía,
cio de Bellas Artes, a partir del esquema quizá porque buena parte de la informa¬
Fermín Revueltas. 1902-1935.
Muestra antológica, op. cit. del mural que había comenzado a dibujar ción se difundió por medios fotográficos.
34 El edificio de la Young Women en 1933 en el Rockefeller Center de Nueva Hay un caso, el del pintor Miguel Cova-
Christian Association fue construido en
York y que fue destruido por orden del pa¬ rrubias, que no puede quedar fuera de
1933 por los arquitectos B. H. Adam
et al. y estaba destinado a la práctica
trocinador antes de su terminación. esta síntesis, a pesar de que su produc¬
deportiva exclusivamente femenina. ción vinculada al déco la hizo mientras
Se trata del primer caso en el país de IV. Deporte y baile vivió en Estados Unidos (1923-1942). Co-
un edificio de este género.
varrubias3^ fue un versátil artista, etnólo¬
35 Sylvia Navarrete, Miguel Cova-
rrubias. Artista y explorador, México, Ambos fueron actividades que adquirie¬ go y promotor cultural; como artista, desta¬
CNCA-ERA, la. ed., 1993, 144 pp. ron relevancia social en los años veinte, can sus series de caricaturas (hechas en

■ 68 ■
los años veinte y treinta) y el preciosismo sus letras diseñadas combinando elemen¬
colorístico de su obra mural y de caballe¬ tos masivos y de fortísima acepción geo¬
te. Me interesa resaltar, en relación con el métrica, con líneas que arman la letra o
tema del déco, sus series de dibujos he¬ el número, sin dejar que se pierda la con¬
chas precisamente con el tema del baile y cepción moderna del tratamiento plástico.
el desenfado de la actitud femenina. Tampoco podemos dejar de lado la infini¬
Mientras vivió en Nueva York, tuvo ac¬ ta variedad de herrerías (puertas, venta¬
ceso directo a los espectáculos musicales nas, barandales), en donde la geometría
y a las sesiones de baile, ambos caracte¬ utilizó su carácter lineal, buscando combi¬
rísticos de la liberación de conductas co¬ naciones novedosas y originales que, en
lectivas que se llevó a cabo en la década el caso de México, siempre se mantuvie¬
de los años veinte. El libro Negro Draw- ron alejadas del barroquismo que en
¡ngs (1927) está integrado por caricatu¬ algún momento del Zigzag europeo y aun
ras de bailarines, solos o en pareja, del neoyorquino se hizo presente.
cuyas contorsiones no sólo expresan el Aun en los grabados sobre planchas
frenesí del charlestón y del fox-trot, sino de acero (como en las puertas de los ele¬
que son de hecho verdaderas obras vadores del edificio de La Nacional), la
maestras de un estilo que, en este caso combinación geométrica al servicio del f¡-
aplicado a la caricatura, se manifestó gurativismo supo mantenerse como con¬
siempre con naturalidad, sin olvidar en dición omnipresente. Los diseños de pa¬
ningún momento que la estética era prin¬ vimentos -de mármol, granito o mosaico
cipio y fin de cualquier aspecto de la re¬ de pasta- huyeron de las líneas curvas
presentación artística. para someterse a las fórmulas combinato¬
rias dictadas por la geometría. El déco,
La geometría el estilo sin estilo, parafraseando a los
Contemporáneos, no sólo supo interpre¬
A pesar de que este concepto bien puede tar los afanes de modernidad de una so¬
ser mencionado como el gran tema del ciedad en plena etapa de recomposición,
déco, y que como tal aparece citado sino que, además, fue capaz de insertar¬
constantemente en las descripciones de se, gracias a la universalidad de la geo¬
los asuntos anteriores, he considerado metría, dentro de un discurso sin tiempo
importante dedicarle una breve reflexión y sin lugar, y en el cual lo más importan¬
final. No podemos dejar de mencionar la te siempre fue el goce de las formas y el
tipografía característica de la época, con ejercicio pleno de la libertad.

■ 69 ■
FRANCISCO J. SERRANO

Edificio Basurto. Detalle, balcones internos. II. 7.


LA ARQUITECTURA DÉCO EN LA CIUDAD DE MÉXICO

El ojo no ve cosas sino figuras de cosas


que significan otras cosas.
ITALO CALVINO36

atinoamérica fue notable pro¬


ductor de arquitectura déco.
Los diseñadores y artesanos
que se ocuparon de las artes
aplicadas, en ciudades como Santiago,
Río de Janeiro, México, Buenos Aires y
Montevideo, inventaron una arquitectura,
cuya fantasía decorativa apareció como
una tercera opción entre el anatema lan¬
zado al eclecticismo y el rigor de los ma¬
nifiestos racionalistas. Respecto de la exu¬
berancia de América del Sur, México dio
lugar a un déco moderado, con ciertas re¬
miniscencias del rascacielos norteameri¬
cano y una inclinación compositiva que
combinó planos delgados sobre masas
cúbicas. Norteamérica, a su vez, transfor¬
Fotografía de GUILLERMO KAHLO
mó la morfología neogótica del rascacie¬
Departamento de Salubridad e Higiene.
los de principios de siglo para dar lugar
Pasillo exterior, 1928. Cal. 385.
al clásico prisma apiramidado; Miami, en
particular, resolvió su arquitectura para la
hotelería con la variante que Margenat mero creciente de edificios y casas apli¬
denomina "Tropical Déco", versión que cando los temas del léxico déco, razón
hacia finales de los cuarenta dejó sentir que nos hace suponer que el nuevo esti¬
el peso de su influencia tanto en el litoral lo, en efecto, resolvió temas arquitectóni¬
caribeño, como en la costa atlántica. cos que otras tendencias, por distintas
En México, los primeros ejemplos de razones, no alcanzaron a satisfacer. Bas¬
arquitectura con elementos compositivos te citar algunos de los que considero más
propios del déco surgieron en la capital significativos: implantó nuevas formas de
del país en los inicios del segundo lustro diseño que fueron concomitantes con la
de los años veinte; dos paradigmas de ¡dea de "novedad arquitectónica"; respon¬
esta etapa inicial son el edificio de la dió al llamado a la sinceridad arquitec¬
Alianza de Ferrocarrileros Mexicanos, de tónica, que ya desde finales del siglo XIX
Vicente Mendiola et al., inaugurado en había cuestionado al historicismo; soli¬
1926, y el orfanatorio San Antonio y citó sin mayor estridencia propagandís¬
Santa Isabel, de 1927, cuya autoría ofi¬ tica la participación de artistas y arte¬
cial es del arquitecto Manuel Cortina, sanos de alta calidad; observó y puso en
pero en el que, según mi hipótesis, hubo práctica, a su manera, el análisis del
una notable intervención en el diseño por componente geométrico de las formas;
parte del arquitecto Juan Segura G. (de construyó con solidez estructural no para
3^ Italo Calvino, Las ciudades invi¬
quien sí se sabe, intervino como ayudan¬ experimentar con la futilidad de deva¬
sibles, Madrid, Siruela, 1996, p. 28.
te en la edificación).37 A partir de estos neos plásticos, sino con la seguridad de 37 Enrique X. de Anda Alanís, op.
años se inició la construcción de un nú- trascender al paso del tiempo. Con todo cit., pp. 136-137.

■ 71 ■
Panorámica del parque San Martín. II. 8. misma? Todo lo contrario, esta sociedad
mexicana sí sabía hacia dónde marchaba
lo anterior dejó ejemplos de sus posibi¬ y cómo quería vivir, tanto en su entorno ur¬
lidades compositivas en prácticamente to¬ bano como en la privacidad de su casa.
dos los géneros arquitectónicos que la so¬ A esta voluntad de vida cotidiana, aleja¬
ciedad mexicana demandaba para su da del dogmatismo estilístico nacional e
vida cotidiana: de la casa-habitación al internacional, fue a la que dio respuesta
edificio de un ministerio del gobierno fe¬ la arquitectura déco.
deral, del rascacielos de una institución El estilo sigue siendo criticado, entre
financiera a la organización de ambien¬ otras cosas, por no haber contado con un
tes urbanos de robusta identidad, cuyo proyecto teórico y por su proclividad al or¬
significante espacial sigue vigente en la nato; a cambio de ello, dispersó por las
actualidad. más importantes ciudades del país (Monte¬
La historia misma pudo, mediante in¬ rrey, Puebla, Torreón, Mérida, etc.) cons¬
geniosas soluciones arquitectónicas, ubi¬ trucciones excepcionales. Me atrevería a
carse dentro de la composición del con¬ afirmar que del centro de la República al
junto, pero no en forma de añadidos a norte, la gran mayoría de las ciudades
posteriori, sino como parte inherente a la económicamente importantes durante este
concepción del edificio. El déco fue ca¬ período cuenta con alguna prenda déco.
paz de descubrir el modo de ser, los sím¬ Frente a esta objeción podría cuestionar¬
bolos y la identidad de una sociedad se: ¿cuántas teorías han existido y existen,
que, habiendo vivido una Revolución, de¬ incluso en la actualidad, sin arquitectura?
mandaba cambios totales de contenido y Creo que resulta saludable dejar de
continente. Con todo esto, el insistir en ver la arquitectura déco de manera ex-
que el déco es sólo puente entre hitos su¬ cluyente y como devaneo trasnochado.
pone, a mi modo de ver, una mirada Frente a ella había una sociedad posre¬
ahistórica, en la cual se vería, en un ex¬ volucionaria que demandaba una identi¬
tremo, una cultura sólida producida por dad congruente con la actualidad de la
la rica sociedad porfiriana, con sus pala¬ transformación, que buscaba "metropoli-
cios diseñados por arquitectos europeos sarse" porque contaba con la voluntad,
y una academia que ejercitaba a sus alum¬ con los recursos económicos y con la cla¬
nos en el dibujo de los grandes estilos de ridad de una imagen que se dibujaba
la historia, y, por el otro, treinta años des¬ con trazos tomados del exterior. Queda
pués, un México en pleno ingreso a la in¬ claro que la línea neocolonial fue insufi¬
dustrialización haciendo arquitectura inter- ciente para convertirse en la verdadera
nacionalista, heredera en gran medida aportadora de la imagen de identidad,
de la arquitectura racionalista europea. fue más bien un acto de fe que cumplió
Y, ¿en medio? ¿El tiempo suspendido de con un objetivo a corto plazo, pero que
una sociedad que no sabe lo que quiere desde sus inicios no ocultó las profundas
y no tiene idea de cómo dibujarse a sí contradicciones que nunca pudieron ser

■ 72 ■
resueltas. Hacer por otra parte arquitectu¬ Los fraccionamientos habitacionales

ra funcionalista, la pregonada por O'Gor- de ios años veinte

man y Legarreta, respondía a la necesi¬


dad de dotación masiva de vivienda que El proceso de dispersión amplia de la
la gran población mexicana demanda¬ modalidad déco coincidió con las urbani¬
ba; ésta era la posición de "vanguardia". zaciones para vivienda de clase media
Sin embargo, fue una arquitectura que que se iniciaron a mediados de los años
eliminó de su discurso el contenido estéti¬ veinte en el suroeste del centro de la ciu¬
co, logrado mediante la composición y el dad de México. El caso más relevante es
uso de los materiales de la historia y de el de la colonia Hipódromo-Condesa, don¬
la tradición vernácula; ésta fue en los de se inició la venta de lotes en 1927. El
años cuarenta la gran arquitectura inter- arquitecto José Luis Cuevas fue el autor
nacionalista, que se ufanó de haber cons¬ del proyecto urbano y la arquitectura de
truido el México moderno. Esta alternativa mayor calidad se debió al trabajo de dos
de "vanguardia" pronto entró en crisis, al diseñadores: el arquitecto Juan Segura
percatarse de que había abandonado (asociado con el ingeniero Ricardo Dan-
recursos arquitectónicos necesarios tam¬ tan) y el ingeniero y arquitecto Francis¬
bién para la satisfacción de la emotivi¬ co J. Serrano. Comercialmente, el fraccio¬
dad del usuario. namiento estuvo dirigido hacia un sector
Con todo esto estoy proponiendo am¬
pliar la mirada para definir lo que real¬
JUAN SEGURA
mente se hizo, se vivió y fue solicitado
Conjunto habitacional Isabel, 1929.
mientras el déco estuvo vigente, asignán¬
Detalle, patio Interior. II. 9.
dole el sitio que con justicia debe ocupar
en nuestra historia y reconociendo, con
ello, que México no vivió un oscurantis¬
mo arquitectónico. El déco, al igual que
las otras modalidades, produjo y constru¬
yó bien, siguiendo sus propios esquemas
de significación, y la mejor prueba que
podemos tener de su eficiencia fue su ca¬
pacidad para permanecer, a lo largo del
tiempo, con un contenido de honestidad
llevado al acto supremo de la muerte.
Cuando el déco entró en crisis, debido
sobre todo a un proceso de polarización
de influencias culturales en México, no
buscó opciones acomodaticias que lo hu¬
bieran conducido al ridículo, simplemen¬
te cerró los ojos y murió.

■ 73 •
ron la ocupación de las nuevas colonias,
y los usuarios accedieron a los barrios
modernos, que no correspondían ni al
historicismo porfiriano de colonias como
la Roma, la San Rafael o la Santa María,
ni a las limitaciones de servicios moder¬
nos (energía eléctrica, agua corriente, co¬
cheras) del centro de la capital. En este
sentido, la extensión de la vivienda déco
se fue dando casi siempre dentro de los
nuevos fraccionamientos, con eventuales
inserciones en colonias tradicionales co¬
mo la de los Doctores, la Santa María, e
incluso en el actual Centro Histórico; aun¬
que se vio restringido por limitaciones de
estilo arquitectónico en otras colonias,
FRANCISCO J. SERRANO. Edificio Haghembeck.
bien hayan sido de reciente creación,
Detalles de la escalera principal, 1932. Cat. 330.
como las Lomas de Chapultepec (con pre¬
ferencia por el neocolonial), o ya estable¬
cidas, como la Juárez, que pese a todo
defendía su prosapia porfiriana. Los edi¬
ficios gubernamentales y de oficinas si¬
guieron erigiéndose en el centro (en un
abanico desplegado a partir del suroeste
del Zócalo), a excepción de la actual Se¬
cretaría de Salud, que fue el primer edifi¬
cio de gobierno construido en una zona
relativamente alejada del corazón de la
ciudad.
De esta manera, mediante un proceso
de amplia extensión, el déco (la arquitec¬
tura moderna de aquel entonces) se dis¬
persó, recalcando así que ésta era la po¬
Banco de México. Hall del público, 1925. sibilidad para vivir con el confort y la
Cat. 312. imagen que correspondía a la moderni¬
dad. La morfología, sobre todo en los
de la clase media integrado por jóve¬ edificios departamentales, dio lugar a un
nes familias de profesionistas y burócra¬ modelo que en sí mismo se convirtió en
tas. El acceso a los créditos hipotecarios esquema de significación: fachadas con
para la adquisición de una casa ya cons¬ amplios paños, ventanería rectangular,
truida les permitía, por un lado, no de¬ acceso remetido y con sombreado pro¬
pender más de la oferta inmobiliaria del fundo provocado por una marquesina; en
Centro Histórico -cuyas viviendas resulta¬ los interiores, un ambiente de elegancia
ban reducidas para el nuevo tipo de as¬ logrado con pisos de mosaico formando
piraciones- y, por el otro, integrarse a un dibujos geométricos, aplicaciones de he¬
nuevo estatus social, lo cual significaba rrería con diseños lineales, iluminación
poder vivir en una zona moderna, con eléctrica proveniente de lámparas y de
una arquitectura absolutamente distinta a focos en cornisas, mobiliario con sopor¬
la del centro de la ciudad y con la posi¬ tes tubulares cromados, revestimientos de
bilidad de capitalizar sus ahorros. De tela afelpada y trabajos en madera con
esta manera, los fraccionadores, en com¬ un cuidadoso tratamiento de vetas y tona¬
binación con los arquitectos, promovie¬ lidades.

■ 74 ■
La composición arquitectónica arquitecto Otto Wagner;39 en segundo, la
circulación de ¡deas que, provenientes
A mi modo de ver, hay tres elementos que también de publicaciones europeas, alu¬
son claves para la comprensión de los dían a la necesidad de sustituir el código
principios constitutivos del estilo: su rela¬ ornamental clasicista por la estilización,
ción con la tecnología del cemento, el sin saturar las superficies y olvidándose
concepto de organización espacial ex¬ de referencias historicistas, y, en tercer tér¬
presado en la disposición de plantas y la mino, la falta de credibilidad en la revita-
composición de fachadas. Por otra parte, lización del colonial como el gran tema
vale la pena anotar lo que creo son algu¬ de la renovación arquitectónica. Quizá la
nos de los elementos que, desde los pri¬ prueba más clara de ello sea el hecho de
meros lustros del siglo, pueden ser toma¬ que, de los arquitectos jóvenes de princi¬
dos en cuenta como circunstancias que pios de los años veinte, sólo Obregón
condujeron a la incubación del déco. So¬ Santacilia, en su diseño del pabellón de
bre este particular expondré antes que na¬ Río de Janeiro en 1922, asumió el estilo
da un pormenor y una hipótesis que apun¬ por convicción, toda vez que en las otras
ta al origen de la nueva morfología. obras del vasconcelismo en las que parti¬
El pormenor se refiere a las diferencias ciparon Obregón Santacilia y el mismo
del déco mexicano respecto del europeo, José Villagrán, este estilo estuvo presente
sobre todo en lo referente a su aparición. por solicitud del ministro.
Para el caso europeo es factible hacer alu¬
sión a la transformación de léxicos arqui¬ La mercadotecnia del cemento
tectónicos que tienen su origen en el último
cuarto del siglo XIX, y que obedecieron a La tecnología constructiva del concreto ar¬
la manera en que, a partir de las tensio¬ mado (combinación de cemento, arena,
nes culturales, fueron tomando forma los grava y agua con armazón de acero en
respectivos esquemas de significación. Al¬ el interior) fue un factor muy importante
gunos historiadores han simplificado el para que la arquitectura del siglo XX ex¬
proceso ubicando el origen del estilo en plorara y consolidara una vasta cantidad
la exposición de 1925; yo mismo, en apre¬ de posibilidades estructurales insospecha¬
ciaciones anteriores, creí ver en la arqui¬ das hace apenas 100 años. México, por
tectura de la exposición la única fuente supuesto, no se mantuvo ajeno a ese pro¬
prodigadora del nuevo estilo. Para el ca¬ ceso, y los primeros casos de empleo
so de México el asunto es distinto. No de este material coinciden con el inicio de 38 En 1986, en la Biblioteca Lino
creo que proceda hablar solamente de este siglo.40 El interés por incorporar el Picaseño de la Facultad de Arquitectu¬
ra de la UNAM fue localizada, dentro
evolución de formas arquitectónicas, da¬ tema del cemento en este ensayo sobre
del fondo proveniente de la biblioteca
do que habría que acudir al academicis¬ el déco no supone darle al material una de la antigua Academia de San Car¬
mo finisecular, situación que no concuer¬ condición excluyente respecto a las otras los, una serie de carpetas europeas
con ilustraciones en litografía. Llama¬
da con el déco; por otra parte, insistir en modalidades constructivas, sino proviene
ron la atención de este autor las de la
que sólo los modelos que se usaron en la del programa de mercadotecnia emplea¬ arquitectura moderna austríaca, y en
exposición de 1925 fueron los paradig¬ do por los fabricantes de cemento, quie¬ particular las dedicadas a la obra de
mas, es un argumento poco sustentable, nes para demostrar el cómo y el porqué Otto Wagner. Véase Otto Wagner,
Wagnerschule, Leipzig, 1910, 86 pp.,
tanto por su simultaneidad con la apa¬ del uso del material impulsaron la circula¬
y Aus der Wagner Schule, Viena,
rición de los primeros edificios déco en ción de imágenes y de ideas que, paulati¬ 1900, suplemento núm. 6 de Der Ar-
México, como por las pocas afinidades namente, fueron dando lugar a las formas chitekt.
39 En las carpetas citadas (véase
plásticas que pueden ser detectadas. La que, con el paso del tiempo, constituyeron
supra nota 38) aparecen diseños tanto
hipótesis que propongo supone una com¬ el estilo déco. de Wagner como de sus discípulos,
binación de tres acontecimientos: en pri¬ La penetración propagandística más entre ellos Hoffmann. Tengo la certeza
mer lugar, el surgimiento en la propia importante se dio a través de la revista de que la arquitectura déco en sus orí¬
genes se debe más a la Sezession vie-
Escuela de Arquitectura de ensayos com¬ Cemento, fundada en 1925. El tiraje men¬
nesa que a la exposición de 1925.
positivos a partir de imágenes de la Se- sual en sus primeros números fue colosal: 40 Enrique X. de Anda Alanís, op.
zession38 y, en particular, de la obra del 8 000 ejemplares. El objetivo fundamental cit., p. 41.

■ 75 ■
de la revista era promover la venta del ce¬ respecto de la red de circunstancias que
mento, y la estrategia seguida por su edi¬ se fue tejiendo para prohijar el estilo
tor, Federico Sánchez Fogarty, fue utilizar déco es que, hasta donde tengo visto, fue
un argumento que incidió directamente en la revista Cemento la primera que presen¬
una de las tensiones culturales del momen¬ tó fotografías de la exposición de París
to: usar cemento, en su forma de concreto de 1925, acompañadas de artículos des¬
armado o como mezcla de recubrimiento criptivos en torno a las cualidades de los
en fachadas, garantizaba (así se deja productos expuestos en ella. El primero
sentir en el contenido de los artículos) que de estos artículos -publicado originalmen¬
la obra tendría las cualidades de la arqui¬ te en la revista norteamericana The Archi-
tectura moderna. A este respecto hay que tectural Record- apareció en el núm. 8-9
insistir en la precisión de los términos em¬ de agosto y septiembre de 1925 con el tí¬
pleados en la época, dado que no se ha¬ tulo "Interiores de París", firmado por W.
blaba de arquitectura historicista, aca¬ Francklyn/París. En este artículo llama la
démica o neocolonial (el funcionalismo atención que el tema relevante haya sido
todavía tardaría cinco años más en apa- la decoración interior y no la arquitectu¬
ra de la exposición. Esto por supuesto
tiene gran coherencia con lo que sabe¬
mos fue realmente el déco. Cito fragmen¬
tos del escrito: "[los decoradores fran¬
ceses] sin ser menos temerarios que los
arquitectos, han eludido las excentricida¬
des e ineptitudes patentes en la mayoría
de los exteriores [de los pabellones] pre¬
sentados [...] [Las nuevas formas las atri¬
buyen] a la reacción sobrevenida al
estímulo de dos ¡deas que son fundamen¬
tales: la idea de la rapidez y la idea de
la función [...] vivimos en los días en que
impera, o decimos que impera, la razón
y estamos desechando todo lo aparatoso
quizá porque hemos descubierto que en
ello generalmente se refugian y esconden
Pórtico deI mercado Juárez, Torreón, Coah. Cat. 378.
las mentalidades mediocres." Rapidez,
función, eliminación de objetos antiguos
recer en escena) sino de la arquitectura (lo aparatoso), fueron conceptos que se
que en Europa era considerada como mo¬ convirtieron en los esquemas de significa¬
derna y de la cual se mostraban fotogra¬ ción del déco mexicano. Por último, cabe
fías en la revista. Las formas, en su ma¬ mencionar que la persistencia propagan¬
yoría, adoptaban las generalidades de dística también invitó a especular sobre
composición cúbica y masiva, con orna¬ la posibilidad de moldear novedades de¬
tos moldeados dentro de la misma volu- corativas, como claramente lo deja ver
metría. Si consideramos la magnitud del la colección de dibujos que Vicente Men-
tiraje editorial, la vehemencia de los men¬ diola preparó para el concurso de usos
sajes que relacionaban tecnología con del cemento, al cual se hará referencia
modernidad y la ilustración de lo que más adelante.
podía hacerse siguiendo este camino, no
resulta difícil suponer que todo ello haya Plantas y manejo de espacios
apoyado en su momento las ¡deas y los
deseos de experimentación a que ya me Hablar del concepto que entraña una
he referido. planta arquitectónica, supone acercarse
Otro elemento que conviene apuntar al proceso de concepción del espacio

• 76 •
que tiene lugar en la mente del arquitec¬ mente polivalentes, sino que prefirió tra¬
to y, a partir de ello, entender la manera bajar con modelos de compartimenta-
en que ubica los elementos sólidos dentro ción, es decir, con habitaciones relati¬
del plan general del edificio. Esos ele¬ vamente autónomas, vinculadas unas con
mentos sólidos son las placas -muros en otras mediante vanos. Si bien esta re¬
cualquiera de sus calidades- que, mante¬ lación comparativa es válida para un es¬
niendo entre sí determinadas relaciones tudio genérico de la historia de la arqui¬
métricas, van dando lugar a las habita¬ tectura, no debe descartarse la particula¬
ciones con sus diversas opciones de uso. ridad de la situación mexicana, en la cual
Todo proyecto supone una fase previa de el déco, con todas sus variaciones y con¬
idealización, en la cual los locales predo¬ tenidos formales, demostró gran capaci¬
minan por su jerarquía, se vinculan entre dad para proponer circunstancias que
sí mediante relaciones verticales (escale¬ tenían que ver con una nueva manera de
ras) u horizontales (pasillos y andadores), vivir; sugirió a su vez modelos de habita¬
adquieren volúmenes de vacío -que a fin ción (entiéndase en todas sus tipologías)
de cuentas es el espacio- que, al recibir que resultaron adecuados en la medida
la luz a través de las ventanas y por sus en que se repitieron durante un amplio
vinculaciones amplias o puntualizadas
(por medio de vanos) con los otros loca¬
les, crean la estructura de ambientes den¬
tro de la cual transcurre, en cualquier tipo
de edificio, la vida del ser humano. El
concepto de planta (espacio interno) su¬
mado a la imagen de fachada (el espacio
urbano) son producto del pensamiento ar¬
quitectónico, que avanza o se estaciona
en la medida en que se modifiquen las
ideas sobre el espacio.
La vanguardia arquitectónica del si¬
glo XX desarmó la tradicional planta usa¬
da en la mayoría de los géneros arquitec¬
tónicos, proponiendo nuevos modelos a
partir de cómo se "quería" que viviera la
Fotografía de OSUNA.
sociedad. Esto fue la base del racionalis¬
Puerta de entrada al Zoológico de México,
mo arquitectónico europeo, y la piedra
ca. 1940. Cat. 394.
de toque del funcionalismo, encabezado
en nuestro país por Juan O'Gorman. En
el caso particular de México, se trata de lapso y que, si bien no modificaron la dis¬
uno de los puntos que menor interés ex¬ tribución de la planta, sí resolvieron el
perimental despertó en los arquitectos del tema conceptual de cómo vivir en la mo¬
déco y, por tanto, un área con escasas dernidad.
aportaciones arquitectónicas. ¿Qué signi¬ Estimo que existen dos grandes plan¬
fica esto en términos de la evolución del teamientos para la estructuración de las
pensamiento arquitectónico mexicano? Es plantas del déco: el que se adoptó en los
simplemente que, mientras por un lado la edificios de oficinas y el correspondiente
"vanguardia" -entiéndase la obra de Le- a las casas-habitación. Para el primero,
garreta y O'Gorman- concibió locales la estructura compartimentada es gene¬
en los que los valores de uso se distin¬ ralmente perimetral a un espacio central,
guían por modificaciones espaciales, sin integrado con los sistemas de circulación
perder la idea de un ámbito integral y vertical; en el segundo nos encontramos
unitario, en el otro extremo, la arquitectu¬ con actitudes más propositivas. La casa-
ra déco no propuso espacios potencial¬ habitación debió resolverse en lotes más

- 77 •
pequeños que los de las tradicionales ur¬
banizaciones porfirianas, para ello pro¬
puso la saturación del terreno con fa¬
chada principal al frente y una de menor
importancia en la parte posterior, área
ocupada la mayoría de las veces por un
pequeño jardín. Por lo general se desa¬
rrolló en no más de dos plantas y eliminó
espacios que se volvieron innecesarios
dentro del concepto del utilitarismo mo¬
derno: el salón fumador y el lugar para la
costura, entre otros. Por otra parte, incor¬
poró locales que directamente se enfoca¬
ron hacia la solución de un asunto capital:
el confort; de esta manera, la cochera
ocupó un sitio adyacente a la casa, el
baño, con recubrimientos vidriados y ca¬
nalizaciones ocultas, se ubicó en la plan¬
ta alta, equidistante a la zona de recáma¬
ras. La cocina prescindió, por supuesto,
del brasero y redujo sus dimensiones,
Fundación Mier y Pesado. Orfanatorio. Torreón del norte.
toda vez que contó con el apoyo de los
Cat. 373.
electrodomésticos, que demandaron me¬
nor área a cambio de garantizar mayor
Edificio Amsterdam. II. 10.
comodidad. El desayunador, la cocina y
el comedor también se relacionaron entre
sí, éste último formando unidad con la es¬
tancia. El acceso a la casa se dio me¬
diante un vestíbulo que conducía a la
estancia-comedor, a la escalera y, en al¬
gunos casos, directamente a la cochera.
Debo decir que este planteamiento de
distribución arquitectónica se mantuvo vi¬
gente incluso hasta los años sesenta.
El término confort, usado tanto en
anuncios como en los artículos que pre¬
tendían hacer una caracterización de la
nueva forma de vida, adquirió un signifi¬
cado muy peculiar en los dos decenios
del déco. Trascendiendo su elemental
acepción de comodidad, la palabra te¬
nía la virtud de convocar ciertos elemen¬
tos que podían dar a un local la cualidad
de ser moderno. En esta medida puede
entenderse que el usuario de la nueva ar¬
quitectura encontró en el déco, no tan
sólo la posibilidad de vivir en un lugar
amplio y ventilado, sino en un sitio que
junto con su circunstancia (el mobiliario,
la decoración, los enseres, etc.) era ca¬
paz de significar un modelo de vida mo¬
derna. Esta nueva forma de vida tuvo que

• 78 -
ver con sustituciones radicales, tanto de dición de integrar sus componentes, para
artefactos como de estilos. Desaparecie¬ formar paquetes que tuvieron el propósito
ron las ollas de barro usadas como depó¬ de facilitar el trabajo doméstico; los ba¬
sitos de agua, así como los pozos y las ños no excluyeron la tina, pero agregaron
fosas sépticas, y en su lugar se instalaron la regadera. Otro elemento dentro de esta
canalizaciones que separaban el agua novedad de servicios fue sin duda la apa¬
limpia de la del drenaje. Los sistemas de rición del closet, palabra inglesa que se
almacenaje y conducción de gas fueron ha vuelto de uso corriente y que se refiere
paulatinamente eliminando los anafres, a pequeños locales de guardarropa, ense¬
los braseros y los paquetes de viruta em- res de casa, etc., que definitivamente des¬
petrolada, los llamados "combustibles", plazaron a los roperos con espejos al
que todavía en los años sesenta eran usa¬ frente de las puertas, así como a las "có¬
dos en muchas casas de clase media y en modas" y "cajoneras". La incorporación
la mayoría de las de escasos recursos. del clóset modificó el trazado de la plan¬
Las hieleras fueron sustituidas por el re¬ ta arquitectónica y contribuyó a despejar
frigerador, que junto con el resto de los el área de los locales, coincidiendo con la
electrodomésticos (licuadora, lavadora de idea de eliminar objetos en favor de
ropa, plancha eléctrica) se estacionó en ganar en amplitud dentro de las reduccio¬
las cocinas desde fines de los años trein¬ nes espaciales que se iniciaron precisa¬
ta. Había llegado la época de lo ultra¬ mente en los años veinte.
moderno en términos de la imagen La decoración interna de las habita¬
externa de los diseños, y el nuevo mobi¬ ciones quedó definida por la morfología
liario desempeñó un papel fundamental
dentro de esta circunstancia calificada MANUEL ORTIZ MONASTERIO, BERNARDO

como de confort y de modernidad. CALDERÓN y LUIS ÁVILA. La Nacional, 1932. II. 11.

