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Racisms

Kwamw Anthony Appiah

Hay al menos tres distintas teorías que podríamos sostener que expresan el contenido teórico de
lo que llamamos "racismo". Una es la perspectiva- que llamaré racialismo- de que hay
características hereditarias, poseídas por miembros de nuestra especia, que nos permiten
dividirlos dentro de pequeños conjuntos de razas, de tal manera que que todos los miembros de
esas razas comparten ciertos rasgos y tendencias entre ellos que no comparten con miembros de
ninguna otra raza. Estos rasgos y tendencias característicos de una raza constituyen, desde la
perspectiva racialista, una clase de esencia racial; y es parte del contenido del racialismo que las
características esenciales hereditarias de lo que en el siglo XIX se llamaba las "Races of Man" no
sean sólo las características morfológicas visibles (color de piel, tipo de cabello, características
faciales) sobre la base de las cuales hacemos clasificaciones informales. El racialismo está en el
corazón de los intentos del siglo XIX occidental de desarrollar una ciencia de las diferencias
raciales, pero parece haber sido creído por otros- por ejemplo, por Hegel, antes que ellos, y
muchos otros en otras partes del mundo no occidental- que no han estado interesados en
desarrollar teorías científicas.

Racialismo no es, en sí misma, una teoría que tenga que ser peligrosa, incluso si la esencia racial es
pensada como implicando disposiciones morales e intelectuales. Con tal de que las cualidades
morales positivas estén distribuidas entre las razas, cada una puede ser respetada, tener un lugar
"separado pero igual". A diferencia de la mayoría de las personas occidentales educadas, creo que
el racialismo es falso; pero en sí mismo, parece ser un problema cognitivo más que moral. La
cuestión es cómo es el mundo, no cómo nos gustaría que fuera.

Sin embargo, el racialismo es una presuposición de otras doctrinas que han sido llamadas
"racismo", y estas otras doctrinas han sido, en las últimas centurias, la base de un muy importante
sufrimiento humano y una fuente importante de error moral.

A una de esas doctrinas podríamos llamarla "racismo extrínseco": los racistas extrínsecos hacen
diferencias morales entre miembros de diferentes razas porque creen que la esencia racial
implican ciertas cualidades moralmente relevantes. La base de la discriminación de los racistas
entre gente es su creencia de que miembros de diferentes razas difieren en respectos que
justifican/warrant un trato diferencial, respectos- tales como honestidad o valor o inteligencia- que
se sostiene que son sin controversia (al menos en la mayoría de las culturas contemporáneas)
aceptables como bases para tratar a la gente de forma diferente. La evidencia de que no hay tales
diferencias en las características morales relevantes (que a los negros no necesariamente les faltan
capacidades intelectuales, que los judíos no son especialmente avariciosos) debería llevar a la
gente a abandonar su racismo si es puramente extrínseco. Como sabemos, tal evidencia a menudo
fracasa en cambiar las actitudes del racista extrínseco substancialmente, pues algunos de los
mejores amigos de los racistas extrínsecos siempre han sido judíos. Pero en este punto, si el racista
es sincero, lo que tenemos no es más una falsa teoría sino una incapacidad cognitiva, una cuyo
significado discutiremos después.

Digo que un racista extrínseco sincero podría sufrir de una incapacidad cognitiva. Pero algunos de
los que adoptan doctrinas racistas extrínsecas simplemente son racistas intrínsecos insinceros.
Pues los racistas intrínsecos, en mi definición, son gente que diferencia moralmente entre
miembros de diferentes clases porque creen que cada clase tiene un estatuto moral diferente,
bastante diferente de las características morales implicadas por su esencia racial. Tal como, por
ejemplo, mucha gente asume que del hecho de que estén biológicamente relacionados con otra
persona- un hermano, una tía o un primo- les da un interés moral en esa persona, así, un racista
intrínseco sostiene que el mero hecho de ser de la misma raza es una razón para preferir a una
persona frente a otra.

