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Inicio Desarrollo
Presenta una situación donde se Los personajes presentados co-
dan a conocer los personajes de la mienzan a actuar dentro del esce-
historia, la relación que hay entre nario planteado. Las acciones los
ellos y el escenario en que se desa- dirigen hacia lo que luego será el
rrolla el relato. conflicto del relato.
Nudo
Desenlace
Presenta un problema que se resuelve a lo largo
En esta parte del relato se revela de la historia. Rompe la situación de equilibrio
el motivo del terror experimentado y se presenta la situación que produce miedo
por el protagonista, que –además– o terror, que desafía a los personajes. Sin este
debe dejar en el lector una impre- problema, el relato es una simple descripción de
sión de sorpresa y estremecimiento acciones o una anécdota. En esta parte, aumenta
ante lo inesperado. la tensión y el misterio, dando suficientes pistas
para mantener la atención del lector, pero sin
develar la totalidad de los hechos.
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El autor crea una atmósfera con todas las condiciones necesarias para que sur-
ja algo inesperado que desate la sensación de miedo en el lector. Al inicio, el
autor ubica al lector en una situación en la que todo parece normal y en la que
este puede predecir lo que podría suceder. Posteriormente, el autor introduce
uno o varios elementos que hacen que la situación descrita se vuelva insegura.
La atmósfera se vuelve cada vez más tensa, con un creciente grado de suspen-
so. En esa situación, el lector supone varias posibilidades, pero el autor lo lleva
a aferrarse a la más normal y menos caótica, para –al final– sorprenderlo con
los inesperado o sobrenatural.
El autor prepara largamente la mente del lector para presentarle al final ese
hecho o fenómeno terrorífico que la mente humana no se espera, no puede ex-
plicar ni dominar. Y es exactamente esa incapacidad la que produce la sensa-
ción de miedo. El autor ha dejado que el lector vislumbre la posibilidad de que
sucederá algo terrible, que presiente, pero que no quiere que suceda. Luego,
ese hecho se transforma en la única posibilidad. Como este hecho forma parte
de los temores naturales del ser humano, de aquello que no puede vencer ni
controlar, el lector siente como si estuviera viviendo realmente el miedo.
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lid
Por Edgar Allan Poe intemperancia. Inmora
igido, nostálgico.
melancólico. Triste, afl
Primera parte infligir. Producir, causar.
No espero ni pido que alguien crea en el extraño,
aunque simple, relato que me dispongo a escri- persticiosa, aludía con frecuencia a la antigua
bir. Mañana voy a morir y quisiera aliviar hoy mi creencia popular de que todos los gatos negros
alma. Mi propósito inmediato consiste en poner son brujas metamorfoseadas. No quiero decir
de manifiesto, de manera sencilla, sucinta y sin que lo creyera seriamente, y solo menciono la
comentarios, una serie de episodios domésticos. cosa porque acabo de recordarla.
Las consecuencias de esos episodios me han
Plutón –tal era el nombre del gato– se había
aterrorizado, me han torturado y, por fin, me han
convertido en mi favorito y mi camarada. Solo
destruido. Pero no intentaré explicarlos. Si para
yo le daba de comer y él me seguía por todas
mí han sido horribles, para otros resultarán me-
partes en casa. Me costaba mucho impedir que
nos espantosos que retorcidos.
anduviera tras de mí en la calle.