El término modernidad tuvo una impor¬


tancia trascendental en la época, tanto
así que ya no sólo se trataba de la solu¬
ción de ciertos satísfactores mediante ar¬
tefactos, prendas de vestir o accesorios
para uso cotidiano. La modernidad - sinó¬
nimo de déco- trascendió al artefacto y
su desempeño en la facilitación de la
tarea diaria, para configurar una nueva
actitud ante la vida, en la cual se tenía un
pie en el presente, mientras el otro se
aproximaba al futuro. Vistas las cosas en
este horizonte, no resulta difícil advertir
cuán aberrante pudo haber sido siquiera
pensar en la posibilidad de convivir con
equípales de ocote y cuero, sillas florea¬
das de Tenancingo, alacenas de madera
de cualquier carpintería anónima, en fin,
con todo aquello que fuera reminiscencia
de un tiempo alejado de la tecnología de
la máquina.
Cambios importantes en el mobiliario
se dieron no sólo en la forma, sino en la
manera de pensar el espacio con los mue¬
bles formando parte de él. Esto se presen¬
tó fundamentalmente en los locales de
servicio: la cocina fue adquiriendo la con¬

. 79 .
del mobiliario, mediante la presencia de na ingeniosa combinación geométrica en
lámparas de mesa o de pedestal y de el centro.
pantallas suspendidas de los plafones al Reconozco que aún falta por hacer un
centro de los espacios. Las figuras de por¬ análisis detallado de las particularidades
celana, bronce, fierro, madera, etc., se con las que se integró el plan decorati¬
dispusieron dentro de la "vitrina" del co¬ vo interno déco, y con esto me refiero a
medor, mueble que en los años cincuenta poder determinar por inferencia o por
se convirtió en el trinchador. Para los aca¬ testimonios fotográficos, detalles como,
bados en los interiores se utilizó madera por caso: ¿qué tipo de imágenes colga¬
listonada en los pisos y aplanados de ron en sus muros los habitantes de estas
yeso o mezcla de cal en los techos y viviendas?, porque a partir de ello estoy
muros. A diferencia de las modalidades seguro que se derivarían conclusiones muy
europeas que decoraron con cenefas y importantes sobre la relación entre la
distintos motivos centrales, el déco mexi¬ plástica de las distintas escuelas contem¬
cano prefirió colores lisos y en tonos de poráneas y la vida diaria de la sociedad
muy baja intensidad, salvo en los acce¬ déco. Quiero dar su justa dimensión a
sos a los edificios, sobre todo de los de esta interrogante, anotando que mis posi¬
oficinas, en donde aparecieron lambri- bles hipótesis no se refieren a conside¬
nes de madera y pisos de piedras puli¬ rar si las familias podían tener en la sala
das. Otro recurso empleado y que con¬ de su casa un Orozco, un Rodríguez Lo¬
tribuyó a la distinción de los ambientes zano o un Castellanos, pero sí saber si la
interiores, fue la colocación de mosai¬ decoración buscada por esta gente que
co de pasta en los pisos, de distintos co¬ tánto se ocupaba de la modernidad se in¬
lores y formando siempre composiciones tegraba con retratos familiares o natura¬
que incluían un marco perimetral y algu¬ lezas muertas, con paisajes de Xochimil-
co o de la Costa Azul. De momento no

JUAN SEGURA

Fundación Mier y Pesado, 1931. Detalle, portada. II. 12. Edificio Bertha. Detalle, acceso del edificio. II. 13.

■ 80 -
tengo elementos para sugerir alguna res¬ los propios materiales de albañilería,
puesta. esto es, pavimentos de granito o mármol,
Si bien las reflexiones anteriores se y plafones con enmarcamientos perime-
han orientado, tal como lo advertí, al gé¬ trales; la pintura decorativa, con cenefas
nero de la vivienda, no está por demás o platabandas y temas geometrizados en
hacer un repaso de las tipologías don¬ muros y plafones al modo europeo, no
de mayor presencia tuvo el déco, sin de¬ tuvo eco en el caso mexicano. De esta
jar de mencionar de manera resumida manera se resolvieron edificios como el
cuáles fueron sus cualidades distintivas, Banco de México43 y el Palacio de Bellas
amén de que debe quedar claro que los Artes,44 en su fase final.
esquemas de significación, como tales, El género de las salas cinematográfi¬
estuvieron siempre presentes. Los edificios cas construidas en los años treinta ofreció
departamentales casi siempre se resolvie¬ mayor afinidad con la Stream Line. En
ron en tres niveles sobre la planta baja y ellas aparecen las características series
un acceso al centro, directo al vestíbulo de líneas y placas que, tanto en sentido
que contenía las escaleras. El déco termi¬ vertical como horizontal, tuvieron el pro¬
nó con el esquema del patio interior y fue pósito de dinamizar virtualmente la com¬
ubicando los pozos de luz necesarios en posición. Es en los cines en donde mejor
los flancos del edificio; la planta baja se usó el recurso de la luz indirecta me¬
misma estuvo ocupada, la mayoría de las diante contornos periféricos que proyec¬
veces, por departamentos más que por taban el resplandor de las fuentes lumi¬
locales comerciales, modalidad esta últi¬ nosas ocultas. El caso del plafón del cine
ma de origen colonial. En la segunda Hipódromo, dentro del conjunto Ermita,45
fase del estilo, la que abarca de los años es en este sentido uno de los más nota¬
treinta a los primeros cuarenta, los depar¬ bles al provocar la salida de la luz a tra¬
tamentos presentaron balcones masivos vés de una escotadura al centro del
con esquinas redondeadas y ligera vola¬ plafón, diseñado como reminiscencia de
dura lateral, cuya combinación general un avión. Otro tema que, aunque no es
se aproximó a la imagen de la Stream exclusivo de los cines, fue también usado
Line, dejando de lado la ornamentación en la época de la Stream Line, es el de la
sobrepuesta. iluminación proveniente de horadaciones
Los edificios de oficinas alcanzaron circulares con bordes redondeados prac¬
mayores alturas por razones de rentabili¬ ticados en los plafones de las áreas pú¬
dad; en este caso, el paradigma fue, sin blicas (del lobby del cine a la tienda
lugar a dudas, el rascacielos norteameri¬ departamental). Este es uno de los recur¬
cano, con dos tipos de envolvente: la pi¬ sos tomados de la arquitectura extranjera
ramidal (como la de La Nacional)41 y la cuya procedencia es seguramente el dise¬
de prisma rectangular (como la de la Fun¬ ño naval, sobre todo si recordamos que
dación Mier y Pesado).42 Estas dos va¬ algunas de las más famosas ambientacio-
riantes aparecen generalmente como un nes déco en el ámbito internacional fue¬ 41 Arquitectos Manuel Ortiz Mo¬
volumen compacto recubierto de cantera ron las de los trasatlánticos franceses, nasterio, Bernardo Calderón y Luis
laminada, o con un repellado de mortero ingleses y norteamericanos. Ávila (1932).
42 Arquitecto Juan Segura (1931).
que da la apariencia de concreto expues¬ Concluyo esta sucinta visión tipológica
43 En 1928 se hizo la adaptación
to. El mismo tratamiento externo se dio a haciendo referencia a algunos de los ele¬ del edificio La Mutua para convertirlo
los edificios de la administración guber¬ mentos que integraron el denominado en el Banco de México. La obra estu¬
vo a cargo del arquitecto Carlos Obre¬
namental, de los cuales el de la Secreta¬ "mobiliario urbano", sobre todo el de los
gón Santacilia, quien decoró los inte¬
ría de Salud es el más representativo. En nuevos fraccionamientos de la ciudad de
riores al modo déco.
este género de inmuebles, tanto por sus México. Por mobiliario urbano se entien¬ 44 En 1934 el arquitecto Federico
dimensiones como por la escala simbóli¬ de: postes, señalamientos para nomencla¬ Mariscal terminó el edificio y diseñó
para el vestíbulo de la sala de con¬
ca, el aparato ornamental se apoyó, en tura, bancas, fuentes, apeaderos para tran¬
ciertos uno de los mejores ejemplos
gran medida, en el diseño dado a los vías y todos los accesorios que la ciudad de déco mexicano.
acabados de pisos y muros, utilizando necesitaba para facilitar las actividades 45 Arquitecto Juan Segura (1930).
de sus habitantes. Independientemente del déco, creo que todos aquellos que se han
valor plástico que la mayoría de estas relacionado con sus edificios han codifi¬
piezas tuvo, vale la pena señalar otra cado mentalmente los elementos que con¬
cualidad que las hace notables: la deci¬ tribuyeron a construir la identidad del es¬
sión del urbanista-arquitecto, que buscó tilo; después de ello, podrán evocar el
con el diseño de estos elementos dar a la "aroma" al que me referí al principio de
porción de ciudad sobre la cual estaba este ensayo. Por otra parte, y después
interviniendo una condición de unidad de haber hecho referencia a las plantas
estética en los espacios públicos. De este arquitectónicas, es en el tratamiento de
modo se construyeron los postes con la las fachadas déco donde más esquemas
nomenclatura de las calles en las colonias de significación existen.
Insurgentes-Mixcoac, Anzures, Polanco e Observar una fachada déco, aun para
Hipódromo-Condesa,46 cuya presencia el ojo poco adiestrado, ofrece mínimas
en cada esquina dio lugar a una condi¬ posibilidades de confusión, dado que es¬
ción de identidad zonal. En el trazo urba¬ te estilo concentró buena parte de sus ele¬
no de la Hipódromo-Condesa, y dentro mentos simbólicos en los exteriores; la
de la elipse de la avenida Amsterdam, temática resulta clara, muy determinada
hay dos glorietas con fuentes: la Citlalté- y con una precisión tal en cuanto a rit¬
petl y la Popocatépetl, esta segunda pre¬ mos y contrastes, que es ahí donde la dis¬
senta un pabellón abierto con cupulín tinción del estilo se aparta de las otras
rebajado. En la colonia Insurgentes-Mix- versiones que le son contemporáneas.
coac hay también una glorieta con fuen¬ Trataré sólo los casos que, dentro del
te, la Santander, que en este caso es una tema de las fachadas, son constantes re¬
estructura piramidal abierta diseñada por gionales a partir de los esquemas de sig¬
el arquitecto Leonardo Noriega, autor nificación de alcance internacional.
también del pergolado del teatro Coronel En primer término, me parece que las
Lindbergh, en el corazón del que fuera el cualidades más representativas son: facha¬
parque San Martín (hoy parque México) da simétrica y segmentada en lienzos ver¬
en la Hipódromo-Condesa. ticales, acceso al centro, vocación vertical
Por último quiero referirme a los ejerci¬ con sobreposición de planos de perímetro
cios de diseño presentados en el concurso rectangular y en sucesión de mayor a

MANUEL CENTURIÓN convocado en 1924 para los usos del ce¬ menor a partir del muro de respaldo, de¬

Relieve en la Secretaría de Educación


mento. La pareja "Aspdin y Parker" (Ber¬ coración integral, jerarquía de la línea y

Pública. II. 14.


nardo Calderón y Vicente Mendiola) fue contrapuntos en las posiciones ornamenta¬
la ganadora;47 Vicente Mendiola fue quien les. Entiendo la fachada compuesta en
seguramente preparó los croquis para lienzos como superficies continuas con es¬
ilustrar el argumento escrito. Resulta muy tructura decorativa; partiendo de la base
interesante observar la manera en que de que el ornato no debía desaparecer, el
Mendiola visualizó la cualidad de malea¬ déco lo concentró en áreas específicas
bilidad del concreto en relación con las del frontispicio, el resultado fue la apari¬
formas que la modernidad demandaba: ción de superficies llanas con efecto de
bancas, apeaderos, hangares, etcétera. claroscuro que más adelante dieron lugar
a la fachada lisa. En este sentido, los edi¬
La composición de las fachadas ficios déco fueron en México los primeros
en atreverse a "desnudar" las fachadas.
Tengo la certeza de que la primera impre¬ La simetría del alzado frontal se señala
sión que registra cualquier persona que con el acceso central y con algún elemen¬
entra en contacto con un edificio es la de to vertical que contribuye a remarcarla;
46 Carezco de información sobre la composición de la fachada; en segun¬ ésta es una solución frecuente tanto en
el uso de este recurso en otras colo¬
do término está el reconocimiento gra¬ los edificios de departamentos como en los
nias.
47 Véase Enrique X. de Anda Ala- dual del espacio en sus diversas maneras destinados a oficinas. La simetría contri¬
nís, op. cit., p. 44. de estructurarse. Con respecto al estilo buyó a dar una imagen de solidez, asen-

- 82 ■
tamiento y permanencia, contraria a la
movilidad virtual de la asimetría, recurso
este último más empleado en el proyecto
de las fachadas de casas-habitación. La
línea recta, consustancial a la forma rec¬
tangular y al ángulo de noventa grados,
así como la sucesión de una misma forma
en cualquiera de los sentidos, y con even¬
tuales variaciones dimensionales entre sí,
son otras técnicas compositivas inheren¬
tes al estilo con las que se dio respuesta
al tema de representar, mediante la geo¬
metría, la ¡dea de movimiento.
La decoración integral es, en sentido es¬
tricto, la justificación del origen del déco
arquitectónico. Si bien aceptó algunos de
los mandamientos de la vanguardia ar¬
quitectónica internacional, tales como la
racionalización de recursos espaciales y
JOSÉ M. BUENROSTRO VICENTE MENDIOLA
el abandono de adiciones escultóricas
Edificio Tehuacán, 1931. Detalle, relieve inferior. II. 15. y GUILLERMO ZÁRRAGA
que fueran más allá del altorrelieve, nun¬
Oficinas de Teléfonos de México, ca. 1929.
ca estuvo de acuerdo con la desaparición
Detalle, relieve del acceso. II. 16.
de la fórmula: "estética igual a decora¬ con la que defiende su modernidad, lo
ción". No aceptó la imaginería academí- hacen caer en contradicciones de las que
cista, pero en su lugar propuso otros no siempre puede salir bien librado; pero
modelos, como la estética de la geometría también, y tal ha sido mi postura a lo
y el adosamiento de placas en fachadas, largo de este ensayo, resolvió -y lo hizo
conteniendo relieves con diversos moti¬ muy bien- los problemas de estética y de
vos. Estas placas moldeadas en cemento, simbolismo planteados por la sociedad
además de ser en algunos casos de nota¬ de su tiempo. Al hablar de la relación
ble belleza, tipifican estilísticamente a los entre artes aplicadas y arquitectura la ad¬
edificios -de cualquier género- y tienden vertencia anterior es fundamental, toda
a atenuar lo que podría ser un rigorismo vez que, si bien las distintas disciplinas
formal próximo a la abstracción. Respec¬ artesanales siempre han colaborado en
to al recurso del contrapunto en la compo¬ la integración del volumen arquitectóni¬
sición de la fachada, fue casi siempre un co, en el caso del déco se presentaron
componente más próximo a la simetría, y, peculiaridades que afirmaron el resulta¬
para el caso de la arquitectura que nos do plástico de la obra. En primer lugar,
ocupa, puede ser explicado como una va¬ la arquitectura déco resolvió la contradic¬
riación dimensional respecto del elemen¬ ción entre el vacío de ornato demandado
to que le sirve de soporte, sin apartarse por los racionalistas y la necesidad del
del léxico formal con el que se integra el mismo que le exigía su vocación estética
frontispicio. valiéndose de las aplicaciones artesana¬
les, que por un lado justificaban su pre¬
Las artes aplicadas en la arquitectura déco sencia al ser elementos de servicio y, por
el otro, no aceptaban límites en cuanto a
Como ya lo habrá podido advertir el lec¬ los recursos imaginativos a emplear-aun¬
tor, el déco es un estilo de fácil identi¬ que fueran resultado de extrañas fan¬
ficación óptica, pero en términos de con- tasías- por no estar sujetos a ninguna
ceptualización demanda constantes ad¬ limitación teórica. En segundo lugar, el ar¬
vertencias. La libertad con la que acoge quitecto déco tuvo la posibilidad de re¬
recursos historicistas, y la vehemencia solver, mediante las herrerías, los detalles

■ 83 ■
de madera, las placas de cemento y los a la configuración prototípica del déco
vitrales, las demandas de los esquemas en la memoria del observador. Con esto
de significación dentro de la imagen de quiero decir que es un verdadero símbo¬
conjunto del edificio. Es decir, que pro¬ lo identificado con el estilo del que forma
yectar una construcción no consistió en parte. Su estructura geométrica se origi¬
idear un volumen cuyos vanos había que na en el arco de medio punto, cuya curva
cubrir después con simples puertas y ven¬ es sustituida por fragmentos de líneas rec¬
tanas, sino que éstas, junto con los pasa¬ tas, dando con ello un movimiento virtual
manos, las lámparas empotradas y los acompasado y no inmediato como el del
mascarones, eran parte de un repertorio arco tradicional. El abocinamiento con¬
que debió ponerse en juego desde la pri¬ siste en prolongar hacia el propio edificio
mera figuración mental de la obra; estas la forma original adosada en fachada,
particularidades alcanzaron el valor de con secuencia rítmica de placas que ge¬
sinécdoque en el caso del déco. neralmente van disminuyendo la dimen¬
sión de la envolvente hasta rematar en la
Singularidades del déco en México puerta de acceso. Considero que los me¬
jores ejemplos están en el conjunto Isabel
En relación con los esquemas de signifi¬ (1929) de Martí y avenida Revolución, en
cación del estilo en México, corresponde¬ el edificio Ermita, en Tacubaya (ambos
ría hacer mención de algunos recursos del arquitecto Juan Segura), y en el con¬
arquitectónicos que considero elementos junto departamental de la esquina de
ERNESTO L. G.
de identificación local: el arco mixtilíneo Amsterdam y avenida Sonora del inge¬
Edificio Roxy, 1934. Detalle, lámpara.
y abocinado, la marquesina de concreto, niero Francisco J. Serrano (ca. 1930).
II. 17.
la torreta con remate, la sucesión de pla¬
cas en fachada, la ornamentación neoco- Marquesina de concreto

lonial y la iconografía prehispánica.


Éste, al igual que el anterior, fue un recur¬
Arco mixtilíneo y abocinado so más solicitado en los edificios departa¬
mentales que en las casas unífamiliares.
ERNESTO L. G. Creo poder afirmar que esta forma, ¡unto Sobre el arco de ingreso se empotraba a
Edificio Roxy, 1934. Detalle, vestibulo. con las herrerías y la planimetría de las la fachada una placa de concreto, mol¬
II. 18. fachadas, es la que más ha contribuido deada en ocasiones con ondulamiento
de planos, cuyo propósito estético fue re¬
petir el efecto del arco mixtilíneo. Son so¬
bresalientes los casos en los que además
se insertaron cristales prismáticos, lo cual
debió provocar un efecto de desprendi¬
miento y ligereza, al permitir el paso fil¬
trado de la luz a través de la placa de
concreto. Es muy probable que la mar¬
quesina haya sido pensada como balan¬
ceo de claroscuros, ante la dominante
planimétrica de la fachada.

Torreta con remate

Las más sobresalientes son las del orfa-


natorio San Antonio y Santa Isabel, en
la calzada de Guadalupe, y la del edificio
de la Central de Policía y Bomberos
(1928), de los arquitectos Vicente Men-
diola y Guillermo Zárraga, en la esquina

■ 84 ■
de Independencia y Revillagigedo. La to-
rreta es una adaptación hecha en Méxi¬
co del concepto genérico de verticali-
zación, que en el caso de Estados Unidos
constituyó un esquema de significación.
Su posición, en términos del conjunto, se
localiza en las esquinas del edificio y me¬
diante un prisma piramidal busca ganar
altura. En ocasiones recibe contrafuertes
de concreto que coadyuvan a la robustez
visual (como en el caso de La Nacional).
Un tipo peculiar en México es el del rema¬
te final mediante una cúpula desvanecida
recubierta de azulejos, como en el edifi¬
cio de la Central de Policía y Bomberos,
en el cual la torreta servía para colgar las
mangueras y permitir su escurrimiento.

Sucesión de placas en fachada

A partir del lenguaje geometrizante del


estilo, los diseños de fachadas contaron
la mayoría de las veces con esta solución
que contribuyó a resolver por lo menos
dos temas de composición: las fachadas
deberían ser prismas desnudos sin sobre¬
posiciones decorativas y la necesidad con¬
ceptual de manifestar plásticamente la ¡dea Casa-habitación. Detalle, barandal. II. 19.
de movimiento.
hornacinas y placas de azulejos, son los
Ornamentación neocolonial e iconografía medios típicos empleados por Segura, a
prehispánica quien cito como un caso sobresaliente
pero de ningún modo como el único que
Podría afirmar que éste es uno de los re¬ hizo uso de esta variante.
cursos que le confieren a ciertos edificios La iconografía prehispánica aparece
mexicanos la calificación déco. Fue usual en casos aislados pero muy representati¬
principalmente en la década de los años vos: los mascarones de Chaac y Quetzal-
veinte el seguir utilizando, al margen del cóatl en el vestíbulo del Palacio de Bellas
ideologizado estilo neocolonial, argu¬ Artes, las máscaras y grecas de las herre¬
mentos plásticos que remitieran a la he¬ rías del edificio de oficinas de la avenida
rencia novohispana; citar las casas del 5 de Mayo y Motolinía y, por supuesto,
arquitecto Juan Segura, sobre todo en la los relieves del edificio de la YWCA, en la
colonia Hipódromo-Condesa, es un refe¬ esquina de Humboldt y Morelos, particu¬
rente muy claro de esta inclinación: roda¬ larmente en la imagen de la ofrenda la¬
piés con ladrillo de barro, cornisas, brada en el rodapié de la esquina.

• 85 ■
CARLOS OBREGÓN SANTACILIA

Secretaria de Salud, 1925-1929. Fachada

principal. II. 20.


LA MODERNIDAD FRENTE AL CASTILLO

He tratado de hacer un estilo mexicano de nuestros días, pienso que


nuestra maravillosa civilización antigua no se hubiera detenido y que la
tradición se hubiera continuado sin interrupción hasta la actualidad.
CARLOS OBREGÓN SANTACILIA48

El eje del poder

rimero, por un ancho terra¬ ñana del 28 de octubre de ese año, el au¬
plén bordeado por fresnos, tomóvil presidencial baja del Castillo por
del Castillo al palacio de los la calzada de los Niños Héroes, pero
Virreyes, fue la calesa impe¬ antes de seguir su recorrido habitual, se
rial ocupada por el huésped de Miramar detiene en un predio triangular justo fren¬
la que hizo el Paseo del Emperador. Des¬ te a la entrada del bosque. Un ¡oven ar¬
pués, las espadas doradas de la guardia quitecto de 29 años recibe al Presidente
pretoriana formaron valla durante treinta de la República; después de los honores
años para resguardar al general Porfirio de ordenanza, el arquitecto Carlos Obre¬
Díaz en su diario trayecto del alcázar al gón Santacilia y el general Plutarco Elias
despacho presidencial en el Zócalo de Calles colocan la primera piedra del que
México. A partir de 1915, la ancha cal¬ habrá de ser el edificio del Departamen¬
zada que conducía del restaurante Cha- to de Salubridad Pública, primer inmue¬
pultepec al "Caballito", y después al co¬ ble dedicado a la administración pública
razón de México pasando por Plateros, construido desde sus cimientos por el go¬
perdió la cuenta de los dragones que por bierno de la Revolución. El doctor Ber¬
ella desfilaron: unas veces fueron los "su¬ nardo J. Gastélum no puede ocultar su
rianos" de Zapata, otras los "dorados" satisfacción; él es ¡efe del Departamento
de Villa, el Ejército Constitucionalista de de Salubridad Pública y, a pesar de que
Carranza o el Ejército del Noroeste, co¬ éste no tiene el rango de ministerio, ha
mandado por el general Alvaro Obre¬ obtenido la autorización hacendaría para
gón. En 1925, el Paseo de la Reforma, que se construyan, no sólo la Granja Sa¬
con su plancha adoquinada y los fresnos nitaria de Popotla,49 sino también las ofi¬
sombreando las aceras, franquea todos cinas para el despacho de los asuntos
los días el Packard gris del general Plutar¬ que tienen que ver con la salud de los me¬
co Elias Calles en su recorrido del Casti¬ xicanos. Terminada la ceremonia, el Pre¬
llo de Chapultepec al Palacio Nacional, sidente aborda su automóvil y recorre,
entrando por la puerta "Mariana", la re¬ una vez más, todo el Paseo de la Refor¬
servada para el acceso exclusivo del Pre¬ ma hasta su gabinete de trabajo en la
sidente de la República. Plaza de la Constitución.
A partir de 1865 habían transcurrido Las cosas no son casuales. Hace me¬
sesenta años en los que cada día se vio nos de un año que el general Calles asu¬
pasar por el Paseo de la Reforma al hom¬ mió el poder ejecutivo y, junto con el
bre que guiaba, en ese preciso momento, gobernador del Distrito Federal, el gene¬
los destinos del país. En 1925 las casonas ral Francisco R. Serrano, han deci dido 48 Discurso de inauguración del
siguen recordando con sus mansardas la que la ciudad deberá crecer hacia el sur¬ edificio del Departamento de Salubri¬
dad Pública pronunciado por el arqui¬
arquitectura francesa del porfiriato; ahí oeste; para ello habrán de dar facili¬
tecto Carlos Obregón Santacilia el 20
esta todavía el café Colón, con sus reser¬ dades a las compañías fraccionadoras de noviembre de 1929, citado en: Luis
vados para militares, y por las vías late¬ para que urbanicen nuevas colonias, Ortiz Macedo, Secretaría de Salud.

rales de la calzada, la caballada de la hacer que el propio gobierno mude sus Departamento de Salubridad Pública,
México, Secretaría de Salud, la. ed.,
gendarmería hace sus recorridos de ruti¬ oficinas del centro y modernizar su as¬
1991, p. 126.
na para mantener la calma que la ciudad pecto haciendo obras de ingeniería urba¬ 49 Encomendada al arquitecto
tanto ha demandado. A las 10 de la ma¬ na; por eso se mandó hacer el proyecto José Villagrán García en 1925.
de ampliación de la avenida Chapulte- ofreció desde sus primeros trazos la
pec,50 y el edificio para las oficinas de Sa¬ misma organización: un conjunto con es¬
lubridad. Si la colonia Juárez fue la de las pacio central abierto y los edificios dis¬
familias porfirianas, los que han hecho la puestos en los costados. Entre 1925 y
Revolución van a tener sus casas, sus ofi¬ 1929, año de inauguración de las instala¬
cinas y sus lugares de esparcimiento lejos ciones, la organización del proyecto no
de lo porfiriano, pero no tanto como para varió sustantivamente, excepto en la de¬
no seguir estando cerca del eje del poder. cantación de la calidad de diseño de las
fachadas externas de los edificios y en la
La asunción a la modernidad posición del cuerpo de los laboratorios,
que finalmente se ubicó en el flanco sur¬
La arquitectura de Obregón Santacilia oeste del complejo, sección que en las
siempre puso mayor atención en el trata¬ primeras propuestas apareció como un
miento de los cuerpos que en el desarro¬ problema arquitectónico sin resolver.
llo del espacio. El conjunto del Depar¬ Dada la peculiar forma triangular del pre¬
tamento de Salubridad (en adelante: Se¬ dio con un vértice hacia el Paseo de la
cretaría de Salud) fue la tercera obra de Reforma, el arquitecto decidió ubicar el
gran escala que diseñó para el gobierno acceso precisamente en esa punta del
federal en la década de los años veinte: triángulo, con lo cual vinculó el edificio
la primera fue el pabellón mexicano pa¬ con el Paseo de la Reforma -el eje del
ra la Exposición Iberoamericana de Rio poder- y generó una bisectriz que justifi¬
de Janeiro en 1922, y la segunda, el Con¬ có la composición simétrica de todo el
junto Escolar Benito Juárez de 1924. En conjunto. A partir del vértice-ingreso ali¬
las tres presentó el mismo esquema de pro¬ neó cuatro cuerpos sobre los flancos late¬
yecto: un espacio abierto al centro, con la rales, quedando de esta manera la base
volumetría dispuesta en el perímetro. El del triángulo sin elementos visuales signi¬
pabellón de 1922 es importante para ficantes.
comprender las razones de esta voluntad Conocemos por lo menos tres imáge¬
de proyecto; diseñado como edificio em¬ nes de época que nos permiten seguir el
blemático de México, Obregón Santacilia desarrollo del proyecto. La primera es
y Carlos Tarditi tomaron como punto de una perspectiva fechada en 192551 que
partida el esquema paradigmático del pa¬ nos muestra, aparte de los elementos ya
Detalle, pilón del acceso para vehículos
lacio barroco novohispano del siglo XVIII: enunciados, un pabellón central de plan¬
en la calle de Lieja. II. 21.
patio cuadrangular al centro con crujías ta poligonal orientado hacia un edificio
en derredor, tallas de cantera ornamenta¬ de un solo nivel en el vértice suroeste y,
les sobrepuestas y herrería en las venta¬ sobre el ángulo que da al Paseo de la Re¬
nas. En la escuela Benito Juárez propuso forma, un gran cuerpo desplegado en
la misma distribución, justificando la pre¬ "U" con el acceso incorporado, dejando
sencia del gran espacio abierto como una plaza externa de forma triangular. El
patio de juegos y sustituyendo las adicio¬ alzado principal (el que contiene el acce¬
nes decorativas a las fachadas con un len¬ so) ofrecía en este anteproyecto mayor
guaje más típico del período colonial: amplitud en el despliegue de sus planos,
arcos de medio punto, ventanas con esqui¬ dejando dos volúmenes separados del
nas diagonales y cupulines en las escale¬ cuerpo en "U", pero sobre sus mismos ali¬
ras, tomados del colegio de las Vizcaínas; neamientos. Las fachadas presentaban un
en la fachada principal apareció una nue¬ tratamiento de ventanería continuo, con
5° Encargado por la oficina de
Obras Públicas de la ciudad de Méxi¬
va intención compositiva, consistente en arcos de medio punto en el segundo nivel,
co al arquitecto Carlos Obregón San- desplazar masas y modificar sus escalas y un parentesco indudable con las de la
tacilla en 1925. para hacer destacar el acceso al edificio. escuela Benito Juárez: Obregón Santacilia
5' Graciela de Garay, La obra de
El diseño para la Secretaría de Salud, todavía no dejaba de ser "neocolonial".
Carlos Obregón Santadlia, México,
INBA, 1979, p. 37. iniciado poco tiempo después de inaugu¬ El segundo anteproyecto, fechado tam¬
52 Luis Ortiz Macedo, op. cit., p. 5. rado el Centro Escolar Benito Juárez, bién en 1925,52 presentó diferencias ¡m-

• 88 ■
portantes. Desaparecieron el pabellón
central y el cuerpo bajo y asimétrico del
vértice suroeste; el ingreso siguió siendo
un arco de medio punto en el vértice
hacia Reforma, y se le dio a la fachada
principal mayor fortaleza focal al reple¬
garse sobre la base del triángulo de la
plaza exterior. El gran espacio central
abierto parecía carecer de una intención
de arreglo arquitectónico, en cambio, las
fachadas mostraron un tratamiento mu¬
cho más consolidado que en el caso an¬
terior. Las masas que antes estuvieron
aisladas se unieron al cuerpo principal
mediante los puentes-grapa; en general,
mejoraron las proporciones y desapare¬
ció el precedente neocolonial de las fa¬
chadas exteriores, al ubicarse bandas
verticales con entrecalles que alojaban
tres niveles de ventanería; aunque la in¬
termedia seguía siendo de medio punto,
las diferencias de escala entre unas y
otras les confirieron la distinción que se
mantuvo hasta el proyecto final. El ritmo
de las fachadas se modificó, sobre todo
Detalle, losa volada en el edificio de laboratorios. II. 22.
por el contrapunto de un remetimiento
que quizá, ya en ese momento, corres¬
pondía al hueco de las escaleras. Es evi¬ laboratorios. A partir de este cuerpo, se
dente que en esta fase del proyecto puede calificar la arquitectura del conjun¬
Obregón Santacilia trabajó el diseño de to de la Secretaría con dos tipologías
la volumetría a la manera de Otto Wag- plásticas y teóricas: los edificios perime-
ner, de quien el mismo arquitecto expre¬ trales son de tratamiento clasicista, con¬
só tiempo después: "[entre los profesores, trapunteado tanto con los rebajos a la
hacia 1916] había algunos con amplio masa en los cubos de las escaleras, como
criterio aunque el ambiente no era propi¬ con los puentes intermedios que aligera¬
cio a sus ideas; puedo citar a Manuel ron el efecto visual, mientras que el nú¬
Ituarte y a Eduardo Macedo y Abreu [...] cleo de laboratorios fue concebido con
al que debemos haber conocido [...] la una intención eminentemente moderna,
obra de Otto Wagner, cuyas obras for¬ con sus losas en voladizo en ambos extre¬
maron parte de nuestra evolución".53 mos del cuerpo bajo (solución estructural
Finalmente, en una fotografía aérea innovadora para la época) y el soberbio
del conjunto de 192954 encontramos las diseño del volumen central, con bandas
siguientes cualidades: de los primeros en¬ verticales sobrepuestas y rematadas con
sayos se conservaron la disposición peri- cortes achaflanados. Se trata de una es¬
metral de las masas, los puentes de unión tructura de claroscuros lineales en sentido
con los volúmenes sueltos del fondo y las vertical, con el ya mencionado recurso
entrecalles de fachadas con el cambio de "de placas sobrepuestas", que también
escala en las ventanas; como innovación apareció en las fachadas interiores del
apareció un elemento muy afortunado no recinto. Obregón Santacilia asumió la
53 Ibid., p. 49.
sólo por su calidad de diseño, sino por¬ fase de la Stream Une en la última etapa
54 Obras Públicas, México, año
que vino a resolver el problema composi¬ del diseño del edificio sin abandonar -co¬ 1, vol. II, núms. 8 y 9, agosto y sep¬
tivo del fondo del terreno: la unidad de mo corresponde al concepto del déco- la tiembre de 1930, p. 100.