Para un racista intrínseco, no importa la cantidad de evidencia de que un miembro de otra raza es
capaz de grandes logros morales, intelectuales o culturales, o que tiene características que, en los
miembros de su propia raza, los harían admirables y atractivos, ofrecen ningún fundamento para
tratarlos de manera semejante a los miembros de su propia raza. De igual manera, algunos sexistas
son "sexistas intrínsecos", sostienen que el simple hecho de que alguien es una mujer (o un
hombre) es una razón para tratarlo/a de cierta manera.

Hay posibilidades interesantes de complicar estas distinciones: algunos racistas, por ejemplo,
afirman, como los Mormones alguna vez lo hicieron, que discriminan gente porque creen que Dios
les exige eso. ¿Es este un racismo extrínseco, justificado sobre la combinación de que Dios es un
racista intrínseco y la creencia de que lo correcto es hacer la voluntad de Dios? ¿O es un racismo
intrínseco porque está basado en la creencia de que Dios exige estas discriminaciones porque son
correctas? (Eutifron: ¿un acto es pío porque es lo amado por los dioses o el amado por los dioses
porque es pío?). Sin embargo, las distinciones entre racialismo y racismo y entre dos clases de
racismo que potencialmente se solapan nos provee con el esqueleto de la anatomía de los
contenidos proposicionales de las actitudes racistas.

RACIST Dispositions

La mayoría de la gente querrá objetar que la discusión sobre el contenido proposicional de las
creencias morales y factuales del racista se le escapa algo absolutamente crucial al carácter de la
realidad sicológica y sociológica del racismo, algo que toqué cuando mencioné las proferencias del
racista extrínseco a menudo las hacen gente que sufre lo que llamé "incapacidad cognitiva". Parte
de la fuerza estándar de las acusaciones de racista es que sus objetos son de algún modo
irracionales. La objeción a las afirmaciones del profesor Shockley sobre la inteligencia de los negros
no es sólo que sean falsas, sino más bien que el Profesor Shockley parece, como mucha gente que
llamamos racista, ser incapaz de ver la evidencia que no sustenta sus afirmaciones factuales y la
conexión entre estas afirmaciones factuales y sus políticas prescriptivas conlleva a una serie de non
sequiturs.

Lo que hace estas incapacidades cognitivas especialmente problemáticas- algo a lo que


deberíamos de responder con más que una recomendación individual al profesor Shockley de que
vaya a sicoterapia- es que se conforman a cierto patrón: a saber, que es especialmente donde
creencias y polices son desventajosas para gente no blanca que muestran la clase de errores
perturbadores que hacen sus puntos de vista notoriamente infiables. De hecho, el razonamiento
del profesor Shockley funciona extremadamente bien en otras áreas; que sea un físico laureado
con el Nobel es parte de lo que lo hace un ejemplo tan interesante.

Esta incapacidad cognitiva no es, por supuesto, una rareza. Muchos de nosotros somos incapaces
de renunciar a creencias que juegan un papel en la justificación de ventajas especiales que
obtenemos (o esperamos obtener) a partir de nuestra posición en el orden social- en particular
creencias sobre el carácter positivo de la clase de gente quienes comparten esa posición. Mucha
gente que expresaba creencias racista extrínsecas- muchos blancos de Sudáfrica, por ejemplo- eran
beneficiarios del orden social que les proporcionaba ventajas en virtud de su "raza", así que la falta
de inclinación para aceptar evidencia que pudiera privarlos de una justificación para esas ventajas
es sólo un ejemplo de este fenómeno general.

Así también, la evidencia de que acceder la educación superior está en gran parte determinada
por la calidad de nuetsra educación anterior que por nuestros talentos innatos, no mina del todo la
confianza de los aspirantes para entrar en univeridades privadas en Inglaterra o en los Estados
Unidos. Muchos de ellos continuan creyendo frente a la evidencia que su aceptación en "buenas"
universidades muestra que está intelectualmente mejor dotados (y no sólo mejor preparados) que
los que fueron rechazados. Hechos como estos son los que le dan sentido a la noción de falsa
conciencia, la idea de que una ideología puede impedirnos el reconocimiento de hechos que
podrían amenazar nuestra posición.

