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Marcela Alvarado Londoño.

Diana Carolina Alba Torres.

Autocríticas para la paz

La construcción de paz en un conflicto armado como el de Colombia, ha sido un


proceso extenso y lleno de distintas variables, lo cual ha dificultado su
caracterizaciòn, identificaciòn y planteamientos, creando dinámicas complejas, sin
embargo, se ha visto un fuerte avance desde la implementación de los procesos de
paz, que aún dejan un largo trayecto por recorrer, pero que permite determinar que
una verdadera transformación se podría lograr con la presencia del Estado y sus
instituciones reconociendo las particularidades de cada territorio y así lograr una
construcción colectiva de las necesidades de la comunidad implicada. Ha sido un
largo proceso que ha girado en torno a la justicia transicional, una pieza clave para
demostrar que la justicia ordinaria no es suficiente y no garantiza la verdad, justicia,
reparación y no repetición, derechos fundamentales para las víctimas.

Desarrollando la idea principal, el Estado debe ser el primero en intentar construir


una visión colectiva de que existan territorios en paz, para esto, es necesario el
reconocimiento de los errores que se cometieron durante la guerra, siendo un
precedente y también un ejemplo para los diferentes actores de esta; las disculpas
que presentan los agentes del Estado constituyen una señal de que existe un
verdadero respaldo para buscar un futuro diferente. Además, se debe reconocer la
necesidad de otras formas de reparación, que generalmente constituyen la
restitución de tierras, indemnizaciones, empleo, educación y diferentes
oportunidades para dejar atrás todas las afecciones que dejó el conflicto.

No todas las víctimas sufrieron de la misma forma durante la guerra y por ende no
todas van a sentirse reparadas con el mismo proceso, pero es cierto que existen
unos factores que la hacen similarmente constitutiva según los territorios, hay que
entender que el poder se hace efectivo cuando hay un movimiento de este y un
lugar donde se materializa; a la vez ciertas variables hacen más o menos
vulnerables a las personas del territorio a ser sometidas a este, en ese caso,
entrarían a influir la clase, género y la raza. Es evidente que la violencia se ensañó
principalmente con el paíìs rural y las periferias, entre ellos los campesinos y las
comunidades indígenas que fueron desplazadas de sus tierras, otro ejemplo, es la
vivencia de un sin fin de mujeres que en el cómo se convirtieron en una forma de
probar entre los diferentes grupos, quien tenía el poder, después de violarlas y
determinarlas como algo conquistable, se enviaban mensajes dejando en claro que
había una victoria.

Una vez explicado por qué los procesos de cada comunidad son diferentes, se
puede tratar el hecho de que si bien estos son generales, hay territorios que todavía
se ven muy arremetidos por la violencia y que aún existe una ausencia del Estado,
dicho eso es importante recalcar las formas en que se está llegando a todas las
comunidades, algunas, están llevando acciones por partes de líderes sociales que
buscan dar una representación e instaurar verdaderos procesos democráticos, sin
embargo, estas personas están siendo asesinadas y el Estado parece hacer caso
omiso a esto, entonces, es ahí cuando se necesita un mayor compromiso por parte
de este para brindar seguridad y protección a las personas que están aportando
desde los territorios.

Cuando el Estado logra hacer un reconocimiento a todas las personas que brindan
diferentes insumos al proceso de paz, emite un refuerzo positivo a continuar
intentándolo, pero si por el contrario el mensaje que expresa es diferente al del
discurso, la percepción de lo que es la paz va a cambiar. Algo destacable en el
proceso colombiano es que se ha intentado sacar de las casillas lo que es víctima y
victimario, entendiendo el conflicto más allá de unas personas que disparan y otras
que reciben, si bien hay casos en los que es necesario un proceso judicial, también
existen otros casos en donde personasen los que personas que fueron reclutadas
en condiciones de total vulnerabilidad y que es necesario que se tengan en cuenta
para los beneficios que trae el fin de la guerra. Así mismo, el Estado debe tener la
capacidad de garantizar la integridad física, psicológica y la intimidad de las
personas que están llevando a cabo un proceso de reparación.

Se vuelve fundamental entender de qué consta un verdadero proceso de


reparación, que va más allá de lo individual; en el momento que una persona tiene
derecho a saber la verdad, esto también aporta a una historia construida
colectivamente que permite dejar por sentado experiencias de cómo se pueden
llegar a tramitar diferentes situaciones que se presenten. Desde la parte individual
se puede compensar los daños, restablecer los derechos y/o sanar las heridas
físicas y psicológicas, garantías de no repetición y garantías de satisfacción, labores
que le competen al Estado y sus diferentes instituciones designadas a estas
actividades. Dentro de estos tres procesos caben un sinfín de posibilidades.