■ 89 ■
nuestro" porque perfila el paradigma cul¬
tural, político y social que se habia ve¬
nido configurando a partir de 1925:
alcanzar la modernidad sin perder la
identidad, evitando recurrir a la imitación
plástica del arte del pasado.
El término "el déco instalado en el eje
del poder" hace alusión a dos situacio¬
nes: a la presencia del edificio de la Se¬
cretaría de Salud -con su identidad es¬
tilística inobjetable- sobre el Paseo de la
Reforma, y al hecho de que algunos ad¬
ministradores del gobierno federal acep¬
taran que los edificios públicos se cons¬
truyeran en el "estilo moderno" que, tal
como ya he mencionado en este ensayo,
correspondió a la tipología del déco.56
Obregón Santacilia debió de haber sabi¬
do de los empeños alemanes por lograr
la integración de las artes toda vez que,
como ya lo he referido, en la Academia
de San Carlos se supo del trabajo de
Otto Wagner y sus discípulos, además
de que se recibía la revista alemana Bau-
Detalle, pasillo interior del primer nivel, II. 23.
formen 57 circunstancias que nos permiten
suponer que por lo menos hacia 1916,
libertad para incorporar recursos prove¬ año en el que Obregón Santacilia ingre¬
nientes de otras tendencias, tal como se só a la Academia, aparte de la fortísima
puso de manifiesto tanto en los pasillos corriente de imágenes proveniente de
interiores, que al modo claustral se comu¬ Francia, estaba también presente el sec¬
nican directamente con el ámbito ¡ardina- tor moderno del eje germano-austríaco.
do central, como en el "medio punto", Desde su primera obra, en 1922 (el pabe¬
que lo enlazó con la historia centenaria llón de Río de Janeiro), hasta la última,
de la arquitectura. de 1960 (el Monumento a la Independen¬
cia, en Dolores Hidalgo, Guanajuato),
El déco instalado en el e/e del poder una de sus constantes arquitectónicas
dentro de la tipología de edificios públi¬
"[El edificio del Departamento de Salubri¬ cos fue la incorporación de pintura o es¬
dad Pública] es un esfuerzo, una tenden¬ cultura monumental, pero no en términos
cia orientada a producir en arquitectura de adición casual, sino como un objetivo
algo que pueda ser genuinamente nues¬ presente desde la concepción del conjun¬
tro, sin recurrir al procedimiento de pro¬ to. Por esta razón, Obregón Santacilia
55 Ibid., p. 101 (las cursivas son
yectar a base de elementos de arqui¬ llega al déco de manera natural siguien¬
mías).
56 Véanse, entre otros casos, el tectura precortesiana que no pueden, ni do uno de los senderos que histórica¬
proyecto de la Central de Policía y deben, servir ni se prestan para concebir mente confluyeron en él, el de la incor¬
Bomberos de Mendiola y Zárraga
otra clase de edificios o monumentos que poración de las artes, y cuando diseñó el
(1928) y el diseño (nunca construido)
de la Secretaría de Agricultura y Fo¬
aquellos mismos en los que tuvieron su conjunto de la Secretaría de Salud lo
mento de Carlos Tardítí y Juan López origen."55 De esta manera describía el hizo con la idea de que en su taller traba¬
Moctezuma (1927). Véase Enrique arquitecto Ramón Llano, en 1930, el con¬ jarían artistas de otras disciplinas. A este
X. de Anda, op. cit., cap. VI, foto
cepto que a su juicio identificaba al edifi¬ respecto, se pueden citar dos soluciones
núm. 26.
57 Graciela de Garay, op. cit., cio recién inaugurado. He querido resal¬ dentro del edificio cuya magnitud las
p. 18. tar cuando menciona lo "genuinamente hace estar más vinculadas con la estruc-

- 90 ■
tura plástica de todo el conjunto que con
el aparato ornamental que fue agregán¬
dose como complemento de la composi¬
ción: los vitrales y murales temáticos a
cargo de Diego Rivera y las esculturas de
los doctores Eduardo Liceaga y Ángel
Gaviño, sobre las escalinatas principales
al primer piso, debidas al escultor Ma¬
nuel Centurión.
A partir de las definiciones que propu¬
se en el capítulo dedicado a "Formas y
razones", creo que la tensión cultural pre¬
dominante en el edificio es la denomina¬
da otro rostro para la realidad, tanto por¬
que dos de sus esquemas característicos
están presentes en plenitud dentro del re¬
cinto, como por la coincidencia entre su
denominación y el propósito de actualiza¬
ción que animó sobre todo a los gobier¬
nos del maximato. Los dos esquemas de
significación predominantes en el conjun¬
to son los relativos a la geometría como
vehículo de abstracción y al uso de la sim-
bología como recurso para eliminar la
apariencia externa de los objetos.
En el caso de la geometría, Obregón
Santacilia tomó como punto de partida el
esquema compositivo de la "crujía en
peine", logrando, mediante la elimina¬
ción de complementos de "ornato tradi¬
cional" (sobreposición de tallas de can¬
tera), que la estructura tectónica fuera la DIEGO RIVERA, proyectó, y VILLASEÑOR, ejecutó.

encargada de expresar la novedad de Agua, 1929. Vitral en el cubo de una de las escaleras

las formas. Ello no suponía el abandono del edificio principal. II. 24.

de ciertos referentes artísticos con la tradi¬


ción mexicana, importantes para el arqui¬ representaciones de las "diversas edades
tecto en la medida en que con ellos podía del hombre: la niñez, la pubertad, la
demostrar que su obra expresaba, real¬ edad madura y la vejez".58 Estas últimas
mente, una evolución de conceptos forma¬ son los rostros humanos labrados en can¬
les de la historia del arte mexicano y no tera de Xaltocan sobre las fachadas por
la aplicación de fórmulas extranjeras. Manuel Centurión. Más importantes aún
El tema de la simbología se presenta son las figuraciones de los elementos
en el edificio con dos grandes argumen¬ (aire, tierra, fuego y agua), porque a ellas
tos: el que tiene que ver con actitudes uni¬ corresponden los vitrales diseñados por
versalistas y el que alude a la actividad Diego Rivera para los cubos de las es¬
que se desarrolla en el interior del com¬ caleras. Con su habitual estilo realista, Ri¬
plejo, ambos expresados con un lengua¬ vera rebasó en tres de los cuatro diseños
je absolutamente realista, sin por ello lo que hasta ese momento era su imagi¬
desmerecer su calidad plástica. Los uni¬ nería habitual. En el motivo del agua re¬
versalistas son, por su grado de importan¬ creó el mundo submarino, utilizando como
cia, los nombres de los cuatro elementos símbolo principal a un buzo con escafan¬
dados a cada uno de los edificios y las dra. Para el fuego inventó una compleja 58 Obras Públicas, op. cit.
maquinaria alimentada con fuego y com¬ costados y remates de palmípedo en las
puesta por tuberías, poleas, tolvas y ver¬ patas, esta figura resulta, además de
tederos; cuatro operarios y el sol en un toda una concesión a la fantasía, una
recuadro vinculan la composición con la pieza de alto contenido estético.
realidad habitual. El aire es el que, a mi La simbología relativa a las tareas so¬
modo de ver, ofrece el resultado plástico ciales que se desarrollarían en el interior
y simbólico mejor logrado de los cuatro: del edificio se expresó, hacia el exterior,
una vela de barco hinchada por el empu¬ con los bajorrelieves labrados por Hans
je del aire y un enorme hidroavión que Philling y, en el interior, con los murales
domina con su forma casi la tercera par¬ de Diego Rivera. Los relieves, alojados en
te del tablero. Magnifica integración del hexágonos apaisados y labrados en las
símbolo histórico -un barco de vela- con fachadas externas, representan distintos
un icono del progreso: el avión. El buzo, motivos referentes al tema principal: la
el horno, el avión y los taladros de los mi¬ investigación científica, la sabiduría an¬
neros en el vitral de la tierra son las imᬠtigua, la serpiente de Esculapio y la muer¬
genes que Rivera usó para hablar de te, entre otros. En la zona de los laborato¬
"máquinas" en un edificio que se cons¬ rios, las imágenes se refieren a conejos y
truía para ser símbolo de la actualidad. ratones, a matraces y distintos instrumen¬
Manuel Centurión esculpió dos figuras de tos de experimentación, dentro de una
animales que representan la tierra y el suerte de apología de la labor de inves¬
tigación que se llevaría a cabo en el re¬
cinto del laboratorio. Ahí mismo, en el
vestíbulo, Rivera pintó frisos con repre¬
sentaciones ampliadas de seres microscó¬
picos confinados entre manos humanas
que los dominan por medio de la cien¬
cia. 6i Diego se hizo cargo también de la
decoración mural en lo que fue la oficina
del secretario del ramo y que hoy es la
sala de juntas. Como bien dice López
Rangel, "...no pintó aquí muchedumbres
ni hace historia. Era un espacio -lo sigue
siendo- más privado que público. El len¬
guaje es en consecuencia figurativo-
simbólico, y su estrategia consiste en ocu¬
par con figuras únicas, femeninas, con
algunos elementos complementarios, la
HANS PHILLING, proyectó, y WILLIAM SPRATLING mayor parte de los espacios."62 Los con¬
forjó. Detalle, barandal en los vanos de medio punto ceptos simbolizados fueron: la vida, la
que dan al patio central. II. 25. salud, la continencia, la pureza, la forta¬
leza y la ciencia, expresados con des¬
59 Conjuntos de niños esculpidos agua. El primero es un antílope (a juzgar nudos femeninos, y la "germinación en
con un tono academicista y, en esa
por la forma de los cuernos), animal de plenitud", mediante manos que sostienen
medida, con escasa relación con la te¬
mática "moderna" del conjunto. tierra, y el que representa el agua es el espigas de trigo y un girasol. A mi modo
60 Obras Públicas, op. cit., p. más interesante, no sólo de este par, sino de ver, el mejor realizado es el que co¬
106.
de todas las esculturas que el mismo rresponde a la ciencia: una mujer de
6' Francisco Reyes Palma, Diego
autor ejecutó tanto para el remate, como facciones orientales y con las mejores
Rivera y la salud, México, ISSSTE,

1986, pp. 27-38. para los flancos laterales del espejo de proporciones de todo el conjunto. Es co¬
62 Rafael López Rangel, Diego Ri¬ agua del jardín central.59 Según Ramón nocido el disgusto63 que provocó en
vera y la arquitectura mexicana, Mé¬
Llano se trata de un "caballo marino";60 Obregón Santacilia el resultado logrado
xico, SEP, la. ed., 1986, p. 69.
63 Graciela de Garay, op. cit.,
con cabeza equina, cuerpo pisciforme por Diego, aunque es también muy pro¬
p. 46. (parecería el de una sirena), aletas en los bable que el pintor se haya visto supedi-

. 92 ■
DIEGO RIVERA Decorac ¡ón mural en la sala
de cambio en el segundo lustro de los
Bernardo Sepúlveda, detalle. II. 26.
años veinte.
La orfebrería, según Ortiz Macedo,64
tado a una imaginería impuesta por el fue encomendada a Willíam Spratling e
comitente, con la que el creador poco incluyó, por lo menos, dos soluciones: las
pudo hacer para sostener sus propuestas. placas de cobre martillado con las que se
Sólo hay que pensar en la moralina que recubrieron los puentes de liga laterales,
hay detrás de conceptos como: "conti¬ y los maceteros del primer piso. No
nencia frente a pureza", para suponer la tengo la certeza de si fue Spratling el di¬
tensión que se debe de haber presentado señador y fabricante, o si sólo esto últi¬
entre Diego Rivera y el encargado de so¬ mo; por lo menos en el caso de los ma¬
licitar los murales. ceteros, en el plano que aparece en la
Vitrales, esculturas y relieves constitu¬ página 35 del libro Secretaría de Salud.
yen la parte clásica de la puesta en esce¬ Departamento de Salubridad Pública de
na que Obregón Santacilia hizo de la Luis Ortiz Macedo, sólo aparece el crédi¬
integración de las artes en el edificio de to de Obregón Santacilia como autor del
la Secretaría, pero la parte innovado¬ edificio. Me inclino a pensar que los dise¬
ra, la que proporcionó el sentido de mo¬ ños se hicieron en el taller del arquitecto,
dernidad tan solicitado por el autor y sus en la medida en que tienen característi¬
contemporáneos, fue la del sector de las cas que proceden directamente de la ar¬
artes menores, que conjuntó dos condi¬ quitectura del conjunto: desplante sobre
ciones en apoyo al valor plástico del una plataforma estriada y ligeramente re¬
monumento: la calidad del diseño y su metida, y la sustitución del ángulo recto
ejecución, y el contenido simbólico de por la diagonal de 45°, condición esta úl¬
orden abstracto, muy alto comparado tima que aportó al edificio uno de sus ele¬
con el que aparece en las artes plásti¬ mentos de identidad más significativos.
cas y, además, congruente con el con¬ La herrería es mucho más rica en ubica¬
cepto de renovación en el que tanto he ciones, diseños y tipología; con un mismo ^4 Luis Ortiz Macedo, op. cit.,
insistido, toda vez que fue el gran motor tema -la línea en "Z"- fueron producidos: p. 35.

- 93 •
superior de la reja perimetral del conjun¬
to; en este caso, debe hacerse hincapié
en lo acertado de las proporciones: la re¬
lación entre la altura de las espigas de
fierro y el cerramiento de líneas horizon¬
tales con segmentos circulares correspon¬
de aproximadamente a la cuarta parte de
la altura, cuando la fórmula tradicional
había sido la equivalencia a un tercio.
Las lámparas de los plafones se resolvie¬
ron estéticamente con un saque cuadran¬
glar en las esquinas, que bien puede
entenderse como variante del corte en
diagonal que priva en toda la arquitectu¬
ra del edificio; la placa de cristal parale¬
la al paño del plafón le resta peso a la
herrería, destacando sólo la banda del

mm
.
perímetro. Junto con los diseños de las
puertas de los elevadores y de los baran¬
i.'- dales del primer piso, estas lámparas
son, a mi modo de ver, las mejores pie¬
zas de la imaginería déco del edificio de
la Secretaría de Salud.

Los esquemas de significación de la arquitectura


DIEGO RIVERA (atribuido). Maguey. Vitral en el área

de elevadores del edificio. II. 27.


Si hay un discurso evidente en el conjun¬
to es el de la modernidad, que, en este
los barandales de la arcada del primer caso, hay que entender como la utiliza¬
piso, los complementos de las puertas ción de la tecnología de avanzada, la in¬
entre pasillo y salones, las rejas de los corporación de las distintas disciplinas
cubos de los elevadores y las lámparas artísticas y artesanales y la adopción de
cuadrangulares que sabemos estuvieron recursos históricos sometidos a un proce¬
en los plafones de los andadores. De so de estilización: así es el déco de la Se¬
acuerdo con Ortiz Macedo, Hans Philling cretaría de Salud. La breve relación de
proyectó los barandales del piso alto y cualidades que hasta aquí hemos presen¬
Spratling los forjó.65 Independientemen¬ tado no quedaría completa si se dejan de
te de quién haya sido su autor, el diseño mencionar aquellos temas arquitectóni¬
de las herrerías del conjunto de la Secre¬ cos que, sin lugar a dudas, adquirieron
taría de Salud es de una calidad excep¬ para este edificio la calidad de esquemas
cional; estilísticamente se acoplan a la de significación: la sustitución del ángulo
tendencia de la Stream Une de manera recto por el "corte diagonal" y la sobre¬
sutil y bien acompasada, sin estridencias posición de placas en sentido vertical.
que provocaran una pérdida de equili¬ La expresión más portentosa del "corte
brio por el peso virtual de las formas. diagonal" se presenta en los puentes late¬
Otro caso sobresaliente, tanto en concep¬ rales de acceso, en los cuales, además,
ción como en factura, es el de las rejas las líneas se prolongan al centro del claro
de los elevadores, con alternancia de formando un vano semihexagonal, cuya
arcos de círculo de distintos diámetros, originalidad se vio acentuada por el recu¬
agrupados en bandas verticales. Este brimiento de placas de cobre que, aún
mismo gesto de arcos u octavos de círcu¬ hoy, sigue siendo uno de los gestos plás¬
65 Ibid., p. 131. lo fue llevado al tratamiento de la parte ticos característicos del edifico. El pórtico

■ 94 ■
de acceso al conjunto, con el águila del luz en tiras de sombra precisas y ubica¬
emblema nacional en el sitio de la dove¬ das, pero que varían conforme pasan las
la, organiza su forma y la de la bóveda horas, los meses y las estaciones, expre¬
que lo comunica con el vestíbulo a partir sando así la variabilidad de la vida mis¬
también del cerramiento con ángulos en ma en el edificio que se construyó para
diagonal; eco, sin lugar a dudas, del preservarla.
arco abocinado del que ya hemos habla¬ Por último, una cita de Carlos Obra-
do en el apartado correspondiente. La so¬ gón Santacilia en torno a la evolución
breposición de planos decrecientes, del que el proyecto tuvo a la mitad de su ca¬
fondo hacia el espectador, busca incor¬ mino:
porar un acento de verticalidad en las es¬
tructuras, bien sea en los entre-ejes de las Hoy se empieza a vislumbrar una arquitectu¬
fachadas interiores o en el modelado del ra; existe un espíritu nuevo, nuestra época
gran prisma del laboratorio, y ha segui¬ tiene necesidades nuevas, francamente dis¬
do resolviendo, día con día y desde hace tintas a todas las que han existido antes, que
66 Carlos Obregón Santacilia,
68 años, la misma alquimia arquitectóni¬ exigen formas emanadas de ellas, raciona¬
"Consideraciones sobre arquitectura
ca que el déco descubrió en esta región les [y] capaces de crear una nueva arquitec¬ moderna: El hastío de la curva",
del mundo: transformar la plenitud de la tura.^^ Forma, núm. 3, 1927, p. 18.

• 95 ■
FRANCISCO J. SERRANO

Edificio Basurto. Detalle, escalera. II. 28.


EPÍLOGO. A LAS CINCO DE OTRA TARDE...

Mister, listen to the rhythm of my heart beat


And yow will know just what I mean, embrace me
My sweet embraceable you, embrace me...^

hora ya no creo imaginar. Serrano, podrán envejecer, pero a dife¬


Es un domingo de junio, se¬ rencia de los humanos, que al morir se
senta y tres años después de convierten en fantasmas, estas obras no
aquellas cinco de la tarde en declinan sino sólo se transforman: ahora
las que un evocado Juan Segura encendió sirven también para desatar la nostalgia.
un cigarrillo mientras recordaba. El edifi¬ ¡Qué despacio pasa la vida!, imagino
cio San Martín, de avenida México 167, que me diría Juan Segura. La rapidez
sigue estando en pie, pero mucho ha cam¬ está en los aviones, en el movimiento de
biado su circunstancia desde entonces. los automóviles o en los cambios por la
Las frondas del parque -que ya no se moda, pero la vida es lenta y cuidadosa
llama San Martín- han crecido tánto que de lo que le resulta más entrañable, de las
impiden ver la pérgola del teatro. El pe¬ ideas que producen los humanos y de sus
queño bosque se ha colmado de árboles, obras, de sus objetos que con el paso del
de niños y de la lluvia que recién ha caído tiempo -una vez más el paso del tiempo-
mientras recorro con la mirada la calle re¬ se llenan de caricias y de miradas, ade¬
pleta de autos; todo está construido, ex¬ más de seguir siendo compañía en la vida
cepto aquellos lotes que ahora lucen va¬ diaria, como lo fueron todos los objetos
cíos tras haber perdido a su ocupante del déco; obras que también sirven para
original, seguramente un edificio déco. pensar en un pasado próximo más procli¬
Nadie se asoma a las ventanas del ve a ser imaginado. La vida es lenta, tánto
San Martín. Segura se fue para siempre que recorriendo el déco en sus edificios,
hace ocho años; ningún vecino vive ya en sus figuras, en sus pulseras, en sus imá¬
en este edificio que tiene la puerta enca¬ genes, parecería que nos amplía su ritmo
denada; los vidrios rotos dejan pasar el hasta donde queramos, para seguir con
aire que todo sacude menos los recuer¬ el tacto y la mirada las líneas, las curvas,
dos. La marquesina ondulada muestra las los pliegues de la ropa, la contorsión del
cicatrices que el agua ha venido dejando brazo, los dibujos de la reja, las grecas
con el paso de los años; las lámparas ya del relieve y la sombra en las fachadas.
no tienen focos y hace muchos años que Qué despacio pasa la vida para estos ob¬
el tiempo dejó de medirse por el calenda¬ jetos que apenas ayer se afanaban por
rio. Ahora su longevidad crece cada vez asumir el vértigo del movimiento, y más
que la acera vuelve a iluminarse con los despacio seguirá siendo para ellos el trán¬
pétalos lilas desprendidos de la jacaran¬ sito de las horas, mientras reposan, con su
do que cubre toda la fachada. vitalidad intacta, en el escenario de un
Las hojas caen en el parque cada oto¬ museo. Vuelve a llover, han caído las últi¬
ño y vuelvo a imaginar, recordando, que mas flores de esa jacarando reveladora
aquella mujer de la revista de Segura, la del tiempo en esta calle, y vuelvo a imagi¬
que se vio sorprendida por la súbita ráfa¬ nar, que en el radio del departamento 3,
ga de viento, persistirá por siempre con la concluye una canción...
misma vitalidad de 1925, mientras sea
capaz, como lo es el arte, de seguir desa¬ ...azul, como una ojera de mujer,
67 "Embrace you", canción: letra
tando la emoción. Las imágenes de Ca- como un listón azul,
de Ira Gershwin, música de George
bral, las arquitecturas de Segura y de azul de amanecer. Gershwin, 1929.

. 97 ■
(HflUilH Di NOViDADÍi
CHARLES CATTEAU. Cerámica belga.

Cats. 420, 423, 419, 421 y 428.

Cerámica belga y francesa. Cats. 433, 426 y 432.

99 ■
Cristal francés. Cats. 456, 458, 459 y 460.

■ 1 00
Perfumeros. Cats. 453, 449, 451, 450 y 452.

Artículos de tocador. Cats. 47ó, 527 y 477.

■ 101
Anuncio en: L'Art VivanI au Mexique, 15 de enero

de 1932. Cat. 153.

• 102 ■
WcSF/^Wi

Wriw':. IBP :; ? ;

. ..„.„.;/.../.

í¡VSíM?Xi'

Anuncio en: México al Día, 15 de mayo

de 1935. Cat. 185.

■ 1 03
DAVID GUÉRON "DEGUÉE". Radio norteamericano Pilot. Cat. 465.

Lámpara de pie francesa. Cat. 487.

■ 104
Radio holandés Philips. Cat. 4ó4.

■ 1 05
Relojes. Cats. 584, 586 y 585.

- 106
PIERRE CHAREAU

Sillón francés, 1925. Cal. 520.

Oda al caracol. Cal. 544.

Mueble fumador francés, ca. 1930. Cal. 513.

107 •
^p{(muio tuuz
PWÁ-

Y Terrible sufrimiento que destruye la


belleza del rostro.aplaca la voluntad y hace
perder el dominio de sí mismo. - Especialmente
para las mujeres que por su constitución mas de¬
licada están con frecuencia expuestas a dolores
, , ... , .

aparecer rápidamente estos dolores sin per-

_ ___ . _-- - f

Id intensidad de
Jéia su
KIl
efecto, por no ' atacar
, eli corazón y
.

por no producir ardores.


TUBOS de I0y20 ^TABLETAS

HuIMBECk.

Anuncio en: Revista de Revistas, 29 de marzo

de 1931. Cat. 192.

109 ■
Anuncio en: Revista de Revistas, 7 de mayo

de 1933. Cal. 157.

110-
- ' —*■ <——» -"• 'WWlUMIWil O ■».
•K'*k
A

m&mm
■..

.«[¿í '

- -—•-f—■—-I——i:

Anuncio en: Sucesos paro Todos, 2 de octubre

de 1934. Cat. 151.

Anuncio en: Todo, 10 de octubre de 1933. II. 29.


Anuncio en: Revista de Revistas, 2 de septiembre

de 1934. Cat. 169.

• 1 12 ■
NOTICIAS CINEMA TOGRATICAS
Lcwis Mi fes tone y Roy deí Ruth con ía CoíumBia

XX
Le-
II
Jeió
Miles- - con -
tone , "Dos
director Caballé
de "La ro* Ara-
i’ r 1 tn era bes" con-
Plana” y a 1 il e r udu
aún li me¬
"Sin Nove-
jor comedia
■ ¡¡de largo me
Frnnto", y Roy
trajo. También
d't*I Ruth, direc-
dirigid The Gar¬
t o r de "Blcsod
úen oí Edun',
Eveijt”, lian sido
'The R ackef ‘The
contratados por la
Betrayal’ y 'Rain'
Colombia para diri¬
5 Roy del Ruth luí
gir ulgunns películas
dirigido éxito tras éxi¬
de la próxima tempo¬
to desde quo principié
rada J-os do* famosos
su carrera cínomatogrft-
realizadores vienen a la
fiea en 1317. La revista
Columbio como resulta¬
gremial "Film Dolly*' eli¬
do de la política de la
gió a "Gold Díggors oí
productora de encomendar
Broadway’ que Ruth diri¬
varias de sus produccio¬
gió, entro lns diez mejo¬
nes venideras a “diroclo-
res cintas de 1929, y la
rin invitados" entre loa
misma revista lo udjlt-
más distinguidos de
rilcó el premio anual
Hollywood. La i I ata de 1930, considerán¬
lu Iniciaron Gilbert
dolo ol director mili
Miller y Krank Bnr
destacado del año.
zrige. Mllnstone di¬ I Con la adquisi
rigirá tres pelícu¬ ción de estos va¬
la*. i Lu fama liosísimos ele¬
i de Mllestone, mentos o n tre
coufír muda los invitados
con sus real!- y su p r opio
7. n clones de i! grupo de
"Sin Nove¬ directores,
dad oft el que cnca-
F rente" - b e za -
|!.y "l>a F r ank
Prime LUPE VELEZ Cnpr.
|| r a xxxx
.Pía- Estrella clnematogr.'iílca mexicana. xxx
XX
X |
íSleue *n I» P*c **)

Artículo en: CROM, 5 de enero de 1933. Cal. 145.


SEGURA

Portada de: El Universal Ilustrado, 6 de julio

de 1922. Cal. 280.

■113-
REVISTA de 20
éJ,2 zs C* e«* io>
t cn*;o

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( ) QArlo.l'bv cip Qy
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REVISTA d* 20
W3£UJ'éJL¿ z&:

ERNESTO GARCÍA CABRAL. Portadas de: Revista de Revistas.

Cats. 223, 253, 249, 233, 239, 235, 248, 246, 252, 227 y 237.

■ 1 1 4 ■
José de la Herrón Pau y José de la Herrón Villagómez

frente a las instalaciones de la XEW. Cat. 9].

1 1 5 «
ERNESTO GARCÍA CABRAL

Portada y diseños de portadas para:

Revista de Revistas. Cats. 251, 73 y 63.


HURRELL

Dolores del Río en Hollywood..., ca. 1930. Cat. 100.

117-
QUIEN MATO A EVA
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ciacas en medio de un
ambiente de comedla. i ; a^plp
Una apasionante lo trie a
llena de emoción infunde
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Que lo divertirá v emocio¬ 4H|., . _
nará hasta el limite.

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%Musnatm rli Distribuida por ROBERTO CALDERON. - - Atenas 32 - - México, D. f

ALEX PHILLIPS

¿Quién mató a Eva?, 1934. Cal. 289.

GABRIEL FIGUEROA

/Que viene mi maridot, 1939. Cat. 285.


ALEX PHILLIPS

Mujeres de hoy, 1936. Cat. 288.

Fotografía reproducida en: Vea, 15 de abril de 1938

Cat. 170.

-119-
»

Mexican Curios [s/'c]. Teatro Lírico, 1929. Cat. 92.

1 20 •
Escenografía con árboles estilizados. Cat. 81.

• 12 1
MIGUEL COVARRUBIAS

Ensayo, 1926. Cal. 9.

GABRIEL FERNÁNDEZ LEDESMA

La pasarela. Cal. 11.

- 1 22
FERMÍN REVUELTAS

Bailarinas, 1930. Cat. 35.

123
ídolos u jKJummo
pi-R-ñmiD-cs v msukiuos
ALFONSO FERNÁNDEZ

Marco de espejo con motivos neoprehispánicos.

Cat. 521.

-125-
Buró con motivos florales y geométricos. Cat. 504.

Juego de sala con motivos neoaztecas. Cat. 511.

- 1 26
Juego de cubiertos con motivos neoprehispónicos.

Cat. 573.

ANTONIO CASTILLO. Collar modelo Ciempiés,

1940. Cat. 561.

-127-
ERICK MOSS y FEDERICO CANESSI

Desnudo número 4, cuerda de ixtle, 1931. Cal. 32.

128 ■
CARLOS MÉRIDA

La princesita de Ixtanquiqui, 1919. Cat. 28.

ROBERTO MONTENEGRO

Rosa Rolando, ca. 1926. Cat. 31.

• 1 29
JORGE GONZÁLEZ CAMARENA DIEGO RIVERA

Los periquitos. Cat. 18. La canoa enflorada, 1931. Cal. 40.

• 1 30
CARLOS BRACHO

La raza, ca. 1938. Cal. 111.

RÓMULO ROZO

El pensamiento, 1931. Cat. 128.

■13 1
RAÚL DE LA SELVA

Vendedor de sarapes, ca. 1935. Cat. 135.

- 132
Fotografía de PAULINA LAVISTA

Casa de estilo neomaya del arquitecto Manuel

Amabilis. Cat. 389.

ÁNGEL BACCHINI

Casa del Pueblo del Mayab, 1928. Mérida,

Yucatán. II. 30.

-133-
FRANCISCO J. SERRANO

Edificio Haghembeck. Detalle del piso

y jardinera, 1932. Cal. 329.

FRANCISCO J. SERRANO

Edificio Haghembeck. Detalles exteriores e interiores,

1932. Cal. 331.

• 1 34
MANUEL ORTIZ MONASTERIO, BERNARDO CALDERÓN Banco Mexicano, 1927. Detalle, herrería

y LUIS ÁVILA de ventana. II. 32.

La Nacional, 1932. Detalle, puertas del ascensor. II. 31.