Desde la infancia me destaqué por la docilidad
Nuestra amistad duró así varios años, en el
y bondad de mi carácter. La ternura que abri-
curso de los cuales (enrojezco al confesarlo)
gaba mi corazón era tan grande que llegaba a
mi temperamento y mi carácter se alteraron
convertirme en objeto de burla para mis compa-
radicalmente por culpa del demonio de la in-
ñeros. Me gustaban especialmente los anima-
temperancia. Día a día me fui volviendo más
les y mis padres me permitían tener una gran
melancólico, irritable e indiferente hacia los
variedad. Pasaba a su lado la mayor parte del
sentimientos ajenos. Llegué, incluso, a hablar
tiempo, y jamás me sentía más feliz que cuando
descomedidamente a mi mujer y terminé por
les daba de comer y los acariciaba. Este rasgo
infligirle violencias personales. Mis favoritos,
de mi carácter creció conmigo y, cuando llegué
claro está, sintieron igualmente el cambio de
a la adultez, se convirtió en una de mis prin-
mi carácter. No solo los descuidaba, sino que
cipales fuentes de placer. Aquellos que alguna
llegué a hacerles daño. Hacia Plutón, sin em-
vez han experimentado cariño hacia un perro
bargo, conservé suficiente consideración como
fiel y sagaz no necesitan que me moleste en
explicarles la naturaleza o la intensidad de la
retribución que recibía. Hay algo en el generoso
y abnegado amor de un animal que llega direc-
tamente al corazón de aquel que con frecuencia
ha probado la falsa amistad y la frágil fidelidad
del hombre.
Me casé joven y tuve la alegría de que mi espo-
sa compartiera mis preferencias. Al observar mi
gusto por los animales domésticos, no perdía
oportunidad de procurarme los más agradables
de entre ellos. Teníamos pájaros, peces de co-
lores, un hermoso perro, conejos, un monito y
un gato.
Este último era un animal de notable tamaño y
hermosura, completamente negro y de una sa-
gacidad asombrosa. Al referirse a su inteligen-
cia, mi mujer, que en el fondo era no poco su-
DESTREZA: Destreza: Interpretar un texto literario desde las características propias del género al que pertenece.
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Glosario
ginebra. Tipo de licor.
abrasar. Quemar, arder.
miste-
insondable. Profundo,
rioso, inexplicable .
endio.
conflagración. Fuego, inc
ración,
desesperanza. Desespe
angustia, desaliento.
incompleto. Al día siguiente del incendio acudí el asombro y el terror. Pero la reflexión vino lue-
a visitar las ruinas. Salvo una, las paredes se go en mi ayuda. Recordé que había ahorcado al
habían desplomado. La que quedaba en pie era gato en un jardín contiguo a la casa. Al producir-
un tabique divisorio de poco espesor, situado en se la alarma del incendio, la multitud había in-
el centro de la casa, y contra el cual se apoyaba vadido inmediatamente el jardín: alguien debió
antes la cabecera de mi lecho. El enlucido ha- de cortar la soga y tirar al gato en mi habitación
bía quedado a salvo de la acción del fuego, cosa por la ventana abierta. Sin duda, habían tratado
que atribuí a su reciente aplicación. Una densa de despertarme en esa forma. Probablemente la
muchedumbre habíase reunido frente a la pared caída de las paredes comprimió a la víctima de
y varias personas parecían examinar parte de la mi crueldad contra el enlucido recién aplicado,
misma con gran atención y detalle. Las palabras cuya cal, junto con la acción de las llamas y el
“¡extraño!”, “¡curioso!” y otras similares excita- amoniaco del cadáver, produjo la imagen que
ron mi curiosidad. Al aproximarme vi que en la acababa de ver.
blanca superficie, grabada como un bajorrelie-
Si bien en esta forma quedó satisfecha mi ra-
ve, aparecía la imagen de un gigantesco gato.
zón, ya que no mi conciencia, sobre el extraño
El contorno tenía una nitidez verdaderamente
episodio, lo ocurrido impresionó profundamente
maravillosa. Había una soga alrededor del pes-
mi imaginación. Durante muchos meses no pude
cuezo del animal.
librarme del fantasma del gato, y en todo ese
Al descubrir esta aparición –ya que no podía tiempo dominó mi espíritu un sentimiento infor-
considerarla otra cosa– me sentí dominado por me que se parecía, sin serlo, al remordimiento.
POSLECTURA
dudoso o desconocido. Proponemos una definición y verifica-
mos el significado con ayuda de un diccionario.
DESTREZA: Debatir críticamente la interpretación de un texto literario basándose en indagaciones sobre el tema, género y contexto.
