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Trabajo competencias comunicativas.

Elaborado por: Fabiana Pérez y Carlos Santos.

Trastorno antisocial de la personalidad en Colombia ¿requiere mayor atención en casos


jurídicos?

Desde tiempos inmemoriales hasta la actualidad, Colombia ha tenido un una

atención un tanto vaga sobre los trastornos psicológicos en las poblaciones,

primeramente debido a que siendo un país en vía de desarrollo con una diferencia social

muy alta (Medina, 2013), el número de personas en capacidad de preocuparse por pagar

un diagnóstico psicológico se ve muy reducido, además del desinterés y la falta de

conciencia que se tiene sobre estos, entrando en materia penal, el caso es similar,

muchas veces ignorándose la posibilidad de que el acusado cuente con algún trastorno

que requiera de un juicio o castigo especial, debido a que por cada trastorno pueden

existir fuertes tendencias que afectan los comportamientos, llegando al punto de requerir

un trato distinto en muchos casos. Referente a esto, surge un tema sumamente

destacable y es el de Los trastornos antisociales de la personalidad (TAP), los cuales son

un tipo de trastorno en el cual la persona presenta diversos inconvenientes o

incapacidades para convivir en un entorno social, de estos se pueden resaltar que la

persona no cuenta con capacidad para cumplir las normas sociales, incapacidad de sentir

culpa, dificultades para discernir entre actos socialmente aceptables (Tamez, 2017),

entre otras incapacidades que conducen a la persona a cometer actos criminales, este

tipo de trastorno se hace sumamente relevante debido a que muchas de las personas que

cometen actos delictivos, actualmente cuentan con rasgos propios de este trastorno, lo

que podría significar que muchos de estos actos pueden ser propiciados por este

padecimiento, lo que representaría varias diferencias en cuanto a lo que realmente se

debería considerar antes de ofrecer un veredicto y un castigo común a personas con esta

condición, dicho esto, se puede afirmar que debería existir un mayor control y atención
sobre la judicialización de los actos criminales cometidos por una persona que cuente

con algún tipo de trastorno psicosocial, por las siguientes razones:

En primer lugar, este tipo de trastornos generan comportamientos que

directamente no ofrecen evidencia de la presencia de este, junto a los dichos

anteriormente, según Gilpérez (2014) “La deshonestidad, la impulsividad o incapacidad

para planificar el futuro, la irritabilidad y agresividad, la despreocupación por su

seguridad y la de otros, la irresponsabilidad y la falta de remordimientos” (p.2). son

síntomas con los que la persona que los padece puede convivir sin enterarse en ningún

momento de su vida, inclusive ni las personas que lo rodean debido a que en algunos

casos no se muestran como imposibilidades completas para las actividades de la vida

diaria, más que para la socialización y seguimiento de normas sociales, sin embargo,

existen otros rasgos como estar motivados constantemente por la demostración de su

intelecto utilizando el engaño y en algunos casos también pueden ser sumamente

inteligentes, además de que cuentan con tendencias criminales (Tamez, 2017), lo que les

permite idear formas elaboradas de ocultar o evitar sus tendencias impulsivas sin

siquiera saber que poseen un trastorno, en el sentido que estos posiblemente engañen a

sí mismos creyendo que su entorno social está muy por debajo de ellos  o que sus actos

tienen verdadera justificación debido a que también presentan rasgos narcisistas

(Herrera, 2018), lo que representa la amplia posibilidad de que la existencia del

trastorno se ignore, por parte del proceso judicial.  

Además de esto, es evidente que actualmente en los procesos judiciales no

siempre se toma en cuenta la posibilidad de que el acusado cuente con un TAP, según la

investigación realizada por Tirado (2010) afirma que “Al consultar las sentencias de

Cortes y Tribunales, no se halló nada específico que diera luces a los interesados en

estos asuntos en Colombia y que abriera camino para manejar adecuadamente los casos
que se presenten” refiriéndose al tema de la sociopatía específicamente, lo que indica

que son pocos o especiales los casos donde se decide tener en cuenta este tipo de

trastorno, incluso hay investigaciones que afirman que no debería presentarse un trato

distinto para estas personas, como en Morales (2005) 