-135-
m\im DiH-ñmic-d v
í\im MVOLUCIOHflíIo
FEDERICO CANTÚ

Descanso en la huida a Egipto, 1929. Cat. 6.

-137-
FRANCISCO GUTIÉRREZ

Tres mujeres, 1938. Cal. 26.

■138
ERNESTO TAMARIZ

Revolución, proyecto monumento a Carranza,

1945. Cat. 138.

■139»
FRANCISCO J. SERRANO

Edificio Aero. Planta y alzado de la escalera...,

1936. Cat. 325.

MANUEL CENTURIÓN

Caballo marino, 1929. Cat. 113.

■ 1 40
Vitral en la Escuela Técnica Alvaro Obregón,

1934. Monterrey, N. L. II. 33.

• 141
CECIL CRAWFORD O'GORMAN

Tomás O'Gorman, ca. 1936. Cal. 33.

JORGE GONZÁLEZ CAMARENA

Las bañistas, ca. 1935. Cal. 17.

■ 1 42
ERNESTO GARCÍA CABRAL

Diseños para portadas de Revista de Revistas.

Cats. 72, 57, 67 y 60.

■143"
Loraine Kreuger y Joan Woodbury tiran al florete.

Cat. 164.

R. S. GORE B. H. ADAM J. L. CORDERO y JOSÉ A. CUEVAS

Asociación Cristiana Femenina Mexicana (YWCA), 1933. Detalle,

relieve. II. 34.

■ 144»
MIGUEL COVARRUBIAS

Un americano en París del poema orquestal de

Gershwin, 1930. Cat. 10.

• 1 45
JORGE GONZÁLEZ CAMARENA

Paisaje con flores. Cat. 21.

RUFINO TAMAYO

El fonógrafo, 1925. Cat. 43.

- 146
RÓMULO ROZO

El beso, 1932. Cat. 127.

« 147
GUILLERMO RUIZ

Las plañideras, 1932. Cat. 133

-148-
Fotografía de HUGO BREHME. Escalera

del edificio de departamentos Aero, 1939.

Cat. 379.

Vitral Sol y Luna. Cat. 339.

149 •
FEDERICO CANESSI

Boceto para el relieve realizado en los ascensores

del edificio Palmolive en Chicago, Illinois.

Cat. 49.

• 150
MARTÍN ORTIZ

Nahui Olin con tocado. Cat. 109.

BEN HUR BAZ VIAUD ANTONIO M. RUIZ "EL CORCITO"

Mujer de perfil. Cat. 4. Nahui Olin. Cat. 42.

151 -
ABELARDO CARRILLO Y GARIEL

Mujer con florete, ca. 1925. Cal. 8.

■ 1 52
AGUSTÍN LAZO

Interior con piano, 192ó. Cat. 27.

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FERMÍN REVUELTAS

Alegoría de la productividad, 1934. Cat. 34.

■ 1 53
Auburn Phaethon, 1936. Cot. 395.

154 ■
ROBERTO MONTENEGRO

Alegoría del viento, 1928. Cal. 29.

155
TINA MODOTTI

Canana, maíz y guitarra. Cat. 103.

CARLOS TEJEDA

El concreto es la síntesis de los elementos

constructivos, ca. 1929. Cat. 79.

156 •
MANUEL CENTURIÓN (atribuido).

Escudo Nacional en el mostrador del Banco

de México, 1928. II. 35.

VICENTE MENDIOLA GUILLERMO ZÁRRAGA y

GUSTAVO DURÓN

Antigua Central de Policía y Bomberos, 1928.

Detalle, Escudo Nacional en la puerta de acceso.

II. 36.

■ 157 «
ENRIQUE ARAGÓN ECHEGARAY e IGNACIO
OLIVERIO MARTÍNEZ
ASUNSOLO. Monumento fúnebre de Alvaro
Monumento a Emilio Carranza, 1930. II. 38.
Obregón, 1934. II. 37.

■ 158
&™¡!

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mm

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GUILLERMO RUIZ

El Insurgente Morelos, 1933-1935. Janitzio,

Michoacán. II. 39.

• 1 59
Fotografía de A. V. CARMONA. Ateneo Fuente,

Saltillo, Coah. Cat. 380.

JUAN SEGURA

Edificio para comercios, cine y habitaciones.

Plaza de la Ermita, 1930. Cat. 321.

■ 1 60
CARLOS OBREGÓN SANTACILIA

Banco de México. Detalle del diseño del plafón. Cat. 310.

Fotografía de GUILLERMO KAHLO

Banco de México. Vista del gran hall. Cat. 382.

■161
t ¥

Fotografía de OSUNA. Edificio de la Lotería

Nacional, ca. 1940. Cat. 390.

■ 1 62 ■
SALA N tSPKTíIVlOS
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PAKOS YADCO Ctl PCCMmCI

CARLOS OBREGÓN SANTACILIA

Departamento de Salubridad e Higiene Pública.


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Privado del jefe del Departamento. Cat. 314.
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FEDERICO MARISCAL

Palacio de Bellas Artes. Sala de espectáculos.

Detalle de entre-eje de los palcos y arco

del proscenio, 1930. Cat. 308.

FUNDACION MIER Y PESADO — México, D.


Orfanato rio — Tanque de Natación,

Fundación Mier y Pesado. Orfanatorio.

Tanque de natación. Cat. 372.


FERNANDO y MIGUEL CERVANTES Oficinas de

Teléfonos de México, 1931. Detalle del interior. II. 40.

FERNANDO y MIGUEL CERVANTES Oficinas de Teléfonos

de México, 1931. Detalle, puerta de acceso. II. 41.

164 •
VICENTE MENDIOLA CARLOS GREENHAM y

LUIS ALVARADO

Alianza de Ferrocarrileros Mexicanos, 1926.

Detalle, puerta de acceso. II. 42.

165 ■
*
INDICE DE ILUSTRACIONES

1 ERNESTO BUENROSTRO Edificio San 10. Edificio Amsterdam. Avenida Amster- 20 CARLOS OBREGÓN SANTACILIA (1896
Martín, 1931. Avenida México núm. 1 67, dam núm. 154, colonia Hipódromo-Con¬ 1 961). Secretaría de Salud, 1925-1929.
colonia Hipódromo-Condesa. Detalle, por¬ desa. Página 78. Líeja núm. 7, colonia Juárez. Fachada prin¬
tada. Página 20. cipal. Página 8ó.
1 1 MANUEL ORTIZ MONASTERIO, BERNAR¬
2. ANÓNIMO. Escenografía para la pelícu¬ DO CALDERÓN y LUIS ÁVILA La Nacional, 21 CARLOS OBREGÓN SANTACILIA (1896-
la "La noche del pecado". Fotografía re¬ 1932. Avenida Juárez núm. 4, colonia 1961). Secretaría de Salud, 1925-1929.
producida en: revísta El Arquitecto. 2a. Centro. Página 79. Lieja núm. 7, colonia Juárez. Detalle, pilón
etapa, vol. IV, núm. 5. México, noviem¬ del acceso para vehículos. Página 88.
bre-diciembre de 1933. Col. Enrique X. 12. JUAN segura (1898-1989). Funda¬
de Anda Alanís. Página 34. ción Mier y Pesado, 1931. 5 de Mayo 22 CARLOS OBREGÓN SANTACILIA (1896
núm. 27, colonia Centro. Detalle, porta¬ 1961). Secretaría de Salud, 1925-1929.
3. ANÓNIMO. Salón de peinados León. da. Página 80. Lieja núm. 7, colonia Juárez. Detalle, losa
Fotografía reproducida en: revista El Ar¬ volada en el edificio de laboratorios. Pá¬
quitecto. 2a. etapa, vol. II, núm. 5. Méxi¬ 13. Edificio Bertha. Avenida México núm. gina 89.
co, enero de 1933. Col. Enrique X. de 184, colonia Hipódromo-Condesa. Deta¬
Anda Alanís. Página 34. lle, acceso del edificio. Página 80. 23 CARLOS OBREGÓN SANTACILIA (1896-
1961). Secretaría de Salud, 1925-1929.
4. WILLIAM VAN ALEN. Edificio Chrysler, 14. MANUEL CENTURIÓN (1883-1948). Líeja núm. 7, colonia Juárez. Detalle, pa¬
1928-1931. Nueva York. Página 48. Relieve en el patio de las fiestas del edifi¬ sillo interior del primer nivel. Página 90.
cio de la Secretaría de Educación Públi¬
5. L. H. BOILEAU. Pabellón Pomone de los ca. Argentina núm. 28, colonia Centro. 24. diego RIVERA (1886-1957), proyectó,
almacenes Bon Marché, 1925. París. Tar¬ Página 82. y VILLASEÑOR, ejecutó. Vitral Agua de la
jeta postal reproducida en Album souvenír serie dedicada a los elementos en el edifi¬
Exposition des Arts Décoratifs. Col. Enri¬ 15. JOSÉ M. BUENROSTRO. Edificio Tehua- cio de la Secretaría de Salud, 1929. Pá¬
que X. de Anda Alanís. Página 49. cán, 1931. Avenida México núm. 188, gina 91.
colonia Hipódromo-Condesa. Detalle, re¬
6. TAMARA DE LEMPICKA (1898-1980). lieve inferior. Página 83. 25 HANS philling, proyectó, y WILLIAM
Adán y Eva, 1932. Óleo sobre cartón, SPRATLING (1900-1967), forjó. Detalle,
1 1 8 x 74. Musée du Petit Palais, Gine¬ 16. VICENTE MENDIOLA y GUILLERMO barandal en los vanos de medio punto
bra. Página 52. ZÁRRAGA. Oficinas de Teléfonos de Méxi¬ que dan al patio central del edificio de la
co, ca. 1929. Madrid núm. 4, colonia Ta¬ Secretaría de Salud. Página 92.
7. FRANCISCO J. SERRANO (1900-1982). bacalera. Detalle, relieve del acceso.
Edificio Basurto. Avenida México núm. Página 83. 26. diego RIVERA (1886-1957). Decora¬
187, colonia Hipódromo-Condesa. Deta¬ ción mural en la sala Bernardo Sepúlveda
lle, balcones internos. Página 70. 17. ERNESTO L. G. Edificio Roxy, 1934. del edificio de la Secretaría de Salud.
Avenida México núm. 31, colonia Hipó¬ Detalle. Página 93.
8. ANÓNIMO. Panorámica del parque San dromo-Condesa. Detalle, lámpara. Pá¬
Martín. Impresión contemporánea, 20.5 x gina 84. 27. DIEGO RIVERA (atribuido). Maguey. Vi¬
102. Dirección de Arquitectura y Conser¬ tral en uno de los cubos de los elevadores
vación del Patrimonio Artístico Inmueble, 18. ERNESTO L. G. Edificio Roxy, 1934. en la planta baja del edificio de la Secre¬
INBA. Páginas 72-73. Avenida México núm. 31, colonia Hipó¬ taría de Salud. Página 94.
dromo-Condesa. Detalle, vestíbulo. Pá¬
9. JUAN segura (1898-1989). Conjunto gina 84. 28. FRANCISCO J. SERRANO (1900-1982).
habitacional Isabel, 1929. Avenida Revo¬ Edificio Basurto. Avenida México núm.
lución núms. 121 y 123, colonia Tacuba- 19. Casa-habitación. Avenida México 187, colonia Hipódromo-Condesa. Deta¬
ya. Detalle, patio interior. Página 73. núm. 200, colonia Hipódromo-Condesa. lle, escalera. Página 96.
Detalle, barandal. Página 85.
29 ANÓNIMO. No titubee. Pida siempre 34 R. S. GORE B. H. ADAM J. L. CORDERO 38 OLIVERIO MARTÍNEZ (1901-1938). Mo¬
Bacardí. Cuesta la mitad! Impreso, anun¬ y JOSÉ A. CUEVAS (1894-1961). Asocia¬ numento a Emilio Carranza, 1930. Monte¬
cio en: revista Todo. Semanario enciclopé¬ ción Cristiana Femenina Mexicana (YWCA), rrey, Nuevo León. Tarjeta postal. Col. Jaime
dico. Año I, núm. 6. México, 10 de octubre 1933. Morelos núm. 17, colonia Centro. Cuadriello. Página 158.
de 1933. Dirección General de la Bibliote¬ Detalle, relieve. Página 144.
ca de México, Departamento de Coleccio¬ 39. GUILLERMO RUiz (1894-1965). El Insur¬
nes Especiales. Página 111. 35. MANUEL CENTURIÓN (1883-1948, atri¬ gente Morelos, 1933-1935. Janitzio, Mi-
buido). Escudo Nacional en el mostrador choacán. Página 159.
30. ÁNGEL bacchini. Casa del Pueblo del del Banco de México, 1928. 5 de Mayo
Mayab, 1928. Mérida, Yucatán. Página núm. 2, colonia Centro. Página 157. 40 FERNANDO y MIGUEL CERVANTES Ofici¬
133. nas de Teléfonos de México, 1931. Victo¬
36. VICENTE MENDIOLA, GUILLERMO ZÁ- ria núm. 59, colonia Centro. Detalle del
31 MANUEL ORTIZ MONASTERIO, BERNAR¬ RRAGA y GUSTAVO DURÓN Antigua Cen¬ interior. Página 164.
DO CALDERÓN y LUIS ÁVILA La Nacional, tral de Policía y Bomberos, 1928. Inde¬
1932. Avenida Juárez núm. 4, colonia pendencia y Revillagigedo s/n, colonia 41 FERNANDO y MIGUEL CERVANTES Ofici¬
Centro. Detalle, puertas del ascensor. PᬠCentro. Detalle, Escudo Nacional en la nas de Teléfonos de México, 1931. Victo¬
gina 1 35. puerta de acceso. Página 157. ria núm. 59, colonia Centro. Detalle,
puerta de acceso. Página 164.
32. Banco Mexicano, 1927. 5 de Mayo 37 ENRIQUE ARAGÓN ECHEGARAY e IGNA¬
núm. 35, colonia Centro. Detalle, herrería CIO ASÚNSOLO (1890-1965). Monumento 42 VICENTE MENDIOLA CARLOS GREENHAM
de ventana. Página 135. fúnebre de Alvaro Obregón, 1934. Par¬ y LUIS ALVARADO. Alianza de Ferrocarrile¬
que La Bombilla, colonia Chimalistac. ros Mexicanos, 1926. Ponciano Arriaga
33. anónimo. Vitral en la Escuela Técni¬ Página 158. núm. 20, colonia Tabacalera. Detalle, puer¬
ca Alvaro Obregón, 1934. Monterrey, ta de acceso. Página 165.
Nuevo León. Página 141.
CATALOGO DE OBRA

FEDERICO CANTÚ (1908-1989) GABRIEL FERNÁNDEZ LEDESMA (1900 1982)


. ARTES PLÁSTICAS

6 Descanso en la huida a Eqipto, 1 1 La pasarela


PINTURA 1929 Oleo sobre tela
Témpera sobre tela 79 x 79
ANÓNIMO 137x 118 Col. particular
Col. Federico Cantú Fabila Página 1 22
1 Dolores del Río, proyecto para mural Página 1 37
Acuarela sobre papel
29 x 29 7 Homenaje a Lord Byron, 1929 JORGE GONZÁLEZ CAMARENA (1908 1980)
Col. Jorge H. Rocha Marín Témpera sobre tela
101 x 89 1 2 Albañiles, 1940
Col. Federico Cantú Fabila Óleo sobre tela
EMILIO AMERO (1901-1976) 125 x 100
Col. Luis Amoldo Pérez y Guzmán
2 Mujer en el vestíbulo ABELARDO CARRILLO Y GARIEL (1898 1976)
Tinta sobre papel 13 Columna. Diseño de portada para
51.5 x 38 8 Mujer con florete, ca. 1925 la revista Cemento Blanco Portland,
Biblioteca de Arte Mexicano/Ricar¬ Óleo sobre tela 1946
do Pérez Escamilla 147x92.5 Óleo sobre tela
Col. Sergio Carrillo y Colón 30 x 22
Página 152 Col. Marcel González Camarena
BEN HUR BAZ VIAUD (1906)

14 Edificios. Diseño de portada para


3 Mujer de frente MIGUEL COVARRUBIAS (1904 1957) la revista Cemento Blanco Portland,
Gouache sobre papel 1940
25 x 16 9 Ensayo, 1926 Gouache sobre cartón
Col. Víctor Nava Gouache y tinta sobre papel 34 x 23
29 x48 Col. Marcel González Camarena
4 Mujer de perfil Col. particular
Gouache sobre papel Página 122 15 Escaleras con ciprés. Diseño de por¬
25 x 16 tada para la revista Cemento Blan¬
Col. Víctor Nava 10 Un americano en París del poema co Portland, 1 942
Página 151 orquestal de Cershwin, 1 930 Gouache sobre cartón
Gouache y acuarela sobre cartón 30.5 x 21
5 Novia 66 x 92 Col. Marcel González Camarena
Gouache sobre papel Col. particular/cortesía Sotheby's
38 x 22 Página 145
Col. Víctor Nava

NOTA ACLARATORIA

El catálogo de obra se organiza en los siguientes rubros: Artes plásticas, Impresos, Material cinematográfico, Arquitectura y Artes aplicadas e industriales
Cada apartado está subdividido por técnicas artísticas o términos nominativos.
Las fichas técnicas se disponen alfabéticamente por autor. En el caso de Artes aplicadas e industriales, por autor y taller, o solamente por taller, cuando se desconoce
el nombre del autor. Los títulos se disponen en cursivas y los nombres descriptivos en redondas. Las medidas están dadas en centímetros; el largo antecede al ancho en obje¬
tos bidimensionales y a la profundidad en los tridimensionales.
Las fichas técnicas de Artes aplicadas e industriales incluyen el lugar de origen de la pieza, si se conoce; en el caso de objetos de procedencia mexicana, ésta no
se menciona, excepto si fue manufacturado en una población específica de nuestro país.
JORGE GONZÁLEZ CAMARENA (1908-1980) 25 Mujeres en una balsa, 1 940 ERICK MOSS y FEDERICO CANESSI (1905 1977)
Óleo sobre tela
1ó El perico 40 x 26.5 32 Desnudo número 4, cuerda de ixtle
Óleo sobre masonite Amigos del Museo de Arte Contem¬ del mural Ciencias, artes y oficios,
90 x 122 poráneo de Oaxaca 1931
Museo Nacional de Arte, INBA/Do- Temple a la caseína
nación Patronato del Museo Nacio¬ 26 Tres mujeres, 1938 121 x 272
nal de Arte, 1993 Gouache sobre papel Secretaría de Educación Pública
50 x 72 Página 1 28
17 Las bañistas, ca. 1935 Col. particular/cortesía Sotheby's
Óleo sobre tela Página 1 38
100 x125 CECIL CRAWFORD O GORMAN (1874 1943)
Col. particular
Página 142 AGUSTÍN LAZO (1896 1971) 33 Tomás O'Gorman, ca. 1936
Mixta sobre masonite
18 Los periquitos 27 Interior con piano, 1926 64 x 48
Óleo sobre tela Óleo sobre tela Col. particular
98 x 79 64 x 47 Página 142
Col. particular Club de Industriales, A.C.
Página 1 30 Página 153
FERMÍN REVUELTAS (1903 1935)
19 Materia, forma y color, ca. 1929
Óleo sobre tela CARLOS MÉRIDA (1891-1984) 34 Alegoría de la productividad, 1934
50 x 100 Fresco
Col. particular 28 La princesita de Ixtanquiqui, 1919 300 x 1200
Óleo sobre tela Fundación Cultural Serfin, A.C.
20 Mujer con paisaje. Diseño de cartel 52 x 60.5 Páginas 152-153
para la revista Cemento Blanco Porf¬ Col. Héctor Fanghanel Hernández
ía nd, 1929 Página 129 35 Bailarinas, 1930
Gouache sobre cartón Óleo sobre tela
34 x 26 59x50
Col. Marcel González Camarena ROBERTO MONTENEGRO (1887 1968) Col. Fernando Castaño Zuño
Página 40 Página 123
29 Alegoría del viento, 1928
21 Paisaje con flores Fresco 36 El café de 5 centavos, ca. 1924
Óleo sobre madera 329 x 300 Acuarela sobre papel
54.5 x 59 Museo del Palacio de Bellas Artes, 34 x 27.3
Seguros Comercial América (NBA Museo Nacional de Arte, inba/Do-
Página 146 Página 155 nación Blanca Vemeersch de Ma-
ples Arce, 1992
22 Rubolín. Diseño de anuncio para 30 Indumentaria prehispánica
Eugenio Talleri y Cia. Sucs., 1930 Gouache sobre cartón 37 Mujer del Istmo, 1 929
Gouache sobre cartón 41.5 x 31 Acuarela sobre papel
43 x 28.5 Col. Carlos Pellicer López 36.5 x 27
Col. Marcel González Camarena Col. Silvestre Revueltas
Página 41 31 Rosa Rolando, ca. 1926
Óleo sobre tela 38 Tehuanos, 1932
23 Teresa González Camarena, ca. 101 x 100 Acuarela sobre papel
1922 Col. particular/cortesía Interart, 13 x 22.5
Óleo sobre yute S.A. de C.V. Col. Silvestre Revueltas
26.5 x 26.5 Página 1 29
Col. Eliseo Arredondo
DIEGO RIVERA (1 886-1957)

FRANCISCO GUTIÉRREZ (1906 1945) 39 Diana Cazadora (Retrato de Anita


Antúnez), 1941
24 Despedida, 1939 Óleo sobre tela
Óleo sobre tela 195.5 x 1 19.4
65 x 84.8 Cortesía Christie's
Col. particular/cortesía Sotheby's

■ 1 70
40 La canoa enflorada, 1931 48 Nugesser y Coli 56 Clavadista. Diseño de portada para
Oleo sobre tela Oleo sobre tela Revista de Revistas
200 x 160 210 x 265 Tinta sobre papel
Museo Dolores Olmedo Patiño Secretaría de Relaciones Exteriores 26.5 x 27.7
Página 1 30 Col. Lorena Shelley

41 Natasha Zakólkowa de Gelman, DIBUJO 57 Clavadistas. Diseño de portada


1943 para Revista de Revistas
Oleo sobre tela FEDERICO CANESSI (1905-1977) Tinta sobre papel
120 x 155.5 36 x 26.5
Col. Jacques y Natasha Gelman, 49 Boceto para el relieve realizado en Col. familia García Cabral
México los ascensores del edificio Palmoli- Página 143
Página 41 ve en Chicago, Illinois
Lápiz sobre papel 58 Como te veo me vi; como me ves te
30.5 x 22 verás. Diseño de portada para Re¬
ANTONIO M. RUIZ "EL CORCHO" (1895-1964) Col. particular vista de Revistas
Página 150 Tinta sobre papel
42 Nahui Olin 34 x 25.5
Gouache sobre papel Col. familia García Cabral
31 x 24 MIGUEL COVARRUBIAS (1904 1957)
Col. particular 59 Cubierta de sol. Diseño de portada
Página 151 50 Bailarines para Revista de Revistas
Tinta sobre papel Tinta sobre papel
36.4 x 26 41.5 x 29
RUFINO TAMAYO (1899-1991] Fundación Robert Brady, A.C. Col. familia García Cabral

43 El fonógrafo, 1925 60 Dos en salto. Diseño de portada


Óleo sobre tela ERNESTO GARCÍA CABRAL (1890 1968) para Revista de Revistas
39 x 43 Tinta sobre papel
Legado Olga y Rufino Tamayo 51 Alegoría con velos. Diseño de por¬ 36 x 27
Página 146 tada para Revista de Revistas Col. familia García Cabral
Tinta sobre papel Página 143
36 x 27
ÁNGEL ZÁRRAGA (1886-1946) Col. familia García Cabral 61 El melancólico Cabral. Diseño de
portada para Revista de Revistas
44 Futbolistas 52 Amazona. Diseño de portada para Tinta sobre papel
Óleo sobre tela Revista de Revistas 46.5 x 30.5
111 x 83 Tinta sobre papel Col. familia García Cabral
Cámara Nacional de la Industria 26.5 x 27.5
de la Construcción Col. familia García Cabral 62 Febrero loco. Diseño de portada
para Revista de Revistas
45 La frontera septentrional de México 53 Amor ranchero. Diseño de portada Tinta sobre papel
Oleo sobre tela para Revista de Revistas 33 x 28
156 x 85 Tinta sobre papel Col. familia García Cabral
Embajada de México en Francia, 36 x 27
Secretaría de Relaciones Exteriores Col. familia García Cabral 63 Free Happy. Diseño de portada
para Revista de Revistas
46 Las futbolistas, 1922 54 Cántaro. Diseño de portada para Tinta sobre papel
Oleo sobre tela Revista de Revistas 35.5 x 27
146 x 1 14.5 Tinta sobre papel Col. familia García Cabral
Museo de Arte Moderno, INBA 36 x 27.5 Página 1 1 6
Página 64 Col. familia García Cabral
64 Gloria Swanson. Diseño de porta¬
47 Lindbergh 55 Charro con sarape. Diseño de por¬ da para Revista de Revistas
Oleo sobre tela tada para Revista de Revistas Tinta sobre papel
158 x 85 Tinta sobre papel 37 x 27.7
Secretaría de Relaciones Exteriores 40 x 30 Col. familia García Cabral
Col. familia García Cabral
Página 37

■ 171
ERNESTO GARCÍA CABRAL (1890-1968) JORGE GONZÁLEZ CAMARENA (1908 1980) ESCENOGRAFIA

65 Inmigrantes. Diseño de portada 74 Cemento Cruz Azul, ca. 1930 ANÓNIMO


para Revista de Revistas Lápiz sobre papel
Tinta sobre papel 19 x 24 81 Panel con motivos de árboles estili¬
36.5 x 27.7 Col. Alfredo González Camarena zados
Col. familia García Cabral Saint-Leu Temple sobre papel
492 x 253
66 Jarra, nopal y mujer. Diseño de por¬ Casa Bravo Reyes, A.C.
tada para Revista de Revistas J. NEQUELESCO (activo en la primera mitad del Página 121
Tinta sobre papel siglo XX)
34.5 x 27
Col. familia García Cabral 75 Homenaje a Dolores del Río, 1932 MIGUEL BRAVO REYES (1900 1952)
Tinta sobre papel
67 Jugadores de rugby. Diseño de por¬ 24 x 19 82 Panel con maguey
tada para Revista de Revistas Col. Jorge H. Rocha Marín Temple sobre papel
Tinta sobre papel 233 x 220
37 x 27.5 Casa Bravo Reyes, A.C.
Col. familia García Cabral FERMÍN REVUELTAS (1903 1935) Página 39
Página 143
76 Construcción de escuela rural. Pro¬
68 La dama de las dos esferas. Diseño yecto para el mural del general FOTOGRAFÍA
de portada para Revista de Revistas Alvaro Obregón, 1934
Tinta sobre papel Carbón sobre papel ANÓNIMO
37 x 28 120x 38
Col. familia García Cabral Col. Silvestre Revueltas 83 Ballet Carrol, ca. 1931
Impresión contemporánea
69 La mujer del perico. Diseño de por¬ 77 La Justicia. Proyecto para el mural 25.5 x 20.5
tada para Revista de Revistas del general Alvaro Obregón, 1934 Archivo General de la Nación, Se¬
Tinta sobre papel Carbón sobre papel cretaría de Gobernación. Fondo En¬
36 x 28 1 19 x 51.5 rique Díaz Delgado y García
Col. familia García Cabral Col. Silvestre Revueltas Página 1 20

70 Los faunos. Diseño de portada para 78 La Justicia Social. Proyecto para el 84 Carrusel, 1926
Revista de Revistas mural del general Alvaro Obregón, Impresión contemporánea
Tinta sobre papel 1934 20.5 x 25.5
42.5 x 32 Carbón sobre papel Archivo General de la Nación, Se¬
Col. familia García Cabral 1 19 x 51.5 cretaría de Gobernación. Fondo En¬
Col. Silvestre Revueltas rique Díaz Delgado y García
71 Pareja romántica. Diseño de porta¬
da para Revista de Revistas 85 Compañía internacional Wagón
Tinta sobre papel CARLOS TEJEDA (1904-1981) Lits, 1933
36.5 x 27 Impresión contemporánea
Col. familia García Cabral 79 El concreto es la síntesis de los ele¬ 20.5 x 25.5
mentos constructivos, ca. 1929 Archivo General de la Nación, Se¬
72 Torera. Diseño de portada para Re¬ Lápiz sobre papel cretaría de Gobernación. Fondo En¬
vista de Revistas 71 x 50 rique Díaz Delgado y García
Tinta sobre papel Col. particular
36 x 27.5 Página 156 86 Coristas del teatro Arbeu, 1933
Col. familia García Cabral Impresión contemporánea
Página 143 80 Ventas, ca. 1929 20.5 x 25.5
Lápiz sobre papel Archivo General de la Nación, Se¬
73 Una mirada en el tango. Diseño de 77x50 cretaría de Gobernación. Fondo En¬
portada para Revista de Revistas Col. particular rique Díaz Delgado y García
Tinta sobre papel Página 31
36.5 x 27.5
Col. familia García Cabral
Página 1 16
87 Coristas vestidas de aviadoras, ca. 95 Vedette, 1934 1 03 Canana, maíz y guitarra
1922 Impresión contemporánea Impresión contemporánea
Impresión contemporánea 20.5 x 25.5 18.1 x 23
20.5 x 25.5 Archivo General de la Nación, Se¬ Museo Nacional de Arte, INBA
Archivo General de la Nación, Se¬ cretaría de Gobernación. Fondo En¬ Página 156
cretaría de Gobernación. Fondo En¬ rique Díaz Delgado y García
rique Díaz Delgado y García 104 Cañas
Impresión contemporánea
88 Ferrocarril de Babia a la Higuera, ESTUDIO HOLLYWOOD (floreció en la primera 18 x 23.6
1933 mitad del siglo XX) Museo Nacional de Arte, INBA
Impresión contemporánea
20.5 x 25.5 96 Cristina Kahlo, ca. 1930 105 Dos alcatraces
Archivo General de la Nación, Se¬ Gelatina sobre bromuro Impresión contemporánea
cretaría de Gobernación. Fondo En¬ 17.3 x 12.3 23.7 x 18.3
rique Díaz Delgado y García Col. Cristina Kahlo Museo Nacional de Arte, INBA

89 Formación de cuerpo de policía en 106 Estadio, 1926


el teatro Lindbergh ANTONIO GARDUÑO (1885 1948) Impresión contemporánea
Impresión contemporánea 20.4 x 23.6
21 x 25.5 97 Nahui Olin Museo Nacional de Arte, INBA
Archivo Arturo Ortega Navarrete Vintage, gelatina sobre bromuro
26 x 16.5 1 07 Guitarra, canana y hoz
90 Jazz. Teatro Lírico, ca. 1931 Biblioteca de Arte Mexicano/Ricar¬ Impresión contemporánea
Impresión contemporánea do Pérez Escamilla 18 x 23.7
20.5 x 25.5 Museo Nacional de Arte, INBA
Archivo General de la Nación, Se¬ 98 Nahui Olin
cretaría de Gobernación. Fondo En¬ Vintage, plata sobre gelatina virada 108 La máquina de escribir de Julio An¬
rique Díaz Delgado y García 34 x 23.5 tonio Mella
Página 1 20 Col. Tomás Zurián Impresión contemporánea
18.1 x 23.4
91 José de la Herrón Pau y José de la 99 Nahui Olin con abrigo Museo Nacional de Arte, INBA

Herrón Villaseñor frente a las insta¬ Vintage, gelatina sobre bromuro


laciones de la XEW 26 x 16.5
Plata sobe gelatina Biblioteca de Arte Mexicano/Ricar¬ MARTÍN ORTIZ (activo en la primera mitad del siglo XX)
31.1 x 23.1 do Pérez Escamilla
Col. familia Ruiz de la Herrón 109 Nahui Olin con tocado
Página 1 15 Plata sobre gelatina
HURRELL (activo en la primera mitad del siglo XX) 24 x 18
92 Mexican Curios [s/c]. Teatro Lírico, Col. Tomás Zurián
1929 100 Dolores del Río en Hollywood, con Página 151
Impresión contemporánea atuendo diseñado por Mariano For-
20.5 x 25.5 tuny, modelo Delphos, ca. 1 930 1 10 Nahui Olin desnuda con mantón y
Archivo General de la Nación, Se¬ Plata sobre gelatina sable
cretaría de Gobernación. Fondo En¬ 34x26 Plata sobre gelatina
rique Díaz Delgado y García Col. Jorge H. Rocha Marín 24 x 16.5 "
Página 120 Página 1 17 Col. Tomás Zurián