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El gato negro
LECTURA
Segunda parte
Una noche en que, borracho a medias, me hallaba cio de su detestable presencia, como si fuera una
en una taberna más que infame, reclamó mi aten- emanación de la peste.
ción algo negro posado sobre uno de los enormes
Lo que, sin duda, contribuyó a aumentar mi odio
toneles de ginebra que constituían el principal
fue descubrir, a la mañana siguiente de haberlo
moblaje del lugar. Durante algunos minutos había
traído a casa, que aquel gato, igual que Plutón,
estado mirando dicho tonel y me sorprendió no
era tuerto. Esta circunstancia fue precisamente la
haber advertido antes la presencia de la mancha
que lo hizo más grato a mi mujer, quien, como ya
negra en lo alto. Me aproximé y la toqué con la
dije, poseía en alto grado esos sentimientos hu-
mano. Era un gato negro muy grande, tan grande
manitarios que alguna vez habían sido mi rasgo
como Plutón y absolutamente igual a este, salvo
distintivo y la fuente de mis placeres más simples
un detalle. Plutón no tenía ni un solo pelo blan-
y más puros.
co en el cuerpo, mientras que este gato mostraba
una vasta aunque indefinida mancha blanca que El cariño del gato por mí parecía aumentar en el
le cubría casi todo el pecho. mismo grado que mi aversión. Seguía mis pasos
con una persistencia que me costaría hacer enten-
Al sentirse acariciado se enderezó prontamente,
der al lector. Dondequiera que me sentara venía
ronroneando con fuerza, se frotó contra mi mano y
a ovillarse bajo mi silla o saltaba a mis rodillas,
pareció encantado con mis atenciones. Acababa,
prodigándome sus odiosas caricias. Si echaba a
pues, de encontrar el animal que precisamente
caminar, se metía entre mis pies, amenazando
andaba buscando. De inmediato, propuse su com-
pra al tabernero, pero me contestó que el animal
no era suyo y que jamás lo había visto antes ni
sabía nada de él. Continué acariciando al gato y,
cuando me disponía a volver a casa, el animal pa-
reció dispuesto a acompañarme. Le permití que
lo hiciera, deteniéndome una y otra vez para in-
clinarme y acariciarlo. Cuando estuvo en casa, se
acostumbró a ella de inmediato y se convirtió en
el gran favorito de mi mujer.
Por mi parte, pronto sentí nacer en mí una antipa-
tía hacia aquel animal. Era exactamente lo contra-
rio de lo que había anticipado, pero –sin que pue-
da decir cómo ni por qué– su marcado cariño por
mí me disgustaba y me fatigaba. Gradualmente,
el sentimiento de disgusto y fatiga creció hasta al-
canzar la amargura del odio. Evitaba encontrarme
con el animal; un resto de vergüenza y el recuerdo
de mi crueldad de antaño me vedaban maltratar-
lo. Durante algunas semanas me abstuve de pe-
garle o de hacerlo víctima de cualquier violencia;
pero gradualmente –muy gradualmente– llegué a
mirarlo con inexpresable odio y a huir en silen-
DESTREZA: Interpretar un texto literario desde las características propias del género al que pertenece.
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La alegría de mi corazón era demasiado grande luego creció rápidamente hasta convertirse en un
para reprimirla. Ardía en deseos de decirles, por largo, agudo y continuo alarido, anormal, como
lo menos, una palabra como prueba de triunfo y inhumano, un aullido, un clamor de lamentación,
confirmar doblemente mi inocencia. mitad de horror, mitad de triunfo, como solo puede
haber brotado en el infierno de la garganta de los
−Caballeros −dije, por fin, cuando el grupo subía
condenados en su agonía y de los demonios exul-
la escalera−, me alegro mucho de haber disipa-
tantes en la condenación.
do sus sospechas. Les deseo felicidad y un poco
más de cortesía. Dicho sea de paso, caballeros, Hablar de lo que pensé en ese momento sería lo-
esta casa está muy bien construida... (En mi fre- cura. Presa de vértigo, fui tambaleándome hasta la
nético deseo de decir alguna cosa con naturali- pared opuesta. Por un instante el grupo de hom-
dad, casi no me daba cuenta de mis palabras). bres en la escalera quedó paralizado por el terror.