Como ya quedó claro, el fenómeno del TAP a pesar de que es digno de estudio

en el campo del derecho penal, siempre que una cifra muy alta de quienes

delinquen lo sufren, por ser hasta cierto punto una forma de personalidad que en

mayor o menor grado caracteriza a los delincuentes, no es fenómeno que deba

tratarse de manera diferente no por la ley no en la práctica. (p. 31)

Este tipo de afirmaciones no tienen en cuenta el hecho de que la condición de estas

personas, por más que se considere que es una simple forma de personalidad que

caracteriza a delincuentes sigue siendo un trastorno, lo que significa que estas personas

no se encuentran en una condición normal como cualquier otra, sino que debido a sus

tendencias pueden requerir un trato diferente, ya sea por un juicio distinto debido a su

condición mental en cuestiones de considerar correctamente la punibilidad de sus actos,

o por un castigo distinto debido a su situación.

Siguiendo este último punto, un castigo convencional no generará cambios

significativos en personas con este trastorno, como afirma Tirado (2010) “Tras haber

cometido un delito y una vez recuperada la libertad, es muy probable que reincidan dada

la ausencia de sanciones acordes con su forma de ser y actuar” debido a que estas

personas no cuentan con ningún tratamiento completamente efectivo para la eliminación

del trastorno (Morales, 2005), sin importar el castigo impuesto, estos conservaran sus

comportamientos y tendencias, lo que se traduce en que es probable su reincidencia a

los actos delictivos inclusive en peor manera, como afirma Tirado (2010) “Las

características particulares del sujeto con Trastorno Antisocial de la Personalidad


aumentan la probabilidad de reincidencia y eliminan la resocialización, tornándolo

peligroso”.

Para concluir, con base en los anteriores planteamientos, se podría considerar

viable un cambio en el control y la atención que se tiene actualmente sobre los casos

judiciales donde el acusado tiene rasgos de trastorno antisocial de la personalidad, en los

que se debería realizar un diagnóstico para verificar completamente su presencia,

además de que surge la necesidad de concientizar más a las personas sobre los

trastornos de este tipo, para que se tengan más en cuenta a la hora de la realización de

un proceso jurídico y también de que ocurran cambios en la manera en la que estos se

castigan, para evitar problemáticas luego del fin de la condena en caso de que el

veredicto determine privación de la libertad, todo esto con el fin de mejorar las

consideraciones y soluciones que se dan actualmente a estos casos y evitar posibles

inconvenientes con los afectados.

Referencias.

Gilpérez I. (2014) Término CRIMIPEDIA: Personalidad antisocial, Centro para el estudio y

prevención de la delincuencia, Crimina, Universidad Miguel Hernández, Elche, España.

Disponible en:        http://crimina.es/crimipedia/wp-

content/uploads/2015/07/Personalidad-antisocial.pdf

Herrera, A. (2018). Una reflexión sobre la labor social en pacientes con trastorno antisocial de

la personalidad. MedUNAB, 20(3), 368-373. Recuperado de:

https://revistas.unab.edu.co/index.php/medunab/article/view/3249

Medina, A. (2013). Colombia: Escenario de las desigualdades. Tendencias, 14(1), 9-35.

Recuperado de: https://dialnet.unirioja.es/servlet/articulo?codigo=4453217

Morales C. (2005) Tratamiento jurídico penal del delincuente psicópata. Bogotá. Universidad

de los andes. Recuperado de


https://repositorio.uniandes.edu.co/bitstream/handle/1992/25748/u277017.pdf?

sequence=1

Tamez, R. (2017). Trastorno antisocial de la personalidad. Una aproximación actual. Revista de

Sanidad Militar, 56(1), 29-33. Recuperado de:

https://www.medigraphic.com/pdfs/sanmil/sm-2002/sm021h.pdf

Tirado, M. (2010). Necesidad de la creación de una sanción penal especial para ser impuesta al

sujeto que padece trastorno antisocial de la personalidad (psicopatía) en Colombia.

Estudios Socio-Jurídicos, 12(1), 127-154. Recuperado de:

https://revistas.urosario.edu.co/index.php/sociojuridicos/article/view/1187

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