93 Salvador Novo dirige un ensayo,


ca. 1940 TINA MODOTTI (1895 1942) ESCULTURA
Plata sobre gelatina
1 1.8 x 17 " 101 Arquitectura con andamios CARLOS BRACHO (1899-1966)
Escenología, A.C. Impresión contemporánea
25.2 x 20 111 La raza, ca. 1938
94 Tabla gimnástica en el Centro So¬ Museo Nacional de Arte, INBA Onix verde
cial y Deportivo Campo Balbuena, 42 x 24x 32
ca. 1940 102 Campesinos leyendo "El Machete" Col. Eduardo Brocho Solther
Impresión contemporánea Impresión contemporánea Página 131
21 x 25.5 20.3 x 24.5
Archivo Arturo Ortega Navarrete Museo Nacional de Arte, INBA

Página 32
MANUEL CENTURIÓN (1883 1948) A. METELUS (activo en la primera mitad del siglo XX) 131 Raza, 1932
Yeso patinado a la encáustica
1 12 Alegoría de la electricidad, ca. 121 El canto 75 x 44 x 39.5
1926 Bajorrelieve en madera Col. Anita Krauss de Rozo
Relieve en hierro colado 61 x 53
2.50 x 2.20 Biblioteca de Arte Mexicano/Ricar¬ 132 Siesta, 1932
Instituto Politécnico Nacional do Pérez Escamilla Bronce
Página 42 24.3 x 36.3 x 19.2
Col. Anita Krauss de Rozo
113 Caballo marino, 1929 LUIS ORTIZ MONASTERIO (1906-1990)
Reproducción de la talla original en
piedra ubicada en la escalera del 1 22 Desnudo de mujer GUILLERMO RUIZ (1894 1965)
edificio de la Secretaría de Salud Talla en madera
Página 1 40 35 x 24 x 13 133 Las plañideras, 1932
Col. particular Reproducción de la talla original en
piedra, ubicada en el costado de la
JUAN CRUZ REYES (19141991) 123 La victoria, 1935 catedral de Morelia, Mich.
Bronce Página 148
1 14 Monumento a la bandera 45 x 36 x 24
Bronce (fundición contemporánea) Col. Andrés Blaisten 1 34 Pureza o Antonieta Rivas Mercado,
58 x 82.5 x 32 1926
Col. Olga Arredondo vda. de Cruz 124 Mujer sentada Mármol
Reyes Terracota 50 x 21.5 x 35
31 x 24 x 26 Museo Nacional de Arte, NBA

Col. Federico Cantú Fabila


FIDIAS ELIZONDO (1891 1979)
RAUL DE LA SELVA (activo en la primera mitad del
115 La pensadora, 1 934 RÓMULO ROZO (1899-1964) siglo XX)
Talla en madera
40 x 22 x 32 125 Añoranza, 1932 135 Vendedor de sarapes, ca. 1935
Col. Florinda Puente Camberas Yeso patinado a la encáustica Bajorrelieve en madera policromada
77 x 79 x 50 68 x 29 x 2.5
Col. Anita Krauss de Rozo Col. F. Javier Cadena T.
OLIVERIO MARTÍNEZ (1901-1938) Página 132
126 Baco, 1942
1 16 Cabeza Yeso patinado a la encáustica
Bronce 64 x 39 x 29 ERNESTO TAMARIZ (1904 1988)
30 x 18 x 17 Col. Anita Krauss de Rozo
Col. Isaac Gutman 136 Alba y ocaso, 1948
127 El beso, 1932 Yeso patinado
1 17 Cabeza Yeso patinado a la encáustica 350 x 320 x 53
Bronce 102 x 1 12 x 71 Col. María Teresa Mascarúa vda.
23 x 16 x 14 Col. Anita Krauss de Rozo de Tamariz
Col. Adolfo Rodríguez Herrera Página 147
137 La patria
1 18 Maqueta del monumento a Madero 128 El pensamiento, 1931 Mármol peñuela
Yeso Yeso patinado a la encáustica 52 x 29 x 14
35.5 x 17.5 x 30.5 63 x 42 x 59 Col. María Teresa Mascarúa vda.
Col. María Elena Martínez Col. Anita Krauss de Rozo de Tamariz
Página 1 31
1 19 Maqueta del monumento ecuestre a 138 Revolución, proyecto monumento a
Madero 1 29 El triunfo de la vida, 1 943 Carranza, 1945
Bronce Bronce Mármol peñuela
35 x 14 x 25 51.5 x 26.5 x 16.5 80 x 1 28 x 26
Col. Moisés Rosas Col. Anita Krauss de Rozo Col. María Teresa Mascarúa vda.
de Tamariz
120 Maternidad clásica 130 Plegaria, 1932 Página 139
Bronce Yeso patinado a la encáustica
40 x 22.5 x 12 83.5 x 43.3 x 1 1.3
Col. familia Roberto Schoenfeld Col. Anita Krauss de Rozo
145 "Cines". En: CROM. Órgano oficial 151 El highball único. Bacardí. Anuncio
. IMPRESOS de la Confederación Regional Obre¬ en: revista Sucesos para Todos.
ra Mexicana. Revista quincenal ilus¬ Tomo Vil, núm. 88. México, 2 de
ANÓNIMO trada. Año IX, núm. 190. México, 5 octubre de 1 934.
de enero de 1933. Impreso
1 39 Alas tabaco entre fuerte. Fragantes Impreso 7.5 x 8.3
tabaco suave. Alas y fragantes. 28.2 x 22 Archivo Arturo Ortega Navarrete
Anuncio en: CROA/1. Organo oficial Hemeroteca Nacional, Instituto de In¬ Página 1 1 1
de la Confederación Regional Obre¬ vestigaciones Bibliográficas, UNAM
ra Mexicana. Revista quincenal ilus¬ Página 1 1 3 152 El otro cuento de la lechera. Ilustra¬
trada. Año X, núm. 237. México, 1 ción en: México al Día. La revista
de enero de 1935. 14ó "Comentarios deportivos". En: Revis¬ quincenal de mayor circulación en
Impreso ta de Revistas. El semanario nacio¬ la República. Tomo VIII, núm. 138.
25.7 x 18 nal. Año XXIII, núm. 1213. México, México, 15 de septiembre de 1934.
Hemeroteca Nacional, Instituto de In¬ 1 3 de agosto de 1933. Impreso
vestigaciones Bibliográficas, UNAM Impreso 15.7x 11.4
26.5 x 18.1 Col. Jaime Cuadriello
1 40 Bellezas del cine. Fotografía repro¬ Archivo Arturo Ortega Navarrete
ducida en: México al Día. La revista Página 29 153 El Palacio de Hierro. Anuncio en:
quincenal de mayor circulación en revista L'Art Vivant au Mexique.
la República. Tomo Vil, núm. 124. 147 "Comentarios deportivos". En: Revis¬ Año VI, núm. 122. París, 15 de
México, 15 de febrero de 1934. ta de Revistas. El semanario nacio¬ enero de 1932.
Impreso nal. Año XXIII, núm. 1218. México, Impreso
20.9 x 1 1.2 17 de septiembre de 1933. 24.8 x 18.5
Col. Jaime Cuadriello Impreso Centro Nacional de Investigación,
25.5 x 18 Documentación e Información de
141 Carnicerías sanitarias. Cruces verde, Archivo Arturo Ortega Navarrete las Artes Plásticas (Cenidiap), INBA
blanca y roja. Mercado Colón. Página 102
Anuncio en: revista El Retorno. Nú¬ 148 Composición tipográfica en piña.
mero especial. Monterrey, 1923. Portada de: Ignacio Marquina. Estu¬ 154 El Palacio de Hierro, S.A. Muebles
Impreso dio arquitectónico comparativo de los de calidad. Anuncio en: Zeta. Revis¬
16.2 x 10.8 monumentos arqueológicos de Mé¬ ta continental. Arte, ciencia, histo¬
Escenología, A.C. xico. México, Secretaría de Educa¬ ria, literatura. Año I, núm. 8. Méxi¬
Página 57 ción Pública, Talleres Gráficos de la co, noviembre de 1940.
Nación, 1 928. Impreso
142 Cerveza XX Impreso 21.5 x 17.5
Impreso 17 x 30 Archivo Arturo Ortega Navarrete
28.5 x 20.5 Col. Juan Coronel Rivera
Cervecería Cuauhtémoc-Moctezu- 1 55 El tres pelos (El bulldog mexicano).
ma, S.A. de C.V. 149 Delicados. La Tabacalera Mexicana Portada de partitura. Letra y música
S.A. Anuncio en: El Mundo. Diario por Alfonso M. Ríos. México, El
143 Cigarros. Número dos. Anuncio en: vespertino de política e informa¬ Junco, s.f.
revista Sucesos. El semanario popu¬ ción. Tomo VI, núm. 470. México, 7 Impreso
lar. Núm. 12. México, 4 de abril de de agosto de 1923. 32.4 x 23.5
1933. Impreso Biblioteca de las Artes, Centro Na¬
Impreso 14.5 x 10 cional de las Artes
23.2 x 16.6 Archivo General de la Nación, Se¬
Archivo Arturo Ortega Navarrete cretaría de Gobernación 156 Escuche usted. Anuncio en: revista
Papel de Humo. Año IV, núm. 3.
144 Cine Rex. Fotografía reproducida 150 "El cambio social de la mujer mexi¬ México, abril de 1935.
en: revista Cine Rex. Tomo I, núm. cana". En: revista Hoy. Año II, vol. Impreso
8. México, 5 de marzo de 1937. Vil, núm. 96. México, 24 de diciem¬ 29 x 20
Impreso bre de 1938. Col. Fernando Muñoz Castillo
10.5 x 13 Impreso
Col. particular 39.4 x 28.2
Archivo Arturo Ortega Navarrete
Página 28
ANÓNIMO 163 "La pirámide del Tajín". En: revista 169 Lotería Nacional. Libertad! Indepen¬
Todo. Semanario enciclopédico. dencia económica! 15 de septiem¬
157 Exija que sus dibujos sean de esta Año I, núm. 1. México, 5 de sep¬ bre. Anuncio en: Revista de Revis¬
época. Cadena M., Acevedo S., Val- tiembre de 1 933. tas. El semanario nacional. Año
tierra, Facha, Lara, Spivis dibujantes. Impreso XXIV, núm. 1268. México, 2 de sep¬
Anuncio en: Revista de Revistas. El 30.3 x 25.4 tiembre de 1934.
semanario nacional. Año XXIII, núm. Dirección General de la Biblioteca Impreso
1 199. México, 7 de mayo de 1933. de México, Departamento de Colec¬ 29 x 20.5
Impreso ciones Especiales Archivo Arturo Ortega Navarrete
10 x 16.5 Página 1 1 2
Archivo Arturo Ortega Navarrete 1 64 Loraine Kreuger y Joan Woodbury
Página 1 10 tiran al florete. Fotografía reprodu¬ 170 Milímetros teatrales. Fotografía re¬
cida en: revista Vea. Semanario mo¬ producida en: revista Vea. Semana¬
158 Fotograbadores y Rotograbadores derno. Año IV, núm. 159. México, rio moderno. Año IV, núm. 181.
Unidos, S.C.L. Anuncio en: revista 12 de noviembre de 1937. México, 15 de abril de 1938.
Todo. Semanario enciclopédico. Impreso Impreso
Año I, núm. 5. México, 3 de octu¬ 21.4 x 26 20.3 x 25.8
bre de 1933. Archivo Arturo Ortega Navarrete Archivo Arturo Ortega Navarrete
Impreso Página 144 Página 1 1 9
28.3 x 1 1.9
Archivo Arturo Ortega Navarrete 165 Los pegasos. Portada de partitura. 171 Modernismo. -Ya es hora de que te
Letra y música de H. Strecker. Méxi¬ formalices y pienses en buscar ma¬
159 Heynen, Everbush y Cía. Agencia co, Salvador Cabrera editor, 1921. rido. -¿Un marido?... ¿El de quién
comercial y marítima. Anuncio en: Impreso mamá? Portada de: La Caricatura.
Revista de Revistas. El semanario 23 x 19 Semanario humorístico. Año VI,
nacional. Año XXIV, núm. 1251. Biblioteca de las Artes, Centro Na¬ núm. 290. Mérida, 7 de noviembre
México, 6 de mayo de 1934. cional de las Artes de 1936.
Impreso Impreso
19.2 x 10.3 166 Lotería Nacional. El sorteo que lo 37 x 27.4
Archivo Arturo Ortega Navarrete hará rico! 15 de septiembre. Anun¬ Col. Fernando Muñoz Castillo
cio en: Revista de Revistas. El sema¬
160 Hombre con mazo. Portada de: nario nacional. Año XXIV, núm. 172 Mujer sentada fumando. Portada
CROM. Órgano oficial de la Confe¬ 1267. México, 26 de agosto de de: El Universal Ilustrado. Semana¬
deración Regional Obrera Mexica¬ 1934. rio artístico popular. Año VI, núm.
na. Revista quincenal ¡lustrada. Año Impreso 274. México, 3 de aqosto de
VIII, núm. 176. México, 15 de junio 29 x 20.5 1922.
de 1932. Archivo Arturo Ortega Navarrete Impreso
Impreso 30 x 22.3
28.8 x 22.8 167 Lotería Nacional. El sorteo que lo Hemeroteca Nacional, Instituto de
Biblioteca Miguel Lerdo de Tejada, hará rico. 15 de septiembre. Anun¬ Investigaciones Bibliográficas, UNAM
Secretaría de Hacienda y Crédito cio en: Revista de Revistas. El sema¬
Público nario nacional. Año XXIV, núm. 173 Novillero. Portada de partitura.
1270. México, 16 de septiembre Letra y música de María Teresa
161 Jicaras de Uruapan. Ilustración en: de 1934. Lara. Supervisión de Agustín Lara.
México al Día. La revista quincenal Impreso México, Asociación Mexicana de
de mayor circulación en la Repúbli¬ 29 x 20.5 Autores y Compositores, S.A., Edi¬
ca. Tomo Vil, núm. 122. México, Archivo Arturo Ortega Navarrete ciones XEW, 1935.
15 de enero de 1934. Impreso
Impreso 168 Lotería Nacional. Hágase rico! 15 25.4 x 19
14.5 x 17.1 de septiembre. Anuncio en: Revis¬ Col. familia Ruiz de la Herrón
Col. Jaime Cuadriello ta de Revistas. El semanario nacio¬
nal. Año XXIV, núm. 1269. México, 174 "Nuevos programas de radio". En:
162 La educación del pueblo. Portada 9 de septiembre de 1934. Revista de Revistas. El semanario
de: Ezequiel Padilla. La educación Impreso nacional. Año XXVIII, núm. 1497.
del pueblo. México, Herrero Hnos. 29 x 20.5 México, 29 de enero de 1939.
Sucs., 1929. Archivo Arturo Ortega Navarrete Impreso
Impreso 28.5 x 20.5
22.5 x 16 Archivo Arturo Ortega Navarrete
Centro Nacional de Investigación
Documentación e Información de
las Artes Plásticas (Cenidiap), INBA
175 Orange Crush. Anuncio en: Revista 1 81 Ritz. La media de seda pura que 186 Tabú. El perfume delicioso que
de Revistas. El semanario nacional. más dura. Anuncio en: suplemento nunca llega a evaporarse. Extracto,
Año XXI, núm. 1128. México, 27 Jueves de Excélsior. Núm. 874. Mé¬ polvo, lápiz para labios. Dana.
de diciembre de 1931. xico, 30 de marzo de 1939. Anuncio en: Revista de Revistas. El
Impreso Impreso semanario nacional. Año XXIV,
8.9 x 10.9 28.8 x 22 núm. 1271. México, 23 de septiem¬
Fondo Reservado, Biblioteca Museo Archivo Arturo Ortega Navarrete bre de 1 934.
Nacional de Arte, INBA. Donación Impreso
Germán Montalvo Aguilar, 1997 1 82 Rocainol. Laxante japonés de com¬ 19.ó x 10.8
puestos vegetales. Anuncio en: Re¬ Archivo Arturo Ortega Navarrete
176 Para trabajos gráficos Money. El vista de Revistas. El semanario
nombre es una garantía. Anuncio nacional. Año XXI, núm. 1 126. Mé¬ 1 87 Te quiero. Portada de partitura. Letra
en: CROM. Órgano oficial de la xico, 1 3 de diciembre de 1931. y música de María Teresa Lara. Arre¬
Confederación Regional Obrera Impreso glo de Agustín Lara. México, Wag-
Mexicana. Revista quincenal ¡lustra¬ 10 x ló ner y Levien Sucs. S. en C., 1 933.
da. Año X, núm. 230. México, 15 Fondo Reservado, Biblioteca Museo Impreso
de septiembre de 1934. Nacional de Arte, INBA. Donación 27 x 19
Impreso Germán Montalvo Aguilar, 1997 Col. familia Ruiz de la Herrón
7.2 x 17.6
Hemeroteca Nacional, Instituto de In¬ 1 83 Siglas con fondo floral. Portada de: 188 "Teatros". En: CROM. Órgano ofi¬
vestigaciones Bibliográficas, UNAM CROM. Órgano oficial de la Confe¬ cial de la Confederación Regional
deración Regional Obrera Mexica¬ Obrera Mexicana. Revista quince¬
177 Pirámide con serpiente. Portada de: na. Revista quincenal ¡lustrada. Año nal ilustrada. Año Vil, núm. 141.
Gregorio López y Fuentes. Los pere¬ IX, núm. 212. México, 15 de di¬ México, 1 de enero de 1931.
grinos inmóviles. México, Ediciones ciembre de 1933. Impreso
Botas, 1 944. Impreso 29 x 23
Impreso 28.8 x 22.8 Biblioteca Miguel Lerdo de Tejada,
20 x 10 Hemeroteca Nacional, Instituto de Secretaría de Hacienda y Crédito
Col. Enrique X. de Anda Alanís Investigaciones Bibliográficas, UNAM Público

178 Pómpela. L. T. Piver. Anuncio en: 1 84 Siglas con fondo geométrico. Porta¬ 189 Tostado grabador. Anuncio en:
México al Día. La revista quincenal da de: CROM. Órgano oficial de la CROM. Órgano oficial de la Confe¬
de mayor circulación en la Repúbli¬ Confederación Regional Obrera deración Regional Obrera Mexica¬
ca. Tomo VIII, núm. lóó. México, 1 Mexicana. Revista quincenal ilustra¬ na. Revista quincenal ¡lustrada. Año
de diciembre de 1935. da. Año Vil, núm. 154. México, 15 I, núm. 5. México, 1 de mayo de
Impreso de julio de 1931. 1925.
25.5 x 1 1.6 Impreso Impreso
Col. Jaime Cuadriello 29 x 22 26.5 x 1 8.ó
Biblioteca Miguel Lerdo de Tejada, Hemeroteca Nacional, Instituto de
179 Polvo Coty. Anuncio en: revista Secretaría de Hacienda y Crédito Investigaciones Bibliográficas, UNAM

Todo. Semanario enciclopédico. Público


Año IV, núm. lóó. México, 10 de 190 Un problema. ¿Qué le daré a él a
noviembre de 1936. 185 Sombreros Dobbs. Venta exclusiva cambio de tantos y tan valiosos re¬
Impreso de High Life. Anuncio en: México al galos? Portada de: La Caricatura.
23.5 x 18.5 Día. La revista quincenal de mayor Almanaque de 1937. Año Vil, núm.
Archivo Arturo Ortega Navarrete circulación en la República. Tomo 297. Mérida, 2 de enero de 1937.
VIII, núm. 153. México, 15 de Impreso
180 ¿Qué edad tienen sus anuncios? mayo de 1935. 37 x 27.4
Cadena M., Acevedo S., Valtierra Impreso Col. Fernando Muñoz Castillo
L, Facha, Lara, Spivis. Anuncio en: 26.4 x 18.4
Revista de Revistas. El semanario Col. Jaime Cuadriello 191 Veracruz. Portada de partitura.
nacional. Año XXIII, núm. 1202. Página 103 Letra y música de María Teresa
México, 28 de mayo de 1933. Lara. Supervisión de Agustín Lara.
Impreso México, Asociación Mexicana de
9.ó x ló Autores y Compositores, S.A, Edi¬
Archivo Arturo Ortega Navarrete ciones XEW, 1936.
Impreso
32.4 x 22.2
Col. familia Ruiz de la Herrón

1 77 •
ANÓNIMO 198 Zapaterías del Elefante. Anuncio 204 El pentagrama eléctrico. Portada
en: Electro. El magazine de Luz y de: Salvador Gallardo. El pentagra¬
192 Veramon. Dolor de cabeza. Anun¬ Fuerza y Tranvías. Año I, núm. 1 1. ma eléctrico. Puebla, Germán List
cio en: Revista de Revistas. El sema¬ México, junio de 1926. Arzubide editor/Ediciones del Mo¬
nario nacional. Año XXI, núm. Impreso vimiento Estridentista, 1925.
1091. México, 29 de marzo de 21.4 x 15.7 Impreso
1931. Archivo Arturo Ortega Navarrete 20 x 14.9
Impreso Museo Nacional de Arte, INBA. Do¬
25 x 9.6 1 99 Zeníth, el radio que domina la dis¬ nación Blanca Vemeersch de Ma-
Archivo Arturo Ortega Navarrete tancia. Anuncio en: revista Hoy. ples Arce, 1992
Página 109 Año I, vol. II, núm. 43. México, 18
de diciembre de 1937. 205 Fábricas. Portada de: Horizonte.
1 93 Veramon. Dolores de muelas. Anun¬ Impreso Revista mensual de actividad con¬
cio en: Revista de Revistas. El sema¬ 35.5 x 26 temporánea. Año II, tomo I, núm.
nario nacional. Año XXI, núm. Archivo Arturo Ortega Navarrete 10. Jalapa, abril y mayo de 1927.
1084. México, 8 de febrero de Impreso
1931. 19.8 x 21.6
Impreso A. C. F. (activo en la primera mitad del siglo XX] Col. Luis Mario Schneider
25 x 9.6
Archivo Arturo Ortega Navarrete 200 Un cutis juvenil en toda ocasión gra¬ 206 La suave patria. Ilustración en: Hori¬
cias a Pigmentina. Anuncio en: Mé¬ zonte. Revista mensual de actividad
1 94 Veramon. Las molestias periódicas. xico al Día. La revista quincenal de contemporánea. Año I, tomo I, núm.
Anuncio en: Revista de Revistas. El mayor circulación en la República. 6. Jalapa, septiembre de 1926.
semanario nacional. Año XXI, núm. Tomo V, núm. 81. México, 1 de Impreso
1086. México, 22 de febrero de mayo de 1 932. 9.8 x 17.2
1931. Impreso Col. Luis Mario Schneider
Impreso 17.5 x 17.4
25 x 9.6 Col. Jaime Cuadriello 207 Maquinismo teatral. El avión en la
Fondo Reservado, Biblioteca Museo escena. Ilustración en: Horizonte.
Nacional de Arte, INBA. Donación Revista mensual de actividad con¬
Germán Montalvo Aguilar, 1997 RAMÓN ALVA DE CANAL (1892 1985] temporánea. Año I, tomo I, núm. 2.
Jalapa, mayo de 1926.
195 Ya llegó al Puerto de Veracruz. 201 Aeroplano sobre la ciudad. Portada Impreso
Anuncio en: revista Todo. Semana¬ de: La Revista de América. Tomo I. 8.3 x 17.3
rio enciclopédico. Año I, núm. 2. México, julio de 1928. Col. Luis Mario Schneider
México, 1 2 de septiembre de 1 933. Impreso
Impreso 30.9 x 22.9 208 Paisaje con cascada. Portada de:
27.5 x 23.5 Museo Nacional de Arte, INBA. Do¬ Horizonte. Revista mensual de acti¬
Hemeroteca Nacional, Instituto de In¬ nación Blanca Vemeersch de Ma- vidad contemporánea. Año I, tomo
vestigaciones Bibliográficas, UNAM ples Arce, 1992 I, núm. 5. Jalapa, agosto de 1926.
Impreso
1 96 Va no te quiero. Portada de partitu¬ 202 El gato negro. Ilustración en: Hori¬ 31.4 x 23.2
ra. Letra y música de Rafael Hernán¬ zonte. Revista mensual de actividad Museo Nacional de Arte, INBA. Do¬
dez. México, Southern Music Pub- contemporánea. Año I, tomo I, núm. nación Blanca Vemeersch de Ma-
lishing Co. Inc., 1 937. 3. Jalapa, junio de 1926. ples Arce, 1992
Impreso Impreso
31 x 23.3 9.2 x 17
Col. Armando Pous Escalante Col. Luis Mario Schneider ANDRÉS AUDIFFRED (1895 1958)

1 97 Yol-lzma. Portada de: México al Día. 203 El movimiento estridentista, 1 927 209 Diafanias. Portada de partitura.
La revista quincenal de mayor circu¬ Impreso Letra y música de J. D. Moral. Arre¬
lación en la República. Tomo V, núm. 27.4 x 20.4 glo de Guillermo Posadas. México,
77. México, 1 de marzo de 1932. Museo Nacional de Arte, INBA. Do¬ Wagner y Levien Sucs. S. en C.,
Impreso nación Blanca Vemeersch de Ma- 1929.
25.8 x 20.5 ples Arce, 1992 Impreso
Col. Jaime Cuadriello 33.5 x 29
Col. Armando Pous Escalante

■ 1 78
210 El número del automóvil. Portada DEC (activo en la primera mitad del siglo XX) G. D. & A. (activos en la primera mitad del siglo XX)
de: El Universal Ilustrado. Semana¬
rio artístico popular. Año IX, núm. 216 Casablanca. Portada de partitura. 221 Las ferias mexicanas. Ilustración en:
460. México, 4 de marzo de Letra y música de Agustín Lara. Mé¬ Nuestra Ciudad. Organo del Depar¬
1926. xico, Promotora Hispano-America- tamento del Distrito Federal. Tomo I,
Impreso na de Música S.A., 1943. núm. 3. México, junio de 1930.
30 x 22 Impreso Impreso
Fondo Reservado, Biblioteca Museo 31.8 x 22.7 18x16
Nacional de Arte, INBA. Donación Col. familia Ruiz de la Herrón Archivo Arturo Ortega Navarrete
Germán Montalvo Aguilar, 1997

