1.1. El medio ambiente como una red.

Karl Raimund Popper un fil ósofo de la ciencia inglés de origen austríaco, propuso una forma muy sencilla de conceptualizar la realidad
que nos rodea y a la que, al mismo tiempo, pertenecemos. Popper (1982) habló de tres mundos: el "mundo 1" compuesto por las
manifestaciones o estados físicos de las cosas y los seres vivientes. El "mundo 2" que incluye la realidad o conciencia subjetiva de los
humanos. Y finalmente, el "mundo 3" que se compone de todos aquellos productos de la mente humana, es decir, todo lo que los
humanos hemos descubierto e inventado para hacer de este mundo un lugar donde podamos sobrevivir y estar más cómodos.

Entiendo por red un espacio donde conviven interconectados diferentes elementos. Así las cosas, el "mundo 1" de Popper se convierte
en la red donde conviven y se interconectan los elementos del reino mineral, vegetal y animal en sus aspectos físicos. El "mundo 2" se
puede entender como la interconexión entre los seres humanos desde el punto de vista de su conciencia subjetiva. Por lo tanto, se trata
de la red que forma un individuo con diferentes colectivos: colectivos de dos individuos o "diadas"; colectivos de tres individuos o
"tríadas"; colectivos de más individuos sin llegar a una muchedumbre o "pequeños grupos" y las muchedumbres propiamente dichas
que, desde el siglo pasado, conocemos como "masas" (nombres como José Ortega y Gasset y Elías Canetti, saltan de pronto a la
mente). Quizá sería más preciso afirmar que el "mundo 2" es, en tanto red, la convivencia entre la subjetividad y la intersubjetividad en
la experiencia humana.

El "mundo 3" es presentado en la obra de Popper como el mun do de la objetividad. Es decir, como el mundo donde nuestras
intenciones producen efectos distintos y diferenciales en el medio ambiente, pero donde nunca se logra perfectamente el resultado de
dicha intencionalidad. El admitir que existe en las leyes que gobiernan los eventos referidos a las cosas y a los seres vivos del mundo
una independencia de nuestra intención por comprenderlos y, eventualmente, controlarlos está la base para entender lo que Popper
propone como "objetividad".

Objetividad para este autor ser ía, pues, aceptar que el único recurso para comprender y controlar el mundo es aprender de él por
medio de un conocimiento que es producto de una actitud abierta y de un proceso de retroalimentación cuya calidad de información
depende de dos características principales que son la honestidad y su carácter público (para asegurar dicha honestidad). (Ver, por
ejemplo, Popper, 1985:59, sección 10)

Si el "mundo 3" es el mundo descubierto e inventado por los seres humanos cuyo control para comprenderlo y controlarlo es el
"aprendizaje honesto", su expresión como red debe tomar en cuenta, desde mi punto de vista, la creatividad. Así, el "mundo 3" es el
conjunto de dominios creativos cuya existencia, artificial o no natural, se debe a la actividad y capacidad de los seres humanos. Según
Popper, los contenidos - o "dominios creativos", en nuestros términos - son cuatro: la ciencia, la tecnología, el arte y la cultura.

Desde mi punto de vista, existe un quinto dominio que ha si do creado artificialmente por el ser humano para poder sobrevivir y
prosperar en su medio ambiente: las organizaciones. Es tal su relevancia para nosotros en esta ocasión, que me gustaría hacer una
pequeña digresión para hablar de este quinto dominio.

El quinto dominio creativo: las organizaciones.

Seg ún George Steiner "(E)l lenguaje ha sido, en todo el curso de la historia, el recipiente de la gracia humana y el primer portador de la
civilización" (en Nudelstejer, 1990). Esta capacidad civilizadora del lenguaje también la ha reconocido Popper y la explica con base en
las diversas funciones y niveles de madurez del propio lenguaje humano.

Popper fue alumno en la Universidad de Viena de Karl B ühler un psicólogo que identificó tres niveles o funciones del lenguaje: la
función expresiva, la función de señal o descarga y en un nivel superior, la función expresiva. Según Popper "Bühler explicaba que las
dos funciones inferiores eran comunes al lenguaje animal y humano y que siempre se encontraban presentes en él, mientras que la
tercera función era característica sólo del lenguaje humano e incluso a veces no existía (como en las exclamaciones)." (Popper,
1985:98) Más adelante, Popper agrega una cuarta función que es, según este autor, la razón de todo pensamiento crítico, y por tanto
de la posibilidad de aparición de la propia civilización humana.

El esquema B ühler-Popper de evolución de las especies con base en el lenguaje explica que la función de señal o de descarga
consiste en emitir sonidos que son identificables para los individuos de una especie (y, en ocasiones, para individuos de otras especies
que han aprendido a reconocerlos) como una señal de alerta o alarma frente a un posible peligro o amenaza. La función expresiva es la
capacidad de un individuo de comunicar a otro individuo de su especie un estado interno: alegría, tristeza, miedo, respeto, etc. La
función descriptiva es lo que los comunicadores y otros especialistas llamamos "información", es decir, un conjunto de descripciones de
eventos, cosas y seres (entre ellos, los humanos) que dan cuenta de sus atributos, condiciones, disposición, interacciones, etc.

Sin embargo, y hasta donde sabemos, ninguna especie como lo s seres humanos puede criticar, y aprender, de sus propias
descripciones. Esto no quiere decir que somos la única especie que utiliza inteligentemente herramientas pero lo que es un hecho
hasta ahora, es que ninguna especie animal como el humano puede relacionarse con la conciencia, intencionalidad y sentido de
limitación o espíritu crítico con sus propios descubrimientos e invenciones como nosotros. (Ver Hauser, 2002:51, sección "Qué es un
objeto")

De la funci ón "argumentativa o crítica" se derivan dos nociones muy importantes para entender la naturaleza de la convivencia humana
y por tanto, de las propias organizaciones. Estos conceptos son "calidad" y "aberraciones".