Es bien sabido que no se puede obligar a las víctimas a perdonar, ni decirles


cuándo ni cómo. Hablando específicamente del objetivo de la reparación psicológica
hay que buscar alternativas hasta que exista un perdón verdadero con el fin de que
pueda existir convivencia entre la comunidad. Las instituciones del Estado tienen
una función importante y es promover la generación de procesos colectivos que
ayuden a las personas a llevar actos de sanación que han demostrado ser muy
importantes en la reparación de las víctimas, ya sea desde crearlos hasta financiar
los que se quieran instaurar. Es fundamental el apoyo que se dée a personas que
fueron sometidas al mismo dolor; para afrontar y tramitar la verdad, para pensar que
los haría sentir mejor y finalmente continuar.

La justicia transicional abarca diferentes aspectos de los aquí ya mencionados, sin


embargo, la ausencia del Estado en ciertos factores mencionados anteriormente,
sigue siendo un gran problema para la construcción de una paz verdadera, ya que
hay fuertes oposiciones entre quienes deberían ser los primeros promotores e
irónicamente las personas que más fuerte han vivido el conflicto manifiestan todo su
interés por acabar ya con la guerra, evidentemente, hay unos factores que de lejos
se siguen viendo y siendo las causas del conflicto, como por ejemplo, las
propiedades de las tierras y el narcotráfico. Hasta que no exista un verdadero
compromiso por parte de este para llevar a cabo verdaderos procesos, la paz va a
ser complicada de alcanzar. El Estado colombiano como se acordó en el proceso de
paz tiene que implementar unas políticas públicas que permitan dar cumplimiento a
cada uno de los puntos del acuerdo, con el fin de brindar bienes públicos y permitir
políticas integrales para crear un orden social más justo y equitativo.

Sin embargo, no hay que minimizar todos los avances que se han llevado a cabo a
lo largo de estos años, el arte ha sido uno de los pilares fundamentales para todas
las víctimas, que se han visibilizado y tramitado muchos de sus sentires y pensares
a través de esto, cada grupo que se ha unido ha elegido una forma diferente de
memoria, proceso fundamental que permite hacer consciencia de lo sucedido y de
no dejarlo en el olvido, bien sea como denuncia para asi hacer pública la verdad,
como sanaciòn, tributo, resistencia y tanto otros lenguajes que se brindan, bien sea
mediante escritos, discursos, pinturas, estampados, tejiendo o cualquier
manifestación que ayude a mostrar que algo sucedió, y que permite muchas veces
manifestar lo que en palabras no es posible, y así después de mucho tiempo pueda
ser expuesto a quienes no lo conocían o como parte llevar cerca a quienes sufrieron
y como lo sanaron.

Para concluir, el Estado tiene un reto enorme y es comprometerse más con el


proceso de construcción de paz, ya que es mediante este que se puede lograr el
consenso político y social con todo lo que respecta a los acuerdos, garantizar
verdaderos canales de participación y poder hacer cara a quienes no se están
acogiendo a los acuerdos y continúan haciendo daño, sin ignorar que este mismo
puede ser el que está poniendo las trabas para continuar, es decir, que es
fundamental hacer un auto crítica de cómo está aportando y afectando el
cumplimiento de lo pactado durante la realización de los acuerdos.

Bibliografía

● Ministerio de Defensa Nacional. (2003). Política de Defensa y Seguridad Democrática.


Bogotá D.C.
● Alvarado, s. (2018). Clacso. [en línea] Biblioteca.clacso.edu.ar. Disponible en:
http://biblioteca.clacso.edu.ar/clacso/se/20160930124934/Paz_en_Colombia.pdf
● ¡Basta ya!, Capítulo 2; los motivos y las transformaciones de la guerra. (2012). Centro de
Memoria Histórica. [en linea] Disponible en: https://www.google.com/url?
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● Gonzales, X. (2017). Construcción de paz en escenarios de violencia intracomunitaria.
[online] Scielo.org.co. Disponible en: http://www.scielo.org.co/pdf/espo/n51/0121-5167-espo-
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● Acuerdo General para la terminación del conflicto y la construcción de una paz estable y
duradera. Disponible en: http://www.altocomisionadoparalapaz.gov.co/procesos-y-
conversaciones/Documentos%20compartidos/24-11-2016NuevoAcuerdoFinal.pdf

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