211 Pintor de anuncios. Portada de: ARMANDO DRESCHLER (1901 1964) ERNESTO GARCÍA CABRAL (1890 1968)
Azule¡os. Revista mensual mexica¬
na. Tomo I, núm. 2. México, sep¬ 217 Superior a todas las cervezas claras 222 Bailarina de flamenco. Portada de:
tiembre de 1921. es cerveza Moctezuma. Cartel. Mé¬ Revista de Revistas. El semanario
Impreso xico, s.f. nacional. Año XIX, núm. 989. Méxi¬
30.4 x 23.8 Impreso co, 14 de abril de 1929.
Col. particular 32 x 45 Impreso
Cervecería Cuauhtémoc-Moctezu- 33.7 x 26.4
ma, S.A. de C.V. Fondo Reservado, Biblioteca Museo
R. BATTLE (activo en la primera mitad del siglo XX) Nacional de Arte, INBA. Donación
Germán Montalvo Aguilar, 1 997
21 2 Compañía de comedias Poliorama. NORA DUMAS (activa en la primera mitad del si¬
Lupe Rivas Cacho. Cartel. Barcelo¬ glo XX) 223 Bajo la lluvia. Portada de: Revista
na, 1934. de Revistas. El semanario nacional.
Impreso 218 Danzarina. Fotografía reproducida Año XXV, núm. 1309. México, 16
99 x 69 en: revista Vea. Semanario moder¬ de junio de 1935.
Col. particular no. Año II, núm. 95. México, 21 de Impreso
agosto de 1 936. 29.1 x 20.8
Impreso Fondo Reservado, Biblioteca Museo
M. CADENA (activo en la primera mitad del siglo XX) 26.6 x 17.2 Nacional de Arte, INBA. Donación
Col. Fernando Muñoz Castillo Germán Montalvo Aguilar, 1997
21 3 Indígenas con ollas. Portada de: Re¬ Página 1 1 4
vista de Revistas. El semanario nacio¬
nal. Año XXII, núm. 171 3. México, 6 FAUSTO DE LA FUENTE (activo en la primera mitad 224 Bañista sorprendida por un pulpo.
de noviembre de 1932. del siglo XX) Portada de: Revista de Revistas. El
Impreso semanario nacional. Año XIX, núm.
29.1 x 21 219 Danza. Portada de: México al Día. 990. México, 21 de abril de 1929.
Archivo Arturo Ortega Navarrete La revista quincenal de mayor circu¬ Impreso
lación en la República. Tomo V, núm. 33.5 x 26.2
214 Tus cabellos. Portada de partitura. 62. México, 15 de julio de 1931. Fondo Reservado, Biblioteca Museo
Letra y música de Joaquín Pardavé. Impreso Nacional de Arte, INBA. Donación
México, Wagner y Levien Sucs. S. 25.4 x 20.3 Germán Montalvo Aguilar, 1 997
en C., 1934. Col. Jaime Cuadriello
Impreso 225 Campesino con puro. Portada de:
31 x 22.2 Revista de Revistas. El semanario
Col. Armando Pous Escalante JULIO DE LA FUENTE (activo en la primera mitad nacional. Año XX, núm. 1059. Mé¬
del siglo XX) xico, 17 de agosto de 1930.
Impreso
MIGUEL COVARRUBIAS (1904 1957) 220 Mezclilla. Portada de: Francisco 28.7 x 20.6
Sorquis. Mezclilla. Novela proleta¬ Fondo Reservado, Biblioteca Museo
215 Doble Charleston. Ilustración en: Mi¬ ria. Jalapa, Ediciones Gleba, 1933. Nacional de Arte, INBA. Donación
guel Covarrubias. Negro Drawings. Impreso Germán Montalvo Aguilar, 1997
Prefacio de Ralph Barton, introduc¬ 19 x 13.3
ción de Frank Crowninshield. Nueva Col. James Oles 226 Carnaval. Portada de: Revista de
York, Alfred A. Knopf, 1927. Revistas. El semanario nacional.
Impreso Año XIII, núm. 616. México, 26 de
37.7 x 25.4 febrero de 1 922.
Yale Collection of American Litera- Impreso
ture. Beinecke Library. Yale Uni- 36 x 27
versity Archivo Arturo Ortega Navarrete
ERNESTO GARCÍA CABRAL (1 890-1968) 233 Futbolista. Portada de: Revista de 238 Joven acechada por una multitud de
Revistas. El semanario nacional. hombres. Portada de: Revista de Re¬
227 Cuatro hombres observando a una Año XX, núm. 1067. México, 1 2 de vistas. El semanario nacional. Año
mujer. Portada de: Revista de Revis¬ octubre de 1930. XX, núm. 1070. México, 2 de no¬
tas. El semanario nacional. Año Impreso viembre de 1930.
XXI, núm. 1084. México, 8 de fe¬ 29.2 x 20.7 Impreso
brero de 1931. Fondo Reservado, Biblioteca Museo 29.1 x 20.8
Impreso Nacional de Arte, INBA. Donación Fondo Reservado, Biblioteca Museo
29.1 x 21 Germán Montalvo Aguilar, 1 997 Nacional de Arte, INBA. Donación
Fondo Reservado, Biblioteca Museo Página 1 1 4 Germán Montalvo Aguilar, 1997
Nacional de Arte, INBA. Donación
Germán Montalvo Aguilar, 1997 234 Harlem. Portada de: Revista de Re¬ 239 La más codiciada. Portada de: Re¬
Página 1 1 4 vistas. El semanario nacional. Año vista de Revistas. El semanario na¬
XXVI, núm. 1371. México, 30 de cional. Año XIX, núm. 981. México,
228 Danzante. Portada de: Revista de agosto de 1936. 24 de febrero de 1929.
Revistas. El semanario nacional. Impreso Impreso
Año XX, núm. 1074. México, 30 de 29 x 20.8 33.5 x 26.2
noviembre de 1930. Fondo Reservado, Biblioteca Museo Fondo Reservado, Biblioteca Museo
Impreso Nacional de Arte, INBA. Donación Nacional de Arte, INBA. Donación
29 x 20.7 Germán Montalvo Aguilar, 1997 Germán Montalvo Aguilar, 1997
Fondo Reservado, Biblioteca Museo Página 1 14
Nacional de Arte, INBA. Donación 235 Hombre de etiqueta con niña. Porta¬
Germán Montalvo Aguilar, 1997 da de: Revista de Revistas. El sema¬ 240 Las dos fuerzas. Portada de: Revista
nario nacional. Año XIX, núm. 984. de Revistas. El semanario nacional.
229 El modelo de primavera. Portada México, 10 de marzo de 1929. Año X, núm. 575. México, 15 de
de: Revista de Revistas. El semana¬ Impreso mayo de 1921.
rio nacional. Año XIX, núm. 988. 33.6 x 26.4 Impreso
México, 7 de abril de 1929. Fondo Reservado, Biblioteca Museo 36 x 27
Impreso Nacional de Arte, INBA. Donación Col. familia García Cabral
33.5 x 27 Germán Montalvo Aguilar, 1997
Archivo Arturo Ortega Navarrete Página 1 1 4 241 Lupe Vélez, estrella de la grandiosa
película nacional "La Zandunga"
230 El pueblo a la democracia: "Supon¬ 236 Ilustraciones en: J. Chargoy Gómez. que se exhibe con gran éxito en el
go señorita, que este año reanuda¬ Páginas escolares. Primer año. (Primer teatro Alameda. Portada de: Revista
remos nuestras relaciones". Portada grado del primer ciclo). Siluetas de E. de Revistas. El semanario nacional.
de: Revista de Revistas. El semana¬ C. W. y fotografías, la. edición. Mé¬ Año XXVIII, núm. 1452. México, 20
rio nacional. Año XVIII, núm. 977. xico, Sociedad de Edición y Libre¬ de marzo de 1938.
México, 20 de enero de 1929. ría Franco-Americana, S.A., 1925. Impreso
Impreso Impreso 28.7 x 20.6
33.5 x 25.7 9.7 x 4.5 Fondo Reservado, Biblioteca Museo
Fondo Reservado, Biblioteca Museo Archivo Arturo Ortega Navarrete Nacional de Arte, INBA. Donación
Nacional de Arte, INBA. Donación Germán Montalvo Aguilar, 1997
Germán Montalvo Aguilar, 1997 237 Indígena maya. Portada de: Revista
de Revistas. El semanario nacional. 242 Madre e hijos negros de paseo. Por¬
23 1 El último retoque. Portada de: Revis¬ Año XXVIII, núm. 1450. México, 6 tada de: Revista de Revistas. El se¬
ta de Revistas. El semanario nacio¬ de marzo de 1938. manario nacional. Año XXVI, núm.
nal. Año XIX, núm. 1004. México, Impreso 1381. México, 8 de noviembre de
28 de julio de 1929. 28.7 x 20.6 1936.
Impreso Fondo Reservado, Biblioteca Museo Impreso
33.5 x 26.2 Nacional de Arte, INBA. Donación 28.7 x 20.7
Archivo Arturo Ortega Navarrete Germán Montalvo Aguilar, 1997 Fondo Reservado, Biblioteca Museo
Página 1 14 Nacional de Arte, INBA. Donación
232 Figuras del carnaval. Portada de: Germán Montalvo Aguilar, 1997
Revista de Revistas. El semanario
nacional. Año XX, núm. 1034. Mé¬
xico, 23 de febrero de 1930.
Impreso
33.7 x 26.3
Fondo Reservado, Biblioteca Museo
Nacional de Arte, INBA. Donación
Germán Montalvo Aguilar, 1997
243 Mesera y clientes. Portada de: Re¬ 248 Mujer pintándose los labios frente a 253 Pareja bailando. Portada de: Revis¬
vista de Revistas. El semanario na¬ una escalinata. Portada de: Revista ta de Revistas. El semanario nacio¬
cional. Año XIX, núm. 991. México, de Revistas. El semanario nacional. nal. Año XX, núm. 1068. México,
28 de abril de 1 929. Año XIX, núm. 980. México, 10 de 1 9 de octubre de 1 930.
Impreso febrero de 1 929. Impreso
33.5 x 26.2 Impreso 29.1 x 21.3
Fondo Reservado, Biblioteca Museo 33.6 x 26.4 Fondo Reservado, Biblioteca Museo
Nacional de Arte, INBA. Donación Fondo Reservado, Biblioteca Museo Nacional de Arte, INBA. Donación
Germán Montalvo Aguilar, 1997 Nacional de Arte, INBA. Donación Germán Montalvo Aguilar, 1997
Germán Montalvo Aguilar, 1 997 Página 1 14
244 Mujer con fondo abstracto. Portada Página 1 14
de: Revista de Revistas. El semana¬ 254 Reconocimiento a Cecil B. de Mille
rio nacional. Año XIX, núm. 987. 249 Mujer sentada con cabeza reclina¬ por los exhíbidores de México,
México, 31 de marzo de 1929. da. Portada de: Revista de Revistas. 1928.
Impreso El semanario nacional. Año XX, Impreso
33.7 x 26.7 núm. 1064. México, 21 de septiem¬ 23 x 32
Fondo Reservado, Biblioteca Museo bre de 1930. Col. familia García Cabral
Nacional de Arte, INBA. Donación Impreso Página 36
Germán Montalvo Aguilar, 1 997 29.1 x 21
Fondo Reservado, Biblioteca Museo 255 ¡Uf! ... ¡Qué calor! Portada de: Re¬
245 Mujer con sombrero y abrigo con Nacional de Arte, INBA. Donación vista de Revistas. El semanario na¬
decoraciones geométricas. Portada Germán Montalvo Aguilar, 1997 cional. Año XIX, núm. 993. México,
de: Revista de Revistas. El semana¬ Página 1 14 12 de mayo de 1929.
rio nacional. Año XIX, núm. 985. Impreso
México, 17 de marzo de 1929. 250 Mujeres conversando en el parque. 30.5 x 26.2
Impreso Portada de: Revista de Revistas. El se¬ Fondo Reservado, Biblioteca Museo
33.7 x 26.5 manario nacional. Año XIX, núm. 981. Nacional de Arte, INBA. Donación
Fondo Reservado, Biblioteca Museo México, 17 de febrero de 1929. Germán Montalvo Aguilar, 1997
Nacional de Arte, INBA. Donación Impreso
Germán Montalvo Aguilar, 1997 33.5 x 26.2
Página 56 Fondo Reservado, Biblioteca Museo AGUSTÍN JIMÉNEZ (1901 1974)
Nacional de Arte, INBA. Donación
246 Mujer de overol. Portada de: Revis¬ Germán Montalvo Aguilar, 1997 256 La danza artística. Fotografía repro¬
ta de Revistas. El semanario nacio¬ ducida en: México al Día. La revis¬
nal. Año XX, núm. 1081. México, 251 Muñecas. Portada de: Revista de Re¬ ta quincenal de mayor circulación
1 8 de enero de 1931. vistas. El semanario nacional. Año en la República. Tomo Vil, núm. 132.
Impreso XVIII, núm. 890. México, 29 de ma¬ México, 15 de junio de 1934.
29.1 x 21 yo de 1927. Impreso
Fondo Reservado, Biblioteca Museo Impreso 22.1 x 16.4
Nacional de Arte, INBA. Donación 33.5 x 26.2 Col. Jaime Cuadriello
Germán Montalvo Aguilar, 1997 Col. familia García Cabral
Página 1 14 Página 1 1 6
LUIS M. (activo en la primera mitad del siglo XX)
247 Mujer etrusca. Portada de: Revista 252 Pareja adinerada en un palco de tea¬
de Revistas. El semanario nacional. tro. Portada de: Revista de Revistas. 257 Solo tú. Portada de partitura. Letra
Año XXII, núm. 1 150. México, 29 El semanario nacional. Año XX, núm. y música de Agustín Lara. Nueva
de mayo de 1932. 1053. México, 6 de julio de 1930. York, Southern Music Publishing Co.
Impreso Impreso Inc., 1930.
29 x 20.6 29.2 x 20.7 Impreso
Col. Jaime Cuadriello Fondo Reservado, Biblioteca Museo 23 x 19
Nacional de Arte, INBA. Donación Col. familia Ruiz de la Herrón
Germán Montalvo Aguilar, 1997 Página 24
Página 1 14

18 1-
MATHEI (octivo en la primera mitad del siglo XX) 265 Letra capitular "P". Ilustración en: 271 Vasija con motivos florales. Portada
Roberto Montenegro. Máscaras me¬ de: Gerardo Murillo. Las artes po¬
258 Cortesana. Portada de partitura. xicanas. México, Talleres Gráficos pulares en México. Vol. II. México,
Letra y música de Agustín Lara. de la Nación, 1926. Editorial Cultura, 1922.
Nueva York, Southern Music Publish- Impreso Impreso
ing Co. Inc., 1930. 5x5 8.1 x 1 1
Impreso Biblioteca Nacional, Instituto de In¬ Biblioteca de Arte Mexicano/Ricar¬
23 x 19 vestigaciones Bibliográficas, UNAM do Pérez Escamilla
Col. familia Ruiz de la Herrón
266 Velero. Viñeta en: José de Jesús
259 Despierta. Portada de partitura. Núñez y Domínguez. Música suave. NAHUI OLIN (1893-1978)
Letra y música de Agustín Lara. Versos azul y negro. México, Libre¬
Nueva York, Southern Music Publish- ría Española, 1921. 272 Autorretrato a los diez años. Portada
ing Co. Inc., 1 930. Impreso de: Nahui Olin. A dix ans sur mon pu¬
Impreso 8 0 pitre. México, Editorial Cultura, 1924.
23 x 18.5 Biblioteca Nacional, Instituto de In¬ Impreso
Col. familia Ruiz de la Herrón vestigaciones Bibliográficas, UNAM 16 x 13.5
Biblioteca de Arte Mexicano/Ricar¬
260 Mi novia. Portada de partitura. Letra do Pérez Escamilla
y música de Agustín Lara. Nueva GERARDO MURILLO "DR. ATL" (1875 1964)
York, Southern Music Publishing Co.
Inc., 1931. 267 El Popocatépetl. Portada de: Gerar¬ MARTIN ORTIZ (activo en la primera mitad del si¬
Impreso do Murillo. Las sinfonías del Popo¬ glo XX)

23 x 19 catépetl. México, Ediciones México


Col. familia Ruiz de la Herrón Moderno, Biblioteca de Autores Mo¬ 273 La notable bailarina mexicana Eva
Página 24 dernos, 1921. Beltri [...]. Portada de: México al
Impreso Día. La revista quincenal de mayor
261 Tus pupilas. Portada de partitura. 10.5 x 1 1 circulación en la República. Tomo
Letra y música de Agustín Lara. Mé¬ Col. Juan Coronel Rivera VI, núm. 90. México, 15 de sep¬
xico, Southern Music Publishing Co. tiembre de 1932.
Inc., 1932. 268 Nahui Olin. Portada de: Carmen Impreso
Impreso Mondragón "Nahui Olin". Optica 25.6 x 20.5
29.3 x 23 cerebral. Poemas dinámicos. Méxi¬ Col. Jaime Cuadriello
Col. familia Ruiz de la Herrón co, Ediciones México Moderno,
1922.
Impreso PHOTO CHIC (floreció en la primera mitad del si¬
ROBERTO MONTENEGRO (1887 1968) 24.5 x 19.7 glo XX)

Col. Tomás Zurián


262 Arlequín. Portada de: Azulejos. Re¬ 274 El elegantísimo salón de transmisio¬
vista mensual mexicana. Tomo I, 269 Nahui Olin. Cariñosamente yo nes de la flamante estación de
núm. 6. México, febrero de 1922. estoy dentro. Portada de: Nahui radio XEW [...]. Fotografía reprodu¬
Impreso Olin. Cálinement je suis dedans. cida en: México al Día. La revista
27.8 x 21.4 México, Librería Gillot, julio de quincenal de mayor circulación en
Biblioteca de Arte Mexicano/Ricar¬ 1923. la República. Tomo VI, núm. 88.
do Pérez Escamilla Impreso México, 15 de agosto de 1932.
24.6 x 20.8 Impreso
263 Colección Pañi. Portada de: Catálo¬ Col. Tomás Zurián 10.9 x 17.4
go de la colección Pañi. México, Col. Jaime Cuadriello
Universidad Nacional, 1921. 270 ¡Oro! más oro. Portada de: Gerar¬
Impreso do Murillo. ¡Oro! más oro. México,
16 x 12 Ediciones Botas, 1936. RAFF (activo en la primera mitad del siglo XX)
Col. Jaime Cuadriello Impreso
19.5 x 12.8 275 Nueva York. Ciudad crisol. Ilustra¬
264 Estilización incaica. Ilustración en: Col. Juan Coronel Rivera ción en: México al Día. La revista
CROM. Organo oficial de la Confe¬ quincenal de mayor circulación en
deración Regional Obrera Mexica¬ la República. Tomo Vil, núm. 126.
na. Suplemento núm. 7. Año II, núm. México, 15 de marzo de 1934.
39. México, 1 de octubre de 1926. Impreso
Impreso 14.3 x 1 1.4
21 x 17 Col. Jaime Cuadriello
Archivo Pablo Amor Página 63
FERMÍN REVUELTAS (1903-1935) ARMANDO VALDÉS DE LA PEZA (activo en la pri¬ ALEX PHILLIPS (1900-1977)
mera mitad del siglo XX)
276 Barco estilizado. Portada de: Cri¬ 287 Mujeres de hoy, 1936
sol. Revista de crítica. Año III, tomo 281 Alegoría oaxaqueña. Ilustración en: Plata sobre gelatina
VI, núm. 31. México, 30 de julio de Nuestro México. Un magazine men¬ 19x23.5 V
1931. sual exclusivamente mexicano. Año Col. Fernando Muñoz Castillo
Impreso I, tomo I, núm. 2. México, marzo de
22.8 x 16.4 1932. 288 Mujeres de hoy, 1936
Col. Silvestre Revueltas Impreso Plata sobre gelatina
10.2 x 7.5 20.3 x 25.4
277 El son del corazón. Portada de: Col. familia Ruiz de la Herrón Filmoteca UNAM
Ramón López Velarde. El son del co¬ Página 1 19
razón. Homenaje del Bloque de 282 Nuestras indias. Portada de: Nuestro
Obreros Intelectuales de México al México. Un magazine mensual ex¬ 289 ¿Quién mató a Eva?, 1934
cantor por antonomasia de la pro¬ clusivamente mexicano. Año I, tomo Fotomontaje
vincia Ramón López Velarde. Méxi¬ I, núm. 1. México, marzo de 1932. 33 x 43.5
co, Talleres Tipográficos de Alfredo Impreso Filmoteca UNAM
del Bosque, 1932. 32 x 23.5 Página 1 1 8
Impreso Col. familia Ruiz de la Herrón
23 x 17.2
Col. Juan Coronel Rivera FRAGMENTOS FÍLMICOS
III. MATERIAL
278 Fábrica. Viñeta en: Crisol. Revista CINEMATOGRÁFICO 290 Alarma, 1937
de crítica. Año III, tomo V, núm. 34. Producción: Jorge Vélez. Dirección:
México, octubre de 1931. FOTO FIJA René Cardona. Fotografía: Ross F¡-
Impreso sher. Escenografía: Mariano Rodrí¬
8.5 x 1 1.5 LAURON "JACK" DRAPER (activo en la primera guez Granada. Intérpretes: Jorge
Col. Silvestre Revueltas mitad del siglo XX) Vélez, Yolanda Prida, Alfredo del
Diestro y Jovita Prida.
283 Janitzio, 1934 Filmoteca UNAM
DIEGO RIVERA (1886 1957) Plata sobre gelatina
20.3 x 25.4 291 Así es la mujer, 1936
279 Manos con trigo y serpiente. Porta¬ Filmoteca UNAM Producción: Duquesa Olga y José
da de: Rosendo Solazar. México en Página 27 Bohr. Dirección: José Bohr. Fotogra¬
pensamiento y acción. México, fía: Gilberto y Raúl Martínez Sola¬
Avante, 1926. res. Escenografía: Julio Cano. Intér¬
Impreso GABRIEL FIGUEROA (1908 1997) pretes: José Bohr, René Cardona,
23 x 17.4 Barry Norton, Carmen Conde y Sara
Col. Juan Coronel Rivera 284 La noche de los mayas, 1 939 García.
Plata sobre gelatina Filmoteca UNAM

20.3 x 25 "
SEGURA (activo en la primera mitad del siglo XX) Filmoteca UNAM 292 Dos monjes, 1934
Producción: Proa Films, Hermanos
280 Bailarina con turbante. Portada de: 285 ¡Que viene mi marido!, 1939 San Vicente. Dirección: Juan Bustillo
El Universal Ilustrado. Semanario Plata sobre gelatina Oro. Fotografía: Agustín Jiménez.
artístico popular. Año VI, núm. 270. 20.3 x 25.4 Escenografía: Mariano Rodríguez
México, 6 de julio de 1922. Filmoteca UNAM Granada y Carlos Toussaint. Intér¬
Impreso Página 1 1 8 pretes: Magda Haller, Víctor Urru-
30 x 21.5 chua, Carlos Villatoro.
Biblioteca Rubén Bonifaz Ñuño, Ins¬ Filmoteca UNAM

tituto de Investigaciones Filológicas, AGUSTÍN JIMÉNEZ (1901 1974)


UNAM 293 El fantasma del convento, 1934
Página 1 1 3 286 Dos monjes, 1934 Producción: Producciones FESA,

Plata sobre gelatina Jorge Pezet. Dirección: Fernando


20.3 x 25.4 de Fuentes. Fotografía: Ross Fisher.
Filmoteca UNAM Escenografía: Fernando A. Rivero.
Página 27 Intérpretes: Marta Roel, Enrique del
Campo, Carlos Villatoro y Paco
Martínez.
Filmoteca UNAM

• 1 83
294 El misterio del rostro pálido, 1935 300 Marihuana (El monstruo verde),
IV. ARQUITECTURA
Producción: Producciones Alcayde 1936
S.A., José Alcayde. Dirección: Juan Producción: Duquesa Olga y José
Bustillo Oro. Fotografía: Agustín Ji¬ Bohr. Dirección: José Bohr. Fotogra¬ PLANOS
ménez. Escenografía: Carlos Tous- fía: Alex Phillips. Escenografía: Jorge
saint. Intérpretes: Beatriz Ramos, Fernández. Intérpretes: José Bohr, Lu¬ FEDERICO MARISCAL (1881-1971)
Joaquín Busquéis, Julio Villareal y pita Tovar, Barry Norton y René Car¬
Natalia Ortiz. dona. 305 Palacio de Bellas Artes. Barandal
Filmoteca UNAM Filmoteca UNAM del palco de honor, 1 932
Lápiz sobre papel
295 Janitzio, 1934 301 Mientras México duerme, 1938 37.5 x 47
Producción: Cinematográfica Mexi¬ Producción: Iracheta y Elvira. Direc¬ Dirección de Arquitectura y Conser¬
cana, S.A., Antonio Mañero y José ción: Alejandro Galindo. Fotogra¬ vación del Patrimonio Artístico In¬
Luis Bueno. Dirección: Carlos Nava¬ fía: Gabriel Figueroa. Escenografía: mueble, INBA/Fondo Palacio de
rro. Fotografía: Lauron Jack Draper. Jorge Fernández. Intérpretes: Arturo Bellas Artes
Escenografía: José Rodríguez Gra¬ de Córdova, Gloria Morel, Miguel
nado. Intérpretes: Emilio Fernández, Arenas y Alberto Martí. 306 Palacio de Bellas Artes. Cancel de
María Teresa Orozco y Gilberto Filmoteca UNAM entrada a la sala de fiestas, ca.
González. 1930
Filmoteca UNAM 302 Mujeres de hoy, 1936 Lápiz sobre papel
Producción: La Mexicana. Direc¬ 57 x 70
296 La familia Dressel, 1 935 ción: Ramón Peón. Fotografía: Alex Dirección de Arquitectura y Conser¬
Producción: Impulsora CinematogrᬠPhillips. Escenografía: José Rodrí¬ vación del Patrimonio Artístico In¬
fica S.A. Dirección: Fernando de guez Granada. Intérpretes: Adriana mueble, INBA/Fondo Palacio de
Fuentes. Fotografía: Alex Phillips. Es¬ Lamar, Ramón Pereda, Victoria Bellas Artes
cenografía: Francisco Gómez Pala¬ Blanco y Juan José Martínez Casa¬
cio. Intérpretes: Consuelo Frank, do. 307 Palacio de Bellas Artes. Detalle de
Jorge Vélez, Rosita Arriaga y Julián Filmoteca UNAM la gran escalera, 1932
Soler. Lápiz sobre papel
Filmoteca UNAM 303 ¡Que viene mi marido!, 1 939 32.5 x 92.5
Producción: Films Mundiales. Direc¬ Dirección de Arquitectura y Conser¬
297 La mujer del puerto, 1933 ción: Chano Urueta. Fotografía: vación del Patrimonio Artístico In¬
Producción: Eurindia Films, Ser¬ Gabriel Figueroa. Escenografía: mueble, INBA/Fondo Palacio de
vando C. de la Garza. Dirección: Manuel Fontanals. Intérpretes: Artu¬ Bellas Artes
Arcady Boytler. Fotografía: Alex ro de Córdova, Joaquín Pardavé,
Phillips. Escenografía: Fernando A. Domingo Soler y Erna Roldán. 308 Palacio de Bellas Artes. Sala de es¬
Rivero. Intérpretes: Andrea Palma, Filmoteca UNAM pectáculos. Detalle de entre-eje de
Domingo Soler, Joaquín Busquets y los palcos y arco del proscenio,
Consuelo Segarra. 304 ¿Quién mató a Eva?, 1 934 1930
Filmoteca UNAM Producción: Duquesa Olga y José Tinta sobre papel
Bohr. Dirección: José Bohr. Fotogra¬ 201.5 x 97.5
298 La noche de los mayas, 1939 fía: Alex Phillips. Escenografía: Fer¬ Dirección de Arquitectura y Conser¬
Producción: FAMA, Francisco de P. nando A. Rivero. Intérpretes: José vación del Patrimonio Artístico In¬
Cabrera. Dirección: Chano Urueta. Bohr, Jorge Vélez, Julio Villareal, Jo¬ mueble, INBA/Fondo Palacio de
Fotografía: Gabriel Figueroa. Ves¬ sefina Vélez y Miguel M. Delgado. Bellas Artes
tuario maya: María Urbina. Intér¬ Filmoteca UNAM Página 163
pretes: Arturo de Córdova, Stella
Inda, Isabela Corona y Luis Aldás.
Filmoteca UNAM FEDERICO MARISCAL (1881-1971), atribuido

299 Luponini de Chicago, 1935 309 Palacio de Bellas Artes. Detalle del
Producción: Duquesa Olga y José gran hall. Mascarón maya, 1933
Bohr. Dirección: José Bohr. Fotogra¬ Lápiz sobre papel
fía: Ross Fisher. Escenografía: José 75 x 53
Rodríguez Granada. Intérpretes: Dirección de Arquitectura y Conser¬
José Bohr, Anita Blanch, Carlos V¡- vación del Patrimonio Artístico In¬
llatoro e Isabelita Blanch. mueble, INBA/Fondo Palacio de
Filmoteca UNAM Bellas Artes
CARLOS OBREGÓN SANTACILIA (1896 1961) 316 Departamento de Salubridad e Hi¬ 321 Edificio para comercios, cine y habi¬
giene Pública, México. Proyecto del taciones. Plaza de la Ermita, 1930
310 Banco de México. Detalle del dise¬ edificio, 1925 Lápiz sobre papel
ño del plafón Lápiz sobre papel 69.5 x 65
Acuarela sobre papel 42 x 66 Dirección de Arquitectura y Conser¬
32.4 x 49.5 Dirección de Arquitectura y Conser¬ vación del Patrimonio Artístico In¬
Dirección de Arquitectura y Conser¬ vación del Patrimonio Artístico In¬ mueble, INBA/Fondo Juan Segura
vación del Patrimonio Artístico In¬ mueble, INBA/Fondo Carlos Obre¬ Página 160
mueble, INBA/Fondo Carlos Obre¬ gón Santacilia
gón Santacilia
Página 161 317 Departamento de Salubridad e Hi¬ FRANCISCO J. SERRANO (1900 1982)
giene Pública. Reja de la entrada
31 1 Banco de México. Detalle del mo¬ Lápiz sobre papel 322 Ambientación del cine Cetro [cine
saico para el hall, 1926 50 x 62 Encanto], 1937
Lápiz y tinta sobre papel Dirección de Arquitectura y Conser¬ Lápiz sobre papel
66 x 42 (esc. 1:20) vación del Patrimonio Artístico In¬ 46 x 61
Dirección de Arquitectura y Conser¬ mueble, INBA/Fondo Carlos Obre¬ Col. Francisco Serrano Cacho
vación del Patrimonio Artístico In¬ gón Santacilia
mueble, INBA/Fondo Carlos Obre¬ 323 Ambientación del cine Cetro [cine
gón Santacilia 31 8 Monumento a la Revolución. Pan¬ Encanto], 1937
teón de los hombres ilustres de la Lápiz sobre papel
31 2 Banco de México. Hall del público, Revolución. Vista de la cripta, 1934 46 x 61
1925 Lápiz sobre papel Col. Francisco Serrano Cacho
Lápiz sobre papel 45.5 x 58
43.5 x 62.5 Dirección de Arquitectura y Conser¬ 324 Detalles decorativos para fachadas
Dirección de Arquitectura y Conser¬ vación del Patrimonio Artístico In¬ Lápiz sobre papel
vación del Patrimonio Artístico In¬ mueble, INBA/Fondo Carlos Obre¬ 53 x 75
mueble, INBA/Fondo Carlos Obre¬ gón Santacilia Col. Francisco Serrano Cacho
gón Santacilia
Página 74 325 Edificio Aero. Planta y alzado de la
CARLOS OBREGÓN SANTACILIA (18961961), escalera principal y detalle de la
313 Departamento de Salubridad e Hi¬ atribuido mis- ma, 1936
giene Pública. Fachada laboratorios Lápiz sobre papel
Lápiz sobre papel 319 Monumento a la Revolución. Urna 50 x 74
45.5 x 84 de Carranza Col. Francisco Serrano Cacho
Dirección de Arquitectura y Conser¬ Acuarela y lápiz sobre papel Página 140
vación del Patrimonio Artístico In¬ 27.5 x 20.8
mueble, INBA/Fondo Carlos Obre¬ Dirección de Arquitectura y Conser¬ 326 Edificio Anáhuac. Corte longitudinal
gón Santacilia vación del Patrimonio Artístico In¬ de la galería de entrada, 1932
mueble, INBA/Fondo Carlos Obre¬ Lápiz sobre papel
3 14 Departamento de Salubridad e Hi¬ gón Santacilia 25 x 71
giene Pública. Privado del jefe del Página 158 Col. Francisco Serrano Cacho
Departamento
Acuarela sobre papel 327 Edificio Anáhuac. Detalle del direc¬
42 x 61 JUAN SEGURA (1898-1989) torio y apartados
Dirección de Arquitectura y Conser¬ Lápiz sobre papel
vación del Patrimonio Artístico In¬ 320 Casa de Salud Mier y Pesado. 26 x 23.5
mueble, INBA/Fondo Carlos Obre¬ Barda a la Av. Revolución. Detalle Col. Francisco Serrano Cacho
gón Santacilia de machón, 193 1
Página 163 Lápiz sobre papel 328 Edificio Anáhuac. Fachada, 1932
35 x 20 Lápiz sobre papel
315 Departamento de Salubridad e Hi¬ Dirección de Arquitectura y Conser¬ 37.5 x 37.5
giene Pública. Privado del Oficial vación del Patrimonio Artístico In¬ Col. Francisco Serrano Cacho
Mayor mueble, INBA/Fondo Juan Segura
Lápiz y acuarela sobre papel
49.5 x 57
Dirección de Arquitectura y Conser¬
vación del Patrimonio Artístico In¬
mueble, INBA/Fondo Carlos Obre¬
gón Santacilia

■ 1 85
FRANCISCO J. SERRANO (1900-1982) 338 Edificio San Martín. Reja baja de la FOTOGRAFIA
entrada del porche
329 Edificio Haghembeck. Detalle del Metal forjado ANÓNIMO
piso y jardinera, 1932 246 x 1 1 1 x 1.8
Lápiz sobre papel Edificio San Martín 345 Casa-habitación en la colonia Hipó¬
38 x 26.5 dromo-Condesa
Col. Francisco Serrano Cacho 339 Vitral Sol y Luna Plata sobre gelatina
Página 134 Cristal emplomado 22 x 28
110 x 194 Col. Francisco Serrano Cacho
330 Edificio Haghembeck. Detalles de Galería Daniel Liebsohn
la escalera principal, 1932 Página 149 346 Casa-habitación en la colonia Hipó¬
Lápiz sobre papel dromo-Condesa
35.7 x 46.7 Plata sobre gelatina
Col. Francisco Serrano Cacho DIEGO RIVERA (1 886-1957) 33 x 24
Página 74 Col. Francisco Serrano Cacho
340 Boceto para el vitral Agua, de la
331 Edificio Haghembeck. Detalles exte¬ serie dedicada a los elementos 347 Centro Social y Deportivo Campo
riores e interiores, 1932 para la Secretaría de Salud Balbuena, ca. 1 940
Lápiz sobre papel Lápiz sobre papel Impresión contemporánea
49.5 x 73.3 71.3 x 26 21 x 25.5
Col. Francisco Serrano Cacho Col. Juan Coronel Rivera Archivo Arturo Ortega Navarrete
Página 1 34
341 Boceto para el vitral Aire, de la 348 Centro turista hotel Fénix, ca. 1941
332 Edificio Huichapan. Detalle de la fa¬ serie dedicada a los elementos Tarjeta postal
chada para la Secretaría de Salud 9x14
Lápiz sobre papel Lápiz sobre papel Col. Juan Coronel Rivera
58.4 x 25.5 71.3 x 26
Col. Francisco Serrano Cacho Col. Juan Coronel Rivera 349 Cine César
Impresión contemporánea
333 Edificio Jardines. Corte 342 Boceto para el vitral Fuego, de la 21 x 25.5
Lápiz sobre papel serie dedicada a los elementos Archivo Armando Pous Escalante
50 x 71 para la Secretaría de Salud
Col. Francisco Serrano Cacho Lápiz sobre papel 350 Cine Edén
71.3 x 26 Impresión contemporánea
334 Edificio Jardines. Detalle del patio Col. Juan Coronel Rivera 21 x 25.5
interior Archivo Armando Pous Escalante
Lápiz sobre papel
48.2 x 74.5 DIEGO RIVERA (1886-1957), proyectó, y VI- 351 Cine Encanto
Col. Francisco Serrano Cacho LLASENOR (activo en la primera mitad del siglo XX), Plata sobre gelatina
ejecutó 25.3 x 20.3
335 Edificio Jardines. Detalles para ba¬ Col. Francisco Serrano Cacho
randales, 1932 343 Aire, de la serie de vitrales dedicada
Lápiz sobre papel a los elementos en el edificio de la 352 Cine Encanto. Vista lateral del inte¬
45.5 x 37.5 Secretaría de Salud en Lieja núm. 7. rior de la sala, 1937
Col. Francisco Serrano Cacho Reproducción del original Plata sobre gelatina
Página 38 21 x 25.5 "
336 Edificio Jardines. Fachadas Col. Francisco Serrano Cacho
Lápiz sobre papel
39 x 65.5 VILLASEÑOR (activo en la primera mitad del siglo XX) 353 Cine Odeón
Col. Francisco Serrano Cacho Impresión contemporánea
344 Vitrales del edificio San Martín 21 x 25.5
Cristal emplomado Archivo Armando Pous Escalante
ORNAMENTOS 239 x 85
Edificio San Martín 354 Cine Orfeón
ANÓNIMO Impresión contemporánea
21 x 25.5
337 Edificio San Martín. Puerta de de¬ Archivo Armando Pous Escalante
partamento
Madera laqueada y metal
258 x 90 x 4.5
Edificio San Martín