Repito que es una casa de excelente construc- Luego, una docena de robustos brazos atacaron la
ción. Estas paredes... ¿ya se marchan ustedes, pared, que cayó de una pieza. El cadáver, ya muy
caballeros?... tienen una gran solidez. corrompido y manchado de sangre coagulada, apa-
reció de pie ante los ojos de los espectadores. So-
Y entonces, arrastrado por mis propias bravatas,
bre su cabeza, con la roja boca abierta y el único
golpeé fuertemente con el bastón que llevaba en
ojo como de fuego, estaba agazapada la horrible
la mano sobre la pared del enladrillado tras de
bestia cuya astucia me había inducido al asesinato
la cual se hallaba el cadáver de la esposa de mi
y cuya voz delatora me entregaba al verdugo. ¡Ha-
corazón.
bía emparedado al monstruo en la tumba!
¡Qué Dios me proteja y me libre de las garras del
archidemonio! Apenas había cesado el eco de mis Glosario
golpes cuando una voz respondió desde dentro
gran
de la tumba. Un quejido, sordo y entrecortado al exultante. Que muestra
comienzo, semejante al sollozar de un niño, que alegría o satisfacción.
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DESTREZA: Debatir críticamente la interpretación de un texto literario basándose en indagaciones sobre el tema, género y contexto.
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EL NARRADOR
En el género narrativo, la intencionalidad del autor es contar lo
que les sucede a unos personajes. La narración se concreta por
medio del narrador o voz narrativa. Narrador y autor no son lo
mismo. El autor es el creador del texto, en tanto que el narrador
es una instancia del texto que inventa el autor.
Se utiliza muy poco por la dificultad narrativa Quisieras recordar otras cosas, pero sobre
que implica. Aquí, la voz narrativa se dirige todo quisieras recordar el estado en que te
a uno o a varios personajes de la obra de forma encuentras...
directa. Él vio pasar el domo naranja y las columnas
Ejemplo: “Lees ese anuncio: una oferta de esa blancas, gordas, del Palacio de Bellas Artes,
naturaleza no se hace todos los días. Lees y relees pero miró hacia arriba donde los cables se
el aviso. Parece dirigido a ti, a nadie más”. unían...”.
Carlos Fuentes, La muerte de Artemio Cruz.
Cruz.
Carlos Fuentes, Aura
Aura..
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Personajes:
Con las TIC
Escenario:
Observo en YouTube el video
Ambiente: “El extraño caso del Señor Val-
demar”, cuento de Edgar Allan
Atmósfera: Poe, contado por Alberto Laise-
Tipo de narrador: ca, en la dirección https://youtu.
be/0XPgV_NoQ_Y. Comento en
Sinopsis: clase mis impresiones.
DESTREZA: Elegir lecturas basándose en preferencias personales de autor, género, estilo, temas y contextos socioculturales, con el manejo
de diversos soportes.
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g. El día de la presentación, cuidamos de tener a mano todos nues- Ingreso a la dirección http://bit.
tros recursos de apoyo y nos disponemos a disfrutar de la expe- ly/1tyj6yZ , del documento
riencia. Producción casera de efectos
de sonido, para obtener ideas so-
bre cómo hacer efectos de sonido
para nuestro radioteatro.
Para recordar
DESTREZA: Recrear textos literarios leídos o escuchados desde la experiencia personal, adaptando diversos recursos literarios.
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Un extraterrestre
Un ser sobrenatural
DESTREZA: Componer textos creativos que adapten o combinen diversas estructuras y recursos literarios.
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34. Al terminar, usamos las ideas del relato oral como fuente para
realizar cualquiera de las siguientes actividades:
a. Redactar un cuento.
b. Dibujar la secuencia de hechos del relato.
c. Elaborar un afiche promocional como si fuera una película
u obra de teatro.
d. Elaborar con plastilina o papel maché las figuras de los personajes.
e. Dramatizar el cuento o relatarlo a otro curso del colegio.
Autoevaluación
Reflexiono sobre lo que aprendí en este bloque. Respondo las preguntas con
los siguientes criterios: Lo hago muy bien, lo hago a veces y puedo mejorar,
necesito ayuda para hacerlo. Converso con mi docente al respecto.