Los casos más interesantes de esta clase de resistencia ideológica a la verdad no son, quizás, los
que he mencionado. En general, es menos sorprendente, una vez que hemos aceptado la noción
reconocida como problemática de autoengaño, que la gente piense que ciertas actitudes o
creencias les den ventaja, se "persuadan" a sí mismos para ignorar la evidencia que mina esas
creencias y actitudes. Lo que es más interesante es la existencia de gente que resiste la verdad de
una proposicón a la vez que piensa que su amplia aceptación en ningún modo sería una desventaja
para él o para aquellos individuos que les importa.- esto podría pensarse que describe al Profesor
Shockley; o que resisten la verdad cuando su aceptación realmente podría darle una ventaja- esto
podría ser el caso de alguna personas negras que han internalizado los estereotipos racistas
negativos; o quien fracasa, en virtud de sus apegos ideológicos, en reconocer lo que está en su
mejor interés.

Mi interés aquí no es con los procesos sicológicos o sociales por los que esas formas de resistencia
ideológica opera, pero es importante, pienso, ver el rechazo de parte de algunos racista
extrínsecos a aceptar la evidencia en contra de sus creencias como una instancia de un amplio
fenómeno en los asuntos humanos. Es un hecho bruto, del cual las teorías de la ideología tienen
que ocuparse, que nuestra especia es proclive a distorsiones de juicio tanto morales como
intelectuales, en particular, distorsiones de juicio que reflejan parcialidad.
Una inhabilidad para cambiar de opinión frente a la evidencia apropiada es una incapacidad
cognitiva; pero es una que todos hemos sufrido en algunas áreas de nuestras creencias;
especialmente en áreas en que está en juego nuestro propio interés o nuestra auto-imagen.

Sin embargo, no es, como algunos han sostenido, una tendencia de la que seamos impotentes de
resistir. Nadie, sin lugar a dudas, puede ser imparcial sobre todo- incluso aobre todo lo que a la
noción de imparcialidad se le aplica; pero no hay materia acerca de la que la mayoría de la gente
sana no pueda, al final, ser persuadida de evitar parcialidad en el juicio. Y podría ayudar a sacudir
las convicciones de aquellos cuya incapacidad deriva de esta clase de defensa ideológica si les
mostramos cómo sus reacciones encajan con un patrón general. De hecho, es así por lo que
generalmente a perspectivas que encaja en este patrón, como el "racismo"- con el sufijo ism
indican que lo que tenemos en mente no es sólo una teoría sino una ideología. Sería raro llamar a
alguien criado en un remoto lugar del mundo con perspectivas falsas cobre la gente blanca
"racistas" si esa persona renuncia a esas creencias fácilmente frente a la evidencia apropiada.

Los racistas del mundo real, entonces, exhiben una racionalidad sistemáticamente distorsionada, la
clase de racionalidad sistemáticamente distorsionada que llamamos "ideológica". Y esta distorsión
es especialmente acusada en el dominio cognitivo: racistas extrínsecos, aunque inteligentes o bien
informados, a menudo fallan al tratar la evidencia en contra de proposiciones teóricas del recismo
extrínseco desapasionadamente. Como el racismo extrínseco, el racismo intrínseco puede también
con frecuencia ser visto como ideológico; pero puesto que la evidencia científica no resuleve la
cuestión, un fracaso para ver lo que es un error representa una incapacidad cognitiva solo en
perspectivas controvertidamente realistas de la moralidad. Lo que hace al racismo intrínseco
igualmente ideológico no es un fallo en la racionalidad inductiva o deductiva que es tan chocante
en alguien como el profesor Shockley sino más bien la concexión que tienen los intereses (reales o
percibidos) con el grupo dominante. El racismo de Shockley está en cierto sentido dirigido en
contra de la gente no blanca: muchos creen que esta perspectiva operaría, si se acepta, en contra
de sus intereses objetivos, y ciertamemte presenta a la "raza" negra bajo una luz poco alagadora.

Propongo usar el término pasado de moda "prejuicio racial" para referirme a la deformación de la
racionalidad en el juicio que caracteriza a aquellos cuyo racismo es más que un vínculo teórico con
ciertas proposciones sobre la raza.

Racial Prejudice

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