1 86 ■
355 Cine Pathé 366 Frontón México, 1929 376 Hotel Selva. Cuernavaca, Morelos
Impresión contemporánea Impresión contemporánea Tarjeta postal
21 x 25.5 21 x 25.5 9x14
Archivo Armando Pous Escalante Archivo Arturo Ortega Navarrete Col. Juan Coronel Rivera

356 Cine Roma 367 Fundación Mier y Pesado. Orfano¬ 377 Monumental Cinema
Impresión contemporánea torio. Entrada al vestíbulo Impresión contemporánea
21 x 25.5 Tarjeta postal 21 x 25.5
Archivo Armando Pous Escalante 13.5 x 8.9 Archivo Armando Pous Escalante
Col. Jaime Cuadriello
357 Cine Roxy 378 Pórtico del mercado Juárez, To¬
Impresión contemporánea 368 Fundación Mier y Pesado. Orfanato- rreón, Coah.
21 x 25.5 rio. Entrada principal. Vista frontal Tarjeta postal
Archivo Armando Pous Escalante Tarjeta postal 11x14
9 x 13.6 Col. Jaime Cuadriello
358 Cine-teatro Balbuena Col. Jaime Cuadriello Página 76
Impresión contemporánea
21 x 25.5 369 Fundación Mier y Pesado. Orfanato-
Archivo Armando Pous Escalante rio. Entrada principal. Vista lateral HUGO BREHME (1882-1954)
Tarjeta postal
359 Cine Teresa. Interior de la sala 9 x 13.6 379 Escalera del edificio de departa¬
Plata sobre gelatina Col. Jaime Cuadriello mentos Aero, 1939
24.5 x 20 " Plata sobre gelatina
Col. Francisco Serrano Cacho 370 Fundación Mier y Pesado. Orfa no¬ 37x 49.5 "
torio. Fachada estadio al poniente Col. Francisco Serrano Cacho
360 Central telefónica de la Compañía Tarjeta postal Página 149
Ericsson 9 x 13.8
Impresión contemporánea Col. Jaime Cuadriello
21 x 25.5 A. V. CARMONA
Archivo Arturo Ortega Navarrete 371 Fundación Mier y Pesado. Orfana-
torio. Perspectiva aérea 380 Ateneo Fuente. Saltillo, Coah.
361 Edificio de departamentos Haghem- Tarjeta postal Tarjeta postal
beck, 1932 8.9 x 13.5 8.9 x 12.9
Plata sobre gelatina Col. Jaime Cuadriello Col. Jaime Cuadriello
26 x 35.3 ' Página 160
Col. Francisco Serrano Cacho 372 Fundación Mier y Pesado. Orfana-
torio. Tanque de natación
362 Edificio de departamentos Haghem- Tarjeta postal GUILLERMO XAH LO (1872 1941)
beck, 1 932 8.8 x 14
Plata sobre gelatina Col. Jaime Cuadriello 381 Banco de México. Escaleras del in¬
26 x 35 Página 163 terior, ca. 1927
Col. Francisco Serrano Cacho Impresión contemporánea
373 Fundación Mier y Pesado. Orfa ña- 26 x 21.5
363 Edificio de departamentos Haghem- torio. Torreón del norte Dirección de Arquitectura y Conser¬
beck. Jardines en el patio interior Tarjeta postal vación del Patrimonio Artístico In¬
Plata sobre gelatina 13.5 x 8.7 mueble, INBA

26 x 33 Col. Jaime Cuadriello


Col. Francisco Serrano Cacho Página 78 382 Banco de México. Vista del gran
hall
364 Estación de gasolina Águila, ubica¬ 374 Fundación Mier y Pesado. Orfana- Impresión contemporánea
da en calzada de la Piedad y San torio. Vestíbulo 25 x 20
Luis Potosí, ca. 1 940 Tarjeta postal Dirección de Arquitectura y Conser¬
Impresión contemporánea 8.5 x 13.6 vación del Patrimonio Artístico In¬
21 x 25.5 Col. Jaime Cuadriello mueble, INBA

Archivo Arturo Ortega Navarrete Página 1 61


375 Hotel Nuevo León, México, 1929
365 Estadio Nacional, 1929 Tarjeta postal
Impresión contemporánea 9x14
21 x 25.5 Col. Juan Coronel Rivera
Archivo Arturo Ortega Navarrete
GUILLERMO KAHLO (18721941) OSUNA (activo entre 1940 y 1950) 397 Cenicero, Tonalá, Jal., ca. 1930
Barro policromado y vidriado
383 Departamento de Salubridad e Hi¬ 390 Edificio de la Lotería Nacional, en 7x270
giene Pública. Edificio en construc¬ Plaza de la República núm. 1, colo¬ Museo Nacional de Antropología,
ción, 1928 nia Tabacalera, ca. 1940 INAH

Impresión contemporánea Impresión contemporánea


20 x 25 21 x 25.5 398 Cenicero en forma de cajete, Tona¬
Dirección de Arquitectura y Conser¬ Archivo Arturo Ortega Navarrete lá, Jal., ca. 1 930
vación del Patrimonio Artístico In¬ Página 162 Barro bruñido y policromado
mueble, INBA 9.5 x 20.5 0
391 Hipódromo de la Condesa, México Museo Nacional de Antropología,
384 Departamento de Salubridad e Hi¬ (Parque México) INAH

giene Pública. Fachada principal, Tarjeta postal


1928 13.9 x 8.7 399 Frutero octogonal, Tlaquepaque,
Impresión contemporánea Col. Jaime Cuadriello Jal., ca. 1940
20 x 25 Barro policromado y vidriado
Dirección de Arquitectura y Conser¬ 392 Parque botánico. Chapultepec. Méx. 8 x 24.5 0
vación del Patrimonio Artístico In¬ D.F., ca. 1940 Col. Juan Coronel Rivera
mueble, INBA Impresión contemporánea
21 x 25.5 400 Fuente
385 Departamento de Salubridad e Hi¬ Archivo Arturo Ortega Navarrete Barro policromado y vidriado
giene Pública. Pasillo exterior, 1928 9 x 36 x 49
Impresión contemporánea 393 Parque México o San Martín Col. Juan Coronel Rivera
25 x 20 Impresión contemporánea
Dirección de Arquitectura y Conser¬ 21 x 25.5 401 Jarra
vación del Patrimonio Artístico In¬ Archivo Arturo Ortega Navarrete Barro cocido con engobe
mueble, INBA 23.5 x 7 x ó
Página 71 394 Puerta de entrada al Zoológico de Centro Nacional de Conservación y
México, ca. 1940 Registro del Patrimonio Artístico
Impresión contemporánea Mueble, INBA
PAULINA LAVISTA (1945) 21 x 25.5
Archivo Arturo Ortega Navarrete 402 Jarro, Tonalá, Jal., ca. 1930
386 Banca en la oficina de Teléfonos de Página 77 Barro bruñido y policromado
México 24.5 x 15.4 0
Plata sobre gelatina Museo Nacional de Antropología,
21 x 25.5 V V. ARTES APLICADAS E INAH

Col. Paulina Lavista INDUSTRIALES


403 Jarrón, Tlaquepaque, Jal., 1930
387 Casa con fachada neoazteca en la AUTOMÓVILES Barro estannífero policromado
calle de Carrillo Puerto, colonia Po- 78.7 x 63.5 0
potla 395 Auburn Phaeton, 1936 Fundación Nelson A. Rockefeller
Plata sobre gelatina Motor: 2.8 cilindros en línea
21 x 25.5 " Potencia: 115 hp. 404 Jarrón con motivos geométricos, To¬
Col. Paulina Lavista Transmisión: standard nalá, Jal.
Frenos: hidráulicos Barro estannífero policromado
388 Casa con fachada neomaya en la Museo del Automóvil 28 x 12 0
calle Roa Bárcena núm. 166, colo¬ Página 154 Col. Xavier Esqueda
nia Obrera
Plata sobre gelatina 405 Jarrón, Jalisco
21 x 25.5 ' CERÁMICA Barro policromado y vidriado
Col. Paulina Lavista 30 x 20 0
ANÓNIMO Col. Barbara Berger
389 Casa de estilo neomaya en la colo¬
nia Roma del arquitecto Manuel 396 Alhajero con tapa, Jalisco 406 Jarrón con motivos neoprehispánicos
Amabilís Barro policromado y vidriado Loza industrial
Plata sobre gelatina 6.3 x 14 x 8.5 30 x 26 0
21 x 25.5 " Colección Montenegro/Museo Na¬ Col. Xavier Esqueda
Col. Paulina Lavista cional de Arte, INBA Página 58
Página 1 33
407 Juego de café, Limoges, Francia 415 Plato sopero, Amsterdam, Holanda 424 Florero con garzas, ca. 1928
Porcelana ca. 1920 Gres policromado
Cinco piezas: Cerámica de alta temperatura poli¬ 30 x 20 0
1 2 x 18x9 (azucarera) cromada Col. Barbara Berger
23 x 20 x 1 1 (cafetera) 4 x 24 0
1 3 x 15x7 (cremera) Col. Xavier Esqueda 425 Florero con gorilas, ca. 1925
1 3 0 (plato) Gres con esmalte
8x100 (taza) 416 Tinaja, Jalisco 37x 31 0
Col. Xavier Esqueda Barro estannífero policromado Col. Barbara Berger
30 x 25 0
408 Juego de tazas, Luxemburgo Colección Montenegro/Museo Na¬ 426 Florero con ¡máqenes africanas, ca.
Porcelana cional de Arte, INBA 1937
Doce piezas: Gres policromado
7 x 9 0 c/u (ó tazas) 417 Tazón, Tlaquepaque, Jal. 38 x 28.5 0
14 0 c/u (ó platos) Barro estannífero policromado Col. Barbara Berger
Col. Cayetano Cantú Moreno 13 x 24 0 Página 99
Col. Barbara Berger
409 Juego de té, Tlaquepaque, Jal. Página 59 427 Florero con pelícanos, ca. 1924
Barro estannífero policromado Gres con esmalte
Tres piezas: 35 x 20 0
16 x 18 0 (azucarera) CHARLES CATTEAU (activo en la primera mitad del Col. Barbara Berger
15 x 18 0 (cremera) siglo XX)
1 8 x 23 0 (tetera) Boch Fréres Kéramis, Bélgica 428 Florero con venados, ca. 1925
Col. Barbara Berger Gres con esmalte
Página 59 418 Bombonera, ca. 1926 47 x 26 0
Gres policromado Col. Barbara Berger
410 Macetero con motivos neoprehispá- 17x16 0 Página 99
nicos Col. Barbara Berger
Loza industrial Página 50 429 Florero con venados azules, ca.
18x18x18 1924
Col. Xavier Esqueda 419 Florero con águilas, ca. 1925 Gres con esmalte
Página 58 Gres con esmalte 50 x 25 0
30 x 15 0 Col. Barbara Berger
41 1 Olla, Tonalá, Jal., ca. 1930 Col. Barbara Berger
Barro bruñido y policromado Página 99 430 Frutero
20.5 x 14.5 0 Gres policromado
Museo Nacional de Antropología, 420 Florero con ardillas, ca. 1925 21 x 30 0
INAH Gres con esmalte Col. Barbara Berger
49 x 27 0
412 Olla, Tonalá, Jal., ca. 1930 Col. Barbara Berger
Barro policromado y vidriado Página 99 P. CHINCOYA (activo en la primera mitad del siglo
23.5 x 21.5 0 XX) y ENRIQUE SALVADOR RAMÍREZ (grabador

Museo Nacional de Antropología, 421 Florero con cactus, ca. 1925 activo en la primera mitad del siglo XX)

INAH Gres con esmalte


22.5 x 20 0 431 Tazón, Oaxaca, Oax., 1931
413 Olla, Tonalá, Jal., ca. 1930 Col. Barbara Berger Barro con aplicaciones de barniz
Barro bruñido y policromado Página 99 de estaño y vidriado
23 x 24 x 23 17.5 x 32.5 0
Museo Nacional de Antropología, 422 Florero con flores abstractas, ca. Col. Juan Coronel Rivera
INAH 1927
Gres policromado
414 Plato, Tonalá, Jal., ca. 1930 36 x 20 0 CONDE (activo en la primera mitad del siglo XX)
Barro policromado y vidriado Col. Barbara Berger Mougln, Nancy, Francia

5.5 x 31.5 0 Página 50


Museo Nacional de Antropología, 432 Florero con bañistas griegas
INAH 423 Florero con flores africanas, ca. Cerámica de alta temperatura con
1927 esmalte
Gres con esmalte 28 x 17 0
24 x 22 0 Col. Barbara Berger
Col. Barbara Berger Página 99
Página 99

■ 189-
LEGRAND (activo en la primera mitad del siglo XX) CRISTAL Y VIDRIO 447 Juego de tocador
Mougin, Nancy, Francia Cristal
Cinco piezas:
433 Florero con bañistas ANÓNIMO 4 x 22 x 8 (alhajero alargado)
Cerámica de alta temperatura con 1 4 x 1 6 x 10 (alhajero con tapa)
esmalte 439 Coctelera 6 x 7.5 0 (anillero)
26.5 x 20 0 Cristal y metal 18 x 14x6 (contenedor de agua
Col. Barbara Berger 41x90 de colonia)
Página 99 Col. Armando Pous Escalante 1 2 x 14x6 (perfumero)
Col. particular
440 Contenedor de agua de colonia
TALLER ÁNFORA México Cristal 448 Licorera con motivos geométricos
20 x 16 x 5 Vidrio
434 Florero Col. Barbara Berger 23 x 12 x 4
Loza industrial Col. particular
32 x 19 0 441 Florero
Col. Xavier Esqueda Cristal 449 Perfumero, Checoslovaquia
25 x 17 0 Cristal
Col. Francisco Gaytán Fernández 16.5 x 13 x 5
TALLER FRAN ROMA San Francisco, EUA Col. Xavier Esqueda
442 Florero, Bohemia, Alemania Página 101
435 Vajilla neomaya californiana Cristal
Loza industrial 18x12 0 450 Perfumero, Checoslovaquia
Nueve piezas: Col. Armando Pous Escalante Cristal
9x80 (azucarera) 16.5 x 13.5 x 3
1 ó x 13x8 (florero) 443 Juego de copas Col. Xavier Esqueda
1 3 x 4.5 x 4.5 (pimentero) Cristal y vidrio Página 101
1 3 0 (plato café) Cuatro piezas:
23 0 (plato extendido) 15.5 x 7.05 0 (agua) 451 Perfumero, Checoslovaquia
4 x 34 x 16 (platón oval) 11 x 10 0 (champaña) Cristal
1 3 x 4.5 x 4.5 (salero) 11 x 15 0 (licor) 18.3 x 9 x 6
8 x 7 0 c/u (2 tazas café) 13 x 6.05 0 (vino) Col. Xavier Esqueda
Col. Xavier Esqueda Col. Armando Pous Escalante Página 101

444 Juego de copas 452 Perfumero, Checoslovaquia


TALLER LONGWY Francia Cristal Cristal
Tres piezas: 13.5 x 12 x 7.6
436 Florero con flores azules, ca. 1 925 1 1.5 x 7.5 0 (agua) Col. Xavier Esqueda
Cerámica de alta temperatura con 6x40 (licor) Página 101
esmalte 8.5 x 6 0 (vino)
26 x 20 0 Col. Armando Pous Escalante 453 Perfumero con aspersor
Col. Barbara Berger Cristal
445 Juego de fruteros, Alemania 6x9x9
437 Frutero cónico, ca. 1925 Vidrio Col. Armando Pous Escalante
Cerámica de alta temperatura con Dos piezas: Página 101
esmalte 9.5 x 20 0 (con asa)
15 x 34 0 12 x 24 0 454 Plato con calendario azteca
Col. Barbara Berger Col. Cayetano Cantú Moreno Vidrio
30 0
446 Juego de licorera y copas, Francia Museo del Vidrio, Monterrey, N. L.
TALLER DE TEOTIHUACÁN, México Cristal
Siete piezas:
438 Frutero, ca. 1920 1 8 x 15 x 11.5 (licorera) FRANCOISE EMILE DÉCORCHEMONT (1880
Barro moldeado 5 x 5.5 0 c/u (6 copas) 1971)
16.5 x 19 0 Col. Guadalupe Sánchez Drasdo
Museo Nacional de Antropología, Página 100 455 Vasija, Francia
INAH Cristal
10 x 14 0
Col. particular
DAVID GUÉRON "DEGUÉE" (activo en la primera 465 Radio Pilot, EUA 475 Estuche de tocador Marvelous Fre-
mitad del siglo XX) Madera chapada shener
102 x 60 x 35 Cartón, metal y vidrio
456 Florero con motivos geométricos Col. Armando Pous Escalante 15.5 x 22.5 x 7
Cristal Página 104 Col. Jaime Cuadriello
24 x 22 0
Col. Barbara Berger 466 Radio Sparton, EUA 476 Juego de artículos de tocador Bou-
Página 100 Metal cromado y espejo quet Colgate
38 x 37 x 13 Metal y cartón
Col. Armando Pous Escalante Tres piezas:
MARIUS ERNEST SABINO (activo en la primera 9 0x2 (crema)
mitad del siglo XX) 467 Radio Stewart Warner, Nueva York, 4.3 0 x 1.5 (muestra)
EUA, 1929 7 0 x 3.5 (polvera)
457 Florero Madera chapada Col. Onésimo Velasco Rojas
Cristal 42 x 32 x 20 Página 101
22 x 12 x 12 Col. Armando Pous Escalante
Col. Mario Uvence 477 Juego de artículos de tocador Three
468 Radio Westinghouse, EUA, 1929 Flowers
458 Florero con escenas campestres Madera chapada Metal y cartón
Cristal 39.5 x 28.5 x 17 Siete piezas:
17.5 x 17 0 Col. Armando Pous Escalante 4 0x5 (muestra)
Col. Barbara Berger 16 x 5 x 3.5 (talquera)
Página 100 469 Tostador Handyhot, Chicago, EUA 12.5 0 x 7.5 (talquera redonda)
Metal 7 0x4 (polvera)
459 Jarrón con bacantes 19x18x12 7 0 x 4.3 (polvera)
Cristal Col. Jaime Cuadriello 3.5 0 x 1 c/u (2 muestras)
35 x 23 0 Col. Onésimo Velasco Rojas
Col. Barbara Berger Página 101
Página 100 EMPAQUES

460 Jarrón con motivos de plumas 470 Cajetilla de cigarros Black and LÁMPARAS
Cristal White
19x16 0 Metal ANÓNIMO
Col. Barbara Berger 9x9x1
Página 100 Col. Diego Matthai 478 Arbotante, ca. 1925
Cristal y hierro niquelado
471 Cajetilla de cigarros Camel 47 x 37 x 12
ELECTRODOMÉSTICOS Metal Col. Xavier Esqueda
11.5 x 1 1.5 x 1.5
461 Licuadora Waring Blendor, Nueva Col. Diego Matthai 479 Candil
York, EUA Bronce y cristal
Vidrio, metal y baquelita 472 Cajetilla de cigarros Elegantes 149 x 49 x 33
39 x 13.5 0 Papel y cartón Col. Guadalupe Sánchez Drasdo
Col. Armando Pous Escalante 7.2 x 5.3 x 2.2
Col. Germán Montalvo Aguilar 480 Candil
462 Radio Cristal y metal
Madera chapada con aplicaciones 473 Cajetilla de cigarros No. 15. Ciga¬ 36 x 41 0
de marquetería rros Aromáticos Col. Armando Pous Escalante
1 19 x 92.5 x 40 Papel y cartón
Col. Javier Padilla 7.1 x 6.2 x 1.6 481 Lámpara de mesa, EUA
Col. Germán Montalvo Aguilar Vidrio, fierro colado y ónix
463 Radio Philco, EUA 47 x 21 0
Madera chapada 474 Envase de refresco Orange Crush Col. Xavier Esqueda
1 17 x 63 x 39 Vidrio
Col. Armando Pous Escalante 23.5 x 5.7 0 482 Lámpara de mesa
Col. Víctor Azpeitia Peña Metal, cristal y mármol
464 Radio Philips, Holanda 24 x 31 x 1 1
Madera laqueada Col. Diego Matthai
46 x 40 x 15
Col. Jaime Cuadriello
Página 105

■ 191
ANÓNIMO 492 Cigarrera RENÉ LAUQUE (1860-1945)
Metal con aplicaciones de imitación
483 Lámpara de mesa con figuras de carey 500 Polvera
Pierrot, Francia 10.5 x 8.5 x 1.5 Aluminio
Vidrio, mármol y bronce Col. particular 7.5 0x3
27 x 22 x 13 Col. Jaime Cuadriello
Col. Xavier Esqueda 493 Cigarrera
Niquelada con botón ámbar
484 Lámpara de plafón 9.5 x 8.5 x 4.5 ANA NÚÑEZ BRILANTI (diseñadora activa desde
Metal y cristal Museo Franz Mayer 1940)

30 x 63 x 63 Página 61 Taller Victoria, Taxco, Gro.

Biblioteca de Arte Mexicano/Ricar¬


do Pérez Escamilla 494 Cigarrera, EUA 501 Cenicero, 1945
Latón niquelado Cobre con incrustaciones de plata
485 Pantalla, EUA 20 x 12 0 19.5 x 6.2 x 0.5
Vidrio Col. Xavier Esqueda Galería G. B. Shell's
20 x 24 0 Página 61
Col. Xavier Esqueda 495 Encendedor
Latón niquelado
486 Pantalla, EUA 21x60 MOBILIARIO
Vidrio Col. Xavier Esqueda
20 x 24 0 ANÓNIMO
Col. Xavier Esqueda 496 Juego de cubiertos con motivos flo¬
rales, EUA 502 Buró
Alpaca troquelada Madera
DAVID GUÉRON "DEGUÉE" (activo en la primera Seis piezas: 60 x 72 x 36
mitad del siglo XX) 1 6 (cuchara café) Col. Armando Pous Escalante
21 (cuchara sopera)
487 Lámpara de pie, Francia 21 (cuchillo carne) 503 Buró
Hierro y cristal 16 (cuchillo mantequilla) Madera
180 x 56 0 29 (tenedor carne) 61 x 55 x 44
Galería Daniel Liebsohn 1 6 (tenedor pescado) Col. Guadalupe Sánchez Drasdo
Página 104 Col. Xavier Esqueda Página 67

HULENS (activo en la primera mitad del siglo XX) 497 Juego de té, Inglaterra 504 Buró con motivos florales y geomé¬
Pewter tricos
488 Pantalla Cuatro piezas: Madera tallada
Cristal 6 x 15 x 10 (azucarera) 62 x 36 x 35
18x15x15 44 x 26 (charola) Col. Xavier Esqueda
Col. Onésimo Velasco Rojas 6 x 13x9 (cremera) Página 126
14 x 27 x 17 (tetera)
489 Pantalla Col. Xavier Esqueda 505 Cabecera y piecera de cama
Cristal Madera con marquetería
15 x 15 0 498 Polvera de colorete 1 13 x 145 (cabecera)
Col. Onésimo Velasco Rojas Metal esmaltado 89 x 142 (piecera)
8 0 x 1.5 Col. Esperanza Bolland
Col. Jaime Cuadriello
METALES 506 Carro de servicio
499 Recogedor de basura con cepillo, Madera laqueada
ANÓNIMO EUA 54 x 65 x 40
Lámina troquelada y madera Col. Cayetano Cantú Moreno
490 Base para carteles del cine Refor¬ Dos piezas:
ma, ca. 1940 23.5 x 20 (recogedor) 507 Carro de servicio, EUA, ca. 1930
Bronce 1 x 25 x 2 (cepillo) Madera laqueada y vidrio
12.5 x 32 x 6.5 Col. Armando Pous Escalante 78 x 70 x 43
Col. James Oles Col. Xavier Esqueda

491 Caja con motivos geométricos


Metal y madera esmaltada
10.1 x 8 x 4
Col. Jaime Cuadriello
508 Comedor, Francia 516 Silla 523 Eternamente amigos
Madera chapada Madera chapada y parcialmente la¬ Marfil, metal y mármol
Nueve piezas: queada 35 x 47 x 15
76 x 190 x 174 (mesa) 86 x 40 x 40 Col. particular
93 x 148 x 50 (trinchador) El Palacio del Marqués, S. de R.L.
144 x 1 50 x 45 (vitrina) de C.V. 524 Figura de pastora, Francia
94 x 49.5 x 50 c/u (6 sillas) Porcelana
Col. Jorge Gonzalo Vieyra 517 Sillón, Francia 20 x 10 0
Página 46 Madera chapada y parcialmente la¬ Col. Xavier Esqueda
queada
509 Cómoda con motivos neoprehispá- 78 x 71 x 65 525 Figura femenina desnuda
nicos y chinos Col. Cayetano Cantú Moreno Mármol
Madera tallada y laqueada 34 x 43 x 14
138 x 97.5 x 55.5 518 Sillón con motivos florales, Michoa- Col. Abel Valverde Rivas
Col. Jaime González y Souza cán
Madera laqueada y policromada 526 Figura femenina lanzando
510 Juego de recámara, Francia 84 x 75 x 70 Fierro colado
Madera con aplicaciones de mar¬ Galería Daniel Liebsohn 1 8 x 42 x 2
quetería Página 66 Col. Cayetano Cantú Moreno
Siete piezas:
66 x 45 x 63 (mesa) 51 9 Trinchador con motivos florales y es- 527 Juego de brochas para polvo
1 82 x 158 x 52.5 (ropero) pe¡o Porcelana y fibras naturales
94 x 60 x 58 (sillón) Madera con aplicaciones de mar¬ Dos piezas:
43 x 46 x 40 (taburete) quetería 23 x 4 x 4 c/u
163 x 147 x 24 (tocador) 160 x 152 x 56 Col. Onésimo Velasco Rojas
59 x 60 x 37 c/u (2 burós) Biblioteca de Arte Mexicano/Ricar¬ Página 101
Galería Filiberto Solís/Guadalupe do Pérez Escamilla
Sánchez Drasdo 528 Oso polar
Mármol
51 1 Juego de sala con motivos neoaztecas PIERRE CHAREAU (1883-1950), atribuido 21 x 41 x 28
Madera tallada, laqueada y tapizada Col. Xavier Esqueda
Tres piezas: 520 Juego de sala, Francia, 1925
1 10 x 127 x 57 (sillón de dos plazas) Madera chapada, parcialmente la¬ 529 Pantera, ca. 1935
1 10 x 63 x 57 c/u (2 sillones) queada y tapizada Madera tallada y laqueada
Col. Xavier Esqueda Tres piezas: 27 x 65 x 12
Página 1 26 72 x 177 x 78 (sillón tres plazas) Col. Xavier Esqueda
72 x 80 x 80 c/u (2 sillones)
51 2 Mesa de centro con motivos flora¬ Col. Xavier Esqueda 530 Pierrot y Colombina, Francia
les, ca. 1930 Página 107 Porcelana
Madera tallada y laqueada 18x13x10
60 x 1 17 x 47 Col. Xavier Esqueda
Col. Xavier Esqueda ALFONSO FERNÁNDEZ (activo en la primera mitad
del siglo XX) 531 Portalibros con figuras femeninas
513 Mueble fumador, Francia, ca. 1930 Bronce y mármol
Madera tallada y chapada 521 Marco de espejo con motivos neo- Dos piezas:
137 x 165 x 80 prehispánicos 16 x 12 x 9 c/u
Col. María Eugenia San Pedro de Madera tallada Col. Diego Matthai
Cordero y Francisco Cordero 86 x 69 x 3
Página 107 Col. Xavier Esqueda 532 Portalibros de faunos, Austria
Página 1 25 Bronce
51 4 Revistero Dos piezas:
Madera y cristal 24 x 1 1.5 x 1 8 c/u
106 x 46 x 47 OBJETOS DECORATIVOS Col. Guadalupe Sánchez Drasdo
Galería Filiberto Solls
ANÓNIMO 533 Tehuana con jicara
515 Silla Yeso policromado
Madera con aplicaciones de mar¬ 522 Caja 35 x 22 x 55
quetería Madera laqueada Col. Xavier Esqueda
92 x 36 x 39 18 x 20 x 7.5
Col. Armando Pous Escalante Col. Enrique X. de Anda Alanís
ANÓNIMO ERNESTO TAMARIZ (1904 1988) 548 Anillo, Taxco, Gro.
Plata y oro fundidos
534 Velero 541 Las dos naturalezas de la mujer, Col. Xavier Esqueda
Aluminio y ónix 1947
60 x 10x3 Bronce (fundición contemporánea) 549 Anillo, Taxco, Gro.
Col. Jorge H. Rocha Marín 29 x 10.5 x 25 Plata y oro fundidos
Col. María Teresa Mascarúa vda. Col. Xavier Esqueda
de Tamariz
DEMÉTRE H. CHIPARUS DOURGA (activo en la 550 Brazalete
primera mitad del siglo XX) Plata laminada y cincelada con ja-
BAS THELEMY (activo en la primera mitad del siglo XX) deíta engarzada
535 Figura de mujer, ca. 1927 23 x 7
Bronce y marfil 542 Bailarina Col. Barbara Berger
36 x 10x6 Bronce, marfil y mármol
Col. particular 28x6x6 551 Brazalete, Taxco, Gro.
Col. Mario Uvence Plata laminada y repujada
536 Mujer con aros 19x3
Bronce y mármol Col. Xavier Esqueda
49 x 10 x 10 TALLER ARGILOR París, Francia

Col. Mario Uvence 552 Juego de broche y anillo, Francia


543 Diana Cazadora, Francia Platino con incrustaciones de agua¬
Porcelana marinas y brillantes baguetts y re¬
JOE DESCOMPS (activo en la primera mitad del 24 x 24 x 6 dondos
siglo XX) Col. Jaime Cuadriello 1 1.5 x 5 (broche)
Berger Joyeros
537 Bailarina con platos Página 44
Bronce, marfil y mármol TALLER DAUM FRÉRES, Nancy, Francia

22 x 9 x 6 553 Juego de clips, Francia


Col. Mario Uvence 544 Oda al caracol Oro de 1 8 quilates con incrustacio¬
Cristal, mármol, bronce y marfil nes de ¡ade, rubíes y brillantes
78 x 40 0 Dos piezas:
C. OMERTH (activo en la primera mitad del siglo XX) El Palacio del Marqués, S. de R.L. 6 x 4 c/u
de C.V. Berger Joyeros
538 La deportista Página 107 Página 44
Mármol, bronce y marfil
27 x 13 x 6 554 Juego de collar y prendedor
Col. Mario Uvence TALLER SEGB, París, Francia Alambre y lámina de plata con in¬
crustaciones de ónix
545 Caja con mujer hindú Dos piezas:
PIERRE DE RET (activo en la primera mitad del siglo XX) Porcelana 48.7 (collar)
Taller SEGB, París, Francia 22 x 15.5 0 1.7 x 6.3 x 3.7 (prendedor)
Col. Xavier Esqueda Col. Jaime Guerrero Barraza, Gre¬
539 Caja con figura femenina gorio Fritz Bauman
Papel maché
15x70 ORFEBRERÍA 555 Juego de collar y pulsera
Col. Xavier Esqueda Filigrana de plata con ónix engar¬
JOYERÍA zado
53 (collar)
DIEGO RIVERA (1886-1957) ANÓNIMO 19.3 x 4.2 (pulsera)
Col. Jaime Guerrero Barraza, Gre¬
540 Pescadores de Pátzcuaro, ca. 1 935 546 Anillo, Taxco, Gro. gorio Fritz Bauman
Laca sobre madera Plata fundida
36 x 64.5 x 3.5 Col. Xavier Esqueda 556 Juego de mancuernillas, Taxco, Gro.
Col. Juan Coronel Rivera Plata fundida con incrustaciones de
547 Anillo, Taxco, Gro. ónix
Plata fundida Col. Xavier Esqueda
Col. Xavier Esqueda
557 Juego de mancuernillas, Taxco, Gro.
Plata fundida con incrustaciones de
ónix
Col. Xavier Esqueda
558 Prendedor, Francia 565 Prendedor, ca. 1 930 PLATERÍA
Platino con incrustaciones de bri¬ Plata laminada y fundida con ama¬
llantes redondos tistas engarzadas ANÓNIMO
4.5 x 3.5 5 x 2.6
Berger Joyeros Sucesores de William Spratling, S.A. 573 Juego de cubiertos con motivos neo-
Página 44 prehispánicos, Taxco, Gro.
Plata
559 Pulsera WILLIAM SPRATLING (diseñador, 1900-1967) Seis piezas:
Plata laminada con ónix engarzado Taller de Taxco, Gro. (1931-1945) 1 5.5 (cuchara café)
19.2 x 2.5 19 (cuchara sopera)
Col. Jaime Guerrero Barraza, Gre¬ 566 Broche con sol estilizado 24 (cuchillo carne)
gorio Fritz Bauman Plata laminada y repujada con ob¬ 13 (cuchillo mantequilla)
sidiana enqarzada 1 8 (tenedor carne)
560 Pul sera con máscara azteca 7.5 0 15 (tenedor pastel)
Plata laminada y filigrana de plata Sucesores de William Spratling, S.A. Col. Xavier Esqueda
con ónix engarzado Página 60 Página 1 27
6.6 x 5.3
Col. Jaime Guerrero Barraza, Gre¬ 567 Juego de collar y pulsera, ca. 1935
gorio Fritz Bauman Oro con incrustaciones de coral FREDERICK DAVIS (1880 1961)

43 (collar)
21.5 (pulsera) 574 Caja, ca. 1930
ANTONIO CASTILLO TERÁN (diseñador, 1917) Sucesores de William Spratling, S.A. Plata laminada con amatista engar¬
Taller Los Castillo, Taxco, Gro. zada
568 Pulsera 9 x 5 x 3.5
561 Collar modelo Ciempiés, 1940 Plata laminada con aplicaciones de Sucesores de William Spratling, S.A.
Plata laminada y repujada ébano
56 x 4 18.1 x 4 575 Caja, ca. 1 930
Col. Barbara Berger Sucesores de William Spratling, S.A. Plata laminada con amatista engar¬
Página 1 27 zada
569 Pulsera articulada con motivos circu¬ 4.2 x 2.8 x 1
lares, ca. 1 947 Sucesores de William Spratling, S.A.
ALFRED VAN CLEEF (activo en la primera mitad del Plata laminada, rechazada y repu¬
siglo XX) jada 576 Caja, ca. 1930
Van Cleef & Arpéis, París 19 x 2.7 Plata laminada con amatista engar¬
Sucesores de William Spratling, S.A. zada
562 Brazalete 2.6 x 2 x 1.2
Oro de 1 8 quilates con incrustacio¬ 570 Pulsera articulada de cuatro puntos Sucesores de William Spratling, S.A.
nes de rubíes, turquesas y brillantes Plata laminada y repujada
20 x 3 20 x 2.5 577 Caja, ca. 1930
Berger Joyeros Sucesores de William Spratling, S.A. Plata laminada con amatista engar¬
Página 44 zada
571 Pulsera con glifos mayas, ca. 1947 2.7 x 1.8 x 1
Plata fundida Sucesores de William Spratling, S.A.
FREDERICK DAVIS (1880 1961) 18x20
Sucesores de William Spratling, S.A. 578 Caja, ca. 1930
563 Brazalete, ca. 1930 Plata laminada con jadeíta engar¬
Plata laminada y rechazada con zada
ónix engarzado TALLER J. R. A., México 2.7x2 x 1.2
20 x 3 Sucesores de William Spratling, S.A.
Sucesores de William Spratling, S.A. 572 Pulsera
Página 60 Plata laminada y rechazada 579 Caja con mascarón, ca. 1930
18.8 x 7 Plata laminada con amatista engar¬
564 Brazalete con motivos circulares, Col. Jaime Guerrero Barraza, Gre¬ zada
ca. 1930 gorio Fritz Bauman 3.5 x 4 x 1
Plata laminada y repujada con Sucesores de William Spratling, S.A.
amatista engarzada
19 x 2.7
Sucesores de William Spratling, S.A.
Página 60
WILLIAM SPRATLING (diseñodor, 1900-1967) 585 Reloj con bailarina MANUELA BRAVO REYES (1893 1988)
Taller de Taxco, Gro. (1931-1945) Mármol y bronce
54 x 42 x 10 591 Corpino de vedette ombliguista
580 Coctelera, 1943 Col. particular Seda y algodón bordado con cha¬
Plata torneada, fundida y repujada Página 106 quira, hilo metálico e incrustaciones
31x19x8 de pedrería
Museo Biblioteca Pape, A.C. 586 Reloj Mannig Bowman, EUA Casa Bravo Reyes, A.C.
Cromo y baquelita
581 Juego de cubiertos 38 x 20 x 1 1 592 Petoneras
Plata troquelada Col. Diego Matthai Jicaras laqueadas con perlas y
Cinco piezas: Página 106 guajes
1 ó (cuchara café) Casa Bravo Reyes, A.C.
19.5 (cuchara sopera)
21 (cuchillo carne) TAPETES 593 Tocado
19 (tenedor carne) Latón con incrustaciones de pedrería
15.5 (tenedor ensalada) ANÓNIMO Casa Bravo Reyes, A.C.
Sucesores de William Spratling, S.A.
587 Tapete con motivos geométricos, 594 Traje para el Teatro Popular Religio¬
582 Juego de cuchara y tenedor con mo¬ Amsterdam, Holanda so de Iztapalapa, 1929-1938
tivos neoprehispánicos, ca. 1947 Algodón Raso de seda con aplicaciones de
Plata troquelada y ébano 155 x 89 metal
Dos piezas: Col. Xavier Esqueda Casa Bravo Reyes, A.C.
1 8 (cuchara)
1 8 (tenedor) 588 Tapete con motivos geométricos, 595 Traje para el Teatro Popular Religio¬
Sucesores de William Spratling, S.A. Amsterdam, Holanda so de Iztapalapa, 1929-1938
Mohair Raso de seda con aplicaciones de
583 Servicio infantil con motivos geomé¬ 170 x 142 metal
tricos, ca. 1947 Col. Xavier Esqueda Casa Bravo Reyes, A.C.
Plata troquelada Página 47
Cuatro piezas: 596 Traje para el Teatro Popular Religio¬
1 2 (cuchara) so de Iztapalapa, 1929-1938
1 2 (cuchillo) VESTUARIO Raso de seda con bordado de len¬
10 0x3 (plato) tejuelas y aplicaciones de metal
1 2 (tenedor) ANÓNIMO Casa Bravo Reyes, A.C.
Sucesores de William Spratling, S.A.
589 Vestido
Seda con canutillo de cristal
RELOJES Galería Daniel Liebsohn

584 Reloj, Francia 590 Vestido con motivos egipcios


Mármol Crepé de seda con chaquira de
32 x 51 x 9 cristal
Col. Cayetano Cantú Moreno Galería Daniel Liebsohn
Página 106
REFERENCIAS ARQUITECTONICAS

ENRIQUE ARAGÓN ECHEGARAY (arquitecto) e MANUEL CORTINA GARCÍA (arquitecto, 1 877-


IGNACIO ASÚNSOLO (escultor, 1890-1965) 1947)

Monumento fúnebre de Alvaro Obregón, Fundación Mier y Pesado, Orfanatorio San An¬
1934. Parque La Bombilla, colonia Chimalistac. tonio y Santa Isabel, 1927. Calzada de Gua¬
dalupe núm. 540, colonia Industrial.

ÁNGEL BACCHINI (arquitecto)


JOSÉ LUIS CUEVAS (arquitecto)
Casa del Pueblo del Mayab, 1928. Mérida,
Yucatán. Parque México (antes General San Martín),
1927. Colonia Hipódromo-Condesa.

ERNESTO BUENROSTRO (ingeniero)


RICARDO DANTAN (ingeniero) y JUAN SEGURA
Edificio San Martín, 1931. Avenida México (arquitecto, 1898-1989)
núm. 167, colonia Hipódromo-Condesa.
Casa-habitación, 1929. Avenida Amsterdam
núm. 202, colonia Hipódromo-Condesa.
JOSÉ MARÍA BUENROSTRO (ingeniero)
Casa-habitación, 1929. Avenida México núm.
Edificio Tehuacán, 1931. Avenida México 59, colonia Hipódromo-Condesa.
núm. 188, colonia Hipódromo-Condesa.

JOSÉ GÓMEZ ECHEVERRÍA (arquitecto)


JOSÉ MARÍA BUENROSTRO (ingeniero), atribuido
Fuente, 1927. Plaza Popocatépetl, colonia Hi¬
Edificio Michoacán, 1930. Michoacán núm. pódromo-Condesa.
54, colonia Hipódromo-Condesa.
Mobiliario urbano de la colonia Hipódromo-
Condesa, ca. 1927.
JORGE CARLOS CAPDEVIELLE (arquitecto)

Conjunto habitacional, ca. 1931. Puebla R. S. GORE B. H. ADAM, J. L. CORDERO (arquitec¬


núms. 72 y 78, colonia Roma. tos) y JOSÉ A. CUEVAS (ingeniero, 1894-1961)

Asociación Cristiana Femenina Mexicana


JOAQUÍN CAPILLA (arquitecto) (ywca), 1933. Morelos núm. 17, colonia Cen¬
tro.
Frontón México, 1929. Plaza de la República
núm. 7, colonia Tabacalera.
ERNESTO L. G. (arquitecto)

FERNANDO y MIGUEL CERVANTES (arquitectos) Edificio Roxy, 1934. Avenida México núm. 31,
colonia Hipódromo-Condesa.
Teléfonos de México, 1931. Victoria núm. 59,
colonia Centro.
DANIEL LÓPEZ (ingeniero) LEONARDO NORIEGA (arquitecto)

Casa-habitación, 1931. Ozulama núm. 11, Fuente, ca. 1929. Valencia y Cádiz, colonia
colonia Hipódromo-Condesa. Insurgentes-Mixcoac.

Edificio de departamentos, 1 933. Avenida Mé¬ Teatro al aire libre Coronel Lindbergh, 1927.
xico núm. 27, colonia Hipódromo-Condesa. Parque México, colonia Hipódromo-Condesa.

FEDERICO E. MARISCAL Y PINA (arquitecto, M. OBREGÓN (arquitecto)


1881-1971)
Casa-habitación. Chilpancingo núm. 63, colo¬
Palacio de Bellas Artes (interior), 1934. Aveni¬ nia Hipódromo-Condesa.
da Juárez y Eje Central s/n, colonia Centro.

CARLOS OBREGÓN SANTACILIA (arquitecto,


FRANCISCO MARTÍNEZ NEGRETE (ingeniero) y 1896-1961) y MANUEL centurión (escultor,
LUIS MARTÍNEZ NEGRETE (arquitecto) 1883-1948)

Edificio Rex, 1935. López núm. 28, colonia Banco de México, 1928. 5 de Mayo núm. 2,
Centro. colonia Centro.

Secretaría de Salud, 1925-1929. Lieja núm.


EMILIO MÉNDEZ ILINAS (arquitecto) 7, colonia Juárez.

Edificio de oficinas (antes Banco Aboumrad).


Isabel la Católica núm. 33, colonia Centro. CARLOS OBREGÓN SANTACILIA (arquitecto,
1896-1961) y OLIVERIO MARTÍNEZ (escultor,
1901-1938)
VICENTE MENDIOLA CARLOS GREENHAM y LUIS
ALVARADO (arquitectos) Monumento a la Revolución, 1934-1938.
Plaza de la República, colonia Tabacalera.
Alianza de Ferrocarrileros Mexicanos, 1926.
Ponciano Arriaga núm. 20, colonia Tabacalera.
MANUEL ORTIZ MONASTERIO, BERNARDO CALDE¬
RÓN y LUIS ÁVILA (arquitectos)
VICENTE MENDIOLA GUILLERMO ZÁRRAGA (ar¬
quitectos) y GUSTAVO DURÓN (ingeniero) La Nacional, 1932. Avenida Juárez núm. 4,
colonia Centro.
Antigua Central de Policía y Bomberos, 1 928.
Independencia y Revillagigedo s/n, colonia
Centro. GUILLERMO RUIZ (1894-1965)

El Insurgente Morelos, 1933-1935. Janitzio,


VICENTE MENDIOLA y GUILLERMO ZÁRRAGA (ar¬ Michoacán.
quitectos)

Teléfonos de México, ca. 1929. Madrid núm. ALZARDO SAAVEDRA (arquitecto)


4, colonia Tabacalera.
Edificio San Jorge, 1933. Tacuba núms. 50 y
52, colonia Centro.
MANUEL DE LA MORA (ingeniero) y P. JOSÉ
CREIXEL (arquitecto)
ALFREDO SÁNCHEZ (ingeniero)
Edificio Niza, 1934. Avenida Amsterdam
núm. 73, colonia Hipódromo-Condesa. Casa-habitación, 1929. Avenida Amsterdam
núm. 295, colonia Hipódromo-Condesa.
JUAN SEGURA (arquitecto, 1898-1989) Edificio Martí (antes Haghembeck), ca. 1932.
Sindicalismo núm. 87, colonia Escandón.
Casa-habitación. Chilpancingo núm. 8, colo¬
nia Hipódromo-Condesa. Edificio Río de Janeiro (remodelación del inte¬
rior). Plaza Río de Janeiro núm. 56, colonia
Casa-habitación, 1930. Praga núm. 29, colo¬ Roma.
nia Juárez.

Conjunto habitacional, 1928. Sadi Carnot AUTOR NO IDENTIFICADO


núm. 1 10, colonia San Rafael.
Banco Mexicano, 1 927. 5 de Mayo núm. 35,
Conjunto habitacional Isabel, 1929. Aveni¬ colonia Centro.
da Revolución núms. 121 y 123, colonia Ta-
cubaya. Casa-habitación. Antonio del Castillo núm.
45, colonia San Rafael.
Edificio Ermita y cine Hipódromo, 1930. Ave¬
nida Revolución núm. 21, colonia Tacubaya. Casa-habitación. Avenida México núms. 73 y
75, colonia Hipódromo-Condesa.
Fundación Mier y Pesado, 1931. 5 de Mayo
núm. 27, colonia Centro. Casa-habitación. Avenida México núm. 200,
colonia Hipódromo-Condesa.

JUAN SEGURA (arquitecto, 1898-1989), atri¬ Casa-habitación. Avenida Nuevo León núm.
buido 186, colonia Hipódromo-Condesa.

Casa-habitación. Avenida Amsterdam núm. Casa-habitación. Culiacán núm. 65, colonia


235, colonia Hipódromo-Condesa. Hipódromo-Condesa.

Casa-habitación, 1930. Avenida México Casa-habitación. Chilpancingo núm. 32, colo¬


núm. 63, colonia Hipódromo-Condesa. nia Hipódromo-Condesa.

Casa-habitación. Chilpancingo núm. 1 8, colo¬ Casa-habitación. Ezequiel Montes núm. 23,


nia Hipódromo-Condesa. colonia Tabacalera.

Edificio de departamentos, ca. 1930. Aveni¬ Casa-habitación. Iztaccíhuatl núm. 25, colo¬
da Cuauhtémoc núm. 59, colonia Roma. nia Hipódromo-Condesa.

Edificio de departamentos, ca. 1930. Cedro Casa-habitación. Puerto de Progreso, Yucatán.


núm. 8, colonia Santa María la Ribera.
Casa-habitación. Tomás Alva Edison núm. 90,
colonia Tabacalera.
FRANCISCO J. SERRANO (ingeniero y arquitec¬
to, 1900-1982) Cine Cantarell. Mérida, Yucatán.

Casa-habitación, 1931. Avenida Amsterdam Cine Máximo. México, D.F.


núm. 1 10, colonia Hipódromo-Condesa.
Conjunto habitacional. Avenida México núm.
Casa-habitación. Campeche núm. 302, colo¬ 171, colonia Hipódromo-Condesa.
nia Hipódromo-Condesa.
Conjunto habitacional. Campeche núm. 239,
Casa-habitación. Chilpancingo núm. 46, colo¬ colonia Hipódromo-Condesa.
nia Hipódromo-Condesa.
Conjunto habitacional (antes Embajada de
Edificio Anáhuac, ca. 1932. Avenida Queré- Japón). Querétaro núm. 87, colonia Roma.
taro núm. 109, colonia Roma.
Edificio Amsterdam. Avenida Amsterdam
Edificio Basurto. Avenida México núm. 187, núm. 154, colonia Hipódromo-Condesa.
colonia Hipódromo-Condesa.
Edificio Bertha. Avenida México núm. 184,
Edificio Jardín. Avenida Amsterdam núm. colonia Hipódromo-Condesa.
285, colonia Hipódromo-Condesa.
AUTOR NO IDENTIFICADO Edificio de oficinas. Tacuba núm. 62, colonia
Centro.
Edificio Conkal. Artículo 123 núm. 709, colo¬
nia Centro. Edificio de oficinas. Victoria núm. 33, colonia
Centro.
Edificio de departamentos. Avenida Amster-
dam núm. 131, colonia Hipódromo-Condesa. Edificio Huichapan. Huichapan núm. 2, colo¬
nia Hipódromo-Condesa.
Edificio de departamentos. Avenida Amster-
dam núm. 248, colonia Hipódromo-Condesa. Edificio Iberia. 1 6 de Septiembre núm. 10, co¬
lonia Centro.
Edificio de departamentos. Avenida Cuauhté-
moc núm. 194, colonia Roma. Edificio La Princesa. Iztaccíhuatl núm. 27, co¬
lonia Hipódromo-Condesa.
Edificio de departamentos. Avenida México
núm. 107, colonia Hipódromo-Condesa. Edificio Lafayette. Citlaltépetl núm. 36, colo¬
nia Hipódromo-Condesa.
Edificio de departamentos. Barcelona núm. 3,
colonia Juárez. Edificio México. Avenida México núm. 123,
colonia Hipódromo-Condesa.
Edificio de departamentos. Cuba núm. 1 1, co¬
lonia Centro. Edificio Piccadilly. Insurgentes núm. 309, colo¬
nia Hipódromo-Condesa, 1930.
Edificio de departamentos. Isabel la Católica
núm. 248, colonia Obrera. Edificio San Francisco. Bolívar 21, colonia
Centro.
Edificios de departamentos. Independencia
núms. 102 y 104, colonia Centro. Edificio Victoria. López núm. 44, colonia
Centro.
Edificio de departamentos. Miguel E. Schultz
núm. 15, colonia San Rafael. Edificio Viena. López núm. 34, colonia Centro.

Edificio de departamentos. San Luis Potosí Expendio de lotería Huarte. Eje Central núm.
núm. 227, colonia Roma. 30, colonia Centro.

Edificio de departamentos. Victoria núms.


331 y 335, colonia Centro.

• 200
PATRONATO DEL MUSEO NACIONAL DE ARTE, A.C.

Roberto Hernández Ramírez


PRESIDENTE
Pedro Ramírez Vázquez
PRESIDENTE HONORARIO
Gilberto Borja Navarrete
VICEPRESIDENTE
Juan Elek Klein
VICEPRESIDENTE
Antonio del Valle Ruiz
TESORERO
Luis Felipe del Valle Prieto
SECRETARIO

PATRONOS
Manuel Arango Arias
Fernando Chávez Roa Huerta
Fernando Chico Pardo
Jaime Chico Pardo
Pilar de la Fuente de Irezabal
Alfonso García Maclas
María Teresa González Salas de Franco
Rolando Keller Torres
Oscar Leal Villanueva
Antonio Madero Brocho
Miguel Mancera Aguayo
José Martínez Güitrón
Alejandro Palma Argüelles
Mariana Pérez Amor
Luis Rebollar Corona
Alejandra Reygadas de Yturbe
Ida Rodríguez Prampolini
Guillermo Salas Peyró
Manuel Somoza Alonso
Juan Velasquez

COORDINACIÓN
Marcela Arregui
Liliana Rosas Suárez

GERENCIA DE PROYECTOS ESPECIALES


Gabriela Fong Mercado

GERENCIA DE COMERCIALIZACIÓN
Lynette Suárez-Mier

GERENCIA DE EVENTOS
Blanca H. Olivares Contreras
Claudia Moya Merino

VOLUNTARIADO
Coordinadora: Irma Durand de Coballasi
Asesora: Mari Herrero de Medina

VOLUNTARIOS
Bibi Agüero, Paola Arzate, Juanita Barón, Leonor Benítez, Elsa Bernal, Javier
Cortez, María Elena Dávalos, Erika Díaz Infante, Mercedes Enríquez, Margarita
Giordano, Javier Gómez, Lucrecia Gómez Maza, Elsa González, Margarita
Nohemí González, Sofía Hernández, Rosi Lopezcarasa, Selma Macedo, Araceli
Mastache, María Encarnación Mejía, Anita Moreno, Liliana Quintero, Jessica
Reséndiz, Jazmín Robledo, Patricia Rodríguez, Marieta Romero, Marilú Rubio,
Elsa Sánchez Bustos, Mari Carmen Tamez, Graciela Téllez, Leonora Torres.
CONSEJO NACIONAL PARA LA CULTURA Y LAS ARTES

Rafael Tovar
PRESIDENTE

Plácido Pérez Cué


DIRECTOR GENERAL DE COMUNICACIÓN SOCIAL

INSTITUTO NACIONAL DE BELLAS ARTES

Gerardo Estrada
DIRECTOR GENERAL

Héctor Domínguez
SUBDIRECTOR GENERAL

Agustín Arteaga
COORDINADOR NACIONAL DE ARTES PLÁSTICAS

Graciela de Reyes Retana


DIRECTORA DEL MUSEO NACIONAL DE ARTE

Mónica Navarro
DIRECTORA DE DIFUSIÓN Y RELACIONES PÚBLICAS

203 ■
CURADURÍA
Departamento de Investigación

ASESORÍA CURATORIAL

Enrique X. de Anda Alanís


Ana Paulina Gómez Martínez
Jaime Cuadriello Aguilar

ASESORÍA ACADÉMICA
Agustín Arteaga Domínguez
Xavier Esqueda Aceves
Germán Montalvo Aguilar

COORDINACIÓN ACADÉMICA COORDINACIÓN TÉCNICA COORDINACIÓN EDUCATIVA

Claudia Borrón Aparicio Esther de la Herrón Angelina de la Cruz


Rafael Sámano Róo
CONSERVACIÓN Y REGISTRO DE OBRA MATERIAL PARA MAESTROS
INVESTIGACIÓN, DOCUMENTACIÓN Julia Molinar de Granillo Y DE AUTOCONDUCCIÓN
Y CATALOGACIÓN DE OBRA Ana Celia Villagómez de la Vega Mercedes Murillo
Cecilia Delgado Massé
Rocío Guerrero Mondoño Nina Fuentes López Patricia Torres Aguilar
Natalia Pollak Bianchi Eduardo Ysita Chimal
ENLACE DE COLECCIONES
María Estela Duarte Sánchez DISEÑO MUSEOGRÁFICO
Agustín Arteaga
COLABORACIÓN EN CATÁLOGO

Beatriz Eugenia Berndt León Mariscal Realización: Safe, S.A. de C.V.


Ana Laura Cué Vega
Claudia Morales Flores COORDINACIÓN MUSEOGRÁFICA

Y ACOPIO DE OBRA
María del Refugio Cárdenas Ruelas
Joel Aguilar Fernández

Elizabeth Herrera Cisneros


Mónica de González Pulido
Alexandra Niederer González

COORDINACIÓN EDITORIAL Y DE MEDIOS


Elena G. de Watzstein

Sofía Zertuche Sánchez

PROMOCIÓN
Laura Sánchez García

Sara Armendáriz Limón

■ 204
VIDIWALL FOTOGRAFÍA

Concepto: Departamento de Investigación, Arturo Piera L./Nazarín Martínez, cats. 2, 4,


Museo Nacional de Arte, INBA 6, 8, 9, 11, 14, 18, 20, 22, 27, 28, 29, 31,
32, 33, 35, 40, 42, 46, 49, 81, 82, 100,
La digitalización, el formateo y la programación 109, 111, 112, 133, 138, 145, 146, 150,
de las imágenes fueron realizados en 151, 153, 157, 164, 169, 170, 185, 192,
colaboración con el personal de los talleres de 223, 227, 233, 235, 237, 239, 245, 246,
gráfica digital y sistemas interactivos del Centro 248, 249, 252, 253, 257, 260, 275, 280,
Multimedia del Centro Nacional de las Artes 283, 285, 286, 288, 289, 308, 310, 312,
319, 321, 325, 329, 330, 331, 372, 373,
Coordinación técnica: 378, 379, 380, 382, 385, 409, 417, 418,
Santiago Martínez 419, 420, 421,422, 423, 426, 428, 432,
433, 446, 449, 450, 451, 452, 453, 456,
Fotografía: 458, 459, 460, 464, 465, 476, 477, 493,
Jorge Contreras Chacel 501, 503, 504, 513, 521,527, 544, 552,
553, 558, 561, 562, 563, 564, 566, 573,
PRODUCCIÓN MUSICAL 584, 585 y 586; ils. 5, 6, 29, 37, 38 y 39
Televisa División Radio, S.A. de C.V.
Sistema Radiópolis, S.A. de C.V. Eduardo Arco, il. 30
Jaime Barrera Aguilar/UADY, cats. 127 y 128
Investigación: Javier Brocker, cat. 79; il. 33
Pablo Dueñas Jorge Contreras Chacel, cats. 113, 343, 390 y
Jesús Flores Escalante 394; ils. 1, 3, 4, 7, 9, 10, 11, 12, 13, 14,
15, 16, 17, 18, 19, 20, 21, 22, 23, 24, 25,
Adaptación técnica: 26, 27, 28, 31, 32, 34, 36, 40 y 41
Angel González Jorge Moreno, cats. 55, 57, 60, 63, 67, 72,
Ricardo Licea 73, 141, 251, 254, 339, 395, 406, 410,
487, 508, 511, 518, 520 y 588
Jorge Moreno/Arturo Piera L., cat. 34
Gerardo Suter, cat. 17

Cortesías:
Archivo Arturo Ortega Navarrete,
cats. 94, 390 y 394
Archivo General de la Nación,
Secretaría de Gobernación.
Fondo Enrique Díaz Delgado
y García, cats. 83, 86, 90 y 92
Banco de México/Arturo Chapa, il. 35
Centro Cultural Arte Contemporáneo, A.C./
Jorge Contreras Chacel, cat. 41
Dirección de Arquitectura y Conservación
del Patrimonio Artístico Inmueble, INBA, il. 8
Enrique X. de Anda Alanís, ils. 2, 3 y 4
Museo Nacional de Arte Contemporáneo
Internacional Rufino Tamayo, cat. 43
Paulina Lavista, cat. 389
Seguros Comercial América, S.A. de C.V./
Jesús Sánchez Uribe, cat. 21
Sotheby's, cats. 10 y 26

205 ■
EQUIPO DEL MUSEO NACIONAL DE ARTE

Bertha Abarca Estrada, Luis Aceves Ortega, Lidia Aguilera Valencia, Gloria
Alcázar Rodríguez, Germán Almanza Ramírez, Bartolo Andríano Puebla,
Elizabeth Armenio Juan, Juan Manuel Avilés Herrera, Rodolfo Azpeítia Ruiz,
Inés Badillo Domínguez, Vulfrano Barbosa Golván, Julia Barranco, Pilar Bau¬
tista Rodríguez, Alberto Becerril Zendejas, Pilar Bujalíl Spínola, Verónica
Calderón Aboytes, Samuel Callejas Montoya, Raúl Camela González, Veró¬
nica Cañedo Vela, Froylán Casique Martínez, Ismael Castillo Gutiérrez,
Dulce María Conde, José Alberto Contreras Contreras, José Luis Cortina Her¬
nández, Manuel Cortina Perea, Marisela Crisóstomo Carrillo, Ernestina
Díaz Ruiz, Aurelio Díaz Sánchez, Fernando Escalera Padilla, Esperanza Es-
cobedo Casas, Isidro Escudero Galván, Agustín Espinoza Villagómez, Javier
Fierro Medina, Víctor Manuel Fierro Sánchez, Juventino Figueroa González,
Ana María Flores Cuenca, Luz Leticia García Botello, Patricia García Caba¬
llero, Enrique García Cortés, Leonardo García Pérez, Arturo García Ramí¬
rez, Augurio García Santiago, Elizabeth Karina Gómez Villegas, Andrea
González Montíel, José Luis Guzmán García, Ma. de los Angeles Hernán¬
dez García, Sabino Hernández Tapia, Pedro Herrera Sánchez, Martín Iba-
rra Malagón, Valentina Islas Pérez, Ma. de los Angeles Kennedy Saldívar,
Antero Lara Villa, José Luis Lazarini Torres, Leonel Lira Fred, Romualdo López
García, José Lugo Gil, Federico Maldonado Villanueva, Juan Manilla Mani¬
lla, Martha Martínez Bolaños, Rafael Martínez Míreles, Cecilia Medina Gar¬
cía, Martha Elvia Medina Guerrero, Magdaleno Medina Guzmán, Anselmo
Medina Sánchez, Guillermo Meza Jiménez, José Ricardo Moctezuma Mar¬
tínez, Mercedes Mogollón Osorío, Leticia Monares González, Bernabé
Mondragón Aguilar, Vicente Montoya Sánchez, Ismael Morales, Carlos Mo¬
rales González, Cristóbal Moreno Arroyo, Enrique Moreno Olmos, Edgar
Munguía Albarrán, Joaquín Muñoz Gómez, Rebeca Muñoz Pérez, Miguel
Nava García, Fílemón Ocampo Gutiérrez, Ma. Febe Olivares Báez, Miguel
Olvera Necoechea, Gerardo Pacheco Juárez, José Guadalupe Reyes Pare¬
des Juárez, Isidoro Peña Flores, Santiago Ramiro Peña Ortiz, Guadalupe
Perea Ordaz, Norma Angélica Pérez Ramos, Pedro Felipe Quiroz Mimbre¬
ra, Faustino Ramírez Hernández, Juan Manuel Ramírez Mirafuentes, Ma. En¬
riqueta Ramírez Ramírez, Cecilia Rodríguez García, Roberto Ricardo Rojas
Sánchez, Gumersindo Roldán Flores, Norberto Ruiz Plácido, Susana Sala-
zar Gutiérrez, Arturo Saldaña Guzmán, Pablo Jesús Sánchez Gómez, Imel-
da Sánchez Martínez, Salvador Sánchez Monroy, Ma. Cecilia Sánchez
Morales, Graciela Sánchez Sánchezt, Bertha Serrano Peralta, Carla Ricar¬
da Silva Pérez, Aracelí Soto Sánchez, Martha Soto Sánchez, Patricia Torres
Aguilar, Dolores Torres González, Rosalío Trejo Nieto, Guadalupe Vadillo,
Eva Valdés Martínez, José Daniel Valdés Paz, Manuel Vargas Pioquinto, Ma.
Eloísa Velasco Ballesteros, Víctor Velázquez Méndez, Ma. Esther Vera
Marín, Rafael Víctorío Guíllén, Guadalupe Vílchis Martínez, Juan José Ville¬
gas Hernández.

• 206
Art Déco. Un país nacionalista, un México cosmopolita
se terminó de imprimir en el mes de octubre de 1997.
La preprensa, los negativos y la impresión estuvieron a cargo de
Imprenta Madero, S. A. de C. V., Avena 102, colonia Granjas Esmeralda,
Iztapalapa, 09810, México, D. F.

El tiro consta de 3 000 ejemplares.


Se utilizó papel Phoeno Star de 150 gramos para
los interiores y Clásico Premier de 210 gramos para las guardas,
distribuidos ambos por Grupo Pochteca, S. A. de C. V.
En su composición se emplearon tipos de la familia Futura Book.
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DATE DUE / DATE DE RETOUR

CARR MALEAN 38-297

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